Lo que haces es grandioso...
Una mañana soleada en la ciudad Royal Woods, perteneciente al Estado de Michigan; una joven chica de overol azul, playera gris oscuro, gorra roja de trece años venía de arreglar un cableado, el dispositivo que daba WiFi a una casa, bueno eso solo fue desconectar y conectar, martillar la madera del piso y reparar el auto de una familia que vivía una casa del centro de la ciudad.
Caminaba apresurada, muy, muy apurada, pero ¿Por qué? Bueno eso es fácil de responder.
El día de mañana era una fiesta de despedida para su hermano mayor y único, él ya se iba a la universidad; ¿Qué le podía regalar? Ella quería darle algo muy pero muy especial, ella estaba muy entusiasmada por buscar el presente ideal.
Se preguntaran, ¿Por qué muy entusiasmada?
Muy sencillo de responder, ella...está enamorada de él, ya sé, ya sé, se estarán preguntando, ¿Cómo es posible que sienta eso por su hermano? ¿Estara bien de la cabeza? ¿Se cayó de bebé? ¿A qué hora es la cena? Y muchas cosas.
Lo de ella viene de lo más profundo de su ser, era un sentimiento tan claro y tan puro.
Pues bueno vamos a resumir un poco de donde nace el amor de ella...
Era una linda mañana en Royal Woods, se enteró de que su hermano en sus clases de biología iba a disecar ranas, convenció a Lincoln de que salvará a las ranas...el punto es que lograron hacer el cometido, ella jamás pensó que Lincoln la ayudaría pero sobre todo entendería sus motivos, con el pasar del tiempo ella comprendió que su hermano era el único chico que realmente la comprendía, la apoyaba, muchas cosas que ella para cualquier mujer le sería muy lindo, hermoso, tierno...
Han pasado siete años desde que ella empezó a sentirse enamorada de su hermano, en esos años el la apoyo en su negocio de reparaciones a domicilio.
Había ahorrado una buena cantidad de dinero más lo último ganado, suficiente para comprar un buen regalo, ella le quería dar un buen conjunto de ropa, unos comics de Ace Savvy, unos tenis geniales y muchas cosas más.
Al llegar a casa, abrió la puerta con su llave, la casa estaba sola dado que todos habían salido a hacer sus cosas.
Subió con prisa a su habitación, que ahora era la que le pertenecía a Lincoln.
Cuando le tocó tener el cuarto de su hermano, para ella las primeras semanas eran estar en el paraíso, aunque aún seguía sintiendo lo mismo pero no tan intenso, para ella era tener el Eden pero sin su Adán.
Al estar contando el dinero, sonrió, tenía una buena cantidad para comprar lo antes mencionado.
Entonces tomo el dinero, le dejó más comida a las mascotas de la familia, hasta a Colmillos.
Bajo, se fue en la bicicleta que recibió de herencia por parte de Lucy, que la heredo de Lincoln.
Entonces se fue rumbo al centro de la ciudad, pedaleaba de lo más tranquila, sentía el roce del viento en su rostro, se sentía muy libre, pero no del amor a su hermano, a ella no le importaba ser esclava de ese sentimiento.
Ya después de manejar por media hora, llegó a la ciudad, encadenó su bicicleta a un lado de la tienda de ropa, entró y pidió a una de las chicas que trabajaba ahí que la ayudara a escoger la mejor ropa que había ahí.
Al escoger la ropa, la chica le dijo que estaba segura que a su novio le iba a encantar lo escogido, Lana solo se sonrojó, la chica le dijo que no tuviera vergüenza, es muy lindo lo que le va a regalar.
Al terminar de pagar ello, le dio las gracias a la chica que le ayudó y se fue a la siguiente tienda, a la de comics que quedaba a una calle de ahí.
Al entrar ahí los chicos de ahí se le quedaron viendo, una criatura conocida como mujer entraba a territorio de nerds, ella solo se rió y saco una lista de uno de sus bolsillos, ahí estaba anotado los cómics que Lincoln quizás no tuviera.
Se pasó no más de quince minutos buscando lo de la lista, esa lista fue hecha por Clyde.
Luego de comprar unos cinco cómics, se dirigió a la siguiente tienda, la cual era una de zapatos, al entrar ahí, le pido ayuda a un señor alto y algo calvo que se quejaba de estar casado más que con su esposa, sino con toda su familia.
Le ayudó al final pero quejándose de su vida mientras ayudaba a nuestra pequeña rubia, al final le compró unos buenos tenis y zapatos, le agradeció al señor que le ayudó y salió.
Tenía en la cesta de su bicicleta, los zapatos y cómics, en su espalda llevaba una mochila, en donde había metido la ropa.
Entonces emprendió su viaje de retorno, mientras manejaba, vio algo que le haría cambiar su rumbo; un hombre con ropa gris azulado, estaba acorralando en un callejón a un perro, pero este perro tenía collar de identificación, así que el hombre, lo atrapó y lo metió a su auto de la perrera.
Lana se percató de eso, sin pensarlo más de un segundo, persiguió al vehículo de la perrera.
Iba sigilosa, el coche de la perrera estaba con una velocidad relativamente lenta, creo que el destino quería que Lana se involucre.
Al llegar a la perrera que quedaba un poco alejada de la ciudad, solo un poco; entro por una entrada con unas rejas de metal, como siempre, nuestra fontanera estaba preparada, tenía las tenazas de metal para hacer una pequeña abertura en un lado de las mallas metálicas.
Lo hizo en menos de unos treinta segundos, entro con sigilo, aunque se dio cuenta que sólo había un guardia pero estaba durmiendo.
Se arriesgo a entrar por la puerta principal, dio pasos lentos y silenciosos, como espía, rodaba por el suelo, se cubría con las paredes, miraba de forma sigilosa a cada entrada.
Al llegar donde estaba el hombre, se dio cuenta que había muchos perros que tenían en particular algo, todos eran de raza, entonces recordó que en estos meses, en las noticias decían que habían desapariciones de perros, sin dudar, pensó que era una mafia que tráficaba con perros de raza, esperó que el hombre, saliera.
Estaba detrás de unas cajas que estaban en ese pasadizo, el hombre salió y se dirigió a una oficina que estaba a unos diez metros de ahí.
Lana entro de forma veloz, los perros la miraron con tristeza, ella sin tiempo que perder, abrió las jaulas, los perros salieron corriendo no sin antes mirarla y agradeciendole la acción moviéndole las colas o ladrandole, ella salió rápido de ahí pero un perro le mordía del overol para que lo siguiera.
Ella fue donde el perro iba, se dio cuenta que habían más jaulas con perros pero estaban en un laboratorio, junto con el perrito los liberaron, pero en eso el hombre se da cuenta de su presencia.
Los perros por un momento atacaron al hombre para darle una chance a Lana para que escape, lo logró, sin embargo los perros dejaron de atacarlo para irse de ese lugar.
Lana corría junto al perrito, entonces el guardia la va a interceptar, cuando derrepente ese perrito junto a otros dos le ganan algo de tiempo para que corra, ella sale por donde se metió, tomo su bici y empezó a pedalear como loca.
El hombre y el guardia deciden seguirla encienden el vehículo de la perrera y persiguen a nuestra rubia.
La chica le llevaba grandes distancias pero se aminoraba por la velocidad de la perrera móvil, entonces decide tomar un atajo por el bosque, ellos no dudan en hacer lo mismo, mientras va pedaleando rápido, las ramas que estaban ahí se enganchaban a su ropa y a su mochila, la camioneta demonia todo a su paso, pero Lana no daba tregua.
Entonces en un tramo se cae de su bicicleta en un charco de lodo, sería divertido sino fuera por la persecución y las cosas que estaba en la cesta.
Recogío rápido la bici y se puso nuevamente a manejar rápido, llegó ya un tramo donde el vehículo de la perrera no pudo entrar, eso fue un alivio para la rubia pero aún las ramas le fastidiaban el camino.
Entonces salió cerca a la carretera, y pedaleo hasta poder llegar a su casa.
Y llegó, muy pero muy agotada, con la ropa un poco desgarrada, con lodo.
Se acordó de los regalos, al fijarse bien, eso la deprimió bastante, sus presentes estaban deshechos, los cómics mojados por el lodo, los zapatos y tenis arruinados también por ello, pero la ropa que compró estaba con rasgaduras, agujeros, sucia.
Todo el esfuerzo, el ahorro, el sacrificio, el cariño que puso para comprar tales objetos, se fueron al caño decía en su pensamiento.
Se sentó en el árbol al lado de su casa y se puso a llorar, lloró como nunca, y eso que ella no era de llorar.
No sé arrepentía de haber ayudado a los canidos pero no sabía que pensar, solo su llanto afloraba.
Se quedó minutos así, no había almas en el vecindario a esa hora, se sentía muy pero muy triste.
Pero todo cambió un poco cuando unos brazos la levantaron y la abrazaron, esos abrazos siempre la ponían alegre, esa acción sincera era una de sus cosas favoritas en este mundo.
Esa voz le dice: ¿Qué te sucede Lanita? ¿Qué te pasó?
Ella le dice: Lo siento Linky, yo quería darte algo bueno pero lo arruiné...
Él no entiende lo que trata de decir su hermanita, Lana le cuenta todo lo ocurrido sin despegarse de su abrazo, recarga su cabeza en el pecho de su hermano mientras mira hacia un lado.
Lincoln se queda asombrado por el relato, le viene el recuerdo de las ranas libres, le dice que no se ponga triste que lo que hizo es de gente valiente que está orgulloso de ella pero que no todas las veces va a volver a ser así, pudo ser peligroso, que no se preocupara por los presentes, que apreciaba la acción y que igual se iba a quedar con ellos.
Ella le decía que no era necesaria tanta deferencia, él como siempre muy comprensivo con ella, le dice que quisiera darle algo en forma de agradecimiento, ya que ella hizo mucho por él y los animales.
Ella se quedó pensante, parecía salido de una lámpara maravillosa, era como si el genio le concediera los deseos.
Sus sentimientos estaban dándole ánimos, la razón le decía sin convicción que no lo hiciera, pero ella le dijo que solo quería una cosa, él le dijo: ¿Qué cosa?
Solo lo miró a los ojos, le dijo que la miré directamente a los suyos, él solo hizo caso a su petición.
Entonces esa mirada que iba directamente a sus ojos, que podían ver el alma del otro, esa misma mirada hizo que ella se dejará llevar por el sentimiento de años.
Enredó sus brazos alrededor de su cuello y le dio un beso, un tierno beso, un cálido y sincero beso, un beso que rompía la barrera de lo moral, un beso que demostraba lo que él era para ella en esta vida, algo anhelado y solo hecho hasta hace unos momentos solo en sus sueños.
Lincoln estaba inmóvil, pero con sus ojos cerrados; se separa de sus labios, lo mira y se da cuenta que no sale del asombro.
Procede a decirle lo que el beso dijo por mucho, Lincoln solo estaba en silencio.
Ella le acaricia sus mejillas y le dice que no la odiara, por hacer ello.
La tomó de la mano, entraron a la casa, se dirigieron al patio trasero, la miró a su rostro y le dijo algo que iba a responderse con facilidad e iba a ser repetitivo, le dijo que si estaba segura de ese sentimiento, le volvió a decir lo mismo.
Sin esperarlo la besa, ella solo disfruta nuevamente el momento.
Le dice que lo perdone, ella le dice: ¿Por qué Linky?
Lincoln le dice que fue un tonto al no tener el valor de decirle antes, que es un cobarde de primera, que lo perdone por no tener la iniciativa.
Ella solo sonríe con una felicidad inmensa, no puede creer que él sienta lo mismo que ella, se pregunta si será un sueño o quizás se dio un golpe y nunca salió del bosque.
Para despejar las dudas, le pellizca en su brazo, ella no hace mueca de dolor, solo quiere disfrutar el momento que casi siempre es en sus sueños.
Y se ponen a conversar, sobre su futuro, sobre su despedida, sobre la universidad de él, sobre si la esperara, si lo esperara, sobre muchas cosas.
Solo le queda una cosa, disfrutar esos pequeños momentos hasta que su amado tenga que partir hacia un grandioso futuro; él está preocupado, no sabe lo que le deparara el futuro en estos años que vienen, lejos de su hogar, familia, amigos y de su amada hermana.
Entonces Lincoln le promete a Lana estar en contacto con ella, visitarla cuando pueda, pero más importante le dice sí está dispuesta a tener una relación a distancia.
Ella solo le da un beso en su mejilla y le dice que lo esperara hasta el fin de los tiempos con tal de que cuando regrese del todo, pueda estar en sus brazos.
Finalmente cierran el momento con un tierno beso, prometiéndose que llevarán bien su relación que será a distancia, pero con el amor revelado que se tenían, sera más cercana que nunca...