Quiero darte un beso

By Sumeeer

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-¿Qué quieres de mi Eric? Te lo he dado todo-le grité fríamente y sin mirarlo, ni girarme- Me he entregado a... More

Prólogo
¡No es justo!
Ma belle
Nuevas y viejas amistades
¿Podemos ser amigos?
Primer beso de un chico
No me conoces, no me juzgues
Eres mi limón
Mi abuela habla de mi vida sexual
Tortuga montada en caracol
Conociendo a los Woodgate
¿Norte o sur?
¿Norte o sur?(2°parte)
¿Tortura?No,amigas enamoradas
Fiesta de Halloween
No me esperaba esa reacción
Disculpas
Pero que tonta eres
Cuando mis abdominales hayan desaparecido
Día productivo
Neon Party
Hay algo que no cuadra
Navidad...Navidad...¿dulce Navidad?
Oh,oh...¿insectos?
Beso de Fin de Año
La dejo cinco minutos y...
¿Y si....?Dudas,muchas dudas
Noches de vodka
Días extraños y noches largas
No,no,no...¡NO!
Indiferencia vengativa
¡Estoy aquí!
¿Quieres ver algo?
Haciendo amigos debajo del agua
¡Feliz cumpleaños!
Ella me está esperando
No es un adiós, es un hasta luego
Definitivamente he creado un monstruo
Ah...mira dónde estaba...
Conociendo al famoso Mike
Spring Break
¡No me odies!
Estado de shock
Estado de shock(resubido)
Amélie Maunier
Epílogo
Agradecimientos y aclaraciones
Capítulo Especial
Reescribiendo
Primer capítulo de la nueva versión

Clases de baile

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By Sumeeer

POV; Eric

-Oh el pobre-dijo una rubia,  que no tenía ni idea de como se llamaba mientras me tocaba el bícep, donde tenía un enorme arañazo.

-No lo hicimos a propósito-dijo otra, me sonaba su cara ya que era de las que estaba con Arianne hablando hoy mientras calentaban...Tenía el pelo rojo, con las puntas naranjas, unos bonitos ojos verdes y pecas igual que ma belle.

Me gustaban más las de ma belle, a ella le daban ese toque de incocencia y de mirada de ángel que tanto me gustaba, en cambio a esta pelirroja hacía que su cara chocase mucho, tenía el pelo rojo y no paraba de agitar sus pestañas.

-¿Te duele?-preguntó otra. Reí divertido, no dolía, simpelmente ardía, pero tampoco me iba a morir.

-No, no, es menos de lo que aparenta, no os preocupéis.

Levanté la cabeza y divisé a Arianne acercándose a nosotros, para variar le hice un escaneo, llevaba unos pantalones cortos y una camiseta suelta con el mensaje "I hate boys" y unas zapatillas, su pelo recogido en un moño desenfadado y su maleta de deporte colgada de un hombro.

Para variar, me daban ganas de...

Puso los ojos en blanco al ver a las chicas junto a mí, que en estos momentos parloteaban de algo que no me interesaba lo más mínimo.

Carraspeó, para llamar nuestra atención, aunque yo ya la había visto desde hace rato.

-Peterson ¿nos vamos? Tengo cosas que hacer-me llamó, cruzando los brazos en su pecho. No hagas eso Arianne por dios...

Yo le sonreí, y luego me giré hacia las chicas que miraban atentas a Arianne.

-Bueno chéries* fue un placer hablar con ustedes-les dije amablemente, ellas se despidieron a coro con voz estúpidamente aguda y pestañeando, algunas incluso se pusieron la mano en la cintura o se recolocaron el pelo en un intento de ser sexis.

Buen intento, pero ahora no tenía ganas de acostarme con ninguna, quizás otro día.

-Ma belle-dije coqueto como siempre, a modo de saludo.

-Peterson-contestó sin mucha emoción y con una sonrisa falsa. Aún así se veía adorable.

Se giró hacia las chicas que nos miraban atentas.

-Bueno chicas, buen partido el de hoy-se despidió con una mano y sonriendo. Ellas sonrieron encantadoras,  hasta a mí me resultaba falso.

-Adiós Ari-dijeron de nuevo a coro, demasiado amables, y alargando la 'I' de su nombre.

Caminamos por el pasillo y noté que Arianne me miraba, tuvo que pensar en algo, porque en seguida cambió su expresión a una mueca.

La llevé hasta mi coche, y se lo mostré orgulloso.

Aparte de mi moto era mi favorito. La joya de la corona.

-Princesa bienvenida a tu carruaje-dije abriéndole la puerta del copiloto y haciendo una reverencia.

Ella miró bien el coche y se mordió el labio.

-Porsche panamera en negro, bonito carruaje, mejor que una calabaza sin duda-se encogió de hombros, como si nada. Me metí en el coche y la miré sorprendido.

Wow, no todas sabían que marca era, y ella precisamente no parecía forofa de los coches en general.

-¿Cómo...?-empecé, pero ella me interrumpió.

-Me gustan los coches,aunque francamente este modelo me gusta más en rojo o en blanco-dijo con una mueca, mientras miraba la tapicería negra del coche.

Adoraba este coche, era como mi mejor amigo, era tan...y tan....simplemente no tengo palabras para describir lo maravilloso y masculino que me hacía sentir esta preciosidad.

-Aunque este está bien-añadió después de un rato de mirarlo. Solté todo el aire de golpe. Mucho mejor así

-Pensé que te gustaría más que mi moto-le expliqué.

Normalmente siempre iba en moto al instituto ya que mi hermana iba por libre con Arianne y sus nuevas amigas.

Supuse que a Arianne no le haría ninguna gracia.

-Sí, te he visto con ella ¿Qué moto es?-preguntó curiosa.

Espera, esto es en serio, ¿también le gustan las motos? ¿Dejará alguna vez de sorprenderme? Porque de momento no paraba.

¿Quién me iba a decir que a ma belle le iban a gustar este tipo de cosas?

Arianne me cerró la boca divertida, con dos de sus dedos en mi barbilla.

-Peterson cierra la boca que te entran moscas, sí, también me gustan las motos¿algún problema?

-No, ninguno-dije torpemente, me daba la sensación de que cuando hablaba con ella todo lo que decía era una estupidez-Es una mota Agusta F4 1000.

-Mm...no está mal-dijo ella con una sonrisa mientras acariciaba el cristal con su uña.

Alcé una ceja:

-¿Has montado una?

Ella me sonrió y ladeó la cabeza:

-En Italia, este verano, mi hermana se empeñó en ir a una pista de carreras...-se encogió de hombros. No sabía que tenía una hermana. A veces me daba la sensación que no la conocía lo más mínimo.

Cuando me había dicho que era complicada y que no le gustaba hablar, lo decía muy enserio.

Había que tirarle de la lengua mucho para que soltase un poco.

Sonreí divertido. Una Vespa italiana no se podía comparar con mi pequeña.

-¿Una Vespa?

Ella rió y me miró negando:

-En teoría, a mis padres le dijimos eso, pero...-puso una sonrisa traviesa-en realidad, nos enseñaron a montar la Honda CBR Blackbird.

La miré perplejo y ella comenzó a reír:

-¿Estás hablando en serio?

-Claro-dijo ella aún riendo, secándose las lágrimas con el dorso de la mano.

-¿Me estás diciendo que te enseñaron a manejar una de las motos más rápidas del mundo?

-Sí, bueno, en realidad empezamos a practicar con una menos...potente, pero luego nos pasamos a esas-se mordió el labio-Era muy divertido.

Todavía continuaba perplejo:

-No te veía como a alguien que le gustasen las motos.

Ella se encogió de hombros inocente:

-No todo es lo que parece-dijo enigmáticamente, luego miró por la ventana.

Iba a preguntar que significaba eso, pero me interrumpió:

-Gira a la derecha hacia allí-me indicó. Luego volvió a mirar por la ventana.

Observé su perfil, era como un ángel un poco diábolico a veces. Pero aún así me encantaba cuando se sonrojaba, se denotaba su inocencia.

Me pilló mirándola y decidí continuar con mi interrogantorio para disimular.

-¿No te resultó un poco difícil manejarla?-le pregunté. Ella lo pensó un poco y negó.

-Para nada, es todo cuestión de Física, calcular la velocidad y la amplitud con la que tomar una curva y ya está. Me gusta la ciencia.

Lo decía como si fuese la cosa más simple del mundo.

-Wow, me tienes impresionado-admití pasándome una mano por el pelo nerviosa.

-Gracias, gira aquí y en la siguiente calle gira a la derecha-volvió a indicarme.

No estábamos tan lejos de mi casa en realidad.

-Me encanta probar cosas nuevas, soy muy curiosa en ese sentido-se explicó sonriendo tímidamente, jugueteando con el borde de su camisa como si no le agradara hablar de eso.

-Pues entonces algún día te dejaré mi pequeña para que la pruebes y hacemos una carrera.

A ella se le iluminaron los ojos y algo se movió en mi estómago.

-¿Sí?

-Claro, ya te aviso-ella me sonrió emocionada y asintió efusivamente.

Luego miró a su alrededor,pensó algo y se sonrojó.

-Peterson, no debería preguntar esto, pero con cuantas chicas...-se sonrojó aún más-aquí, en donde estoy ahora.

Comencé a reír,¿esa era su duda? ¿Con cuantas chicas me había enrollado en su asiento?

-¿Celosa?

-¿Asqueada?-hizo una mueca muy graciosa arrugando la nariz.

Comencé a reír:

-¡Que mono eso que haces con la nariz!-dije tocándosela con mi dedo.Ella se puso roja.

-¡Peterson!

-Vale, vale-me disculpé mirándola con culpa-Con ninguna.

-¿Eh?

-Que no me he enrollado con ninguna aquí, es una especie de santuario para mí.

Ella me miró como evaluando si decía la verdad y luego suspiró dramáticamente.

-Menos mal...

La miré y sonreí, esta chica nunca iba a cambiar. Ella me miró y me sonrió también, luego se fijó en mi brazo, frunció el ceño.

-¿Fui yo?-dijo dudando como si no lo recordase.

-Creo que no-la tranquilicé. Ella dibujó el contorno de la herida, suavemente como una caricia, con un dedo. Un escalofrío me recorrió.

-Buen partido por cierto...-dije para sacar tema de conversación y evitar las sensaciones que me producía.

Ella bufó incrédula:

-No sí, genial-el sarcasmo en su voz era notable.

La miré ladeando la cabeza:

-Creo que fuistes una de las máximas anotadoras.

-Sí, pero fue una verdadera estupidez lo que hice-se llevó una mano a la cara-La entrenadora tiene razón, soy imbécil.

-Arriesgado, sí-dije sacándole la mano de la cara-Pero tomastes una buena decisión en un momento adecuado.

Ella dudó unos segundos, pero luego cambió la expresión.

-Aparca aquí, es esa casa azul.

Hice lo que me indicó.

Su casa era muy bonita y no estaba lejos de la mía, por lo que sus padres tenían que tener dinero.

-Oye ma belle, nunca me has dicho que son tus padres-le dije mientras me bajaba del coche, ella hizo una mueca.

-En realidad....-su teléfono sonó cortando nuestra conversación.
Maldije internamente, creo que me iba a contar algo de ella personal, y por una vez sin presionar mucho.

-¿Lea?-contestó ella. Ni idea de quien era Lea.
Creo que en realidad no sabía muchas cosas de ella.

-¿Qué?-dijo alarmada-No, no quiero...pero...¿por qué?...y ¿otra cosa?...ya sabes que me da mucha vergüenza....eso no es justo....-suspiró pasándose una mano por el pelo.

-Está bien, nos veremos luego-volvió a suspirar, pero esta vez, derrotada. Me miró y rebuscó en su mochila, hasta encontrar sus llaves.

-Lo siento Peterson, era mi hermana Lea-luego se dirigió a la casa, abriendo la portada de hierro-¿Entramos?

Yo la seguí cruzando la alambrada. La casa pintada en azul y bordes blancos, era bastante grande, de dos pisos. Me recordaba a las casas de los pequeños pueblos, con un jardín enorme, un montón de flores y árboles, daba la sensación de paz y era muy acogedora.

Nada más entrar, me inundó un olor a galletas y a bizcochones, que me recordaba mucho a Francia.Mmmm..que rico.

La casa era de madera clara, con parqué en el suelo y todos los muebles de madera. Daba una sensación de calidez muy agradable.

Seguí a Arianne escleras arriba hasta llegar a una habitación bastante grande color lila claro.

-Bueno, bienvenido a mi habitación-dijo ella soltando todas su cosas y tirándose en la cama.

Esto era para mí, como una tienda de golosinas para un niño, me mataba la curiosidad completamente.Comencé a pasearme por la habitación observando cada detalle.

-¿Soy el primer chico que entra aquí?

Ella rió poniendo los ojos en blanco:

-Obviamente que no.

Sonreí, pero no me giré, estaba demasiado entretenido con la habitación, había fotos en un corcho, de los que me supongo que serían sus padres, sus abuelos, reconocí a sus amigas y también una foto de mi hermana.

-¿Lydia estuvo aquí?

-Sep-recalcando la P-El otro día, quedamos para hacer la tarea ¿no te lo dijo?

Negué con la cabeza, mi hermana no solía hablarme de Arianne, es más me había prohibido expresamente acostarme con ella/romperle el corazón.

Ni que alguna vez le hubiera hecho caso.

Continué paseando por la habitación, había un montón de dibujos, de lugares su mayoría en la pared, reconocí la catedral de Notre Dame, el Coliseo y unas playas que ni idea, supongo que del mediterráneo.

-¡Qué bonito!-dije refiriéndome a uno de la Torre Eiffel.

-Gracias-respondió simplemente y de forma tímida.

-¿Te gusta Francia?

-Amo Francia, me gustaría ir a vivir en Paris-dijo con un suspiro soñador. Sonreí, teníamos algo en común, yo también la adoraba.

-Siempre podemos irnos a vivir allí y te hago una visita turística.

Ella rió divertida, yo no le encontraba la gracia.

-¿En serio?-dijo mirándome fijamente-¿De veras crees que cuando nos vayamos a la universidad seguiremos....siendo....compañeros?

Me lo planteé, sí, la verdad es que sí, me encantaba estar con ella, era muy divertida y era como un amigo, pero en tía.

-¿Tú no?-dije un poco molesto por su reacción.

-Si te soy sincera, no-la miré para que se explicase-Es decir, siempre había pensado que una vez que nos separásemos, sí, quizás hablaríamos de vez en cuando y puede que dentro de 10 años, cuando nos viésemos por la calle, diríamos "oh, tú eras mi tutora ¿qué es de tu vida?"

Lo pensé un poco y no me gustó esa versión de la historia. En mi versión del cuento, cuando fuesemos universitarios locos, yo la alejaría de los chicos babosos.

-Pues, no ¿a quién celaré de chicos sino a ti y a mi hermana?-dije yo con una sonrisa. Ella negó con la cabeza.

-¿Y cómo es Paris?-me preguntó con una sonrisa preciosa y soñadora.

Me senté a su lado y comencé a hablarle de Paris, pero obviamente en francés.

Ella me puso morritos disgustados, ya que de esta forma tenía que concentrarse mucho más, pero no se quejó.

No se cuánto tiempo estuvimos hablando, recostados en la cama, hablando de Francia. Yo jugueteando con su pelo y ella atenta a lo que decía, creo que era lo más cerca que habíamos estado cerca sin que ella me rechazase completamente.

La tarea en estos momentos no me importaba lo más mínimo. Me encantaba estar así con ella, cosa que era bastante patético, pero emocionante a la vez, porque nunca había tenido una amiga.

De repente, ella se levantó y miró el reloj asustada.

-Oh cielos, Lea va a matarme-dijo un poco alterada cogiendo su IPhone nuevo, tenía una funda rosa con puntitos en blanco, oh mas mona.

Ya está por aquí el Eric mariquita.

Ya está por aquí mi maldita conciencia.

Te fastidias.

Lo mismo digo.

-¿A qué hora habéis quedado?-le pregunté a Arianne, que recogía sus cosas a toda prisa.

-Dentro de....mmm...¿15 minutos?-dijo asustada-Lo siento Eric, se que habíamos quedado para estudiar, pero es que uf....Francia me pierde.

-Tranquila, puedo hacerlo solo-me di cuenta de que me había llamado Eric-¿Te llevo?

-No, gracias, mi hermana ya está ahí-dijo abriendo el armario y cogiendo ropa-¿Podrías bajar y decirle a mi hermana que ya voy?

-Claro-dije sin dudarlo. Salí de la casa y un Audi estaba aparcado frente a la casa.

Wow, menudo coche, ¿quienes eran exactamente los Lowell? No me sonaba de que fuesen del círculo de mi padre, pero quién sabe....

Toqué el cristal de la ventanilla del coche, había una chica dentro, de unos 20 años bastante mona, en realidad, que bajó el cristal automáticamente.

-¿Lea Lowell?

-Mmmm...sí ¿tú eres...?

-Eric Peterson, encantado-dije metiendo una mano en el coche. Ella se sacó las gafas de golpe y me miró fijamente. Apagó el coche y se bajó.

La verdad era que no tenía mucho parecido con Arianne, pero yo tampoco podía apreciarlo bien, ya que en mi familia, las cosas eran copias de dos en dos.

-¿Mi hermana es tu tutora?-Asentí, tragando saliva, esta chica me intimidaba. Me revisó de arriba a abajo lentamente, como si fuese una rata de laboratorio. Me intimidó un poco más-El mellizo de Lydia-¿conocía a mi hermana?

-No eres como Ari había dicho-resolvió volviendo a colocarse las gafas de sol.

Sentí curiosidad por saber que había dicho ma belle de mí.

-¿Qué....?

-No intentarás nada con ella ¿verdad?

-Ojalá-dije inconscientemente, a lo que ella me miró fulminándome con la mirada. Retrocedí un poco.

-Quiero decir, de momento tu hermana es muy arisca conmigo, pero, lo siento tengo que decirlo, si pudiese, si que intentaría algo.

Ella volvió a evaluarme lentamente y luego miró el reloj de su muñeca.

-Tú y yo ya hablaremos-me amenazó con un dedo-pero ahora tengo prisa ¿dónde está Ari?

-Aquí, estoy aquí-dijo una muy apurada Arianne saliendo de la casa, ahora llevaba puestos unos leggings con una camisa vaquera abrochada y unas All Stars. Su pelo recogido en una coleta alta.

Saludó a su hermana con un beso y un abrazo.

-¿Papá y mamá?-preguntó ma belle dudosa y recolocándose la camiseta.

-Ya están allí-contestó su hermana abriendo la puerta del coche.

Bien, de momento la opción de que se lleve mal con sus padres está descartada, pensé que por eso no me hablaba de ellos, pero no, no era eso.

-¿Vamos?-luego Arianne se giró hacia mí de forma seca, como si mi prescencia le incomodase.

-Adiós Peterson, siento lo de hoy, nos veremos en clase-se despidió con una mano y se subió al coche.

Me quedé allí parado, observándola caminar.

Abrió la puerta y su hermana le dijo algo que no llegué a entender, pero ma belle volvió a mí con un gruñido.

Su actitud era seca y enfadada, pero aún así forzó una sonrisa.

-Siento tener que irme así, hablaremos por WhatsApp-dijo mucho más amable esta vez. Se sujetó de mi brazo y se puso de puntillas para darme un beso en la mejilla.

Cerré los ojos ante su contacto, el primero que tenía desde los vestuarios.

Luego se fue como si nada, dejándome más o igual de confunfido.

Oh vaya genial,esta chica iba a matarme de un quebradero de cabeza.

POV; Arianne

Tras dejar a Peterson, nos dirigimos al auditorio.

Me había gustado (contra todo pronóstico) estar con Eric, hablar con él estuvo super bien, y no fue tan incómodo como supuse que sería.

Me confundía, a veces era amable, otras arrogante, otras odioso...

Y lo mejor es que lo había llevado a casa, bueno, a casa de mis abus, pero era lo mismo.

No me había costado mucho convencer a mi hermana para que entretuviese a mis abuelos, solo una tarde de compras intensiva con ella, y prometer ponerme lo que ella quisiese el día que ella quisiese, pero mi hermana era buena, ¿no iba a hacerme nada cruel no?

No le expliqué exactamente para qué lo quería, porque estaba segura de que me obligaría a llevarlo a casa.

En realidad, podría haberlo llevado a casa de mis padres, pero ¿y si se lo decía al resto?

Me estaba comportando de forma bastante paranoica, lo sé, pero ya tenía bastante con que se me conociese por ser la tutora de Peterson, y no quería que además se me conociese por ser una Woodgate.

Eso sería mi ruina, todo el mundo me conocería y querría estar cerca de mí y fingir ser mi amigo para ir a las fiestas famosas de Lea Woodgate.

-¿Con que ese es el odioso y feo 'Eric Peterson'?-dijo mi hermana en un reproche.

-¿Sí?-respondí lentamente, eso venía porque....

-¿Tú lo has visto bien?¿Seguro que no tienes falta de vista?-no respondí porque no entendía lo que quería decir-es el chico más atractivo que he visto en mucho tiempo, y tiene ese aura de...mm héroe...que es muy sexy. ¿Y tú dices que es feo?

-Bueno, dicho así...

-Ay Arianne Lowell Woodgate, ya verás como conseguirás que caiga a tu pies.

Empecé a reír:

-¿Y por qué alguien como él se fijaría en alguien como yo?

Mi hermana me fulminó con la mirada.

-No empieces, hemos tenido esta charla millones de veces. Arianne, eres atractiva, ya no sé como decírtelo...

Suspiré cansada, volvíamos al mismo tema de siempre.

-¿Y a qué vamos a ir exactamente?-pregunté cambiando de tema, odiaba hablar de eso con mi hermana.

-Preparar tu número para LA fiesta, he hablado con ellos, son un grupo muy bueno, que se dedica a ir por distintos sitios y crear coreografías, como por ejemplo entre la gente de una discoteca, de la nada el camarero empieza a bailar, igual que algunos clientes y resulta que son de la banda pero difrazados.

-¡Qué guay!

-Sí, entonces, ya he hablado con ellos y tenemos un par de ideas para ti.

-¿Qué ideas?-pregunté temerosa de la respuesta.

-Ahh, ya lo verás, solo te digo que sacamos ideas de Mike, que te llama siempre 'ángel'

Oh dios mío, temblé por dentro. Cuando llegamos, estaban todos hablando animadamente. Hasta que se percataron de mi presencia, luego, comenzaron a mirarme.

Tenía ganas de salir corriendo, pero me mantuve valiente o eso intenté.

Vamos Arianne, tu puedes.

-Bueno' the expect' -dijo mi hemana,'the expect' era la banda, creo que venía de 'espectación'-ella es mi hermana Arianne Lowell Woodgate.

Saludé tímidamente, eran por lo menos 20 personas.

-Oye, yo a ti te conozco-dijo un chico, estaba en mi instituto, compartíamos clase de mates.

Oh dios mío que mala suerte tenía. ¿Él era un bailarín?

Creo que se llamaba Mario, era de mi altura y delgado,con unos grandes ojos marrones y el pelo oscuro. Era lindo supongo.

-¿Estás en mi clase de mates verdad?-asentí lentamente-¿eres esa Arianne?¿De la que todo el mundo habla?

Sentí naúseas, define 'todos'

-Nadie sabe que soy una Woodgate, y de momento, querría mantenerlo en secreto-le dije seriamente. Él me sonrió amable.

-Conmigo,tu secreto está a salvo.

Le sonreí cómplice, me caía bien. Luego, se me acercó un chico, de unos 26 o 27 años, todo cachas y lleno de tatuajes.

-Arianne ¿preparada para revolucionarlo todo?-miré a mis padres y hermana, que parecían emocionados.

Observé a Mario y al de los tatuajes, así como al resto de la banda....¿dónde me había metido?

Holaaaa,espero que les haya gustado...:)

Besoooos.

PD; espero no tardar mucho en subir capítulos.

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