ᴾˡᵉᵃˢᵉ, ᶜᵘʳᵉ ᵐᵉ - ᶜʰᵒⁱ ʸᵉᵒⁿʲᵘⁿ

By DoritosForevah

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Jang Seyeon es conocida en toda la secundaria como la "Chica Consejos", te ayuda dándole soluciones a todos t... More

¡ᶜ ᵒ ⁿ ˢ ᵉ ʲ ᵒ ˢ ᵃ ˢ ᵉ ᵍ ᵘ ⁱ ʳ !
ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 2
ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 3
ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 4
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ᴇᴘɪʟᴏɢᴜᴇ

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 1

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By DoritosForevah

—Bueno, evidentemente, esa persona es dañina —miró a Dahyun, hablando con un tono decidido—, tanto para ti como para tu padre. Sí, es difícil porque tu madre, su esposa, falleció hace no mucho. Ahí se aprecia que él está triste por su pérdida, pero también siente la necesidad de darte una madre. ¿Tú cómo te sientes al respecto? —inquirió preparando los pañuelos.

—Yo... ¡estoy preocupada por él! —la menor comenzó a moquear. Seyeon le tendió el pañuelo y ella lo tomó—. Jamás imaginé que se sintiera de esa forma... —continuó sonándose la nariz—. Yo no necesito una madre a la fuerza, solo quiero que él sea feliz.

Seyeon asintió, tratando de unir los puntos para darle a la chica un buen consejo.

—Entonces, habla con él. Cuando ella no esté, cuéntaselo. Él no la ama, solo sigue con ella porque cree que es lo que tú necesitas —sonrió cálidamente—. Díselo y supérenlo juntos.

Dahyun asintió alegre y abrazó a Seyeon. Esta última le dio unas palmaditas en su espalda para que dejara de llorar, tratando de de modo de animarla.

—Tómate tu tiempo, pero no tardes —recomendó separándose—. Luego me cuantas, ¡suerte!

La de cabellos más largos asintió, abrazándose a sí misma con rastros de lágrimas decorando sus mejillas. Le dio una última y algo forzada sonrisa, antes de dar media vuelta y hacer el amago de irse.

—¡Alto! —detuvo su andar. Dahyun se la quedó mirando con una ceja alzada mientras su mayor rebuscada algo de entre su repleta mochila. Una vez encontrado el objeto, se lo tendió a la menor—. Ten.

Dahyun lo recibió, quedándose mirando el papel. Al notar su confusión, Seyeon soltó una pequeña risa.

—Son los seis principales consejos que debes saber.

Seyeon vio cómo los labios de Dahyun formaron una "O" enorme al comprender la valiosa información en aquel papel. Volvió a reír sin poder evitarlo.

—Ahora sí, ve.

Seyeon se despidió, acompañando sus palabras con el gesto de su mano derecha. La otra estudiante sonrió y copió la acción para, después de unos agradecimientos más, finalmente irse.

La de cabellos cortos soltó un suspiro sintiéndose más tranquila. De algún modo sentía haberla ayudado, pero el resto estaba en manos de Dahyub. Lo que ella debía practicar era el punto cuatro de sus principales consejos en especial.

"Expresa lo que sientes. ¡Así no te arrepientes!"

¿Esas reglas de dónde las había sacado? Pues de sus propias experiencias; además de lo que veía en la escuela y lo que le contaba su prima Kaeun.

Consejo 1: No pretendas ser quien no eres. ¡Sé tú mismo(a)!

No es secreto para nadie que mentir sobre quién eres siempre sale mal. Puedes acabar insatisfecho.

Consejo 2: Busca un grupo de amigos con pensamientos similares a ti. ¡Menos discusiones y más comodidad!

Incluso si son diferentes, los verdaderos amigos tienen discusiones, pero saben cómo resolverlas de una forma tranquila; sin rencores.

Consejo 3: ¿Estás estresado(a)? ¡Abraza a alguien!

Está comprobado por la ciencia que un abrazo puede disminuir el estrés.

Consejo 4: Expresa lo que sientes. ¡Así no te arrepientes!

Si no le dices a una persona lo que estás sintiendo o lo que opinas, te arrepentirás luego. Claro, si es algo que lo/la puede ofender o no te incumbe, es mejor mantenerse en silencio. Siempre es mejor cuidar de lo que dices.

Consejo 5: Si alguien no te corresponde, no pierdas tiempo tratando que lo haga. ¡Hay más peces en el agua!

Si eres insistente, a la otra persona puede parecerle incómodo; además, no te retengas ahí. Las cosas pasan por algo, tu otra mitad puede estar en cualquier parte. Aparecerá cuando tenga que aparecer, no lo busques. ¡Vive tu presente, luego te preocuparás por tu futuro!

Consejo 6: ¡JAMÁS te enamores de un PLAYBOY!

Bueno, desde el punto de vista de Seyeon, eso ni siquiera necesitaba explicación. Es decir, un playboy es solo un jugador. Se divierte un rato contigo y luego te desecha, entonces, ¿por qué enamorarse de uno? Solo te usaría como un trapo. Lo mismo era con las playgirls. Nunca era bueno fiarte de alguno de ellos.

—Seyeon —Yuqi se asomó por la puerta—, vi a Dahyun saliendo llorando, pero con una sonrisa. Todo bien, supongo.

Si había algo que Seyeon agradecía, era tener a su mejor amiga. Ella no solo cumplía su rol de la amistad en el aspecto de hacerla reír, también era muy confiable y por lo mismo la ayudaba con los temas de ser la Chica Consejos.

—¡Síp! —contestó a la cuestionante poniéndose en pie—. ¿Vamos a casa?

—Y sí, muero de sueño —bostezó mientras salían del aula—. Cierto, toma. Son galletas y un jugo, así no perdemos tiempo mientras vas a la máquina expendedora.

Seyeon miró a su amiga con ojos emocionados.

—¡Gracias! —abrazó lo recibido.

—Sí, sí, me debes 100 wones —le sacó la lengua antes de avanzar con la cabeza hacia arriba, evitando así que su amiga viese la sonrisa burlona en su rostro.

—Ay, no sé porqué no me sorprende —rió la de cabellos cortos, caminando más rápido para alcanzar a su mejor amiga.

Pronto se hallaron fuera del recinto. Finalmente, irían a su casa a descansar —al menos Yuqi lo haría—; sin embargo, una escena exasperante las recibió cerca de la entrada. ¿Lo que vieron? Lo de siempre. Una chica, Minjeong, para ser específica, estaba por ser usada por Yeonjun.

El chico pareció acercarse a ella, mirándola de esa forma que él sabía hacía a toda chica caer a sus pies.

Bien, aquí es donde debo intervenir.

Miró a Yuqi con el ceño levemente fruncido y la expresión decidida. La contraria asintió; ambas dirigieron su mirar a los dos jóvenes ubicados no muy lejos de ellas. Seyeon observó a su alrededor.

No hay nadie, excelente. No quiero escándalos para la pobre.

Justo cuando notó que Yeonjun estaba apunto de besarla y la chica se encontraba estática, corrió y se puso en medio. Seyeon era rápida y de pisadas sigilosa pero precisas, por lo que el chico no pudo cambiar el rumbo de su accionar; no la había notado. Sus labios terminaron estrellándose en la palma de la mano derecha de Seyeon.

—Ahora, ¡corre! —exclamó mirando a Minjeong.

Una vez en sus cinco sentidos, la chica asintió y seguido de un "gracias" de su parte, con las mejillas sonrojadas, corrió hacia el autobús, desapareciendo así de su rango de visión.

Podía sentir la mirada clavando dagas en su nuca. Temblando un poco, Seyeon volteó hacia Yeonjun con una sonrisa nerviosa. El chico tenía los ojos entrecerrados por el enojo, incluso podía ver la impaciencia marcada en su ceño fruncido.

—Jeje —rió nerviosa, llegaba a sentirse abochornada. Aún con la incomodidad, quitó su mano y la escondió a su detrás.

—Jang Seyeon y Song Yuqi —Yeonjun mantuvo su expresión molesta—. ¿Podrían dejar de fastidiarme?

—Bueno, querido —se acercó Yuqi, pasando un brazo por encima de sus hombros—, tenemos el compromiso de evitar que corrompas a unas pobres chicas.

—O peor, que les rompas el corazón —continuó Seyeon a lo que asintieron las dos—. Cierto, ¿qué le ibas a hacer a la pobre? ¡Ya le gusta alguien!

Yeonjun sonrió ladino.

—Le iba a hacer un favor. Si le gustara ese chico de verdad, no habría cedido ante mí, ¿no lo crees, Chica Consejos?

Seyeon colocó sus dedos en su propio mentón y analizó la situación.

—Bueno, si lo dices así...

—¡Seyeon! —reprochó Yuqi, apartándose.

—Me voy —miraron a Yeonjun, que suspiraba levantando su mochila del suelo—. Por favor, no me acosen —se burló.

—Primero muertas —contraatacó Yuqi sacando la lengua.

Seyeon asintió muy de acuerdo.

Yeonjun solo se rió antes de marcharse.

—Este chico...

Jang vio cómo su amiga se cruzaba de brazos mientras maldecía entre dientes al chico que segundos antes se hallaba a su costado.

He ahí el consejo seis. En su escuela, era Yeonjun; en la de su prima, Jaehyun; ambos unos playboys. Claro, según lo que le contaba su pariente, "PlayJaehyun" era peor.

—Seyeon, tomaré el autobús aquí. Nos vemooos.

—Adióoos —se despidió de Yuqi.

Caminó sonriente, dando saltitos por el mismo camino al que Yeonjun se había ido. Tarareaba su canción favorita mientras tanto, acompañando así su avanzar. Una vez dobló a la esquina, pudo ver al de cabellos morenos no muy lejos. Y es que a esas horas, cuando salían del colegio, todo el ambiente estaba despejado.

Siguió con lo que hacía, sus saltos cada vez más largos. Llegó a estar más cerca de él, y por supuesto que Yeonjun lo sabía. Doblaron nuevamente a la esquina; allí se separaron. Él entró a su casa, al lado, y ella cruzó la pista para ingresar a la suya. No era una "casa" en sí.

Subió las escaleras y entró a su piso. Su hogar constaba de una casa en la que alquilaban los dos otros pisos; el principal era ocupado por la familia y dueños del recinto.

Hacía cuatro años que dejó a sus padres en Busan, pudiendo así estudiar en Seúl. Para ello recibió dinero por parte de ellos para mantenerse los dos primeros años, ahora le tocaba a ella trabajar.

Entró a bañarse. Una vez hubo terminado, se puso su traje de mesera. Su piso no era muy grande, por lo que podía pagarlo con ese y otro trabajo más. Trabajaba en dos restaurantes, uno los días de semana por seis horas y otro los fines de semana por la mayor parte del día.

Se hizo un moño algo amorfo debido a su cabello corto que se alborotada en todas las direcciones, por lo que lo aseguró con algunos ganchos, dejando algunos cabellos sueltos al igual que su flequillo. Se miró una última vez en el espejo antes de salir nuevamente de casa, tomar un taxi y dirigirse a su zona de trabajo.

—Y entonces, tuve que interrumpir. ¡Casi se aprovecha de la pobre chica! —le dijo a la taxista.

—Te comprendo, esos nunca faltan —la señora le dio la razón—. Cuando yo tenía tu edad, era lo mismo. Claro, no había nadie que interrumpiera como en tu caso.

—Imagino que debió ser horrible.

—¡Y sí! Una vez, uno me besó.

—A que sí —pinchó su brazo.

—¡En serio! Se aprovechó de mí y mis santos labios —habló indignada la mayor—. No permitas que eso pase en tu escuela, ¡cuídalas!

—Síp, ¡confíe en mí!

Chocaron los puños. Habían logrado entenderse.

—Bueno, amiga, llegamos a tu destino.

—Oh... fue divertido. ¡Gracias! —le dio el pago correspondiente.

—Gracias a ti, jovencita. ¡Esfuérzate!

Seyeon asintió y bajó de su auto. Qué señora más agradable.

—Ya estoy aquí —avisó ingresando al local.

—Bien, justo a tiempo. Necesitamos ayuda —respondió Soobin, señalando con su rostro a toda la clientela.

Seyeon sonrió.

—Yo me encargo.

—Ten —Soojin se acercó tendiéndole su delantal, libreta y bolígrafo. Seguido de eso, le sonrió—. Anota todo.

—Déjamelo a mí —le devolvió la sonrisa.

Y eso que su tarde recién comenzaba.

—Por aquí —habló una señora acompañada de tres niños.

—¡Ahí voy!

Luego de tomar todas las notas posibles, Seyeon se dirigió hacia Soobin, abriendo la libreta y repitiendo todo lo escrito como una mantra.

—Dos platillos menú del día, uno para la mesa cinco y otro para la mesa nueve; cuatro caldos de pollo, para las mesas cinco, nueve y diez. Tres jarras, dos de chicha, una de limonada, para las mismas mesas de antes. Tres pasteles de chocolate para la mesa cinco.

—Ok —el chico organizó todo y se lo dijo al chef—. Buen trabajo, sigue así.

Seyeon cerró sus ojos sintiendo a Choi acariciarle el cabello.

—¡Dos platillos principales listos! —avisó la sub-chef.

Jennie y Seyeon se acercaron. Notó a su mayor algo confundida, así que amablemente, la ayudó.

—Este es para la mesa cinco.

—Oh, gracias Yeonnie.

Así pasaron el resto de las horas. Trabajando el tiempo corría, por lo que con la puesta del sol, el último cliente salió por la puerta con una sonrisa y el estómago lleno.

—¡Gracias por venir! —despidieron al señor.

Oyeron la campaña de la puerta al cerrarse. El dueño se acercó a la entrada y giró el cartel.

—Y finalmente... ¡cerrado! —anunció entre alegre y cansado.

Todos los amigos y compañeros cayeron al suelo agotados.

—Uff, qué día —dijo Soobin, llamando la atención de todos—. De los más atareados que hemos tenido, ¿cierto?

—Sí —contestaron al unísono.

—Gracias a todos por su trabajo. Pueden irse —el jefe habló colocándose su abrigo—. Recuerden, mañana es su paga del mes.

—¡Yey! —Soobin, Haechan y Seyeon exclamaron emocionados. Los demás rieron.

Cada uno tomó sus cosas y se dispuso a marcharse.

—Seyeon, te acompañamos a casa —se ofreció Soojin quitándose su delantal.

—Y no aceptamos un "No" como respuesta —Binnie le guiñó un ojo con su casaca ya puesta y tendiéndole a Seyeon y Soojin las suyas.

—Encantada entonces —rió la menor de los tres.

Caminaron charlando sobre lo ocurrido ese día. Seyeon se sentía muy cómoda con ambos; eran sus mejores amigos pese a ser dos años mayor a ella.

La calidez que sentía con ellos era única.

—Bueno, llegamos —Seyeon anunció al encontrarse en la entrada de la casa.

—Eso parece —contestó el rubio—. Abrígate.

—Sí por favor, hace frío, no queremos que te enfermes —advirtió la de cabellos azabaches largos.

Seyeon sonrió más grande.

—No se preocupen, ¡me cuidaré!

Sus mayores devolvieron el gesto.

—Bien, contamos con tu palabra —Soobin le acarició el cabello por milésima vez en el día.

Seyeon sintió sus mejillas arder. Inmediatamente, bajó la cabeza para que no la vieran.

—Nos vemooos —dijeron al mismo tiempo.

Pudo verlos entrelazar sus dedos, y cómo Soojin apoyaba su cabeza sobre el hombro de Soobin. Así los perdió de vista.

Seyeon suspiró; una lagrima traicionera resbaló a lo largo de su rostro, terminando en su mentón y deshaciéndose en el suelo. Pues sí, tenía el corazón roto. ¿Era obvio? Soobin le gustaba desde hace un buen tiempo, incluso desde antes que saliera con Soojin. Ellos eran inseparables. Claro, luego la de cabellos azabaches se les unió al restaurante y poco a poco, ambos mayores se enamoraron.

Nunca le dijo lo que sentía, por ello estaba arrepentida.

Consejo 4: Expresa lo que sientes. ¡Así no te arrepientes!

Para Seyeon era tarde; ya no había solución.

Limpió otra lágrima que amenazaba con salir y levantó la vista. Oh, no... Yeonjun la miraba apoyado en su balcón. Tenía un rostro neutro que reposaba en su brazo.

Seyeon no comprendía lo que esos ojos oscuros querían decir, de la misma forma en la que no podía comprender sus propias emociones.

Deberías estar feliz por ellos, tonta. No llores o Yeonjun lo notará.

Inmediatamente le sonrió, dio media vuelta y entró a su casa.

Primer cap uwu
Tengo algunos ya hechos, pero publicaré al menos uno a la semana.

También, en un rato, publicaré otro que adapté a fanfic. Ese y este son mis favoritos. Ya más adelante publicaré 13 de mala suerte, probablemente junto a la segunda temporada de NP31D.

— d o r i t o —

EDITADO: 10/12/2020 --> Hola buus, no se preocupen porque no van a cambiar muchas cosas. Es que mi narración de los primeros 4 caps me estaba molestando hace tiempo. Ya corregí este todo lo que pude, los otros los corregiré pronto también

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