Alexander
— El duque de Dinamarca ha venido al palacio para pedir que te cases con su hija — dice la reina a su callado nieto.
Alexander dejó de leer el papeleo y sonrió gracioso — Después de la publicación de las fotos de su hija contigo, su matrimonio se canceló y como estuvo embarazada de ti es necesario un compromiso —
Rodó los ojos molesto con el mismo tema de la semana, por supuesto que le habia pedido que abortara, no piensa tener otro hijo. Se prometio solo tener un hijo y será solo con Vanessa.
La extraña más que nada en el mundo, extraña verla dormir, piensa en ella como piensa en su madre, como un aliento cálido y lejano que ya no esta, no puede estar cerca de una mujer que trato de matarlo y fue fría con el durante su infancia, por su culpa cada noche sufre las consecuencias y solo puede expresar sus sentimientos a través, del sexo, porque su madre intentó matarlo y su padre y su madre jamás lo amaron, no cabe duda que el fue un bebé que ellos no querían tener.
Cerró la caja roja y la reina pidió que todos los asesores se fueran de la sala de Buckingham para quedarse solos.
Ya esta preparado para un regañó.
—¿Que le dijiste al duque? — pregunto cínicamente.
— Que no puede obligar al futuro rey a casarse —
Alexander sonrió vencedor. Como es posible que la hija del duque piense que se casará con el después de que por su culpa las revistas publicarán fotos de ellos dos teniendo intimidad en el pasillo de un hotel, él entre sus piernas y ella desnuda. Aún puede sentir el coraje pasar por sus venas por esas fotografías, hizo todo lo posible por que no salieran a la luz pero fue imposible, no puede tolerar el pensar que Vanessa las viera pero ahora esas fotos están por todas partes. Se juró que haría lo posible por no dañar su embarazo y no lo está cumpliendo.
Se siente desesperado.
— ¿Que derecho tiene ese duque en pedir que me casé? Ninguno, es un simple plebeyo, debería de decirle a su hija que no se ofrezca a cualquier hombre —
Alexander se alegró de escuchar
las risas de su dama de compañía y sobre todo por la cara de horror de los sirvientes al verla en poca ropa. Solo quiere tenerla desnuda en su cama e irse de esta reunión con su abuela. Para la reina fue tan molesto, ya no puede tolerar más esa actitud, ni a todas las mujeres que duermen en el palacio o caminan semidesnudas por los pasillos. Lo quiere pero todo tiene un límite.
— Esto tiene que parar ahora, Alex — continuó — No puedes seguir trayendo a esas... mujeres al palacio —
Le duele aceptar en voz alta lo solo que se siente después de que la doctora se fue, a pesar de que ninguna noche a dormido solo, su cama se siente fría y su vida perdió todo el color, hasta su perfume desapareció ya de su ropa. Volvió a ser el mism principe que espera tener la coro6na, sin nada más que lo alegré, incluso esperarla a las afueras del hospital le alegraba su día, todavía tiene que aplacar sus ganas de entrar a escondidas por su ventana. Por lo menos lo que tienen esas damas entre las piernas lo distrae.
— ¿Que quieres decir? Este palacio también es mío y son mis invitadas, no puedo negarles la entrada — contesto burlón al ver el rostro horrorizado de la reina.
— El parlamento me ha pedido que considere a otro de mis nietos como el próximo heredero a la Corona y déjame decirte que tus primos hacen más por la corona que lo que haces tu — Alexander miró a los ojos a su abuela, de nuevo sintió que se asfixiaba dentro de este palacio — ¿Que es lo que haz hecho tú? ¿Conquistar a las doctora más reconocida y romperle el corazón, embarazar a la hija de un duque, gastar tu dinero con mujeres de poca procedencia y convertir a Buckingham en un burdel? Esta monarquía no es un juego, nos dañaste con tu actitud, Alexander —
No puede quitarle la Corona, es suya y de nadie más, pasó toda su vida en un internado para aprender a ser rey y ¿ahora tratan de quitársela? No después de todo lo dejó ir por ser consorte, por ese pedazo de oro y diamantes dejó a su amada doctora y a su bebé. Nació para ser el rey de Inglaterra.
— ¿Que piensas hacer, quitarme de la línea sucesora y poner a uno de mis primos? Son débiles e insensatos —
su voz es ronca y fría, logrando que la reina se sorprenda por su dureza pero por dentro está lleno se dudas.
— Yo soy quien toma la ultima palabra sobre el bien de este país. No pase toda tu vida enseñandonte a ser el rey para que pierdas la corona tan fácil — quería acercarse a su nieto, pero la mirada fría le advierto que era mejor estar alejada —Tus primos son buenos pero no nacieron para ser rey, tu fuiste elegido por dios —suspiro cansada — Reconozco que tendrás que cambiar tu actitud. La doctora lograba que te vieras más... humano. —
Odia que la mencionen, porque después no puede sacarla de su mente, día y noche imagina verla de nuevo desnuda en su cama. Solo la ha visto en fotografías hermosa y única como siempre olvidándose por completo de él.
— Olvidala, Vanessa ya no esta aquí. No tienes que seguir pensando en ella —
—¿Porque terminaron? ¿Acaso tambien estaba embarazada? —
El principe sintió miedo por primera vez, su cuerpo se tensó y comenzó a sudar frio, respiro en varias ocasiones y oculto su terror personal. La reina no puede descubrir que en unos meses nacerá su hijo, se alejó del amor de su vida para que tuviera al bebé, así que la reina no le quitara nada. Ocultará a Vanessa a toda costa y sobre todo a su bebé.
— No — dijo cortante — La razon por la que terminamos no te interesa —
La reina no tenía que escuchar más para confirmar que su nieto fue el causante del rompimiento, siempre a sido atractivo con todas las mujeres y sin duda perdió su relación por la hija del duque, es un instinto que no puede controlar, hasta con sus nanas tenía intimidad.
— Tienes razón — se puso en pie y acomodó el anillo de la corona sobre su deso — Pero si tengo noticias sobre un heredero al que estás ocultando me asegurare que la Corona no sea tuya —
La reina se levantó de su lugar, no se despidió y no miró los ojos molestos de su nieto, solo se retiró de la sala con toda la autoridad de reina, dejando a su heredero lleno de coraje e ira.
Alexander arrojó la caja roja al suelo, se paso las manos por el cabello y decidió irse de Buckingham, pensando que de alguna u otra manera tenía que ocultarlos, por ellos dos no le importa perder la Corona.
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Vanessa
Vanessa abrió rápidamente la puerta y respiró fuertemente, el aire frío corta su piel como un cuchillo y sus mejillas están rojas de coraje, pero no le importa el clima extremo, por lo menos en el último piso del hospital no hay nadie que se burle de ella. Simplemente hay silencio y el ruido del aire.
Respiró de nuevo y como pudo se sostuvo de la barda para no caer, se siente mareada al ver la altura y cierra los ojos por el vértigo. Puede estar segura que hasta sus internos creen que esta demente y no le importa, pero que sus mismo compañeros y las enfermarse hablen a sus espaldas la molesta y la mata lentamente. Ellos no saben lo difícil que ha sido terminar con el principe, todos se ríen de su situación y al final del día la doctora termina llorando escondida en un cubículo del baño. No quiere decirle a su madre que aún sigue terriblemente triste.
Es otra pobre tonta que cayó en las redes del príncipe, ilusa. De ser una princesa regresó a ser una tonta doctora.
Esas palabras son las causantes de que saliera disparada de la sala de cirugía para respirar de nuevo o tendría un ataque de ansiedad. Dejo acer su gorro al suelo y sus ojos se llenaron de lagrimas. Por esas malditas fotos esta así. El la había engañado más de una vez y ella ha ia sido una tonta por creer que podía casarse con el. Cada noche se arrepiente de haberlo atendido como su doctora.
Es un idiota.
No debió de haber regresado al hospital tan pronto pero sus pacientes no pueden esperar. Lloro de nuevo, porque sabe que no puede seguir fingiendo que no pasó nada. Escuchó la puerta trasera abrirse y se limpió las lagrimas con el dorso de la mano, tiene el rostro enrojecido pero no quiere voltear a ver a nadie.
Aiden corrió detrás de su amiga al verla subir las escaleras de emergencia. Esta de espaldas y su rubio cabello se mueve con el viento, esta pálida y posiblemente este llorando, ni siquiera le importa el aire helado. Se recargó en la barda junto con ella.
— Este lugar tiene las vistas más hermosas de Zurich. Es lo único bueno del hospital — la miro de reojo — Supe que estarías aquí, siempre subías cuando tenías problemas, al igual como cuando éramos internos. —
Vanessa no lo miro, las lagrimas están a punto de caer de sus mejillas.
— Quiero que te vayas, no tienes que estar aquí dándome tu lástima como todos los demás —
— No te doy mi lástima, te doy mi apoyo, de hecho estas semanas he tratado de ayudarte, pero amiga, eres muy necia, deberías de alegrarte que nunca me rindo — dijo sonriente, pero su amiga sigue sin verlo. Odio al principe por romperle el corazón a su amiga, pero Aiden siempre supo que su historia no terminaría bien, se enamoró de un mujeriego, no podía esperar un buen final.
— No me interesa. Te necesitaba Aiden, más que a nadie porque eras mi amigo. ¿Y qué fue lo que hiciste? Me trataste de la peor manera —
Aiden respiro hondo y miro la puesta de sol, el rostro de su amiga está sonrojado e iluminado por el rayos de sol, parece una pintura antigua, rota y hermosa, pero sin duda se sorprendió al ver que su amiga, parecía una... princesa.
— Perdoname — se giro y tomo su rostro entre sus manos, dándole calor a sus frías y pálidas mejillas — Perdoname se nuevo por estar un poco celoso de que mi amiga estuviera más tiempo con el principe. No lo entendía. ¿Por qué te alejabas de mí? Pero te enamoraste y yo no quise darme cuenta, solo puedo decir que fui un estupido al dejarte cuando más me necesitabas, pero ahora no me iré jamás —
Vanessa no pudo más y se abrazó al cálido cuerpo de su amigo, su amistad es más fuerte que una simple pelea, es el hermano mayor que nunca tuvo. Recargo su cabeza en su hombro y dejo caer un par se lagrimas.
— Quiero que seas mi amigo de nuevo.
Adonde la tomó por lo hombros y a lejos un poco para verla a la cara, limpio las lagrimas y sonrió.
— Tenemos tantas cosas de que hablar que ambos diremos lo que nos pasa al mismo tiempo y esa sera nuestra manera de ayudarnos —
— Perdí a mi bebé — respondió ella
— Tengo cáncer —
Vanessa abrió mucho los ojos y sintió como si la hubiera abofeteado, miro de arriba a abajo a su amigo y se sintió mal por no haber notado los síntomas se su enfermedad, o sus constantes faltas a las cirugías y todo por que todo el tiempo su mente estaba puesta en ser una buena princesa.
—¿Que? ¿Estas mal? ¡Como se te ocurre decírmelo hasta ahora! ¿Que haremos? — dijo asustada por el difícil camino que tendrá que seguir su amigo.
— No soy tan egoísta como para arruinar tu vida, prácticamente estabas viviendo un cuento de hadas, lucias perfecta en las fiestas y no quería que terminaras conmigo a media noche por una simple quimioterapia en el hospital. Lo siento —miro el vientre de su amiga — ¿Porque no me dijiste que perdiste a tu bebé? —
— No me gusta recordarlo — alejo el rostro avergonzada — Lo perdí hace unas semanas, después de ver como Alexander tenía sexo con alguien más, yo... me sentí traicionada y frustrada — El Fuerte viento hizo volar sus lágrimas — Yo no se que hacer, todo se arruino en mi vida y lo único que no puedo dejar es llorar, esta no soy yo —
Volvió a tomar el rostro de su amiga, no podía derrumbarse ahora que más la necesita, tiene que traer de vuelta a esa inteligente doctora que se enfrenta a los b peores casos de medicina, que opera aún cuando nadie quiere hacerlo, porque ella, su amiga, será quien busque la cura para su enfermedad.
— Basta de llorar más, ya derramaste suficientes lagrimas y yo necesito que seas fuerte como antes que te enfrentes a cualquier enfermedad como ningún medico lo haría, tienes un don y debes aprovecharlo, porque tu querida amiga serás la doctora que me salve la vida —
Entonces Vanessa supo que se enfrentaría al peor caso médico que jamás haya visto, y entendió que su bebé le regaló la oportunidad de ser la doctora que siempre deseo ser.