Resumen:
Hasta los mejores planes salen mal.
La medicina debe haber sido algún tipo de producto aprobado por los inmortales. En la noche, la mayoría de los moretones y lesiones de Shen Jiu ya se habían desvanecido.Notando que los dos chicos ahora se veían mucho más respetables, el encargado de la posada ya no le lanzaba extrañas miradas inquisitivas al grupo. Hua Qing pagó los honorarios de su alojamiento y estaban a punto de partir una vez más.
Se agachó, totalmente decidido a llevar a Shen Jiu como lo hizo ayer, pero el chico apartó su mano con un golpe brusco. Ahora que era capaz de valerse por sí mismo, Shen Jiu se negó a ser tratado como un niño. Yue Qi se disculpó apresuradamente por su bien, y el trío terminó con Hua Qing al frente mientras Yue Qi estaba detrás de él. Se agarró a las túnicas de Hua Qing para estabilizarse, y Shen Jiu estaba en la parte de atrás con su mano agarrando firmemente el hombro de Yue Qi.
Incluso con el peso de tres personas, la espada alquilada se levantó bien y surcó el aire suavemente. Shen Jiu originalmente no era una persona muy habladora, y Yue Qi era demasiado educado como para simplemente empezar una pequeña charla. Hua Qing aparentemente prefirió no hablar a menos que se le hablara, así que el viaje fue casi totalmente en silencio. Eso era suficiente para Shen Jiu, ya que estaba demasiado distraído con el paisaje que les rodeaba. El viento silbaba en sus oídos y se elevaban por encima de los bosques, fuera del alcance de los gritos de los animales que sin duda los poblaban.
La espada voló durante casi un día entero, y sólo se detuvo dos veces cuando los niños necesitaban comer y cuando se cansaron demasiado de estar de pie. Shen Jiu naturalmente no lo admitiría. Además, a veces se les obligaba a mendigar de pie durante todo el día; esto no era muy diferente. Pero Yue Qi sólo tenía que abrir la boca y preguntar, su amabilidad a veces irritaba los nervios de Shen Jiu. Hua Qing había cumplido con esas peticiones fácilmente, y al final del día llegaron a otra ciudad. La ciudad de Shuang Hu era mucho más animada que las anteriores por las que habían pasado los tres, y para su sorpresa fue aquí donde Hua Qing se despidió de ellos.
"El favor que te pediré no empieza todavía. Pasará algún tiempo antes de que ocurra, pero la secta de cultivo de la montaña Cang Qiong abrirá sus puertas para aceptar nuevos discípulos. Únete a esa secta. En un futuro lejano, un niño conocido como Luo Binghe llamará a esas puertas. Shen Jiu, tú lo recibirás. Esa es la adivinación".
Shen Jiu podría ser joven, pero no era tonto. Ser un cultivador significa que se necesitaría mucho tiempo y esfuerzo para perfeccionar esas habilidades esotéricas. El favor que pidió este hombre podría durar décadas si el momento no coincidiera. ¡No es de extrañar que estuviera tan de acuerdo en dejarlos ir libres después de que el asunto se llevara a cabo! Pero a la vez, no iba a perder el tiempo. Las perspectivas de poder cultivar en una secta respetable le sonaban muy atractivas a Shen Jiu, y él prefería obtener algo con su propio esfuerzo porque creía que no había tal cosa como un almuerzo gratis.
"¿Y no tienes problemas con irte ahora? ¿No temes que nos escapemos tan pronto te vayas?"
Yue Qi se preguntaba por qué Shen Jiu tenía que sospechar tanto de Hua Qing. Si pudieran entrar en la secta, significaría cosas maravillosas para ellos en el futuro. Yue Qi no estaba seguro de sus propias habilidades, pero Shen Jiu ya había mostrado talento para ello antes; así fue como salvó a Shi Wu. En todo caso, Shen Jiu se beneficiaría enormemente de esto. Sin embargo, el nivel de desconfianza que Shen Jiu mostraba estaba al borde de la paranoia y no podía evitar sospechar que Shen Jiu podría saber algo que él no.
Hua Qing no tenía forma de saber lo que pasaba por las mentes de los dos jóvenes, pero reconoció que las sospechas de Shen Jiu eran válidas. "Eso será un salto de fe que tengo que dar. Aquí están los fondos necesarios para quedarse en esta ciudad hasta que llegue el momento", dijo mientras dejaba una bolsa pesada en las manos de Yue Qi, que temblaba un poco porque nunca antes había manejado tanto dinero.
"El tiempo dirá si mis esfuerzos darán resultado. Los veré a los dos de nuevo algún día".
Y tan de repente como apareció, Hua Qing desapareció. Viendo esa espalda alejarse tranquilamente, los dos niños ,que fueron dejados atrás, de repente se sintieron perdidos. Shen Jiu nunca esperó quedarse mucho tiempo cerca de Hua Qing, pero como los sacó de un infierno y los dejó en una ciudad extranjera con ropa limpia y dinero, probablemente suficiente para vivir durante más de un mes, se sintió bastante desorientado. Insistiría en que el hombre era un lunático que no sabía cómo pasar mejor su tiempo. Pero todo parecía demasiado bueno para ser verdad, y probablemente lo era. Pero Shen Jiu no pudo evitar mirar a Yue Qi, como si el mayor tuviera respuestas a su confusión. Por una vez, el elocuente hermano Yue Qi, se encogió de hombros, impotente.
"...El mencionado en la adivinación eras tú. Me quedaré a tu lado dondequiera que vayas, Xiao Jiu. Si quieres huir, podemos huir. Si quieres quedarte, nos quedaremos".
"Pensé que me dirías que me portara bien y que hiciera lo que el hombre dijo."
Fue sorprendente que Yue Qi cediera la toma de decisiones a Shen Jiu, incluso si lo que dijo tenía sentido. Yue Qi guardó la bolsa de dinero, sin querer llamar la atención. Él mismo, en circunstancias normales, habría hecho lo que Shen Jiu dijo que haría. Pero en el fondo de su mente había un sentimiento molesto del que no podía deshacerse. Él anduvo cuidadosamente alrededor de ese tema, "Lo haría, pero Xiao Jiu... parecías tan cauteloso con el hombre, aún más de lo usual. Si realmente te sientes incómodo haciendo lo que te pidió, entonces no quiero forzarte a hacerlo. No lo sabría si nos escapáramos".
Así que Yue Qi se había dado cuenta de lo cauteloso que era Shen Jiu con Hua Qing. Incluso el propio Shen Jiu no podía explicar porque tenía una desconfianza tan fuerte contra un hombre con el que se habían encontrado hacía solo unos días. Quizás fue por lo amable que había sido, o por la manera proactiva en que Hua Qing le demostró que Shen Jiu era incapaz de medir cuánta de ella era genuinamente la bondad del hombre y cuánto de ella era alentada por sus propios intereses. Él se habría sentido mucho más reconfortado si Hua Qing hubiera sido más frío y hubiera dejado muy claro que estaba haciendo todo esto para servir a sus propios propósitos. Shen Jiu al menos entendía a la gente que estaba motivada por sus deseos; él era una de esas personas.
Claro, era lo suficientemente despreciable como para tomar el dinero y huir. Pero una vez que el dinero se acabara, ¿dónde los dejaría eso? Yue Qi era capaz de sobrevivir, siendo capaz de leer y escribir un poco más que Shen Jiu. Era amable y cortés, con el trabajo adecuado podía prosperar. Pero Shen Jiu apenas podía hacer nada de eso, era esencialmente alguien que no se ajustaba a los estándares de la sociedad. Tan joven como era, Shen Jiu lo entendía y eso lo hizo sentirse amargado. Esta fue la razón principal por la que la oferta de Hua Qing sonaba tan tentadora.
La cultivación no estaba fuera de sus habilidades si así lo decidía. Y ser aprendiz de una secta famosa significaba que había un techo seguro y comida. Si lo deseaba, Shen Jiu podía pasar sus días afilando la mente y el cuerpo para que nadie pudiera volver a despreciarlo nunca más. En cuanto a la petición de Hua Qing, podría dignarse a cumplirla en su tiempo libre; si su encuentro con este Luo Binghe estaba destinado, entonces sucedería finalmente mientras estuviera en la secta Cang Qiong.
"...Encontremos un lugar para quedarnos hasta que la secta abra sus puertas."
Hua Qing, fiel a su palabra, no se preocupó en absoluto de que Shen Jiu huyera o no. Una maliciosa risita surgió de su garganta, sus ojos ardiendo, rojos entre las túnicas que oscurecían su cara. Era casi adorable cómo Shen Jiu simplemente se negaba a tomarle en serio. Esos ojos desafiantes que tanto despreciaba, que tanto había trabajado para arruinar y que no se extinguieron hasta el final, parecían de repente más cautivantes al tratarse de un joven mocoso.
"Por supuesto que eres libre de huir, Shizun. Pero no podrás escapar de mí. Sé dónde estarás, dondequiera que vayas"-reflexionó para sí mismo animadamente-. Ya había puesto su sangre de demonio dentro de Shen Jiu con la comida de ayer por la noche. No había forma de que su presa escapase, y si Shen Jiu realmente intentaba huir, emplearía otros medios para redirigirlos a la ciudad de Shuang Hu y hacer que Shen Jiu finalmente admitiese que unirse a la secta era su única opción.
Había pensado mucho antes de tomar la decisión de venir aquí. Como había dicho el Shizun alternativo, cambiar el pasado significaba sacrificar todo lo que tenía ahora. Sus incontables esposas, hijos y la expansión de los Tres Reinos a su alcance. ¿Por qué se molestaría en tirar todo por la borda sólo para tratar de traer de vuelta a una escoria? Hua Qing intentó ponerlo todo en una balanza y pesar su valor, pero su mente lo había tirado por el desagüe en un instante.
La respuesta era simple; él simplemente quería hacerlo. Su pecho ardía con un furioso deseo que no podía identificar. Sólo sabía que se negaba a dejar que Shen Qingqiu muriera así como así. Quería a ese hombre a su alcance, vivo. Tenerle retorciéndose por el sufrimiento y la angustia era mucho mejor, o eso pensaba, hasta que se molestó en investigar el pasado de la escoria. Hua Qing casi había maldecido al Shizun alterno por esta sugerencia. Shen Qingqiu le había hecho daño, abusado de él, lastimado en tantos niveles, que su tortura estaba justificada. Sin embargo, un pinchazo de incomodidad lo había confundido cuando finalmente tocó lo que siempre había pensado que era la historia patética y sin sentido de una escoria.
En verdad era patética y sin sentido; la vida de Shen Jiu había estado tan desprovista de todo bien, que era un milagro que aún pudiera considerar el peso de la vida de Yue Qingyuan. Le dejó un sabor amargo en la boca. ¿Se suponía que debía sentir lástima por él? ¿Entender por qué la escoria se convirtió en lo que fue? Debido a las maquinaciones del otro Shizun, ahora estaba pensando en perdonar a Shen Jiu. Hua Qing casi podía burlarse de sí mismo; pensó que ya no tenía piedad para dar. Toda su bondad y su benevolencia las dirigió a sus numerosas esposas, las cuales absorbieron toda su ternura.
Pero la sombra que Shen Jiu proyectó para siempre, permanecía en las oscuras profundidades de su corazón, incluso cuando despreciaba tanto al hombre, aún no podía dejarlo morir. Era como si Shen Jiu le hubiese puesto una maldición, una que solo se alivió cuando Hua Qing le torturó y escuchó sus agonizantes gritos. Solo una vez Shen Jiu falló en entretenerle, cuando llevó la noticia de la muerte de Yue Qingyuan a su roto pero desafiante maestro. Aunque se atrevió a reír y a maldecir, su mente parecía distante. Hua Qing lo odiaba, odiaba que Shen Jiu tuviera el valor de pensar en otra cosa cuando estaba justo delante de él, destrozando a Shen Jiu como si fuera un animal de matanza.
El inusual momento de duda quedó claro cuando miró a los recuerdos de Shen Jiu usando el reino de los sueños. Siempre asumió que Yue Qingyuan era justo hasta la médula; no sería capaz de resistirse a salvar a sus compañeros miembros de secta. Hua Qing tenía razón, pero fue esto fue aún más lejos porque era la única persona conectada con el pasado de Shen Jiu. Hua Qing no era tan torpe como para no darse cuenta. El delirio de Shen Jiu ante la rota Xuan Su había significado que, a pesar de no poder perdonar a Yue Qingyuan, aún mantenía algún tipo de sentimiento por aquel que compartía su pasado.
Esta revelación sólo sirvió para incitar aún más a Hua Qing; ¿una escoria como él era capaz de sentir dolor por otro? ¿Por qué entonces Shen Jiu no pudo haber sentido algo por él? Si Shen Jiu realmente había visto un poco de sí mismo en el joven Hua Qing cuando se conocieron por primera vez, ¿por qué lo golpeó con crueldad y no tuvo piedad? Pero una vez que ese pensamiento apareció, inmediatamente las palabras del otro Shen Qingqiu volvieron a perseguirle.
"¿Así que pretendes convertirte en lo mismo Shen Qingqiu, alguien cruel y miserable?"
Shen Jiu se lo merecía, Hua Qing quería gruñir. Su castigo era justo, eso es lo que él todavía creía firmemente. Pero en los rincones de su corazón, una parte muy pequeña de él sintió el aguijón de la verdad. Su puño de hierro no se limitaba a atormentar a Shen Jiu, sus manos ya habían sido usadas para derramar sangre suficiente como para inundar los Tres Reinos. Y aun así, había un vacío que solo podía evitar con el amor de sus esposas y los gritos de Shen Jiu.
Fue entonces cuando Hua Qing tomó una decisión. Quería al hombre vivo de todos modos, así que ya que estaba en ello, debería hacerlo. Si realmente quieren que piense que Shen Jiu es un hombre redimible, entonces tendría que averiguarlo él mismo. Ahora que regresó a esta época y entregó a Shen Jiu directamente a los brazos de la secta Cang Qiong, sólo tenía que esperar y ver si Shen Jiu saldría mejor.
Por supuesto, el consejo del otro Shizun aún estaba fresco en su mente. Sus recuerdos desaparecerían si todo funcionaba, pero Hua Qing ya había hecho planes de respaldo. Por el bien de Shen Jiu, más le vale que se borren los recuerdos del pasado. Porque si Hua Qing alguna vez los recuperara, entonces eso significaría que esta apuesta habría terminado en fracaso. Pero incluso si fallaba, Hua Qing no podía perder nada. Si surgiera la oportunidad de recuperar sus recuerdos, entonces simplemente volvería a caminar por su viejo camino y lo tomaría todo en sus manos una vez más. Este intento de traer de vuelta a Shen Jiu no era más que una forma de pasar el tiempo.
Las reflexiones de Hua Qing se interrumpieron cuando se dio cuenta de que su cuerpo y todo lo que había en él se estaba volviendo transparente poco a poco. Una alegre sonrisa se extendió por su cara. Desaparecer tan rápido..., eso probablemente significaba que Shen Jiu había puesto su corazón a entrar en la Secta, a pesar de su anterior muestra de vacilación. Fue bastante sorprendente lo rápido que era el tiempo para rectificar el curso de la historia, para borrar a Hua Qing de esta realidad tan pronto como se eligió un camino. Mientras su conciencia se desvanecía, una pequeña duda se le escapó de los labios, una a la que aún no tenía respuesta.
"Curioso... me pregunto por qué interferir con el pasado de Shizun afectaría directamente al mío...."