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Oleh Ariana_Godoy

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[COMPLETADA] ¿Es posible enamorarse de alguien sin conocerlo? ¿Sin haberlo visto? ¿Es posible desarrollar sen... Lebih Banyak

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SMV Película: Cast + Fecha de estreno

T R E I N T A Y O C H O

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Oleh Ariana_Godoy

KANG

Con dos helados sobre la mesa entre nosotros, juego con la cuchara mientras me preparo para contarle todo a Klara, el recuerdo de ese día tan claro en mi mente, cada detalle, cada sensación es increíblemente exacta en mi mente.

El blanco de las paredes y las luces hospital me hace entrecerrar mis ojos que ya están irritados por tanto llorar en el funeral de mi hermano. Paso en medio de enfermeras y doctores que aunque me dan una mirada preocupada no dicen nada, probablemente acostumbrados a ver gente llorar desconsolada en estos pasillos.

En mi mano, llevo apretado un papel rectangular pequeño que me dieron hace días con la fecha y el nombre del psiquiatra que vería a mi hermano. Me apresuro, revisando las puertas de consultorios, buscando el nombre en mi papelito. Soy un desastre, ni siquiera sé que estoy haciendo.

Cruzo en una esquina para encontrarme con un pasillo desolado, y al encontrar la puerta con el nombre que busco, toco la misma con desesperación. Una enfermera abre y me da una mirada extrañada, puedo ver un escritorio ahí y otra puerta detrás de ella que debe ser el consultorio del doctor.

—¿Puedo ayudarte? ¿Te encuentras bi—

—¿Dónde está? ¿Dónde está el Dr. Rodriguez?

Ella arruga sus cejas y me ojea por completo. Aún tengo puesto el traje negro que usé para el funeral, mi cabello un desastre y no quiero imaginar mi cara.

—Creo que te refieres a la Dra. Rodriguez.— mis ojos caen sobre el nombre en la puerta, ¿cómo no me di cuenta que decía Dra. Y no Dr.? Eso no importa, —ella está haciendo sus rondas, debe estar por regresar, ¿tienes cita con ella?

Sacudo mi cabeza.

—¿Estás bien? ¿Cómo te llamas?

—Kang.— murmuro.

—Bien, Kang, ¿quieres pasar y tomar un té? La doctora volverá pronto.

—No, yo no...— aprieto el papel en mi mano, hay movimiento a mi derecha y giro mi cara para ver a la persona que ha entrado el pasillo, es una doctora joven de cabello oscuro recogido en un moño desordenado. Ella trae su bata blanca puesta con una mano metida en el bolsillo y la otra sosteniendo una taza plástica de café.

—Doctora, este chico—

—Tú.— digo entre dientes, y me apresuro hacia ella, mis manos en puños, —¡Tú!

Ella no dice nada, solo me observa.

—¿Por qué no pudo ver a mi hermano ese mismo día que vinimos a ver al psicólogo? ¡¿Por qué?! Él ya estaba aquí, solo tenía que verlo un segundo, ¡un puto segundo!— no suelo decir groserías pero estoy fuera de control, —¡Eso habría sido suficiente! Pero tenían que darle una cita para días después, y ya mi padre no nos dejo salir, ¿por qué? Él estaba muy mal, era necesario verlo ese día, era...— la rabia hace que lagrimas inunden mis ojos pero no las dejo caer, —¡Es su culpa! ¡Mi hermano está muerto por su culpa!

La expresión de la Dra. Rodriguez se suaviza antes de llenarse de tristeza. Doy otro paso hacia ella, gritándole a la cara.

—¡Por su culpa mi hermano está muerto!

La enfermera habla detrás de mi.

—Kang.— comienza la enfermera, pero la doctora levanta su mano, asintiendo como si le dijera que está bien, ¿por qué no dice nada?

—¡Usted pudo salvarlo! ¡Usted pudo...— me quedo sin aire, los sollozos atragantados en mi garganta, —vengo de su funeral, de despedirlo, él tenía 17 años, él...— soplo porque hasta respirar es difícil, el dolor me ahoga, lagrimas rebeldes escapando mis ojos, —no pude salvarlo, yo... hice todo lo que pude... pero si tan solo usted lo hubiera visto ese mismo día, si tan solo...— doy un paso atrás, limpiando mis lagrimas, —si usted...

Me sobo el pecho porque el dolor vuelve a recorrerme como el momento en el que lo encontré muerto en su habitación.

—Usted pudo salvarlo, y yo no hice suficiente, y ya no puedo hacer nada, ya él está muerto y no puedo hacer nada.— digo entre lagrimas, mis rodillas me fallan, y caigo arrodillado en el suelo, —él... yo ya no puedo hacer nada.

La doctora le pasa el café a la enfermera y se sienta frente a mi, su expresión llena de tristeza pero también de tanta paz.

—Llora, grita, insúltame,— me dice, —está bien, Kang. Está bien expresar lo que sientes. Y si ira es la emoción que predomina en estos momentos en tu corazón ante la muerte de tu hermano, quiero que sepas que es completamente normal. Todo ese dolor, toda esa rabia, esa impotencia, esa culpa, son completamente normales, Kang.

—¿Cómo puede hablar tan tranquila cuando mi hermano está muerto por su culpa? Usted no lo vio ese día, estoy seguro que él estaría vivo si usted lo hubiera atendido ese mismo día.— la rabia es lo único que motiva mis palabras, —¡¿Por qué no pudo atenderlo?! ¡¿Por qué?!

—No estaba en el hospital, Kang, no estaba de guardia, si hubiera estado aquí, estoy segura que—

—¡Excusas! Jung era una emergencia, ¿no la llaman cuando hay emergencias?— ella asiente, —La llamaron y decidió no venir, ¿cierto?

Ella suspira, sus ojos se enrojecen ligeramente.

—Mi madre murió ese día.

Y es como si le hubiera lanzado un balde de agua fría a mi rabia, desvaneciéndola. Ella se esfuerza por respirar profundo y alejar el enrojecimiento de sus ojos, y lo logra.

—Pero eso no es lo importante ahora, ¿te gustaría entrar a mi consultorio un rato?— me pregunta y yo le agrego sentirme como una mierda al montón de cosas que ya siento.

—Lo siento... yo... no sé que estoy haciendo, lo siento mucho, no sé que estaba pensando al venir aquí. Yo solo—

Ella pone sus manos mis hombros.

—Está bien, Kang,— ella frota mis hombros con gentileza, —lamento mucho lo de tu hermano, y sería un honor para mi que me permitieras ayudarte a lidiar con todo esto.

Sacudo mi cabeza, llorando silenciosamente.

—No he venido por eso.

—Quizás, pero ya que estás aquí creo que te haría bien hablar con alguien.

—No tengo cita con usted.

—No te preocupes por eso, si te digo que tenemos tiempo para hablar es porque lo tenemos.— ella se pone de pie y me ofrece su mano, —Lévantate, ¿si?

Miro su mano y dudo por un segundo pero luego el rostro deprimido de Jung viene a mi mente, y recuerdo la diferencia que habría sido para él recibir ayuda cuando lo necesitaba. Así que tomo su mano y me levanto antes de seguirla a su consultorio.

Ella fue mi psiquiatra por esos dos años que me tomó recuperarme. Y es alguien muy especial para mi, a quien le estoy muy agradecido pero no podía dejar que me reconociera frente a Klara, por lo menos, no hasta que Klara escuchara mi historia de mi propia boca. Porque si su hermana me reconocía, Klara sabría que yo fui su paciente o algo parecido y aunque confío en la Dra. Rodriguez y en la confidencialidad medica, no se necesitaría mucho para atar cabos, ¿de dónde más podría conocer a su hermana? Claro que podía mentir pero no me gustan las mentiras.

Ese recuerdo me hace consciente del hecho de que la mamá de Klara murió unos días antes de Jung se suicidara. Vaya días de mierda que fueron esos. Quisiera no tener que contarle a Klara algo tan trágico en nuestra primera cita pero eventualmente tendré que enfrentar a su hermana así que mejor que ella lo sepa ahora.

Tomo una respiración profunda.

—Mi hermano mayor Jung se suicidó.

Klara abre su boca ligeramente, y estira su mano sobre la mesa para tomar la mía.

—Lo siento mucho, Kang.

—Mi padre no creía en la depresión, en nada que tuviera que ver con la salud mental, él decía que todo era una decisión,— es refrescante poder hablar de esto sin sentir ganas de llorar, —así que no permitió que lo lleváramos a recibir ayuda a pesar de que mi hermano estaba en una profunda depresión después de un accidente de auto que tuvo. Yo pensé que podía salvarlo.— sonrío para mi mismo con tristeza, —supongo que siempre queremos ser los heroes para las personas que amamos.

Klara aprieta mi mano suavemente.

—Un día, Jung no aguantó más y se quitó la vida.— necesito otra respiración profunda para continuar, —me destrozó, me... no sé si pueda explicar con palabras el dolor que sentí, que aún siento. Yo amaba a mi hermano con todo mi corazón, teníamos una conexión increíble. Fueron tiempos muy difíciles para mi.

—Ni siquiera puedo imaginarlo, Kang, de verdad que lo siento mucho.— sus ojos, su voz me brindan tanta tranquilidad.

—Mírame, diciéndote todo esto en nuestra primera cita, entendería si ya no quieres volverme a ver.— bromeo, pero mi corazón se aprieta al considerar que no quiera volver a verme así que la observo, buscando en su pequeño rostro algún señal de que así sea pero solo encuentro una sonrisa tranquilizante y sacude su cabeza.

—Está bien, es un honor saber la historia de tu hermano.— ella me dice, —que descanse en paz.

Me le quedo viendo porque siento estas ganas de abrazarla otra vez, de besarla pero me controlo porque no quiero ser intenso con ella, no quiero hacer nada que le haga pensar mal de mi o que arruine esto. Nunca he sentido estos miedos con ninguna otra chica, supongo que ella me gusta mucho más de lo que pensaba.

Suspiro antes de continuar.

—Bueno, antes de que Jung...muriera, yo lo había llevado a un psicólogo que lo remitió a un psiquiatra...

—¿A mi hermana?— ella asume y asiento.

—Si, pero nunca llegamos a ir a la cita con tu hermana porque papá no nos dejó y después ya fue demasiado tarde. Yo...— recuerdo mi rabia al caminar por los pasillos del hospital buscándola, —estaba muy enojado el día del funeral de Jung así que fue al hospital a reclamarle a tu hermana porque no había visto a Jung el mismo día que fuimos al psicólogo. Pero ella me dijo que no estaba en el hospital porque...— Klara espero paciente, —porque tu madre había muerto ese día.

Klara se tensa, alejando su mano de la mía como si hubiera dicho lo que menos se esperaba. Ella aparta la mirada, y sé que es un tema sensible y difícil para ella, sé que no se esperaba que yo lo supiera.

—Me convertí en paciente de tu hermana después de ese día.— sigo porque no quiero que se estanque a pensar en su madre, no es mi intención entristecerla cuando ya ha tenido una noche difícil, —le estoy muy agradecido, tu hermana es una excelente psiquiatra y me ayudó mucho.

—¿Por eso te ocultabas de ella para que no supiera que se conocían?

—Quería contártelo yo mismo.

—Entiendo.— ella suspira y estira ambas manos esta vez para entrelazarlas con las mías, —gracias por contarme, Kang, yo mejor que nadie sabe lo difícil que es hablar de un ser querido que hemos perdido.

De nuevo me le quedo viendo porque ella me parece surreal: La compresión en su expresión, la curva de la sonrisa genuina en sus labios, el brillo en sus ojos, su alborotado corto cabello rizado alrededor de su cara, todo de ella es tan puro, tan bonito y la energía de paz que transmite es increíble. Sin poder controlar mi boca, la mira a los ojos y lo digo:

—Me gustas mucho, Klara.

Sus ojos se abren ligeramente y sus mejillas se enrojecen de inmediato y no la culpo porque yo debo estar igual.

—Yo...— ella pausa y le doy su tiempo, pero mi corazón late a la expectativa en mi pecho, —tu también me gustas mucho, Kang.

El calor se expande en mi pecho y no puedo evitar reír nerviosamente, y ella se ríe conmigo.

Ahí en esa colorida heladería, nos sonreímos y charlamos cómodamente, y me siento tan feliz que no quiero que la cita se acabe, nunca pensé sentirme así con una chica, nunca esperé poderle contar sobre mi hermano sin llorar o atreverme a decirle lo mucho que me gusta pero Klara tiene algo, hay algo tan especial en ella que te hace querer contarle todos tus problemas, una vibra de aceptación que nunca he sentido con nadie más.

Klara con K es una de las chicas más especiales que he conocido en mi vida y que lucharé porque sea parte de la misma por un buen tiempo.  


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Nota de autora: ¡Ay, mi Kang! Este capítulo fue tan lindo, desde él compartiendo todo con ella hasta él confensandole lo mucho que le gusta, creo que esos momentos cuando solo decimos lo que sentimos de manera positiva sin filtros son tan lindos. 

Kang es un personaje muy cercano a mi corazón, él representa ese tipo de personas que siempre quiere ayudar a los demás, que a veces olvidan cuidar de si mismos por cuidar a los demás así que fue un avance para él en este capítulo contar algo sobre él, sobre lo que él sufrió y lo difícil que fue,  todos sabemos que Klara ha pasado cosas fuertes pero quería que este capítulo se tratara de él y de nada más porque el hecho de que una persona siempre sonría y ayude a los demás no quiere decir que no tienen sus propias batallas que luchar. Así que si conoces a alguien como él, de vez en cuando, preguntale como está, si necesita algo, cuida de esa persona. A las personas con ese tipo de personalidad a veces les cuesta expresar que necesitan ayuda porque no quieren incomodar a los demás, siempre poniéndolos primero. Seamos esos heroes que queremos en nuestras vidas, total, todo es una cadena y te aseguro que todo bien que hagas solo será una semilla que florecerá de alguna forma e iluminará tu vida un poco, quizás sea un instante pero a veces ese segundo es suficiente para respirar entre la dificultad. 

Ya ni me voy a disculpar por extenderme, siempre pasa. 

Los quiero, mis Kangs, Klaras, Diegos, Ellies y Perlas del mundo <3

Muakatela

Ariana G. 

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