Κ™α΄€α΄… ʙᴏʏ [ jΞ±sΟƒn p. tΟƒdd Ρ… Οƒc...

By foortuunee

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𝐁𝐁 | ᴜɴ α΄„ΚœΙͺᴄᴏ ᴄᴏɴ ᴍΙͺʟ ᴅᴇᴍᴏɴΙͺᴏs ʏ α΄œΙ΄α΄€ Κ™Κ€α΄œα΄Šα΄€ ᴄᴏɴ ᴏᴛʀᴏs ᴍΙͺʟ, ΒΏΚ™α΄œα΄‡Ι΄α΄€ ᴄᴏᴍʙΙͺΙ΄α΄€α΄„ΙͺΓ³Ι΄? ɴᴏ ʟᴏ ᴄʀᴇᴀs. JPT fanfic x fem... More

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By foortuunee






·sins that taste like glory·











          Y LLEGÓ LA HORA.

Bruce y Clark discutían mientras colocaban los fuegos artificiales, Alfred trataba calmarles mientras Dick y Tim discutían sobre cómo funcionaban, el pobre Conner intentaba calmarlos.

Damian y John discutían sobre algo, las mujeres adultas hablaban y se reían de los dos hombres y Jason se reía mientras hablaba con Isabel, juraría que quería que les escuchase.

Kyle y yo mirábamos el panorama en silencio.

Estábamos sentados en el césped, él me abrazaba por la espalda y de vez en cuando nos reíamos o me dejaba besos en la nuca que me hacía tener escalofríos.

—Tu familia está muy loca —rió al ver como, sin querer, encendían uno de los fuegos y salía volando.

—Lo está —aseguré sonriendo— y me alegro de ello.

— ¿Las brujas no eran buenas? 

—No —negué cerrando los ojos y gozando del aire acariciar mis mejillas—, eran unas tremendas hijas de...

— ¡No decimos palabrotas en esta casa! —me regañó Bruce antes de terminar de decir nada.

— ¡Su puta madre! —exclamó Dick corriendo hacia la mesa más cercana y se subió.

Miré a Bruce con la ceja alzada.

—Me rindo —declaró volviendo a los fuegos.

— ¿Qué pasa, Grayson? —pregunté burlona.

—Oye, esta también es mi casa y mi jardín así que puedo correr y subirme a donde yo quiera —me respondió con el ceño fruncido y cruzándose de brazos.

— ¿Dónde está la araña, señorito Richard? —preguntó Alfred.

—Ahí —dijo señalando a un punto en el césped.

Todos comenzamos a descojonarnos.

Alfred se acercó al lugar y —no sé cómo— la mató, ese hombre se hará una leyenda.

Veinte minutos de discusiones después, estábamos a punto de disfrutar el maravilloso momento que había causado tantos gritos. Los fuegos artificiales.

Iban a ser los primeros que vería en mi vida con mis propios ojos, es decir, todo está en internet. Me agarré del brazo de Kyle los dos minutos de antes, estaba demasiado nerviosa y no entendía por qué.

Y ocurrió, el primero se alzó al cielo seguido de muchos más. El sonido era molesto pero la vista era increíble.

Sentí una mirada sobre mí.

Jason me miraba de manera indescifrable. Estaba como embobado.
Isabel estaba a su lado, cogiéndole de la mano sin prestar atención a su mirada.
Mi corazón dio un vuelco y comenzó a acelerarse, los colores subieron a mis mejillas y solo tenía ganas de que todo a nuestro alrededor desapareciese.

Unos gritos me hicieron volver en mí.

— ¿Los has visto? —preguntó Kyle apretando su agarre en mi mano. Le miré, tenía una sonrisa de emoción al haberlos presenciado.

Le di una sonrisa torpe.

—También los he sentido —admití.

Kyle sonrió y me rodeó con el brazo por mis hombros. Miré a Jason con preocupación, ésto no podía ser así.

Seguramente solo me miraba con rabia, ¿no?

Quiero decir, Jason y yo ya no sentimos nada el uno por el otro.
Cada uno hemos madurado —en el sentido de relaciones porque en el otro vamos jodidísimos— y ahora estamos con gente que queremos de verdad y que sabemos que nos va a hacer mejor.
Creo que me estoy rayando yo sola porque nada de ésto tenía sentido, joder.

— ¿Eli? —salí de mis pensamientos y miré a Kyle— ¿Estás bien? Parecías estar en shock.

— ¿Yo? No, no, qué va —negué— ¿Qué decías?

—Mis padres me han llamado y resulta que les queda poco para aterrizar y me han pedido que les vaya a recoger al aeropuerto para celebrar lo que queda de la fiesta, ¿te vienes?  —abrí los ojos desmesuradamente y alcé ambas cejas.

—Me encantaría, Kyle. Pero estoy un poco mareada y no quiero potar en tu tapicería, ni quiero potar en tus padres —le sonreí, voy a ir al infierno por mentir a un ángel—. Mañana si quieres voy a tu casa y los conoceré, ¿vale?

—Sí, claro. Mañana por la mañana te daré un toque y, si te encuentras mejor, te recogeré —me sonrió y abrazó como no le acabase de joder todo su plan.

—Perdona —habló alguien a mis espaldas— ¿Vas al aeropuerto? —me sorprendí al ver a Isabel— ¿Te importaría llevarme? Soy azafata y tengo un vuelo en dos horas y Jason no está en condiciones de conducir —sonrió con nerviosismo y los tres miramos a Jason. Estaba sentado en una hamaca, con una cerveza a la mitad en la mano, la cabeza gacha y con un tic nervioso en la pierna.

Kyle me miró y les sonreí.

—Claro, Kyle te llevará —respondí por el rubio.

—Muchísimas gracias, me habéis hecho un gran favor —aseguró sonriendo como nunca—. Iré a por mis cosas.

¿No se cansa?
La chica se alejó y Kyle me miró con una ceja alzada.

— ¿No te importa? —preguntó.

—No. Además, sé lo que es estar con un Jason borracho, mejor que mantenga distancias —aseguré burlona.

Kyle asintió y volvió a abrazarme.
A los pocos minutos, Isabel volvió con nosotros y los tres —más Jason, que nos seguía de muy cerca—, nos dirigimos al jardín delantero.

Le besé a Kyle con dulzura antes de que se metiese al coche e Isabel hizo lo mismo con Jason, aunque él no reaccionó.

Se alejaron y miré a Jason.

—Deberías dejar de beber —le aconsejé mientras veía como el coche de Kyle desaparecía a lo lejos. 

—Y tú deberías dejar de preocuparte, tengo una novia que ya lo hace lo suficiente.

—No lo dudo, pero recuerda que Isabel es una mujer guapa, inteligente, con trabajo y amable. Has conseguido oro, Jason. No lo estropees —le aconsejé antes de alejarme de allí.

Él se quedó unos minutos más allí parado, sin decir o hacer nada. Se terminó la bebida y fue a por más.

Terminó alejado de todos, borracho y —obviamente—, solo.

— ¿Qué le pasa? —preguntó Dick a mi lado.

—Ni idea —admití terminando de servirme más coca cola.

—Deberías hablar con él.

Miré a Duke atónita, ambos se colocaron a mis lados.

— ¿Por qué yo? —pregunté indignada— Id vosotros, le conocéis desde hace más que yo.

—Pero tú le conoces mucho mejor que nosotros —aseguró Tim uniéndose a la conversación.

—Nadie te ha dado vela en este entierro —aseguré fulminándole con la mirada.

—Es la verdad, Eli —afirmó Conner.

— ¿Y tú qué sabes, guapo? —pregunté alzando una ceja.

—Tim me lo ha contado todo, con pelos y señales —aseguró— y gracias.

—De nada, bombón —seguí sonriéndole.

—Deja de coquetear —se quejó Steph a mi lado—, tienes un novio buenorro y un ex-novio que necesita tu ayuda —dijo empujándome hacia Jason.

— ¿Y qué le digo? —pregunté histérica.

—¿Y yo qué sé? Ya se te ocurrirá algo —dijo restándole importancia. Llegué delante de Jason y nos miró. Ambas sonreímos nerviosas—. Aquí os dejo —se despidió.

Jason me miró alzando una ceja.

— ¿Me puedo sentar? —pregunté señalando un sitio a su lado, él asintió. Al estar al lado de la mesa, me pude permitir prepararme ron, o eso creo que cogí, con cola, no me apetecía cerveza, ¿vale?

— ¿Qué quieres? —preguntó antes de darle un sorbo a su bebida.

Miré al grupo buscando apoyo, pero se dispersaron. Cabrones.

—Te hemos visto solo y nos hemos preocupado —respondí—. Has estado muy raro desde los fuegos, ¿estás bien? 

—Creía que no te importaba.

—Yo no dije eso —negué con suavidad, probablemente sí lo dije—. Mira, tu mismo lo dijiste el otro día, ¿no? Que ya no seamos pareja no quiere decir que no nos preocupemos el uno por el otro.

— ¿Y qué vas a hacer? ¿Me vas a echar la bronca? Paso —negó.

—Que va —negué—. Me voy a quedar aquí contigo, bebiendo alcohol juntitos, como si nos llevásemos de puta madre.

Nos miramos, me sonreía agradecido y con los ojos rojos y no estaba segura de que fuese solo por el alcohol pero por lo menos sonreía ahora. 

Sentí un peso grande en mi corazón al verle así. Después de todo, él había sido mi primer verdadero amor y verle así me destrozaba.

Al principio, bebíamos en silencio, pero con unos litros de alcohol ya recorriendo nuestro sistema nos empezamos a animar. Nos reíamos de gilipolleces que nos habían ocurrido cuando nos conocimos o incluso cuando empezamos a salir. 

Al vernos tan borrachos, Bruce nos pidió subir a las habitaciones para dormir. Le enseñamos la lengua y subimos corriendo —estuvimos a punto de caernos en numerosas ocasiones, siendo sincera—, llegamos a mi cuarto y nos tumbamos allí boca arriba. 

La risa floja se apoderó de todo sonido de la habitación. Sí, estábamos fatal.

Cuando la risa dejó de sonar, el silencio se apoderó de nosotros.

— ¿Le quieres de verdad? 

Me incorporé en la cama con rapidez causando un mareo y le miré atónita por la pregunta. Él me miraba con nostalgia y tristeza.

— ¿Yo? —me humedecí los labios y sentí mi boca totalmente seca. Un nudo se formó en mi garganta y apenas podía ver bien por las lágrimas que se acumulaban en mis ojos— Creo que más que quererle yo... —me volví a bloquear y miré hacia el balcón en busca de inspiración— Me ha apoyado siempre cuando peor estaba y se lo agradezco muchísimo, pero creo que he confundido cariño con amor —admití por primera vez. Hasta yo me sorprendí al decirlo, pero era la verdad.

— ¿Por qué lo crees? —me preguntó mirándome fijamente, le miré a los ojos un par de segundos y desvié la mirada avergonzada mientras una lágrima caía por mis mejillas.

— ¿Y tú quieres a Isabel?

Jason suspiró y se restregó las manos por la cara, se incorporó a mi lado y me cogió la cara con sus manos enormes. Me secó las lágrimas con sus pulgares y turnó su mirada entre mis ojos y mis labios.

—Ella es perfecta y no la merezco —admitió—. Y tú, tú eres la persona imperfecta más perfecta que he conocido jamás. Eres, sin duda, la chica que más he amado en mi vida y a la que más amaré hasta que muera. Mi corazón es todo tuyo, Liz.

Más lágrimas cayeron de mis ojos como una cascada y sollocé. Aquellas palabras se adentraron en mi cuerpo hasta llegar a lo que quedaba de mi corazón, lo acariciaron y juntaron todos los trozos rotos como si de un puzle se tratase.

Se acercó a mi lentamente como si estuviese pidiendo permiso para besarme, en respuesta, cerré los ojos dispuesta a volver a probar sus labios finos y asesinos que me hacían perder la razón y el tiempo.

Los esperaba ansiosa sin saber si mi estómago podría aguantar aquello.

Y los sentí, aquellas mariposas que antes movían lentamente sus alas para prepararse a volar, alzaron su vuelo por todo mi cuerpo alteradas. 

El beso comenzó siendo suave y cariñoso hasta convertirse en algo desesperado y torpe. Nos desnudamos en poco y seguimos besándonos y acariciándonos.

Todo mi ser temblaba al volver a sentir su desnudez cerca mía.

Terminamos haciéndolo por toda la habitación hasta terminar de pie contra mi armario. Allí ambos tuvimos el clímax.

Jason apoyó su frente en mi hombro mientras me abrazaba con todas sus fuerzas para que no me alejara.  Le acaricié el pelo y exhausta miré por el balcón, donde todos seguían hablando y riendo, miré hacia el lugar en el que Kyle y yo habíamos estado sentados y abrazados y no pude evitar echarme a llorar.

Había hecho el amor con mi ex-novio mientras nuestras parejas iban de camino al aeropuerto. Les habíamos traicionado a las espaldas, les habíamos clavado un puñal directo al corazón por la espalda.

Mis sollozos se volvieron incontrolables, me dolía el corazón y el sentimiento de culpa por haber sentido mucho más placer con Jason que el que jamás tuve con Kyle, me hacía sentirme como la mierda que era.

Jason me acarició la cabeza y me volvió a besar en los labios con cariño. Aún cogida por uno de sus brazos, la fuerza de mis piernas enganchadas en su cintura y la de mis brazos en sus hombros, Jason me tumbó con cuidado en la cama y salió de mi despacio. Al no sentir sus brazos a mi alrededor le supliqué con la mirada. Jason me sonrió dolido —no sé si era por verme así, por darse cuenta de que le había puesto los cuernos a Isabel o ambas— y se tumbó a mi lado, me rodeó con sus brazos de nuevo y cerré los ojos con fuerza. 

¿Qué íbamos a hacer ahora? Sentí sus caricias por mi pelo y espalda desnuda, por mi abdomen y por mis muslos. Él me conseguía relajar con solo un par de caricias.

—Sigo enamorado de ti, Liz —admitió con la voz rota.

—Y yo nunca he dejado de quererte —admití en un murmuro. 

Me giré para mirarle, le cogí de las mejillas y le besé. No podía ocultar mis sentimientos, eso lo tenía muy claro y —por supuesto— no podía seguir engañando a Kyle, al igual que Jason no podía seguir engañando a Isabel.

Nos acurrucamos más y finalmente nos quedamos dormidos.

Una sensación horrible me despertó, me incorporé en la cama despertando a Jason.

— ¿Qué pasa? —preguntó adormilado.

Sentí como algo subía de mi estómago hacia mi boca y salí corriendo a mi baño propio siendo perseguida por Jason. Me senté delante del váter esperando al vómito, cuando llegó me incliné más hacia la taza para no ensuciar mucho más. 

Mientras echaba todo por la boca, sentí como Jason me agarraba del pelo para que no se manchar a y cómo me acariciaba la espalda. Al terminar, apoyé la mejilla izquierda en la taza —limpia, gracias a Dios— y miré a Jason.

—Gracias.

—Para algo tengo que servir —respondió burlón haciéndome sonreír.

—Te quiero, Peter —dije burlándome de su segundo nombre.

— ¿Quién no, María? —me imitó.

Le di con el revés de la mano en el brazo.

La sonrisa desapareció al volver a sentir otra vez algo subiéndose por mi esófago.

—Mierda —murmuré antes de volver a vomitar.

—Allá va —murmuró Jason volviendo a cogerme del pelo.











— [ foortuunee ] 🌹

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