IMPUROS (Mata, Huye y sobrevi...

By cesarvelasquez965

59 6 0

Algunos los llamaron demonios, para otros los devoradores, y finalmente la iglesia los nombró los recolectore... More

Prólogo
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo cuatro
Capítulo 05

Capítulo tres

13 1 0
By cesarvelasquez965

No era el hecho de tener dolores musculares por ser tironeado por todo el aeropuerto, tampoco por los rugidos demandantes de mi estomago que exigían comer algo, lo que me tenían con los brazos cruzados como dos barras de metal, era la actitud sobre-protectora que había tomado Enrique.

El papel de hermano mayor lo había escrito en piedra, me dejó sentarme en la ventanilla por el simple hecho de colocarse como escudo en el asiento contiguo al pasillo. Mantenía su ceño fruncido de manera continua, por más que le pedía que se relajara no lo conseguía.

No compartió nada de las noticias que escuchó en la radio, al montarnos al avión la azafata pidió apagar los teléfonos celulares, lo cual lo incomodo más. Quizás era un problema con su país que yo no comprendía, de lo contrario las personas en el vuelo estuvieran algo alteradas.

Al despegar el avión y estabilizarse todo; la azafata nos trajo unos sándwiches seguido de postres, no era primera clase, pero aquello se miraba comestible. Enrique hizo dos llamadas en ese momento indicándoles algunas cosas en español que no comprendí. En otras ocasiones me hubiera enfadado la descortesía de hablar en un idioma privado, pero mientras mordisqueaba mi emparedado su segunda llamada captó mi atención.

—Por favor Richard, mi madre tiene una casa en Black Rock. — expuso en tono serio. — las cosas no son seguras por ahora, y hasta que no se normalice todo en los noticieros, es el lugar más seguro que existe. — hablaba tan rápido que me costaba comprender lo que decía, incluso decía algunas cosas en su idioma que mi padre captaba a la perfección. —nadie sabe de la ubicación, y tendrán todos los servicios, llegaremos con Joseph cuando todo se tranquilice, y si las cosas están mal en Virginia, nos iremos enseguida no se confíen...—colgó.

Termine que devorar la comida al tiempo que él tomó la suya. Me observó con cautela, algo no andaba bien, y no sabía cómo decírmelo.

Esperé que devorara la mitad de su porción de comida para luego caerle a preguntas.

—Sé que algo malo está pasando, tienes que confiar en mí. — presenté.

Cuando me arrastró por el aeropuerto tenía muy presentimiento, pero a medida avanzamos hasta nuestros asientos aquello se disipó, como si su compañía me brindara cierta seguridad, con su gesto torcido comenzaba a flaquear de nuevo.

Tomó un sorbo de su refresco y se aclaró la garganta.

—Al parecer hay un virus que afecta a las personas y es muy peligroso...— presentó con el rostro nuevamente tenso. — no sé exactamente que es, o que hace... pero no podemos bajar la guardia.

—¡Como la película que miramos el otro día! — bromee llevándome las manos a la boca. El apretó los labios en gesto de desaprobación. —zombis, ya lo veo venir, ¡genial! — continúe mi broma, lo cual comenzaba a sacarlo de casillas. — jugué; Plantas vrs Zombies, The Last Of Us, y toda la saga de Resident Evil, ¡estoy más que preparado! — alardee. Aunque todo en mi cuerpo me gritaba que tenía que tener miedo, que ese brillo inusual en su mirada no indicaba juego, necesitaba que ser relajara o ambos podíamos romper en nervios.

—Esto no es un juego y lo sabes, solo nos tenemos el uno al otro...

—Descuida galán, yo te protegeré. —Canté alzando ambos pulgares al aire. No sabíamos que nos íbamos a encontrar en Virginia o si realmente solo era en su país que todo estaba tan mal como escuchó la radio, pero no podía demostrar preocupación, se lo debía...

—Joseph, concéntrate y confía en mi... saldremos de esta...— concluyó

No volvimos a conversar después de la comida, parecía sumido en sus pensamientos, de la misma forma que yo estaba. El aire en aquel lugar comenzaba a tensarse de nuevo. No quería ni imaginarme que mis amigos estuvieran en peligro, o que les hubiera pasado algo, con mi padre y Martha al menos sabía que Enrique los había enviado a un lugar seguro.

¡Estarán bien descuida!

Me mentí a mí mismo, era la única forma de recuperar la calma, me acomodé en el asiento recostándome un poco para dormir una hora, no pasó ni medio minutó cuando unos gritos llamarón mi atención abrí los ojos de golpe y sentí como tenía encima la mano de mi acompañante para que me calmara.

—Tranquilo, está bien... acá estoy. — pronunció.

Respiraba agitadamente, podía sentir como mi pecho subía y bajaba tan deprisa que casi me daba un infarto, lo observé atónito mientras fulminaba a un hombre de unos cuarenta años reírse con su tableta. —Solo era una estúpida película de terror...

—Demonios, casi me da un infarto. — exclamé...

—Vale que mi hermano está preparado para todo. — indicó en tono retador. Soltó una carcajada que liberó aquella pesadez que se había formado, lo codee con fuerza y este simplemente apretó la quijada sin quejarse.

Una de las aeromozas colocó las noticias locales, de las cuales ninguna formaba algo aterrador como lo había predicho mi compañero, aquello lo calmó más de lo que esperaba, siguió sintonizando canales disponibles y lo dejó en una película variada.

Se relajó y me contó sobre su primer amor de secundaria, de cómo estaba esperando la solicitud para entrar a la universidad, incluso habló de su llegada a la isla y como pasó hacer el chico nuevo. Era tan abierto para hablar que me resultó sencillo contarle acerca de mi confesión a Cristina antes de irme del país, y de cómo fue abandonar todo para seguir a mi papá por todo el país.

Al llegar al aeropuerto me bajé del avión aferrado a su camisa, se encontraba caminando como un escudo, cosa extraña ya que si nos atacaban sea cual sea el ataque él no tenía antibalas ni nada por el estilo, pero no quería entrar en contienda con él, por lo que acate sus órdenes.

Esperaba ver a la policía naval, al ejército, incluso algunos protestantes, pero nada pasó.

Era un día tan normal como otros en Virginia.

—¡Joseph! —Gritó una voz chillona desde el extremo de invitados, y ahí se encontraban mis amigos, con tres carteles tan llamativos que pasaban de lo extravagante. Alcé la mano para que aguardaran mientras avanzábamos a su encuentro.

El primer cartel lo tenía Ron, estaba escrito mi nombre con letra hecha a mano, sonreí al ver que su peinado era otro, ¿Cómo un amigo de toda tu vida cambia en menos de un me?, no lo comprendía... pero ahí esta uno de mis dos máximos confidentes con su cabello azabache parado en puntas, su cuerpo parecía más fornido como si todo este tiempo estuviera en el gimnasio, lo cual era extraño.

El segundo cartel tenía escrito el nombre de Enrique, este lo sujetaba Cristina, tenía su cabello castaño corto hasta los hombros, lo había cortado y no lo noté en la vídeo llamada, su piel caucásica resaltaba sus labios rojo sangre, una figura esplendida que no le daba justicia con ese vestido que tenía.

El tercer y último cartel bailaba mientras lo movía Irene, su cabello negro amarrado en una coleta, reflejaban sus perfectas facciones, siempre creían que ella era una artista famosa que se llevaba con pobretones, pero de todas las personas Irene realmente podía considerar mi segunda mejor amiga, me sonrío uniendo los labios y un latido inoportuno de mi corazón gritó peligro.

Nos abrasamos en un pequeño circulo mientras la lluvia de preguntas comenzó, les presenté a Enrique quien como era de esperarse parecía encajar a la perfección en el grupo, en él era inherente.

Al llegar a la casa de Tom la fiesta por el cumpleaños de Cris comenzó, todo el mal rato que viví en la isla se disipó, era como si mi verdadero hogar era este y no aquel. Observé de reojo a mi acompañante quien conversaba con Cris y Ron, también se encontraba más relajado y las noticias solo fueron un mal rato.

—¿Por qué ahora tienes perro guardián? — preguntó Irene mientras me daba un vaso con una bebida, la tantee con la mirada y olfatee la sustancia, su color era rojizo y la fetidez a alcohol es eminente, no podía cuestionar sus bebidas era una de nuestras reglas, solo tenía que tomarme lo que ella me diera, aun si yo no tuviera edad para beber alcohol, ninguno la tenía.

—Se supone que es mi hermano mayor. —aludí, di el primer tragó y me arrepentí de haberlo hecho, el liquidó que avanzó a través de mi garganta quemó todo a su paso dejándome un sabor a arándanos en la boca, lo cual fue peor.

—¿Tu padre sabe de mi oferta de vivir en mi casa hasta que vayamos a la universidad? — presentó ella, lo cual cerró todo. Ese era el motivó de enviar a Enrique conmigo. De esa forma podía regresar y no enviarle una postal.

—Estoy seguro que revisó mis conversaciones, por eso hizo todo esto. — propuse. Para él la familia siempre tiene que estar unida, lo mencionaba después de la muerte de mamá, lo mencionó las mismas veces que aquel verso...

—No pierdas tu tiempo, puesto que tienes poco, dile lo que sientes...— expuso para sacarme de mis pensamientos. —quiero decir una respuesta... ella tiene que responderte a tus sentimientos. —Directa como siempre, ella no era de las personas que se andaba por las orillas, y era lo que más me gustaba de su personalidad.

—Que fácil hubiera sido todo si mi estúpido corazón te amara a ti. — le presenté a lo que ella hizo una mueca con la cara y me empujó hacia la cocina, donde se encontraba ella.

No quería presionarla, en asuntos del corazón las cosas son mejores cuando fluyen por si solas, mi madre siempre me decía, no te cierres al amor solo deja que este llegue y todo será diferentes, bueno aquí estaba yo buscándola para que me dijera que sentía por mí, quizás si me mandaba al diablo sería más fácil regresar a casa, pero si quería estar conmigo tendría que buscar la manera para poder verlos, digo verla...

Arrastre mis pies hasta la cocina para serle frente a la situación, no quería perder más tiempo...

—Cristina yo...— no pude terminar la frase, si, estaba ella. Lo cual captó mi atención cuando separó los labios del que se suponía que era mi hermano, no había pasado ni dos horas de nuestra llegada y él ya estaba encima de ella, él la separó de golpe al momento que vio mi rostro, estaba paralizado por la ira, cegado por la misma, las únicas palabras que pronuncie fueron. —Tienes que confiar en mi...

Quería hacer una salida dramática y que todos se dieran cuenta de lo molesto que estaba, pero mis pies se enredaron entre sí y caí al suelo de rodillas.

¡Vaya que imbécil!

Como pude me levanté y sentí como una mano me sujetó del hombro.

—Por favor, no es lo que parece... ella me besó— se excusó. Tiré de mi brazo con toda la fuerza que poseía y salí del lugar lo más pronto posible. No quería ver a nadie, y mucho menos a Enrique que sabía lo que ella significaba para mí.

Al cerrar la puerta de golpe oprimí el botón del ascensor y me escondí detrás de unas plantas, miré como Cris, Enrique, Ron y la misma Irene corrían escaleras abajo para llegar al lobby del edificio.

Era una suerte que Tom viviera en un edificio y no en una casa como los demás, de otra forma no podría escaparme por las escaleras de emergencia.

Cuando llegué al primer nivel tomé la calle contraria a donde todos me buscarían, no quería pensar, no quería verlos, sentía como una penosas lagrimas amenazaban con salir en cualquier momento. Odiaba mi debilidad...

—Soy un idiota, nunca voy a aprender. — me dije a mismo mientras caminaba sin rumbo alguno.

—¡AYUDAAAAA! — graznó una mujer de unos treinta años que se encontraba al otro lado de la acera, estaba tirada en el suelo y tenía la pierna llena de sangre, corrí hasta su encuentro para ayudarla.

—Todo estará bien, descuide llamaré al 911— propuse mientras me quitaba la cazadora y envolvía su pierna herida, tuve que contener las ganas de vomitar al ver la abertura en su pantorrilla, ella comenzaba a jadear de dolor. Presioné la herida con la mano izquierda mientras buscaba mi celular en los bolsillos.

Marqué el número de emergencias, ocupado. Lo intente de nuevo, ocupado.

—¡Mierda! ¿Qué sucede? — maldecí. — todo estará...— sus ojos de un negro tan oscuro que perdían todo lo blanco en ellos, me miraban fijamente, custodiando mi rostro. Las comisuras de sus labios se elevaron mostrando una dentadura llena de una baba color negro, hipnotizante, diabólico, y perturbador... todo a la vez.

—¡AYUDAAAAA! — se escuchó de nuevo, pero esta vez era mi voz la que resonaba en todo el lugar.

Continue Reading

You'll Also Like

42.1K 6.6K 146
[HAS SIDO SELECCIONADO COMO UN CONQUISTADOR, POR FAVOR ELIJA ELIJA ALGO QUE QUIERA DE SU ANTERIOR VIDA] "eh? entonces quiero todo el conocimiento de...
3.9K 540 30
En el año 737, Planeta Vegeta. T/N era un guerrero saiyajin de clase baja con un nivel de poder superior al promedio. Fue enviado a la Tierra con su...
Deseo | IAGS By 🤍

Science Fiction

23.2K 2.9K 25
Deseo que nunca duermas con la incertidumbre si aun sigues siendo suficiente para tu pareja. Deseo que nunca tengas esa necesidad de comprobar su fid...
24.4M 2.9M 88
🔥Ganador de los premios Watty 2019🔥 (Los tres libros están incluidos, aunque los números sean un poco lío solo tenéis que leer todo seguido) ❤️Ya p...