Carter.
Mis ojos se abrieron rápidamente al recordar que estaba durmiendo con James. Levanté mi cabeza y mire sus ojos, éstos estaban cerrados; se veía tan hermoso, tan tierno y dulce.
Toqué su mejilla con mi mano para acariciarla pero el la sujeto y la apartó bruscamente sorprendiéndome.
Abrió sus ojos y hablo.
—¿Que haces aquí?— pregunto levantándose de la cama.
—Me pediste que me quedara a dormir contigo.— hablé obvia.
—Vete.— estaba molesto.
—¿Qué?, ¿Porqué?— no entendía su actitud.
—Vete por favor.—su tono de voz hizo que mis ojos comenzarán a picar.
—¿No lo recuerdas?— no quería llorar, pero se me hacía muy difícil contenerme.
—¿Que es lo que tengo que recordar?— preguntó desviando su mirada de la mía.
—¿Qué pasa James?, ¿todo lo que me dijiste anoche, tu confesión, es todo mentira?— negó y luego asintió confundiéndome aún más.
—No se de que me hablas, ¡Vete ahora!— estaba claro que no recordaba nada.
—James yo…— mi voz empezó a cortarse. Estaba a punto de llorar.
—Sal de mi casa Carter. ¿No entiendes que no eres nadie para mi? Eres patética en sólo pensar que siento algo por ti cuando nada de eso es verdad.
—Entonce, ¿me mentiste?— dije tapando mi boca con mi mano. —¿Porque?
—Sólo quería molestarte y darte una lección por haber provocado que todos se burlaran de mi en la preparatoria.— sonrió irónicamente. —¿Cómo no pudiste verlo?
—¿Y era necesario que hirieras mis sentimientos sólo por venganza?
Algo en mi decía que estaba mintiéndome, que sólo lo hacía para alejarme otra vez pero sus palabras salían tan crudas de su boca que me lastimaban aún más.
—No te creo, dijiste que tu padre…
—Te mentí también en eso.— escupió interrumpiéndome. —La realidad es que no quiero volver a verte Carter, vete antes de que mi paciencia se esfume.— sus palabras fueron un balazo de agua fría.
Y eso fue todo, fueron sus últimas palabras las que hicieron que comenzara a derramar lágrimas.
Salí de su habitación, Brenda escucho los gritos de su hermano y abrió la puerta de su cuarto.
—¿Qué sucede?— pregunto mirándonos.
—Nada, no debí quedarme. Luego hablamos.— limpie mis lágrimas con la palma de mis manos. — Adiós.
Corrí hacia mi casa, no quedaba lejos, solo eran tres cuadras. Cuando llegué, entré y fui directo a mi habitación.
Mi madre no llegaba hasta el medio día, así que aproveché su ausencia y comencé a llorar, a gritar, a golpear mi almohada sin parar.
Sentía un dolor en mi pecho, un dolor imposible de controlar.
Había sido lastimada nuevamente y no entendía para nada la actitud repentina de James, ni su comportamiento.
¿De verdad me había mentido o sólo estaba alejándose de el para evitar que fuera lastimada por su padre como me había dicho?
Detestaba sentirme así, tan frágil, tan inútil.
(…)
Cinco agonizantes días habían pasado y no lo había vuelto a ver, estaba desaparecido al igual que mi mejor amiga que tampoco contestaba mis mensajes, sólo me había llegado uno muy extraño en el cual decía:
"Lo siento pero no podemos hablar ahora, cuando todo se calme te buscaré para contarte lo que ocurre"
Él mensaje había sido enviado hace tres días.
Intente aparecer muchas veces por su casa pero nadie atendía, parecía que se habían ido a otra parte.
Mi cabeza estaba echa un lío, sin mencionar el estado pésimo en el que me veía física y emocionalmente. Era un desastre y se notaba, sentía que mi vida se había acabado.
Me encontraba caminando por los pasillos cuando el micrófono del director sonó haciendo que todos prestáramos atención.
—Buenos días, alumnos.— hizo una pausa y continuó. —Como muchos saben, el equipo de fútbol que representa a nuestra querida ciudad llevara a cabo el partido final del año.
Todos empezaron a murmurar entre ellos a mi alrededor.
—Están todos invitados esta noche a las 20 hs.— carraspeo su garganta y finalizó diciendo. —¡Apoyemos a nuestro equipo en este partido tan importante! Espero tengan una buena mañana.
James era el capitán de fútbol, debería estar aquí para jugar su último partido, pues necesitaba presentarse para ser visto por los representantes de las mejores universidades que vendrían a verlos.
¿Estaba enterado de ello?
Mi subconsciente me regaño al preocuparme por alguien que me había lastimado tanto a mi corta edad, pero un pequeño destello de esperanza se alojó en mi ser al pensar que si el volvía aquí para jugar el partido podría hablar con el por última vez para aclararme todas las dudas y por fin tomar la decisión de sacarlo de mi vida para siempre o no, todo dependía de su respuesta.
Debería darme por vencida y cerrar ese ciclo, pero se me hacia imposible al tener incógnitas en mi cabeza. Era una tonta y lo sabía, pero no quería quedarme con las dudas de si me había mentido aquella vez que me corrió de su casa o de si era verdad. Sólo necesitaba una respuesta clara, no me importaba perder mi dignidad y parecer una pesada sólo por dar un último intento, el cual definiría mi futuro.
No tenía nada que perder, ya tenía el alma rota y mi vida era un caos.
Sólo lo intentaría una vez más, aunque me costará el corazón y toda una vida para olvidarlo lo haría si era lo que debía hacer.
(...)
Las tribunas que decoraban la cancha estaban llena de personas con banderines y camisetas del equipo local de nuestra ciudad demostrando su apoyo.
Me senté a un lado de una pareja de adolescentes que se mimaban dulcemente, mi corazón se apretujo al ver tal escena.
¿Acaso la vida me lo hacía a propósito?
La voz del recitado del partido se dejó escuchar por todo el lugar.
—Buenas noches a todos. Démosle la bienvenida al equipo local de Rosetown.
Todos se pusieron de pie aplaudiendo y gritando eufóricamente al ver entrar a nuestros jugadores estrellas.
Mis ojos se abrieron en sorpresa al verlo, corría a un lado de sus compañeros. James tenía la mirada sería y parecía estar perdido en sus pensamientos.
Mi corazón se aceleró al ver cómo observaba toda la tribuna y de un momento a otro, sus ojos chocaron con los míos pero los apartó rápidamente cuando uno de sus amigos lo llamo distrayéndolo.
Después de una hora el partido concluyó y salimos ganadores a duras penas, este había sido muy pelado, ambos equipos habían jugado muy bien.
Baje las tribunas para encontrarme con James en la salida del vestuario para intentar hablar con el. Lo espere más de una hora pero no salía, ya todos se habían ido, ¿dónde estaba?
Entre al salón y tan pronto como lo hice me arrepentí, Caroline estaba besándolo.
El estaba envuelto por una toalla en la parte baja de su cintura y con sus manos en los hombros de ella trataba de sacarse a la chica de encima.
Los pedazos de mi corazón comenzaron a desprenderse y sentía lágrimas recorrer mi mejilla.
¿Que tanta fuerza podía tener una mujer para tenerlo atado a sus labios?
De un momento a otro el la alejó empujándola y limpio su boca con el dorso de su mano.
—Estas loca, Caroline.— dijo y ella trató de acercarse nuevamente. —No quiero estar contigo, ¿que es lo que no entiendes?
—Estas confundido, déjame arreglar eso.— se despojó de su blusa dejando a la vista su sostén y unos voluptuosos pechos.
Él la observo serio por un momento y no pude evitar soltar un sollozo, el cual hizo que ambos mirarán en mi dirección.
Salí corriendo de allí con la voz de James llamándole y persiguiéndome por detrás.