Trato de recordar que fué lo que hice anoche.
De veras que yo trato.
Pero nada.
Llegué a la oficina, esquive eficientemente a mis dos socias, aún no se como, pero lo hice y entré a mi despacho.
En el hay un baño privado, lo cual agradezco hoy más que nunca. Quito toda mí ropa y me meto bajo la lluvia.
El agua caliente corre por todo mí cuerpo descontracturando cada nudo que hay en el. No sabía que estaba tan tensa hasta ahora.
De repente por mí mente pasa un recuerdo de la noche anterior.
Estoy de espaldas a esta persona, rodea mí cintura con sus manos y su aliento choca en mí cuello. La sensación es placentera pero recuerdo que no iba a caer en lo mismo, me alejo de el como si quemara.
—Preciosa ¿No quieres bailar?.
Un golpe en la puerta y la voz de Juliet me traen al presente.
—¡Soph apúrate mujer que Anne está que la lleva el diablo!
—¡Ya voy!— suspiro y me planteo que por el momento, no voy a pensar más en lo de anoche.
Me visto velozmente para no hacer esperar más a esas dos mujeres que aguantan todo de mí. Busco una falda tubo roja, una camisa y zapatos negros. Recojo mí cabello en una cola alta y apenas me maquillo, quiero tratar de lucir fresca y no como si tuviera una resaca endemoniada. ¿A quién engaño?. Me siento como en el infierno. Tomo dos respiraciones profundas para calmar mis ansias, pero es inútil. Anne me asesinará y lo merezco.
Anne Jefferson y Juliet Sullivan son mis mejores amigas desde el jardín de niños.
Primero conocí a la simpática Juliet, era una niña pecosa y con el pelo más naranja que haya visto en mí vida entera, sus ojos grises brillantes y traviesos eran la alegría de todos. Desde el primer día comenzamos a charlar de los unicornios y su gran labor.
Cabe destacar que teníamos una gran imaginación, la cual nos trajo muchísimos problemas, pero gracias a una niña gruñona y muy inteligente logramos salvarnos de varios líos.
Anne, en comparación a Juls y a mí, era una niña de 5 años muy seria, algo raro si lo piensas. Su melena con rulos dorados como la miel, la hacían ver como una dulce muñeca de porcelana. Solo se reía con nosotras y muy rara vez demostraba cariño. Muchos decían que era porque sus padres eran malos.
Finalmente, descubrimos que sus padres eran el cielo en la tierra, comprensivos a más no poder y su niña era la luz de sus ojos. Anne era y sigue siendo una persona seria, responsable y con el carácter más endemoniado que he visto. Sus ojos verdes transmiten todo tipo de sentimientos, desde amor hasta el más crudo odio.
Pero sin embargo ella y Juls se convirtieron en mis confidentes, amigas y hermanas. En mí familia.
Familia... Algo que perdí hace tantos años que ya no recuerdo que se siente tener una.
Mí madre murió de cáncer hace 15 años y mí padre Oliver, murió un año después, luego de una vida juntos, supongo que la tristeza pudo más y se fue con mí madre Gabrielle. Nunca reclamé por eso, no tenia a quien gritarle y además, era una pérdida total de tiempo. De algún modo asumi que todos estamos de paso en este mundo y que si mis padres se fueron, fue por algo. Algún día lo sabré o más bien espero que falte mucho para ir a preguntarles.
Ellos eran unas personas magníficas, se amaban intensamente. Cuando era pequeña soñaba con tener un amor igual al de Gabrielle y Oliver Sinclair.
Y en lo más profundo de mí mente, aún lo sigo queriendo y anhelando.
Yo tenía casi 12 años cuando me fui a vivir con mí amada abuela Genevieve.
Esa mujer era fantástica, me enseñó muchas cosas, cocinar, bordar, tejer, a amar la lectura, los perfumes, la ropa. Fue una mujer muy liberal, crío a su única hija ella sola, supongo que el abuelo debe estar por ahí, o muerto, lo que sea que fuere, Genevieve Lacroix hablaba poco de él.
"No hay mucho que decir mí petit Sophie, solo que era un hombre demasiado bello para su propio bien".
Jamás entendí que rayos quería decir la abuela con eso. Hasta que creci y comencé a tener contacto con los chicos.
Algo de lo cual no sé si arrepentirme o agradecer.
Estoy trabajando en eso seriamente.
En fin, durante la pérdida de mí familia, la estadía con mí adorada abuela, la cual perdí hace 5 años, pasé por todos los estadios, anímicamente, emocionalmente, económicamente y todo lo que termine en "mente" posibles. Pero pude sobrevivir gracias a mis dos mujeres magníficas.
Por eso, solo a ellas les permito cualquier intromisión a mí vida diaria y privada.
Por eso, en este momento,estoy escuchando, el discurso de Anne y viendo la cara triste de Juls, la cual odio que esté ahí por mí culpa.
Estamos sentadas en la sala de juntas, con un café gigante y dos aspirinas para mi y jugo de frutas para ellas.
Juls lleva puesto un bello vestido floreado, bueno a ella le queda precioso, yo odio los estampados. Su cabello zanahoria está recogido en una cola alta y tiene un tenue maquillaje que resalta su belleza natural, además tiene puestas unas sandalias bastante cómodas. Siempre se ve etérea, como un hada, decir que para mí es hermosa se queda corto. Siempre cautivo la mirada de todos los hombres, pero ella siempre le fue fiel a su amado Simón.
Osea, su gato.
Si, ella espera un príncipe y no la juzgo, cada maestra con su librito. ¿No?.
No puedo evitar que mis entrañas se retuerzan otra vez al ver la tristeza en la cara de mí amiga, sé que les prometí no seguir por este camino y no lo cumplí.
En cambio, la cara de Anne muestra enojo, algo que jamás se permite mostrar a los demás, pero con nosotras si.
Mí otra amiga, en modo antagónico a Juls, lleva puesto un vestido negro pegado al cuerpo, a la altura de sus rodillas, con unos zapatos color nude, su cabello liso y largo hasta su espalda baja, está suelto. Su maquillaje hace que su rostro se vea aún más fuerte debido al enojo, sus ojos verdes resaltan con el ahumado oscuro y sus labios gruesos se notan más aún debido al labial rojo sangre que siempre usa.
Sé que está enojada porque coloca sus dedos índice y medio en su sien, como si así lograra calmar a la fiera interna y evitar estallar en su lugar de trabajo, así el infierno se congele y del cielo caigan todos los ángeles, Anne Jefferson jamás permitirá que su enojo sea visto por alguien que no sean Juls o yo.
Suelto el aire con cansancio, pero no es debido a ellas, es debido a mí misma, me reprocho desde que abrí los ojos esta mañana que no volvería a caer en lo mismo.
—Anne.... Sé que lo prometí, pero sinceramente no recuerdo que pasó anoche. De verdad, créeme cuando te digo que no me acuerdo con quién me fui, solo se que esta mañana desperté en un hotel y...
—¡No quiero detalles Sophie!. Prometiste que no volverías a esto, tiene 25 años, ya no eres una niña. ¡Ninguna lo es, no lo somos!.
El silencio en la sala es atronador y pesado. Miró a Juls y ella juega con sus dedos, gesto que la hace ver más vulnerable aún.
Yo cierro mis ojos fuertemente porque no quiero estallar, Anne me hará decir cosas que no quiero. Solo ella logra apretar el botón que hace que explote, todo lo que dice me lleva siempre al límite, me orilla a ser cruel y no quiero. No deseo eso y ambas lo saben.
Respiro profundamente y suelto lo que tengo dentro de mí, necesito que sepan la verdad y que me escuchen, en serio necesito que lo hagan.
—Escuchen, se que no quieren detalles y no se los daré porque simplemente no recuerdo nada de anoche, solo se que desperté con un rubio, bastante sexy y con una voz divina. Nada más, no sé su nombre o edad. Estoy en blanco.
Mis amigas fruncen sus ceños y me miran fijamente.
Me asustan, tengo que decirlo, me remuevo en mí asiento incómoda porque jamás he soportado que me miren así.
—Espera ¿Cómo qué te fuiste con un hombre rubio?, era un moreno Sophie, tu bailabas con un enorme hombre de cabello oscuro y algo...bruto, si me dejas darte mí opinión.
Ahora es mí turno de mirarlas. No puede ser, yo recuerdo a ese hombre y es con quién bailaba.
Pero no es el sexy desconocido de esta mañana.
—Chicas, no me fui con él, lo mandé al diablo y luego las comencé a buscar a ustedes. Desde ahí no recuerdo nada más.
—¿Tenias alguna bebida en tus manos?— la pregunta de Annie me descoloca, trato de recordarlo, hasta que el olor a daiquiri de frutilla me golpea como si en ese preciso momento lo estuviera bebiendo.
Susurro un "si" y juro que pude ver cómo mis amigas cambiaban de color. Yo coloco mi mano sobre mí frente, no pudiendo más con el dolor de jaqueca y toda esta información que me revuelve el estómago.
No sé que demonios sucedió anoche conmigo, lo que si sé es que dormí con un desconocido y le estoy rezando a todos los santos del cielo y a los demonios del infierno por una respuesta, y lo único que viene a mí mente es una sola cosa:
—Tuve sexo con un total desconocido y....
—¡¿Y qué?!— mis amigas están en pánico y las entiendo porque yo también estoy igual, con mí voz estrangulada les respondo:
—No tomamos ninguna precaución.
Creo que el accidente de tráfico con el taxista, no sonaba tan mal como ver la cara de Anne en este preciso momento.
Bieeen...aquí tenemos a Soph y su historia,veré si el próximo capítulo lo narra el desconocido sexy...tengo que pensar como lo abordo.. realmente mí inspiración va y viene asi que voy escribiendo sobre la marcha.. espero les guste la historia,he descrito las personalidades de las chicas y esto fue lo que salió. Veré más adelante si les doy un rostro a cada una. Ustedes me dirán "pero Sophie no está descrita ahí"...pues no,porque quiero que el muchacho descuidado la describa jajaja.. en fin lean,voten y dejen su amor con estrellitas . Besos
~D 😘