El Poder. Camren

By ShitabL

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A sus Veinticuatro años de edad estaba jugando en uno de los equipos más Grande de Europa a nivel femenino, E... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
Capitulo 56
Capitulo 57
Capitulo 58
Capitulo 59
Capitulo 60
Capitulo 61
Capitulo 62
Capitulo 63
Capitulo 64
Capitulo 65
Capitulo 66
Capitulo 67
Capitulo 68
Capitulo 69
Capitulo 70
Capitulo 71
El Poder.

Capitulo 36

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By ShitabL

Lauren.

Ellos estaban aquí.

Pulgosines con Camila estaban en Francia, Paris.

Y nunca antes había querido tanto al presidente de los Estados Unidos. ¡Votare por usted las próximas elecciones solo por mandarme a su hija! Eso mucho... aunque ahora lo estaba evaluando, porque si Camila me lo pedía aunque sé que no lo hara nunca porque eso es algo que ella nunca va a interferir lo haría, porque eso le hace a ella feliz. Y si Camila es feliz yo también lo soy de alguna manera.

Ella era mi consuegra, era una amiga también y a Lauren Jáuregui o sea a mi, me gusta ver a mis amigos felices. Como lo está Ermita ahora en su burbuja de amor con Emily... si a Camila le hace feliz que vote por su papá lo haré, es un voto en verdad, no afectará mucho. Aunque me cayera mal, aunque lo detestaba, y aunque era un idiota de categoría ese hombre, lo haría, si ni siquiera estaba viviendo en Estados Unidos y pretendía estar muy lejos de ese país por varios años más teniendo mi carrera en Barcelona.

Lo que sí me preocupaba en todo esto, era el hecho de que algún día pudiera salir que Camila y yo éramos amigas sexuales, en plano comprometedor, no entendía mucho el mundo de la morena, su círculo social se que es privilegiados, clase alta y gente con demasiado dinero, poder, influencia en el pais. Se sus ideales, al menos los sé por el tipo de partido que su papá es. Se que en ese sector el ser homosexual no es algo bien visto, lo "aceptan" si se puede decir, pero no lo tolerar a final de cuentas cuando no les gusta la adopción homoparental entre tantas cosas que se dice entorno a los homosexuales, también sé que no toleran la inmigración, la aceptan pero por ellos no existirían, lo único que no tienen es el racismo, pero en lo demás son un poco cerrados de mente y eso no me gustaba.

Al menos sé que Camila no es Tan abierta a esos ideales, sino nunca se hubiera metido conmigo sexualmente, nunca me dijo "no me gustan las mujeres" ella siempre me dijo "nunca he estado con una mujer" de hecho ni siquiera tenía una etiqueta, eso decía mucho de ella en todos los sentidos. Era una mujer inteligente y me gustaba su manera de pensar también, habían miles de cosas que ella tenía mucha razón y que quizás yo antes no pensaba de esa manera pero Camila me hacía verlas desde otro punto, ella era sabía, era poderosa y autoritaria. Pero eso no le quitaba que fuera una niña mimada, caprichosa, arrogante y llena de control.

Pero eso también me agradaba de ella.

Había llegado enojada conmigo. Eso era común en Camila de hecho el día que ella no se enoje conmigo será el día que me preocuparé de verdad en todos los sentidos posibles, pero la razón por la que estaba enojada fue la que me causó gracia.

Su problema era que me estaban vinculando con Lilly, la modelo del bar que fui con las chicas. Pero si me pagaran por cada mujer con la que se me vinculaba sería millonaria, es como si respiro al lado de una modelo  o persona del espectáculo y ya piensan que me voy a casar con esta persona.

¡Pero no es así!

Lauren Jáuregui no se casará porque es un espíritu libre.

Amo hablar de mi en tercera persona me hace sentir mas genial de lo que soy.

El tema es que me dio risa, porque si yo me pusiera así con cada vez que a ella la vincula con esos niños ricos, nuestra relación de amigas sexuales como ella le había puesto no existiría en lo absoluto, porque Camila me hubiera mandado a la mierda en el momento, pero yo le tengo paciencia porque conozco su carácter. Y que se molestara por eso me hacía saber que era importante en su vida y que de alguna manera ella tenía miedo a perderme de ella, era una excelente señal de que el método Jáuregui seguía funcionando con mi chica enojona, la más princesita de todas pero al mismo tiempo que me encantaba.

¡Quiero follarla!

Estaba odiando al mundial en esos momento por no poder tocarla y hacerla mía, lo necesitaba tanto. Su cuerpo hermoso a mi lado, su piel suave... y ese culo que tenía, solo quería morderlo, tocarlo y hacer venir una, otra y otra vez. ¡Pero no podía! ¡Por el tonto mundial de fútbol femenino!

¡Igual rindo Ellis! ¡Igual te gano la final si follo! Quería gritarle a mi entrenadora, pero no podía hacerlo no si era educada y responsable en cuanto a eso.

Pero Camila era una maldita tentación que nadie puede resistirse, desde la primera vez que vi sus fotos en Instagram sabia lo difícil que era para mi poder resistirme a no tocarla, a hacerla venir... el sexo con Camila era de lo mejor que existía, lo tendría siempre, pero como dije solo era sexo.

Me gustaba esta relación abierta, sin compromisos, sin dramas... con celos porque ella era muy celosa, pero me agradaba se sentía bien, no me ahogaba como en mis relaciones formales donde a los dos meses estaba pidiendo un tanque de oxígeno, odiaba las relaciones largas y más esas que te agobiaba por todo, no necesitaba eso en mi vida en lo absoluto. En cambio con Camila era libre, no le debía explicaciones y ella a mi tampoco, no tenía la obligación de hablar siempre con ella, podía hacer lo que quisiera.

Todo perfecto para Jáuregui.

Me comía a la hija del presidente tranquilamente.

¡Háganse esa! Ustedes nunca podrán. Bueno tal vez, pero tendrían que ocupar muy bien el método Jáuregui, no ser tan torpes, se como yo.

No la harán.

-Amo la pizza.- le digo a La morena dando el último mordisco sintiendo mi estómago lleno, Camila estaba sentada de indio comiendo con cuchillo y tenedor.

¡¿Por que tenía que ser tan sofisticada para todo!?

-Sabe bien.- me dice limpiando su boca con una servilleta. -¿Dormirás aquí?.- me pregunta.

-¿Donde más si no?.- cuestiono.

-Pense que no podías dormir aquí idiota.- me dice sería. -Y no te he invitado.- dice triunfante.

-Los Pulgosines me invitaron.- le digo y ella negó.

-No hablan.- me dice obvia.

-Si hablan, mira pregúntales.- le pido y ella rodó los ojos.

-No haré eso.- declara segura.

-Entonces les preguntaré yo.- los miro a ambos comiendo un trozo de pizza juntos. -¿es cierto que me invitaron a dormir esta noche?.- les pregunté y por debajo de mi voz dije. -Si.- Le digo. -¿Ves?.- la miro Otra vez.

-No seas tonta Lauren, así no se vale.- dice ella riendo. -Tienes que pedírmelo a mi.- Limpio mi boca con una servilleta.

No le dije nada sobre eso.

-¿Para que pedírtelo? Es obvio que mueres de ganas por dormir conmigo.- le digo triunfante.

-No, lo último que quiero es dormir contigo.- declara.

-Antes quieres follar conmigo.- le digo riendo.

-No, no podemos así que no.- asegura. -Me gusta tu camiseta.- cambia de tema.

-Es de entrenamiento.- le digo con una sonrisa.

Ella dejó el plato a un lado para acomodar su cabello hacia un lado, se veía tan jodidamente caliente que estaba dudando mucho si era bueno continuar cumpliendo las reglas y no lanzarme sobre ella para devorarla entera... era tan difícil mantener el auto control cuando rodó de ti grita tocarla. Pero iba a hacer fuerte, más si el mundial era importante no solo para mi, sino también para el equipo y se que si lo ganamos Camila estará muy feliz, así que no podía desobedecer por más que quisiera hacerlo en esos momentos. Camila era irrespirable y hermosa en todos los sentidos de la palabra.

Era una predicción.

-Me gusta, se notan tus brazos.- me dice con una sonrisa.

-¿La quieres?.- le pregunto y ella me miro confundida. -¿Quieres la camiseta para ti?.- Ella asintió Algo tímida.

-Pero es tuya.- me recuerda.

-Tengo muchas y me dan muchas constantemente.- le digo con una sonrisa. -Si me das un besito te la doy.- le digo.

-No seas chantajista.- me dice sería.

-Es un beso, no es un gran sacrifico princesita.- le digo subiendo y bajando mis cejas.

-Solo para ver si dejas ser un sapo.- me dice.

Ella se subió subió sobre mi, quedando a horcajadas, pero sus piernas se enrollaron en mi cintura, sus manos fueron directamente a mi cuello, pasándolas por mis hombros y esta era la mejor manera de ser provocativa. Le daría todo si me lo pidiera en estos momentos... sus labios tocaron mi cuello subiendo lentamente hasta mi mandíbula mordiéndola suavemente para subir a mis labios besándome de manera húmeda pero al mismo tiempo suave, por largos segundos donde nuestros labios se unieron, moviéndose al ritmo sin ser lujuriosas, porque Camila tenía el control del beso, su manera de besar era única. Declinó el beso lentamente dejando una leve mordida en mi labio inferior.

-No te convertiste en princesa, pero aún así eres un sapito un poco más lindo.- me dice riendo.

-Eso está bien, nunca me gusto ser princesa.- le comentó y ella río.

-Me lo habías dicho.- tomó el borde de mi camiseta para alzarla hasta quitármela. -Teníamos un trato-. me recuerda.

-No lo olvidaba.- la bese cortamente mientras ella quitaba el buzo de su cuerpo intentando ponerse mi camiseta. -Déjame a mi.- le digo y ella me la paso.

Pero no me aguante al verla desnuda, solo en sus bragas para mi... a la mierda las tontas reglas. Me giré en la cama quedando sobre ella, Camila me miro pero antes que dijera algo la bese de manera rápida buscando más de ella, la necesitaba tanto que no estaba pensando en nada más que hacerla venir en mi boca, sobre mi y debajo mío hasta que no pudiera más.

Camila me correspondió el beso de la misma manera, su boca pedía más en la mía, sin embargo sus manos me estaban deteniendo a avanzar, pero no podía, simplemente necesitaba todo de ella. Todo lo que quería estaba Justo aquí y la quería probar una vez llenarme de ella, la necesitaba tanto sexualmente, su cuerpo era mi mayor perdición en todo esto. Agradecía que solo fuera sexo, que no había nada más entre nosotras, que solo era carnal y la lujuria que me embriagaba en estos momentos más que nada en el mundo, éramos amigas sexuales y el sexo era lo único que queríamos de la otra.

Necesitaba avanzar... necesitaba tocarla, fue cuando ella necesitó aire durante el beso aproveché de comenzar a recorrer su cuerpo, mis besos bajaron a su cuello succionándolo, para seguir bajando entre sus senos tocándolos hasta llegar a su vientre, mi boca depositaba suaves besos en su abdomen, llegando más abajo, sintiendo la tela de sus bragas en mi mandíbula, quería arrancárselas y hacerla mía.

La necesitaba.

-Lauren no.- Camila me dijo firme con la respiración agitada. -No puedes y no lo haremos.- tomo mi cabeza firmemente haciendo que volviera a subir para besarme cortamente.

-Quiero hacerlo.- le digo mirando sus ojos, pero ella negó.

-No puedes y no seré la responsable de que rompas tus restricciones...- me dice firme. -Si no puedes controlarte tendré que pedirte que vayas a dormir a tu habitación, porque de verdad me importa que cumplas con lo que te están pidiendo, sino mejor no hubiera venido.- me dice sincera, solté un suspiro.

-Es difícil mantenerme lejos de tu cuerpo.- le confieso besando sus labios cortamente.

-Y a mi mantenerte lejos de él, pero ambas estamos pasando por lo mismo, podemos soportarlo juntas.- acarició mis mejillas. -Es tu sueño Lauren y no quiero que por mi culpa no lo cumplas, ¿me entiendes?.- asentí de inmediato.

-Lo entiendo.- la bese nuevamente, para hacerlo una y otra vez cortamente. -Gracias por detenerme.- le digo y ella sonrió.

-No lo intentes otra vez porque no se si pueda hacerlo de nuevo.- me dice honesta y yo me reí levemente.

-Te prometo que cuando gane la final te voy a recompensar mucho.- me volví a girar dejándola sobre mi cuerpo otra vez, pero esta vez le puse la camiseta que me había pedido.

-Más te vale ganar entonces y hagas que la espera haya valido la pena.- me advierte y yo asentí.

-Creeme que te encantará.- mis manos fueron directamente a su culo, esta vez sin ser atrevida, tan solo las dejé sobre ella apretando suavemente sintiendo la mayor comodidad posible. -De hecho me debes un premio si gano.- le recuerdo.

-Procura no ser una idiota y que no te expulsen.- me recuerda.

-No volverá a pasar.- le digo segura.

Ella se acomodó contra mi cuello dejando su cabeza apoyada a un lado de la mía, besando mi mejilla para luego besar mis labios de manera larga otra vez. Nos estuvimos besando por varios minutos, sin ir más allá solamente la manoseé un poco con mis manos en su trasero apretándolo pero nada más allá, ella exploró mi boca un par de veces manteniendo el control de nuestros cuerpo sin jugar con fuego. Sus besos eran tan exquisitos, Tan suaves que me fascinaban tanto como ella.

-Tú boca sucia.- me dice con una sonrisa traviesa.

-Es sucia contigo.- le aseguró y ella sonrió aún más.

-Eso me gusta, que solo conmigo sea sucia.- dejó un beso corto en mis labios.

-Hablando de sucia, Ermita está aquí con tu amiga.- le digo y ella me miro sorprendida.

-¿Con Emily?.- pregunta y asentí.

-Con Emily, llegaron el jueves y ahora andaban cenando en una cita romántica.- le digo.

-¿Y son novias o algo así?.- cuestiona la muy curiosa.

-Hoy Vero le iba a pedir noviazgo, pero se ven súper enamoradas, el poco rato que ellas he visto juntas se ve que es más que solo algo del momento.- le comentó, Camila me miro aún sorprendida. -Estarán en el partido también, de hecho me sentaré con ellas ya que no puedo estar ni en la banca.- le recuerdo.

-Por tonta.- me recuerda.

-Por tonta.- replicó.

Por un momento mi mirada se dirigió a los Pulgosines, ambos estaban acurrucados durmiendo. Pulgosin de verdad la estaba abrazando, mientras que princesa estaba de lo más cómoda con el contacto, y se veían tan tiernos, tan lindos que con Camila los quedamos mirando por un buen rato sin querer hacer ruido para no despertarlos. Eran uno bobos enamorados, me encantaban, Camila se acomodó en mi pecho, tomando una de mis manos para ponerla en su espalda en señal que le hiciera cariño, obviamente lo hice, seguíamos mirando a los pulgosines dormir plácidamente.

-Deberíamos dormir también, mañana tengo entrenamiento temprano.- le digo suavemente. -En la tarde el equipo entra en concentración.- le comentó.

-Hablando de entrenamiento, tengo que ir a verlas en señal de apoyo.- me comenta.

-Entonces me luciré más para impresionarte.- le digo con una sonrisa, ella también río.

-¿Puedo dormir sobre ti?.- pregunto. -Es que estoy comoda.- me dice.

-Será un poco incómodo para mi, pero puedo soportarlo.- le digo, ella hizo una mueca.

-Solo un ratito y luego me cambias al lado, pero no me dejes de abrazar que me da frío.- me advierte.

-Como digas princesita.- la bese cortamente. -¿Me dejas sacarme los pantalones y el top.- Ella asintió ayudándome con el top, y también con los pantalones.

Aprovechamos el impulso para taparnos con las sábanas aún con ella sobre mi cuerpo, esta vez con sus piernas estiradas sobre las mías, una de mis manos seguía en su trasero y la otra acariciaba su piel por debajo de la camiseta. No dijo nada más, Camila estaba cansada, y se quedó dormida de manera rápida, tanto que no alcanzó a decirme buenas noches.

Estaba tan cómoda, que me dio pena moverla de mi cuerpo, y no importaba si dormía mal, podía soportarlo en total no tenía un partido que jugar hasta el domingo así que valía la pena el sacrifico más si ella se sentía cómoda. Me quede dormida con mis manos en el mismo lugar sintiendo la respiración de la morena sobre mi pecho, su cuerpo dándome calor y de lo más cómodas posible, era la segunda vez que solo dormíamos, aunque la primera fue después de haber follado toda la tarde.

Así que esta fue la primera vez que dormíamos sin haber follado, como dos buenas amigas que éramos, no había nada más entre nosotras, más que una amistad simple y sencilla, amigas que se daban sexo casual. Que lindo sonaba eso.

La mañana comenzó cuando unas lamidas en mi cara me hicieron despertar, pensé que era Camila, pero eso se deshizo cuando escuché la risa de la morena un poco más lejos que las lamidas. De inmediato abrí los ojos mirando como Leo estaba sobre mi dándome besos con la pelota a un lado de lo más feliz.

¡Me engañaste!

-¿Que pasa Pulgosin?.- pregunto media adormilada.

El perro ladró moviendo fuertemente su cola sobre mi.

¡Dile a Pulgosina que te divierta!

-Más rato jugamos.- le digo a mi yerno acariciando su pelaje, él volvió a darme besos en la cara. -¿Donde está la gruñona de tu mamá?.- le pregunto.

-¡Te escuche!.- Camila me grito, completamente vestida.

Lucia increibles en esos pantalones rayas de cebras que resaltaban su culo de una manera sobre lo normal, sus tacones y un top que la hacía ver solo más hermosa y caliente de lo que ya era, su pelo ondulado perfectamente maquillada sin exagerar. ¿Que hora eran? ¿No estaba en el paraíso?

-Era la idea.- le digo y ella me sacó el dedo de al medio. -¿Que hora es?.- le pregunto.

-Las ocho.- me dice riendo.

Mire a Pulgosin que seguía moviéndome la cola.

-Prometo jugar contigo cuando vuelva pero ahora debo ir a entrenar.- le hice cariño suavemente. -En recompensa te quedarás solo con Pulgosina para que hagan sus cosas.- el perro ladro nuevamente moviendo la cola.

Claramente eso le ponía más feliz que jugar conmigo.

¡Así son todos los hombres, te cambian por una perra!

En este caso mi hija.

Media hora más tarde estaba en el comedor del hotel tomando desayuno, porque ahí era donde teníamos la primera charla del día, y aunque no quería dejar a Camila desayunando sola ella me arrastró hasta la salida advirtiéndome de que si seguía comportándome de esa manera no vendría a ver ningún partido más. Cosa que ni yo menos ella quería que sucediera, así que no tuve más opción que venir a tomar desayuno con mis compañeras.

Luego de la comida y la charla con parte del cuerpo técnico subimos al bus, me senté con Alex porque Tobin iba en su mundo de amor con Press, un caso perdido. ¡Me había abandonado por completo! Pero comprendía, hasta Vero me tenía botada por andar en el planeta amor, por suerte a mi no me pasan esas cosas del amor, de solo pensarlo me produce un rechazo porque mi único amor era el fútbol y las hamburguesas que me como en Barcelona.

Extrañaba Barcelona también.

-Mira.- le digo a Alex. -Perdimos a Tobin.- finjo dolor, ella río. -¿Te das cuenta como nos cambió?.- Alex volvió a reír.

-No digas mucho Pantera que tengo ciertas sospechas de dónde dormiste anoche.- me dice y la mire con los ojos abiertos pero mantuve la compostura.

-¿Donde crees que dormi?.- le cuestiono.

-Con la chica del bar, Lilly, espero que te hayas portado bien.- dice ella codeándome.

-Siempre me porto bien y no estaba con ella.- le digo. -Solo te pido que me sigas cubriendo esta noche y mañana.- le pido, ella asintió.

-Todo por tu chica misteriosa.- me dice  Alex riendo.

-Por eso te amo.- deje un sonoro beso en su mejilla.

-No empieces tu lesbianismo conmigo.- bromea riendo.

-Sabes que me amas en secreto.- le sigo el juego y ella negó.

-No ha nacido la mujer que me enamore:- bromea ella, porque Alex era súper hetero y su esposo era muy simpático.

Nos fuimos hablando rumbo al entrenamiento, pero ella no volvió a tocar el tema y en cierta manera lo agradecí porque no me gustaba hablar mucho de mi vida privada y más si esta debía ser súper privada teniendo en cuenta la importancia de Camila y todo lo que vincularme con ella públicamente podía traer, así que fue lo mejor de la mañana sin dudas, después de haber despertado con Camila.

Llegamos al lugar del entrenamiento que eran las instalaciones del PSG, rápidamente con el apuro de nuestra hermosa preparadora tuvimos que ir a la cancha a hacer los ejercicios que ellas nos daba. Y nos dieron duro la verdad, tuvimos mucho trabajo con el balón perfeccionando las técnicas, y también muchas jugadas fijas o puntuales que podían suceder en el partido de mañana. Aunque yo no jugaba igual tenía que hacerlo como suplente y no como titular, una pena pero la vida sigue.

Tanto hicimos que ninguna se dio cuenta que la princesita había llegado al lugar a la mitad del entrenamiento. ¿Como supimos? Porque Tony nos dijo casi al final del entrenamiento y todas como tontas miramos donde Camila estaba parada con sus lentes de sol, y un montón de Hombres que era obviamente seguridad a su alrededor, ella tenía el móvil en la mano, cuando se dio cuenta de que todos la miraban saludo con las manos.

Me temblaron las piernas con solo verla tan caliente, tan Segura, tan ella Parada a unos metros de mi.

¡Maldito celibato del mundial!

¡Maldito mundial!

-Ella es caliente.- Lindsey corría a mi lado yendo a buscar algunos balones para tirar tiros libres.

-¿Quien?.- le pregunto.

-La hija del presidente, Cabello.- me comenta.

¡Ni te atrevas Lindsey! Exclamé internamente.

-Es guapa.- le digo.

¡Era la mujer más hermosa de todo el maldito lugar! ¡No es sólo caliente idiota!

-¿Te imaginas tener una noche con ella?.- me comenta riendo.

¡No tengo que imaginarlo! ¡He tendió un montón!

-No creo que ella sea ese tipo de mujer, se ve que es una dama.- le digo.

-¿Tú hablando así de una chica?.- pregunta Lindsey riendo.

-Le tengo respeto a ella, sea como sea es la hija del presidente.- Mi mejor excusa. -Y no quiero morir por faltarle el respeto.- le digo y mi compañera de equipo río.

-En eso tienes razón.- me dice riendo aún. -De todas manera esta para darle y no consejos.- ¡A esta la mato!.

No le respondí porque debía contenerme, pero si fuera por mi la hubiera mandado a la punta del cerro. No me gustaba que hablara así de la morena, no era un pedazo de carne, pero bueno, además el hecho de pensar a alguna de ella coqueteándole me ponía histérica sabiendo que no podía hacer nada si no quería quedar en la maldita evidencia.

¿A que hora termina el entrenamiento? Quería preguntar, pero si lo hacía Ellis iba a dejarnos dos horas.

No quería eso, quería ir a estar con Camila y los Pulgosines.

-¡Señorita Cabello!.- Le grito yo acomodando balones, ella de inmediato me miro, estaba hablando con Lloyd y Sahuerbunn las más civilizadas de todas por así decirlo. -Venga a ver cómo se lanzan tiros libres.- la invito con una sonrisa arrogante.

Ella les dijo algo a mis compañeras de equipo para con cuidado acercarse más donde yo estaba parada.

-Un gusto conocerla Lauren.- me dice toda educada y amable besando mi mejilla.

Quien diría que anoche le estaba manoseando el culo y que casi la folle.

-El gusto es mío.- le digo con una sonrisa. -Escuche por ahí que es amante del fútbol femenino, más bien de la selección.- le digo, Heath había llegado junto con Alex a saludarla también.

Vamos a fingir que no la conozco.

-Si, me gusta bastante, debo reconocer que hacen un gran trabajo en general.- dice ella súper educada.

Quien diría que es una enojona, que gruñe por todo y cada dos minutos me dice "Idiota".

-La ultima vez que vino ganamos.- esa fue Tobin. -Asi que espero que mañana sea lo mismo, aunque la Pantera no juegue y eso ya es una dificultad.- ¿Por que tenía que decir mi apodo?

¡Camila no iba a dejar de molestarme con eso!

-Aun así ganarán son buenas.- las anima.

-Por eso le mostraré como se lanzan los tiros libres.- le digo. -¡Harris prepárate!.- le grito a mi amiga y compañera.

Ella de inmediato se paró debajo de los tres tubos esperando el disparo. Mire a Camila presumiendo obviamente para mirar el arco.

-¿Donde quiere que vaya?.- le pregunto a la hija del presidente.

-Sorpréndame Jáuregui.- me dice Tan educada.

Le tire la pelota en la cara.

¡Casi!

Dispare Justo al palo izquierdo para que se colara adentro del área, marcando obviamente un golazo. Harris me sacó el dedo de al medio mientras yo me reía triunfante como siempre, mire a Camila quien solo sonreía negando.

¡Que ganas de darle un beso!

Contrólate Lauren, es solo tu amiga sexual, además esta todo el mundo mirando.

-¿Que tal prin...- Casi las cago. -Señorita Cabello?.- le digo y ella soltó el respiro.

-Ojalá que siga pegándole así durante todo el mundial, muy buen disparo Lauren.- me halaga.

-Gracias.- le digo, y ella sonrió.

-¿Quiere intentarlo usted?.- le propongo y ella negó.

-Ando con tacones.- me dice de inmediato.

-Le conseguimos unas zapatillas.- le dice Alex de inmediato. -¿Como va a perder la oportunidad de jugar con nosotras?.- Tan amable como siempre.

-¿Cuanto calza?.- le pregunta Tobin.

Iba a responde que calzaba cinco punto cinco, pero Camila me miro y ella respondió.

Mierda, estaba siendo lo menos cuidadosa posible.

Rápidamente le trajeron unos zapatos a la morena, ella se los puso riendo, mientras le daban una camiseta original de la selección de Estados Unidos.

¡Yo ya le había dado la mía! ¡Y tenía planeado darle la azul y La Roja!

Me joden todo, más si estoy compitiendo con las tontas flores del niño rico.

Malditas personas.

A pesar de mi frustración interna, Camila se puso la camiseta, todas mis compañeras estaban mirando como ella tomaba el balón entre sus piernas para golpear el balón. Su tiro salió totalmente desviado pero la intención es lo que cuenta, luego le pusimos la pelota en el punto penal, donde sí marcó y celebró alzando los brazos en señal de triunfo, todas le aplaudimos.

Parecía una niña pequeña, se veía tierna.

Al final Camila nos reunió a todas para darnos un mensaje en general, todas estábamos atentas pendientes a lo que ella dijera en esos momentos, era la hija del presidente y obviamente generaba expectativas entre nosotras.

-Les traigo un mensaje de parte del Presidente, el no puede estar presente aquí con ustedes por que tenía una reunión importante, aún así quería tener el gesto de apoyarlas en este momentos tan importante así que me ha mandado a mi.- comienza a decir. -En representación de el, queremos expresar lo feliz y orgullosos que estamos de cada una de ustedes por representarnos como país, esperamos que tengan los mejores de los éxitos en este camino y que puedan traer nuevamente el trofeo a nuestras vitrinas...- dice ella con una sonrisa. -Papá vendrá a verlas en la final así que lleguen a ella, y yo lo acompañaré también, soy una gran fanática de todas ustedes así que chicas sigan demostrando quienes son y porque están acá, hagan feliz a todo un país.- nos pide.

-¡U-S-A!.- gritaba Tobin que rápidamente fue seguida por todos.

Camila río para sacarse Una foto parándose a mi lado porque estaba al medio y casi por instinto rodeé su cintura apegándola más a mi sonriendo para la foto. No quería que nadie más la agarra de mis compañeras, y luego Camila se sacó fotos con la gran mayoría incluyendo conmigo donde mantuvimos el profesionalismos y nuestra fachada de no conocernos.

-Camila.- la llame cuando la mayoría de mis compañeras se habían ido al camarín. -¿Donde vas ahora?.- le pregunto.

-Al hotel, tengo a los perros solos.- me recuerda. -Tengo pensado ir a comer, pensé que podrías venir conmigo.- me propone ella.

-De verdad quiero ir contigo, pero tengo que comer con el equipo.- le digo haciendo una mueca.

-Nos vemos más tarde.- me dice manteniendo la distancia.

Para cualquiera que nos viera estaba siendo una conversación profesional, pero si nos escuchaban obviamente se darían cuenta que es todo lo contrario.

-No sabes las ganas que tengo de ir a llevarte a recorrer Paris.- le digo y ella me miro con cierta ternura.

-Cuando el mundial acabe podremos hacerlo, ¿esta bien?.- me pregunta suavemente.

-Esta bien, cuida a los Pulgosines.- le digo y ella asintió.

Fue cuando el sonido de las fotos nos atacaron, habíamos sido rodeada de la prensa ese día cuando Camila llegó, pero sabia que ahora está foto de ella y yo hablando generaría tema de conversación en la prensa.

Por suerte no la había besado.

*
*

Comenten.

Son casi las cinco de la mañana y tengo un montón de sueños aún así les doy lo que prometí.

Comenten mucho.

Es el principio de la prensa.

¿Habrán reacciones sobre eso?

¿Matthew dirá algo?

¿Quien se entera? ¿Vero? ¿Emily? ¿Alex?

¿Que les pareció la actitud de la morena durante el capítulo?

¿Tom aparecerá cuando Camila vuelva? ¿Podra influir en algo?

¿Alguien muy cercano a Camila sospecha de algo?

¿Más celos?

¿Que situación romántica puede suceder entre ellas?

¿Pulgosina cuántos perros tiene? JAJFJDJSKKSJX

¿Que pasará con los perros? Una tendrá que hacerse cargo de los nietos, de las bendiciones.

¿Como se imaginan eso?

Ahora si que veremos la política, ya se mostró la hipocresía en el discurso de Camila. Pueden suceder cosas así. Quizás ocupen a Lauren para eso también. Todo depende de cómo actue Alejandro.

Eso es todo por hoy, no se como ande mañana.

Y como dije desde el principio, no hay personajes malos aquí.

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