La magia de un deseo [ChanBae...

By riabyun

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Park ChanYeol y Byun BaekHyun tienen un pasado. Uno al que este último no quiere volver, mientras que el meno... More

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Epílogo

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By riabyun

–No puedo hacerlo... no puedo.

ChanYeol sintió como los labios de su esposo abandonaban la calidez de los suyos, y en cuanto abrió los ojos se percató de que él había establecido una distancia considerable. Tal vez era menos de un metro, pero el alto sintió que era lo más similar a un abismo.

–BaekHyun...

–No, ChanYeol. –El castaño se negó y le dio la espalda– Tienes todo el derecho de ver a ChanHyun, cuando quieras, y mientras esté en mis posibilidades llevarlo contigo a un lugar neutro... o incluso la Señora Hye puede llevarlo si me encuentro ocupado, pero yo no puedo hacer esto. No puedo permitirme volver a pasar por esto, yo...

ChanYeol estaba harto de no entender nada. No entendía ese cambio tan brusco en su esposo, y por eso y con la única finalidad de saber de una vez por todas que estaba pasando por la mente de su lindo y aún esposo, fue que lo tomo del brazo, jalando su cuerpo hacia el suyo.

–Chan...

–Cállate.

El más bajo lo miro confundido, y se sintió completamente vulnerable al no poder romper el abrazo de su marido.

–Tú sabes que soy pésimo en entenderte, BaekHyun. No soy el mejor, claro está, pero necesito que dejes de hablarme con palabras que no entiendo. Necesito saber a qué le temes tanto, saber por qué dices que no puedes hacerlo cuando hace un segundo tus labios tocaron los míos como antes –el castaño desvió la mirada–, te amo Byun BaekHyun. Te amo tanto que no cabe segundo desde que se que soy papá en que te agradezco una y mil veces por nuestro hijo. Es un niño sano, fuerte, amoroso... y eso es gracias a tu esfuerzo y dedicación.

–Es mi hijo...

–Y mío también.

El profesor lo miro sintiendo como el miedo comenzaba a apoderarse de él nuevamente.

–ChanYeol...

–No voy a quitártelo, BaekHyun.

Y fueron esas palabras las que llenaron de tanto alivio al más bajo, quién dejo salir el aire de sus pulmones, logrando que se desvaneciera entre los brazos de su marido, quién amortiguó la caída.

–BaekHyun...

–Promételo... –el nombrado lo miro con los ojos acuosos– Prométeme que no me quitaras a nuestro hijo, ChanYeol. Prométemelo...

–Baek...

–Hazlo, y te diré todo lo que quieras saber.

BaekHyun tomó una postura fuera de sus brazos, y ahí sentado frente a su marido, espero por aquella confirmación. Por su parte ChanYeol estaba conciente de querer saberlo todo, por eso no dudó ni un minuto más, lo miró, y dejando un beso sobre sus manos dijo:


–Te lo prometo.

🎂

ChanYeol no podía creer lo que escuchaba.

Nunca, ni siquiera un instante se pudo imaginar la atrocidad bien planeada de su madre, quién no solo le bastó con hacerle la vida imposible a su esposo, sino que también había amenazado la vida de su hijo.

–ChanYeol ¿a dónde vas? –Le preguntó el castaño al ver como su marido se dirigía a la salida– No, no vayas, Chan...

–Ella tiene que escucharme, BaekHyun, por una mierda ella va a escucharme.

El bajo mordió sus labios al escuchar la firmeza en la voz de su marido, la cual solo había escuchado mientras negociaba, pero nunca dirigida a su familia. El había estado tan inmerso y atento a cada palabra que formaba parte de la historia por la cual eligió proteger a su pequeño tesoro, que podía sentir la manera en la que su esposo se sentía al respecto.

–Ella les hizo daño, y ahora que lo sé, no se va a salir con la suya.

–No, ChanYeol no lo hagas –dijo el más bajo abrazándose al cuerpo de su marido por la espalda, deteniendo así su enfurecida huida– Estoy bien... estamos bien, ChanYeol.

–No, Baek. –Se giró para verlo a la cara, BaekHyun tenía un mar de lagrimas mojando sus mejillas– Esto no está bien. No está nada bien. Me acabas de decir que mi madre fue el motivo por el cual tuviste que esconderte. El motivo por el cual te puso a ti en una postura donde tenías que elegir a quien proteger. Te alejó de mi vida con plena conciencia de lo que hacía. Alejo a la persona que amo y he amado desde que la conocí. Me privó de la felicidad. Me alejó de la vida de ChanHyun, impidió que fuera padre, BaekHyun yo solo, solo quiero...

–¡Detente! –gritó el bajo, quién no encontró otra manera para detenerlo que aferrarse a su pecho– Detente, por favor...

–BaekHyun...

–Si te dije todo esto no fue para que buscaras una venganza.

–La necesito.

–No, no la necesitas porque tienes a nuestro hijo y te ama.

–¿Y tú? ¿Y la persona que yo amo, me ama a mí también?

–ChanYeol... –se alejó un poco.

–No, BaekHyun. Necesito saberlo...

–Te dije todo lo que necesitabas saber... prometiste no quitarme a ChanHyun, y ahora... ella es tu madre, y tu eres su hijo...

–Y ustedes mi familia.

El castaño se abrazo a sí mismo mientras se deshacía del rastro de lágrimas sobre sus mejillas. ChanYeol en cambio no pudo evitarlo y lo atrajo hacia su cuerpo, creyendo que de esa manera le daría la valentía que buscaba en su pareja.

–Dime que me amas, BaekHyun. Dime que no me has olvidado...

–Chan, yo...

–En ese caso miénteme... miénteme con todo lo que tienes. Solo eso puede calmar la ira que siento por lo que te hizo mi madre sabiendo que esperabas a mi hijo.

BaekHyun tragó en seco, lo miró, y con esas barreras que estaban por caer le dijo:

–Te odio.

ChanYeol frunció el entrecejo, se alejó un poco sin soltar a su esposo en brazos y lo miro.

–Te odio tanto, idiota.

–BaekHyun...

Y fue así como toda palabra murió en sus labios, por que BaekHyun lo estaba besando, y aquello no podía sentirse más perfecto y anhelado en partes iguales.

Un beso puede significar, romanticismo, pasión y confianza. Y justo en ese momento, ChanYeol sabía cómo su pequeño esposo, la persona de la que seguía completamente enamorado; le entregaba esta última virtud con algo de temor. Por qué él estaba seguro de que aquello parecía un sueño, uno muy bueno, uno donde BaekHyun lo besaba, y él le correspondía.

Y en efecto, ChanYeol se sentía a morir por la manera en la que lo besaba, se sentía como antes, y como mil veces mejor que ello, y eso fue suficiente para él. Dejo salir un suspiro y puso sus manos sobre las mejillas del más bajo, tratando de profundizar aquel anhelado beso. Porque si, ¡dios! BaekHyun lo estaba besando de regreso con el mismo ímpetu en el que él lo hacía y no sabía si podía morir en ese preciso instante o agradecer a todos los dioses de él chico hubiera aceptado sus sentimientos con un beso, y con ello le confirmaba a ChanYeol lo realmente importante que era él en su vida. Porqué lo amaba; ChanYeol amaba a BaekHyun, y justo con esa reciprocidad, supo que el más bajo lo seguía haciendo de la misma manera.

BaekHyun no sabía si aquello era correcto o incorrecto, pero estaba cansado. Tan agotado de hacerse a la idea de que nunca volvería a estar junto a su marido, y que su hijo nunca pudiera tener esa familia que tanto había deseado para los tres. Porque a veces era mejor ceder, que desistir... sólo así es que se dejó hacer por el hombre que seguía teniendo la llave de su corazón. 

En cuestión de segundos la temperatura en la habitación se elevó. Ambos se estaban besando con tanta vehemencia, que ChanYeol no supo en qué momento terminó acorralando el cuerpo de su esposo contra la puerta de la habitación, logrando que varias prendas colgadas terminaran en el piso bajo sus pies. BaekHyun por su parte tembló por la anticipación al sentir las manos grandes del hombre bajo la tela de su playera, acariciando su piel, creando caminos dulces e invisibles, convirtiéndolo en un pequeño manojo de suspiros. 

El alto delineó aquella cicatriz sobre su vientre ahora plano, al tiempo que comenzaba a bajar por sus labios, pómulos y mejillas, para finalmente dejar un par de besos en forma de mariposa sobre la capa tersa de piel expuesta sobre su cuello. BaekHyun echó la cabeza hacia atrás por la exquisita sensación, y sin poder evitarlo, entrelazó sus dedos entre el cabello de su marido. Esté seguía completamente embebido de la tersidad de su piel, y cuando no pudo ir un poco más allá, se alejó. Lo miró a los ojos, y dejó un corto beso sobre sus labios ya hinchados. Deslizó sus grandes manos por el contorno de la figura de su esposo y se deshizo de la molesta playera blanca. BaekHyun lo miro de vuelta con las mejillas completamente acaloradas, y sin decir una palabra más, se abalanzó sobre su marido, reclamando aquel par de labios suaves y llenos de calidez que tanto había echado de menos.

ChanYeol estrechó entre sus brazos el cuerpo de su esposo besando sus deliciosos labios, aquellos que sabían a cielo y que al tiempo alzaba del piso tomándolo en brazos y al siguiente instante colocándolo sobre la cama. Se deshizo de la playera que momentos antes este le había proporcionado y se posiciono sobre la figura del castaño, retomando aquella dulce tarea de besarlo mientras acariciaba cada centímetro de su piel.

Por su parte BaekHyun dejó escapar un par de suspiros sobre la boca de su marido. La necesidad era demasiada, qué BaekHyun no pudo sentirse más avergonzado que todas aquellas veces en el pasado donde habían hecho el amor sin dar largas. Esta era la primera vez en casi cinco años que volvería a estar con su marido. ¡Y Dios! Ver la manera en la que ChanYeol besaba su cuello, asegurándose de dejar posiblemente un par de marcas que aparecerían al día siguiente, fue que sin pensarlo demasiado comenzó a desabrochar el cinturón del pelinegro. 

Una vez fuera de sus pantalones, ChanYeol se alejó un poco, y con un toque de impaciencia terminó por quitarle su ropa interior al castaño, quién se posicionó sobre la cama.

El alto se relamió los labios al ver a su esposo tan precioso y abochornado por el calor del momento, que no tardo dos segundos en volver a la cama y posicionarse sobre él.

BaekHyun observó aquel brillo familiar en los ojos de su marido, y supo que era lo que venía a continuación.

ChanYeol por su parte se encargo de besar su frente, dejar un casto beso sobre los labios del castaño y sin previo aviso atrapar uno de sus pezones para jugar con él entre sus labios. Logrando que el más bajo soltara un par de gemidos mientras curveaba su cuerpo hacia él, buscando más de la exquisita sensación de ser saboreado.

El pelinegro conocía todos y cada uno de los puntos débiles en el cuerpo de su esposo, así como BaekHyun recordaba los suyos. Por eso, en un descuido de parte del alto, tomó su miembro con una de sus manos y comenzó un sube y baja, que sabía que era más que placentero para su marido.

Ambos estaban inmersos en el acto que BaekHyun había olvidado cómo prepararse a sí mismo. Intentó hacerlo, pero una de las manos de su marido lo detuvieron, esté terminó con ambas manos sobre su cabeza, imposibilitando que pudiera tocarse. Por su lado, ChanYeol toco su ya dura erección, y noto como su esposo se encontraba ya en la misma situación. Masajeo un poco su miembro, para segundos después tocarse y lograr el efecto que quería. Se miraron, y ChanYeol esperaba una señal, algo por parte de BaekHyun para continuar y saber que era algo que ambos necesitaban.

El profesor abrió los ojos, y se topo con la caliente imagen de su esposo. Despeinado con un par de mechones negros ya pegados a su frente y sus labios completamente hinchados. El alto restregó su nariz sobre el cuello níveo del bajo, y volvió a mirarlo. BaekHyun sin decirlo susurró un te amo, y fue todo lo que necesitó para apoderarse de sus labios.

Un jadeo salió de la boca del castaño en cuanto el pelinegro tentó su entrada. 

Él sabía que tenía que ser lo más cuidadoso posible. Quería que fuera algo placentero para los dos, y por eso debía cuidar de su esposo. Tomo su propia erección, y esparciendo un poco su esencia entre sus dedos se dispuso a prepararlo.

Un jadeo más alto que el primero retumbo en la habitación, y BaekHyun supo que no podía darse el lujo de despertar a los demás miembros de la casa, por eso llevo una de sus manos a su boca. ChanYeol notó esa acción, y empujando su mano con su nariz,  volvió a capturar los dulces labios de su esposo en un beso más pasional que antes.

La preparación duro lo necesario, y cuando su pequeña pareja mordió un poco su labio, supo que este estaba listo.

–Te amo, mi amor...

–Yo nunca deje de hacerlo... –respondió el bajo.

Así llego el primer empuje.

BaekHyun sintió como su cuerpo se resistía a la intromisión, sin embargo, el más alto volvió a besarlo, logrando que el castaño se olvidara un poco del dolor inicial. Al tiempo que ChanYeol tocaba la erección del más bajo, intentando que esté se relajara e hiciera más placentero el acto.

Bastaron unos minutos para el pequeño, quién segundos después se encontraba gimiendo el nombre de su amante en cada empuje.

ChanYeol buscaba ser tierno y dulce con el amor de su vida, pero debe admitir que tener bajo su merced al hombre que lo calentaba en todos los sentidos, no era de mucha ayuda. Atrapó un par de veces sus dulces pezones, jugando y sacando dulces gemidos de los labios de su esposo. Sintió como BaekHyun se empujaba contra él y supo que él no era el único que quería sentirlo todo de sí mismo, y eso fue más que suficiente para tomar una de las tiernas piernas del bajo, salir de él logrando un quejido de su parte y solo de esa manera volver a deslizarse en su interior.

BaekHyun no pudo evitar soltar un sonoro gemido, y ChanYeol supo que había encontrado aquel punto que los llevaría al cielo. Continúo empujándose contra él. El sonido de las pieles al chocar era tan obsceno, como placentero, que BaekHyun sabía que nunca más podría vivir sin su marido, mientras que ChanYeol pensaba en no volver a permitir que nadie lo separase de su familia. La simple escena era tan erótica, que no resistieron más, ChanYeol sacó su miembro y tocando el del castaño fue que se empujó una vez más, logrando que ambos llegaran su liberación.

Sus pechos subían y bajaban.

Estaban agotados, pero felices de volver a ser uno, uno después de mucho tiempo sin estar uno cerca del otro.

El infierno habría acabado, y ChanYeol se aseguraría de que su esposo nunca más volviera a tocarlo. Le quería dar el cielo, una y mil veces más. A él, como a su hijo.

Por que después de esa noche, ChanYeol tenía una familia.

Una familia de tres.


🎂

Hace apenas unas horas, ChanYeol le había hecho el amor a su aún esposo. Tenía rato de haber despertado, pero aún así no quería moverse, ya que el hombre que aún seguía provocándole vuelcos al corazón seguía dormido entre sus brazos.

El alto estrujó el cuerpo desnudo de su esposo entre las sabanas que medio adornaban la cama, y notó como esté dibujaba una bonita sonrisa entre sus labios mientras se apegaba más a su torso. ChanYeol en cambio se estremeció al sentir la respiración del más bajo chocar contra su piel. ¡Dios! No sabía como aquel hombre que se había alejado hace casi cinco años conseguía erizarle la piel con un detalle como ese.

Más sin embargo seguía encontrando increíble el hecho de que él había criado y educado a un pequeño de cuatro años durante todo ese tiempo, sin su ayuda. ChanYeol se golpeo mentalmente al pensar en qué condiciones había estado viviendo su hijo hasta ahora. Pero después de ver la bonita casa de BaekHyun, la mujer que lo cuidaba cuando este trabajaba, y la muy bonita habitación adecuada a la edad de ChanHyun, no le quedó la menor duda de que BaekHyun era de por más un padre excelente y ejemplar para su hijo.

Aún tenía dudas. Muchas a decir verdad... 

¿Por que su madre se atrevería a cometer un acto tan... atroz?

Quería saber por qué su madre nunca le dijo de la existencia de su hijo, y sobre todo saber el detonante, y obligar a desaparecer a su esposo, sin dejar pista después de percatarse de que esté lo había dejado. En ese momento solo sabía que el castaño que dormía plácidamente en sus brazos, era profesor de matemática aplicada, y que en sus tiempos libres, era un padre completamente amoroso con ChanHyun.

Sabía que habría un momento en el que su madre tendría que responder a todas esas interrogantes, pero por ahora lo dejaría pasar. Lo haría por el hecho de que ahora tenía un hijo con ese hombre, porque su bebé ahora tenía cuatro años y necesitaba recuperar el tiempo perdido, necesitaba recuperar a su familia. Quería volver a tener el corazón de BaekHyun de la manera correcta. Lo necesitaba. Ya no eran más aquellos chicos de veintidós años. Ahora tenían veintisiete años, tenían sus profesiones, solvencia económica y un precioso hijo de por medio.

BaekHyun se movió un poco dándole la espalda al alto. Y este aprovechó para colocarse los bóxers, y su playera blanca. Abrió la puerta y fue a la habitación de su hijo. Una vez ahí noto que el niño no se encontraba ahí. Eso asustó en sobre manera a ChanYeol. Quería despertar a su aún esposo y decirle que su hijo no estaba en la cama a esa hora a pesar de ser sábado, y que era muy temprano. ¿Donde se había metido ese niño? Con esa interrogante haciéndole eco en su cabeza, decidió buscarlo. Así que a paso firme bajo las escaleras.

Al llegar abajo se percató de que la mujer de avanzada edad lo miraba realmente sorprendida con un delantal sobre su pecho, y utensilios de cocina sobre su mano.

ChanYeol en cambio no pudo evitar sentirse tan avergonzado, tan expuesto por la vista que le estaba brindando a la mujer en su estado. Al poco tiempo la expresión de la mujer se suavizo dando paso a una sonrisa tranquila en su rostro. Rió un poco en lo bajo tapando su boca, y el alto sintió arder la cara en vergüenza. Estaba seguro de que esa mujer sabía lo que había pasado la noche anterior. ¿Y cómo no saberlo? Si ella también vivía ahí, pero en la planta baja. 

–Buenos días, Profesor Park.

–ChanYeol. Puede llamarme sólo ChanYeol.

–Veo que su ropa se secó a tiempo.– Expresó la mujer mientras le sonreía en complicidad, ChanYeol por su parte no sabía como responder a ello.

–¡Papá! ¡Papá!

La melodiosa voz de su hijo llego a sus oídos y rápidamente se viró para tomarlo en brazos.

–Hola a ti también, amor y... –dijo mientras el niño se abrazaba a su cuello y besaba su frente– ¡Feliz cumpleaños, agi*!

–¡Lo decodaste! ¡Papa se quedó con papi! ¡Y Papá decodó mi cumpleaños, Nana! –Chilló un ChanHyun muy emocionado en los brazos de su padre, sin soltar el avión de juguete que su papi BaekHyun le había regalado el año pasado, y era el preferido del infante.

El alto miro a la mujer aún avergonzado, ella le sonrió de nuevo y como si fuera de lo más normal tener la presencia del profesor partió directo a la cocina.

ChanYeol por su parte le dio un sonoro beso en la mejilla logrando que el niño se estremeciera en sus brazos con una sonrisita en su pequeño rostro.

–Nana, dice que Hyunnie nunca debe a despedtar a Papi tempano ni hacer mucho duido –soltó de nada–, pero hoy es el cumpleaños de ChanHyunnie y... y... y me dijo que estaba bien jugar por hoy, que papi no se levantadía converdido en un hado dojo.

–¿Hado dojo? –Pregunto a su hijo– ¡Ahh! Un hado rojo. ¿Tu papi es un hado rojo?

–Sip.

–¿Por qué?

–Podque los ogdos son feos, y papi padece un hada podque es bonito... es el hado más bonito –soltó extendiendo sus bracitos– antes tenía el cabello dojo.

El alto se sorprendió de escuchar que en algún momento de todos esos años separados su esposo se había teñido de nuevo el cabello, como en los viejos tiempos.

–Si, sin duda tu papi es el hado más bonito campeón.

ChanYeol le sonrió y el niño empezó a removerse en sus brazos. Se encaminó hacia donde la mujer había partido, y al entrar en la cocina noto el asiento de su hijo. Lo sentó y la mujer le dio un plato con un par de panqués. Viró hacia su hijo, y vio como ya tenía diminutas migajas de panqué pegadas con miel en sus comisuras. Así que con una sonrisa, tomo una servilleta, atrajo un poco el rostro de ChanHyun y limpio los residuos de comida.

–Creo que ayer no pudimos presentarnos adecuadamente. Soy Hye –extendió su mano y ChanYeol el tomo a forma de saludo–, ama de llaves y niñera de este apuesto niño –explicó ella mientras le pasaba un plato vacío, y terminaba de acariciar los cabellos negros de su bebé.

Miro a su hijo, y notó como quería alcanzar la jarra de leche sobre la mesa. ChanYeol se adelantó, y Hye le proporciono su vaso entrenador. Le sirvió un poco y se lo tendió a ChanHyun, quien lo tomo más que contento, mostrándole parte de su dentadura.

–Disculpe mi intromisión pero... ¿Cuánto tiempo tiene usted conociendo a BaekHyun? –cuestionó sirviéndose un par de las delicias esponjositas.

–Casi cinco años.

Bien. Eso sí era un tiempo realmente considerable. Tal vez en todo ese tiempo, la mujer y su esposo habían establecido una relación parecida a la de madre e hijo, y estaba seguro de que la mujer había cuidado de sus dos amores en el tiempo que él estuvo lejos de los dos, así como también sabría tal vez algo que le ayudara a acercase más a su esposo, y sobre todo... ¿El estaría viendo a otras personas? ¿BaekHyun tendría una pareja? ¿Alguien que viera por su hijo y su esposo? No, no, no sabía si eso podía ser verdad. Tanto que ni siquiera sabía cómo preguntar.

– ¿Hay algo que quiera preguntar exactamente?

ChanYeol la miro, y desviando la mirada a su hijo se atrevió a sacar esa enorme duda.

–Usted... sabe si BaekHyun ¿Si... él está saliendo con alguien

La mujer lo miro con una sonrisa en el rostro, y ChanYeol no pudo sentirse más idiota por haber hecho esa pregunta, sin embargo se dio cuenta de que la expresión de la mujer era buena, mientras se sentaba a la mesa.

–El Señor Byun, ó BaekHyunnie, como suelo llamarlo. No sale con nadie. Ni siquiera tiene tiempo para eso ¿sabe? –Eso parecía un golpe con guante blanco, ya que había llegado a la conclusión de que tal vez estaba saliendo con alguien y por eso lo alejaba– Él es muy centrado en lo que quiere. Es una persona dedicada a su trabajo, y a ChanHyunnie.

Ambos miraron al niño que tenía una sombrita de leche sobre sus labios, dándole un aspecto tierno.

–Sí, es verdad a tenido pretendientes. Incluso unos muy apuestos... y bueno el papá de este bebé también es una gran persona, sin olvidar lo apuesto que es, pero siendo sincera, yo sé que su corazón sigue con otra persona. Y aunque por más que ponga de excusa el hecho de que no puede dejar sólo a ChanHyun un par de horas por ir a cenar con alguno de esos tipos guapos, es toda una finta, y bueno... ahora empiezo a comprender él por qué. –mencionó dándole una mirada convincente.

–Si usted conoce a Baek... a mi esposo desde hace cinco años,  eso quiero decir que usted debe saber que mi madre...

–Sí, lo sé. –Atajó la mujer asintiendo con la cabeza. ChanYeol desvió la mirada sintiendose mal por ello.

Tal vez era momento de reflexionar en todo lo que había hecho hasta ese momento. Tal vez era mejor alejarse y dejar a su hijo a lado de su otro padre, y no volver a lastimar a su familia, por causa de su madre, pero al mismo tiempo el no quería que su hijo creciera sin la compañía de uno de sus padres.

El alto sintió como una mano cubría la suya. Alzó la vista y vio a la mujer sonriéndole de manera enternecida.

–Profesor Park. –El nombrado alzó las cejas– ChanYeol. Estoy seguro de que el hombre que se encuentra dormido en la segunda planta, aún lo ama más de lo que pueda imaginar, y ellos lo necesitan más de lo que usted a ellos.

Adhjuma...

–Sabes ChanYeol, si me lo permites... a veces sólo basta con desearlo.

–No es como si fuera así de simple –replicó en un tono frustrado.

–En ocasiones así funciona la magia, ChanYeol.

– ¿Qué...?

–Buenos días, BaekHyun –saludo ella en un tono amable al hombre que traía consigo un pantalón de piyamas a cuadros y una camiseta en forma de V, dejando a la vista sus bonitas y marcadas clavículas.

–Buenos días, nana. –respondió al tiempo que se acercaba a su hijo, quién le sonreía impaciente mientras que él limpiaba los restos de líquido sobre sus comisuras, justo como ChanYeol lo había hecho al llegar al comedor.– Y Buenos días al solecito cumpleañero... –saludo al bebé dándole un sonoro beso, sacándole una sonrisa al infante.

– ¿Y no hay un buenos días para tu esposo, BaekHyunnie?

El aludido trago en seco, y ChanYeol pudo percibir la incomodidad en el ambiente, lo de anoche definitivamente había sido algo, pero ahora...

–Buenos días, ChanYeol –dijo el más bajo en un tono casi inaudible, o algo así.

–Buenos días, Baek –respondió.

El ambiente ya no se sentía tan tenso. Eso al menos creía hasta que el pequeño niño empezó a chocar sus manitas mientras murmuraba algo emocionado.

Beso, beso, beso...

–ChanHyunnie... –murmuró el castaño al bebé quien seguía aplaudiendo emocionado.

Papi, beso a papá...

–ChanHyun. –Intervino ChanYeol.

beso...

–Basta, Hyunnie –intervino la mujer– Mejor hazle caso a tu hijo, y dale un beso a tu esposo.

¡Síííí, beso, beso papá!

Estaba por negarse y distraer al niño con alguna otra cosa que su mente le dictara en ese momento. Hasta qué sintió un aliento cálido y mentolado sobre su mejilla, seguido de esto un deliciosa caricia. 

Alzó la vista, y vio a BaekHyun a su costado, tocando su cuello de manera incómoda frente a la mujer y el niño, mientras que sus mejillas permanecían encendidas y su vista se fijaba en todo menos en él.

¡Bavo, bavo! –gritó el bebé. Y seguido de esto escuchó un carraspeo por parte de su esposo. Sin embargo antes de que saliera fuera de su alcance, lo tomó del brazo, y con un estirón logró que se sentadara sobre su regazo. ChanYeol envolvió el cuerpo ajeno entre sus brazos y cerró sus palmas como una clase de cerradura. Haciéndole imposible el escape al castaño, quién lo miraba sorprendido y con sus ojos muy abiertos.

–¿Qué crees que estás haciendo? –murmuro BaekHyun entre dientes.

–Estoy tratando de devolverte el favor...–respondió mirándolo con ternura, mientras que restregaba su cabeza en su brazo izquierdo.

–Papá quiede a papi, nana, papi besó a papá... –decía entre palabras cortas su pequeño emocionado.

–Sólo estas logrando calentar el asunto, ChanYeol...

–¿Lo hago? –preguntó el nombrado con una sonrisa en el rostro, mientras que BaekHyun le golpeaba el hombro con la mano que había mantenido tapando su cuello desde que llego al comedor.

–Es linda –murmuro, ChanYeol con una voz ronca y varonil sobre su cuello– Me gusta saber que te he marcado, cariño.

BaekHyun lo miró ardiendo en vergüenza, y con un mohín sobre sus labios se soltó del abrazo, logrando ponerse de pie. Se excusó y anuncio que era momento de dejar de prestar atención y tomar el desayuno. La mujer le sirvió un poco, y ChanYeol no pudo sentirse tan feliz por primera vez de estar tomando un desayuno en familia, con su familia.

🎂

–Como sabes, hoy es el cumpleaños de ChanHyun– dijo en cuanto el hombre bajó ya aseado y de vuelta en sus ropas– La Señora Hye y yo iremos a comprar un par de cosas que aun hacen falta para la merienda de nuestro hijo –le dio una cucharada de pure de mango al niño que sonreía cada vez que cerraba su boquita.

–Espero que pueda acompañarnos Profesor Park.

BaekHyun miro de reojo y espero una reacción por parte del hombre que amaba.

–Me encantaría, solo que no sé si BaekHyun...

–Tienes que estar presente.

Lo interrumpió pasando su mano sobre los cabellos de su hijo, quien ya estaba comiendo por sí solo.

–ChanHyun necesita de ambos en un día tan especial...

–¿Y tú? 

–Ambos te necesitamos, ChanYeol –dijo virándose hacia el– Se que desaparecí hace un tiempo... y lo siento. No tenía ni una idea de todo lo que tuviste que pasar sin mí, sin nosotros, y de verdad lo lamento.

La mujer que había estado presenciando todo, sonrió ante aquel momento de sinceridad del chico que consideraba como un hijo, y sin más los dejo a los dos en compañía del niño que no era más que un precioso símbolo de su gran amor.

–Anoche mientras dormía me di cuenta de que fui un estúpido al irme y no esperarte y pedir una explicación, pero tienes que entender que tenía miedo –soltó llevando su mano a su pecho– Todo era perfecto a tu lado, tan perfecto que nunca noté que tu madre lograría atemorizarme de esa manera...

–BaekHyun referente a ello...

–Ella logró separarnos, ChanYeol –dijo mientras tomaba su mano sobre la mesa–, pero hoy estas aquí. Nos encontraste, y ahora sabes mis motivos. Somos una familia, y contigo a mi lado, ella nunca más logrará separarnos.

–No lo hará, nunca lo volverá a hacer. Ustedes son mi familia, y no permitiré que los vuelva a dañar, ¿lo entiendes? 

El pequeño asintió, se puso de pie y se abrió paso entre los fuertes y cálidos brazos de su marido. ChanYeol en cambió solo se limitó a recibirlo y reposar su barbilla en su cabeza mientras acariciaba su espalda. 

–Ese día ella supo de mi embarazo –el pequeño hundió su cabeza más en el pecho de su marido– Ella estaba tan dispuesta a quitarme a nuestro hijo, ChanYeol. Ella quería quedarse con ChanHyun, y tuve miedo... tuve miedo ChanYeol, ella quería dañarlo si yo no desaparecía y no podía arriesgarme a perder a mi bebé, podía perderte a ti... como se que tú me perderías si nuestro hijo estuviera en peligro, pero yo... yo no podía perderlos a los dos de un solo golpe, no podía.

El castaño no pudo más y se derrumbó en los brazos de su marido. Este último no podía imaginar toda clase de temores que su progenitora había inculcado en pareja. Ella había sido la causante de años de agonía por no saber nada al respecto del paradero de su esposo y su pequeño hijo, y cada vez que escuchaba a su esposo, se convencía de que ella había sido el primer obstaculo para no poder encontrarlo, de hacerlo localizable, de orillarlo a vivir en el lugar donde menos lo pensaría, obligando a su esposo a tomar desiciones con tal de sobrevivir solo y embarazado. Preguntaría, definitivamente lo haría. Necesitaba saber todo con detalle de la voz de su madre, pero de momento todo lo que necesitaba se encontraba entre sus brazos. 

Necesitaba sostenerlo, hacerlo sentir amado y comprendido, y esperar que junto a él sanara los daños causados por su madre.

🎂

–Hijo aquí.

ChanYeol vio a su progenitora una vez que entro al lugar, hizo una reverencia al recepcionista del restaurante y se dirigió a paso sigiloso hacia la mujer. Eran casi las diez de la mañana, y a esa hora su madre acostumbraba a tomar el té con alguna de sus amigas de los círculos sociales a los que pertenecía, sin embargo, esa mañana era diferente.

ChanYeol la había citado al salir de la casa de su esposo. Le prometió a su hijo que estaría a tiempo para su festejo con un beso en la frente, y le prometió a su esposo ser esa familia que debieron ser en un inicio junto a un beso de despedida.

Él aún no podía creer cómo esa mujer que le había otorgado la vida fuera la misma persona que se hubiera encargado de sacar a su pareja de casa, mucho menos en estado. Aunque al mismo tiempo al tener a BaekHyun entre sus brazos mientras le narraba con detalle lo que había sucedido aquel día que dejo su firma en el acta le hacía saber que él no mentía. ChanYeol conocía a su madre porque vivió junto a ella gran parte de su vida, pero también conocía a su pequeña pareja, conocía a BaekHyun como la palma de su mano, tanto que oírlo con la voz entre cortada, pidiéndole que no le exija saber los detalles de aquel pasado, era realmente suficiente para hacerle frente a aquella cruda y triste realidad.

El ya no podía considerar a su madre como tal, es decir, si... era y seguirá siendo su progenitora, pero el hecho de haberle destrozado la vida por casi cinco años, haberlo alejado de su esposo y haberle ocultado que tenía un adorable hijo junto a él, le aclaraba las ideas. Así como tomaba asiento frente a ella sin alguna expresión el rostro.

–¡Hijo! Amor,  admito que me sorprendió que me invitaras a desayunar temprano –murmuró la mujer al tiempo que vertía un poco de té en su taza floreada– ¿Quieres que pida lo de siempre o...?

–No tengo hambre, gracias.

ChanYeol respondió con un deje de molestia y apretó los labios en una línea.

–Bien, si no tienes hambre entonces...

–Quiero hablar contigo, madre. –Esa palabra calaba de cierta manera en su mente y en su corazón, de cierta forma de ahora en adelante sería complicado pensar en ella como tal.

–¿Es algo con referencia a la empresa? –Cuestionó con su inigualable sonrisa. Él había tomado licencia de la empresa, después de que supo donde se encontraba su familia, y su madre ni siquiera se había enterado– ¿Habrá acaso algún evento en el que requieras el buen gusto de tu madre? Si me necesitas puedo decirle a YooRa que...

–No, no tengo ningún evento –La mujer dejó la tasa sobre el portavasos y se recoloco en su lugar– Quiero hablarte de BaekHyun.

ChanYeol la miro, y pudo jurar que su madre rodó los ojos y bufó expresando su molestia de solo escuchar el nombre de su pareja.

–¿De qué quieres hablar de él, ChanYeol? –Preguntó– El huyó hace un par de años, y bueno, creo que es tiempo de que tu...

–Lo encontré.

–¿Qué? –Soltó conmocionada al tiempo que tocaba su collar de perlas sobre su cuello– Quiero decir... Eso no es posible, ese chico se fue hace un tiempo y dudo que...

–No es necesario que actúes, mamá.

–¿De que estás hablando? –dijo haciéndose la desatendida.

–Hablo de que BaekHyun me contó todo... –respondió sin dejar de mirarla– Me contó la manera en la que tú lo orillaste a irse de casa –Ella se tensó y desvió la mirada–, me dijo como mi propia madre le hacía la vida miserable mientras yo estaba lejos de él por estar en la estúpida empresa. Quisiste reducirlo a nada mamá. Intentaste cada una de tus más viles maneras para que él se alejara...

–Hijo, ChanYeol...

–Y lo lograste.

Él la miro realmente consternado, sin una pizca de consideración... una que no se merecía.

–Hijo, déjame explicarte...

–¿Explicarme? –Se dijo a sí mismo al tiempo que un horrible dolor de cabeza se instalaba en la parte frontal de su cabeza– No sé que vas a explicarme, si todo está más que claro. Te deshiciste de BaekHyun mientras estaba lejos, lo echaste a la calle estando en... –Se detuvo y miró a un costado– Sólo... sólo dime por qué lo hiciste madre, de verdad dame una buena razón para explicarle a tu hijo por qué interferiste en su feliz matrimonio y lo volviste tan infeliz con solo desearlo.

–¿De verdad quieres saberlo?–La mujer respondió dejando de tocar las perlas sobre su cuello, abandonando así aquella faceta de madre comprensiva y amable que todos conocían– Ese niño te destruyó, ChanYeol. No era más que un don nadie, alguien que quería tu posición y dinero... Y tú, tú solo te dejaste envolver al tiempo que caíste en sus seducciones. El no llegaba siquiera a tus talones, a ningún miembro de la familia, incluso YooRa que se caso con otro don nadie de la empresa. Tu merecías algo mejor, hijo, sin embargo parecía que ese chico te había cegado por completo –añadió con repugnancia–. Después te saliste de nuestras manos y lo pusiste sobre todos, ChanYeol. –Dio un sorbo a su té– Lo quisiste convertir en algo que nunca sería, así que yo sólo pensaba recordarle cual era su lugar.

–¿Lanzándolo fuera de mi vida? –Cuestionó en un tono alto.

La gente a su alrededor los miraba, pero pareciera que la mujer seguía inmutada, completamente en su papel de mujer desconocida frente a él, y dios, eso le dolía.

–¿Bajo a que costo, madre? ¿Bajo qué costo estabas dispuesta a sacarlo completamente de mi vida? –Preguntó con temor a saber la respuesta, pero de alguna manera necesitaba escucharla, necesitaba convencerse de que ella ya era una completa desconocida desde hace tiempo.

–Bajo cualquier costo, hijo.

ChanYeol no podía creer lo que escuchaba. BaekHyun tenía razón. Su madre era una completa desalmada, alguien que no medía las consecuencias de sus actos. Esos que lejos de estar llenos de amor, estaban llenos de egoísmo y pura crueldad. Por eso mismo se puso de pie y mirando a la mujer hizo una reverencia de noventa grados.

–Gracias por haberme traído a la vida, madre –La mujer se desconcertó por aquel cambio tan repentino– Pero te voy a pedir que nunca más vuelvas a aparecer en nuestras vidas.

–¿Nuestras...?

–BaekHyun está conmigo, y no dejaré que vuelva a sentirse sólo y desprotegido –murmuró–. Me retiro, y espero disfrutes de tu desayuno.

Alzó la mirada dando media vuelta mientras se encaminaba por donde segundos antes había entrado, sin embargo, un chirrido y una mano sobre su antebrazo lo detuvo.

–Hijo, por favor, déjame explicarte...

Él tomo la mano de la mujer, y sin voltear la mirada deshizo el amague.

–Te lo voy a pedir una última vez madre... no llames hijo a una persona a la que destruiste hace cinco años –La mujer abrió la boca sorprendida y en sus ojos comenzaba a acumularse una tormenta– No me hagas odiarte más de lo que ya lo hago.

–Chan... ChanYeol.

–Sabes... tengo un hijo –soltó recordando a su pequeño retoño con su preciado BaekHyun– Tiene cinco años, sin embargo... lo conocí hace dos días, gracias a ti.

La mujer bajó la mirada con un horrible sentimiento de culpa instalándose en su pecho.

–Me duele saber que mi hijo nunca conocerá a su abuela... porque incluso en estos momentos no sé si tengo una madre.

–ChanYeol....

El alto dio la media vuelta y salió del lugar, ignorando tras él las suplicas de su madre, quién pedía ser escuchada, sin embargo, ChanYeol había tenido suficiente. No necesitaba de un mar de palabras sin sentido, ya que todo lo que le preocupaba en ese momento, era encontrar el regalo perfecto para su hijo.




🎂

ChanHyun no podía estar más que feliz.

Sus compañeritos de la escuela y varios de sus papas estaban en su cumpleaños, jugando y comiendo su comida favorita. 

Al llegar sus amiguitos no pudo esperar para contarles que había conocido a su papá, y que él le había no solo prometido ir a su fiesta de cumpleaños, si no que le había prometido volver junto a él y su papi.

Y así, después de un par de minutos ChanYeol entro en la casa con una enorme caja decorada con papel azulado y un lazo de un tono más claro. El niño corrió directo a hacia sus brazos, y el alto no dudo en cargarlo y llenarlo de miles de besos.

BaekHyun por su parte observó dicha escena junto a dos de sus amistades, LuHan y KyungSoo. Quiénes eran padres de dos de los amiguitos de su hijo, SeHan e InSoo. Ambos le murmuraron cosas como tu esposo si que es atractivo, pero mi SeHun no se queda nada atrás mientras que KyungSoo solo le dijo que esperaba que su esposo no volviera a ser un idiota, por que si, su pequeño ChanHyun les contó todo con lujo de detalle a sus amigos, y sus padres no se hicieron esperar para interrogar al profesor.

–¡El es mi papá!

Chilló un emocionado ChanHyun a los niños, al tiempo que no soltaba la mano de su papá, quien del otro lado de la sala sonreía incomodo por la tan inesperada presentación de parte de su hijo.

Los niños soltaron un Wow, cuando vieron lo alto que era, entre un par de comentarios que causaron la risa de algunos presentes.

–Hola, Señor papá de ChanHyun –saludó SeHan con una venía, muy propia para su edad.

–¿Así que usted se fue de casa para ir a compad cigados? –Soltó Insoo cruzado de bracitos.

–Ese es mi hijo.

Soltó KyungSoo, mientras que el resto solo rió por la inocencia del niño de piel morena y ojos tiernos.

–Deberías de dejar menos tiempo a InSoo con tu marido, KyungSoo.

El nombrado se negó hacia LuHan y sonriendo dijo:

–Me gustaría decirte que aprendió eso de JongIn, pero me temó que no... 

Tanto BaekHyun como LuHan se miraron y comenzaron a reír.

Después de el pequeño rato incómodo, ChanHyun fue a abrir los regalos junto a los demás niños, bajo el cuidado de Hye y los demás padres de familia. El necesitaba hablar con su marido, antes que cualquier cosa.

–Tú... –El alto lo miro– Hablaste con tu madre ¿cierto?

–Sabes la respuesta.

–Si, lo sé –El lo miro, y sonrió un poco, tratado de ánimarlo– ¿Estas bien?

–Sigo asimilando todo, pero estaré bien.

–Aún asi ella sigue siendo tu madre, y comprenderé si...

–No, no es necesario. Ella estará lejos de nosotros, y no permitiré bajo ninguna circunstancia que los vuelva a dañar. 

–Tal vez ella...

–No la justifiques, no tu, por favor.

–Esta bien, no lo haré.

Ambos desviaron la mirada, y guardaron silencio. 

–BaekHyun... Quisiera que volvieramos a intentarlo. Te amo, y eso nunca ha cambiado, y estoy seguro que para ti tampoco.

BaekHyun dudo dos segundos, pero asintió.

–Podemos intentarlo, por nuestro hijo, por que nos necesita, y por nosotros –le dijo–, pero el tiempo que pasamos lejos el uno del otro nunca va a volver ChanYeol.

–Sabes que daría lo que fuera por que el tiempo retrocediera, haber sido menos iluso y darme cuenta de todo lo que estaba pasando. 

–Yo también desearía que así fuera –murmuró–, desearía haber sido más fuerte, por los dos y por nuestro hijo.

–Desearía haber estado junto a ustedes, BaekHyun.

–Se que es así –dijo viendo como su hijo se sentaba en la silla frente a su bonito pastel adornado con avioncitos de dulce–, pero lo importante es que estas aquí. Junto a nosotros, y nunca más volveré a huir de tu lado.

–Te amo, BaekHyun.

–Y yo te amo a ti, cariño.

ChanYeol dejó un casto beso sobre los labios de su esposo, mientras que BaekHyun colocaba sus brazos sobre los hombros del alto, y este lo tomaba por la cintura, sonriendo en medio del beso.

–Bien, tortolitos. Es hora de cantarle feliz cumpleaños a nuestro ChanHyunnie y partir el pastel –interrumpió la mujer quién alentaba a la pareja a posicionarse detrás de su bebé.

–¡Papi, Papá!

–Hola campeón –dijo ChanYeol acariciando sus cabellos con ternura.

–¿Estas listo mi amor? –Le preguntó el castaño besando su mejilla, logrando que el niño gritará un Sííííí.

Y así, en medio de invitados, y papás de los amiguitos de su hijo entonaron el feliz cumpleaños a su único y gran tesoro.

Saengihl chughahamnida
saengihl chughahamnida
saranghaneun ChanHyunnie...

¡Saengihl chughahamnida!

Todos aplaudieron, y BaekHyun no pudo olvidar prepararse para tomar una fotografía, sin embargo, la señora Hye se ofreció a tomarla por ellos. 

ChanYeol le dió una mirada a su esposo, y tomandolo por la cintura lo acercó hacia él. Por su parte ChanHyunnie yacía sentado, totalmente impaciente por soplar su velita. BaekHyun le indicó que lo hiciera una vez que les tomaran la foto, sin embargo, nadie vió venir lo siguiente.

ChanYeol besó la mejilla de su esposo mientras tocaba el hombro de su hijo, ChanHyun sopló la velita machando sus manos de pastel en el proceso, y BaekHyun, bueno... el tenía una expresión llena de sorpresa en el rostro.

Aquella foto posiblemente quedaría en un recuerdo, uno que solo ellos tres podrían recordar, por qué nadie imaginó lo que en medio de aquella conmoción el pequeño de cinco años había deseado al soplar las velitas del pastel. Nadie más que él conocía la emoción por tener a sus dos papas al fin en un cumpleaños. Y por ello, con una gran impaciencia y gran afección deseo que papá nunca se volviera a ir, él quería dos papis, y amaba ver la sonrisa grande y bonita de su papi BaekHyun mientras papá lo abrazaba y lo llamaba con tanto afecto.

Y tal vez ChanYeol y BaekHyun no creían mucho en la magia que conllevaba soplar una velita de cumpleaños, pero ChanHyun... él si creía en la magia de un deseo.

Por que a veces... a veces solo basta desearlo.




 🎂

"La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos."

–Paulo Coelho. Novelista, dramaturgo y letrista brasileño.

words. 7713

✨ Nos vemos en el epílogo.

Pd. Espero comenten mucho este capítulo, y gracias por esperar por mi historia.

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