3: Besos

2K 155 9
                                    

Como destellos de luz, todo pasaba frente a mis ojos esta noche. No podía decir si era frígida o cálida. Pero de todas maneras un calor nacía de mi cuerpo, inundado con un sentimiento de paz.

Inconscientemente mis brazos se aferran más a él, mi cabeza se apoya en su espalda. Está todo tan pacifico.

 Tan sereno que asusta.

Sentí que estábamos huyendo de todo, desapareciendo con el aire que cortaba nuestro camino. No quería que nos detuviéramos pero finalmente lo hicimos.

La luna que ilumina breves destellos contra el mar, la blanca arena que vuela en pequeñas ráfagas de aire contra mis pies.

―¿Quieres?

Él me está mirando y no tengo idea de lo que me pidió.

―Claro ―contesto levemente, rogando que no haya aceptado algo horrible.

Lo oigo reir.

―Sigues haciendo eso. ―se burla, tomando uno de los mechones de cabello que se soltó de mi improvisada cola y poniéndolo detrás de mi oreja. Me ruborizo.

―Sigo haciendo ¿qué?

―Aceptar preguntas aún cuando no sabes lo que te preguntaron ―me mira con diversión―. Repetiré, dije que si no quieres dar un paseo por la orilla. Pienso que te haría bien un poco de aire fresco. A la antigua tú le gustaba este tipo de paseos.

Toma mi mano y me saca de mis zapatos, mis pies tocando la tibia arena. En ningún momento dejo de ir mi mano.

Así que caminamos sin rumbo.

No que se estoy haciendo.

Mi conciencia racional me dice que puedo estar caminando a mi propia tumba, a un lugar donde no se oirán mis gritos si me intenta hacer algo, pero otra parte de mí está feliz por está oportunidad, por este contacto, aún así hay cosas que no me esta diciendo.

Y recién caigo en la cuenta que esta persona parece conocer tanto de mí como mi propia familia, hasta quizá más.

―Oye… ―mi voz desaparece rápidamente, el color sube a mis mejillas.

¡NI SI QUIERA SE SU NOMBRE!

―¿Cómo te llamas? ―él estalla en risas ensordecedoras, que me ruborizan pero luego termino riendo con él―. No te lo pude preguntar la anterior vez, me gustaria saber tu nombre.

―No creo que sea conveniente.

―¿Por qué?

―Porque… ―el suspira, mira al cielo con resignación―, quizá pueda activar algo dormido en tu memoria. Algo malo.

Trago en seco. Miro a las huellas que dejan mis pies en la arena.

―Tú me conoces ―sentencio, no pregunto, aun así él respode.

―Lo hice.

―¿Entonces por qué lo negaste antes?

―Era lo mejor. No soy bueno Step, nunca fue bueno para ti.

Suspiro. Increíblemente el anhelo de su voz me hace sentir una pesada tristeza naciendo en mi pecho. Aplastándome.

―Aún así… eres él que me conoce más.

Paró en seco en la arena, no queriendo caminar más.

―Sé que me conoces en verdad, y no la falsa imagen que creo haber creado. Tú sola presencia me reconforta y solo ayer… te vi solo una vez y pude averiguar más de mí de lo que lo hice en toda esta semana.

Recuerda OlvidarmeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant