Erika:
Aquel chico de cabello marrón me miraba de forma intimidante, como si fuera a matarme con su simple mirada o como si tuviera un siniestro plan. Me estremecí, con tan solo imaginar lo que pensaba con esa mirada. Sin darme cuenta, buscaba la mano de Alan y la encontré. La apreté fuertemente, dándole a entender que estaba muerta de miedo. El me miro, con su mirada pude notar que a él, tampoco le traía una buena pinta aquel chico.
Me dispuse a hablar, en estos momentos, esto sería lo mejor.
—¿Perdón? ¿Te conozco?
El chico me sonrió en forma irónica, como si acabara de decir un chiste. El dio un paso adelante, con su dedo índice me levanto la mirada alzando mi barbilla, me miro de varios ángulos de mi cara. Alan, se tenso, se quedo mirando con poca seguridad a aquel chico. El chico misterioso, sonrió malicioso y dejo de inspeccionarme.
—Erika, ¿Cómo que no me recuerdas? Debo estar en lo más metido de tus pensamientos.
Trate de recordar su rostro entrecerrando mis ojos, pero aun así no descifre quien era. Trate de divagar en mis pensamientos mas profundos, pero no lo recordaba. Era obvio, mi pérdida de memoria afecto de una manera fuerte hacia mí. Negué con la cabeza, reteniéndome a no llorar, de repente, me sentía débil por no recordar a alguien, quien con su mirada me decía que me conocía bastante bien.
—No, lo siento. Pero tú no eres de mucha ayuda—el soltó una risa.
—Toda una Horan—despeino mi cabello—Lastima, que aquí, no estoy para tener pena. Solo, a cobrar venganza.
—¿Qué tipo de venganza? —intervino, Alan. Un tanto preocupado ante la situación.
Aquel chico misterioso, lo miro de pies a cabezas, ladeo su cabeza y sonrió. Como si fuera a reconocerlo.
—Alan… Parker—puse los ojos en blancos—Un gusto volverte a ver, niño enamorado.
—¿Te conozco? —cuestiono Alan, el chico sonrió.
—En el kínder, alguien quien amabas—dijo, sarcástico.
Su forma cínica de ser, ya me caía mal. No era de todo mi aprecio este chico. Alan, lo examino de pies a cabeza, tratando de saber, como yo, quien era el. El chico, negó con la cabeza. Como si fuera a darse por vencido, por vencido de jugar su jueguito de ¿Me recuerdas?
—Soy Charlie, Charlie Hutt.
De repente, Alan suelta mi mano. El aprieta su mandíbula a la par que sus puños, gruño en voz baja. El tal Charlie, sonrió en forma victoriosa.
—Me recuerdas, es un avance.
—¿Cómo no hacerlo? Hiciste que mi cumpleaños número 5 fuera un fiasco, por tu culpa, Erika no asistió.
Lo mire de repente ¿Cómo que yo no me presente? ¿Qué significaba lo que el día? No podía ser cierto, no podía ser yo ¿O sí? Le mire en forma de sorpresa a Alan, esperando una explicación por lo que acababa de decir. Charlie le miro en forma de burla.
—Eres un tonto, no fue mi culpa que hayas cambiado a Erika por otra niña y ella haya venido junto a mí, a un amigo de verdad.
—¡Yo no la cambie! Fue un mal entendido, por suerte, luego me escucho y estuvimos juntos.
—Es patético que sigas enamorado de tu amor de la niñez.
—¿A caso hay un problema con eso? —Charlie asintió.
—Sí, que ella no siente lo mismo.
—Claramente, si sentirá lo mismo, ella…
—¡CALLENSE! —exclamo, en forma de enfado.
Me estaba molestando de que estén charlando (o mejor dicho discutiendo) de un pasado, que al parecer yo participaba o era parte de ello. Solo, me dolía mas que no pudiera recordar algo de mi niñez.
—Ahora, paren de discutir como niños y de una maldita vez me digan de que están charlando ¿A caso los conozco desde hace mucho? —Mire hacia Alan—¿A caso desde antes fuimos amigos?
Alan, abrió la boca para hablar, pero Charlie interrumpió.
—Ya basta de tanto discutir. Lo que ahora mismo hare es hacer lo que me encargaron, asi que ya no estoy para disparates de cosas que ya han pasado, pero en algunas ocasiones se han quedado en lo más profundo de mi—Charlie chasqueo sus dedos—Ahora, por tu bien chico enamorado, pero llevare a tu damisela.
El quita un arma, y detrás del aparecen más chicos, entre ellos, el amigo de Ron. Una chica grita al notar lo que pasaba, haciendo que todos que se encontraban afueran empiecen a desesperarse y correr de un lugar para otro. Alan, actúa de forma rápida y me toma de la mano para escapar, pero el tal Charlie me agarra de mi muñeca alejándome de Alan. Charlie, me acerco a él, y poso su arma en un costado de mis sienes.
Tome fuerzas, y empecé a luchar por escapar de su agarre. Pero era imposible, el era mas fuerte. De repente, escucho un grito de parte de Alan, venia con un palo, el cual hizo que Charlie eche su arma, ya que le golpeo en su mano. Charlie me soltó y caí al suelo, rápidamente, Alan me alzo y corriendo fuimos de allí.
Un disparo sonó, con suma rapidez mire hacia atrás, donde podía ver a los aliados de Charlie venir detrás de nosotros.
Entramo en la casa, donde, al parecer nadie percato lo que estaba pasando afuera, ya que estaba de una forma normal, todos bailando, cantando y tomando. Con Alan nos escabullimos entre las personas, hasta chocar con Tim, el cual estaba pasado de copas.
—¡Erika! amiga—el hipo—¿Dónde estabas? —miro hacia Alan—Oh… Con que… Eres toda una traviesa—dijo, en forma de picardía.
Lo mire de mala manera, pero no podía negar que estaba ruborizada. Alan carraspeo, y miro angustiante por todos los lados, no había nadie aun detrás de nosotros.
—Alan, dime bien ¿Zoe ya tiene su auto?
Tim negó, sonriendo.
—Claro, pero para eso debes de sacarla del baño. Vio a Ron con otra chica y se puso como magdalena o una viuda perdiendo a su esposo y no le deja herencia.
Alan solo rodo los ojos.
—Mejor será llevar a este chico con nosotros.
Asentí.
—Tienes razón.
La adrenalina seguía corriendo en mi cuerpo, luego de haber corrido y ahora buscar a Zoe me hacía sentir una especie de sensación que mezclaba la adrenalina con la angustia. Agarre la mano de Tim y corrimos hacia los baños, donde en la entrada de la puerta de las mujeres nos encontramos con Nash, el cual estaba contra la pared. Con los ojos rojos, en su mirada se notaba preocupación.
—Hey, ¿Qué haces aquí? —cuestiono Alan, el suspiro.
—Vi a Zoe llorar, así que me ocupo de que salga del baño sin lágrimas, o para luego consolarla. Odio ver cuando llora. Aunque… Aun así, es hermosa.
—¡AAAAWWW! ¡ZASH MOMENT! My feelings.
Negué con la cabeza, y sin dudar nada mas entre en el baño, donde me encontré con los ecos de los llantos de Zoe. Abrí el cubículo donde ella se encontraba, estaba hecha un desastre. Con el maquillaje corrido y su cabello despeinado. Hice una mueca, mi primo será imbécil, no se da cuenta, que una gran chica sufría por él. Aunque, Ron no es para Zoe.
—Erika—dice ella, al instante me abraza.
Empiezo a acariciar su espalda, mientras ella sollozaba en mi hombro. Estuvimos asi por un minuto aproximadamente, pero debíamos de irnos ya, lo antes posible.
—Zoe, lo mejor será salir. Debemos usar tu auto.
Ella no dijo nada, solo asintió y salió. Por suerte, casi nunca fue una amiga que pedía muchas explicaciones.
Una vez afuera, Nash la miro e intento abrazarla pero Zoe corrió a los brazos de Tim, el cual estaba borracho. Tim solo dijo una que otra tontería que hizo que Zoe riera, por otra parte, Nash sonrió. Al menos, su amada no lloraba. Sin más distracciones nos dirigimos al auto de Zoe, el cual su madre le había regalado por su cumpleaños, ya que próximamente cumpliría ya los 18.
Alan, fue el primero en agarrar el asiento del piloto, mientras yo me senté en el fondo, para abrazar a mi mejor amiga, más que nada ahora me necesitaba. Tim se sentó al fondo con nosotros y Nash como copiloto. Alan, apretó el acelerador apenas encendió el auto. Para nuestra mala suerte, Charlie estaba saliendo de la fiesta, y gritaba a sus aliados.
Alan, ignoro el hecho y con excelencia, escapamos del lugar.
(…)
—¡Claro que sí! Son bienvenidos.
La mama de Zoe, una señora divorciada que siempre nos cubría con nuestras travesuras, era la mejor mama (aparte de la mía) que se podía tener. Ella empieza a mostrarnos nuestras habitaciones, Tim, se acuesta directamente en la litera de arriba de la cama de dos pisos, estaba muerto, literalmente. Luego, Nash se acostó en la parte de abajo, se portaba de manera educada y ayudaba a cada rato a la mama de Zoe, de seguro, quería dar una buena impresión. Zoe, por suerte se calmo cuando llegamos a su casa, le quite su maquillaje y quedo como si no le hubiera pasado nada.
La señora, se disculpo a causa de que no había más habitaciones, así que debo compartir mi habitación con Alan, lo digo así ya que cuando me quedo a dormir o cuando mis padres van de viaje me quedo allí, a dormir. Sin más preámbulos, me acosté en la cama, haciéndome un ovillo. Me quede inmóvil, tratando de pensar que acabo de suceder hoy. Un chico, llamado Charlie, trato de matarme.
Sabe de mi, y Alan también. Pero las palabras que más retumbaban por mi mente era que buscaba venganza ¿Pero venganza sobre qué? Solo quería saber a qué se refería. Era de una forma rara que haya perdido la memoria, y de repente, un maniático aparece diciéndome que quiere venganza y yo ni quiera recuerdo sobre que quiere cobrar su venganza. Pero por otro lado, Alan, también sabe algo.
Por lo que veo, me conoce desde hace mucho antes de lo que yo sé.
Me gire, para encontrarme con aquel chico mirando la ventana, mirando la luna llena. Parecía muy concentrado en sus pensamientos, pero aun así, quería saber sobre mí, si él me conocía desde antes, el me contaría sobre mi pasado y quizás así, sepa porque ese tal Charlie busca venganza.
—Alan—el me miro—Cuéntame ¿Desde cuándo nos conocemos?
A pesar de que mis ojos me pesaban, aguantaría para escucharlo.
Alan:
No sabía con que palabas empezar a contarle a Erika, como surgió nuestro pequeño e inocente amorío. Trate de empezar con lo de la rosa que le di, pero fue inútil, no me salía nada, solo empezaba a balbucear. Ella, perdía la paciencia, dándome a entender que iba en serio. Suspire, tarde o temprano tenía que decirle sobre lo nuestro pero ¿Cómo es que ella no me recuerda?
—Ok, te diré como nos conocimos pero si antes me dices, el porqué no lo recuerdas.
Ella no dio vueltas, lo dijo claro y directo.
—Sufrí un accidente cuando tenía 15 años, y no recuerdo nada de lo que me paso anteriormente. Por eso, ahora si ¿ME cuentas lo que quiero saber?
Y todo tenía sentido, por eso no me recordaba. Era lo más lógico, pero claro, yo nunca pienso en nulas posibilidades. Suspire y mire hacia ella.
—Todo empezó… Cuando inicio el kínder—sonreí, recordando mi primer día.
Mi mama me había dejado enfrente de aquel colorido kínder, me sentía muy nervioso. No sabía si haría amigos, se de alguna manera me llevaría bien con todos, pero aun así no perdí las esperanzas y me anime a hablar con el primer niño que encontré. Me amigue con él, pero apenas entre al kínder una niña de ojos azules estaba encima de la mesa con una castaña cantando una canción bastante conocida. Todos los niños, obedecían a la pequeña irlandesa. Tenía ese acento, que le caracterizaba. Me llamo la atención de cómo era libre, como si fuera que volaba por el cielo azul, que su belleza aumentaba con las flores a su alrededor y no tenía miedo a nada, era como una mariposa. Que volaba por todos los lados, llamando la atención de todos.
—Luego de compararte como una mariposa, supe que eras una niña especial… Supe que tu no eras otra niña mas, Erika—seguía mirando la luna mientras narraba—Luego de que tú hagas tu mini show, me acerque a ti y te salude. Me respondiste tímida, luego quise saber tu nombre pero la profesora Dulce entro. Luego, en el recreo, mientras estabas con tu amiga que creo que se llamaba Verónica, me acerque a ti y me presente. Tú me sonreíste de forma inocente y me dijiste que tu nombre era Erika. En ese momento, mi estomago sintió algo nunca pensé sentir. Sentí un cosquilleo. Y así nos conocimos… Luego pasaron varias cosas ¿Con que quieres que….?
Me di cuenta, de que mi balbuceo, mi valentía y mi saliva fueron gastados por nada. Erika, dormía, no dudaba que apenas abrí mi boca se aburrió y se durmió, plácidamente. Hice una mueca en forma de lastima, y suspire. Creo, que si Erika quiere saber sobre nuestro pasado debía de esperar, que este despierta y no atrapada con todo lo que pasó de repente.
Camine hacia la cama, donde me acosté en el espacio que ella no ocupaba. Solté un suspiro de alivio, y que luego de una larga noche al fin dormiría, de buena manera.
De repente, ciento como Erika se gira hacia mí, coloca su brazo encima de mis costillas, abrazándome en forma de cucharita. Solté una sonrisa de tonto, al menos, podía disfrutar de estos momentos que me da Erika.
—Buenas noches, Erika. —susurre.
Ella sonrió un poco, dándome a entender que en sus profundos sueños, ella lo habrá escuchado.
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Bueno, bueno. Creo que este capitulo hasta ahora es mi favoritos de todos los demas! No lo se, es tuvo de todo, tuvo feelings, ataque y no se. Y les juro que salio de la nada, no tenia pensado escribir esto. Cuando suena musica, solo me sumergo en los personajes. Y mis manos, escriben solos.
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Mi instagram personal: mrs_nouis.
Es todo, las quiero mucho mis Sunshiners. Nos leemos!
Dedicado a: @Yuliied.