Ni siquiera pudo verlo en los últimos cuatro días; el alfa estaba hasta tarde donde su padre, revisando papeles y aprendiendo más sobre la manada. Jungkook no sabría que el líder tenía que tener conocimiento sobre economía, derecho, política y mil cosas más.
Salía en punto de las 10 y llegaba a casa cerca de la medianoche; dormía en el sofá para no despertar a Jungkook, y cuando el sol salía por la mañana, él lo hacía con destino a su jornada. Lo único que el castaño tuvo del alfa, fueron cupcakes de chocolate para el desayuno, los cuales dejaba Taehyung una noche antes, junto a una nota.
"Ten un buen día, odioso"
Y era todo, para el rubio estaba bien. Pues no tenía interés en toparse más con su beta; incluso, si eso únicamente conseguía incrementar el mal humor de su caprichoso lobo. Aunque parecía apaciguarse cuando, antes de que se escondiera el sol, se escapaba al centro para comprar los cupcakes que llevaría a casa.
Ni siquiera supo cuando llegó el sábado, si su vida sería así a partir de ahora, dudaba mucho sobrevivir hasta los treinta años. Suspiró, sobando el puente de su nariz y echando un vistazo al edificio de papeles que tenía por revisar.
ㅡ Adiós, Taehyung. Te veo hasta el lunes ㅡarrasó su padre en aquella oficina, cogiendo teléfono y llaves.
ㅡ ¿Eh? Apenas son las 2 de la tarde ㅡle miró extrañado, rectificando la hora en su celular.
ㅡ Es sábado, trabajo medio día e iré con tu madre al pueblo vecino ㅡanuncia con una radiante sonrisa, cogiendo de paso su abrigoㅡ También deberías pasar tiempo con Jungkook, has trabajado duro.
Asintió abochornado, era extraño que su entorno les mirara como una pareja real. Aún así, no debatió; también tomó su chaqueta y huyó antes de que su padre se arrepintiera. No dudó en conducir hacia el centro, dispuesto a conseguir sus cupcakes del día.
Apenas ingresó al local, pudo sentir el aroma a mantequilla derretida flotando en el aire, incrementando su apetito. Un chico de mandil verde estaba tras la caja; no lo había visto antes, supuso que era nuevo.
ㅡ ¿Qué va a llevar? ㅡle regaló una afable sonrisa, sacudiendo sus manos sobre el mandil.
Taehyung pidió los cupcakes de siempre, recibiendo una mueca apenada y un aviso de que saldrían recién horneados en diez minutos. No llevaba prisa, así que decidió esperar. Caminó alrededor, admirando el pan recién salido y algunos pasteles de bonitos decorados.
Un chico de baja estatura ingresó con una sonrisa, llevando una canasta consigo.
ㅡ Llegué, amor ㅡsaludó contento, antes de depositar la canasta sobre el mostrador donde atendía el chico de antes, a quien reconoció como beta. Igual que el recien llegadoㅡ Te traje la comida.
Sonrió enternecido, envidioso de verles derramar miel. El par de betas estuvo conversando, dándose mimos y besitos, el rubio creyó que llevaban algún tiempo saliendo.
¿Cómo sería tener pareja siendo beta? A veces, sí que se lo preguntaba.
ㅡ Están listos sus cupcakes ㅡanunció el beta tras del mostrador, empaquetando cuatro chocolatados panquecillos dentro de una caja.
ㅡ Muchas gracias ㅡpagó su pedido, recibiendo con una sonrisa cordial la caja de cartón que presumía los cupcakes recién horneados.
Ambos betas lo despidieron sonrientes cuando Taehyung abandonó el establecimiento; era un alfa atractivo, y creían conocerle de algún lado. Ninguno atinó de donde; por lo tanto, sólo agradecen su compra, viéndolo ir directamente hacia un lujoso coche.
Taehyung, anhelaba llegar a casa.
Puede que en el trayecto subiera la velocidad más del límite, consiguiendo llegar en tiempo récord. Silbó en su camino a la entrada; llevaba la caja en manos, dispuesto a comer uno apenas entrara.
ㅡ ¿Taehyung? ㅡapareció desde la cocina, portando guantes de plástico y siendo seguido por un aroma a comida casera.
ㅡ Hey ㅡdejó el postre sobre la barra, mirando las ollas sobre la estufa. Sintió a su lobo saltar contento, en una euforia apenas contenible.
ㅡ Llegaste muy temprano ㅡregresó a su labor de lavar los trastes, esperando que el estofado hirviese.
ㅡ Sábado, trabajo mediodía ㅡuna grata sorpresa para él también.
ㅡ Entonces, supongo que mañana no asistirás ㅡconcluyó su labor, sólo segundos más tarde. Dejando escurrir los platos, ahora limpios, mientras servía un vaso de agua para Taehyung, quien corroboró la suposición ajena asintiendo.
Sí que agradeció ese gesto, últimamente apenas tenía tiempo de beber algo.
Ninguno pareció tener más palabras qué decir, mucho menos cuando ofreció silenciosamente su ayuda para poner la mesa. Primera vez que comían juntos, en aquella casa, como recién casados.
Extraño sentimiento, por cierto.
ㅡ Por alguna razón siento que algo te molesta ㅡno contuvo su curiosidad, trata de centrarse en el estofado, para parecer desinteresado al respecto.
ㅡ ¿Alguna vez me has visto molesto? ㅡsonrió apenas, cogiendo un poco de pan. Su estómago agradeció el primer bocado, no había estado comiendo adecuadamente en los últimos días. Quizá era muy joven, o él se exigía demasiado.
ㅡ Es por eso que no podría descifrarlo.
ㅡ Hay pocas cosas en este mundo que consiguen molestarme ㅡy eso era verdad, puede que a lo largo de su vida, estuviese verdaderamente enojado sólo tres o cuatro veces.
ㅡ ¿Alguna ha sucedido recientemente?
ㅡ No que yo sepa ㅡesa respuesta pareció suficiente para el castaño, quien optó por continuar alimentándose. Al menos, no tuvo que hacerlo solo, como el miércoles.
¿Había algo que lo molestara? Ni siquiera el propio Taehyung sabía, parece estar en Modo Ahorro de Energía desde el lunes; sin atreverse a pensar, más allá del trabajo, sus responsabilidades.
ㅡ Por cierto, traje cupcakes ㅡle hizo saber cuando llevaba los plato al lavabo, dispuesto a lavarlos. Suficiente hizo él con cocinarle.
ㅡ Muchas gracias, están en serio muy deliciosos ㅡJungkook tuvo espacio para el postre, devorando uno de los panquecillos.
El joven alfa terminó de lavar los trastes que salieron de su comida, disponiéndose a desparramarse frente al televisor, justo después de encender la consola. Le vendría bien una partida de Mario Kart. Mantener su cerebro concentrado en otras labores, le distraía de reflexionar sobre sus actos. Así que, jugar vendría bien, mañana se detendría a considerar la problemática en su vida.
De alguna manera, la cual desconocía totalmente, el sonido artificial de diminutos vehículos corriendo a toda velocidad consigue apaciguar al acongojado corazón; el cual, no sabía que mantenía tan reacio, hasta ese momento. Benditos videojuegos.
ㅡ Está justo en la sala, ¿quieres hablar con él? ㅡJungkook mantuvo el teléfono de casa pegado a su mejilla. Asintió, haciendo muecas graciosas durante algunos instantes, el alfa apenas y tuvo tiempo de notarloㅡ Taehyung, tu tío Akamu está al teléfono.
Iba a debatir que no se sentía emocionalmente preparado como para mantener un contacto social con otros individuos, pero se dejó perder en el juego sólo para coger el teléfono.
ㅡ ¿Sucede algo? ㅡpor poco gruñe a la línea telefónica, recostándose en el sofá.
ㅡ Aparentemente sí, tienes un humor de perros ㅡse mofó del menor, incluso si su sobrino no estaba para bromasㅡ Pero no es asunto mío, te llamo para pedir un favor.
ㅡ Realmente estoy a tope de trabajo como para esto, espero sea algo bueno ㅡsu cortante respuesta fue reprendida con una mala mirada del omega, a quien no dudó en ignorar.
ㅡ Lo es, supongo ㅡlos lloriqueos de Baek al fondo hicieron sonreír levemente al rubio, quien entendió que alguien no quería tomar un bañoㅡ ¿Recuerdas al omega de cabello rubio? Kang Daniel.
ㅡ Ah, sí~ Convivimos un poco, ¿qué con él? ㅡla atención de Jungkook llegó casi al instante, ante la mención de alguien desconocido.
ㅡ Se mudará a la manada, tu padre le dará cobijo mientras problemas familiares de su sector terminan por solucionarse.
ㅡ ¿Quién es papá, María Teresa de Calcuta? ㅡbufó irónico, siempre ayudando a todo el mundo. Nuevos habitantes significaban más trabajo, más personas que cuidar.
El estrés de una sola semana le estaba pasando factura, y todo en mal humor.
ㅡ Dios, qué odiosos son los adolescentes. Ponme en altavoz ㅡordenó, y a regañadientes tuvo que acatar aquella ordenㅡ ¿Jungkookie, estás ahí? —Su voz apenas se reconoció entre el sonido robótico del aparato; entonces, el rubio se acercó al susodicho.
ㅡ Sí, ¿por?
ㅡ ¿Podrías encargarte de darle el mejor polvo de su vida al idiota gruñón de Taehyung? Creo que le hace demasiada falta ㅡel mencionado comenzó a toser desmedidamente, ahogándose con su propia saliva. No tardó en quitar el altavoz y llevarse el teléfono al oído, escuchando sus risas de fondo.
Ni siquiera se atrevió a mirar al omega, quien tenía el rostro completamente rojo y una expresión avergonzada.
A veces olvidaba que ante el mundo, ellos eran pareja.
ㅡ Te has pasado de la raya, Irie ㅡse quejó Taehyung, dejando el sofá para terminar aquella conversación desde la cocina. No podría mirar a Jungkook, nunca másㅡ Ahora dime, ¿qué tiene que ver Daniel conmigo?
ㅡ Irás por él al pueblo vecino, viene en tren ㅡ¿acaso no se cansaban de otorgarle más responsabilidades?
Suspiró, aceptando.
¿Tenía opción?
ㅡ Vale, el lunes pasaré por él.
ㅡ Trátalo bien, y haz algo con ese humor tuyo ㅡadvirtió, y el rubio escuchó de fondo cómo le comentaba a Kyu que su sobrino tenía problemas de temperamento; segundos después, colgó.
¿Ahora tenía problemas con su temperamento? Tenía sólo 24 años, no era ningún alfa gruñón.
Soltó un sonoro suspiro, cansado.
ㅡ Oye, en serio ¿qué Lunas sucede contigo? ㅡel castaño se recargó en la barra que daba hacia su cocina, mirándole con suma curiosidad.
ㅡ ¿Por qué? ㅡabrió el refrigerador sólo para tomar una manzana y darle un enorme mordisco. Jugosa, fresca.
ㅡ Le has contestado mal a tu tío, y negaste de tu ayuda por voluntad propia.
¿Acaso fingía conocerlo bien? porque no tenía absolutamente ninguna idea sobre él.
ㅡ El día tiene 24 horas, contando que estaré despierto desde las 4 am me quedan únicamente 20 —inició diciendo, mirando sin mucho interés la fruta fresca entre sus dedos. —Me alistaré en una para después usar 3 y 30 minutos en ir hasta el pueblo vecino; posiblemente, media hora más por un retraso en el tren. Seguido a eso, otras 4 horas de regreso a la manada, porque serán las 9 am y habrá tráfico. Llegaré justo al final del almuerzo; así que, pasaré directamente al despacho donde estaré 7 horas sentado en el mismo sitio, revisando papeles que apenas entiendo. 8 pm mi madre me interrumpirá, para pedirme ayuda en cruzar la manguera al jardín trasero, porque es lunes y debe estar impecable el resto de la semana. Eso me quitará de 30 a 40 minutos, si es que mamá no está tan parlanchina. A las 9, tendré que acelerar mi trabajo para terminar a tiempo; calculando que, con suerte, en dos horas más termine y pueda volver a casa. Eso serían 2 horas más manejando, llegar aquí a la 1 am, apenas teniendo tiempo de tirarme en el sofá para dormir. Lo que me deja sin siquiera una hora libre. Ah, y una menos para el día siguienteㅡexplicó el alfa, caminando de un extremo al otro en la cocina, hace énfasis en cada tarea. Parece lejano, incluso sus pasos son metódicosㅡ Y todo eso, mientras tú te quedas en casa a dormir hasta el mediodía y pasar tiempo de calidad con tu novio. No es reclamo, pero no creo que estés en postura de insinuar qué algo malo sucede conmigo.
Jungkook quedó boquiabierto, sin saber exactamente qué decir.
¿Todo eso viajaba en su cabeza? Debió analizarlo en tiempo límite, pues él apenas captó que no debería haber gran problema en ir a la estación del tren y regresar.
ㅡ Lo lamento ㅡmurmuró, bajando la mirada hacia sus manos.
ㅡ No es tu culpa, así que no deberías lamentarlo ㅡterminó el restante del fruto, decidido en subir a la habitación para dormir.
Por suerte tenía todo el día siguiente para ello; en la semana, apenas conseguía cinco horas de sueño. El cuerpo lo resiente, su lobo sintiéndose sin energía alguna.
Estaba en la cúspide de su vida, pero se sentía tan cansado.
¿Había enfermado? ¿Debería asistir al doctor? Quizás hablaría con su madre, ella siempre sabe qué hacer.
Jamás apreció tanto su mullida cama, hasta que su espalda le recriminó por el escazo descanso; sus párpados cayeron por peso propio, hasta que la mente danzó alrededor de su cabeza, en un intento por seducir a Morfeo. Más tarde, está navegando entre livianas olas rosadas, cruzando espesos bosques de vainilla y saltando entre curveadas estrellas centelleantes. El tiempo apenas siendo un enemigo, cuando perdió la noción de si mismo, su lobo suspirando de alivio al recargar energías suficientes.
Estaba disfrutándolo, realmente que sí. Al menos, hasta que todos sus sentidos se colocan alerta, pues diferencía risas entre sus sueños, sintiendo a su lobo gruñir se vio obligado a despertar.
Era de día.
¿Tanto había dormido? ¿Dónde estaba?
Bostezó, agudizando el oído cuando escuchó a Jungkook reír a carcajadas. Lejos de su habitación, afuera seguramente.
Salió de la cama, aún con el cuerpo entimecido y expresión somnolienta. Enjuagó su rostro en el lavabo del baño, esperando que sus párpados deshincharan. Más tarde, está asomándose por la ventana, visualizando al omega junto con el beta que apenas y puede distinguir. No le tomó importancia, bajó hasta la cocina para así comer algo. Había descubierto que era mediodía, pero no un impedimento para jugar videojuegos y comer cereal.
Extrañó los sonidos de disparos, golpes y esa sana adrenalina de correr por una vida virtual. El estrés drenándose al obtener su tercera victoria, no perdería el toque.
ㅡ Oh Taehyung, estás aquí ㅡescuchó al omega entrar desde el jardín trasero, pero no venía solo.
ㅡ Claro que estoy aquí, es mi casa ㅡ hubo sarcasmo en su voz, hasta que giró hacia él, y se topó con ese beta.
El de los cupcakes.
Jungkook pareció incomodo ante las intensas miradas de ambos, claramente, siendo Seungmin el más asustado.
ㅡ Taehyung, él es Seungmin. Mi novio ㅡpresentó, tratando de anivelar la tensión.
Pero, el beta de la tienda y...
"ㅡ... mi madre lo alejó de mi cuando notó algo más que amistad en nosotros. Ayudó a su madre para que pusiera una repostería en el centro, y no tuviéramos motivos para vernos..."
Mierda.
ㅡ Oh, creo que te he visto antes ㅡel alfa fue primero en hablar, consiguiendo una mirada suplicante del contrario.
ㅡ N-No lo creo, príncipe Kim —ahora sabía que le recordaba de algún sitio.
ㅡ ¡Cierto! En la repostería del centro, sí, justo ahí ㅡsonrió de medio lado, regresando su vista al televisorㅡ Mucho gusto, Seungmin. Me saludas a la familia.
Y también a tu otro novio, pedazo de mierda quiso decir, pero se abstuvo.
Jungkook no cuestionó el inusual comportamiento del rubio, estaba acostumbrado a sus extrañas actitudes. Aparte, aún se sentía culpable por lo del día anterior.
Seungmin vio su vida pasar frente a sus ojos, sabiendo que estaba jodido. Si Jungkook se enteraba, seguramente le arrancaría la garganta; era un omega de temer.
¿Qué haría ahora?
Mientras tanto, las piezas en el tablero del alfa se movieron con agilidad. Intenta acomodar todo a su favor; encajan el hecho de sus peleas en Hawaii y su, no tan sutil, manera de deshacerse de Jungkook, quien claramente debía saber esto; pero, no era él quien debía a decírselo. No le creería, lo tomaría de estúpido y posesivo, terminando por mandarlo a volar.
Y decían que su raza era la hija de puta, aja~
El muchachito de los cupcakes también tiene sus trapitos sucios.
Este y el otro capítulo son de mis favoritos jxkskxkd
No odien mucho a Seungmin, es un bebu.
Sin drama, no hay vida.
Será mi nuevo lema.
DENLE MUCHO AMOR A JIN Y ABYSS KDKDKD
MI NENE ESTÁ CRECIENDO 😭😭