Jamais Vu. | TaeKook ‹ Onesho...

By moonsunflowerwind

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"Luces enojado, parece que te he perdido de nuevo". taegguk, one shot + final aparte. More

final.
final alternativo.

1.

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By moonsunflowerwind


Ω

¿Alguna vez has despertado sin saber dónde estás?

¿Algunas vez has sentido una presión en el pecho que te indica algo terrible?

¿Algunas vez has abierto tus ojos y lo primero en lo que piensas es que todo está mal en tu vida?

Kim TaeHyung experimentaba eso justo ahora.

¿Cuál de todas las cosas que acaban de ser dichas? Todas.

TaeHyung abrió sus ojos exactamente a las 9:40 de la mañana, exactamente en el momento en que el cielo comenzaba a brillar de forma más clara y el cielo cambiaba su color a un azul casi blanco. Exactamente en el momento en que un conductor tuvo la gracia de tocar el claxon de su auto en plena calle. Exactamente en el momento en que el frío de la madrugada cambiaba a un calor irritante y "pegajoso" para aquellos que vivían en la ciudad. Abrió sus ojos justo en el momento en que millones de personas en la tierra lo hicieron, pero solo él despertó de una forma un tanto peculiar.

TaeHyung abrió sus ojos casi en el comienzo de muchas cosas escenciales, pero no fue segundos después que se dió cuenta de algo.

Ese techo que veía ahora no era de su color preferido.

Las paredes que se observaban por el rabillo de sus ojos estaban agrietadas.

Su cabeza dolía.

TaeHyung se levantó de golpe de la cama en la que estaba acostado, y rápidamente sintió como un mareo acompañado de una sensación fatigosa lo inundaba, haciendo que sus manos se posicionaran casi de inmediato en el duro colchón. TaeHyung miró sus piernas extendidas por completo en la cama, sus zapatos estaban puestos, sus jeans estaban desteñidos y rotos en algunos sitios, por no mencionar que las roturas eran gigantes y mostraban casi todas sus piernas.

¿Qué clase de persona podía vestirse así en verano?

Obvio que el.

TaeHyung posicionó su mano en su cabeza, acariciando su corto cabello y sintiendo a la vez un pequeño dolor en su sien. Su cabeza definitivamente dolía, toda ella, no solo su sien. Su espalda se quejaba por falta de descanso, sentía sus brazos cansados, exigiéndole que por favor solo se recostara. Pero el estaba prestándole atención al hecho de que hacía un calor horroroso en esa habitación en la que se encontraba justo ahora.

La habitación. Pensó TaeHyung, ¿qué hacía el allí? ¿acaso era suya? ¿cómo había llegado allí, si no recordaba nada del día anterior?

TaeHyung frunció sus finos y sonrosados labios a la par que intentaba mover sus pies, intentando también no mover sus largos brazos o cabeza más de lo usual, no se sentía bien. TaeHyung suspiró con incomodidad mientras chequeaba su camiseta, para darse cuenta no solo de que la camiseta con un estampado de Coca Cola que llevaba puesta ahora estaba sucia y demasiado arrugada, sino que también conservaba una chaqueta negra encima de ella. La respuesta de porque tenía tanto calor y se sentía tan asfixiado se mostraba ahora frente a sus rasgados ojos.

TaeHyung movió sus brazos para quitar esa chaqueta de encima suya, y no dudo en agradecerlo al momento en que sintió como el sudor de su cuerpo se convertía en una sensación fría debido a la pequeña brisa que ahora circulaba desde su ventana. El castaño, tiró la chaqueta a la otra esquina de la habitación con una sola mano, mientras la otra la utilizaba para sacudir su camiseta, o lo que él consideraba como suya, claro está.

Sintió un poco más de comodidad al momento en que la chaqueta cayó al suelo, llevando consigo algo que cayó con ella, o eso fue lo que creyó TaeHyung. Antes de que su vista se dirigiera a otra cosa mucho más grande en la fatigosa habitación.

¿Un escritorio?

El chico de manos largas verificó una última vez su camiseta, la que ahora estaba un poco más lisa debido a que el se había sentido estresado gracias a las múltiples líneas que la camiseta había tenido hace poco. Cuando pudo verificar que ahora se veía un poco más limpia, procedió a levantarse del colchón en el que ya llevaba unos cuantos minutos sentado y recostado. Movió su cabeza suavemente de lado a lado al percibir un pequeño destello bastante brillante que provenía por debajo de la oscura chaqueta, una de las cosas por la cual llamaba tanto al atención a simple vista, era por el contraste que el oscuro de la chaqueta y el brillante de lo que hubiera debajo de ella hacían, TaeHyung sintió una gran curiosidad que solo lo llevo a ponerse en cuclillas para verificar que era lo que haría ahora. Si tomar el objeto, solo dejarlo allí, averiguar porque su cabeza estallaría en cualquier momento debido al dolor, o que.

Pero antes de que siquiera pudiera mover su mano solo un poco, tocaron a su puerta.

TaeHyung dió un respingo como si la persona que estaba tocando afuera hubiera aparecido a su lado, atrapándolo en lo que él consideraba algo privado o, simplemente algo íntimo. Pero no por eso se quedó asustado sin preguntarse quién tocaba.

Por esa misma razón, mientras hacía lo posible para que sus piernas no se durmieran, también hizo una gran nota mental con su voz interna, verificaría aquel objeto más tarde. El suponía que debía ser algo como un trofeo, debido a su reluciente brillo dorado, porque si, logro ver su color mientras se alejaba.

—¡Kim TaeHyung!

El momento al que el chico escuchó su nombre ser llamado desde algún rincón de la habitación, también sintió como si los angeles lo llamarán para tomar su alma, se la llevaran al cielo, y la devolvieran a su cuerpo por pena al ver el pálido rostro del chico. ¡Joder!

Cuando reaccionó a que alguien había dicho su nombre a todo pulmón desde algún lado, volteó desesperado a cada rincón de la habitación, ¿alguien había gritado su nombre? ¿Su maldito nombre?

—¡Sé que estás allí, pedazo de estúpido!

Cuando TaeHyung logro entender que su nombre estaba siendo llamado desde detrás de su puerta, se sintió la persona más estúpida del mundo, tal y como la persona detrás de la puerta había dicho. Espera, ¿acaso esa persona lo había llamado estúpido?

¿Quién podría estar llamando? Esa voz de alli, se escuchaba algo fina y suave, a pesar de que estuviera gritando y diciendo cosas algo fuertes para TaeHyung. El castaño no quería acercarse a la puerta, pero al final optó porque esa era la única opción, no podía esconderse o simplemente dejarlo pasar, algo le decía que la persona que llamaba realmente sabía que el estaba allí, y eso era algo que lo estaba inquietando más de lo establecido. Por ende, comenzó a golpear su cabeza con su puño cerrado en forma de estrés, su ceño estaba fruncido, realmente se sentía angustiado por toda la situación. ¿Qué debía hacer?

¿Abrir la puerta y ver quién era esa persona, o simplemente quedarse quieto para que la persona se marchara y el pudiera estar tranquilo averiguando qué era lo que pasaba?

El castaño suspiró sin fuerzas, debía abrir la puerta. ¿O qué pasaría si el solo no lo hacía, si no dejaba a aquella persona pasar? Si, esa era una maravillosa idea.

—¡Ábreme ahora, Kim TaeHyung. O te juro que mañana no respiras más!

Vale, definitivamente ya no era una buena idea.

TaeHyung tembló ligeramente. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer?

Antes de darse cuenta, su mano estaba puesta en el pomo dorado y frío de la puerta. Ahí iba.

—¡Tú, maldito idiota!—la persona detrás de la puerta no dudo en empujar la puerta con su pierna al momento en que vio como una pequeña abertura era mostrada. —¡Juro que voy a matarte!

—¡Eh, eh!— TaeHyung exclamó mientras intentaba cubrir su cuerpo, pues el extraño ahora estaba frente a él o más bien, abalanzándose hacía su persona. Con ninguna intención buena— ¡Por favor! ¡Tranquilo!

El joven menudito de cabello rosado frente a él tenía los ojos de un color mucho más fuerte que el color de su cabello, mostrando una irá y fuerza tan intensamente que Taehyung sintió su respiración cortarse por un segundo.

—¿Tranquilo? ¡¿Es que acaso tienes idea de lo que te espera?!

—¡No lo hagas, por favor!— TaeHyung imploro al sentir como las finas manos del joven se enrollaban en el cuello de su camiseta. ¡Genial! Su trabajo al alisar su vestimenta ahora había sido tirado por la borda.— ¡Hablemos! Hey.

El jovencito de cabellos lisos y de un color tan claro como un caramelo, apretó aún más el agarre en el cuello del moreno. No iba a tener piedad sobre el. No ahora.

—Por favor, tan solo dime quién eres. ¡Y prometo ayudarte!— TaeHyung casi se siente fallecer al momento en que el chico gruñó tan bajo como un depredador enojado.

—¡Deja de actuar como un maldito idiota, TaeHyung!

TaeHyung sólo pudo gemir al sentir como la punta de algo sobresaliente en la pared tras el se clavaba en su espalda baja, causando que una corriente de dolor lo recorriera. Vaya que ese chiquillo tenía fuerza, y era incontrolable. Pero era verdad, el no sabía quién era.

—¡Te lo ruego! En serio, no tengo idea de quién eres.—TaeHyung intento convencer al chico, tomando de las muñecas al mismo. Estaba sintiendo una presión y un dolor en su cuello algo fuerte, y ese estúpido extraño no se veía con intenciones de parar.

—¡Soy tu maldito mejor amigo, Kim TaeHyung! ¿Eres idiota?—El chico de cabellos rosados por fin apartó sus manos del largo cuello del más alto, pero no sin antes darle un empujón en su pecho, tan fuerte que la cabeza de TaeHyung chocó con el fuerte concreto. No sabía si ahora sentía tan pesada su cabeza y cuerpo, por el dolor que ese chico le había causado en tan solo un minuto, o por lo que acaba de decirle.

—¿Mi amigo? ¿Mejor amigo?— TaeHyung llevó su fina mano a su nuca, frunciendo su ceño debido a la molestia que ahora su delgado cuerpo sentía— Realmente no se que-¡No, no, no hagas nada!— TaeHyung cubrió su cuerpo con sus dos largos brazos al ver como el chico levantaba su puño derecho, y una furia gigante en sus grandes ojos.

—¿Qué mierda es lo que sucede contigo?—el chico de cabellos rosados bajo su puño solo para pasarse la misma mano por su corta cabellera, se veía frustrado, enojado y todo por el. Pero TaeHyung, el no entendía.

—En serio, no sé quién eres.—suplicó.

El chico volteo a verlo con algo más que un simple destello de enojo, incluso TaeHyung podía decir que había una vena saliendo de su cuello y de su frente. El castaño no quería alterar más al chico frente a él, no quería terminar muerto.

—Sientate. Ahora.— El chico hablo entre dientes, señalando con su dedo índice la tullida cama en la que TaeHyung había estado hace casi treinta minutos.

La mirada del castaño se dirigió al pequeño dedo del menudito chico. Vaya, si que tenía una mano pequeña. ¿Con esas manitos había logrado acabar con su aire en tan solo segundos?

—¡Ahora, TaeHyung!

—¡Vale!— contestó el chico sobresaltado.

—Entonces me dices... ¿Qué tan solo abriste los ojos y no sabías donde estabas?—TaeHyung trago en seco mientras bajaba la mirada sin atreverse a mirar al enojado chico frente a él.—Es que debe ser una completa mentira, debe serlo.

—N-no...—murmuró el castaño, su voz salió más débil de lo pensado.

—¡En cuanto me digas que todo esto es una maldita broma, voy a acabar contigo!—el chico de cabello rosado se levantó de la agrietada silla, sin importarle si está se quebraba más. TaeHyung retrocedió un poco, incluso si estaba sentado en la cama, con miedo a que el pequeño atentara contra el de nuevo. Pero no pudo observar como el mismo, bajaba la mano que había levantado para golpearlo, y su expresión pasaba a una asustadiza al comprender que TaeHyung decía la verdad.—Mierda, TaeHyung...

—Lo lamento—susurró el chico.

El otro paso su mano por su cabello, susurraba cosas inetendibles para el castaño. Pero TaeHyung pudo entender alguna que otra cosa.

—No puedo creer que hayas llegado a este punto...—entre otras. TaeHyung frunció el ceño, ¿este punto?—Escúchame—el chico dejo de darle la espalda a TaeHyung y volteo rápidamente mientras arrastraba la silla hacia él de nuevo, sacó su celular del bolsillo de su pantalón y TaeHyung se extrañó, ¿qué haría? ¿qué buscaba con tanta lentitud?

—Este eres tú—TaeHyung sacudió su cabeza cuándo luego de estar alargando su cuello cerca del chico para observar la pantalla del celular del mismo, este lo sorprendiera poniendo el pequeño artefacto a un milímetro de su rostro.—Y el de al lado, soy yo. Tan solo mira— TaeHyung le hizo caso y con prisa arrancó el celular de la manita del chico.

Maldita sea.

TaeHyung abrió en grande sus ojos al ver como el estaba allí, sosteniendo un pedazo de pizza que se veía un tanto asquerosa, casi entrando a su boca, su cabello castaño estaba recortado más de lo normal, de el resplandecían dos mechones verdes, y al lado suya estaba ese chico, no obstante tenía el cabello de color negro, azabache. Estaba sonriendo, y sus ojos estaban achicados de tal forma que eran solo dos líneas. TaeHyung sintió su estómago temblar al ver que debajo de la publicación habían dos nombres, más algunas figuras que reconoció como emojis. Vaya.

"¡Kim TaeHyung y Park JiMin!"

JiMin.

Park JiMin.

Su mejor amigo.

—¡Jiminie!—TaeHyung salto encima del recién nombrado, subiendo en su regazo de tan solo un pequeño salto, y los tumbó a los dos en el mullido suelo, viejo y sucio.—¡JiMin! ¡JiMin!

—¡Si, soy Park JiMin! ¡Tú mejor amigo!—contestó JiMin mientras golpeaba los costados del menor con debilidad—¡Ahora quítate de encima!—Grito tan fuerte que TaeHyung se levantó de un salto.

JiMin miro con una ceja levantada a TaeHyung, indicadole que si se acercaba de nuevo a el, no terminaría bien. Con cuidado, recogió la silla del piso, y señaló la cama de TaeHyung. Este entendió inmediatamente.

—Si, soy Park JiMin—comenzó JiMin, mientras adoptaba una postura seria e intimidante, que corrió efecto en TaeHyung—Soy tu mejor amigo, TaeHyung. Nos conocemos desde los 10 años exactamente. También pasamos juntos por primaria y secundaria, nos graduamos juntos e incluso pensamos en compartir apartamento. Cosa de la cual me alegro no hicieramos— Jimin resaltó lo último con mucha fuerza en su voz, alterandose de nuevo. TaeHyung bajo la cabeza avergonzado, ni siquiera sabía porque, pero lo estaba—Hoy te despertaste aquí por algo malo, TaeHyung, hoy no recuerdas nada por también algo malo. Todo está mal, TaeHyung— murmuró con una fuerte voz JiMin, dándose cuenta de que TaeHyung estaba comenzando a sentirse algo desanimado. Suspiró, aún no le decía nada.

—Entiendo. Solo quiero saber porque mi cabeza dolía tanto antes, porque estas aqui. ¿Qué fue lo que hice?—pregunto TaeHyung, moviendo sus manos para aumentar la intensidad de su argumento. JiMin no dudo en dejar que el estrés y enojo lo llenara de nuevo para responder.

—Eres un idiota. Realmente lo eres—TaeHyung bajo su cabeza perdiendo la esperanza que había recolectado cuando pensó que JiMin lo ayudaría.—Estoy a punto de ayudarte. Pero necesito que sepas algo, TaeHyung.

—C-claro, claro Jiminie...— respondió TaeHyung sorprendido.

—No recuerdas nada, debo explicarte porque, y a pesar de las estupideces que has dicho y hecho, que me han traído aquí hoy, debo ayudarte a entender. Pero nada de lo que te diré, es bueno—dijo JiMin con sus ojos grandes fijos en su menor. TaeHyung asintió, temblando— TaeHyung, escucha.

El nombrado asintió mientras subía sus largas piernas al colchón y prestaba completa atención a JiMin, tal vez, solo tal vez, si JiMin le decía algo del día anterior el podría recordar. Solo quería prestar atención, darse una ducha luego de que haya entendido que era un idiota, y comer algo. Si, era un buen plan.

—No necesito ni quiero que mientras hable me interrumpas, solo para hacer una pregunta. Solo cuando termine preguntarás lo que quieras—TaeHyung asintió casi de inmediato, sabiendo que JiMin se sentiría satisfecho con ello—Por favor, mantente tranquilo.

Aquí vamos.

—TaeHyung, hace más de dos meses comenzaste a comportarte de una forma incorrecta, de una forma absolutamente tonta e incluso inmadura para alguien como tú.—Comenzó JiMin—Hace tres meses ya, sucedió algo que te cambio la vida, tu forma de ser dió un giro cuando sucedió. Te ailaste de mi, de tu familia, no quisiste ayuda de nadie. Dejaste de comer. Y comenzaste a hacerte daño—JiMin bajo la mirada al brazo de TaeHyung, exactamente al izquierdo, TaeHyung miro este que ya estaba descubierto, y pudo ver como pequeñas marcas rojas y frescas sobresalían de la carne. Mierda—Por favor, mantente tranquilo. No solo comenzaste a hacer "eso", sino que también dejaste de comer alimento alguno, de tomar bebidas tan básicas como un café o agua. Remplazaste lo necesario para tu salud, con el alcohol—esto último, JiMin lo dijo con una voz mucho más baja, sin disfrutar de la expresión dolida y confundida que TaeHyung tenía en su rostro— Bebías, día y noche. Siempre llevabas una botella de whisky en tu mochila. 
No cesabas, y cada vez el alcohol era más importante en tu día a día más que cualquier otra cosa, te metiste en un problema grande, TaeHyung. Y nunca paraste. Nunca TaeHyung. Te lo pedimos, yo te lo pedí, te lo rogue.— TaeHyung subió su mirada lentamente al escuchar como la voz de JiMin se rompía, volviéndose débil— Te estabas destruyendo, el chico de cabello más claro que el sol, con una personalidad deslumbrante y amorosa, que alegraba a cada persona, cambió y ahora solo hacía que esas mismas personas estuvieran tristes. Empezaste a dañar, TaeHyung.—JiMin sintió como una lágrima caliente y herida cruzaba su mejilla y caía a su pantalón. TaeHyung gimió bajito, el dolor, el también lo sentía—Bebías, tanto que aveces no recordabas donde estabas, o confundías a tu almohada con un algodón de azúcar, y yo siempre me quejaba diciendo que dejaras de besarla y babearla—JiMin soltó una pequeña risa amarga, que no alegro al castaño— TaeHyung, antes no lograbas distinguir mi voz, no sabías si era un ladrón o un clon de tu mejor amigo cuando tocaba tu puerta, aveces me pateabas cuando te traía agua y pastillas, pensando que quería envenenarte. Todo se convirtió en una locura—TaeHyung abrió sus ojos, con atención al escuchar que ya había pasado. JiMin respiro profundo, como si lo que iba a decir era algo difícil—¿En serio necesitaste llegar a un punto en el que ni siquiera me pudiste recordar, TaeHyung?

El nombrado sintió como un nudo crecía dentro de el, llevándolo a un pozo lleno de tristeza, y a pesar de que estaba lleno de tristeza y dolor, también estaba vacío. Y así se sentía TaeHyung también.

"Taehyung corría, corría, corría, y sentía el sudor caer por su espalda. Su corazón gritaba en un ruido ensordecedor, le pedía a gritos un remedio. Un remedio para que el pudiera latir de nuevo, le pedía un remedio para que dejara de doler, para que las lágrimas dejaran de arder.

—¡TaeHyung!—el chico escuchó un grito agudo tras el, pero él no se detuvo. No lo hizo.

El juego había terminado.

Había sido un mal jugador.

Había perdido. Había acabado con el juego de una forma terrible, el no lo había querido así. Pero maldita sea. El tan solo era un humano. Un hombre, solitario y adolorido.

Cuando pudo diferenciar su apartamento a lo lejos, apuró su corrida, sin tener en cuenta que estaba lloviendo, que el suelo estaba lleno de charcos y mientras su sudor con el agua se estaba mezclando, el estaba corriendo a toda velocidad, para sentir dolor en algo más que su corazón.

Pudo frenar a tiempo, haciendo que un dolor agudo recorriera su pierna izquierda, y su rodilla. Pero no le importó. Busco sus llaves en el interior de su chaqueta empapada, sintiendo como las lágrimas y sus sollozos se mezclaban con la fuerte lluvia que caía sobre su cabeza. Freno su paso, se frenó a si mismo, frenó el tiempo en su cabeza, pero no pudo frenar el daño que había causado, no pudo frenar lo que había hecho. No pudo frenar que la persona que amaba, amara a alguien más. Otro jugador, que no perdería.

A diferencia de el.

TaeHyung entró a su apartamento con grandes zancadas, tirando sus llaves a cualquier lugar de la espaciosa habitación. Su compañero de piso no estaba, cosa que agradecía.

Con furia y desesperación, se quitó su chaqueta, la cual también llegó a una esquina cualquiera de la habitación. Estaba ahogandose, estaba solo. Estaba herido.

Había sido su culpa. Todo había acabado por si mismo, por pensar en el, por no importarle nada más que su felicidad, por no pensar en más que en su vida. Por no ver qué los demás también sufrían, por no ver qué los demás también tenían necesidades que cumplir, y que esas necesidades, de ser amado, de ser tocado, querido, de no sentirse solos. Esa necesidad puede destrozar a un ser humano, de cualquier forma.

Por esa razón, TaeHyung golpeó la pared.

¡Maldita sea!—grito con dolor y fuerza, estrellando su puño contra la pared de concreto, viendo como en cada golpe, un color rojo iba llenando la pared, el color cian de la misma, ahora era de un color rojo. Sangre llenaba la pared, pero TaeHyung no sentía. El no sentía. Ya no sentía nada.

¿Tae? ¿TaeHyung? ¡TaeHyung!— JiMin entró corriendo a la habitación al ver lo que el menor hacia, TaeHyung grito al sentir como una figura se acercaba a el. Se alejó tan rápido como pudo, y golpeó el escritorio en su habitación. De un solo movimiento con su brazo, arrasó con todo lo que había encima de él, incluyendo dos portaretratos de color dorado.— ¡TaeHyung, por favor para!

¡TaeHyung!— grito otra voz, está mucho más grave que la de JiMin. El chico, quién era su compañero de habitación, tomo a TaeHyung por los hombros e intentó hecharlo hacia atrás al ver como este se aproximaba al gran espejo que conservaba en su habitación. —TaeHyung, por favor...—suplicó.

TaeHyung lucho contra el chico que lo sostenía, lucho contra quién estaba deteniendolo de descargar su dolor. Lucho contra si mismo, lucho, lucho, lucho.

Pero no pudo.

TaeHyung debilitó sus patadas y golpes, y los remplazo por sollozos, sollozos desgarradores que solo quebraban más el corazón de los presentes allí. JiMin se acercó, pero detuvo su mano, la que viajaba hacia el rostro de TaeHyung, cuando escucho lo que estaba diciendo.

He perdido...— lloró TaeHyung, hundiendo sus hombros y negando con la cabeza. Si tan solo hubiera sido menos ciego.—He perdido. Lo he perdido a el, JiMin. Me he perdido a mí mismo.

Eso sólo fue el comienzo de todo."

TaeHyung mantenía su mirada en la chaqueta que una hora antes había tirado, sin observarla realmente. Tan solo aguantando las lágrimas que luchaban con resbalar por sus mejillas, luchaba por tragar el nudo que sentía en su garganta, que no lo dejaba respirar de forma apropiada. Pero con un respiro entrecortado, con sus ojos ardiendole, tomo el valor para preguntarle a JiMin.

—¿Qué fue lo que me sucedió, JiMin?—susurró con dolor.

JiMin levanto la mirada hacia TaeHyung, tan lentamente que el castaño tembló y sintió como su piel se ponía de gallina, un escalofrío recorrió su nuca y su espalda, no estaba listo. No quería recordar, no ahora. JiMin suspiró, sintiendo como sus ojos volvían a llenarse de lágrimas saladas y amargas al mismo tiempo. No podía hacerle esto a TaeHyung, pero debía. Por esa razón, su labio inferior tembló cuando sintió el llanto en la punta, intentando salir.

—Rompiste con Jeon JungKook.

TaeHyung soño. Soño con ir tomado de la mano con JungKook, soñó con separarse de el y dejarlo por tan solo unos minutos. Soñó con JungKook corriendo hacia él cuando llegó, soñó con ver a unos hombres intentando tocar a JungKook, a su JungKook. Soñó con su diestra golpeando la cuadrada y asquerosa mandíbula de uno de aquellos hombres, soñó con su mano saliendo herida. Soñó con JungKook pidiéndole que se fueran. Soñó.

Cuando sintió una mano en su rostro, abrió los ojos, para ver quién lo tocaba.

Un ángel.

¡Hyung!

¡Auch!

JungKook lo miraba con su ceño fruncido, mostrando una preocupación y tristeza que hicieron que el dolor de la mano de TaeHyung desapareciera inmediatamente. JungKook tenía sus ojitos rojos y su cabello desordenado, su chaqueta amarilla estaba arrugada y el tenía un leve puchero en sus delgados labios. Estaba preocupado, mucho. Su hyung había salido herido, todo por defenderlo a el de unos estúpidos señores que querían hacerle daño ví. Se sentía culpable.

—Taehyungie—susurró JungKook mientras sus labios temblaban, TaeHyung sonrió levemente y con su mano buena, atrajo a el menor hacia el. El pelinegro aceptó, con timidez mezclado con temor, se acercó al pecho del chico con cuidado y se dejó llevar cuando pudo escuchar los latidos de su mayor. La tranquilidad seguido de una comodidad inimaginable para el, quien vivía estresado debido a sus estudios y familia, lo inundó. Cerro sus ojos lentamente a la par que abrazaba a TaeHyung.

En ese momento, JungKook supo que ese era el lugar.

Pequeño— susurró TaeHyung, comenzando a dibujar pequeños patrones en su espalda, JungKook suspiró feliz antes las caricias de TaeHyung. Asintió cortésmente, haciendole saber al castaño que le prestaba atención.—Te adoro, JungKookie...

El nombrado río con amor, derritiéndose aún más ante TaeHyung cuando esté río con el, soltando una risa grave y bajita. TaeHyung se volteó hacia Jungkook, llevando a que la cabeza de este cayera en el brazo de TaeHyung. JungKook sonrió, mostrando dulcemente sus dientecitos delanteros mientras veía a TaeHyung con amor. Lo adoraba.

TaeHyung y el se habían conocido de una forma algo peculiar. Debido a que JungKook era uno de los estudiantes más nombrados y colaborativos, al igual que populares, tenía muchos amigos y conocidos allí, e incluso fuera de la universidad. En su clase, tenían un grupo de chat en el cual podían comunicarse si algo sucedía, para mantenerse al tanto de cada cosa que los profesores podían llegar a decir. Por eso, un día, JungKook siendo el estudiante más popular, utilizo el grupo para una cosa diferente.

Escribió que el estaba aburrido y solo, que quería algo de compañía y que si alguien quería pasar un buen rato, fuera al parque que había cerca del campus. Miles de mensajes de tanto chicos como chicas le llegaron al minuto, mensajes pidiéndole que esperara, que si la oferta era real. Y cosas así. JungKook solo río, y sin prestarle atención siquiera a quien le decía que iba al parque, emprendió su viaje hacia allí. Por el camino nunca imaginó que la persona a la que más amaría estaría allí, sin esperarlo siquiera, solo estando allí, solo. JungKook llegó al parque pensando que ya habrían miles de personas esperando por él y empezarían a molestarlo, acribillarlo a preguntas y propuestas más que indecentes y estúpidas. Pero lo único que encontró fue a una sola figura, al parecer un chico bastante alto, quién tocaba su guitarra marrón debajo de el árbol favorito de JungKook. El mismo solo se escondió, pues cuando se dió cuenta de que quería escuchar al chico, también se dió cuenta de que llevaba haciendo ruido con la grama y las ramas del suelo mucho rato. Por ende, trepó el gran árbol justo al lado de donde estaba el misterioso chico, y se recostó en una de las ramas. Disfruto de la música que el chico producía, debido a la luz de unos faros lejos de allí, la mitad de la mano del chico era iluminada y le permitió a JungKook ver los largos y finos dedos moverse al compás de las cuerdas de metal y nailon, la guitarra se amoldaba al largo torso del chico, y el parecía perdido en la música. La melodía que salía del instrumento, no era muy feliz o algo planeado que te daría una sensación de calma. No, la melodía era triste, te hacía sentir vacío, la forma en la que el ceño del chico se fruncía, o eso podía observar JungKook, cada vez que una cuerda producía un sonido bajo o un sonido emocional, veía como los labios del chico temblaban y se quejaban cuando bajaba la intensidad de la melodía por sentirse triste. JungKook se dió cuenta de que el chico estaba sufriendo.

El pelinegro dudo, alternó la mirada entre el suelo que estaba tan lejos de donde el se encontraba, hasta el chico deprimido que tocaba como si su vida dependiera de ello. JungKook suspiró con pesar mientras verificaba que la rama en la que estaba fuera lo suficientemente estable y grande como para poder bajarse de ella sin problemas. Pero una voz aguda y chillona lo interrumpió. Cuando dejó de luchar con que una hoja verde y pequeña se quitara de la manga de su camiseta, miro hacia abajo para ver la divertida escena. El chico misterioso miraba con una ceja alzada, mirándose bastante intimidante e incómodo al mismo tiempo, mientras su mirada incrédula estaba fija en dos jovencitas, quienes simplemente llegaron a su lado, interrumpiendo al jóven que hasta el momento estaba siendo llevado a un lugar completamente distinto por su música. La forma en la que las chicas preguntaron por un guapo y apuesto joven de cabello negro que debía de estar en el parque, pareció grosera hasta para el irrespetuoso e infantil JungKook. Y es que si, no podía negar que su cara era una jodida muestra de los dioses, y que el era uno de los chicos más apuestos del campus como tal, pero que hayan hecho al misterioso chico parar e interrumpirlo de tal manera, era una falta de respeto de la que JungKook juró nunca hacer a nadie.

Las chicas se fueron dando una pataleta al descubrir por el chico delgado que JungKook no había pasado por allí. Sonrió cuando se dió cuenta de que los sueños que tenía de pequeño de ser agente secreto porque el podía hacer todo, no eran tan descabellados ahora. El chico de la guitarra estaba murmurando cosas mientras arrugaba su nariz, o fue lo que pudo divisar entre tanta obscurana. JungKook se dió cuenta de que el estaba guardando su guitarra electroacústica en un estuche gris y gigante, y eso solo lo alarmó. No podía dejar que el chico misterioso se fuera.

Por esa razón, se colgó de la rama sin miedo a raspar o quemar sus manos o rasgar su ropa, y solo se concentró en correr al chico alto que ahora se estaba alejando de el sin saberlo.

¡Hey!

El chico volteo sobresaltado y frenó su paso de inmediato al ver como un pequeño chico corría hacia el con una expresión asustadiza. Parecía que alguien lo estuviera persiguiendo o algo por el estilo, pero a TaeHyung no le importó. Oh vaya, pero claro que pronto eso cambiaría.

Ah, JungKook pudo descubrir que el chico se llamaba así cuando el dijo su nombre y extendió su mano hacía el chico de cabello castaño. También descubrió otras cosas, cómo que TaeHyung odiaba ser interrumpido por chicas hormonales que preguntaban por chicos para nada apuestos a diferencia de cómo ellas habían dicho. JungKook entendió que el chico no era una pasa dulce como se veía al momento de tocar su guitarra, pero no por eso se alejó de el, en cambio, cuando el bajo su cabeza pidiéndole disculpas al chico por la interrupción, vio como TaeHyung iba moviéndose de lado a lado para emprender rumbo lejos de el. Por ello, corrió al lado del chico y le propuso acompañarlo a su edificio, pues ya sabía que estudiaban en la misma universidad, era obvio. TaeHyung no lo hizo caso cuando JungKook sonrió de forma tierna hacia el, pero tampoco lo ignoro por completo, pues miro de reojo curioso al ver como los ojitos del pequeño relucían en esa sonrisa.

JungKook no perdió tiempo y comenzó a preguntarle cosas a TaeHyung, cómo que hacia allí a esas horas de la noche, cuántos años tenía, si su nombre realmente era TaeHyung o estaba mintiendole, y si la razón por la que vestía de negro de pies a cabeza era porque quería esconderse entre las sombras. TaeHyung no respondió a ninguna y el chico supo que sería difícil.

¡Pero no imposible!

Por esa razón, al día siguiente JungKook en la universidad busco desesperado a TaeHyung por los pulcros y largos pasillos del edificio, preguntándole a cada chica que lo miraba con ojos de corazones. Fue un arduo trabajo, pero al final termino encontrando al chico de cabellos castaños, en el pasillo número cinco. El cual había recorrido unas millones de veces.

Pero eso no fue lo que sorprendió a JungKook, el hecho de ser tan despistado. No, fue el hecho de que si TaeHyung anoche se veía como un ser demoníaco y obscuro con toda esa ropa negra y esa aura de abstinencia y dolor, ahora se veía como un angel. Como un maldito angel.

Ahora vestía de una forma animada que hizo a JungKookie sonreír, iba del brazo de un chico más pequeño que él de cabello negro, y los dos sonreían, los dos estaban alegres, pero sabía que el chico acompañante de TaeHyung era Park Jimin. También uno de los chicos más apuestos de la universidad.

No obstante, al lado de TaeHyung, ese puesto ya no era para el. Según JungKook."

—TaeHyung...— susurró JiMin, al ver como el nombrado, suspiraba entrecortadamente, pero con cada suspiro, su pecho se hundía. Había recordado.— Ayer... Tu ayer, tomaste de nuevo. Pero te excediste, como puedes ver hoy.—hablo JiMin— Ayer no solo bebiste de más. Sino que también cometiste un error muy grande, Taehyungie.—JiMin le informó—Tu... Hablaste mal de JungKook, hablaste de él de una forma incorrecta— JiMin trago su enojo al recordar porque había llegado a la habitación de TaeHyung, no quería estallar—Tu heriste a JungKook, lo apuñalaste por la espalda con los comentarios que hiciste, de verdad lo hiciste.— JiMin observó cómo el chico mordía su labio inferior, al borde del llanto— Taehyungie, escúchame—

—JungKookie...—susurró TaeHyung, las lágrimas comenzaron a brotar, una tras otra. Ya era muy tarde cuando TaeHyung se dió cuenta de que estaba sollozando.— Mi JungKookie.

JiMin se levantó de la silla y avanzó con pasos rápidos hacia TaeHyung, una vez allí se arrodilló frente a su mejor amigo, con intenciones de consolarlo. Pero TaeHyung negaba furiosamente, no estaba bien. No había hecho bien.

— TaeHyung, ahora entiendo que sucedió contigo. Sé que nunca podrás hablar así de JungKook— el pelirosa llevo una mano a la cara de el chico de cabellos castaños y lisos. Estaba confundido y enojado cuando entró a la habitación de TaeHyung, dispuesto a golpear al menor por ser tan estúpido e idiota. Pero ahora entendía, TaeHyung ni siquiera estaba al tanto del dolor que había causado—TaeHyung, tu no te diste cuenta del error. No lo sabías-

TaeHyung negó mientras llevaba una mano a su cara, con intenciones de sostener su cabeza, le dolía. Sus sollozos solo iban en aumento, y es que ahora recordaba. Ahora sabía lo idiota que había sido, y que de saber, habría dejado a JiMin golpearlo. Lo merecía.

—Herí a JungKook, JiMin— susurró TaeHyung con agonía.

—Lo hiciste. Pero no quisiste hacerlo.

Eso era. Eso era lo que deslocaba tanto a TaeHyung, eso era lo que estaba mal.

Había herido a JungKook, sin darse cuenta.

Estaba tomado, tenía muchos tragos encima, pero aún así hablo mal de la persona que se supone que había sido su todo. Había hablado mal de JungKook, sin darse cuenta de ello, sin quererlo. Y es que sabía que no lo había hecho a propósito, pues el nunca haría nada que pudiera herir a su pequeño, el nunca haría nada así. A pesar de todo lo que JungKook pudo haberle hecho, el no atentaría en su contra.

—Necesitas descansar—murmuró JiMin con sus grandes ojos caídos, se sentía triste por su mejor amigo, la situación era desgarradora.— Necesitas dormir, TaeHyung, vamos.

TaeHyung seguía llorando cuando el mayor lo tomo de la mano e intento levantarlo un poco, con pesar TaeHyung se levantó del colchón, solo para ser guiado por JiMin hacia la otra esquina de este. Esta mañana el abrió los ojos y no podía reconocer ni la lugúbre habitación donde se encontraba, pero ahora el sabía que estaba sucediendo, y no se sentía bien. Claro que no lo hacía.

—JiMin, espera.— logro decir TaeHyung luego de recordar que el objeto brillante aún seguía olvidado en una esquina de la habitación debajo de su chaqueta. JiMin volteó hacia el con atención, solo para darse cuenta de cómo TaeHyung alejaba su mano de la de el y corría hacia un lugar. JiMin suspiró cuando divisó que el menor buscaba algo debajo de su mugre chaqueta. Esto no sería bueno.

—TaeHyung— dijo JiMin justo en el momento en que TaeHyung sacaba el objeto, que era liviano. Pero ya era muy tarde para poder hacer algo.

TaeHyung mostraba en sus manos un recuadro dorado, que contenía una foto de él y Jungkook, en la playa. Ese día, el sueño de TaeHyung de ir a la playa a disfrutar del sol y al mismo tiempo el clima cálido con JungKook se cumplió, pues JungKook lo sorprendió con un fin de semana lleno de actividades, incluida la ida a la playa, solos. La imagen fue tomada por un joven fotógrafo profesional que había ido de viaje a las costas, e iba haciendo o cumpliendo pedidos de la gente que veía su cámara. El chico encontró a dos jóvenes muy felices y alegres que estaban abrazados el uno al otro fuertemente mientras una ventisca que parecía eterna los acompañaba. El joven, sin querer interrumpir, solo se colocó de tal forma que el rostro más alto de los dos chicos pudiera ser divisado, TaeHyung tenía una sonrisa en su rostro, al igual que lágrimas que agradecían el chico que tenía a su lado. El chico solo tomo la foto, y acercándose a la joven pareja les entrego la foto que había sacado, para sonreírles y después irse.

TaeHyung guardo esa imagen como su tesoro más preciado, y es que lo era. El contraste del sol en la piel de cada uno, la sonrisa en su cara, el cuerpo de JungKook, todo encajaba a la perfección. Por eso el castaño consiguió un portaretrato dorado que le gustó, y puso la foto allí, no le sorprendió cuando vío que el recuadro encajaba a la perfección.

—TaeHyung...

—Déjame solo—suplico el chico, mientras miraba la imagen fijamente, las lágrimas ardieron de nuevo, haciéndole daño— Por favor, vete.

—Tae.

—¡Vete, JiMin!—gritó el menor en medio de un sollozo de dolor. JiMin paso una mano por su cabello, frustrado. Pero decidió que debía irse, no había nada más que hacer.

Por eso, solo avanzó hasta la puerta y sin siquiera darle un último vistazo a su mejor amigo, salió del lugar. No sin antes sentir como su corazón se apretaba al escuchar un grito de TaeHyung.

Estaba destruído.

-

Mientras TaeHyung intentaba tomar su frío café, JiMin estrellaba su cabeza contra el refrigerador de su apartamento.

Nunca había sentido tanto estrés.

Luego de que el pelirrosa había salido del apartamento de su mejor amigo, había emprendido un triste camino hacia su propio apartamento. Durante todo el camino hacia su hogar, había sentido una presión en su pecho que le decía que las cosas entre TaeHyung y JungKook no irían nada bien a partir de ahora, quería creer que solo era una forma de pensar un tanto negativa. Pero JiMin nunca había visto a TaeHyung tan perdido, tan desamparado, sus ojos eran algo así como un vacío, mientras miraban algo fijo en la habitación cuando JiMin le contaba las cosas, el mayor sabía que TaeHyung solo iba a empeorar.

Y a pesar de todo, se llevó una sorpresa cuando el chico apareció en la puerta de su apartamento diciéndole que iría a clases junto a él.

JiMin se rió internamente al principio, pero cuando vio como TaeHyung lo observaba fijamente con sus ojos rojos de tal forma que se veía muy poco saludable, JiMin sintió como perdía lentamente el color de su nívea piel, como si eso fuera posible. Pensó que era una broma, pero la forma en la que TaeHyung lo miro cuando casi lo mata el día en que le contó todo, fue la misma en la que lo miro cuando JiMin lo dejo entrar y lo hizo sentarse en el sofá.

—Jiminie...—TaeHyung murmuró mientras posicionaba la palma de su mano entre la frente de JiMin y la puerta del refrigerador. No quería que su amigo tuviera un derrame luego, o que comenzara a tener alucinaciones. El que tenía que dar problemas era el, no JiMin.— Jiminie, cálmate.

JiMin suspiró mientras recostaba su cabeza en la mano del que el llamaba su alma gemela, versión mejor amigo. No sé dió cuenta de lo mucho que ahora le dolía la cabeza hasta que TaeHyung dejó un pequeño beso en ella y acarició su cabellera. Sonrió levemente y miro a TaeHyung, quién ahora lo miraba con una mueca de pena y perdón.

—¿Qué es lo que haré contigo, Taehyungie?—JiMin paso una mano por su nuca, viendo como TaeHyung se encogía de hombros ante sus palabras.—¿Estás consciente de todo lo que me estás diciendo?

TaeHyung abrió su boca, sin pensar realmente en lo que diría.

—JiMin, estoy seguro. Quiero ir a la universidad de nuevo, necesito salir de esas cuatro paredes sucias y llenas polvo, necesito ir con HoSeok, necesito ver a JungKook.—JiMin sintió como su cabeza dolía aún más, sin tener que ver con los golpes que se estaba dando hace segundos. HoSeok era uno de sus amigos dentro del círculo, y era el más cercano junto a JiMin a TaeHyung, por eso el chico quería verlo tanto.

Y es que el castaño sentía, realmente lo hacía, que no recordar nada, sentirse calmado por un segundo antes de que JiMin lo hiciera recordar, se sentía bien. No había sentido dolor por minutos, y ahora era todo lo contrario. El hecho de sentirse alguien sin problemas, solo con confusión por unos segundos, el hecho de que se sintió como no lo hacía en meses, lo hizo ver que necesitaba arreglar las cosas.

—No estás listo, TaeHyung. No puedes ver a JungKook aún, no lo puedes ver con...—La expresión de TaeHyung cambio al segundo en que JiMin soltó las palabras. Y posiblemente era cierto. No estaba listo, pero el debía hacerlo.

—Se qué...- comenzó TaeHyung jugando con sus manos, sacando su lengua para lamer sus labios debido a la incómoda sensación que experimentaba.—Se que, tal vez no estoy listo, Jiminie. Pero ya es hora. Me has dicho que desde hace semanas no he ido a clases, y que por mi mala actitud e indebido comportamiento fui trasladado a ese cuarto.— TaeHyung susurró lo último con vergüenza—Debo hacer algo. No solo para arreglar las cosas con JungKook, sino para arreglarme a mi mismo. Necesito hacerlo. Debo ver a HoSeok, SeokJin e incluso a NamJoon Hyung. Necesito un remedio, para poder ser mejor.

JiMin estaba desesperado, pero no por ello le negaría el deseo a TaeHyung. El simple hecho de negarse ante el era triste y algo incómoda.

—Yo- de acuerdo, TaeHyung— respondió JiMin, mientras subía sus manos en forma de rendición. TaeHyung sonrió con sus ojitos saltando al momento en que escucho la respuesta del mayor. Salto hacia el mientras lo abrazaba y dejaba un beso corto en la suave piel de JiMin. Quién sonrió ante las muestras de afecto del chico—Ya, ya, ya. Pero por favor, por lo que más quieras. Prométeme que no te separarás de mi en todo el día e ignorarás todo lo que te digan o escuches. 

TaeHyung aplaudió dando pequeños saltitos, y asintió con felicidad y determinación.

Haría todo lo posible para mejorar.

"Una vez conversé con él en una fiesta. Le dije que era buena persona."

—No te confundas, si lo es.

"Cuando el se sentía triste iba a su departamento y lo consolaba. Nunca debí hacerlo sentir mejor".

—El se merece toda la felicidad del mundo.

"Un día le dije en forma de broma, que el merecía más cosas buenas que tú. Vaya"

—Y claro que lo hace.

TaeHyung había estado una hora escuchando las quejas de sus «mejores amigos».

Cada uno decía cosas diferentes pero igual de hirientes acerca del pelinegro que había pasado mirando a TaeHyung todas las clases. Más conocido como Jeon JungKook.

JiMin parecía el guardaespaldas de TaeHyung, con sus manos en sus hombros siempre y mirando a todos lados. HoSeok no se había desprendido de el, siempre llenandolo de abrazos y cantando con su voz infantil en su oído. SeokJin le decía cosas alentadoras a pesar de que TaeHyung estuviera más que bien y se podía ver qué sentía lastima por el. NamJoon estaba poco interesado en lo que sucedía. No había sido buena idea ir ese día.

Los profesores de la gigantesca universidad se sorprendieron al verlo entrar por las puertas de la mano de JiMin. Más no tardaron en reconocerlo. Algunos se alegraron, otros simplemente veían la situación incrédulos, y muchos odiaron que el chico "borracho" de la universidad llegara de nuevo. Tal y como JiMin había dicho, cada vez que el pasaba por algún pasillo estuviera vacío o no, se podían escuchar voces murmurando acerca de el, de sus amigos igual, y de la situación entre JungKook y el castaño. TaeHyung había intentado no escuchar, pero era inevitable.

"Dicen que TaeHyung terminó con el"

"A mí me contaron que JungKook le rompió el corazón."

"Yo lo que oí fue que JungKook lo engañó con Min YoonGi."

Esas dos últimas especulaciones no eran erróneas.

Era cierto. JungKook, había roto su corazón cuando se enamoró de alguien más. Min YoonGi.

El chico de cabellos amarillos que había llegado tan solo un día y había acabado con el amor y dedicación que JungKook le tenía a TaeHyung. El no podía olvidar eso. Y es que JungKook, el no lo engañó, claro que no lo hizo. Pero si se enamoró de otra persona, cuando TaeHyung pensó que todo estaba absolutamente bien. Eso era algo que siempre tendría en mente, que fue un ciego.

—¿Tae?—El nombrado estaba en el baño del segundo piso, uno que ningún estudiante o profesor estudiaba. Pues estaba en reparación, desde hace años.

TaeHyung había logrado zafarse de JiMin y sus amables amigos quienes no habían hecho nada más que volver todo peor para la mente del menor del grupo. El no era tonto, por más que eso fuera lo que pareciera, y se había dado cuenta de que unas mesas más delante, JungKook no dejaba de mirarlo con un deje de impresión y al mismo tiempo preocupación en sus grandes ojos. TaeHyung había intentado mirar hacia afuera, había intentado mirar fijamente los ojos de SeokJin para hacerle creer que tenía ganas de jugar, e incluso intento mirar la grandiosa comida en su bandeja, pero había sido imposible. Sentía como el costado de su cara y cuello quemaban, ardían, y es que JungKook al parecer quería taladrarlo, bajaba la mirada a su pecho aveces, y TaeHyung llegó a considerar seriamente que el chico estuviera pensando en hacerle una traqueotomía. Porque es que no se le ocurría otra cosa.

Cuando TaeHyung se sintió extremadamente asfixiado y estresado, se levantó de la mesa de un golpe y miro a JiMin antes de pedirle permiso para ir. JiMin se había negado con temor, y parecía realmente decidido. Pero TaeHyung buscó a HoSeok y SeokJin con su mirada de cachorrito perdido y deprimido, SeokJin inmediatamente dió la orden de que TaeHyung fuera al baño, pues necesitaba descansar y relajarse. JiMin refunfuño con un puchero en su cara y sus brazos cruzados, no había nada que pelear allí.

—¿TaeHyung?—el castaño cerro sus ojos mientras lavaba sus manos, la dulce y suave voz que lo llamaba tras el era todo lo que había deseado por semanas, JungKook estaba tras el. Llamándolo y esperando que volteara.

TaeHyung suspiró lentamente y se volteó.

JungKook se sorprendió, pues esperaba por parte del mayor una completa ignorancia y escepticismo, pero no obtuvo más que una suave sonrisa y un "JungKookie" susurrado como si fuera el nombre más delicado del mundo.

—Hola, TaeHyung...—JungKook susurró.

El chico sintió su corazón parar cuando JungKook lo miro con la cabecita ladeada, como analizandolo. TaeHyung se sentía intimidado, y sabía que si la situación se le iba de las manos, el podría romperse. Por eso respiro profundo y se digno a hablar.

—¿Cómo estás?—TaeHyung quiso estrellar su cabeza contra la pared justo como JiMin había hecho con el refrigerador en la mañana cuando escuchó la pregunta que salió de su boca. JungKook dudo, pero contesto.

—Eh, supongo que bien.... Si— contestó mientras metía sus manos en sus bolsillos. El aire estaba lleno de incomodidad.

—Me alegro. Lo hago.—TaeHyung sonrió con tristeza. —¿Sabes si-

—Te haré una invitación.—antes de que pudiera completar su pregunta, JungKook lo interrumpió rápidamente. Vio como el pelinegro extendía su mano hacía a el, TaeHyung pensó que era lo que JungKook quería decirle.

Ah, cierto.

Cuando todo ocurrió, el castaño borró el número de JungKook, e incluso lo borro y bloqueo en todas sus redes sociales. El estaba destruído, solo quería algo de venganza, que el pelinegro viera que el sufría. Por ende, nunca lo contactó de nuevo. TaeHyung levantó una ceja hacia el menor, solo un loco pediría su número de nuevo de una forma tan sencilla.

—¿Cuál es la invitación?— pregunto TaeHyung ignorando la mano de JungKook. El entendió y dejó caer su brazo extendido a su costado de nuevo antes de hablar.

—Vale. Este sábado habrá una pequeña fiesta en mi casa, la mitad de la universidad estará invitada.

—¿A eso llamas pequeña?— TaeHyung río.

—Podría decirse. Si.—susurró con ironía—Ví que estás con los chicos de nuevo. Puedes invitarlos, aún así no me toleren.

TaeHyung asintió con culpabilidad y le dedicó una pequeña sonrisa a su menor.

—Hasta luego, Hyung.

—¡¿Jeon JungKook te invito a una fiesta?!

—¿¡En su casa?!

—¿Y nos lo dices ahora, TaeHyung?

JiMin, HoSeok y NamJoon estaban delante suya, mientras el estaba sentado en el sofá de la casa de SeokJin. Quién ahora solo daba pequeñas vueltas mientras mordía sus perfectas uñas debido al nerviosismo que la noticia de TaeHyung había producido en cada uno de ellos.

—Se que debí haberlo dicho antes, pero no me dejarían ir.— explico—Por eso solo espere a que fuera el día de la fiesta para que no pudieran detenerme.

NamJoon sintió ganas de estrellar un libro de lomo gigante contra la perfecta sonrisa que TaeHyung les mostraba ahora.

—Oh no, TaeHyung. ¡Y es que claro que no irás a casa de ese estúpido chico!—le gritó HoSeok señalandolo con su dedo. TaeHyung se sintió encoger en el sofá ante la voz de HoSeok y la mirada recriminadora de JiMin, quién solo negaba con su cabeza. Miro a NamJoon en busca de ayuda.

El más alto de todos suspiró.— Chicos, calma. Creo que debemos dejarlo ir.

HoSeok, JiMin y SeokJin se voltearon a mirarlo como si a NamJoon le hubiera crecido un tercer ojo en la frente y dragón saliera de su nariz. El chico suspiró antes de escuchar la histeria del pelirrosa.

—¿Dejarlo ir? ¿¡Es que acaso estás loco!?

NamJoon frunció el ceño.

—Eh, sigo siendo mayor que tú. Respeto.—NamJoon ignoro a JiMin para solo observar a SeokJin—Jinnie.... TaeHyung debe ir a la fiesta. El quiere ir, y les aseguro que le irá bien. SeokJin o yo podemos ir con él y simplemente pasar un buen rato.

TaeHyung asintió suavemente, intentando convencer a sus hyungs.

—TaeHyunnie, ¿estás seguro de que te irá bien si vas al menos con Nam?— TaeHyung asintió de inmediato. Realmente el no sabía muy bien que haría en la fiesta, pero vamos, era JungKook.

—De acuerdo, el solo irá, pasara un buen rato con sus conocidos. Yo estaré cuidando de él— NamJoon tomo a TaeHyung del brazo y antes de que JiMin pudiera siquiera abrir la boca, el más alto tomo su chaqueta y gorra y saco a TaeHyung del apartamento.

—Mas te vale hacer las cosas bien, TaeHyung.—susurró NamJoon bajando las escaleras.

°°

El ambiente era más calmado de lo que TaeHyung recordaba. E incluso NamJoon se llevó una sorpresa que lo hizo soltar un.

—Vaya.

TaeHyung asintió mientras miraba alrededor, la casa de JungKook era su lugar preferido cuando los dos estaban juntos. Ahí habían sucedido tantas cosas, tantas palabras habían sido dichas, tantos besos habían sido dados. Y TaeHyung podía recordar cada situación de esas. Las sentía en su piel, quemaban. 

Los recuerdos estaban allí, atormentandole.

Recordándole lo que perdió por no ser suficiente.

—¿Quieres que busque a JungKook o prefieres tomar algo primero?—NamJoon preguntó con tranquilidad. TaeHyung lo pensó, y prefirió las bebidas. Algo en su interior se revolvió cuando el nombre del pelinegro salió en la conversación, lo cual lo hizo darse cuenta de que era mejor esperar un tanto.

NamJoon le dió un apretón en el hombro antes de irse y dejar a TaeHyung sólo en la gran sala. Porque si, la fiesta era en el patio trasero de la gigantesca casa, pero TaeHyung aún quería quedarse en el silencio y tranquilidad de la sala un rato más, al menos hasta que NamJoon volviera con sus respectivas bebidas.

Mientras caminaba a pasos lentos por los muebles de la sala, acariciando el suave terciopelo rojo de cada uno de ellos.

¿Cuántas veces había besado a JungKook mientras jugaban en esos sofás? ¿Cuántas veces había estado sentado allí, viendo a JungKook sonreír desde la cocina?

Sonrió levemente y sintió como sus ojos se llenaban lentamente de lágrimas saladas. Pero no debía llorar allí, no ahora. Por eso, pasó las mangas de su suéter por sus ojos y saco su celular. Le envío un mensaje a HoSeok.

"Todo está bien, volveremos pronto."

—¿Tanta gente vendrá?

—¿No escuchas todo eso?

TaeHyung miro hacia arriba con rapidez al escuchar dos voces conocidas para el, una más que la otra. Se quedó paralizado, al ver como YoonGi y JungKook bajaban tomados de la mano, sin prisa y sonriendo tiernamente. TaeHyung sintió sus piernas fallar, necesitaba encontrar a NamJoon.

—No creo que quiera estar ahí afuera, realmente—hablo YoonGi dejando un beso en la mano de nudillos rosados de su novio. TaeHyung nunca hizo eso. —Sabes que no me gusta mucho beber cuando hay gente observando, y allí afuera todos me mirarán-

TaeHyung se movió solo un poco para poder salir de aquella conversación en la que ni siquiera había entrado por invitación, el había sido incluído solito. Sintiendo como un silencio sepulcral inundaba de repente. Volteó los ojos, posiblemente ahora estaban besándose con lengua.

—No sé quién seas, pero no es de buena educación escuchar las conversaciones de los demás.

Vale, tal vez no.

TaeHyung quiso correr e ir hacia donde estaba NamJoon, no creía que a JungKook o a YoonGi les diera tiempo para cruzar el pasillo tan rápido, si se apresuraba y corría lo mínimo que nunca en su vida corrió, podría llegar al patio y actuar natural hasta que los dos estúpidos anfitriones de la estúpida fiesta salieran al estúpido patio.

—¿Qué es lo que haces allí?— YoonGi estaba tras suya, cruzado de brazos y con una mirada acusadora en su pálido rostro. TaeHyung se volteó asustado, pero no tardó en hacer una leve inclinación hacia YoonGi, y un movimiento de cabeza a JungKook.

—Tranquilo, mi amor.—dijo JungKook posicionando una mano en el hombro del mayor, TaeHyung sintió su corazón quebrarse. Antes lo llamaba así.— Es solo TaeHyung, no hay nada de qué preocuparse.

Era solo el. TaeHyung.

TaeHyung asintió, cuando por dentro sentía una presión. Solo TaeHyung, como si ya no importara.

La persona que una vez fue la que lo hizo feliz. Ahora su nombre era acompañado por un "solo es". Cómo cambiaban las cosas.

—Yo no escuché nada. Pueden estar tranquilos.

TaeHyung volvió a hacer una leve venía a YoonGi y comenzó a caminar lo más rápido que pudo cuando divisó a NamJoon con dos vasos llenos de cerveza, sin preocuparse por prestarle atención al llamado de JungKook. Justo como cuando todo sucedió.

—Hey, ¿estás bien?—NamJoon preguntó cuando TaeHyung llegó trotando hacia el, apresurado.— ¿Encontraste a JungKook?— dedujo.

TaeHyung solo tomo el vaso de cerveza que NamJoon conservaba en su mano, sin importarle si era el suyo o no. Bebió un sorbo, sintiéndose calmado cuando el alcohol se abrió paso en su sangre, y el ardor recorrió su garganta y pecho.

—No tomarás mucho, espero sepas eso.— NamJoon sentenció.

—Realmente no esperé que vinieras.

Dijo JungKook mientras tomaba otro trago de su bebida. TaeHyung asintió sin saber muy bien que decir.

Los dos ahora se encontraban en la terraza, o más bien el balcón de la habitación del menor. Mientras TaeHyung bebía con NamJoon y los dos se aseguraban de hacer que los demás estuvieran tranquilos, enviando mensajes a cada uno y alguna que otra foto por ahí para que pudieran ver qué estaban juntos y tranquilos. JungKook llegó de repente al lado de los chicos, y con pena saludo a NamJoon quién solo levantó su vaso hacia el y chocó su palma con la del chico, JungKook le dijo a TaeHyung que si quería hablar con él por un rato, NamJoon lo alentó a hacerlo de la forma más disimulada y relajada posible.

—Yo tampoco pensé que vendría.- contesto TaeHyung.— Pero no había nada más que pudiera hacer en las cuatro paredes de mi habitación.

TaeHyung río levemente recordando lo que lo llevo al apartamento de JiMin, pero no notó como JungKook volteó hacia el con una mirada que no mostraba nada bueno.

—¿La habitación a la que te trasladaron por tu mal comportamiento?

TaeHyung se sorprendió cuando tomaba otro trago de su cerveza y escucho las palabras del menor. —¿Qué dijiste?

JungKook se volteó hacia el con escepticismo, pero lo repitió.

—La mugre habitación en la que ahora vives por no poder haber llevado una vida normal después de que terminamos.

TaeHyung dejó caer su vaso sin intenciones de mover sus pies cuando el líquido amarillo hizo un charco debajo de estos. Sintió como un frío recorría su nuca y sus manos empezaban a temblar un poco. Con cuidado, se puso de pie en un lento movimiento y se colocó al lado de JungKook.

—Si volverás a preguntar, ya lo oíste.—habló JungKook con una leve sonrisa irónica en su rostro. TaeHyung hizo la misma mueca.

—¿Y es que acaso te molesta que ahora mis noches las pase ahí?— preguntó TaeHyung sin importarle que la pregunta fuera muy atrevida en una situación así, pero en su defensa, JungKook tampoco estaba comportándose muy bien.

—No, solo que una persona madura actúa como tal. No se sumerge en una piscina llena de cualquier tipo de licor, ni comienza a hacerse daño— TaeHyung, por alguna razón sentía como si la sangre comenzara a hervirle y el alcohol se apoderaba poco a poco de su cuerpo. JungKook debía callarse.—Yo lo superé, TaeHyung, pude seguir adelante y eso que tú eres el que debe dar el ejemplo. Ninguna persona tan madura como la gente te tomaba, empezaría a navegar borracho por los pasillos de la universidad. Ni mucho menos lloraría en cada esquina, como si no tuviera a nadie-

—Y es que no tenía a nadie.— murmuró TaeHyung con voz fuerte y firme, JungKook lo miro cuando notó que TaeHyung ahora lo observaba con una mirada herida, pero sedienta. JungKook se preguntó de que.

Sedienta de hacer daño.

—Eso es sólo una excusa, yo también sufrí, también lloré. Y aquí estoy hoy.—JungKook río, levantando su vaso al cielo. Como un brindis por el mejor momento en el mundo. TaeHyung gruñó con fuerza. No podía dejarse llevar por la rabia que recorría su cuerpo.

—JungKook, por favor...

—¿Qué, TaeHyung?—respondió el pelinegro con irritación en sus pupilas, estaba molesto.—No vengas con tu sermón de que yo fui el que tuvo la culpa aquí, que tú no me hiciste daño.

—¡Y es que así fue!—TaeHyung grito golpeando la pared de piedras laminadas que cubría la terraza. Se acercó a JungKook rápidamente—¡Yo sufrí, JungKook! ¡Me sumergí en el maldito alcohol para olvidar toda la mierda que me hiciste, todo lo que me hiciste creer para después dejarme bien claro que nunca iba a pasar!

—TaeHyung.

—¡No, JungKook! ¿Sabes porque a ti no te dolió? Porque tú me dejaste a mi, y ya tenías a alguien esperando por ti, a alguien que iba a reemplazar mi lugar. ¡Ni siquiera pensaste en mi cuando lo aceptaste a el! ¡Nunca te sentiste solo porque YoonGi estaba ahí, esperando a que me hicieras mierda para el poder entrar en acción como tú salvador! ¡Cuando era yo el que necesitaba a alguien, cuando era yo el que estaba herido!— TaeHyung lloro.

Y también lo hizo JungKook.

—TaeHyung, por favor.

—No, ahora tú vas a escucharme.—el castaño sollozó— Yo me fui, JungKook. Me largue por meses, si. ¡Y lo entiendo, maldita sea! Pero era algo que debía hacer, debía luchar por ello.—grito de nuevo— Me fui por meses, pero no lo hice para alejarme de ti, ¡tuve que irme por mí, por mi carrera, mis estudios, JungKook! ¡Mi maldito futuro! Y a ti no te importo eso. Nunca lo hizo.

JungKook pasó sus manos por su cara, mientras TaeHyung sólo se derrumbaba ante el cada vez más. No se percató de como TaeHyung temblaba notablemente, de cómo ahora su rostro era un desastre debido a sus lágrimas. No sé percató de como los brazos de TaeHyung estaban entrelazados a sus costados, apretándose y abrazándose a si mismo. Estaba herido, se sentía solo. Triste.

—Yo solo me fui por unos meses, JungKook—volvió a llorar—Nunca quise hacerlo, yo también te extrañe en ese entonces. Lo sigo haciendo. Yo llegué, encontrándome con un JungKook más serio y más egoísta conmigo, algo que nunca pensé que pasaría. Con alguien que ni siquiera pregunto por mi salud, por como estaba. Encontré alguien a quien ya no le importaba, JungKook.—dolía.—Yo solo llegue en busca de unos brazos que me sostuvieran mientras contaba todo lo que me había sucedido en mi viaje, llegue buscando amor, compresión. Y lo primero que me encontré fue a ti con otra persona, que hacía todo lo que yo deseaba contigo.—quemaba.

JungKook miro y vio como los ojos rojos de TaeHyung estaban fijos en el. Esto no sería bueno.

—Dime, JungKook...—comenzó TaeHyung con una mueca de dolor notable en su rostro—¿Qué harías tú, si cuando tienes que luchar por tu futuro, luchar por algo mejor para ti, la persona que más amas en el mundo te deje de la forma más insensible por el simple hecho de que no lo entiende? ¿Por el simple hecho, de que tu futuro no le importa?

JungKook lloro de nuevo, y fue su turno de derrumbarse. Tan tonto, tan joven para darse cuenta.

TaeHyung asintió con pesar al ver que el menor había entendido todo lo que le había dicho.

—Destruiste una de las relaciones más fuertes que había visto en mi vida, solo para irte con alguien que te hizo sentir menos solo de lo que lo hacías, me traicionaste solo por querer sentir amor por un rato. Todo lo que te importaba a ti... Era alguien que te hiciera sentir amado, alguien a tu lado porque nunca soportaste el hecho de estar solo.—TaeHyung comenzó a caminar lentamente hacia atrás, no quería seguir allí— Supongo que cuando yo me fui por un tiempo, fue el turno de buscar a alguien nuevo, ¿no?

TaeHyung no sintió nada cuando JungKook cayó al suelo sollozando fuertemente debido al dolor que ahora el comenzaba a sentir en su corazón. El castaño rápidamente salió corriendo de la terraza y de la habitación del menor para encontrarse con unas escaleras oscuras y silenciosas. Respiro agitado, con cansancio.

No fue hasta cuándo apoyo sus manos en las barandillas en que su corazón comenzó a doler también.

Le había hecho daño a JungKook. Cuando solo estaba soltando todo lo que tenía.

De nuevo, nada mostraba mejorías.

—¿Eh, TaeHyung?—YoonGi se acercó al nombrado con tranquilidad.—¿Tienes idea de dónde está JungKook?

TaeHyung sacudió su cabeza, haciéndole saber al rubio que no tenía idea de dónde estaba su novio. Cuando en realidad el era el culpable de que JungKook ahora estuviera en el piso frío de la terraza, llorando desconsolado. Señaló a la ventana detrás suya que daba al patio, para hacerle creer a YoonGi que JungKook estaba en la fiesta. Si encontraba al pelinegro llorando por el, lo iba a asesinar.

—De acuerdo, gracias—YoonGi dió unas pequeñas palmaditas en su hombro y se fue en busca de JungKook.

TaeHyung espero unos segundos antes de comenzar a correr bajando las escaleras, ya no quería estar ahí, ya no había nada que pudiera hacer. JungKook estaba solo, le tocaba.

—NamJoon, debemos irnos— TaeHyung llegó a su lado agitado, y solo lo tomo del brazo, el castaño estaba sumergido en una conversación con su compañero de habitación, quién también estaba en la fiesta. NamJoon no tuvo tiempo de decir adiós a su amigo, y tampoco tuvo tiempo siquiera de dejar su bebida, o algo por el estilo. TaeHyung lo estaba arrastrando, y a pesar de que él no entendiera que había sucedido, sabía que debía correr con el. Por eso, tiró su bebida al suelo, sin importarle el hecho de estar manchando la alfombra de miles de dólares, y comenzó a correr detrás de TaeHyung, sin soltarse de su mano.


Cuando NamJoon le pidió a TaeHyung que lo acompañara al apartamento de JiMin, este no se negó. No tenía absolutamente nada que hacer en la sucia habitación suya, así que en vez de ir a deprimirse en ella, siguió a NamJoon al departamento del pelirrosa.

Cuando llegaron, se sorprendieron al ver que HoSeok y SeokJin ya no se encontraban allí con el, solo estaba el chico comiendo su cena sin ganas mientras aplicaba la técnica del zapping en su televisor. JiMin olvidó su plato cuando vio a TaeHyung entrar con sus mejillas y ojos rojos y su cabecita baja, le pregunto silenciosamente a NamJoon que era lo que le sucedía al menor, pero él no supo responderle. JiMin abrazo al chico sin siquiera importarle el ligero olor a alcohol que el y NamJoon llevaban encima, le ofreció a TaeHyung una ducha y a NamJoon un poco de comida. El chico se negó, diciendo que buscaría a HoSeok y pasaría un rato con él antes de irse a su departamento, TaeHyung y JiMin lo despidieron.

JiMin no tardó en preguntarle a TaeHyung muchas cosas, que había hecho en la fiesta, cuanto alcohol había tomado, que había sucedido allí. Si YoonGi había hecho algo malo.

TaeHyung sólo le pidió a JiMin un vaso de agua, cuando el pelirrosa fue a buscarlo con toda la rapidez del mundo, TaeHyung se permitió a si mismo llorar. Cuando había estado al lado de NamJoon, había resistido incluso cuando tuvo que explicarle un poco lo que había sucedido para que el más alto dejara de preguntarle. Se dejó caer en el respaldo del sofá con fuerza y su llanto aumentaba cada vez que su cabeza rebotaba contra este, se sentía tan miserable, tan incomprendido.

De todas las personas que el esperaba que le hicieran daño, nunca espero que JungKook estuviera ahí. Siempre pensó que algunas de sus amistades se romperían con el pasar del tiempo, incluso llegó a pensar que JiMin lo dejaría también. Pero nunca pensó, en serio nunca lo hizo, que JungKook sería la persona que más lo dañaría. Qué más le quitaría sus ganas de vivir. JiMin escucho el llanto y volvió al sofá solo para abrazar al castaño.

Eso había sucedido hace prácticamente dos horas. Justo ahora se encontraban los dos en la habitación del mayor, quién sostenía a TaeHyung por la espalda y reposaba su cabeza en el ancho hombro del mismo. TaeHyung tenía un vaso lleno de soda mientras esperaba a que JiMin le dijera algo.

—¿Puedo preguntarte algo?

TaeHyung bebió de su vasito mientras asentía.

—¿A-alguna vez alguno de los amigos de JungKook, incluído YoonGi, hicieron algo contra ti?

TaeHyung río, no con gracia o de forma buena. Río con dolor, e ironía.

—En realidad, si.—comenzó el castaño, JiMin dejo un beso en su cabeza. Dándole a entender que el estaba ahí—Los amigos de JungKook, ellos nunca estuvieron de acuerdo de que una persona como yo fuera pareja de alguien como JungKook. El siempre lloraba y estaba triste por el hecho de que cada vez que el decidía expresarse acerca de mi, sus amigos le advertían que tuviera cuidado conmigo. Nunca nos fue bien con ellos.— JiMin asintió, comprendiendo.— ¿Recuerdas la pelea que JungKook y yo tuvimos antes de que yo comenzara a beber?

JiMin asintió. Antes de que la situación para TaeHyung cambiara drásticamente, el había tenido una gran, gran disputa con JungKook. Pues el castaño, el había descubierto una noche fría, la verdad del comportamiento del menor.

TaeHyung había tenido que irse unos meses, largos y tortuosos meses que solo lo hicieron cambiar notablemente. Sus notas comenzaron a bajar mucho, y su familia se enteró, por lo cual tuvieron que mandarlo un tiempo a un viaje donde solo se concentraría en subir esas notas para tener más posibilidades en su futuro. Nunca pudo mantener una conversación estable con JungKook mientras estaba lejos, pues debía concentrarse en sus estudios, en lo que el debía hacer y en su futuro, nunca tuvo siquiera tiempo para poder hablar con sus padres. Eso le paso una factura gigante cuando al llegar a casa, JungKook lo recibió con un flojo abrazo y apenas lo miraba.

TaeHyung siempre reía en el presente, cuando recuerda como incluso le preguntó a JungKook "¿Ya no me sigues amando, no?" con felicidad y ternura, pues estaba al lado de su menor. Pero ese día, JungKook solo abrió sus ojos y palideció al momento en que TaeHyung le pregunto aquello, más no tardó en suspirar y mostrar la sonrisa más tensa que había visto en su vida.

Al día siguiente, SeokJin y JiMin organizaron una fiesta por el regreso de TaeHyung en el apartamento del mayor de los tres. JungKook ni siquiera se esforzó en hacer que TaeHyung o el fueran a la fiesta, realmente no sentía ganas de ir a aquella reunión que harían, no quería estar al lado de TaeHyung. No podía. Por eso, en un momento en el que todos estaban buscando comida extra para preparar a los cuántos invitados que allí habían, JungKook le dijo a NamJoon que iría al baño si se lo permitían, pero en cuanto pudo, comenzó a caminar hacia afuera de la casa por la parte trasera, sin importarle que TaeHyung lo siguiera o llegara a su departamento en la mañana a buscarlo, TaeHyung había notado su frío comportamiento y era solo cuestión de tiempo para que el chico comenzara a preguntarle qué sucedía. Solo que JungKook no se sentía listo aún.

Pero sus planes se vieron apurados cuando TaeHyung llegó hacía el a mitad de la calle y no tardó en preguntar qué era lo que hacía y porque no le aviso nada. JungKook solo quiso ignorarlo pero TaeHyung estaba delante suya, con una leve sonrisa en su rostro y su cabello castaño revuelto de forma tan impecable que JungKook sintió como si estuviera cayendo por él de nuevo, pero ya no. Por ello, no dudo en responder con sinceridad cuando TaeHyung, divertido, le pregunto de nuevo.

"¿Mi JungKookie ya no me ama?".

Nunca iba a olvidar la expresión desconcertada de TaeHyung cuando le respondió que sí, que ya no sentía lo mismo. El castaño río y en defensa propia, de una forma casi inconsciente, retrocedió a pasos lentos preguntando que era lo que estaba diciendo. JungKook decidió que ser sincero al cien por ciento era lo mejor que podía hacer por su hyung en estos momentos, por ende, le soltó en cara al chico, que había alguien más. Qué mientras él había estado afuera, el se había sentido solo, y encontró a alguien que lo acompañó.

TaeHyung sintió como su corazón paraba con lentitud. Era una sensación asfixiante y tan desconcertante que el olvido por un momento que era cierto lo que JungKook le decía. TaeHyung nunca olvidaría lo que experimentó ese día, un corazón roto. Su primer corazón roto, de muchos. Todos causados por la misma persona.

JiMin recordaba bien como él había ido fuera para intentar alcanzar a JungKook, pero sólo pudo alcanzar fue ver como TaeHyung salía disparatado a correr, JiMin se extrañó, JungKook estaba literalmente solo varado ahí, ¿qué iba a hacer TaeHyung, si la persona que buscaba estaba delante suya?

Cuando JungKook solo le pidió con una mueca desesperada y a la vez triste en su rostro que corriera detrás de TaeHyung y no lo dejara, JiMin entendió que nada bueno había sucedido. Pero no tuvo tiempo de preguntar al respecto, TaeHyung estaba corriendo a toda velocidad sin mirar a su alrededor y cualquier cosa podría sucederle.

—Después de que eso con JungKook sucedió, yo intenté controlarme a mi mismo. Diciendo que eso era algo normal, que no estaba molesto por el hecho de que JungKook se fuera con YoonGi. Por eso, aparecí en su departamento el día siguiente con una sonrisa solo para el y ganas de hacerle compañía—JiMin asintió, recordando como TaeHyung nunca dejó de apoyar a JungKook e incluso le daba consejos para su relación con YoonGi, definitivamente el pelinegro no merecía al castaño.—JungKook, el me dijo que había sido un error el hecho de decirme eso, cuando el sabía que no era algo seguro, que era solo una confusión por mi ausencia. Yo le di otra oportunidad, y esta vez intente no fallarle. Le decía 'te amo' todos los días, lo trataba con devoción, no existía nadie más que el para mí. No quería perderlo— contó TaeHyung— pero al final, todo resultó igual, JungKook volvió solo para decirme que se había dado cuenta de que su corazón le pertenecía a YoonGi. El corazón que me perteneció a mí por tanto tiempo.

JiMin apretó a TaeHyung contra su cuerpo de nuevo.

—Yo fui un tonto, porque lo único que hice fue aceptarlo, no luchar por el, lo deje ir. Solo le dije que era algo comprensible, y que no se preocupara por mí cuando por dentro no podía controlar la cólera.—el cuerpo de TaeHyung se tensó—Pero yo ya no pude hacer nada, JungKook cada día dejaba de hablarme aún más, ya no se preocupaba por mí ni siquiera como la persona que lo hizo feliz, no me recordaba. El hecho de saber que la razón por la que ya no era el número uno en su vida era porque ahora toda su atención iba dirigida a YoonGi me hacía perder la cabeza, así que HoSeok me dió una idea. Tratar mal a JungKook para que el viera que estaba herido.

JiMin negó con su cabeza, ¿en serio TaeHyung había escuchado una de las ideas de HoSeok y la había llevado a cabo?

— Cuando JungKook me escribió por compromiso, lo trate egoístamente y de malhumor, pero yo no contaba con que JungKook no podría importarle menos mi dolor. Por eso el se harto de mi comportamiento— TaeHyung río juntando sus manos—¿Cómo podría enojarse conmigo por eso sí era la primera vez que lo hacía?

—No lo sé...

—Ese día la pelea comenzó, y fue el día en que todo exploto. Yo lo heri, solté cosas que nunca pensé decir, e incluso inventé diálogos fuertes e hirientes para poder hacerle daño. Maldita sea. Para hacerle daño a JungKook— suspiró—Ese día, el me dijo algo que nunca podré sacarme de la cabeza.

JiMin prestó su completa atención en TaeHyung.

—"Te defendí, y terminaste siendo como ellos decían"—río con un vacío instalado en su interior—¿Tan mal hablaban de mi para que llegara a pensar que todas esas cosas eran ciertas? ¿Qué era lo que le decían de mi?

JiMin ahora entendía la razón por la que TaeHyung y JungKook habían peleado ese día, TaeHyung había hecho mal, si. Pero realmente el no podía culparlo por nada, el chico tan solo estaba siendo acechado por los pensamientos de que su primer amor lo estaba olvidando.

No era culpa del chico, y eso era algo en lo que la gente debía pensar.

¿Qué harías tú si la persona que más amas, no siente lo mismo por ti?

TaeHyung veía la pantalla de su celular sin ganas siquiera de hacer algo. Escuchaba el pequeño canto del pequeño niño a su lado, llamado JungKook. Quien llevaba unos cinco minutos dando patadas al aire para poder columpiarse de manera apropiada en el columpio rojo en el que estaba sentado.

—TaeHyung—comenzó JungKook, frenando sus movimientos, su mirada perdida en el lago a unos metros de ellos. El castaño no le prestó atención y siguió metido en su mundo, pero JungKook igual preguntó.—¿Cual es tu concepto de la realidad?

JungKook preguntó algo raro, si, pero recordó que el concepto de realidad no estaba seguro, cada quien tenía un concepto diferente. Eran cosas que él no entendía, y cada vez que leía algo sobre ello, fruncía su ceño y cerraba todo cuando no lograba comprender tanto palabrerío.

TaeHyung.— insistió JungKook, cuando volteo su cabeza TaeHyung aún estaba sumido en la brillosa pantalla de su celular, ¿no le dolía la vista?—¿Tae?

El chico asintió con una mueca desinteresada hacia Jungkook, y se harto. En un movimiento rápido, arrebató el celular de las largas manos del chico y sin siquiera querer ver qué había allí, apagó el mismo y lo guardo debajo de su muslo.

¿Qué sucede?— pregunto TaeHyung con preocupación, JungKook no le quitaría su artefacto de esa forma. —¿Qué me dijiste?

JungKook suspiró con los bracitos cruzados, pero repitió la pregunta.

¿Cual es el concepto de realidad para ti?

TaeHyung alzó una ceja extrañado, no sabía que responder ante aquello. Nunca había pensado acerca de ello, y era una pregunta muy poco usada, por lo cual le indicó a JungKook que esperara. Mientras esperaba, el pelinegro miraba con una sonrisa a TaeHyung, quién ahora se encontraba observando el lago lejos de el, pero visible. Su nariz perfecta, el lunar en ella, su flequillo cayendo justo un poco por encima de sus rasgados ojos, sus labios sonrosados y de forma única, su mandíbula y barbilla, tallada por el más fino de los artistas del Olimpo. Era una obra de arte, y JungKook estaba maravillado con su hermoso novio.

Vale...—JungKook salió de su ensueño con el chico, para observar como ahora el castaño sonreía con alegría, planeando algo. TaeHyung se volteó hacia el, y cruzó una mano entre el diminuto espacio que separaba a los dos columpios, rojo y azul. Para sujetar la suya.—¿Alguna vez has estado haciendo algo que te hace infeliz? ¿Has olvidado emociones tan importantes en el corazón de un ser humano solo porque nada te ha hecho sentirlas?

JungKook asintió.

Escúchame bien.—comenzó TaeHyung.— Cuando alguien experimenta eso, dejar de sentir emociones como la felicidad, el amor, es porque algo le sucede. ¿Qué es lo que pasa? Pues que está entrando en una fantasía— JungKook volteó su cabeza confundido. TaeHyung río con amor—Esas emociones tan lindas son necesarias para el crecimiento y desarrollo de un humano, el amor, la felicidad. Si alguien no lo siente, es estar atrapado en una fantasía, la fantasía de creer que el amor o la plena felicidad no existen.— JungKook sonrió, ahora entendía.—¿En alguna ocasión alguien a llegado a tu vida, y ha hecho que sientas como si todo fuera la primera vez para ti?— JungKook, el volteó la cabeza, mirando a TaeHyung. El chico entendió y sonrió, obvio que él había sido esa persona— Esa persona te hace sentir esas cosas, ternura, amor, devoción, cosas qué pensaste que no existían o que nunca volverías a sentir, según lo que crees. Esa persona, te saca de la fantasía de "no sentir", para hacerte entrar a la hermosa y brillante realidad que es, "sentir de nuevo, o sentir por primera vez".—JungKook sintió su corazón parar cuando TaeHyung sonrió levemente y sujeto su mano con más fuerza.—¿Qué que es la realidad para mí? Pues, es ese alguien o algo que hace sentirte bien, alguien o algo que lucha para que puedas experimentar cosas hermosas de nuevo a pesar de que el mundo te haya arrebatado eso, esa persona especial conseguirá traerlo de vuelta a ti, porque es lo que una realidad hace.

El pelinegro sintió sus ojos llenarse de lágrimas cuando TaeHyung sonrió de nuevo, y se acercó aún más hacía el, juntando sus rodillas y respirando el mismo aire de amor, de pureza.

Tu eres mi realidad, Jeon JungKook".

TaeHyung lloró sobre su escritorio agrietado de nuevo.

Ese era uno de los mejores recuerdos que tenía junto a JungKook, su primer amor.

Aún recuerda el día que dijo eso, como JungKook lloró a cantidades inhumanas cuando TaeHyung soltó todo su argumento, y lo que él no sabía era que JungKook, hasta el día de hoy, seguía preguntándose de dónde TaeHyung saco esas palabras, como hizo para que su mente ingeniera una idea tan maravillosa y única. El nunca supo explicarlo, cuando estaba sentado al lado de JungKook y la brisa fresca daba en su rostro, cerro sus ojos y lo único que pudo imaginar por concepto de la palabra 'realidad' fue el rostro de JungKook. Sus ojos marrones, su pequeña sonrisa, su perfección e imperfección solo aparecieron en la mente de TaeHyung, no fue un pequeño pensamiento, no. El rostro del chico permanecía allí, y era todo lo que a TaeHyung le importó en ese momento.

El chico permanecía sentado en su mullida silla frente a su escritorio, desde que volvió de la casa de JiMin no había dormido nada. Estaba cansado, destruído.

Había pensado solo en JungKook. Solo había ido a clases dos días, pero la situación lo empujó hacia el piso de nuevo y no pudo levantarse, no de nuevo, ya no. El lo sabía, estaba perdiendo fuerzas, cada vez que veía a JungKook con YoonGi, que veía las cosas especiales que JungKook siempre publicaba sobre el. Conversaciones, fotos, cartas, todo era un puñal lleno de dolor y exasperación en su corazón. Todo era un dolor de cabeza, todo era una razón para no querer dejar ir.

TaeHyung comenzó a recordar su concepto de realidad de nuevo, sin importarle que el simple hecho de que JungKook también estaba completamente presente en el vacío recuerdo. La realidad en ese entonces para el había sido alguien que te hiciera sentir algo por primera vez o hiciera sentir de nuevo.

TaeHyung podía interpretar aquello de una forma muy diferente ahora, con un corazón inrremediablemente roto y unas heridas que no conseguiría cerrar ni con el paso de los años. TaeHyung, el nunca había estado tan solo, tan abandonado. Y era algo que nunca había experimentado antes.

Por eso JungKook era su realidad, no solo porque todo a su lado era algo simplemente maravilloso, sino también porque lo había hecho sentir la tristeza, el dolor. Lo había hecho sentir el sufrimiento y la desesperación pura, en carne y hueso por primera vez. Lo había hecho elevar por las nubes para luego dejarlo caer de la forma más estrepitosa al suelo.

Miles de metros de caída, y a JungKook no le importó salvarlo.

Pero él no podía odiarlo, no podía pensar en que el chico tenía la culpa. El también la había tenido.

Estaba decepcionado, JungKook no había vuelto a escribirle o llamarlo, y era algo divertido ver la diferencia. Mientras JungKook dañaba a TaeHyung, este siempre lo llamaba o seguía escribiéndole, seguía preocupándose por el. Ahora que TaeHyung había plantado cara, JungKook ni se preocupa en saber cómo está. Y eso era algo que todos le habían dicho.

TaeHyung amaba a JungKook, pero al revés no era lo mismo.

Harto de lo que pasaba, TaeHyung lloro aún más al pensar en ello, pero era su última oportunidad. Haría su último intento, haría lo posible por volver, por mejorar una vez más, no dejaría ir a JungKook tan fácil, no ahora.

Por eso, entre los viejos cajones de su escritorio busco un bolígrafo, cualquier cosa que le ayudara a escribir, y una vez encontró el artefacto ligero y tan pesado como una pluma, busco una hoja blanca y lija donde pudiera expresar todo lo que sintiera. No dejaría nada guardado, era su última visita a la estación de intentar arreglar las cosas.

Si la situación fuera un juego, el castaño estaría más que feliz, pues podría empezar una nueva partida sin problemas, arreglar todo lo que había hecho mal, pero ahí estaba. Cayendo, una y otra vez en el mismo hoyo, con intenciones de seguir haciéndolo por un buen rato.

Suspiró con tristeza cuando comenzó a escribir las primera letras de aquella carta, carta la cual le enviaría a JungKook mañana. Debía esmerarse.

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