Annie y el Cรกliz de Fuego

By -luxtomlinson

686K 61.6K 54.1K

El inicio de una guerra, acontecimientos descubiertos y un baile, ยฟalguna vez podrรก tener un aรฑo normal? [HER... More

C A S T
1. Funny Vacations
2. I love you more
3. Time at the burrow
4. Nice dinner with family
5. Traslator
6. The camping
7. People from the ministry
8. Winky
9. Veelas and leprechauns
10. Scared
11. Tenebrous Mark
12. Back to the Burrow
13. King's Cross
14. Soaked
15. Mad eye Moody
16. Burned by a sneaky
17. Malfoy is a ferret
18. Forgiven curses
19. Imperius
20. Beauxbatons and Durmstrang
22. Harry Potter
23. Ron is stupid
24. The kiss
25. Theo and Hermione
26. Accio Annie!
27. Winky and Dobby
28. Yule ball
29. Merry Christmas
30. I love you
31. Day after
32. The bath
33. Second task
34. Sirius
35. I could do this all my life
36. Hate mail
37. Harry's Scar
38. Training
39. Cedric is dead
40. Fudge is stupid
41. End fourth year

21. The goblet of fire

14.4K 1.5K 1.3K
By -luxtomlinson

THE GOBLET OF FIRE

—¡No me lo puedo creer! —exclamó Ron asombrado cuando los alumnos de Hogwarts, formados en fila, volvían a subir la escalinata tras la comitiva de Durmstrang—. ¡Krum, Harry! ¡Es Viktor Krum!

—¡Ron, por Dios, no es más que un jugador de quidditch! —dijo Hermione.

—¿Nada más que un jugador de quidditch? —repitió Ron, mirándola como si no pudiera dar crédito a sus oídos—. ¡Es uno de los mejores buscadores del mundo, Hermione! ¡Nunca me hubiera imaginado que aún fuera al colegio!

Unas chicas de sexto revolvían en sus bolsillos mientras caminaban.

—¡Ah, es increíble, no llevo ni una simple pluma! ¿Crees que accedería a firmarme un autógrafo en el sombrero con mi lápiz de labios?

—¡Pero bueno! —bufó Hermione muy altanera al adelantar a las chicas, que habían empezado a pelearse por el lápiz de labios.

—Voy a intentar conseguir su autógrafo —dijo Ron—. No llevarás una pluma, ¿verdad, Harry?

—Las dejé todas en la mochila —contestó.

—¿Tan desesperado estás, Ron? —preguntó Annie. El pelirrojo entrecerró los ojos en su dirección.

Se dirigieron a la mesa de Gryffindor.

Los alumnos de Beauxbatons se habían puesto en la mesa de Ravenclaw y observaban el Gran Comedor con expresión crítica. Tres de ellos se sujetaban aún bufandas o chales en torno a la cabeza.

—No hace tanto frío —dijo Hermione, molesta—. ¿Por qué no han traído capa?

—¡Aquí! ¡Ven a sentarte aquí! —decía Ron entre dientes—. ¡Aquí Hermione, hazte a un lado para hacerle sitio...

—¿Qué?

—Demasiado tarde —se lamentó Ron con amargura. Viktor Krum y sus compañeros de Durmstrang se habían colocado en la mesa de Slytherin.

—Sí, muy bien, hazle la pelota, Malfoy —dijo Ron de forma mordaz—. Apuesto algo a que Krum no tarda en calarte... Seguro que tiene montones de gente lisonjeándolo todo el día... ¿Dónde creen que dormirán? Podríamos hacerle sitio en nuestro dormitorio, Harry... No me importaría dejarle mi cama: yo puedo dormir en una plegable.

Annie sólo reía ante las caras de fastidio de Hermione.

—Parece que están mucho más contentos que los de Beauxbatons —comentó Harry.

Los alumnos de Durmstrang se quitaban las pesadas pieles y miraban con expresión de interés el negro techo lleno de estrellas. Dos de ellos agarraban los platos y las copas de oro y los examinaban, aparentemente muy impresionados.

Una vez que todos se sentaron en sus respectivos lugares y se hizo el silencio, Dumbledore comenzó su discurso.

—Buenas noches, damas, caballeros, fantasmas y, muy especialmente, buenas noches a nuestros huéspedes —dijo Dumbledore, dirigiendo una sonrisa a los estudiantes extranjeros—. Es para mi un placer darles la bienvenida a Hogwarts. Deseo que vuestra estancia aquí les resulte al mismo tiempo confortable y placentera, y confío en que así sea.

Una de las chicas de Beauxbatons, que seguía aferrando la bufanda con que se envolvía la cabeza, profirió lo que inconfundiblemente era una risa despectiva.

—Pues vete si tanto te molesta —masculló Annie. Ese comentario la había irritado. Harry la tomó de la mano y acarició sus nudillos.

—El Torneo quedará oficialmente abierto al final del banquete —explicó Dumbledore—. ¡Ahora los invito a todos a comer, a beber y a disfrutar como si estuvieran en su casa!

Como de costumbre, las fuentes que tenían delante se llenaron de comida. Annie visualizó platillos que ella no conocía pero se veían apetecibles.

—¿Qué es esto? —dijo Ron, señalando una larga sopera llena de una especie de guiso de marisco que había al lado de un familiar pastel de carne y riñones.

—Bullabesa —repuso Hermione.

—Por si acaso, tuya —replicó Ron.

—Es un plato francés —explicó Hermione—. Lo probé en vacaciones, este verano no, el anterior, y es muy rica.

—Te creo sin necesidad de probarla —dijo Ron sirviéndose pastel.

—Yo si quiero —dijo Annie sirviéndose un poco.

A los veinte minutos de banquete, Hagrid entró furtivamente en el Gran Comedor a través de la puerta que estaba situada detrás de la mesa de los profesores. Ocupó su silla en un extremo de la mesa y saludó a Harry, Ron, Annie y Hermione con la mano vendada.

—¿Están bien los escregutos, Hagrid? —le preguntó Harry.

—Prosperando —respondió Hagrid, muy contento.

—Sí, estoy seguro de que prosperan —dijo Ron en voz baja—. Parece que por fin han encontrado algo de comer que les gusta, ¿verdad? ¡Los dedos de Hagrid!

En aquel momento dijo una voz:

—«Pegdonad», ¿no «queguéis» bouillabaisse?

Se trataba de la misma chica de Beauxbatons que se había reído durante el discurso de Dumbledore. Al fin se había quitado la bufanda. Una larga cortina de pelo rubio plateado le caía casi hasta la cintura. Tenía los ojos muy azules y los dientes muy blancos y regulares. Annie alzó una ceja.

Ron se puso colorado. La miró, abrió la boca para contestar, pero de ella no salió nada más que un débil gorjeo.

—Puedes llevártela —le dijo Harry, acercándole a la chica la sopera.

—¿Han «tegminado» con ella?

—Si —la cortó Annie. La manera en que Ron la había mirado no le había gustado. ¿Que no le gustaba Daphne?

La chica tomó la sopera y se la llevó con cuidado a la mesa de Ravenclaw. Ron seguía mirándola con ojos desorbitados, como si nunca hubiera visto una chica. Harry se echó a reír, y el sonido de su risa pareció sacar a Ron de su ensimismamiento.

—¡Es una veela! —le dijo a Harry con voz ronca.

—Nada más tú te quedaste como idiota mirándola —repuso Annie.

—¡Te digo que no es una chica normal! —exclamó Ron, haciéndose a un lado para verla mejor—. ¡Las de Hogwarts no están tan bien!

Annie frunció el ceño.

—Claro que lo están —repuso Harry besando la mejilla de Annie.— Tengo a una que es la mejor de todas.

Annie sonrió y lo besó.

—Miren ahí —señaló Hermione.

Señaló la mesa de los profesores, donde ya se habían ocupado los dos asientos vacíos. Ludo Bagman estaba sentado al otro lado del profesor Karkarov, en tanto que el señor Crouch, el jefe de Percy, ocupaba el asiento que había al lado de Madame Maxime.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Harry sorprendido.

—Son los que han organizado el Torneo de los tres magos, ¿no? —repuso Hermione—. Supongo que querían estar presentes en la inauguración.

Los postres tomaron lugar en las mesas y Annie, sin poder contenerse, comió de casi todo.

—Me tendrán que rodar por todo Hogwarts —suspiró Annie, satisfecha

Una vez limpios los platos de oro, Dumbledore volvió a levantarse. Todos en el Gran Comedor parecían emocionados y nerviosos.

—Ha llegado el momento —anunció Dumbledore, sonriendo a la multitud de rostros levantados hacia él—. El Torneo de los tres magos va a dar comienzo. Me gustaría pronunciar unas palabras para explicar algunas cosas antes de que traigan el cofre...

—¿El qué? —murmuró Harry. Ron se encogió de hombros.

—... sólo para aclarar en qué consiste el procedimiento que vamos a seguir. Pero antes, para aquellos que no los conocen, permítanme que les presente al señor Bartemius Crouch, director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional —hubo un asomo de aplauso cortés—, y al señor Ludo Bagman, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.

Aplaudieron mucho más a Bagman que a Crouch, tal vez a causa de su fama como golpeador de quidditch, o tal vez simplemente porque tenía un aspecto mucho más simpático.

—Los señores Bagman y Crouch han trabajado sin descanso durante los últimos meses en los preparativos del Torneo de los tres magos —continuó Dumbledore—, y estarán conmigo, con el profesor Karkarov y con Madame Maxime en el tribunal que juzgará los esfuerzos de los campeones.

A la mención de la palabra «campeones», la atención de los alumnos aumentó aún más. Quizá Dumbledore percibió el repentino silencio, porque sonrió mientras decía:

—Señor Filch, si tiene usted la bondad de traer el cofre...

Filch, que había pasado inadvertido pero permanecía atento en un apartado rincón del Gran Comedor, se acercó a Dumbledore con una gran caja de madera con joyas incrustadas.

Dumbledore presentó el Cáliz de Fuego, que sería el juez imparcial para aquellos que decidieran anotarse para participar. Habló sobre lo que consistiría el torneo;.tres pruebas distintas para poner a prueba las habilidad de los participantes. Mencionó que solamente los magos mayores de diecisiete años podrán participar, cosa que alivió a Annie, ya que así ninguno de sus amigos o su novio haría semejante estupidez.

—¡Una raya de edad! —dijo Fred Weasley con ojos chispeantes de camino hacia la puerta que daba al vestíbulo. Dumbledore los había mandado a dormir—. Bueno, creo que bastará con una poción envejecedora para burlarla. Y, una vez que el nombre de alguien esté en el cáliz, ya no podrán hacer nada. Al cáliz le da igual que uno tenga diecisiete años o no.

—Pero no creo que nadie menor de diecisiete años tenga ninguna posibilidad —objetó Hermione—. No hemos aprendido bastante...

—Habla por ti —replicó George—. Tú lo vas a intentar, ¿no, Harry?

Annie no lo miró. Si bien era cierto que la castaña no queria que Harry participara, no podía obligarlo a no desearlo. No quería que se detuviera por ella, quería conocer su opinión.

Más sin embargo, el pelinegro no respondió.

(...)

—¿Lo harías? —preguntó Annie. Ellos dos se habían quedado en la sala común que ahora estaba vacía. Estaban recostados en el sofá más grande. Annie observaba el fuego de la chimenea.

—¿Qué cosa? —respondió el pelinegro.

—Entrar al torneo.. —murmuró la castaña. Todo se quedó en silencio mientras Harry pensaba. Se imaginaba a él en el torneo, superando las pruebas, ganando el premio y, lo más importante para él. Annie lo veía orgullosa de haber ganado, su cara reflejando la emoción y orgullo. Pero aún así,  sabía que las pruebas eran difíciles, que no estaba a nivel de ninguno de los futuros campeones. Por una vez, sólo quería ser un chico normal. Estar en la escuela sin preocupaciones, sin peligros y disfrutar con su novia y sus mejores amigos.

—Por más que me gustaría ganar... y que estés orgullosa de mi... —comenzó lentamente— este año solo quiero ser alguien normal. Sin tener que estar en peligro de muerte a cada dos segundos y... disfrutar con Ron, Hermione y contigo...

Annie se dio vuelta en los brazos del pelinegro.

—¿Porqué no estaría orgullosa de ti? —inquirió Annie— no lo digo porque seas Harry Potter, si no por lo buena persona que eres; tienes un gran corazón, amable, haces las cosas sin buscar nada a cambio. No dudas en arrojarte al peligro, cosa que aveces considero estúpida —sonrió Annie. Harry imitó su acción— pero, aún así, yo te adoro por quien eres en el fondo, por ese lindo niño que me tomó la mano en la estación, quien lucha por lo que considera correcto y tiene complejo de héroe aveces —bromeó— yo me enamoré de ti. Y... no puedo estar más orgullosa de la persona que me enamoré.

Harry se quedó sin aliento. Aquellas palabras eran las mejores que había escuchado en su vida. Además de que Annie estaba enamorada de él.

¡Annie estaba enamorada de él!

Tal vez en alguna otra ocasión se habría puesto a brincar de la enorme felicidad que lo abarcó por completo.

—Yo también estoy enamorado de tí —susurró. Annie se estremeció y aquellas palabras se repitieron una y otra vez en su cabeza, dándole un enorme sentimiento que, no sabría cómo llamar.

Se acercó a él y lo besó. Lento, dulce. Al fin y al cabo, no tenían ninguna prisa.


Continue Reading

You'll Also Like

95.9K 5K 37
"En un mundo mรกgico donde todo es posible nos encontraremos. En ese mundo mรกgico nuestros destinos se enlazan. Y en ese mismo mundo nuestro amor nace...
2.5M 252K 134
Dรณnde Jisung tiene personalidad y alma de niรฑo, y Minho solo es un estudiante malhumorado. โ โ”๐˜”๐˜ช๐˜ฏ๐˜ฉ๐˜ฐ ๐˜ฉ๐˜บ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜จ, ยฟ๐˜ญ๐˜ฆ ๐˜จ๐˜ถ๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ด ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ซ...
7.5K 239 3
๐„๐†| Tania Grindelwald luego de ser expulsada de Dumstrang en su cuarto aรฑo es obligada a ir a Hogwarts dรณnde conocera a su mayor enemigo George Wea...
134K 1.9K 2
๐™‹๐™š๐™ง๐™จ๐™š๐™ฅ๐™๐™ค๐™ฃ๐™š ๐˜ฟ๐™ž๐™œ๐™œ๐™ค๐™ง๐™ฎ ๐™ก๐™ก๐™š๐™œ๐™– ๐™– ๐™ข๐™ค๐™ซ๐™š๐™ง ๐™š๐™ก ๐™ฅ๐™ž๐™จ๐™ค ๐™™๐™š ๐™ฉ๐™ค๐™™๐™ค๐™จ ๐™˜๐™ค๐™ฃ ๐™จ๐™ช ๐™–๐™˜๐™ฉ๐™ž๐™ฉ๐™ช๐™™.