El elevador de Central Park

Bởi CreativeToTheCore

5.3M 564K 164K

¿Cuál es el mejor lugar para trazar un plan de espionaje? El malhumorado Xiant Silver no tiene nada en común... Xem Thêm

Sinopsis
1. Hígados en Nueva York
2. Cuernos desde mayo
3. Viernes de investigación
4. El idioma de la decepción
5. Pactar con demonios
6. Alcohólico mañanero
7. Dramatizar
8. Se busca traductor
9. El test del lector
10. Ideas asesinas
11. Aborten misión
12. Al confesionario
13. Media naranja
14. Ensalada de licores
15. Cita con el dentista
16. No soy el sol
17. Paso en la dirección correcta (o incorrecta)
18. Donde no soy tú
19. El día que lo arruinaste
20. Tacaño viscoso
21. Malos niñeros
22. Lo que le dices a los niños y los niños te dicen a ti
23. Pretérito
24. La reina y su heredero
25. Protégelo
26. Ficción para adultos
27. Gallos
28. Dos ciudades, dos mujeres
30. Amistad en construcción
31. Brillo y sangre
32. Lejos, lejos, lejos
33. Espermatozoides asustados
34. Para mañana
35. El rebaño
36. Grisáceo
37. Gato comprimido
38. Citar la fuente
39. Una última bala
40. Te quiero
41. Amigos en noviembre
42. Cosas que (no) te gustan
43. Nueva misión
44. Para mi flor preferida
45. Elevadores en Lisboa
Epílogo
¡En físico!

29. Chalecos de fuerza

76K 10.6K 3K
Bởi CreativeToTheCore

Preswen


—Menos ojos en mí y más en la vista, señor Silver —advierto al ver que me escudriña pensativo.

—Desgraciadamente usted es parte del paisaje, señora Ellis.

—Señorita —corrijo al despegar mi rostro de la reja.

—No estás tan joven.

—Y tú no desarrollaste alas para sobrevivir a una caída desde aquí, así que cierra tu bocota.

Se lleva los dedos a los labios y simula sellarlos antes de lanzar la llave desde el Empire State. Es infantil e idiota de su parte, pero me hace reír. Nos alejamos de los turistas tanto como podemos para admirar la vista sin cegarnos con sus flashes. Es triste que algunos vivan a través de la lente de una cámara o tratando de hacer el boomerang perfecto para que todos sus seguidores lo vean, pero no puedo culparlos porque yo también era algo adicta a las redes hasta que Brells apareció.

Las redes sociales pueden detonar y hacerte vivir grandes historias, como también lograr que te pierdas otras. A veces es difícil encontrar un balance entre la realidad y la virtualidad.

—¿De qué trata la novela que intentas que publique mi editorial? —pregunta.

Siento como si sus signos de interrogación me golpearan en la garganta y dejaran sin aire. Encuentro auténtica curiosidad en sus ojos. No hay burla latosa y tampoco rastro del destello juguetón. Mis mejillas arden y agradezco la tonalidad de mi piel y que sea de noche, porque de otra forma sé que me molestaría por eso.

—Es solo que… —comienza al ver que no contesto—. Jamás te pregunté qué escribías. Eres la primera escritora que sabe que soy agente literario y no busca sacar provecho de eso.

—No te engañes, claro que quise sacar provecho cuando me enteré. Después, con todo el asunto de ya sabes quiénes, me olvidé. No volví a recordarlo hasta ahora. Creo que todo el resto de ti me mantuvo ocupada.

Me encojo de hombros y asiente apreciando la franqueza. No parece enojado, sino más bien halagado.

—¿Entonces...?

—¿Entonces qué? —Lo miro de reojo.

—Eres pésima evitando temas de conversación, Preswen. —Se apoya contra la reja y hace una pausa para apreciar la vista—. También ahorrando y siendo amable. Vamos, escúpelo.

—¿Me prometes que no te reirás?

—Soy agente literario, este es mi trabajo. Por supuesto que no me voy a reír, y si lo hago me apego a las consecuencias.

—Escribo sobre el triángulo P.

—No recuerdo jamás haber oído algo sobre un triángulo P. —Frunce el ceño, desorientado—. ¿Qué es? ¿El triángulo Preswen? ¿Tan narcisista ibas a ser para ponerle tu nombre a las figuras geométricas?

Trata de adivinar con provocación, pero no va a conseguirlo.

—El día que leas mi manuscrito lo sabrás. —Le guiño un ojo.

No estoy lista para adentrarme en el terrero de la escritura con él.

—Ahora oficialmente me estás utilizando por mi vocación —se ofende.

—Te equivocas, yo siempre te estoy utilizando.

Me da un golpe con la cadera, haciendo que trastabille contra la señora italiana de los gases, a lo que riendo ofendida respondo cargando contra él. Imbécil atrevido. Le doy con la cabeza en el pecho, empujándolo contra el enrejado.

—¡Eh, loca, alto ahí! ¡¿De gnomo a toro hay solo un paso o qué?!

Su pecho se sacude cuando ríe de una forma que provoca terremotos en algún lugar del mundo. Parecemos un par de idiotas y sé que lo somos, en especial yo, pero no me importa. La vida adulta a veces estresa tanto que es bueno tener a alguien con quien mandarla a la mierda, aunque sea durante un segundo. Quejarse de a dos y hacer bromas de mal gusto no soluciona los problemas, pero los hace más llevaderos. Lo importante es lo que viene después, el apoyarse para superarlos.

—¿Esto vas a hacer con los cuernos que nos dieron? ¿Tratar de matarme? —dice al tomarme por los brazos.

Me obliga a dar la vuelta antes de ajustar los suyos a mi alrededor, en un abrazo apretado. Sentiría su corazón contra mi espalda si no estuviéramos más abrigados que los habitantes del Ártico.

—Intenta bajar tu nivel de locura que los de seguridad nos miran como si fuéramos a saltar —susurra contra mi oreja, con su barba incipiente raspando mi piel.

Nos quedamos quietos apreciando Nueva York hasta que todos los pares de ojos dejan de prestarnos atención.

—Me abrazas como si fueras un chaleco de fuerza —señalo, pero no me alejo.

Comenzamos a balancearnos un poco, como si eso hiciera algo para detener el frío traspasando las prendas. No lo hace, pero es reconfortante. Creo que esto es parte del consuelo por de lo Brooke y Wells, el abrazo que hubieran compartido cualquier par de personas normales al descubrir que los engañaban.

—No es como si no necesitaras ir a un loquero.

Le doy un apretón a sus manos en respuesta.

—Eso es lo más dulce que me dijiste desde que nos conocimos, ¿sabías? —Levanto el mentón para encontrar tristeza y diversión en partes iguales en su mirada.

—No quiero saber cuáles son tus referencias sobre dulzura si es así. —Hace una mueca de horror.

Reprimo una sonrisa y pongo los ojos en blanco. También intento que no note que tengo ganas de llorar. Estoy acostumbrada a abrazar a la gente, pero no a que me abracen. Me gustaría decírselo y agradecerle, pero me da pánico que sienta pena o crea que me victimizo cuando me pasé la vida huyendo de ese rol. Así que me callo y aprieto sus manos. Espero que tenga una mínima idea de lo mucho que lo aprecio.




Đọc tiếp

Bạn Cũng Sẽ Thích

23.6K 3.8K 62
Bethany nació para volver a nacer, y cual mariposa que salió de su crisálida, voló sobre los jardines que habían sido preparados para ella. Vive par...
31.9K 2.9K 65
Un corazón para sanar (Young Heart) Carlee separa su vida de la siguiente manera: antes de ellos y después de ellos. Para su desgracia, no haber nac...
40.8K 2.7K 27
No se tomen en serio está historia. Solo son chats random de Naruto que se me ocurren por estar tanto tiempo sola jajan't
3.6K 343 26
¡VENTA EN LIBRERIA DE AUTORES DE ARGENTINA! Nota de la autora: Esta historia está inspirada en experiencias propias. Tiene contenido sensible: ansi...