- ¿Noche divertida? Pensé que Ana y tú solo ibais al concierto, no a cenar y salir con López y sus amigos. Y más teniendo que irte hoy para Gijón con la gira.
Miriam notó a kilómetros el mal humor de su novio, quien estaba en la pequeña cocina desayunando.
Se llevó la mano a la dolorida cabeza y cogiendo un vaso fue a servirse zumo y a sentarse enfrente de su novio. Era muy temprano y le apetecía muy poco levantarse después de la fiesta de la noche anterior pero como decía su padre, ella trabajaba en lo que realmente le gustaba por lo que no tendría que suponerle un sacrificio. Se levantó pensando en la cabezadita que iba a dar durante el viaje en bus, eso si sus compañeros se lo permitían.
- Nos invitaron a ir con ellos y le dijimos que sí. -confirmó mirándolo a los ojos. - ¡Me duele la cabeza! -se quejó levantándose de nuevo en busca de un ibuprofeno. La ducha no le había servido para despejarse.
-Me sorprende que llegaras anoche a la cama, por como llegaste. -soltó la puntillita antes de beber de su café.
Miriam sabía que su novio intentaba que no se le notará el mal humor que se le ponía cuando Miriam hacia algo relacionado con sus nuevos amigos, especial cuando el otro Pablo estaba incluido en esos planes, intentaba disimular, pero esa mañana estaba fallando estrepitosamente.
Después de la discusión que habían tenido semanas atrás, Miriam finalmente había llamado a su novio de toda la vida y después de hablar durante horas, Pablo había propuesto irse lo que quedaba de curso a Madrid con ella para intentar salvar la distancia, mientras terminaba las asignaturas a distancia. Además, se había buscado un pequeño trabajo en una cafetería para poder compartir gastos con Miriam que se había alargado a los meses de verano.
Y ella agradecía enormemente el esfuerzo que estaba haciendo para que esa relación continuara, pero en el fondo sabía que esa relación estaba herida desde aquella discusión.
Ella intentaba compaginar todo, para pasar ratos con él, pero con la gira y moviéndose continuamente con sus compañeros y aun viviendo ahora en la misma ciudad era difícil. En las primeras semanas cuando él había llegado y la gira de OT estaba parada debido a eurovisión y la falta de Amaia y Alfred para continuar, había ido genial pero ahora de nuevo en la rutina que Miriam esperaba poder continuar en un futuro ella sola con su disco y su propia gira, volvía a abrir la herida que había cicatrizado esas semanas.
Miriam no contestó a la pulla, simplemente volvió a sentarse y empezar a desayunar.
- ¿Y qué tal lo pasasteis? ¿Había mucha gente viendo, muchas celebrities?
Esas preguntas en otro contexto y en otro tono no hubieran molestado a Miriam, pero en la situación en la que estaban, hizo que apretara los dientes para no contestar.
- ¿Y tú nuevo amigo llenó el lugar o eran todos amigos suyos?
Pablo no paraba de tirar bombitas, que estaban cabreando cada vez más a Miriam.
- ¿Puedes parar el tonito? -preguntó con los dientes apretados.
- ¿Te molesta? -preguntó mientras se levantaba para dejar los platos en el fregadero.
- ¿Qué te molesta a ti? -contratacó elevando la voz y arrastrando la silla hacia atrás para levantarse de la mesa y acercarse a su novio desafiante.
Pablo agachó la cabeza ante la mirada de Miriam.
- ¡Todo! -explotó-Me molesta todo, Madrid, mi trabajo, que no nos veamos tan seguido como antes, ...-susurró mientras se rompía bajando el tono. - ¡Miri, no puedo más, no puedo seguir así! -susurró ya completamente roto.
Escucharlo así hizo que esa bola de enfado se fuera trasformando en una de tristeza que se fue acercando a su pecho, apretándolo cada vez un poquito más.
-Lo siento mucho. -susurró al borde de las lágrimas.
Pablo quitó el espacio que los separaba y la abrazó con fuerza.
-Tienes que entenderme, por favor. Madrid es demasiado para mi y que no estemos como antes...
Miriam se separó para mirarlo a la cara y buscar algo para limpiarse las lágrimas. La cabeza le iba explotar y de paso el corazón.
-Pero es que son muchos años, tampoco puedes esperar que estemos como cuando empezamos a salir, las cosas han cambiado mucho. Te quiero Pablo, has sido un novio maravilloso, pero no quiero...
- ¿He sido? -la cortó él.
-No podemos seguir así, te quiero, pero también quiero esto, he luchado mucho por estar aquí y ahora que mi camino empieza no quiero abandonar, no voy a abandonar y voy a seguir hacia delante con todas las consecuencias. -dijo muy segura de sus palabras y manteniéndole la mirada sincera.
-Aunque te tengas que quedar aquí, aunque tengamos que romper...
-No me entiendes Pablo-dijo resignada y agotada. -Y te quiero entender y ponerme en tu situación, pero necesito que te pongas también tú en mi lugar.
-Me cuesta mucho ahora, a lo mejor con el tiempo pueda. -sonrió con tristeza cogiéndole las manos. -Gracias por esto, por todo el tiempo que hemos pasado...-no pudo continuar.
-Suena a despedida. Podría ser un hasta luego ¿amiga? -pidió Miriam sin querer perderlo de su vida, la vida cambiaba, ahora estaba en lugares diferentes, en diferentes caminos, pero lo quería en su vida como fuera, habían sido muchos años juntos.
-Mejor dejemos pasar el tiempo y ya veremos en un futuro que pasa. Voy a hacer la maleta. Te dejaré las llaves con la vecina.
Sentenció dándole el último abrazo y dirigiéndose hacia la habitación.
-No hace falta que te vayas ya. -él no le contestó, simplemente abrió su maleta, por lo que Miriam entendió que no estaba de acuerdo. -No puedo...-dijo de nuevo rota.
Miriam le dio un fugaz abrazo por la espalda a su ahora exnovio y cogiendo las llaves y poniéndose las zapatillas de deporte, y tirando de su pequeña maleta de mano, salió tan rápido como pudieron sus pies de aquel piso.
Al llegar al portal se tuvo que apoyar en él y tomar aire mientras miraba la hora, iba bien de tiempo. Tuvo que tomar aire un par de veces más, para no sucumbir al llanto.
- ¡Ey Miriam!
Armand se acercaba a ella acelerado.
-Qué alegría de pillarte antes de irte, venía a darte estos papeles del disco que tienes que...-Armand se calló al ver la cara descompuesta de Miriam. -Ey, ¿qué te pasa?
Miriam que hasta ahora mantenía la cabeza agachada la levantó fugazmente antes de ponerse las gafas de sol.
-Me duele mucho la cabeza. -intentó sonreír antes de coger los papeles y guardárselos en el bolso -creo que bebí mucho anoche.
Armand no quiso insistirle, aunque por lo que ya empezaba a conocer a la leona, no la creyó mucho.
-Debo irme, o llegaré tarde a coger el autobús con los chicos.
-¿Necesitas que te lleve?
-No, no te molestes, me vendrá bien caminar un rato para la resaca y luego cogeré un taxi. Ya has hecho bastante hoy por mí, y más siendo domingo. -sonrió agradecida.
-A petarlo esta noche leona.
-Muchas gracias.
Ambos se abrazaron y cada uno siguió su camino.
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-La última vez que te traigo algo gandul. La próxima vez que se te olvide algo vienes tú a mi casa a por ello.
Armand que aprovechaba la salida, había pasado por casa de Pablo antes de volver a la suya para dejarle unas cosas que se le habían olvidado la última vez que había estado en su casa.
-Vamos Armand, te pillaba de paso a tu casa. Y seguro que tenías ganas de verme, ayer te fuiste muy pronto de la fiesta. -dijo Pablo con picardía.
Armand no supo si abrazarlo o pegarle una paliza.
-Ya podías haberte puesto algo más decente para abrirme la puerta. Te vas a poner malo.
Pablo soltó una profunda carcajada.
- ¡Culpa de mi madre!
-Muy bonito, ¿es que el niño no tiene ropa y por eso tiene que ir en calzoncillos por la casa? Pablo ya tienes una edad en la que puedes hacerte las cosas solito. -bromeó siguiendo el cachondeo, sabía que su amigo se hacía las cosas desde que se había independizado siendo muy joven.
-¡Calla!-pidió bajando la voz-anoche mi madre soltó un par de comentarios sobre Miriam y Claudia estuvo mosqueada, por lo que me he pasado toda la noche contentándola.-sonrió con picardía.
-No me des más detalles, por favor. -sonrió mientras se tapaba los oídos. - ¿Se puso celosa?
- Y yo qué sé, no entiendo nada, Miriam es una amiga y Claudia lo sabe. Pero anoche al volver me estuvo diciendo que si mi madre prefería a todas mis amiguitas nuevas antes que a ella y otras cosas por el estilo.
A Pablo no le había pasado desapercibido las muecas que había hecho Armand al mencionar el nombre de Miriam, la primera vez decidió dejarlo pasar, pero ya con la segunda no pudo aguantarse.
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué esa cara al mencionar a Miriam?
-La he visto esta mañana y no la he visto bien, ella me dijo que estaba resacosa por lo de anoche, pero no me lo creo, se veía afectada por algo. -dijo poniéndose ahora serio.
- ¿Crees que le ha pasado algo? -preguntó preocupado también.
-Ni idea, ya te digo que no me ha dicho nada. Encima tenía prisa, esta noche la gira está en Gijón.
- ¡Pablo! ¿Dónde estás? -se escuchó un ronroneo.
Claudia con solo una camiseta de Pablo apareció abrazando a su novio por la espalda y mirando a Armand.
-Yo creo que me voy ya, que mi familia me espera. Un gusto verte Claudia. -dijo incómodo alejándose de ellos. - ¡Nos vemos colega!
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Miriam, aunque no le apetecía hablar con nadie, había puesto su mejor cara al reencontrarse con sus amigos. Al llegar al asiento del autobús, agotada se había dejado caer con los cascos puestos intentando centrarse en el concierto de esa noche.
- ¡Madre mía que resaca, pero valió la pena! -dijo Ana mientras se sentaba agotada al lado de Miriam.
La leona simplemente afirmó con la cabeza sin dejar de mirar por la ventana viendo como el autobús se ponía en movimiento. Ana apoyó su cabeza en el hombro de Miriam y se fue quedando dormida. A la leona le costó, pero con la carga emocional que había vivido horas antes y el cansancio de haber salido la noche anterior fueron la combinación perfecta para hacerla caer rendida por el sueño.
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-Voy a salir un rato con Elena, iremos a comer y luego a comprar un par de cosas para un proyecto de la universidad. ¿Pablo me estás escuchando?
Claudia había bajado de la habitación mientras rebuscaba las llaves de su coche en su bolso. Pablo sentado en el jardín miraba pensativo a la nada mientras le daba vueltas al móvil con una mano.
- ¡Pablo!
Estaba tan absorto en sus pensamientos que casi tira su móvil al escuchar a su novia elevando la voz.
- ¿Sí? Perdona estaba pensando...en una canción nueva.
Claudia sonrió y acercándose a él se sentó en sus piernas antes de darle un profundo beso.
-Me voy a comer con Elena y luego a comprar unas cosas para el proyecto de la uni. Nos vemos luego. ¿Te encuentras bien? No te veo buena cara.
-La verdad es que no me siento muy bien, estoy como cansado y me duele un poco la cabeza.
-Si quieres no salgo y te hago compañía. -afirmó tocándole la frente.
-No, no te preocupes, si estoy incubando algo lo que voy a hacer es pegártelo y ahora no te conviene estar mala. -sonrió y le dio un pico antes de que ella se levantara y se fuera.
Ahora de nuevo solo, Pablo volvió a mirar el móvil, pensando en llamar a Miriam. Le había dejado preocupado la conversación con Armand, pero tampoco quería molestarla, seguramente ya estarían llegando al norte, después ensayos y luego el concierto por lo que decidió no darle más vueltas al asunto hasta el día siguiente.
Iba a dejar el móvil para ir por una cerveza cuando este empezó a sonar. Antonio iba hacia su casa a hacerle una visita y este aceptó encantado.
Como siempre muchas gracias por vuestras lecturas y estrellitas, nos vemos el próximo capi.
PD: Me encantaría saber vuestra opinión sobre el capi y la ruptura de Miriam ¿Creeis que pudo pasar algo así?