LA PEDIATRA Y YO

By CMFF702518

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Las agotadas horas de guardia nocturnas eran el pan de cada dia de Lauren, podria decirse que se habia casado... More

cap.1 La llegada
cap. 3 Choque con un ser celestial
cap. 4 Un Café con ella?
cap. 5 Son Parejas!!
cap. 6 Un sábado de Diversión
cap. 7 Podriamos salir juntas ?
cap.8. Un dia de ejercicio
cap.9 Un presente para ti
cap. 10 Llegó Navidad
cap.11 Feliz Año nuevo
cap. 12 Es una Mojigata
cap. 13 Tiempo de Vals
cap. 15 El chocolate hace hablar
cap. 14 "Postre Especial Cupcakes"
cap. 16 Cafetería Sinuh Bello
cap. 17 Esa línea que nos separa
cap. 18 La Furia de Lauren
cap. 19 La Heroina
cap. 20 Un lugar llamado hogar
cap. 21 Necesito Tiempo
cap. 22 El Compromiso
cap. 23 Vacio y Dolor
cap. 24 Llega la Calma
cap. 25 Decisiones
cap. 26 Una última Canción
cap. 27 Verdades parte 1
cap. 28 Verdades parte 2
cap. 29 Sin vuelta atrás parte 1
cap. 30 Sin vuelta atrás parte 2
cap. 31 Las Rosas
cap. 32 No te vayas.. Te Amo
Epílogo. Nuestra Familia
Aviso

cap. 2 Sabiduría de Madre

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By CMFF702518

Departamento de la ojiverde.

Cuando se levantó sintio todo su cuerpo pesado como si un tren de carga  le haya pasado por encima.

Giró la cabeza hasta su mesa de noche y tomó su celular, encendiendo la pantalla. Entrecerró los ojos por la luz para poder enfocar sus ojos en el luminoso 3:30 P.M que se mostraba en la parte superior.

Dejó escapar un suspiro. Vaya que si estaba cansada.

Hizo un gran esfuerzo para levantarse, y luego de un par de estiramientos, se dirigió a la ducha canturreando por lo bajo. Veinte minutos después salió de la misma, un poco más animada y sobre todo más despierta. Aunque secretamente hubiese preferido quedarse un par de horas más en la cama.

Salió de su habitación y se dirigió hasta el sofá, dispuesta a ver algo de televisión  por lo que restaba del día, pero un gruñido proveniente de su estómago le recordó que no habia comido desde que salió de guardia.

Una de las cosas buenas del trabajo de Lauren es que el mismo le proporcionaba una libertad económica increíble. Tanta, que después de un par de años de ahorro, había podido comprarse un penthouse en una de las zonas más tranquilas de la ciudad de Seattle, con tres habitaciones (de las cuales solo usaba una) y un balcón con una espectacular vista hacia las montañas, en el que se sentaba a desayunar los domingos, disfrutando de la paz de las alturas y la fresca brisa de la madrugada.

Definitivamente ese balcón con esa vista, era una de las principales razones por las que, entre tantas opciones, había escogido ese sitio para vivir.

Intentó dejar de recordar y concentrarse en prepararse algo de comer. Una rápida revisión del refrigerador le confirmó que, a menos de que su estómago quisiera un trozo de pizza de tres días o un bowl de cereal su mejor opción era ponerse a cocinar, así que saco un poco de carne del freezer, y tomo algunos vegetales.

El vivir sola ya le había hecho tomar cierta rapidez en cocinar porciones para una persona, así que, unos minutos después, ya estaba removiendo alegremente la carne ya condimentada y picada en pequeños trozos, con movimientos dignos de una chef.

Si, sobre todo eso.

El sonido del timbre la hizo salir de sus ensoñaciones. Bajó la llama de la cocina y se dispuso a abrir la puerta de entrada, solo para que un par de ojos claros la saludaran.

No tuvo tiempo de esquivar ese abrazo. No había podido siquiera protegerse cuando su madre la tenía aprisionada en una llave mortal que solo ella llamaba abrazo, que duró lo suficiente para que sus pulmones liberaran todo el aire que habían podido contener. Había escapado por los pelos.

-  ¿Cómo está mi ojiverde favorita? , le preguntó la mujer, mientras entraba al departamento, cerrando la puerta tras de si.

- Estaba cocinandome algo para comer , murmuró Lauren, sabiendo que se merecía un regaño por eso , ¿Quieres que te cocine un poco?

-  Lauren Michelle Jáuregui Morgado comenzó a decir la mujer, mirándola acusadoramente, ¿ Te levantaste recién de la cama?

- Creo que si.

- Vamos, siéntate en la mesa. Terminaré de cocinar por ti, Lauren... tu padre no estará contento cuando se enteré que comes a deshora.

Lauren sonrió tímidamente mientras se sentaba en la mesa, mirando como su  madre veía reprobatoriamente el intento de comida decente que había intentado preparar hace veinte minutos.

Michael Jáuregui había conocido a su madre, Clara Morgado, en la Universidad. Pasaron varios años sin verse hasta que, por casualidades del destino, habían vuelto a encontrarse en un festival de la ciudad. Para ese entonces Lauren apenas tenía ocho años, pero, a pesar de su corta edad, pudo distinguir claramente como Michael ese día cuidaba de su madre como si fuese una delicada rosa. Pasaron un par de semanas hasta que Michael fue a cenar a casa de Clara, junto a su hijo Christopher, con el que se llevó bien casi de manera instantánea.

Años después de eso su madre le confesó que ella y Michael habían sido novios en la Universidad, pero por presiones de su padre, al enterarse de su relación, había tenido que irse a estudiar al extranjero, logrando regresar a su antiguo hogar solo después de la muerte del señor Morgado.

Y por cosas de la vida, nunca había podido olvidar a Michael.

Igualmente Michael tampoco había podido enterrar en el pasado a Clara, por eso, apenas un año después del reencuentro, Lauren se encontró vestida de blanco llevando, junto a Christopher, los anillos de compromiso de sus padres al altar.

-  ¿Has hablado con tu padre? , preguntó Clara, mientras buscaba uno plato en los estantes.

-  Pues si, hable con él , contestó Lauren, ansiosa por la comida , Debería llamarlo hoy ¿Cierto?.

- Eso es correcto , afirmó Clara mientras ponía el plato frente a la ojiverde , Todos los días me pregunta por ti y si estas alimentandote como corresponde.

- No soy una niña para que me controlen mis comidas , refutó la ojiverde haciendo un ligero puchero . He tenido una jornada ruda en el hospital, eso es todo.

- No te excedas ,  la reprimió su madre, con una sonrisa . Sé que el trabajo puede absorberte un poco. A mí me pasa más de lo que crees hija, pero aun así tienes que sacar algo de tiempo para ti. Tu cuerpo te lo agradecerá.

- Vamos mamá. Estoy bien. Ya estoy lista para ir a trabajar mañana, en serio ,  dijo Lauren, sonriendo.

- ¿Y las novias? , preguntó su madre, aguantando la risa.

Lauren casi se atraganta con esa pregunta, tanto que tuvo que tomar un poco de agua para que la comida terminara de llegar a su sitio.

- Todo va bien , fingió la ojiverde.

- ¿A quién crees que engañas, mini Jáuregui? . inquirió Clara riéndose . Te haría bien salir un poco.

Ese era uno de sus defectos. Era una profesional exitosa, con el penthouse de sus sueños y el auto de sus sueños… Solo le faltaba la esposa de sus sueños.

Sí, porque le gustaban las chicas.

Y porque tenía un grave problema para concretar sus relaciones.

No es que no tuviera pretendientes. Realmente, en sus tiempos de universidad, ella y Vero eran unas completas casanovas. Pero, a pesar de que si quería una chica solamente tenía que guiñarle un ojo, aún no había aparecido en su vida esa mujer que detuviera el tiempo cada vez que sus ojos se encontraran con los suyos.

Lo había intentado, realmente lo había hecho. Una vez incluso intentó vivir con una chica a la cual quería lo suficiente como para querer estar cerca de ella, pero eso no era suficiente. Había terminado fatal.

Era una romántica empedernida. Para que todo funcionara necesitaba esa chispa que todas habían ignorado olímpicamente. Lo había intentado tanto que ya se había dado por vencida. Quizás esa chica por la que esperaba no hubiese nacido en esa época.

Al menos le alegraba que Vero y Lucy, sus dos mejores amigas, si hubiesen encontrado al amor de sus vidas.

- No te preocupes hija , dijo su madre, mientras le sonreía afectuosamente . Estoy segura de que alguien por allí espera por ti.

- He pensado en comprarme un gato, comentó Lauren, suspirando , ¿Crees que me vendrían bien?

- Hahahaha , rió Clara, animada . Esa idea es solterona, incluso para ti.

- ¡No te rias mamá! , refunfuñó la ojiverde, intentando sonar seria . Es en serio.

- Lauren, hija aún eres joven. Mira, hubo un momento de mi vida en el que me sentía así, igual que tú. La única diferencia es que yo, aparte de mi trabajo, para ese tiempo estabas tú en mi vida . Yo también había perdido las esperanzas y me había esclavizado de una manera absurda al trabajo, pero, cuando menos lo pensé, Michael apareció nuevamente. Y te lo juro, si volviera a nacer y tuviera que esperar nuevamente todos esos años para encontrará a él, los esperaría gustosa. No quiero que te desesperes ¿Vale?.

- Vale , afirmó Lauren, finjiendo una sonrisa.

Quizás su madre tuviese toda la razón, pero, aun así, aunque Clara hubiese tenido que esperar todo ese tiempo, al menos ella ya había conocido antes a Michael.

Al menos para ese tiempo, su madre ya sabía a quién tenía que esperar… Pero ella no.... O si...


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Hola . aqui este 2 capítulo

Conocimos a su madre , que piensan de la reflexión que le dio a Lauren.

Llegara esa persona

Bueno leeanlo Voten y Comenten

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