Corazones cruzados

By Obsesionletrada

200K 10.8K 1.5K

Daniela siempre ha tenido la relación más envidiada. Su novio no es nada menos que uno de los chicos más rico... More

Edición #2
-Antes de leer-
- Booktrailer -
-Personajes-
Prologo
1. La noche que cambió todo
2. Promesas vacías
3. Otra oportunidad
4. Cuando rompiste mi corazón
5. Nuestro final
6. La conversación
7. La malteada de chocolate
8. La venganza
9. En una tarde lluviosa dos corazones se encuentran
10. Reiniciando
11. La elección del vestuario
12. Lágrimas derramadas
13. Otro error
14. una segunda oportunidad
15. Ya nada es igual
16. ¿Serán celos?
17. ¡Genial! ¡Enloquecí!
19. ¿Un nuevo amor?
20. Será para después.
21. Confesiones incomodas
22. Cam es el problema
23. Mentiras descubiertas
24. Corazón roto
25. Desquitando mi furia
26. La pequeña 007
27. ¿Podremos superarlo?
28. Nuestra forma de perdonar
29. Así es Paula.
30. Un anillo y dos te amo
31. Las verdaderas disculpas
32. La fiesta problemática
33. Perdió la cabeza.
34. Conversaciones sinceras
35. La señora de la casa
36. ¿Qué está sucediendo?
37. Me ha roto
38. duele el corazón
39. Ya viene la pequeña
40. ¿Nuestro final?
41. Paula
42. Lo perdido no se recupera
42. Nunca dijimos adiós
Epilogo.
- nota de la autora -
Extra #1
¡NUEVA PORTADA!
¡Corazones cruzados en Goodreads!

18. Palabras no pensadas.

3.6K 251 72
By Obsesionletrada

La habitación de Thomas era un lujo, pero el baño, el baño era de reyes. Había una tina gigante y al lado una ducha casi del mismo tamaño, dos lavamanos y demasiados espejos. El baño era espacioso y olía a naranja, me quedé embobada un rato mirando y oliendo todo como si fuera de otro mundo.

Decidí no tardarme y apresurarme, aunque me costó, no dejaba de desear meterme en la tina, pero deseché la idea y me metí en la ducha, no quería aprovecharme de la amabilidad de Thomas, además de su paciencia. Suspiré y dejé todo encima de unos percheros, me quité el vestido rojo y la ropa interior y me metí a la ducha, necesitaba relajar mis músculos, así que usé agua fría. Pegué un pequeño grito cuando esta impactó en mi piel, me lavé el cabello y usé el champú de Thomas.

Mientras masajeaba mi cabeza y absorbía el olor que desprendía el champú, mi mente se puso a maquinar en todo lo que me estaba pasando, todo era confuso y solo tenía algo decidido: Cam podía irse al carajo.

No estaba dispuesta a ser el juguete de nadie, mi relación con Cam había llegado a su fin, aunque me dolía demasiado, era imposible olvidar tantos años de felicidad y amor, porque yo lo amaba a él, y estaba segura que él también me amó a mí, pero ese amor ya había acabado, y de las dos partes; mientras el agua recorría mi cuerpo me di cuenta que todo no era culpa de Cam, también era mía, quería revivir lo que estaba muerto, lo que se había acabado. Estaba acostumbrada a él y su compañía, y me apegué a él hasta más no poder.

Decidí salir de la ducha cuando vi mis dedos arrugados por el agua, me sequé y me vestí rápidamente, me toco ajustar demasiado el elástico de la pantaloneta para que no se me cayera junto con la ropa interior de Thomas, la camisa también me quedaba grande y me llegaba a mitad del muslo, parecía una indigente.

Amarré mi cabello con la coleta que siempre traía en la muñeca y vi mi reflejo en el espejo, tenía unas ojeras horribles y mis ojos seguían hinchados por tanta lloradera al igual que mis labios, y mi nariz estaba un poco roja. Pero al menos, ya no tenía maquillaje corrido.

Cuando salí del baño me encontré a Thomas sentado en la cama, tenía el cabello mojado y supuse que ya se había bañado. Apenas me vio noté como intentaba aguantar una carcajada y me fue imposible no fulminarlo con la mirada.

—No te rías de mí —gruñí, tomé la toalla mojada y se la lancé enojada—, no había mucho que elegir en tu closet.

—No estoy diciendo que te veas mal —alzó las palmas en modo de paz—, digo, te ves muy deseable —y no aguantó más, se echó a reír hasta que se le humedecieron los ojos.

— ¡Idiota! —volví a gruñir, pero él seguía retorciéndose de la risa—, en vez de reírte ayúdame a encontrar una bolsa para meter mi ropa...

— ¿Quieres conservar eso? —dejó de reír de repente y frunció el ceño—, déjala en el baño, haré que la tiren.

Asentí un poco contrariada con su cambio de humor.

—Y no quiero preguntar... pero tengo curiosidad —sonrío de oreja a oreja—. ¿Qué llevas de ropa interior? —me sonrojé inmediatamente mientras él volvía a su ataque de risa.

— ¡Idiota! ¡Patán! ¡Estúpido! —le grité con una sonrisa.

—Me encanta verte sonreír —dijo de forma tan relajada, como si no hubiese dicho unas palabras que hicieran detener mi corazón.

—Tengo curiosidad de algo —quería cambiar el tema.

—Pregunta lo que quieras —sonrió.

— ¿Cómo me encontraste? —realicé la pregunta que tenía rondando en mi mente desde anoche, la última vez que lo había visto, había sido mientras se iba con esa chica.

—Fácil, estaba en una de las terrazas, grité varias veces, pero estabas demasiado lejos, bajé corriendo lo más rápido que pude —miró hacia sus manos y no pude detenerme a mirar también, me acerqué, me arrodillé en frente de él y tomé sus manos entre las mías.

—Gracias —sonreí—. Lamento haberte arruinado lo que sea que estuvieras haciendo —intenté que sonara como broma, pero no salió, en solo pensar en la chica con la que estaba me hervía la sangre, aunque tampoco quería admitirlo tan fácilmente.

—No hacía nada interesante —respondió mientras hacía un leve gesto con sus hombros—, mi cita se había enojado conmigo y me dejó tirado —río, me sentí mucho más relajada y de mejor humor.

— ¿Y eso? —alcé una ceja, estaba llena de curiosidad, Thomas me miró divertido.

—Al parecer pronuncié el nombre de otra persona en el momento menos adecuado —hizo una mueca.

No pude evitar carcajearme de la risa, Thomas me quedó mirando confundido, pero ahora la que disfrutaba era yo, ya me imaginaba la cara de esa tontorrona al escuchar mi nombre de los labios de Thomas... un momento, me calmé de repente. ¿Quién dijo que él había pronunciado mi nombre? Definitivamente ya estaba enloqueciendo.

—Oye... me preocupas, vamos a desayunar afuera, debes estar hambrienta, luego te llevo a tu casa —sonríe.

—No creo que salir con esta ropa sea lo correcto ¿No tienes comida aquí? —pregunté, pero me arrepentí al momento—. Lo siento, ya estoy abusando...

—No —me sonrío e inmediatamente colocó una de sus manos sobre mi mentón alzándome el rostro para mirarlo—, le diré a alguien que prepare algo rápido —su mano se desplazó de mi mentón hacía mi mejilla, y empezó a acariciarme lenta y tiernamente. Me sentía como gelatina entre sus manos.

Cerré mis ojos un momento y sentí como la mano de Thomas se detuvo, cuando los abrí me di cuenta que su mirada decía más que mil palabras, él estaba igual de confundido que yo y no sabía lo que estaba sucediendo entre nosotros, y ambos... ambos teníamos miedo.

Ambos nos levantamos de la cama sin decir palabra, mantuve mi vista en frente y me dejé guiar sin concentrarme tanto en la persona que tenía en frente, no quería que mis pensamientos siguieran andando en terrenos peligrosos.

Al salir de la habitación de Thomas me quedé maravillada con su casa, nunca la había visto antes porque nunca me había invitado, siempre que hacía reuniones dejaba muy en claro que no me quería ver en ellas; la verdad es que tenía un ambiente muy elegante y organizado, pero a la vez lo sentí demasiado cuadriculado, era más como un museo que como un hogar.

Ambos llegamos al comedor y Thomas me ofreció un asiento, me senté y él me ayudó a acomodarme, le asentí dándole las gracias y con mis ojos seguí sus movimientos, se sentó a mi lado y notaba cierta rigidez en su cuerpo.

— ¿Algo te molesta? —pregunté frunciendo el ceño, de pronto se sentía incómodo con mi presencia, yo no quería molestarlo más, él ya había hecho demasiado por mí.

—Me siento extraño —murmuró fijando su mirada al frente, perdiéndose en sus pensamientos, pero a la vez estando a mi lado.

—Si quieres me puedo marchar —dije inocentemente y él rió, me pregunté el porqué de esa risa, pero solo lo observé con mi ceño fruncido.

— ¿Todavía piensas tan mal de mí? —intenté decir que no en palabras, pero mi boca se quedó entreabierta—, no me incomodas tú, solo que hace años no como aquí —volteó su rostro y me regaló una de sus bellas sonrisas.

Dos sirvientas entraron en el comedor y ambos hicimos silencio, cada una nos sirvió un plato de arepas de queso con huevo revuelto con chorizo, me encantaban las arepas y se me hacía agua a la boca con solo verlas, también nos dejaron un vaso de lo que parecía ser Milo, al tomar un sorbo me di cuenta que había acertado. Sonreí y di las gracias, pero sentí las miradas de ambas mujeres sobre mí por más tiempo de lo necesario.

—Es la novia de Cam —interrumpió Thomas con frialdad mientras cortaba las arepas con el tenedor y el cuchillo, ambas mujeres se miraron entre si y asintieron, no eran jóvenes, pero tampoco diría que muy mayores, debían rondar entre los 30's—. Así que ya saben que decirle a mi madre.

Ambas mujeres salieron de mi campo de visión y me quedé boquiabierta, Thomas me devolvió la mirada con dureza.

— ¿Qué? —preguntó fastidiado, no me gustaba su tono, cerré mi boca y fruncí mi ceño mientras pasaba mi mano derecha bajo mi mentón e intentaba calmar mi respiración—, nunca he traído una chica a la casa y mi madre siempre tiene espías por los rincones —se encogió de hombros.

—Has dicho que soy la novia de Cam —intenté sonar lo menos expresiva y sin emociones que podía, pero la rabia estaba hirviendo en mi interior.

—¿He mentido? —otra vez volvió a ser borde.

—Si, ya no soy la novia de Cameron —bufé y miré hacia otro lado, mi pierna empezó a temblar.

—No han terminado formalmente, sigues siendo su novia hasta que se lo digas en la cara —se llevó un poco de huevo revuelto a la boca y masticó lentamente, en parte tenía razón, pero no dejaba de molestarte.

— ¿Qué crees que pensará tu madre al escuchar que dormiste con la novia de tu mejor amigo? —chillé demasiado alto y puse ambas manos en el borde de la mesa, haciendo que Thomas me mirara por el ruido que ocasionó el choque.

—No lo sé, pero es justo lo que pasó, dormí con la novia de mi mejor amigo ¿O es alguna mentira? —gruñó y hasta allí llegó mi paciencia.

Él no veía la importancia de todo eso, no notaba que estábamos actuando de forma incorrecta y que podríamos herir a Cameron con nuestros actos, porque si, por primera vez pensé en Cam, y no debería, él también me engañó, pero yo no era así, y yo no podría quitarle a su mejor amigo y herirlo de esa forma, sería espeluznante para él, y aunque Cam fue un pésimo novio, no era una mala persona y no merecía eso.

Me sentí mal, enojada y triste, porque mientras yo pensaba en todo lo que sucedía entre nosotros, Thomas hablaba de ello con tan poco tacto y sin importancia. Me levanté bruscamente de la mesa y salí corriendo de ahí.

— ¡Daniela! —escuché la voz de Thomas gritar tras de mí, pero no me detuve.

Estaba desubicada en esa casota, y no escuché los pasos de Thomas seguirme, es más, me detuve un segundo para dar la vuelta con la esperanza que estaría tras de mí, pero no; mi pecho se agitó y empezó a doler, tenía que salir de ahí rápidamente; logré encontrar la puerta y salí por fin de esa casa.

El sol estaba en su punto más alto, no tenía zapatos y me lastimaba los pies en el asfalto caliente con cada paso que daba, pero eso importaba, necesitaba huir de lo que empezaba a sentir, de los sentimientos que surgían por Thomas y la culpabilidad que sentía por Cam.

Me crucé con varias personas mientras corría y vislumbré rápidamente sus expresiones sorprendidas y llenas de incredulidad, era normal al ver una chica mal vestida, despeinada y descalza corriendo por un barrio de ricos.

De repente me quedé sin aire y me detuve abruptamente, apoyé mis manos en mis muslos mientras me inclinaba para tomar aire.

— ¡Oye tú! —me levanté agitada, una señora había salido de su casa y me miraba horrorizada—, ¿Qué haces aquí niña? ¡No vomites en mi jardín! ¡Llamaré a la policía!

—No —alcancé a decir agitada mientras movía mis manos de un lado al otro—, yo... no...

Escuché una bocina demasiado cerca de mí y salté horrorizada, cuando volteé vi a Thomas mirándome enfadado desde el asiento del conductor.

—Buenos días Señora Harris —saludó con cortesía, ¡Ja! Y conmigo si era un muérgano sin corazón—, gracias al cielo que te encuentro... querida... —gruñó entre labios.

— ¡Oh mi Thomas! —se escandalizó la señora acercándose hacía nosotros—, ¿Conoces a esta criatura?

¿Criatura? ¿Acaso tenía un par de cuernos o parecía un animal? Volteé y miré furiosa a la pobre señora que no tenía nada que ver.

—Es mi novia —Thomas pronunció lentamente mientras asentía, quedé pasmada y con la boca abierta—. Metete al auto Daniela —ordenó dejando atrás sus buenos modales.

—No —dije con firmeza mientras cruzaba los brazos. Lo volteé a mirar con furia y determinación.

—Deja de ser ridícula, mira como estas vestida. Metete al maldito auto —gruñó, tuve la impresión de que, si no estuviera esa mujer ahí parada presenciando la escena, me gritaría.

—He dicho que no —no pensaba obedecer porque yo no era un perro entrenado, era una persona, era una chica que había pasado por mucho y que por primera vez se abría realmente a un chico, y este se comportaba como un idiota cada que quería

—Niña deberías escucharlo —volteé hacía la chismosa y la fulminé con la mirada, pero ni siquiera se inmuto, continuo como si nada—, una niña de tu clase no debe estar sola en la calle con esas fachas. Estoy segura que sea lo que sea podrán solucionarlo, pero en un lugar privado, no es bueno dar espectáculos aquí —me dijo y luego miró a Thomas—, tú más que nadie lo sabes, Thomas —no sé a qué se refería y cuando miré a Thomas este lucía cada vez más frustrado.

—Exacto —murmuró Thomas—, amor mío, ya hemos tenido demasiados shows, metete al auto —sonrió falsamente. Le saqué el dedo medio y enojada me dirigí hacia los asientos traseros del auto. Estaba aburriéndome de esa escena y quería irme rápidamente a mi casa y no volver a saber nada de ese idiota.

—Nos vemos luego, señora Harris —se despidió cortésmente y arrancó el auto sin esperar respuesta.

Luego de unos segundos explotó, ya lo esperaba. Aunque seguía siendo raro ver a Thomas expresando emociones tan intensas, ambos éramos muy parecidos y siempre manteníamos nuestro semblante bajo control, pero en estas últimas semanas desde que Cam me puso los cuernos, ambos habíamos expresado demasiados sentimientos y emociones intensas delante del otro.

— ¡Puedo saber que carajos te pasa! —gritó con la vista fija al frente.

— ¡Con quien carajos crees que hablas! —le grité enojada—. ¡Deja de gritarme!

— ¿Por qué saliste como una loca? ¿Sabes lo que pensará la gente? —gruñó.

—¡No me digas! ¡Me importa un bledo lo que piense la gente de tu maldita clase! —estaba indignada y no podía controlar mi tono de voz, nunca me había sentido tan enojada, no podía manejarme o tranquilizarme por mucho que intentara.

— ¡No te entiendo! —Thomas detuvo el auto bruscamente y salí disparada hacia delante chocando contra su asiento.

— ¡Idiota! —golpeé el asiento con mi puño repetidas veces.

—¡No te entiendo! —repitió gritando.

— ¡¿Que no entiendes?! —grité frustrada mientras él se quitaba el cinturón y giraba para mirarme.

— ¿Y ahora que hice? —su voz se tranquilizó al pronunciar esas palabras.

Demoré unos segundos viendo su rostro, mi enojo fue reemplazado inmediatamente por la decepción, por la tristeza.

—Me humillaste —me cubrí el rostro con ambas manos, escondiéndolo de su alcance y apoyé mis codos en mis rodillas, estaba agotada—, me humillaste Thomas.

—No fue mi intención —se detuvo en cada palabra.

— ¡¿Ah no?! —levanté el rostro con brusquedad y mis ojos cristalizados por tantos problemas y líos que estaba teniendo lo miraron con tristeza—, para ti todo es un juego, te parece chistoso lo que está pasando entre nosotros.

—Jamás he dicho eso.

—No directamente, pero sin duda es lo que diste a entender con tus palabras.

— ¡Entonces realmente lo siento! —gritó golpeando el volante.

— ¡¿Por qué me gritas?! —le grité de vuelta con mis ojos cristalizándose nuevamente—, ¡Te has estado comportando como un ogro conmigo! Desde que conversamos en el parque me ignoras, en esa fiesta ni me miraste y luego apareces como príncipe salvador a ayudarme, consolarme y tranquilizarme ¡Siempre me haces pensar que todo está bien cuando van realmente mal! Y me tratas como te da la gana ¡Estoy harta de eso!

—No entiendes lo que me cuesta ser bueno contigo —murmuró posando su mirada al frente, dándome solo la vista de su nuca.

— ¿Por qué? —susurré mientras una solitaria lagrima se resbalaba por mi mejilla.

—Porque empezaré a tener esperanzas si empezamos a llevarnos bien, y no necesito que me corten las alas, no de nuevo — ¿De nuevo? ¿A qué se refiere con de nuevo? —, cuando volviste con Cam me dio demasiada rabia que ni tú te apreciaras lo suficiente, seguías pasándolo mal por tu decisión y aun así seguías con él, en el parque perdí los estribos porque tú te sentías culpable y no aceptabas un final que ya había llegado —se interrumpió con unos segundos donde el auto se sumió por el silencio, luego volvió a hablar, pero cada vez más bajo y calmado—, ayer cuando te vi con Cam intenté ignorarlos hasta que tus ojos no dejaban de mirarme y ahí supe algo que ni tú has aceptado, intenté olvidarte con aquella chica, pero después de mirar tus ojos me di cuenta que eran como los árboles, están por todas partes, no puedes escapar de ellos.

— ¿Los arboles? —sonreí sintiendo una calidez bonita en mi pecho, no sabía que responder y no quería asustarme por el significado de sus palabras, quería alargar el momento donde la racionalidad me controlaba.

—Si —rió y volteó nuevamente a mirarme, esta vez ambos nos reímos—, no soy muy creativo para el romance que digamos.

—Es válido —una risita escapó de mis labios—, somos iguales en ese aspecto.

—Acepta que nuestros corazones se cruzaron, queninguno de los dos puede escapar de esto —hice silencio mientras observaba surostro detalladamente, centrándome en sus labios, porque no sabía expresarmecon palabras, pero quería demostrárselo de otra manera—. Puedes sentarte a milado? por favor, no quiero ni puedo alejarme de ti —suplicó y yo asentí, noquería pensar en problemas o remordimientos, pensaría después, ahora soloactuaría y viviría.


-

Espero que disfruten de la actualización, como siempre, les traigo varios capítulos jijiji

Continue Reading

You'll Also Like

Flashbacks By LailaEMA

General Fiction

4.3K 1.5K 78
Noah Cheryba, un adolescente residente en la ciudad de Seattle, despierta la madrugada del segundo aniversario de la muerte por suicido de la chica q...
3.2K 324 11
Después de todo lo que pasó junto a sus dos amigas, Sasha y Anne en amphibia, Marcy tuvo que aceptar la realidad y tener que mudarse a otro estado po...
456K 54.9K 71
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
110K 14.9K 23
[Cancelada] - El demonio le ha puesto el ojo encima, está consciente de que quiere a su sobrino, ¿Para qué?, no tiene ni idea. El demonio juega con e...