-Zia, ven acá. - Se levanto el suelo al escuchar la voz de Bucciarati, rápidamente regreso al lado de esos dos hombres. - ¿Lograste ver algo? -Ella negó.
-Lo mismo que ustedes, solo el cuchillo y después, ¡Poof!, Ya no estaba.
-¿Estas loca? ¿Qué pensabas hacer si ese cuchillo hubiera sido letal?, ¿Qué hubieras hecho con tu stand? - Le regaño Abbacchio, no perdería a una persona que ama, no de nuevo.
-Podría haberlo jalado con mi cuerda...- Murmuró.
-No te expongas al peligro, o no me lo perdonaré. - Fue la amenaza más tierna que podría existir. Bruno solo esperaba a que terminaran de estar acaramelados cada cinco minutos. Abbacchio trajo su Moody Blues. - Odio admitirlo, pero tal vez el bastardo de Giorno tenga razón. - Miro a la mosca aun volar sobre la cabina. - Es peligroso quedarse aquí. - Bruno abrió un cierre hacia la cabina, Abacchio empujo a Bruno dentro y abrazo a su novia para también arrastrarla dentro, en un lugar más seguro. - ¿El Narancia de hace cinco minutos sirve? - El stand de la única chica ahí se manifestó, Abbacchio le rabeo un poco.
-Puedo usar mi caja... Ya saben, nada la penetra, solo que tendremos que estas muy juntos y eso... - Su caja, la caja de mimo, nadie la había golpeado jamás si estaba dentro de ella, era impenetrable, solo que el rango era apenas un metro al cuadrado de base y de altura dos metros, suficiente para tres personas, pero un espacio muy reducido.
-Buena idea, úsala. - Las palabras de Bruno resonaron en su corazón, asintió más que feliz.
-No se muevan, esto t...
-No lo uses, nuestros stands no pueden salir, ¿Recuerdas?, solo el tuyo- Su rostro cambio drásticamente, fue bombardeada por la cruda verdad, su mecanismo de defensa siempre fue temblar. - Solo protégete tú.
-¡Abbacchio! - Reprendió Bruno, Zia solo quería ser de ayuda, su stand no era muy fuerte, era mucho más defensivo que de contraataque, aunque le de Abbacchio también lo era. Él no quería dejar que Zia quedará indefensa por su culpa o que jamás resolvieran ese misterio.
Abbacchio activo el poder de su stand lo que los obligo a salir a todos a la cubierta, Zia se quedó detrás de ellos, mirando como Moody Blues se transformaba en Narancia y parecía estar con sus audífonos.
-"Sorella, ¿No la puedes arreglar?" - Y Abbacchio adelanto la cinta, Zia por su parte solo pensaba en aquellas palabras que la hacían ponerse automáticamente feliz. El cuerpo del Stand fue moviéndose de lugar hasta quedar en la misma posición antes de ser atacado; al reproducirlo se escuchaba la voz de Bruno y los alaridos del joven Ghirga mientras que poco después se pudo observar como aparecía un hoyo en la parte posterior de su hombro y del como este salía aire y poco a poco se iba arrugando como si fuera un globo.
-¡Detenla ahí, Abbacchio! - El nombrado hizo caso a la orden de su líder, Bruno se agacho y tomo la mano desinflada de Narancia. - Tiene una textura suave como si fuera un condón, aun tiene pulso. Se fueron por las tuberías, eso explica todo. Ya sabemos el poder del enemigo.
-Solo queda perseguirlo y encontrar a Narancia y al resto, rescatarlos y darle una paliza al imbécil. - Dijo Abbacchio.
-Quiero patearlo, ¿Puedo patearlo? - Preguntó Zia, ambos hombres la miraron extrañados, se lo esperarían mas del papa que de ella. - Es que... Olvídenlo, no lo pateare.
-Si lo patearas, ahora, ¡Reanudaré a Moody blues!
-¿Piensas seguirlo?, ¡Quedas totalmente indefenso si usas tu stand!
-Cuando te diga usa a Sticky Fingers para sacarlo, no podemos ganar esta pelea sin perseguirlo, Zia, cuando lo saquemos quiero que captures a su stand en tu caja. - Ella asintió, saco su stand a relucir para estar preparada. - Moody Blues fue a la derecha... Acaba de pasar justo debajo del salvavidas, ahí fue donde ataco a Mista. Dio la vuelta donde ataco a Fugo y Giorno.
-El enemigo los lleva consigo una vez los ataca. - Fueron caminando a través del yate.
-Va más lento, ahí estaba escondido antes, en la cornamusa, bajo la cubierta. - L mosca se movio hacia nosotros.
-Viene hacia nosotros, espero que aun no sepa que sabemos su habilidad.
-Bien por mi, ¡Ábrelas! ¡Las tuberías! - Bruno uso a Sticky Fingers para salir, Zia ya preparaba su cuerda invisible para atrapar a quien fuera que sea, Bruno abrió la cubierta justo en la tubería.
-¡No esta! ¿Dónde está tu Stand Abbacchio? - Zia cada vez estaba mas confundida, intentaba analizar la información peor no podía imaginar un escenario el cual explicara el contexto.
-Es extraño... Hay una pared... - Dijo el Leone, pronto se escucho el sonido de la tubería. - Esta ahí, no lo podemos ver, pero es mi Stand, se que esta ahí.
-¡Abbacchio!, ¡Viene por nosotros!, ¡Retira tu stand, por favor! - Exclamo la menor ahí.
-¿Retirarme?, El bastardo de Giorno me encargo resolver este misterio. Es un mocoso molesto, pero lo resolveré.
-¡Ya viene!, ¡Retíralo!
-¡aun queda un misterio!, Lo estoy deduciendo - Cada vez más se acercaba a ellos. - ¡Ya lo resolví Bucciarati! ¡Usa tu Stan Zia! - El hombre al cual desconocían su entidad lo atacó, la chica asustada uso su stand pero falló al captúralo por unos cuantos centímetros fallando ante la presencia del Stand, su novio comenzó a sangrar y desinflarse. Y se lo llevaron.
-Bucciarati... Fallé... Jamás lo resolveremos. - Su voz se quebró de sus ojos salían lagrimas mientras retiraba su stand. Estaba en sus manos pero había fallado, se sentía terriblemente mal, no pudo con una simple misión, no fue lo suficientemente rápida. Aquel hombre que la superaba por unos cuantos meses de edad la jalo hasta él y la abrazo mientras retrocedía, aun alerta de lo que podría fallar. Uso su Sticky Fingers para abrir más cerraduras- ¿Por qué no puedo hacer nada bien?
-Hay gaviotas volando cerca...Significa que estamos cerca de la costa. Al fin... Me desharé de la chica.
-¡Infeliz!
-No, espera un poco. Es mi turno de hablar, ¡Cierra el pico hasta que termine de hablar!, Yo podría matarte ahora, tus amigos viven pero puedo lanzarlos al mar, ahora puedes salvarlos si me dices donde esta el tesoro de Polpo.
-¿Eres de Passione? - Preguntó Bruno.
-¡Los mataré a ambos! - Gritó la mosca mientras volva alrededor de ambos adultos jóvenes. - ¡Escucha!, Solo puedes hablar del tesoro, si no hablas los matare, si dices mentiras los mataré... Habla con mucho cuidado... Ahora. ¿Dónde está el tesoro? - Se quedo unos momentos en silencio, apretó más a la joven mujer de su agarre pensando en que decir, ella no dejaba de llorar.
-Colinegras. - Dijo. - No son gaviotas, son colinegras, lo diferencias por sus graznidos parecen maullidos. Tu las llamaste simples gaviotas, pero son colinegras.
-...¡Te mataré!
-¡Inténtalo! ¡Tendrás que salir primero! - El barco comenzó a inundarse, con dificultad fue subiendo a la parte más alta del yate sin soltar a su amiga. - Me di cuenta cuando te llevaste a Abbacchio, la sangre se terminaba antes de bajar a la cabina por lo que solo quedaba una opción. - Se apoyo de manera que no se fuera a caer, las lagrimas de Zia pararon solo para observar el espectáculo, el mayor dejo de abrazarla simplemente para tomar su mano. - ¡Yo renté el barco de más a la derecha!, por lo que llego a deducir que ¡Había dos yates! - Y salto al yate original llevándose a la mujer, el otro comenzó a hundirse. Rápidamente se escuchó la voz del enemigo. - Te ocultaste cubriendo este yate con una delgada capa del otro. Viajabas en el poco espacio que habia entre ambos... Fue desconcertante pero bueno. - Entre sus manos tenia a ese bastardo con el cuerpo de Abbacchio. - Si tocas a Abbacchio será tu fin. - Poco después lo iba a atacar, a su indefenso amigo, pero ambos chicos actuaron rápido y usaron su Stand contra él, Bruno con sus cierres le quito la cabeza mientras que a su vez Zia lo encerraba en su caja. Había actuado, aunque no fue de gran ayuda para Bruno estaba bien. Corrieron hasta Abbacchio quien se infló nuevamente retomando la conciencia. Simplemente sonrieron.
Poco después sus amigos ya se encontraban en perfectas condiciones, Narancia se quejaba de los chicones que le habia dejado y miraba el cuerpo esperando a que Zia retirara el poder de su stand.
-¡Por favor Zia! ¡Solo lo patearemos un poco!, ¿Tu no quieres patearlo? - Quería hacerlo, pero estaba en contra de su moral. Fugo quería patearlo con desesperación y ni hablar de Abbacchio.
-No lo harán, ya sufre bastante con que su cabeza ruede por el yate. - Giorno miraba atento a estas acciones, se acerco al cuepo del usuarui y extendió su mano pero un muro impidió que lo tocara.
-¡Pero Zia! - Abbacchio y Fugo lo habina mandado a él para que la convenciera, después de todo por el haría todo. - ¡Vamos Sorella! - Sus mejillas se pusieron rojas.
-Bien, ya lo desactivé. - Bien, ahora todos sabían que las palaras mágicas para Zia eran "Sorella". Los chicos comenzaron a patearlo.
-Se le cayó algo. - Giorno recogió una cartera del suelo y la castaña fue de curiosa a verlo. - vamos a ver... - Extrajo su identificación de la cartera. - Mario Zucchero, tiene domicilio en Roma... Después de todo si es un pandillero de ahí. - Zia miro la credencial y abrió los ojos sorprendida.
-¡No puede ser! - Exclamó, Giorno la miro atentamente, ¿Descubriría algo? ¿Qué sucedía? - ¡Tiene mejor firma que yo! - Saco su credencial y las comparó sin darle mucha importancia, la suya era su apellido en letra cursiva y un extraño borrón tachando su nombre. Giorno miro su nombre, no era Zia... Si no (T/n) Lucchetti, Nacimiento el 6 de Diciembre de 1980. Guardo silencio, después investigaría. Por mientras disfrutaría un poco de su compañía, le era grata, escucho su risa y el también sonrió.