«¡¡Lo queremos devuelta!!»
Continuación...
—¡No! ¡Deja la puta casa en paz!— gritó USA, México gris como le decía el gringo, tenía en mano un maso listo para romper una pared de la hermosa casa.
—¡Sueltame!— México le dio una patada que lo mando al suelo.
—¡Oye!— se escuchó otra voz, Rusia llego a petición de USA.
El país era más grande que México, pero eso poco le importó.
Claro, hasta que esté lo cargo en su hombro.
—¿¡Qué haces!? ¡Bájame!—
—La ONU dice que vayamos a la sala de reuniones, es urgente, dijo que tenemos que devolver a este ojete.—
—¿Como me dijiste?—
—Esta bien, vámonos Rusia.— dijo USA ignorando al falso México.
Pero el latino no tenía los mismo planes, pues golpeó a Rusia tan fuerte que lo hizo caer al suelo para después darle un codazo a USA, dejándolo sin aire.
—Ustedes son una basura, ni siquiera para defenderse sirven, este mundo necesita ayuda, y aunque tenga que matar lo mejoraré.—
Salió de la casa.
—Oh mierda...— dijo Rusia. —Va detrás de la ONU...—
[...]
—Tengo que irme...— dijo México estando en la reunión de la organización, en su pecho se alojaba un dolor punzante, signo de que su país estaba siendo amenazado.
Sin embargo, Argentina lo tomo del brazo.
—No te vayas, por favor...— le dijo.
—Lo siento, no tengo dominio de ningún lugar en este mundo.— le sonrió.
—Nos vemos...—
—Mexico... Por favor quédate.— insistió.
—El México de este lugar es muy agresivo, jamás hubiera dejado que lo tocara, en cambio tu... Eres todo lo contrario, eres divertido, amable e incluso sabes cocinar...— el tricolor lo miro con lastima.
—Arge, déjame decirte algo, aunque me quede, nada va a cambiar, este mundo necesita a su México tanto como el mío me necesita, si no me equivoco el es una potencia, un país con tales recursos puede ayudarte cuando mas lo necesites, parece que no tiene alma, pero en el fondo, todos somos amables...—
Dicho esto, se despidió de todos los países presentes y cruzó el espejo con pesar, pues el ver a sus amigos tan asustados de él, era algo indescifrable.
—Adios chicos...— Susurro para si mismo, encontrándose ya en su mundo.
—¡¡Quítate de encima!!— se escuchó la voz de ONU por toda la sala, el lugar estaba solo, al parecer alguien lo estaba atacando.
Al divisar el cuerpo de la ONU siendo atacado por su aparente copia.
No esperó nada y atacó al otro México.