Estoy aquí ¿Puedes verme?

By ArySongs

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Summer Byington es una adolescente normal que vive en Nueva York con su madre Sarah, su vida es aburrida y tr... More

Prólogo
1. Regreso a clases
2. Primer golpe
3. Por primera vez
4. Explicaciones
5. Como si las nubes pudiesen calmar un corazón roto
6. El fin de un nuevo comienzo
7. El chico nuevo
8. Mercedes SLR, más que una tentación.
10. La noche... tú y yo, perfecta combinación.
11. Música, alcohol, besos y un poco más...
12. El día después de joderla
13. Una agradable sorpresa
14. Me convertía en princesa, pero mi castillo se desmoronaba

9. Atardecer multicolor

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By ArySongs

¡Hola queridos lectores! Antes de dejarlos con este nuevo capítulo, que les dejará la cabeza hecha un lío, quiero agradecerles infinitamente por sus comentarios, votos y lecturas, que han subido una enormidad. Cuando comencé con esto, jamás pensé superar las 1.000 o 2.000 quizás, y ahora estoy en más de 4.000 y espero que siga subiendo.

Muchas gracias a todas quienes me dejan tan hermosos mensajes, que por cierto, leo todos, sólo que no me da el tiempo de contestarlos, pero poco a poco lo iré haciendo. 

Saben que los comentarios son el principal motor para escribir esta historia, a veces pienso "ya está, no puedo seguir" y leo todo lo que escriben y como se han inmiscuído en la historia que realmente me dan ganas de seguir y darles lo mejor a ustedes. Espero que se sigan inspirando en los comentarios tanto como lo han hecho, realmente me hace muy feliz. 

Comenzaré a dedicar los capítulos a las lectoras más fieles, partiré con Maca, que me sigue desde hace algunos años, cuando escribía mis fanfic y ahora me sigue apoyando en esta. Para los siguientes capítulos podrán ser ustedes.

Ahora, quiero que tengan total libertad para preguntar lo que deseen, desde la inspiración de la historia, hasta si quieren saber algo en detalle de algún personaje, dejen sus dudas y yo las responderé mientras subo capitulos. 

Finalmente los dejo con el noveno capítulo de esta historia que cada día me gusta más. Como les dije, les dejará la cabeza hecha un lío. A pesar de que haya aparecido alguien más en la vida de Summer, sus intentos por olvidar a Nick no serán muy fáciles. ¿Será Ryan su salvador? Espero que disfruten esta historia, espero sus comentarios.

Besos y nos vemos en la próxima.

P.D Tuve que volver a subir el capítulo porque apareció cortado, pero aquí ya está. 

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9. 

Mi ánimo no era el mejor, además de todas las cosas con las que tenía que lidiar se sumaba el insomnio que cada noche era más recurrente. La última noche me la había pasado por lo menos tres horas mirando el techo de mi habitación. Nick no había vuelto a llamar ni a enviarme un mensaje en todo el resto de lo que quedaba de día, ni yo menos lo hice.

Pensaba que quizás estaría lo bastante molesto como para volver a marcar o si quiera escuchar mi voz. Antes no me hubiese preocupado en demasía porque sabía que lo vería al día siguiente y sin muchos rodeos arreglaríamos nuestras diferencias, el problema de ahora, era que eso jamás pasaría.

Lo veía tarde, mal y nunca, las veces que estábamos mucho juntos discutíamos por temas sin importancia y hacía ya meses que no llegábamos a tocar algún tema profundo. Sería bastante complicado entablar una conversación en el estado en el cual se encontraba la relación y mucho más lo sería después de lo que le había hecho; primero, haciendo caso omiso a cualquiera de sus palabras frente a Ryan, segundo; acercándome más a él y frente a sus narices y tercero; no contestando el móvil.

Me duché con el agua lo más caliente que pude para relajar mi musculatura, me demoré bastante ya que por poco me quedo dormida dentro de la ducha. Elegí mi atuendo con suma cautela, siempre me gustaba estar bien arreglada, pero lo normal, no como algunas chicas del instituto que pensaban en la escuela como el mejor desfile de modas donde lucir sus atuendos.

Un chaleco gris holgado , unos jeans negros lo bastante apretados como para delinear mis piernas y unas botas cortas con taco, mi pelo estaba sus ondas habituales y un maquillaje simple, nada fuera de lo común, solo para darle un poco mas de color a mi desabrida cara mañanera.

- ¡Hey Summer! – gritó Megan mientras arreglaba mis libros para la primera clase.

- ¿Qué hay? – pregunté algo somnolienta.

- ¿Qué crees? – era temprano, pero su voz sonaba emocionada, tanto que podría decir que hasta me molestaba escuchar ese tono agudo tan temprano.

- No lo sé, cuenta ya… – respondí para sacármela de encima pronto. Hoy no quería conversar con nadie.

- ¡Se me acercó Travis por la mañana, antes que llegaras y me preguntó si iría a lo de Chase! – lanzó un gritito ahogado por la emoción. Me sentí feliz por ella, y por algunos segundos mi mal ánimo cesó.

- ¡Qué! – Sonreí - ¡Qué bueno guapa! Ahora sólo atacas.

- Me pareció un tierno, nunca había hablado tanto con él – sus ojos brillaban, está loca, pensé.

- Todo bien amiga, me pone feliz.

- Ah, a todo esto… me preguntó si irías conmigo. Le dije que sí obviamente, no puedo ir sola, ya sabes.

No le respondí e inmediatamente pensé: Ryan. No podía ser de otra forma, yo jamás había hablado con Travis como para que le interesara que me presentara en la fiesta, debió haber sido Ryan quién le pidió que se asegurara que iría.

Estaba en sola en mi pupitre, lo único que me alegraba un poco era que nos tocaba literatura  y eso quería decir que Ryan estaría a mi lado en esta clase y podría molestar un poquito. Mi cabeza estaba entre mis brazos, como la mayoría del tiempo, me sentía exhausta, agotada, lo único que quería era dormir.

- Summer Byington – se me crispó el cuerpo al darme cuenta de quién se trataba. Era él, era Nick.

- ¿Qué? – pregunté sin levantar mi cabeza.

- ¿Cómo estás? Han pasado dos días sin que nos hablemos, creí que podrías extrañarme – odiaba su estúpido ego, como si mi vida girara en torno a el.

- Bien, estoy bien – respondí sin mirarlo.

- ¡Uy! ¿Mala noche verdad? – sentí como poso su mano en mi brazo para lograr que lo mirara, y eso hice, levanté mi cabeza al instante.

- Estoy cansada Nicholas, pero todo bien.

- Vale, vale… me preguntaba si podríamos hablar. Ya que ayer no quisiste contestar mis llamadas ni mis mensajes.

- ¿Hablar? – respondí sin mirarlo, depositando mi cabeza nuevamente entre mis brazos.

- Si yo… - antes que pudiera terminar el timbre sonó y la maestra entró de golpe.

- Permiso… - era Ryan, levanté la cabeza por inercia.

Nick se corrió despacio sin dejar de mirarme, al parecer a Ryan no le importaba en demasía que estuviera presente, es más, ni lo miró.

Saludé a Ryan con un besó sonoro en la cara, me sonrió y comenzamos a parlotear bajito mientras Nicholas se alejaba de nosotros.

La clase comenzó y como ya se había vuelto costumbre, no hice los deberes, Ryan pasaba su mano por debajo del pupitre y me hacía cosquillas en las piernas mientras yo lo pateaba despacio. Me la pasaba excepcionalmente bien en la clase de literatura desde que Ryan había llegado.

Deslizó un papel por mi escritorio.

- “¿Te decidiste a ir mañana?” 

- “No lo sé” – escribí y se lo devolví.

- “Bueno vale, yo sé que irás y que después de esa no faltarás a ninguna otra porque tendrás tantas ganas de verme siempre que estarás donde yo esté” – lo miré con extrañeza en un principio, pero sonreí finalmente.

- “¡Qué bobo que eres!”

- “¡Qué necia tú! Acuérdate de lo que te digo.”

Me dejó el papel en la mesa y justo sonó el timbre, Ryan se levantó de golpe, se disponía a marcharse cuando agarró mi barbilla con sus manos, se acercó a mi oído y susurró:

- Puedes reírte todo lo que quieras pero sé que va a ser así – se despegó lentamente de mi cuerpo me tiró un beso mientras guiñaba el ojo y desapareció raudo.

Me le quedé mirando con cara de estúpida, me gustaban los chicos así, espontáneos, que confiaran en lo que podían hacer y también algo locos, por qué no.

Día viernes, todo el instituto parecía florecer, ya que era el día mas esperado por todos, para realizar planes extra curriculares, fiestas, salidas y entretenidas convivencias, cosas que a mi particularmente no me interesaban, quizás hace algún tiempo me gustaban, porque pasaba el tiempo con mi mejor amigo de ese entonces, recuerdo cada tarde de viernes con una anécdota distinta, tan entretenida que aun sonrío cuando doy paso al recuerdo.

Caminaba con mis libros en las manos con dirección a mi casillero, las clases habían finalizado y era hora de marcharse a casa, realmente lo único que deseaba era llegar a mi hogar y poder descansar un buen tiempo, la escuela me estaba matando.

- Hey Summer necesito hablarte… por fin te pillo desocupada – escuché la melodiosa voz de Nick, que  tanto extrañaba. Me di vuelta lentamente y lo miré con desprecio.

- ¿Hablarme? ¿Tu a mi? – pregunté despectivamente – ¿Desde cuando que decidiste hablarme, o más bien te acordaste que existía? – cada vez que me dirigía a Nick era de una manera tan descortés y con tanta ira que hasta yo me sorprendía.

- ¡Vamos! No porque no pasemos el tiempo juntos quiere decir que ya no te quiera o me haya olvidado que existes. Además hoy quise acercarme pero llegó tu amigo y no pude– respondió con  una sonrisa que me molesto, la tranquilidad con la que me sonrío realmente me perturbó.

- Si, claro… – respondí irónica – Anda dime… ¿Qué es lo que quieres? - Me di media vuelta para guardar los libros en mi casillero, cuando sentí el brazo de Nick apoyarse en el contiguo. Sentía como su mirada me penetraba, pero no era capaz de voltear y mirarlo.

 - Quería… yo quería – suspiraba y podía notar su nerviosismo, lo conocía como la palma de mi mano – Bien hablar, ayer te llamé un montón y no contestaste, te mandé mensajes y tampoco los respondiste.

- No tenía saldo – le mentí.

- ¿Saldo? Summer, tienes plan.

Me había descubierto, siempre meto la pata. ¿Cómo pude pensar que se podía tragar semejante estupidez?

- Bueno, no quería contestar – me hice la ofendida, no quería que siguiera molestando.

- Vale Summer está bien. Sé que puedes estar molesta porque no me he aparecido por tu casa, ni te he llamado muy seguido. Pero la escuela, los exámenes, los entrenamientos…

Claro, no iba a nombrarla, que pendejo que era Nicholas a veces, ambos sabíamos que no era culpa del instituto o de sus entrenamientos, pero allá él.

- Ya está Nick no importa, lo único que te pido es que no me molestes más con lo de Ryan, yo sé lo que hago, no eres mi padre.

- Lo sé Summer, por eso quería hablar contigo y disculparme. Lo único que me importa es que no pienses algo de mí que no es, yo sigo siendo el mismo…– le costaba hablar y las palabras se atropellaban al salir de su boca.

¿Nervioso? Nick estaba nervioso… no sé si el tiempo sin hablar lo había afectado o había algo más. Lo que me parecía raro era que se viniera a disculpar él, si yo había sido la que no contestó las llamadas, además cuando le dije lo de Ryan me dijo un “ya sé”. ¿Eso tenía que tomarlo cómo que había aceptado que tuviéramos una buena relación?

Dios mío, odio que me haga pensar tanto, la cabeza de una adolescente está llena de cosas, tengo suficientes problemas como para seguir añadiendo más, además no sólo en esta vida es pensar en un chico o quizás dos.

Lamentaba por un lado saber que seguía existiendo el Nick que conocí, porque ya me había hecho la idea de verlo lejano, como otra persona, supongo que así dolía menos alejarme de él, era mi opción.

- Summer… – la voz de Nick me ayudó a poner mis pies nuevamente sobre la tierra.

- Si, si – respondí saliendo de mi pequeño transe, mi corazón estaba agitado, mi mente estaba en otro lugar, y mis manos estaban heladas como cada vez que los nervios me superaban

- ¿Y?... – me observó esperando una respuesta.

- Y nada, y… está bien lo que dices y ya está, todos felices - ¿Felices? Dije ¿Felices? Yo no puedo estar feliz, desde hace algún tiempo…

Se quedó en silencio unos minutos, mi mirada vagaba entre el piso y sus piernas. Lentamente levanté la vista y llegué a sus ojos, brillantes como siempre, me miraban de manera tierna, sonreía complacido, le regalé una pequeña curvatura en mis labios y me volteé a poner la seguridad de mi casillero.

- Veo que tu relación con Ryan va muy bien, se han hecho de amigos en poco tiempo… – se apoyó en el casillero sin mirarme.

- ¿Relación? Si con relación te refieres a amistad, sí. Es un gran chico, me la paso bien con él pero no lo he conocido mucho aún. – respondí sin darle demasiada importancia.

- Bueno, al parecer conocemos a personas distintas – río sin muchas ganas y con un dejo de ironía - ¿Qué harás hoy por la noche? Es Viernes ya sabes…

- No lo sé aún – respondí con sinceridad, realmente no tenia planes, ni ganas de ir a ningún lugar.

- Creo que podríamos hacer algo.

¡¿Qué?! ¿Había escuchado bien? Nicholas quería hacer algo… ¿Conmigo? Hacía meses que no salíamos juntos y ya me había resignado a que pasarían mucho más para que volviéramos a tener planes o quizás jamás volveríamos a tenerlos.

Mi corazón comenzó a latir más y más fuerte, mis manos temblaban, la emoción llegó a mi estómago y sentí unas leves ganas de vomitar, estaba extrañada pero feliz.

- Quizás – respondí sin mirarlo

- ¿No quieres? – preguntó preocupado.

Lo mire y sonreí… ¿Cómo una persona en su sano juicio no querría salir con él? ¿Cómo una persona como yo diría que no a una invitación como esa?

- Claro que quiero Nick – había dicho que no volvería a caer y que sería más fuerte, pero… ¿Quién puede mandar al corazón?

Este si era uno de esos días que me gustaban, este atardecer no parecía oscuro, sin ánimos y sin vida… este para mí era uno perfecto, uno multicolor.

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