EPÍLOGO
Danna
Despierta, Danna.
Recuperó la consciencia y lo primero que siento son náuseas. Sin embargo, la nada agradable sensación es remplazada por el hambre pasado los segundos. El pitido en mis oídos hace que me olvide de ambas cosas y me cause mucha confusión, gruño en vez de soltar un agudo grito y descargarme.
Me canso de no tener una puta idea de lo que está pasando y hago mucho esfuerzo para abrir mis ojos, la luz me molesta de sobremanera y por ello me tomo mi tiempo para hacerlo. El pitido desaparece y sigo sin lograr ver absolutamente nada más que una luz segadora, pasan unos minutos hasta que identificó el lugar en donde me encuentro —o algo así—. No puedo creerlo ¿Acaso era La Finca? Estoy sentada en una sencilla cama de sábanas blancas que se encuentra en un cuarto de madera, entre los tablones de esta y la puerta entre abierta, puedo ver cómo entran los rayos del sol, cegándome ahora solo un poco. Me llevo una mano a mi frente pero la retiro de inmediato debido al dolor que siento, vuelvo a intentarlo esta vez despacio y con delicadeza y siento una pequeña gasa pegada en ella. Examino mi cuerpo y lo primero que noto es la presión en la zona de mi pecho y el bulto que se forma en este debajo de mi camiseta de color crema, la levantó y veo como toda esa zona de mi cuerpo está vendado. Como un golpe, mis memorias llenan mi mente y recuerdo que fue lo último que vi y escuché.
La puerta se abre totalmente llamando mi atención y puedo ver quién pasa por ella.
—Has despertado —Gally ni siquiera se molesta en saludarme, pero lo dijo de forma bastante calmada y junta la puerta—, eso es bueno.
—¿Qué es este lugar? —pregunto y mi voz que suena muy ronca.
—Hey, tranquila.
Toso un poco mientras veo como mi compañero se desplaza por la habitación, él toma una botella y la vacía en un recipiente de madera, se acerca a mí despreocupadamente y me ofrece el agua servida. Yo la acepto bebiéndola con gusto—. Gracias —respondo luego de acabarme el agua.
Gally asiente en respuesta—. Me alegro de que estés despierta, en serio, pero no puedes moverte de este lugar. Has estado inconsciente durante una semana entera y la única razón por la que estás viva es por esa maldita vía que logramos sacar de CRUEL —menciona señalándome una vía que se encontraba a mi lado derecho, la cual ni siquiera había notado—. De todas formas no puedes moverte o hacer nada. ¿Tienes idea del estado en el que te encontrabas?
—La verdad es que no.
Él suspira—. Danna, tenías el tobillo dislocado, la mano derecha casi destrozada, la parte delantera de tu cráneo casi roto y lo peor...
Gally deja la oración volando y me mira directamente a los ojos.
Sin tener idea a lo que se refería, yo pregunto—. ¿Qué cosa?
El momento se vio interrumpido por la puerta de madera nuevamente siendo abierta, estoy segura de que mis ojos brillan al ver a mi amigo asiático junto al moreno entrar por ella y esta vez, si la cierran.
—Despertaste —Minho dice exhalando exageradamente—. Por un cara- shuck.
No puedo evitar reírme por la sorpresa de este y noto como aquello hace que su expresión se relaje. El verlos me hace sentir mucho mejor—. Hola, chicos.
Esta vez la puerta es casi rota al un cuerpo estrellarse contra ella, luego —de manera esta vez civilizada—, esta se abre lentamente y me deja ver a un chico de cabello negro, delgado, alto, sobándose la frente un poco roja.
—¡Maldición! ¿Kevin, estás bien?
Mi sonrisa desaparece al escuchar esa pregunta, pero no por ella exactamente, sino por quien la hace.
Detrás de mí estúpido amigo puedo ver a la chica rubia y de ojos color avellana que justo está desviando su mirada para fijarla en mí, su expresión de preocupación desaparece y sus ojos se cristalizan hasta el punto que están al punto de rebalsarse y derramar lágrimas.
—Despertaste... —dice sin más y se aproxima a mí con los brazos extendidos, finalmente, para rodearme con ellos y formar un abrazo—. En serio estás bien.
—Wow, wow, okay ten cuidado —Gally advierte—, su pecho está vendado así que aún el maldito agujero sigue ahí.
Lizzy se separa de mí y se sienta en la cama con una sonrisa en la cara y se seca las lágrimas antes de volver hablar—. Has estado dormida toda una semana. Pen-Pensé que ya no...
—Tranquila —la interrumpo—, estoy bien.
Y ella me sonríe como respuesta.
Tomó el momento como una oportunidad para hablarles de lo ocurrido—. Muchas gracias, de verdad si no fuera por ustedes estaría muerta.
—En realidad fui solo yo —dijo Minho.
—En realidad no —respondió Gally frente a mí.
Negué con mi cabeza—. Quiero agradecerles a todos, no solo por eso, sino por todo lo demás que ha pasado a lo largo del recorrido... y también quiero pedirles perdón —miro a Lizzy en concreto—. Me comporté como una idiota con ustedes después de perder a Newt, fui muy estúpida, de verdad lo siento mucho.
—Nah —Kevin se encoge de hombros en respuesta—. Olvídalo, Danna. Todos nos sentíamos mal, Newt y tú tenían una relación, está totalmente justificada tu actitud.
—En realidad no —volvió a responder Gally frente a mí.
Yo suspiro—. ¿Dónde estamos exactamente? —pregunto una vez que noto que nadie más va a hablar—. Este lugar se parece tanto a...
—La Finca —Kevin dice—. ¿No es así? —yo asiento—. Si pues, aquí es dónde instalamos el campamento junto a los de El Brazo Derecho, el paraíso lo querían llamar algunos pero pfff... sinceramente, esto es solo una copia barata de El Área —Lizzy se pone junto a él y le da un golpe en el estómago—. ¡Auch!
—Si claro, solo con la gran diferencia que no hay ningún laberinto y somos libres al fin —la rubia le responde.
—Pequeños detalles —aclara Kevin.
Ella salta y lo mira fijamente—. ¿Si tan igual te daba por qué no te quedabas allá? Se un poco más agradecido con todo lo que ha pasado, mira que hasta Danna casi a muerto por todo esto ¿Y tú dices que es básicamente lo mismo?
Kevin alza las manos en un gesto de rendición—. Está bien, está bien, es algo muy diferente lo admito. Perdón —veo cómo aquella declaración deja contenta a Lizzy hasta el punto de que sonría pero, sin embargo—... La misma cosa diferentes nombres...
—¿Qué has dicho? —le pregunta.
Kevin sale de la habitación con Lizzy pisándole los talones, no puedo sentir confusión por aquella escena entonces miró a Gally en busca de respuesta.
—No me mires así que tú y Newt eran iguales cuando no admitían que se gustaban —me contesta directamente.
—¡Uhhhh! Fuertes declaraciones —Minho habla—. Así que esos dos tórtolos... vaya. El shank de Kevin en realidad no piensa eso, solo quiere molestarla... que gran estrategia.
Yo ruedo los ojos al notar que aún después de todo su estupidez de ambos no se había ido. No respondo ante aquella mención de Newt y al parecer a nadie parece importarle.
—Bien ¿Les parece si salen de aquí un rato? Necesito hablar con ella a solas.
—¿Sobre qué? —pregunta Thomas que hasta ese momento no había hablado.
—No les importa, solo salgan de aquí.
Gally se encarga de que ambos salgan del lugar y luego junta la puerta mientras parece que se fija que nadie más esté cerca. Se acerca nuevamente a la cama en donde me encuentro y se sienta a la altura en donde se encuentran mis pies, me parece extraño que lo haga pero deduzco que tiene algo con ver con mi estado de salud, algo que debía ser serio.
—Y bien ¿Qué es lo que sucede? —le cuestiono.
Él primero que nada suelta un largo suspiro—. No es bueno, bueno puede que no lo creas así o no lo sé —se enreda con sus propias palabras—. Danna, no estoy seguro si sea algo de te desagrade en realidad pero es complicado, es muy pero muy complicado todo este asusto tuyo —yo ladeo la cabeza y frunzo el ceño al no entender lo que quiere decirme—. Danna —y por enésima vez suspira—, estás embarazada.
Cuando lo dice siento que el tiempo se detiene, veo cómo Gally frente a mi mueve los labios pero no escucho las palabras salir de su boca. Estoy segura que debo reflejar muy bien lo que estaba sintiendo con mi rostro, confusión, eso era. No puedo evitar preguntarlo cuando mi amigo empieza a agitar una mano gente a mí—. ¿Cómo lo sabes? —le pregunto y mi voz sale más opaca de lo que esperé.
—Tuvieron que hacerte un análisis completo ¿Sabes? Tienes un agujero ahí en tu pecho, al final se dieron cuenta que... bueno pues que tenías a alguien más contigo ahí dentro aunque pareciera increíble. Después de todo, tienes todo el abdomen golpeado. Ellos dijeron que tuviste mucha suerte.
—¿Y quienes son ellos? Gally, no lo entiendo. No puedo estar embarazada, hace- hace unos días cuando robé el su vehículo en el hangar de El Brazo Derecho, había ido a buscar a Newt —no me dio vergüenza admitirlo, pero no quería contarle todo—. N-No lo encontré pero tuve un accidente, me estrellé y salí volando por el cristal del frente ¡Ni siquiera sé cómo sobreviví a eso!
—Hey —Gally me toma de ambos hombros—. Tranquila, sé que puede resultar sorprendente pero esa gente eran los médicos de El Brazo Derecho, así qué hay que confiar en ellos. Si tu miedo es ese no creo encontrar alguna razón coherente por la que estén mintiendo.
—No es eso —no lo era—. Pero pensé... pensé que lo había perdido.
Aunque estoy muy preocupada en mi en estos momentos no pasó por desapercibido su reacción, entrecierra los ojos sin apartar la vista y me dice—. ¿Entonces ya lo sabías? —habla con la típica acentuación que cualquiera esperaría por parte de él—. ¿Acaso lo supiste desde escaparon de CRUEL, Danna? Porque si es así...
—Si lo hubiera sabido jamás lo hubiera puesto en peligro, Gally —le interrumpo—. Jamás.
Fue bastante brusca la manera en la que se lo dije, pero aún así, no estaba ni un poco molesta. Todo lo contrario, la felicidad me invadió a unos niveles que me fue imposible ocultar mi sonrisa. No me importó si le parecía rara mi reacción o no, había tenido tanto miedo y hasta lastima por creer que lo había llegado a perder todo, pero esto hacía que todo cambie. Bajé mi mirada solo para intentar cohibirme de soltar una carcajada de pura felicidad, sin embargo no fui capaz de no soltar una pequeña risa. Sin saber porque miré hacia arriba inclusive moviendo mi cabeza, no miraba exactamente a nada ni a nadie, solo lo hice por puro instinto.
—Es bueno saber que no lo consideras un problema —Gally dice y se levanta—. Descansa un poco más. Iré a traerte un poco del famosísimo estofado de zanahorias de Sartén ¿Te parece?
Volví a fruncir el ceño sin quitar la sonrisa de mi rostro—. ¿Sartén está bien?
Gally bufó—. El infeliz no puede estar mejor, no tiene ni un rasguño y nunca lo tuvo. A él la vida lo ama, no hay otra explicación.
Reí por su comentario y para sorpresa mía, Gally se despidió de mí sonriéndome por unos pocos segundos. Creo jamás lo había visto sonreír antes pero la extraña sensación de conformidad recorrió mi cuerpo cuando lo hizo. Salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él dejándome completamente sola, o algo así. Por simple inercia al pensar en eso mi mano se posó en mi vientre y no pude aguantar las ganar de empezar a llorar de felicidad ¿Lo había logrado? ¿Logré sobrevivir a todo y todavía con lo más importante? Reí mirando en donde mi mano descansaba y pensé en quien había sido la persona más importante para mí, y quién fue víctima de CRUEL incluso perdiendo la vida.
"Ya no estás aquí y no me estás escuchando ahora. Pero, Newt, después de esta va a haber otra vida y te puedo jurar que te buscaré y te encontraré. Y entonces ya nada va a detenernos"
O eso quiero creer yo.
De mis pensamientos me sacó la puerta siendo abierta nuevamente. Pude ver como a través de ella apareció mis amigo moreno con el cual hasta ahora no había cruzado una sola palabra desde que desperté, no fue hasta que sentó frente a mi al igual que Gally que me habló—. ¿Cómo te sientes? —me pregunta.
—Bastante bien para lo que debería, la verdad —no dejó de sonreír.
Thomas hace una mueca pero no imita mi acción, él señala su comisura de su boca—. Pareces muy feliz —hace mención a cómo me veo—, tienes que contarme porque estás tan contenta cuando estuviste al borde de la muerte. Porque yo quien no fue la victima no me hace ni un poco de gracia que estes aquí en cama.
—Bah ¡Estoy bien! —le exclamo. Esta vez si que logro contagiarle mi expresión en el rostro pero al cada solo de un par de segundos su sonrisa desaparece. Por alguna razón me extraña demasiado en la manera que se pone ya que lo siento afligido e incluso hasta me atrevo a pensar que avergonzado, pero no encuentro ninguna razón por la que lo este. Dentro de todo, esto terminó y debería estar al menos más relajado.
Veo como rebusca algo en el bolsillo de su pantalón y de el como saca un pequeño trozo de papel que poco a poco va desdoblando y lee. Thomas se pasa una mano por toda la cara y suspira—. Danna, escúchame. Hay algo, algo que debo contarte y que siento, que si no lo hago... nunca voy a poder volver a mirarte a los ojos jamás.
Al principio me cuesta comprender sus inesperadas palabras pero me obligo a mirarle a los ojos a pesar de que dijo prácticamente que le incomodaba y noto como pareciera que están cristalinos. Me doy por vencida cuando me doy cuenta de que es inútil descifrarle, entonces estiro mi brazo hacia él y tomo una de sus manos con la mía, no apartó la mirada y mi intención con esto es darle la suficiente fuerza y confianza para que me lo diga y que no se cohibía de mí, es mi amigo después de todo, y no tiene porque sufrir más por sea la cosa que sea no quiero que sufra más, ya ha tenido suficiente. Él no aparta la mirada de mi y abre la boca para hablar muy lentamente, yo no lo apuro y solo dejo que lo haga.
—Lo hice, Danna. Yo realmente lo hice.
Revela y antes de que pudiera contestarle con lo que sea me estira el papel que tiene en su otra mano que no sostengo, mostrándomelo y al fin ver su contenido, el contenido de esa carta.
"Mátame. Si alguna vez fuiste mi amigo, mátame"
Y es que no hacía falta más explicaciones. Mi corazón se estruja al saberlo, recordarlo en aquel callejón con el agujero en su frente y su mirada ida fue la peor escena que vi y estoy segura que veré en mi vida, con tan solo recordarlo le pongo a llorar y me siento culpable porque se que por mi culpa ahora Thomas se siente mal. Pero no lo culpaba de ello, jamás podría hacerlo, estoy segura que a él le dolió mucho por cómo se muestra ahora hacia mí, tan vulnerable e incluso también llorando. En ningún momento suelto su mano y, es más, la estoy apretando para de alguna manera saciar un poco mi dolor, quiero hablarle pero me es muy difícil decir algo cuando me encuentro sollozando y destruida por acordarme, y ya quiero dejar de recordarlo.
—Lo siento —me dice—. Lo siento, lo siento mucho, Danna. Lo hice, lo maté cuando me lo encontré en alguna parte de Denver. Me lo estaba pidiendo y-y no iba a hacerlo pero n-no lo sé él-
Lo abracé sin dejar que termine de hablar, no quería que lo recordara porque sabía que también le dolía—. Basta —tome su nuca y el me tomó por la cintura hasta llegar a mi espalda—, no es tu culpa, no tengo nada que perdonarte, Thomas. Así que mírame a los ojos cuando quieras y habla de Newt cuando te plazca, no nos debes nada ¿Sí? No quiero que vuelvas a llorar por eso —me separo de él y veo como parece un niño en el estado que se encuentra.
Thomas intentaba secarse las lágrimas y no soltar más—.Te estás pasando.
—Nada de eso, es más, solo piensa en algo distinto ahora. No te perdono, porque no hay nada que perdonar. No tienes la culpa de nada, Thomas —quise despejar su mente—. No quiero verte llorar o ahí si que tendremos problemas tú y yo ¿Me entiendes?
Bien, creo que estaba obligándolo en cierta forma a que se sienta mejor. ¿Pero que más podía hacer? No era algo en lo que quisiera pensar yo tampoco, en mi cabeza quería tener otro tipo de pensamiento que tuviera que ver con el nuevo comienzo que me regalaría lo que llevo dentro de mí. Por un demonio, quería solo pensar en eso y olvidarme de todo lo demás.
—Bueno —después de unos minutos acepta—. Entonces ¿Por qué sonreías de esa forma?
Solo basta que lo pregunte y mi sonrisa se vuelve a formar en mi rostro. Subo mi mirada para encontrarme con la suya.
"Oye, Newt ¿Te parece si les digo a todos que vas a ser papá?"