Como destellos de luz, todo pasaba frente a mis ojos esta noche. No podía decir si era frígida o cálida. Pero de todas maneras un calor nacía de mi cuerpo, inundado con un sentimiento de paz.
Inconscientemente mis brazos se aferran más a él, mi cabeza se apoya en su espalda. Está todo tan pacifico.
Tan sereno que asusta.
Sentí que estábamos huyendo de todo, desapareciendo con el aire que cortaba nuestro camino. No quería que nos detuviéramos pero finalmente lo hicimos.
La luna que ilumina breves destellos contra el mar, la blanca arena que vuela en pequeñas ráfagas de aire contra mis pies.
―¿Quieres?
Él me está mirando y no tengo idea de lo que me pidió.
―Claro ―contesto levemente, rogando que no haya aceptado algo horrible.
Lo oigo reir.
―Sigues haciendo eso. ―se burla, tomando uno de los mechones de cabello que se soltó de mi improvisada cola y poniéndolo detrás de mi oreja. Me ruborizo.
―Sigo haciendo ¿qué?
―Aceptar preguntas aún cuando no sabes lo que te preguntaron ―me mira con diversión―. Repetiré, dije que si no quieres dar un paseo por la orilla. Pienso que te haría bien un poco de aire fresco. A la antigua tú le gustaba este tipo de paseos.
Toma mi mano y me saca de mis zapatos, mis pies tocando la tibia arena. En ningún momento dejo de ir mi mano.
Así que caminamos sin rumbo.
No que se estoy haciendo.
Mi conciencia racional me dice que puedo estar caminando a mi propia tumba, a un lugar donde no se oirán mis gritos si me intenta hacer algo, pero otra parte de mí está feliz por está oportunidad, por este contacto, aún así hay cosas que no me esta diciendo.
Y recién caigo en la cuenta que esta persona parece conocer tanto de mí como mi propia familia, hasta quizá más.
―Oye… ―mi voz desaparece rápidamente, el color sube a mis mejillas.
¡NI SI QUIERA SE SU NOMBRE!
―¿Cómo te llamas? ―él estalla en risas ensordecedoras, que me ruborizan pero luego termino riendo con él―. No te lo pude preguntar la anterior vez, me gustaria saber tu nombre.
―No creo que sea conveniente.
―¿Por qué?
―Porque… ―el suspira, mira al cielo con resignación―, quizá pueda activar algo dormido en tu memoria. Algo malo.
Trago en seco. Miro a las huellas que dejan mis pies en la arena.
―Tú me conoces ―sentencio, no pregunto, aun así él respode.
―Lo hice.
―¿Entonces por qué lo negaste antes?
―Era lo mejor. No soy bueno Step, nunca fue bueno para ti.
Suspiro. Increíblemente el anhelo de su voz me hace sentir una pesada tristeza naciendo en mi pecho. Aplastándome.
―Aún así… eres él que me conoce más.
Paró en seco en la arena, no queriendo caminar más.
―Sé que me conoces en verdad, y no la falsa imagen que creo haber creado. Tú sola presencia me reconforta y solo ayer… te vi solo una vez y pude averiguar más de mí de lo que lo hice en toda esta semana.
―Step.
―No sé si quiero recordar, no sé quien soy en verdad y tengo miedo de que si recuerdo no me guste lo que vea.
―No eras mala persona, Step fuiste lo mejor que alguna vez le haya pasado a una persona como yo… eras cabezota, decidida, intrépida y amable, pero sobre todo nunca te dabas por vencida.
Su voz desaparece en un susurro, su mirada cae al piso y no debe decirlo para que pueda entenderlo.
Sí lo hice. Me rendí en algún momento.
Seguimos caminando sin mencionar palabra alguna, iluminados por la luz de la luna durante una media hora más o menos. Él me dice todo lo que debo saber de este lugar, de mí familia y mis amigos, me cuenta todo lo que no recuerdo, y mientras hacemos el camino de regreso a su moto, no paro de notar que no ha dejado ir mi mano. La suya es fuerte, enorme, tiene catos en los dedos y es cálida alrededor de la mía. Mi corazón se acelera, muy rápido.
Una ola nos empuja y me sostiene contra él, miro su rostro, sus ojos congelados en los mios.
Estoy viviendo una película y poco me importa.
Estoy deseando a un chico del que no sé ni siquiera su nombre y tampoco me importa.
No me importa nada en este momento.
Él inclina la cabeza.
Me da una oportunidad para alejarme, pero no lo hago, rozo levemente mis labios contra los suyos. Su mano vuela a sujetar mi barbilla.
―¿Por qué hiciste eso? ―pregunto, pero era una respuesta que ni yo misma podía encontrar.
―Ha sido sólo un beso. ―suspiro. Intentando bajar la mirada, pero sus dedos tomando mi barbilla me lo impiden.
―No, Step ―dijo él, negando con la cabeza―. Esto es un beso.
Mi mente es bienvenida a un coma.
Su boca desciende con fuerza contra la mía. Reclamándola por completo, jadeo por la sorpresa y él lo aprovecha de inmediato. Su lengua deslizándose dentro.
Un recuerdo pico en mi mente pero lo ignoré, concentrándome solo en lo que tenía ahora. Aferrándome a su cuello, intentando recordar como devolver un beso. Era demasiado íntimo, demasiado abrasador. Se estaba haciendo carnal y tenia calor, mucho calor.
Su lengua era exigente mientras avanzaba dentro de mi boca y yo respondí como un animal voraz alentándolo a que me diera más. Deslicé las manos en la parte posterior de su pelo, envolviendo mis dedos alrededor de las hebras, tirando y jalando, tratando de acercar más nuestras bocas hambrientas.
No podía tener suficiente de él.
Estaba loca. Al diablo el resto del mundo.
Era como si una corriente eléctrica estuviera enviando un cargado hormigueo sexual a la unión entre mis piernas, creando un dolor tan intenso que sabía que estaba ahora totalmente a su merced.
Y me encantaba cada minuto.
Estaba incendiándome cuando sus labios se movieron por mi cuello mientras su otra mano se movía hasta la curvatura de mi trasero. Esto estaba subiendo de nivel. Esto estaba desarrollándose de una manera no esperada y aun así no queira detenerlo.
Estaba comenzando a dudar sobre lo de ser una puta.
Mi aliento se quedó atrapado en mi garganta cuando su mano empezó a acariciar la cara interna de mi muslo, moviéndose lentamente hacia el lugar en que más lo necesitaba. Cuando sus dedos rozaron el dobladillo de mis shorts clavé las uñas en la parte posterior de su cuello y cerré los ojos, adolorida por su toque.
—Tripp.
El nombre salió sin darme cuenta. Y fue como un balde de agua fría que lo alejo de mí. Mirándome asustado. Esperando.
¿Tripp?
Ese era su nombre.
―Esto no debió pasar. ―gruñe y se aleja de mí, me quedo fría por el anhelo.
¡Dios mio! ¿Qué estaba haciendo?
Lo miro suavemente, intentando ocultar el dolor a su rechazo.
―¿Ese es tu nombre? ¿Tripp? ―no afirma ni niega nada, solo no contesta.
La caminata hasta la moto y el regreso al hospital fue otra historia, y aun así no me despidió donde me encontró, me dejo en mi cuarto, me arropo dulcemente y beso mi frente.
―Stefani ―susurra acercándose a mi oreja―, yo te herí, te lastime profundamente, te decepcione por completo y no tienes idea de cuánto lo lamento ―siento unas lagrimas bañar mi mejilla, pero apoya su mano en mi hombro para evitar que voltee―, juraste que no regresarías, juraste que te alejarías y que me olvidarías. Y yo prometí jamás volver a intentar hacer algo para alejarte, solo te hablaría con la verdad asi que… por favor amor, yo soy débil, tu debes tener la fuerza por los dos. Intenta olvidarme Step. Recuerda olvidarme.
No dice nada más. Besa mis labios una última vez y desaparece en de mi habitación tal y como la anterior noche. No lo sigo.
No intento pararme, no intento hacer nada.
Ya que estoy congelada en mi cama. Un recuerdo golpea mi mente.
La mirada de adoración de un chico, sus tiernas palabras mientras tomaba posesión de ella, todo para luego ser eliminado por el recuerdo del mismo chico sobre otra mujer, fragmentando todos sus anhelos, rompiendo su corazón.
Salte de la cama y corrí al baño. Vomité todo de mi interior, solo para regresar más confundida que de costrumbre..
Que horrible era recordar, vivir lo mismo dos veces.
Sabía que ese chico era Tripp, sabía que habia estado con ella.
Te herí, te lastime profundamente, te decepcione por completo.
Pero aún así, algo dentro de ella le dijo que eso no era lo peor. No podía hacerlo porque seguía queriéndolo, aún ahora que había recordado esta estúpida escena, deseaba tenerlo de vuelta.
No tienes idea de cuánto lo lamento.
Si… y de alguna manera. Pienso que yo tambien lo lamentaré.
Y con ese pensamiento me quede dormida.
***
—Tengo que irme.
Me dejé caer en el porche, mis piernas temblaban, necesitaba recostarme, necesitaba respirar. Tiré mi brazo sobre mi cara porque sabía que iba a hacer mi horrible cara de llanto.
—Me dijiste que siempre usabas condón. Siempre, sin falta.
—Siempre lo usé. Salvo contigo.
Se dejó caer a mi lado y acunó mi cabeza.
―No me toques ―gruño apartándome de él. Mi espalda recostada contra la pared mientras lagrimas inundaba mi cara.
La depresión puede ser un asco.
—Lo que viste no significo nada, fue algo que hice para alejarte. Me dijeron que estarías mejor sin mí en tu camino y…
―Vamos a ser honestos con nosotros mismos ¿quieres? No pensaste en mí, solo pensaste en tú maldita libertad. Así que deja de actuar como si fueras una maldita victima aquí. Me traicionaste, viste lo que paso. Jugamos con fuego y ahora ambos tenemos que pagar los daños.
—Estás enojada y yo lo entiendo. Estoy enojado conmigo mismo por ser un completo estúpido.
No iba a decir nada, no quería pelear, no quería hacerlo funcionar. Ya había luchado demasiado, ya solo quería irme de aquí.
Traté de levantarme y lo miré.
—No puedo perdonarte esto. Tengo que irme.
—Step no puedes irte. Tenemos que hablar de esto, no solo puedes…
—No hay nada de qué hablar, te estoy diciendo que no puedo manejarlo, ambos somos culpables, tu por hacerlo y yo por creer que en verdad cambiarias…
Me agarró del brazo y tiró de mí cuando me puse a llorar.
—Yo quería esto, no me importa mi edad, te amaba. Ahora solo quiero olvidarte.
Me agarró y me atrajo hacia él para darle un abrazo cuando comencé a sollozar escandalosamente
—Podemos pasar por esto y hacer que funcione.
Estaba llorando incontroladamente en desacuerdo, pero negaba con mi cabeza violentamente.
—¿Qué pasara la próxima vez? ¿Qué debo hacer cuando te lances a la siguiente chica que pase por tu camino, y la siguiente a esa? No puedes cambiar quien eres. No va a cambiar nada de lo que paso.
No lo traerá de vuelta.
—Tú necesitas tiempo para relajarte.
—NO NECESITO TIEMPO TE NECESITO FUERA DE MI VIDA. FUE UN ERROR VENIR AQUÍ. FUE UN COMPLETO ERROR.
—No quieres decir eso.
—SI QUIERO. CADA PALABRA. TÚ SOLO ME DAÑAS, NO TE QUIERO EN MI VIDA. ME CANSE… me cansé Trip, eres un caso perdido.
―Quizá lo soy. Tienes razón no voy a cambiar, no lo haré. Tampoco te rogare.
―Bien, entonces déjame salir de tu camino, basura.
****
Desperté temblando, temblando y llorando por un sueño que me dejo con el corazón roto, por una razón que no recordaba, me sentía tan IDIOTA en este momento.
Tan sola.
Tripp había hecho estragos lo poco que me quedaba de miente racional, dejándome más confundida que nunca antes, porque nunca lo menciono mi familia, porque tampoco lo hicieron mis amigos.
Había algo que no me estaban diciendo. Sin mis recuerdos estaba a la deriva de las posibilidades.
Como si estuviera atrapada en medio del océano, y me tragara por completo. Comencé a llorar y gritar desesperadamente. Hasta que una sombra entra en la habitación y sujetándome contra su pecho, fuertemente, evitando que me retuerza, evitando que me desmorone.
Soy una idiota.
―Soy una completa idiota.
―No lo eres.
Sonrió, lentamente. Sé que está mintiendo.
―No sé porque desperté con un ataque de pánico.
Aprieta su agarre a mi alrededor, sus fuertes brazos envolviéndose en mí y de repente me doy cuenta que solo está con un polo, y su piel presionada a la mía se siente bien. Lo rodeo con mis brazos porque de alguna razón todavía estoy nerviosa.
―No puedo explicar que paso, no recuerdo que estaba soñando, solo desperté aquí y todo se volvió tan grande y yo era tan diminuta en comparación y solo…
―Tiene sentido ―susurra―, no puedes recordar quién eres por lo que te sientes un poco sola en el mundo. Lo que vives poco a poco no hace más que cuestionarte y te presiona a recordar. Tus sueños y la falta de tus recuerdos no hicieron más que venirse abajo. Lo entiendo. Pero Stefani, nunca estarás sola. Siempre me tendrás, siempre estaré allí. Siempre lo estuve.
Mi corazón se hincha. Se siente bien tener a este hombre diciéndome esto, saber que siempre estuvo allí para mí y me conoce. Y entonces mi impulso gana a mi cerebro.
Me inclino y lo beso.
Estoy besando a Joshep.
Oh my god, this is like heaven.
Sus labios son suaves y cálidos contra los míos, y enredo mis manos en su cabello, tirando más cerca de él. Joshep toma su control sobre mi besándome con más fuerza.
Es agradable.
Sabe a caramelo y hombre. No sé cuanto pasa hasta que él se aleja de mí.
―La vieja tú no hubiera hecho eso ―jadea.
Estoy cansada de oír eso.
―Que bueno, que no la recuerde entonces.
―No quiero confundirte. ―susurrá pero aun así deposita suaves besos en mis labios.
Oh créeme, ya estoy confundida. Mareada más que todo.
Había besado a dos chicos en menos de 24 horas y habia sido increible en ambos casos.
Mi corazón iba a romperse. De eso estaba segura. Pero solo por el momento, haré caso a una parte de mi memoria que recuerdo. Un chico con un tatuaje de serpiente en la espalda diciéndome:
Déjate llevar.
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Espero que les guste, en el siguiente capi se revelaran muchas cosas :D, hasta ahora con quien les gustaria que se quede?
Besos.
Fer.