Harry
Suspiro y acaricio el cabello de Rose, quien dormía a mi lado tranquilamente. Sus labios estaban levemente entreabiertos, su pecho subía y bajaba lentamente y sus manos estaban por debajo de su cabeza. Es tan hermosa y tan mía. Desciendo mi tacto por sus brazos hasta llegar a su vientre, sonrío en cuanto siento este.
Esta pequeña ni siquiera ha nacido y ya estoy completa y profundamente enamorado de ella. Sólo dos meses más para poder tenerla entre mis brazos, abrazarla, besarla y poder observarla. Sé que será absolutamente bella, justo como su madre. Sonrío por pura inercia y relamo mis labios. De un segundo a otro, Rose suelta un pequeño quejido y se mueve un poco, beso su hombro desnudo.
—Buenos días— susurro y escucho como ella suspira. Entonces se gira hasta quedar volteada hacia mi, ella sonríe somnolienta y yo no evito en darle un corto beso en los labios—. ¿Cómo durmió, señora Styles?— pregunto y esta suelta una pequeña risa. Ella adoraba que le dijera de esa manera, lo sé. Rose chasquea si lengua y me mira unos segundos.
—De maravilla.
Entonces nos quedamos así unos minutos. Ambos recostados sobre la cama, mirándonos el uno al otro y hablando de pequeñas cosas e insignificantes. Decimos algunos nombres para la pequeña al aire, pero como los últimos cuatro meses, nada nos convence por completo. También la beso por unos minutos. Aún no me acostumbro a no tocar su cintura, pues desde que su barriga comenzó a crecer, me ha prohibido tocarla cuando la besó. Rose dice que no le gusta porque esta gorda, pero yo sigo creyendo que es la mujer más hermosa y sexy en este puto planeta. Hace alrededor de dos meses que no hacemos el amor porque ella no quiere, pues según los médicos aún podríamos hacerlo, pero respeto su decisión. Prefiero aguantarme unos meses que tener problemas por unas horas con ella, no me gusta que se moleste conmigo.
Una vez terminada nuestra pequeña rutina mañanera, ambos tomamos una ducha juntos para luego cambiar nuestras prendas. Yo me coloco mi traje para ir a la empresa mientras ella se coloca un vestido de embarazada pues iría a comprar algunas cosas para la habitación de la pequeña junto con Elliot. No evito darle una leve nalgada y ella chilla para luego golpear mi hombro, río y le abrazo.
—Te amo— le recuerdo y ella pasa sus manos por mi cuello y hace un puchero.
—Y yo a ti.
Entonces mi teléfono comienza a sonar en mi bolsillo trasero, bufo y Rose acaricia mi rostro. Saco mi aparato electrónico y miro la pantalla —Es Gemma— susurro y ella frunce levemente el ceño. Contesto—. Hey.
—Harry, ¿estás en la empresa? Necesitamos hablar— esta dice y escucho su voz agitada, arrugo mi nariz.
—Voy de salida— respondo.
—Te veo en quince— entonces cuelga. Hago una mueca de confusión y miro a Rose quien alza sus cejas. Se ven tan bonita con su carita redondita y su pancita, sonrío y vuelvo a besarla. Simplemente irresistible.
—Me tengo que ir— susurro contra sus labios y ella me abraza con más fuerza, río.
—¿Podemos cenar sushi?— me pregunta y yo asiento, separándome lentamente de ella— O quizás unas alitas de pollo— murmura, suelto una pequeña risa y niego con mi cabeza—, o ambas— susurra. Sus mejillas se tornan color carmesí y yo beso estas antes de despedirme de ella y salir de nuestra casa. Me introduzco en mi auto y comienzo a manejar hasta llegar a la empresa donde, como de costumbre, mis empleados me reciben con un "buenos días, señor Styles". Les respondo a todos con un simple "buenos días" y me dirijo hacia mi oficina. Una vez en esta puedo notar como Gemma se encontraba ya dentro de esta con la mirada fija en un punto cualquiera y no es hasta que cierro la puerta que esta se da cuenta de mi presencia. Camino hasta mi asiento y la miro: su rostro estaba levemente pálido, tenía ojeras debajo de sus ojos y sus ojos estaban levemente más abiertos de lo normal.
—¿Qué pasa?— pregunto confundido y esta traga saliva.
—Hay algo que debí decirte hace mucho— susurra y yo frunzo el ceño—. No planeaba decírtelo pero algo sucedió y yo... Mierda, Harry.
—¿De qué hablas, Gemma?— pregunto y sus ojos comienzan a tornarse rojizos, de un segundo a otro una lágrima cae de este— Mierda, solo dilo— gruño y ella traga saliva y me mira.
—Yo forcé a Grace a entrar de nuevo a Cygnet— admite y yo frunzo el ceño—. Y-yo le dije que Anna estaría mejor sin una madre con una enfermedad como la de ella a su lado y que lo hiciera por el bien de la niña— susurra y yo suspiro. Bueno, eso no tan malo.
—Pero no entiendo por que carajos estás así, eso no es nada malo, Gemma. Simplemente le dijiste lo que pensabas— digo confundido y ella niega con su cabeza.
—Harry, le pagué al enfermero que hizo la prueba de ADN para que dijera que era negativa— este confiesa y yo abro mis ojos como platos. Siento mi corazón detenerse unos segundos y mi piel erizarse.
—¿Q-Qué? ¿Entonces Anna–?
—¡No lo sé! Le he dicho que no quería saber el resultado verdadero, simplemente que apareciera negativo. De esa manera, en caso de que fuera tuyo no podría sentir culpa— esta susurra y yo trago saliva.
—¿Entonces con quién carajos está Anna? ¿Quién es ese hombre?
—Yo lo contacté. Él y su pareja llevaban buscando adoptar por años, por eso estuvo de acuerdo con seguir toda la puta historia— confiesa, tenso mi mandíbula y siento mi sangre arder.
—¿Por qué me dices todo esto ahora?— pregunto en un susurro y ella solloza, las lágrimas corren por sus mejillas sin cesar y comienza a hipar— Gemma, habla carajo— gruño.
—¡Porque Grace se ha enterado, carajo!— exclama— No se como carajos se enteró que rompí el puto trato, no sé como mierdas encontró a Grace, lo único que sé es que ambas fueron encontradas muertas en la casa de su madre— gruñe y mi corazón se detiene. La miro incrédulo y mi cuerpo comienza a temblar. Trato de procesar sus palabras pero me resulta algo imposible, suena completamente fuera de la realidad. Mi labio comienza a temblar en cuanto por mi mente pasan los recuerdos que tenía con ambas. La pequeña ni siquiera llego a cumplir su año de vida y tenía un gran espacio en mi corazón, ella era preciosa, era tan pura e inocente—. Al parecer Grace había tomado unas pastillas para dormir y se metió a la tina junto con la niña, entonces las pastillas hicieron efecto y-y ambas... Ambas se ahogaron— lloriquea y de un segundo a otro yo siento como mi mejilla comenzaba a humedecerse. Siento un nudo formarse en mi garganta y tengo dificultad para aclarar esta—. Lo siento tanto— solloza y yo la miro.
—¿Por qué lo hiciste?— pregunto y ella junta sus labios en una línea firme mientras deja que las lágrimas fluyan.
—Te dije que haría lo que fuera porque tu y Rose pudieran estar juntos, Harry. ¡Podía ver tu sufrimiento y eso me estaba matando! Sabía que amabas a esa mujer y no quería que ella lo arruinara— murmura y yo niego con mi cabeza—. Yo no quería que esto pasara, jamás pensé que podría pasar toda esta mierda. Yo no le deseaba mal a nadie, yo solo quería que ustedes fueran felices; que tu fueras feliz— gime y yo cierro mis ojos. Entendía lo que ella trataba de decirme, pero mi cabeza no paraba de repetirme como aún existía la posibilidad de que Anna si haya sido mía, pero ahora ella simplemente... No está. Trago saliva y miro a Gemma.
—Esta bien— susurro y ella hipa, niega con su cabeza y esconde su rostro entre sus manos—. Hey, en serio. Tu no querías que nada de esto pasara, no es tu culpa. Sabemos que Grace no estaba estable en su salud mental, pero jamás imaginamos que llegaría a este punto. No hay nada más que podamos hacer y no podemos desperdiciar nuestras vidas lamentándonos por esto. No trates de empaparte de sangre donde no haz disparado el gatillo— trato de animarla pero ella simplemente sigue negando con su cabeza.
—¿Y si Anna si era tu hija?— pregunta y yo trago saliva. Mi sangre comienza a arder y yo cierro mis ojos levemente.
Lo más seguro es que si ese fuera el caso yo estuviera completamente roto en este momento, maldijera en nombre de Grace e incluso me estuviera volviendo loco. Pero sé que eso no era de esa manera. Yo sé que jamás sería capaz de tocar a Grace teniendo a Rose a mi lado. Y de todas maneras, tengo un futuro con la mujer que amo por delante. Tendremos a una pequeña dentro de poco, la empresa esta mejor que nunca y yo estoy casado con el amor de mi vida. Son tantos los aspectos positivos en mi vida que no quisiera arruinarlos todos por uno negativo. No quiero hundirme en un pozo de odio de nuevo.
—Ella no lo era— aseguro y Gemma me mira oye insegura, le dedico una leve sonrisa fingida y me levanto a darle un fuerte abrazo de consolación. Acaricio su espalda y dejo que llore todo lo que necesitaba. Sabía que lo mejor sería ignorar todo lo que me había dicho. Incluso aunque estoy seguro de que Anna no era mía, prefiero evitar tocar el tema en cualquier sentido.
Entonces el día transcurre de una manera tan rápida y la imagen de Grace en la bañera con Anna en sus brazos no sale de mi cabeza. ¿Cómo carajos alguien puede estar tan enferma para asesinar a su propia hija? Esta sensación incómoda no sale de mi pecho en ningún momento. Supongo que jamás sabré lo que pasaba por su mente.
Una vez que era hora de cerrar la empresa, me dirijo de nuevo a mi casa donde las luces estaban encendidas, por lo que sabía que Rose estaba dentro. Me introduzco en esta para encontrarla sentada en la sala viendo la televisión.
—¡Hey! ¿Cómo estuvo tu día?— esta pregunta entusiasmada, girando su rostro hacia mi, sonrío levemente y me acerco a ella— No sabes las cosas tan lindas que compramos, ¿quieres ver los biberones? Son tan lindos— se acurruca a mi, abrazándome y yo la abrazo de vuelta.
—Eso es genial, preciosa— susurro y beso su frente. Ella me mira y entrecierra sus ojos.
—Ese tono de voz no me convence, ¿qué pasa?— pregunta y yo inflo mis mejillas. Mis ojos comienzan a arder y maldigo por mis adentros— Mierda, Harry, ¿estás bien?
—Grace y Anna están muertas— suelto y la miro, ella estaba estupefacta—. Gemma me lo ha dicho esta tarde, y yo... Mierda— sollozo y es cuando Rose me abraza que rompo en llanto. Le abrazo de vuelta y suelto todo los sentimientos que tenía escondidos, a flote. Me sentía seguro pero a la vez indefenso ante ella, sabía que no me juzgaría, que me apoyaría. Rose acaricia mi cabello y susurra palabras lindas en mi oído hasta que yo decido parar para tomar un poco de agua. Quisiera aventar este vaso a la puta pared, pero sé que no ganaría nada de esta manera. Sólo una pelea con Rose. Una vez satisfecho vuelvo a la sala donde me encuentro con mi esposa mirando a un punto fijo. Me acerco a Rose, ella me mira y luego entrelaza nuestras manos.
—¿Estás bien?— me pregunta y yo observo su rostro. Miro sus ojos azules, su piel, entonces bajo mi mirada hacia su barriga y junto mis labios en una línea firme. Entonces entiendo que lo que pasó, es simplemente mi pasado. Debo de enfocarme en mi presente, no puedo seguir lastimándome por algo que ya no puedo evitar. No debo dejarme atormentar por lo sucedido, simplemente debo aprender de ello. No puedo arriesgar a mi familia por un error, sería el hombre más estúpido del mundo. Trago saliva y asiento.
—Sólo... No me dejes nunca— susurro y ella niega con su cabeza. Junto mi frente con la suya y Rose acaricia mi rostro—. Y prométeme, que pase lo que pase, vamos a cuidar y amar a nuestra niña aunque sea lo último que hagamos— susurro y ella asiente, sin dudarlo—. Hazlo oficial— pido y entonces ella me mira a los ojos y entrelaza su dedos meñique con el mío.
—Pinky promise— ella susurra y yo sonrío levemente.
—Pinky promise.
Fue en ese momento en el que entendí que la mujer a mi lado no es simplemente mi esposa, si no que es la mujer con la que pasaré el resto de mi vida. Ella es la persona por la que me despertaré todos los días y trabajar, el hombro en el que podré llorar, los oídos en los que puedo confiar, la única boca que besaré, el único cuerpo que tocaré, los ojos que me miraran día y noche. Es mi mujer, mi acompañante de vida, la próxima madre de mis hijos. Es gracioso pensar que he dicho tantas cosas que suenan cansadas o aburridas para una relación, incluso intimidantes para los que tienen miedo al compromiso. Pero increíblemente, esta chica me ha entregado todo incluso cuando pensábamos que tenía dieciséis años. Y tengo que admitir, que daría mi vida por ella. Porque es lo que más amo en este mundo, mi luz, mi todo.
—Quizás pinky promise sea nuestro para siempre— ella bromea y yo río. La tomo de la cintura y junto mi frente a la suya.
—Nosotros seremos para siempre— susurro y ella extiende su sonrisa. Pasa sus manos por mi cuello y acerca su rostro al mío, nuestras respiraciones se mezclan y nuestros labios estaban a milímetros el uno del otro.
—Amén.
FIN
damn i cant believe this is happening
thank you all for your patience
im sorry for the shitty chapters
subiré el epílogo en cuanto pueda
los agradecimientos también
all the love -MA