Disparo al corazón. [Jayce x...

By AdelineStorm

3.4K 261 7

' ¿Por qué no me di cuenta antes? Jamás estaría con una mujer tan amargada como tú. ' Bien dicen que cuando s... More

Ella es un té amargo
Fría la mirada, frío el corazón.
Guerra de orgullos.
¿Qué haces tú aquí?
Una de tus balas.
¿La respuesta?
El último beso.
Yo seré tu guardián
Mil conclusiones.
La regla de los amigos.
El plan.
Juego peligroso.
A orillas del mar.
Días de diversión.
Con el sonido del mar.
¿Y ahora qué?
El orgullo de Piltóver.
Investigación a fondo.
¡Fresas, moras, frutos rojos!
Durante toda la eternidad. [FIN.]

Color lavanda.

129 12 2
By AdelineStorm

Entraba la primavera con un agradable inicio para la estación, árboles con ramas llena de hojas verdes, arbustos gigantes, flores de dulce aroma, ambiente incluso más animado. 
Qué calmado estaba todo para haber pasado cuatro semanas sin mucha acción. 
Rondas policiales por hora, atender casos domésticos en los hogares, acudir a inspección y control de ingreso a nuevas personas de otras regiones. En todo eran absolutamente cuidadosos y no dejaban que nada pasara por alto, aunque por más mínimo que fuera. 

— Luana se ha adaptado bastante en la oficina de policías. — Williams era el que más jugaba con la gata de Caitlyn, ella por tener toda la atención de los oficiales sentía un reinado. Dormía donde quería, se subía en los computadores, jugaba, dormía, ronroneaba, salía, entraba, etc. La llegada de esa criatura blanca a ese lugar tan grande, sin duda había alegrado un poco más la sintonía, poco estresados estaban, incluso atendían con más cortesía a las personas en aprietos sin recurrir mucho a la agresividad. 
— Ha subido mucho de peso, tendrán todos que poner la mano en su corazón y bolsillo para llevarla al veterinario. — Caitlyn ya no se podía llevar a Luana a casa, de hecho, tuvo que llevar todas las pertenencias de Luana a la central para que pudiera vivir a gusto. Luana tenía mucha gente que podría rascar su lomito y darle amor, pero siempre iba donde estaba la oficial Caitlyn pues ella era su verdadera dueña, al resto solo les engatusaba por comida. 
— Si es una lindura. — La mínina siempre jugaba con los enormes guantes de VI, trataba de morderlos, dañarlos. No había caso, eran muy fuerte. — Además todos adoran a Luana, incluso debería tener un puesto como oficial acá. 
— Si le doy un puesto a Luana como compañera de Caitlyn, tú te quedarías sin trabajo, VI. 
— Eh... pensándolo bien, dejemos que solo sea una gatita mimada. — 

La pequeña pelusa blanca se volteó y masajeó contra las piernas de VI, así quería su cariño. 
Lo único extraño era que cuando cualquier persona intentaba acercarse a Caitlyn o saludarla, ella se ponía justo en medio para engrifarse e incluso espantar, o al menos hacer el intento. Varias veces lo hacía, incluso cuando VI o Williams se acercaba a abrazarla. Luana daba brincos acrobáticos para separarlos e intentar separar las distancias, y aunque ellos obedecían las rebeldías de la pequeña gata, luego iba a darles un cariño con ronroneos para obtener su recompensa. 

— Ha estado muy celosa de que se me acerquen, se me hace extraño pero también muy tierno. — 
Entrecerró los ojos observado justo por la ventana, el movimiento inesperado de la oficial levantó las alarmas en el resto que poco a poco oían sonidos agresivos y bombas explosivas en el cielo. 
— ¡No, no, no, no, no puede ser! — VI se tocó la cabeza al ver la publicidad de una rosquilla volando, la pastelería Bonmy era atacada. — ¡No la pastelería! ¿dónde compraré mi comida ahora!  — 
Luana abrumada por la fuerte explosión se escondió bajo la mesa de Caitlyn. Ella sin tiempo que perder tomó todo su armamento, Williams también hizo movimientos rápidos para tomar sus armas y VI siguiendolos dio órdenes por radio. 
— ¿Qué ha pasado? Cambio. — Williams intentó comunicarse através de wokitoki con radiopatrullas cercanas.
— Aquí patrulla 1437, ha sido una explosión muy fuerte, no sabemos con certeza qué ocurre, pero las personas que alcanzaron a huir, dicen que vieron a Jinx. Cambio. —Los tres se miraron en lo que bajaban a prisa las escaleras. 
— ¿Jinx? ¡Ah, no de nuevo! ¿Por qué siempre tiene que armar tanto caos! — La oficial tomó su motocicleta, lo mismo hizo VI y atrás en el auto lo seguían Williams con más patrullas. A lo lejos se oía las sirenas de los bomberos para apagar el mega incendio que provocó, también al menos seis ambulancias llevando heridos a los hospitales. 
Cuando llegaron solo veían personas sentadas llorando siendo atendidas por paramédicos, oficiales ayudando a bomberos a sacar los escombros. 
Williams hizo una vigilancia por el lugar, VI se arremangó un poco la camisa para ir en auxilio de las otras personas atrapadas, Caitlyn retrocedió unos cuantos pasos hasta quedar con una panorámica. 
— Qué raro...siempre que hace explotar algo, deja su marca en alguna pared. — Se puso el Wokitoki para alarmar al resto de las personas de la oficina y policías en vigilia. — Atención a todas las unidades, necesito que verifiquen en edificios o en alturas si hay alguna marca grafitti de Jinx, solo para descartar, cambio. — La radio comenzó a tener respuestas ''copiado.'' 
Minutos después la respuesta fue negativa, no había marca alguna, absolutamente nada. 
— Caitlyn..— Salió VI con toda la cara manchada en negro y polvo. — No ha sido una bomba, la cañería del gas tenía una fuga y ha hecho explosión. 
— Así es, oficial, hemos revisado las conexiones y la cañería tenía una fuga, de hecho el dueño nos ha dicho que hoy debía llegar el gasfiter para arreglar la fuga, pero que podían seguir con su trabajo sin preocupaciones. — Señaló el bombero que la llevó al lugar de los hechos, con cuidado fue ingresando hasta ver que ellos bloquearon la cañería del gas. 
— A veces pienso que las personas de este pueblo no tienen lógica. Si esto está dañado era obvio que al encenderlo y abrir fuego provocaría una fuerte explosión. — Se tocó la frente pues el olor la estaba mareando, incluso provocando náuseas. — Debí entrar con mascarilla. De inmediato ayudaré, comandante. — El bombero siguió con su trabajo luego de que ella caminara por algunos pasillos, al salir por un pasillo había un muro caído del cual escuchó quejidos. — ¿Uh? 
— Ayuda... por favor. — Caitlyn no esperó a que otros vinieran, ella misma se las ingenio para hacer fuerza y quitar los escombros, había una mujer mal herida. 
— ¡VI, necesito tu ayuda! 
— ¡Allá voy pastelito! — Corrió donde estaba para ayudar, como ella tenía más fuerza, se le hizo más fácil correr todos esos escombros y sacar a la mujer con mucho cuidado. 
— Gracias...— Tosió el polvo que había tragado. — Estoy agradecida...
— ¡VI, Caitlyn! , ¿Están bien? — Llegó Jayce para prestar también la ayuda necesaria. 
— Sí fortachón. — Respondió VI dejando a la muchacha sentada en la cuneta. Caitlyn llamó a los paramédicos para que la examinaran. 
— ¿Qué pasó? Escuché por ahí que fue Jinx la que hizo la explosión. — No estaba prestando atención a la mujer que habían rescatado, solo miraba la escena. 
— Falsa alarma, no ha sido Jinx, si ella hubiera cometido semejante estupidez, ya estaría incitando a VI o a mí para que la sigamos o bien, dejado algún grafitti por los edificios, así que vimos el trasfondo de la situación y solo era una cañería de gas que tenía una fuga. 
— Yo he prendido el fuego para encender los hornos, al principio no pasó nada y mi jefe dijo que debíamos trabajar normal, pero cuando fui a su oficina y no estaba, hubo un fuerte sonido, de ahí solo sentí escombros encima mío. — La chica era de cabello rubio ceniza oscuro, ojos color verdosos y cuerpo esbelto. — Yo no sabía, soy nueva acá y solo vine por mejor vida. — Caitlyn escuchó con lujo y detalle la historia, negaba para sí misma. ¿Cómo era posible que todavía en la época que estaban existieran jefes explotadores poniendo en riesgo la vida de los demás? 
— Oye cielo, la vena. — Dijo VI para calmarla, sabía que Caitlyn iría donde el jefe de esas personas a darle un buen sermoneo, uno monumental y para el recuerdo. 
Jayce vio a Caitlyn marchar y por fin se dio vuelta para ver a la mujer; ambos al chocar mirada se sorprendieron. 
Los paramédicos tomaron a la muchacha para llevarla en la ambulancia al hospital. 
— ¡Eh, cuídate! — Gritó VI al ver que se la llevaron. — Pobre, solo quiere una vida tranquila. — Se sacudió la ropa para ir en ayudadel resto, mientras que Caitlyn estaba con los humos hasta por la cabeza.  Jayce seguía mirando la ambulancia. 
— ¿Pasa algo, Jayce? — Williams ya venía con varios antecedentes sobre el estado de las personas, el lugar estaba lleno de cámaras y reporteros, cinta para alejar a los curiosos en caso de otra explosión. 
— ¿Eh? Ah, no, nada, nada. Es solo que creí ver a alguien conocido. — Frunció levemente el cejo para posteriormente reír, quizás solo era parte de su imaginación. 
Caitlyn se acercó hasta los periodistas para dar aclaraciones sobre la aparición de Jinx, lo cual era una total farsa que inventó el medio para escandalizar a las personas. La oficial llamó a la calma pues solo se trataba de una fuga que atenderán en unos instantes, habló además sobre la consciencia de los jefes y trabajadores, dando a entender la irresponsabilidad de algunos. 
Sin más que decir se acercó hasta el resto que ayudaba en el trabajo para levantar escombros, suciedad, etc. 
— Cielito, ¿qué pasa contigo y Jayce? ni se han dirigido la palabra. — VI llenaba una carreta de ladrillos mientras que Caitlyn se ocupaba de sacar algunas imágenes de la explosión para llevarlas al expediente. 
— ¿Hum? Oh, nada especial. Nos hemos visto de vez en cuando por las tardes, además que estamos trabajando juntos en un proyecto, entonces nos vemos a cada hora como para estar saludando a cada rato, ¿no crees? En fin, iré a la oficina, ¿quieres que compre algo? Tengo muchas ganas de comer tartaleta de frutos rojos, y tengo deseos de algo salado también, bueno, ¡nos vemos! Procura no hacer mucho esfuerzo por favor, no te lastimes y regresa cuanto antes. — 

Al pasar al menos dos horas, VI junto con Caitlyn se volvieron a reunir en la oficina, las dos tuvieron que tomar un baño antes de volver a salir por declaraciones al hospital donde la mayoría estaba allí. 
Williams se les unió pues debía ver a otra paciente más que tuvo un accidente doméstico en casa, o al menos así lo dijo ella queriendo encubrir la violencia de su pareja. 
Por cada habitación habían personas en camillas, los que podían hablar daban su declaración, el resto dormía por los fármacos. 

— Ah, debo ir al baño, vengo enseguida. — Caitlyn le entregó el portapapeles a Williams para que siguiera con la siguiente habitación. 
— Bueno... — Antes de entrar el médico advirtió que la paciente ya tenía una visita, pero esto no evitaba que ellos entraran, eran la ley. 
VI como siempre imprudente y apurona, abrió la puerta sin preguntar si se podía entrar, Williams la siguió en silencio, no podían meter ruido. 
— Per... — VI iba a pedir permiso con voz baja, pero la imagen fue inquietante y extraña. 
— Jayce, no sabes lo mucho que te he anhelado. — Acariciaba el rostro del héroe que tocaba su frente y brazos. — Solo vine a este lugar por ti, también porque nosotros nos íbamos a casar, no puedo creer que todo haya acabado por una tonta confusión. —
El contrario observaba los ojos verdosos de la muchacha que tenía frente. 
— Tu hermano nunca me aclaró nada, pensé simplemente que te casarías con Sir Wladimir. — 
Tomó las manos inquietas de la chica para besarlas. — Ha pasado mucho tiempo después de eso, Ivette, ¿por qué recordarlo ahora?
— Porque yo nunca te he olvidado, era un tratado de mis padres emparejarme con ese señor, pero yo siempre te pertenecí... — 
VI y Williams estaban congelados, Caitlyn estaba entrando a la habitación, traía un envase de frituras para VI como premio, como venía con la cabeza gacha no se percató de que hubiera alguien más en la habitación de la última mujer que debían tomar declaraciones. 

— Oye VI...— Murmuró con un ligero puchero en los labios, estaba haciendo más fuerza de la que podía en abrir ese estúpido paquete. No recibió respuesta, levantó la cabeza viendo a las dos personas en la habitación. 

— Ivette, tú sabes que siempre estuve enamorado de ti... — Besó su frente. — Además, siempre permaneceré a tu lado, sea en la circunstancia que sea. 
— Sufrí mucho con la pérdida de nuestro bebé, Jayce...pero entiende, yo no quiero tu fortuna, yo quiero tu amor. — Se acercó a los labios del contrario para besarlos. El héroe no supo si contestar primero, pero por ser ese momento lo hizo. 
VI estaba apretando sus puños contra el portapapeles, Williams miró atrás en caso de que viniera la oficial, pero ya era muy tarde, Caitlyn estaba respirando entrecortado. 
— ¿Interrumpimos? — Alzó la voz VI que entró casi a zancadas al interior de la habitación. 
Jayce al escuchar la voz de la pelirosa, se separó bruscamente de Ivette. 
— VI, Williams... yo. — Caitlyn caminó al interior de la habitación tomando el portapapeles como si nada hubiera pasado. 
— Jayce, ¿te puedes retirar? esto es asunto policial. ¿Eres policía? — Williams movió la cabeza echándolo del lugar. 
— Oye pero no estaba haciendo nada. 
— ¿Por qué lo tratan así? Él tiene derecho de estar aquí. — Dijo Ivette.
— Y usted tiene el deber de estar a solas con gente de la policía, hay derechos y deberes.  ¿Quiere oírlos? — Contestó VI. 
— Jayce, retírate. — Pidió Caitlyn en un tono amable, él solo hizo caso. Cuando por fin la puerta se cerró, la oficial comenzó con las preguntas. 
No fue muy extenso, solo lo que había vivido, también cuándo llegó, cuales eran sus condiciones en llegar y su carnet de residencia. 
— ¿Puedo preguntar algo? — Ivette miró de pies a cabeza a Caitlyn. 
— Adelante. — Dijo mientras anotaba los datos de la mujer. 
— ¿Por qué tiene que estar Jayce afuera? Él es lo más cercano que tengo y al hombre que más amo. — Al escuchar las últimas palabras, Caitlyn sintió unas nauseas horrendas. Williams se adelantó. 
— Como en todo lugar tenemos reglas que cumplir, él es un héroe independiente, por lo tanto no es uno de nuestras filas por mucho afecto tenga por el pueblo, y además no estamos acá para escuchar su vida afectiva, señorita Ivette. Nos agrada que esté en Piltover, pero las cosas en esta nación se rigen por reglas y orden. — Respondió cordial, o al menos eso intentó. 
— Muy bien señorita Ivette. — Entregó su cédula de identidad. — Espero se recupere pronto. Gracias por darnos su testimonio. Debe saber además que su contrato cubre los gastos médicos en caso de accidentes, así que no se preocupe por nada. Hasta luego. — 
Ivette sabía quién era Caitlyn por supuesto, solo actuaba de manera dulce porque no quería ganarse una mala fama. 

Cuando salieron, tanto Williams como VI querían abordar en preguntas a Caitlyn si acaso se sentía bien o algo parecido, pero solo les entregó una bolsa de frituras. 
Jayce se apuró en tomar el brazo de Caitlyn, pero antes de que sus dedos tocaran la tersa piel de la oficial, un puñetazo lo hizo volar chocando contra la pared. VI había interferido en ese acercamiento. 
— No la toques, no vuelvas a tocarla en tu vida. — Rugió una enfurecida pelirosa. 
Los doctores y enfermeras quedaron anonadados con el tremendo golpe y además por cómo había chocado contra la pared. 
— Por favor, señorita VI, aquí no puede hacer eso. — Pidió un doctor que bien que conocía a las víctimas de la oficial pelirosa. 
— Ponte a rezar Jayce, porque a la otra te saco la quijada de...
— VI. — Caitlyn ni siquiera se preocupó, fue hasta el ascensor. — Vamos, hay mucho que hacer todavía. 
— Ya voy... — Williams la agarró del otro brazo para llevarla, estaba muy molesta. 

Jayce se levantó del piso acariciando su cara, quedaría hinchado. 

Nuevamente esa inexpresiva mujer volvía, ni una sola emoción, solo seriedad en el rostro. 
El regreso a la oficina fue realmente incómodo para los tres, Williams se fue a su puesto, VI estaba en su cubículo y Caitlyn se encerró en su oficina, incluso advirtió que nadie debía molestarla. 
Su teléfono comenzó a sonar sin parar, una llamada y entrando otra. 
Realmente ella no se había fijado cuántas horas habían pasado desde que se sentó en el escritorio a subir las imagenes y redactar todo lo que se vivió, también en recibir correos y enviarlos para mandar a imprimir. 
Sin fijarse ni mirar nombres solo contestó. 

 — ¿Sí? — Encogió el hombro derecho hasta su oreja para sostener el celular y así ella continuar con su escritura. 
— Caitlyn, soy yo, Jayce. — La mujer rodó los ojos al enterarse de quién se trataba. 
— Estoy ocupada, habla rápido. — Jayce estaba inquieto caminando de un lado a otro, no sabía qué clase de explicación dar. 
— Caitlyn, yo quería decirte lo que viste hoy. ¿Recuerdas alguna vez que te conté sobre...
— Jayce, estoy trabajando e imagino que tú también estás en tu laboratorio haciendo lo mismo. No estoy para conversar amores del pasado en este instante, si realmente quieres hablar, nos juntaremos en un lado después de terminar todo lo que debo hacer, luego de eso si quieres puedes poner hasta transparencias y hacer una disertación explicando todo lo que gustes, pero ahora no. 
— Caitlyn, pero a qué hora sales... 
— No lo sé, así que tendrás que esperar que por ti no voy a correr. — Cortó la llamada sin un adiós, sin nada. 
— ¡Hey! — Miró su teléfono viendo que la oficial le había cortado. — Demonios, ¡demonios! 
— ¿Qué pasa, joven Jayce? — Dershi entró preocupada por la cara que se traía el muchacho, además del parche que pusieron en su mejilla. — ¿Pasó algo grave?
— Dershi, ¿recuerdas a Ivette? — 
La criada no tuvo que escuchar más, sabía perfectamente quién era ella. Una mujer llena de prejuicios, intentaba siempre ser la rebelde, pero no podía porque sus gustos y vanidad la cubrían hasta la coronilla. 
— ¿Qué pasa con..— Iba a decir una mala palabra de ella, pero se redimió. — Con esa muchachita? 
— No se casó con Sir Wladimir, su hermano me ha contado algo diferente y ella me da su versión, no sé qué creer realmente. Pero verla nuevamente me ha dado esa sensación de seguir cuidandola toda la vida como se lo había prometido antes, incluso... le dije que yo siempre le iba a pertenecer. —
Dershi no hizo más que cubrirse la boca, esa mujer era demasiado arrogante. 
— Joven Jayce yo...
— Sé que ella no es de tu agrado, pero en algunas ocasiones ella ha necesitado mi ayuda, sobre todo porque perdió a su bebé. 
— ¿Y quién dice que ese hijo era suyo? Joven Jayce, esa muchacha era... perdón por lo que voy a decir, pero era una fulana que no solo quería la fortuna de Sir Wladimir, sino que también quería poseer la tuya y quizás de cuántos más. Ella no carece de hermosura, puede tenerlos a todos en sus manos, pero no se equivoque, joven Jayce. ¿Qué hay de la señorita Caitlyn? 
— Esa es la peor parte, Caitlyn me ha visto besándome con ella y declarando todas esas cosas. —
Dershi estaba de infarto con todo lo que estaba escuchando, no lo podía creer realmente. 
— Joven Jayce, ¿pero qué pasaba por su cabeza en ese momento?
— Con Caitlyn nunca concreté una relación más que besos y más afecto sexual, no pude pedirle noviazgo porque no lo creí necesario, si, la aprecio bastante, pero mi responsabilidad está con Ivette, después de todo, la hice sufrir mucho. — 

Ivette era una muchacha rebelde de padres adinerados, tenían buen vivir, pero ella insistía en tener más y más, también quería ganarse las cosas por merito propio, pero el problema era la forma en cómo lo hacía. Tenía una rostro y cuerpo privilegiado, cabellera larga y de color rubio ceniza, unos ojazos verdes que hipnotizan a cualquiera. Todo se veía opacado cuando abría la boca para mandar a todos, era caprichosa. 
El día que sus padres dejaron su herencia de manera sospechosa para ella, Jayce conoció a Ivette. Era nombrada por todos los galanes de la región, ella era una extranjera con buenos modales, ella al saber sobre la posición social de Jayce, lo sedujo hasta que tuvieron relaciones más amorosas, íntimas. En esos tiempos además Sir Wladimir pedía que los acuerdos se hicieran efectivos, tenía que casarse con Ivette porque así lo habían propuesto sus padres, que al igual que ella, sentían la sed de la avaricia. 
Ella no se casó con él pues avivó la lástima de Jayce para comprometerse, así el matrimonio de esos dos quedaría nulo. Jayce por ser un hombre de honor debía aceptar, no deseaba verla triste. Pero Wladimir y sus hombres se llevaron a Ivette amenazada para su matrimonio, pero con las advertencias del mayor a la rubia, hicieron que ella mintiera y dijera que estaba profundamente enamorada de Wladimir. Así Jayce se fue por segunda vez deshecho. 
A semanas de los preparativos nupciales, el sir de las tierras había muerto en situaciones desconocidas, pero luego de unas investigaciones arrojaron que había bebido un té con hierbas venenosas. Wladimir había dejado su herencia a Ivette, pero esta seria efectiva solo si se casaban, por lo tanto no recibió absolutamente nada quedando con las manos vacías. 

Caitlyn había enviado un mensaje de texto a Jayce indicando la dirección y hora que debían reunirse. El héroe fue hasta el lugar donde se reunirían, no la haría esperar luego de tantos problemas. 
La oficial estaba sentada sobre los columpios, adoraba hacer eso, la relajaba bastante. 
De vez en cuando tenía imágenes en su cabeza, las mentiras que Jayce había dicho aparecían en su cabeza para atormentarla. 

— Caitlyn...— Jayce había llegado prácticamente corriendo. 
Ella no contestó, solo cerró los ojos para poder escuchar toda la justificación del contrario.
— No me hablarás, entiendo tu enojo, pero debes saber que yo si estoy enamorado de ti, es solo que ella fue una mujer muy especial que siempre va a necesitar de mi ayuda, me necesita, y yo la amé mucho, de hecho no estoy seguro de si ahora ...
— ¿Viniste a justificarte o a contarme tu historia de amor? — Se puso de pie. — Jamás me ha temblado la voz o la mano para golpear o disparar a alguien, mucho menos voy a llorar por ti y por tus inseguridades y amores, ¿qué crees que soy? ¿crees que soy como las mujeres que te poseen y vuelven a calentar tu lecho? Olvídalo, Jayce. Por favor, nosotros somos y seguiremos siendo COMPAÑEROS de trabajo y nada más. Solo utilizas a las mujeres a tu gusto. Ni siquiera debes saber cómo me estoy sintiendo en estos momentos...
— Caitlyn, yo sé que...
— Mira, iban a tener un hijo, ibas a tener una familia, ¿quién soy yo para arruinar tu felicidad? si estás enamorada de ella, sigue, yo no te pondré límites, es tu vida. 
— Pero Caitlyn, yo...
— Si eso es todo lo que tenías que decir e insinuar que lo nuestro jamás fue verdadero más que solo una jugarreta, lo entiendo. Hasta luego, Jayce. 
— Caitlyn, si fue especial, lo seguirá siendo, yo soy tuyo. 
— Sí, y de ella también. Qué solidario eres con las mujeres. Noticia de último minuto, yo no te pertenezco. — Se abrió paso por el camino, estaba avanzando demasiado rápido. 
Jayce sin oportunidad de hablar alzó la voz con ofuscación. 
— ¡DIJE QUE JAMÁS ESTARÍA CON UNA MUJER TAN FEA COMO TÚ! — 
Caitlyn se paró a mitad de camino al escuchar esto, Jayce se sintió mal al decir eso. No era justo, no era correcto, menos cuando la ciudad sabía que Caitlyn era considerada una de las mujeres más sensuales y hermosas. 
En ese momento la oficial iba a decir algo, pero finalmente siguió caminando, no tenía nada más que decir. 
Pasos más adelante esperaba Dershi a Jayce, más solo se topó con Caitlyn. 

— Señorita Caitlyn...— Trató de frenar con las manos. — Por favor, no se enfade conmigo, yo no tenía idea, por favor. — La criada de Jayce tenía mucho cariño por ella, incluso más en el último momento cuando la trataba tan bien y con amor, incluso brindando abrazos. 
— Dershi...— Tomó sus manos para caminar a un costado, seguirán por otro camino. — No estoy enfadada contigo ni mucho menos, es solo que estoy decepcionada. 
— Señorita, solo le pido que tenga cuidado con esa Ivette, no me parece una mujer de fiar, ha estado envuelta en situaciones extrañas y por alguna razón siempre sale ilesa de las acusaciones, es como una bruja. 
— Se veía muy señorita cuando le tomé las declaraciones. 
— Pues claro, siempre se muestra como una doncella dulce llena de rebeldías por surgir por ella misma, pero por dentro es una víbora. 
— Ay Dershi, tendré cuidado con eso, pero por ahora no porque Jayce ya dejó de ser relevante para mí. 
— Ese joven Jayce es un tonto, lo he cuidado desde niño y sigue siendo igual, un tonto. — Dershi estaba tan enojada. 
— Son sus decisiones, ya no es un niño pequeño. Ay Dershi, si pudieras renunciar, yo te contrato para que trabajes en mi casa. 
— Yo encantada lo haría señorita Caitlyn, a veces ese muchacho me tiene hasta la coronilla con sus problemas, pero también tengo lealtad a su familia, por eso no lo hago. —
Mientras Dershi hablaba, la oficial se sintió fuera de si, era como si estuviera a punto de caer al suelo. Tal vez era hambre, tal vez era sueño, solo había una cosa, el sangramiento de nariz era frecuente en las noches o en situaciones tensas. — ¿Está bien, señorita Caitlyn? Su nariz está... — 
Caitlyn consciente de la sangre, sacó un pañuelo para limpiarse la nariz. 
— Oh, últimamente me está pasando mucho, sobre todo en las noches, siempre que me siento mareada me pasa esto, pero pienso que es por exceso de trabajo nada más. — 
Dershi la tomó de la mano. 
— Tiene que venir al médico conmigo... — No solo estaba sangrando, sino que su piel se estaba poniendo muy pálida, incluso notaba que se estaba tambaleando. 
— No, no es necesario...Bien Dershi, tengo que marcharme a casa. 
— ¿Caitlyn? — Se topó con Williams y VI en una ronda nocturna, justo en el momento que la sheriff volteó para saludar otra vez, su cuerpo perdió equilibrio. 
VI fue rápida y agarró a la mujer entre sus brazos para que no se golpeara. 
— ¿Cait? ¿cielo? ¿pastelito? ¿gruñona? 

No había respuesta, ni una sola. VI, Williams y Dershi partieron al hospital donde internaron a Caitlyn, también tomaron exámenes de sangre e inyectaron suero a la vena. 
La oficial cuando despertó sintió que todo se movía. 
— ¿Qué ha pasado? — Se tocó la frente tratando de levantarse de la cama. 
— Oh no, no señorita Caitlyn, no se levante por favor. — Pidió una enfermera que ponía otro suero con fármaco a la oficial. 
Todos estaban fuera de la habitación esperando. 
Inesperadamente se toparon con Jayce que iba a ver a Ivette al mismo recinto, todos trataron de ignorarlo, incluso Dershi, pero él intentó averiguar qué pasaba. 
Nadie le dio respuesta, solo que era una persona que se habían topado. 
Cuando el doctor estuvo a punto de entrar a la habitación, pidió a Dershi y a VI que entraran a la habitación, la oficial iba a necesitar más apoyo. 
— La señorita Caitlyn está estable. — Dijo el doctor antes de pedir que entraran. — Sus exámenes de sangre solo arrojaron un diagnóstico, así que si fueran tan amables. — VI y Dershi solo se miraron. Jayce también quiso entrar, pero Williams lo agarró con fuerza del brazo. 
Will tenía unos dos a tres años más que Jayce, se mantenía Joven, fuerte, atractivo y desafiante. 
— No entres, ya hiciste mucho daño como para que ella quiera verte otra vez. — 
Pidió Will. Jayce entendía. Tenía razón, no tenía nada que ver ahí. 

Las mujeres al estar en la habitación vieron una pantalla gigante, gel y una máquina de ecografías. 

— Señorita Caitlyn, hemos visto que su examen de sangre nos arrojó un resultado, ahora haremos una ecografía abdominal para ver si no es un error. — 

Caitlyn, VI y Dershi pensaron lo peor, tal vez un tumor, tal vez algo más grave. 
La doctora ayudante descubrió el vientre de la muchacha, aplicó el gel y comenzó con la máquina a revisar. 

— Relájese...— Pidió la doctora, Caitlyn miraba solo la pantalla. 
— ¿Eso es una piedra? — VI apuntó la pantalla.
Dershi se cubrió la boca, eso no era un tumor, tampoco una piedra. 
— Señorita Caitlyn usted... — No pudo terminar la frase cuando el doctor se adelantó. 
— Oficial Caitlyn, no solo usted será la mejor francotiradora...
— ¿Ah? ¿qué? ¿por qué? Momento...— Tomó los papeles de la mesa donde salía los resultados de exámenes de sangre. — No... 
— ¿Ah? — VI ya estaba de los nervios. 
— Así es, usted está embarazada. — La doctora comenzó a tomar las medidas del pequeño que estaba ya alojado en su vientre. 
— ¡¿QUÉ?! — Ahora la pelirosa estaba de infarto, no lo podía creer. Caitlyn, embarazada. 
— Pero cómo pudo pasar yo...yo... debe haber un error, yo no... — Pensó mejor antes de decir que no mantuvo relaciones íntimas, las había tenido solo con uno. 

Los doctores se habían retirado de la habitación, Williams por fin pudo entrar luego de casi media hora afuera. 
Caitlyn estaba en estado de shock, ya no daba más, por eso su apetito se abrió. 

— ¿Cómo te sientes, Caitlyn? — Se acercó para dejarle una caja de pastelillos de sabor lavada y sabores exóticos, a ella le gustaban mucho. Williams la conocía muy bien. 
La oficial no contestó, así que VI lo sacó de la habitación. 
— Will, Caitlyn está bien, pero dudo mucho que hable, hay una noticia muy fuerte, mucho muy fuerte. 
— ¿Qué tiene? ¿hay algo malo? — Williams se acercó para escuchar. 
— Caitlyn está esperando un mini francotirador. — Dijo así nada más. 
— Aguanta ahí. — Analizó un poco hasta acertar lo más cercano. — Dios mío... 

Al interior de la habitación la oficial intentó explicar lo que sentía a Dershi, pero lo único que salió de sus labios fue un lamento. 

— Que no se entere, que no se entere nunca, no debe saberlo. 
— Pero tarde o temprano se dará cuenta, señorita Caitlyn. 
— ¿Y qué quieres que haga? ¿Que vaya donde él y le diga: ¡Hey tú, hazte cargo de esto!? No puedo, sería peor que manipularlo, además dejó en claro que solo estaba jugando conmigo, me lo gritó en la calle. 
Dershi no sabía qué hacer, podría mantener el secreto, pero se sentiría bajo presión en casa de Jayce con esa mentira. No era una persona desleal, pero también temía por la salud de Caitlyn pues era una joven muy esforzada en su trabajo, requería de acción, y eso terminaría en una lamentable pérdida. 
— Renunciaré. — Contestó. — No seguiré trabajando para un hombre como él que trata como basura a las mujeres, yo también soy una. Y aceptaré ir a su casa, con o sin paga, yo trabajaré para usted. —
La oficial se movió de la cama con cuidado, Dershi se apresuró para ayudarla a moverse y que no hiciera fuerza. 
— Eso te traerá problemas, pero a mi no me molesta que estés en mi casa, además es de mucha ayuda tu compañía, también podré pagarte, por eso no te preocupes, por favor. — 
Dershi la abrazó con ternura, en su vientre traía a un pequeño bebé. 
— Le diré lavanda, será nuestro código hasta entonces, ¿sí? 
— Pues, todos pensarán que será un gato o algo así, pero me parece. Puedes decirle lavanda, además es un color muy hermoso, un sabor delicioso y siempre trae paz. 



Continue Reading

You'll Also Like

22.9K 3.2K 31
One shots o Drabbles sasuhina en base de la palabra de cada día por el mes de octubre. Fan art de portada @bea.la.red
2.5K 238 8
❝ ¿Quién fue el primero que lo estigmatizó? ❞ En donde echamos un vistazo a las consecuencias de las visiones de Bruno Madrigal, desde una perspectiv...
997 94 6
Despues de la muerte de su novia, Natsu Dragneel, estudiante de la academia Fairy, a cambiado por completo su personalidad. Siempre solo y sin nadie...
7K 211 10
Que personaje de DC eres de acuerdo a tu mes de nacimiento