- Lo mejor será, leer esté capítulo y luego a descansar - nos dice Dumbledore.
- Nos parece bien - le responde Harry y mi abuelo se acomoda mejor para continuar.
Regresamos al castillo antes de que oscureciera. Al subir, ya no quedaba demasiado del festejo. Ninguno parecía querer ir todavía a la cama. Nos acomodamos en los sillones más cercanos al fuego.
- Nuestros favoritos - comenta mi padre.
- Y los nuestros - agrega Rose.
- ¿Quién será Nicolás Flamel? - nos preguntó Ron.
- No lo sé, pero mañana iremos a la biblioteca a investigar...
- ¡No es justo Hermione! Es domingo.
-¡Eso es una locura! - grita Sirius.
- No, siempre es mejor saber a lo que se enfrentan - le responde Remus.
- ¿Pero un domingo? - pregunta - ¿No se supone que está cerrada?
- Canuto, ¿al menos sabes donde queda la biblioteca?
- Claro que lo sé.
- Ron, ella tiene razón, si queremos saber quien es y lo que hay escondido aquí. Sin contar que debemos tener cuidado de que no se nos acumule la tarea.
- Al menos no descuidan sus estudios - comenta el señor Weasley.
- No lo puedo creer, te transformaste en la gemela de Hermione - ese comentario de Ron nos hace reír a todos - Ahora falta que Harry, saque un sobresaliente en pociones.
- ¡Oye!
- Hablando de eso - comenta nuestra amiga - ¿Cómo has podido hacer ese contra-maleficio? Es magia muy avanzada y difícil, eso lo podremos ver en sexto año.
- Cuando me entere que soy una bruja, ese mismo día fuimos a comprar las cosas y estoy fascinada con los libros porque todo me llama la atención y papá me dio su baúl con todos sus libros, con la condición de que no intentara nada de lo que aprendiera sin supervisión. Una vez que comenzaba, no podía parar e hice varios cuadernos con anotaciones - respondí - Ahora que lo pienso, podría mostrarselo y tal vez les sea más fácil de comprender.
- Eso sería genial Hannah, gracias.
- ¿No solo los leías, sino que también hacías tus resúmenes? - me pregunta Lily.
- Sí, eso me ayudaba a aprender más rápido y nos fue de gran ayuda más de una vez.
- Pero es la primera vez que lo intentabas... eso es lo que me impresiona.
- Yo... hay-hay... algo que no les conté porque se lo prometí a mi padre porque el tema le preocupa e inquieta mucho - dije un tanto nerviosa.
- Nosotros jamás te delataríamos - dice Harry y su mirada me transmite confianza.
- Él tiene razón, eres nuestra amiga.
- Ni seis meses duro la promesa - dice Charlie.
- Lo lamento papá, pero solo lo supieron ellos... hasta ahora.
- Lo entiendo, no te preocupes.
- Lo sé, por eso se los quiero contar - les dije a los tres y saco mi varita - Cuando fuimos a Ollivander, sucedió algo raro. Probé al menos unas diez varitas y ninguna era la indicada, pero estoy segura que ese hombre lo sabia y solo quería probar - agregué - Desapareció unos minutos y regreso con una caja a la que tuvo que desactivarle varias protecciones, ahí estaba guardada mi varita, la unión fue en el acto. Lo raro de esto es que no es común, por su núcleo. Es de cabello de unicornio, pluma de fénix y nervio de corazón de dragón.
- Es imposible...
- Dijo que fue hecha hace muchísimos años atrás por su familia y que solo existen dos así, la otra está en la tumba de su dueño. También me dijo que me responderá solo a mí por siempre - les digo - Papá se alteró mucho y me hizo prometerle que no se lo diría a nadie porque teme que alguien me quiera hacer daño para adueñarsela y se los conté porque confío en ustedes.
- Gracias por decirnos, a mí también me pasó algo raro en Ollivander - nos comentó Harry y también saca su varita - Su núcleo es de una pluma de fénix, pero tal ave dio dos plumas que se usaron para diferentes varitas.
- ¿O sea que son gemelas? - pregunta Hermione.
- Sí y la otra varita le pertenece a Voldemort...
Nadie decia nada, todos estaban bastante sorprendidos con esa información sobretodo los aurores y Malfoy.
- Véanlo como una gran ventaja - le dice él a sus padres - Ya lo entenderán.
- Oh Harry...
- Esta bien Hannah.
Ninguno sabía que decir en ese momento.
- Es oficial, no volveremos a comprar allí - comentó Ron.
- Muy cierto, iré a la cama - dijo Hermione - Los veré en el desayuno.
- Yo igual, ha sido todo un día largo - Ron desapareciendo por las escaleras.
Con Harry nos quedamos en silencio mirando las llamas.
- Gracias por lo de hoy, no te lo agradecí antes.
- No iba a dejar que te pasará nada, es más, hablaré con los gemelos para hacerle una broma al capitán de Slytherin.
Los Merodeadores y los gemelos se rieron por aquello.
- ¿Lo hicieron? - nos pregunta James.
Miro a los gemelos y fue algo que prometimos nunca contarlo, pero...
- ¿Hicieron una broma y no nos contaron? - nos pregunta incrédulo Ron.
- No podíamos negarnos al pedido de nuestra niña - le responde George.
- Y menos si era una broma a Marcus.
-¿Qué hicieron? - me pregunta Harry.
-¿Entonces si fueron ustedes? - nos dice en cambio Draco comenzando a reír.
- Puede que haya hecho una poción en particular... y se lo diera a los gemelos... - comienzo.
- Y nosotros virtieramos un poco en su shampoo y... - sigue Fred.
- Marcus haya quedado calvo por una semana sin poder revertirlo - y termina de contarlo George.
La mayoría comenzó a reír por nuestra ocurrencia. Harry solo niega con la cabeza y besa mi mejilla.
-Adoro a mi ahijada, serías una muy buena Merodeadora.
- Suena bien - dijo divertido - Yo tampoco dejaré que te pase nada a ti.
- Lo sé - respondí sin dudarlo.
Habremos estado al menos una hora más allí, en silencio cómodos con nuestra compañía.
A la mañana siguiente, me despierto entre unos samarreos y algunos picotazos.
- Bien, suficiente Hermione y Zeus - pido abriendo los ojos.
- Genial ¿Me dejas mandarlo a que despierte a los chicos?
Asiento, mientras me levanto y busco algo de ropa cómoda. Media hora más tarde, los cuatro nos sentamos a desayunar e intentamos no reír a causa de las marcas de la frente de Ron.
- Esa lechuza está endemoniada.
El clan Weasley se ríen a costa de Ron y de imaginarlo de tal manera.
- ¡Oye! No es culpa de Zeus que tú tengas el sueño pesado.
- Sigo opinando que es una pesadilla.
- Ron, ¿tan temprano y ya quejandote? - pregunta George.
- ¿Qué te paso en la cara? - agrega Fred.
- De eso, me quejo. Su lechuza fue a despertarme.
- Bien, al fin alguien pudo.
- Por cierto Hannah, tus padres son geniales.
- Gracias, todos les cayeron bien y esperan que para la próxima conocer a Percy - digo en general - Me disculpo, si fueron muy eufóricos con sus saludos.
- Para nada...
- Espera a conocer a nuestra madre.
- Sí, mamá también es de las que le gusta dar abrazos.
Las siguientes semanas pasaron cargadas de estudio y muchísima lectura, pero por más que buscáramos sin cesar y diéramos vuelta la biblioteca, no encontrábamos nada acerca de Nicolás Flamel. Aunque con las vacaciones tendríamos más tiempo para centrarnos en la búsqueda. Con Hermione, habíamos acabado de empacar y arrastramos nuestros baúles hacia la entrada. El tren partiría en una hora y solo nos quedaba despedirnos de los chicos.
Harry nos hizo saber, desde un principio, que no deseaba ir a pasar las festividades con su familia muggle. Resulta que su tía era la hermana de su madre y que ella y su esposo, lo adoptaron luego de lo ocurrido. Mucho no nos quiso decir, pero leyendo entre líneas y sus expresiones, me hicieron dar cuenta de que lo trataban peor que un elfo doméstico, ya que ellos odian la magia.
- Voy a matarla - comenta Lily furiosa.
- Apoyo la causa - agrega mi madre - No pueden odiar algo que no conocen... ¿Tus padres no me querrán adoptar y qué los míos adopten a tu hermana?
- No suena mal.
Lo único que los salvaba que no les vaya a ser daño personalmente, era que perdería más de lo que gano y decepcionaría a Harry. Esperaba poder ayudarlo en algo, al respecto.
- Hannah, ellos no fueron muy buenos, pero merecían de tu tiempo - me dice Harry - Sé que preocupas por mí, pero sabes que mi hogar es Hogwarts junto a ustedes.
-Lo sé, lo entendí más tarde.
Era una suerte que el clan Weasley, se quedara a pasar las festividades con él. Eso me calmaba, porque sabía que no la pasaría solo.
El salón era espectacular. Guirnaldas de muérdago y acebo cuelgan de las paredes, y no menos de doce árboles de Navidad están distribuidos por el lugar, algunos brillando con pequeños carámbanos, otros con cientos de velas. Al final de la mesa de Gryffindor, distinguimos fácilmente, a nuestro pelirrojo y azabache, jugando al ajedrez mágico. A Hermione, le parece un juego de bárbaros, por la manera en que las pequeñas piezas golpean a su contrincante y los arrastran fuera del tablero.
- Son unos salvajes.
- Veo que ya empacaron - dijo en cambio Ron, ignorando el comentario de ella.
- Sí, el tren parte en una hora - respondo - ¿Y el resto de mis hermanos?
-¡Aquí! - me sorprenden los gemelos y más atrás se acerca Percy.
- ¿Creían que no las íbamos a despedir? - me dijo Fred, abrazándome por los hombros como toda una mamá gallina... bueno, en este caso como una mamá leona.
- Hann, Herms, vamos a extrañarlas - agregó George, abrazando a mi amiga al igual que su hermano.
- Y nosotras a ustedes.
- Solo intenten no destruir el castillo mientras no estemos - dije con gracia, aunque no debería darles ideas.
- Por supuesto que no...- comienza Fred.
- Las vamos a esperar - finaliza George.
- En sus sueños - les rompe la burbuja Percy - Vamos niñas, las acompañaré hasta el tren.
Percy era el más complicado de leer, entre sus hermanos. Me daba cuenta que quería hacer solo lo correcto, estar fijo a las normas, pero en el fondo tenía esa chispa alborotadora de los Weasley. Como también, a su manera, nos adoptó a nosotras.
- Sí, él único al que se lo ocurre bromear en plena batalla - comenta Ron.
- No lo pensé, solo lo dije - se defiende él.
- Bienvenido hermano, ahora nos entenderás mejor - le dice Fred en broma.
En las largas horas de viaje, las pasamos entre charlas, comida y lectura. Hermione era una excelente compañera de estudio, pero lo más importante para mí es que era una grandiosa amiga. Creo que es la primera vez que voy a extrañar estar en la escuela.
- Gracias Hannah.
Al bajar del tren, comenzamos a buscar a nuestras familias y a lo lejos distingo a mis padres hablando con otra pareja, que por su forma de vestir, me di cuenta de que se trataba de muggle.
- Son mis padres - me confirma mi amiga al ver lo mismo.
Nos apresuramos por llegar a ellos, mamá fue quién me recibió con los brazos abiertos y me besó por toda la cara. A penas soy liberada, papá me dio un fuerte abrazo de oso y un beso en la frente.
- Te extrañamos mucho.
- Y yo a ustedes.
- Mamá, papá ella es Hannah Gryffton, mi mejor amiga - nos presenta Hermione.
- Un gusto conocerlos, Señor y Señora Granger.
- Lo mismo opinamos nosotros - responde con amabilidad su padre - Hermione nos ha hablado mucho de ti y sus amigos, estábamos ansiosos por conocerlos.
- Hablando de eso - dijo mi mamá - ¿Y el resto?
- Bueno, Harry quiso quedarse a pasar navidad en Hogwarts y mis hermanos se quedaron con él - le explico y veo la expresión de confusión de los padres de mi amiga - Los chicos Weasley, los mayores nos adoptaron como sus hermanas.
- Eso suena adorable.
Con Hermione compartimos una mirada de complicidad al escuchar su madre, si supiera como los gemelos intentaban corrompernos para que estudiáramos menos e hiciéramos más bromas con ellos.
- ¡Fred y George! - los regaña su madre - No pueden corromper a estas niñas.
- Cuando sepan todo lo que han hecho, preferirán de que se hubieran quedado haciendo broma con nosotros - se defiende George.
- Y se corrompieron solas - agrega Fred - Rompieron muchas reglas y leyes.
-Por buenas causas - nos defiende Ginny.
- Sí, realmente lo son.
- Buenos hija, ya debemos de irnos. Tenemos un largo camino a casa - dijo el señor Granger.
- Oh, claro papá - Hermione me abraza fuerte por un momento - Recuerda escribirme.
- Veras a Zeus seguido en tu ventana - al decir eso último, mis padres también se despiden y vemos como se alejan.
- Bueno mis lady's, no se ustedes, pero yo muero por una cena familiar.
No hay un mejor padre que él. Toma mis cosas y mamá sujeta mi mano. De regreso a casa, me preguntan muchas cosas, de lo que he pasado. Papá se sorprendió al saber que Snape estaba enseñando pociones, al parecer iban al colegio juntos. Aunque me felicito por haberle parado el carro, aunque mamá lo regaña "No está bien que le responda de esa manera a sus profesores". Tal vez ella no se dio cuenta, pero veía por el reflejo de su ventana que sonríe divertida.
- Tu futura esposa me cae cada vez mejor Freddy - le dice Sirius, provocando que ambos se sonrojen.
- Te voy avisando Sirius, que también querré nietos de tu parte - le dice la Señora Potter haciéndolo sonrojar a él.
- Gracias - le dice mi padre.
Lo que queda del viaje repasamos a fondo lo sucedido con el Troll, no gané ningún castigo debido a que realmente no estaba al tanto de lo que ocurría en ese momento en el castillo.
Dormir la primera noche en mi cama, luego de meses, se siente extraño. Pero creo que no se trataba de eso en realidad. Extrañaba estar rodeada de la presencia de mis amigos, no es que no estuviera feliz de estar en casa, al contrario, me siento feliz de ver a mis padres, nunca nos habíamos separado por tanto tiempo.
- Todos entendemos el sentimiento - me dice Bill - Con el tiempo te acostumbras.
Una de las ventajas de estar en casa, es que podía bajar a desayunar en pijama, sin sentirme ansiosas por las clases que tendría en el día. Al llegar a la cocina, mi padre estaba leyendo, para mi sorpresa, "El Profeta" mientras tomaba su café y mamá me sirvió panqueques al verme entrar.
- Creo que alguien tuvo una feroz batalla con su cepillo y perdió.
- Frederick, eso no se le dice a una chica - lo regaña Lily mientras que el resto ríe por el comentario.
- Es mi hija, por supuesto sabe que se lo dije en broma.
- Mi padre de mi tiempo, es más bromista - le aseguro.
- Buenos días a ti también papá - dije con gracia.
- Hannah, ayer quise preguntarte y se me pasó. ¿Con quién vive Harry para no querer regresar a casa por Navidad? - preguntó mi madre sentándose delante de mí.
- Con sus tíos por parte de su madre - respondí molesta con solo recordarlo.
- Dios... pobre criatura - murmura - Petunia odia la magia con todo su ser, no me sorprendería saber que se casó con ese novio suyo... ¿Como se llamaba?
- Dursley - respondí y el apellido sabía amargo en mi boca - Por lo que pude sacarle, no lo tratan bien. A Harry no le gusta hablar mucho de su vida, pero me es fácil leerlo.
- Juro que James debe estar riéndose de mí desde el más allá - comentó mi padre dejando su periódico a un lado.
- Desde el más allá y desde acá también - le dice sin dejar de reír.
- Solo él bromea con eso - comenta Remus.
- Ya, Harry es buen chico - les dice mi madre - Se abra ganado nuestra aprobación.
- Digamos que lo fueron asumiendo de a poco - les dice él - Pero están felices por la boda.
-¿Y quién no? - le pregunta con obviedad su madre.
- La comunidad masculina de varios colegios - comenta Ginny viendo como Harry se molesta.
- Yo les dije que no a todos - le digo tomando su mano - Solo esperaba tu invitación...
- Y tarde bastante.
- Un poco y un par de gritos de Hermione - le dice Ron.
- Tú no puedes comentar nada, fuiste más lento que él - le dice Ginny.
- ¿A qué te refieres?
- No importa eso ahora - dijo esquivando la pregunta - Creo que conozco a alguien con ese apellido... ¡Sí! Vernon Dursley.
- Sí, creo que así se llama.
- Bien, cuando termine el curso, lo buscare para hablar.
- Me gustaría comprarle algún obsequió a los chicos - comenté.
- Claro cariño, yo no puedo acompañarlas por el trabajo, pero podrían ir al Callejón Diagon esta tarde.
Con mamá aun nos sentíamos como turistas en ese lugar, pero a la vez vamos tomándole confianza. Los regalos de los gemelos y Ron, los conseguimos en la tienda de Quidditch. Recordé cual era su equipo favorito y les compre una camiseta a cada uno e hicimos que le colocaran sus nombres en sus espaldas. Para Hermione y Percy, conseguimos unos libros que me comentaron que deseaban tener. Por último, Harry... no tenía ni la menor idea de que regalarle.
- ¿No se te ocurre nada? - preguntó mamá.
- No, él sería feliz con solo una tarjeta - dije con sinceridad - Quiero regalarle algo que aprecie y le guste mucho.
- Cualquier cosa que le vaya a regalar, lo apreciara - dice con una mirada tierna - Vi algo interesante, en una vidriera más atrás.
- Tu madre tenía razón, cualquier cosa que quisiera darme estaría feliz - me dice con una sonrisa.
- Ves James, ve aprendiendo de tu hijo de como hablar con una chica - le dice Sirius ganándose un golpe de su amigo - Solo digo la verdad, ves a Evans y dices puras idioteces que luego te arrepientes de haber dicho.
- Me pongo nervioso - le dice molesto - Ellos llevan años siendo amigos.
Toma mi mano libre de bolsas y me guía hasta la vitrina. Cuando me señala su objetivo, enseguida me gusto. Una pulsera de cuero negro, con un dije en el medio del perfil de un dorado león similar al mío. Mamá, no lo duda y lo compra, sin siquiera dejarme decir algo.
- Porque va a juego con tu collar - me dice ella.
- Lo sabemos - le responde Harry y le enseña su muñeca - Nunca me la quito.
En la noche de la víspera de Navidad, papá envió los regalos hacia el árbol de la sala común de Gryffindor y también envió a Zeus con el regalo de Hermione. Para la mañana de Navidad, como de costumbre, papá entra haciendo ruido con una cacerola y un cucharón para que despierte y lanza mis cobijas al suelo. Llevaba puesto, su viejo e inconfundible, gorro de Santa.
Mi abuelo deja de leer para reír y secarse algunas lágrimas. Luego mira hacia su hijo y le sonríe con orgullo.
- Te dije que heredarías la costumbre - le dice.
- A mí me gusta dormir - protesto haciendo reír al resto.
- Por eso dicen que se salto tu generación - me responde Teddy - El abuelo siempre aparece muy temprano en casa para que hagamos ruido con él.
-¿En serio papá? - le digo incrédula - ¿Tú y mis cuatro niños haciendo ruido por las casa?
- Son las mejores mañanas del mundo - comenta J.S.
- No sabía que tenían esa costumbre - me dice Bill.
- Si y al parecer es hereditaria - le respondo negando y acomodando al pequeño Teddy que juega con sus manos.
- ¡Es hora de levantarse, Santa ya llegó! ¡Ya llegó! - cantaba fuerte y le lancé mi almohada,que alcanza a esquivar - Vamos hija, los regalos no se abren solos.
- Siendo honesto Ferddy... yo te tiro con algo más duro que eso - le dice James.
- El que tiene ese puesto ahora es mi padre - le responde - Vengan a pasar la próxima navidad a casa y verán a lo que yo me enfrento.
- Por mí no hay problema, nada perturba mi sueño - le dice Sirius.
- Créeme, mi padre si te despertara.
Desde que tengo consciencia, siempre fue el primero en la casa en despertarse y cantar por los pasillos y sospechaba que no dejaría de hacerlo.
- Por si lo dudas, cuando seas muuuy mayor y te mudes, aquí continuo - ese comentario me hace reír - Me apareceré adentro para despertarte.
- Fuiste advertida - me dice mi abuela con gracia - ¿Viven cerca?
- Nosotros vivimos en la mansión, ya que es la que más cerca queda del colegio y los abuelos se construyeron una casa cerca - le responde Albus - Aunque nos vemos más en vacaciones.
- Es bueno saber, que mi casa va tener falla de seguridad.
- Parece que hoy tenemos una comediante - dijo sonriendo y conocía esa sonrisa en particular - Alguien necesita una visita del monstruo de las cosquilla.
Salté a tiempo de la cama para correr por la casa riendo y en busca de mi gran salvación.
- ¡Mamá!
Todo el comedor y hasta mi prometido comenzaron a reírse.
- En mi defensa, solo tenía once.
La encuentro junto a nuestro árbol con una gran sonrisa y no disminuyo mi paso hasta esconderme detrás de ella.
- Frederick, haz que desaparezca el monstruo o ambos se quedaran sin galleta.
Y listo, papá se detiene con geste de niño regañado.
- Es una muy buena amenaza - la felicita mi abuela.
-Gracias, al parecer funciona bien.
- Cualquier persona se portaría bien, si amenazas con quitarle de tus galletas - le comenta Harry.
-Genial, ahora sabremos como controlarlos - le responde su madre.
- Bien, me rindo - nos dijo levantando sus manos en señal de paz - Amo mis galletas y es hora de abrir los regalos.
El regalo de mis padres fue bastante ropa muggle nueva y muchos dulces mágicos. Igual que los chicos, que me regalaron una ración bastante grande. Hermione me regalo un diario, que según su nota, estaba hechizado para que nadie lea lo que yo escribiera en él sin mi permiso. Me sorprendo cuando veo un paquete, por parte de los padres Weasley. Rompo el paquete y veo un precioso suéter de lana del color de mis ojos y una pequeña nota.
-¡Un suéter Weasley! - grita todo el clan.
-Siendo honesta, amo eso suéter son mis favoritos - le digo.
- Me alegra saberlo querida - me dice un poco sonrojada.
- Todos amamos lo que abuela Molly nos teje para Navidad - comenta Rose - Por más que ahora somos muchos más, a todos nos hace un obsequio así de especial.
- Es cierto, el año anterior nos tejió bufandas con los colores de Slytherin con nuestra inicial, para Al y para mí - nos cuenta Scorp - Estoy esperando el próximo invierno para poder volver a usarla.
Draco lo mira un poco sorprendido por ese comentario, pero a la vez un poco agradecido de que sus errores no hayan afectado a su hijo. Con el resto hemos notado ese detalle y hasta ya se han encariñado de la pequeña serpiente.
- Gracias cariño, procuraré recordarlo para cuando llegué el momento - le dice Molly con una sonrisa.
-"Me han contado mucho de ti y que ya formas parte de la familia, mis niños me dijeron que este es color de tus ojos. Deben ser muy hermosos, el resto de nosotros esperamos con ansias poder conocerte.
Feliz Navidad, para ti y tu familia.
Con cariño, los Weasley."
- leo en voz alta y me siento muy emocionada - Que tierno de su parte, cuando regrese a Hogwarts le enviare una nota de agradecimiento.
- Eso fue un hermoso gesto - comentó de acuerdo mi madre - ¿Por qué vas a esperar tanto para responderle?
- Lo que pasa es que Ron nos contó que sus padres junto con Ginny, la hermana menor de ellos, iban a pasar las fiestas en Rumanía porque uno de sus hijos mayores, Charlie, trabaja con dragones y creo que sería un viaje muy largo para Zeus.
- En eso tienes razón...
- ¡Con dragones! - exclamó mi padre alegre - Eso es genial.
- Sí, pienso igual - confirmo - El mayor de todos Bill, trabaja en Egipto rompiendo maldiciones para Gringotts.
- Pobre de sus padres, deben estar preocupados constantemente - dijo mi madre.
- Ron dice que sí, pero que intenta permanecer en contacto al menos una vez a la semana con ellos - le aviso - Aunque pienso que Percy les dará un respiro, es muy claro que quiere trabajar en el Ministerio y los gemelos... bueno, ellos todavía tienen tiempo de pensar en lo que harán.
- Eso sonó como si fuéramos a la deriva - me dicen ellos.
- En ese año aún no tenían sus planes acerca de sus productos - le respondo.
- Aparte, Ron fue el qué preocupó más a mamá de todos nosotros - comenta Charlie.
- No lo hice con esa intensión - les reprocha él - No podíamos volver a Hogwarts y mucho menos iba abandonar a Hannah y a Harry.
- Lo sabemos - le responde Bill - Charlie no te lo estaba reprochando. Todos estuvimos preocupados, pero confiamos en que todo saldría bien.
- Eso último... - le dice mi padre - ¿A qué te referías Ron con eso de abandonar a Hannah y a Harry? ¿En dónde estaba yo para ayudarlos? ¿ Por qué no podían volver a Hogwarts?
- Papá... - digo con un suspiro - Mira, las cosas se complicarán y a lo que se refieren ellos, paso en nuestro último año en Hogwarts y en los últimos libros lo entenderás. Pero por cuestiones de seguridad nuestra y del resto, los cuatro nos fuimos solos a cumplir una misión para ponerle un fin a todo. Y míranos, aquí estamos.
- No quiero eso para ustedes, pude haberlos ayudados...
- No, las cosas se pondrán mucho peor en nuestro tiempo de lo que les tendría que pasar a ustedes en este tiempo - lo interrumpo.
- Hijo, deja que tu padre siga - le pide su madre.
- ¿Y Ron?
- No lo sabe aún - le digo - No conozco tanta profesiones del mundo mágico y bueno, recién estamos en nuestro primer año, por lo que sé los TIMO son en quinto - agrego - ¿Tú ibas a tomar algún trabajo así papá?
- Sí, para Auror junto con James, pero no pude y no me arrepiento.
- ¿Crees que puedas contarme más cosas, del pasado de ambos?
- Lo hemos hablado mucho con tu padre - respondió enseguida mamá - Cuando termine el año, nos sentaremos contigo y Harry, para contarles de nuestro pasado y el de como conocemos a sus padres. Queremos que tengan un año tranquilo.
- Bien, no insistiré entonces - respondo con una sonrisa. Sé que ellos me revelaran todos los misterios y un nombre me llega a la cabeza - Papá, ¿sabes algo acerca de Nicolás Flamel?
- Chica lista - me felicita Lily.
- Supuse que podría saberlo.
- Claro, es un alquimista de unos seiscientos años más o menos - respondió casual y por dentro estaba explotando de la emoción - ¿Es para alguna tarea?
- Algo así - respondo poniéndome de pie y abrazo a ambos - Son los mejores padres del mundo, tengo que mandarle un mensaje a mis amigos, ya vuelvo.
- En cierta forma, era un tarea pendiente - comenta Remus.
Escribí dos cartas rápidamente.
"Feliz Navidad
Dejen de investigar, ya tengo lo que buscamos. Les contaré todo en Hogwarts.
Con cariño, Hannah "
- Fin de este capítulo - nos dice mi abuelo y me pasa el libro.
- Bien, cenaremos en una hora - nos dice Dumbledore - Nuestros invitados se pueden quedar en...
- La sala de Menesteres - le digo con una sonrisa - Ahí podremos estar todos cómodos.
-Muy cierto, señorita Gryffindor.
- ¿Hay una sala de los menesteres y no lo sabíamos? - les pregunta Sirius a su grupo.
- No sé sientan mal, pero nadie conoce mejor el castillo y los alrededores mejor que ellos cuatros - les dice Neville.
- Algunos atajos lo conocimos gracias a ellos y otros... bueno, nos encontraron a nosotros - les aclara Harry.