Votos con la mafia [CORRIGIEN...

By sunf_lowers

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Abigail cae en los planes de sus amigas para realizar una despedida de soltera en su honor, pero lo que no sa... More

Aᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀ
𝐃𝐞𝐝𝐢𝐜𝐚𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚
CRÉDITOS
𝐏𝐫𝐞𝐟𝐚𝐜𝐢𝐨
𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬
1.-No trabajaré aquí
2. -¿En verdad piensas que puedo confiar en alguien cono tú?
3.-El destino lo quiso así
4.-Empiecen a contar sobre su magnífico día
5.-Es solo pizza
6.- Está casada
7.-De vuelta
8.-Cambié de sofá
10.-La heredera
11.-Tenemos mucho en común
12.-Serás mi carnada.
13. -Un loco mafioso
14.-Tal vez todo lo que me suceda, no sea suficiente.
14.1.-No necesito mentiras en mi vida
15-. Solo buscábamos pistas
16.-Me encanta la manera sutil que utiliza para provocarme.
17.-Estoy aquí Abby, justo aquí.
18.-Quiero envejecer y terner una vida digna
19.-Es un gusto...
20. -Es por esto y mucho más, que me enloqueces.
21.-Solo somos tú y yo
22.-Pediré algo de corazón
23.-Esto es a lo que llamo una relación leal y hermosa
24.-Brindo por...
25.-Vine a traer un regalo de compromiso.
26.-si te amo no hay marcha atrás
27.-Lo lamentamos
28.-Te amo...
EPÍLOGO
Agradecimientos
Noticias y Novedades

9.- ¿A qué se debe esta sorpresiva reunión?

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By sunf_lowers

Visualizo una vez mi atuendo de esta noche, no me convence mucho, pero aquí estoy llevándolo puesto. Coloco lápiz labial mate y suspiro en cuanto una de mis mejores amigas entra a mi habitación.

—Tu culo luce favorecido en ese jean negro y ajustado —Renesme lleva puesto unos vaqueros rotos y una blusa de tirantes blancas que resalta su busto, y como es habitual en ella, lleva puesta unas converse blancas.

—Al parecer es una mala idea lo que vamos a hacer —ella se inquieta con facilidad.

—¿Tú lo crees? —muerdo mi labio, tiene razón.

—Una cita triple, ¿solo negocios? —bufa —. Estamos locas.

Cuando Renesme me dijo que trabajaba en la misma empresa, casi grito hasta la luna. Su jefe es Williams y el mío es Hades, ambas tenemos serios problemas con nuestros jefes y eso está bastante claro.

—No sé en qué estaba pensando, pero supongo que es por nuestro bien, es como una especie de tratado en el que garantizamos la paz —calzo mis botas trenzadas de tacones.

—Claro y vamos a llevarlos al primer puesto de comida chatarra, en donde invitamos a Mackie y a tu hermano para que ambos se decidan por una vez —sonríe tensa —. Se nos da la de cupido, justo hoy.

Me detengo a pensar, ella tiene razón. Está muy claro que esto no es una cita de negocios, esto es un experimento a mi estilo.

—Encomendémonos a los santos —respiro profundo cuando un mensaje me indica que Hades está esperándome afuera —. Recuerda que tú fuiste la que golpeó con un paraguas a tu jefe, esto te ayudará a ganarte su confianza.

Arruga su nariz, provocando que sus pecas se noten aún más. Luce una belleza natural de la cual es consciente.

«Arriba los ánimos —suspiro y salgo de mi habitación, encontrando a mi perro echado en su cama de mascota —. Ya vuelvo, pórtate bien, te lo imploro —él me observa con esos ojos de cachorrito angelical que tanto amo.

Siempre me encargo que antes de salir, que coma y que esté listo, sin embargo, mi vecino tiene una llave por si a mi perro le esté pasando algo.

—Me hago pipí —Renesme suspira profundo, luego me observa con esos enormes ojos azules, característicos de ella.

—Actúa normal —la tomó de la mano y bajamos por el ascensor.

Fue una tarde regular, ambas fuimos a trabajar con normalidad, pero nuestros jefes hoy no estaban en sus puestos debido a la reunión imprevista en California, por lo que viajaron una noche anterior y hoy ambos pidieron vernos, obviamente quise hacerlo a mi manera y le propuse este tipo de "reunión". Es obvio que esta noche parece una noche de citas, en vez de una reunión, lo peor es nuestro caso especial, Mackenzie y Aaron, que se encuentren ya esperándonos un buen rato en el lugar acordado.

Las puertas del ascensor se abren y tengo que arrastrar a mi mejor amiga hacia la salida. El portero nos saluda y le devolvemos el gesto, mientras yo le intento de explicar, de una manera breve, que vuelvo pronto.

—Disfrute su noche, señorita Abigail —me regala una sonrisa y salgo de una vez por todas.

No es normal que ambas, nos quedemos de pie admirando a Hades y Williams, afuera de sus lujosos coches, luciendo como los mismos dioses del Olimpo. A parte de que ambos llevan trajes, ambos también tienen una postura imponente y un rostro de maravilla.

—Al parecer fuimos citados a una importante reunión —Williams rompe el silencio, no me pasa por desapercibido, la mirada que le dedica al escote de Renesme.

—Señor —ella saluda con un asentimiento de cabeza, a lo que él solo aclara su garganta.

—Es bueno verla, secretaria Miranda —Hades tiene ese brillo habitual en sus ojos y desde aquí ya puedo percibir esa frescura que emana su fragancia varonil, este hombre es arte y perfección.

—Señor —imito a Renesme, la cual se remueve incómoda.

—¿A qué lugar nos llevarán? —Will espera por una respuesta.

—A cualquier local de comida chatarra, que sea el más cercano de la ciudad, sería genial que nos encontráramos todos en el estacionamiento del lugar —propongo.

—Advierto que no probaré lo que venden ahí —se estremece.

—Su majestad paladar exquisito —su amigo rueda los ojos, mientras desbloquea su hermoso Lamborghini (modelo actual). Sé de autos porque mi padre solía tener los mejores en la cochera de nuestra casa —. Le permito subirse si no trae un paraguas consigo —bromea, pero mi amiga luce incómoda.

—El ofendido —esta vez Hades parece aprovechar la situación para devolverle la burla que hizo minutos antes.

—Será mejor que nos vayamos —aprieto los labios para no reír.

—Estamos tarde —mi amiga entra al coche sin darle la oportunidad a Williams de abrir la puerta.

—Suba secretaria Miranda —Hades abre la puerta de su Audi R8.

Suspiro y nos ponemos en marcha, de vez en cuando reviso mi celular por si Renesme quiere aventarse por la ventana del auto.

—Tengo preguntas para usted, señor Walker —aprovecho que se encuentra concentrado conduciendo.

—Podré contestar solo si lo creo conveniente —aclara su garganta.

—Claro —un bufido se me escapa.

—Estoy listo, pregunte —esboza un rastro de sonrisa, mientras gira por una calle principal.

—Bien, ¿por qué sabe cosas sobre Darren? —trato de sonar casual y calmada.

—Porque su reputación es miserable, aunque él se encargue de limpiar su imagen —se encoge de hombros y hace una mueca.

—¿Algo más que me quiera decir sobre él? —estoy segura que existe algo más, pero él se afana en ocultarlo tan bien.

Suspira y aprieta su barbilla, luego detiene el auto en un semáforo y con una sonrisa descarada y llena de malicia, contesta: —Paso, secretaria Miranda.

Giro mi rostro, claramente molesta. En realidad, necesito un montón de pruebas para huir del asqueroso de Darren, para eso me falta otra vida, pero me encantaría saber más sobre sus sucias jugadas. El semáforo cambia de luz y el auto vuelve a su marcha, no giro mi rostro para observarlo, pero aun así lanzo la otra pregunta.

—¿Cómo es qué ahora usted es un empresario sofisticado? —evito el contacto visual.

—He sido sofisticado toda mi vida, señorita Miranda. Sabe el pasado es solo eso, no se haga un lío en esa cabeza suya —el auto frena de golpe, tanto que mi cuerpo se sacude hacia adelante.

—¡¿Me quiere matar?! —llevo una mano a mi pecho, claramente alarmada.

—Hemos llegado, no sé si usted comió aquí alguna vez, pero es el primer local con estacionamiento y que venden comida chatarra—los seguros se abren y él es el primero en bajar. No se preocupa en abrir mi puerta esta vez, claramente lo he ofendido y está cabreado.

Los planes me están saliendo como lo habíamos acordado con Renesme, sabíamos a la perfección que vendríamos aquí, por lo cual cité a mi hermano y a mí otra amiga. Desabrocho el cinturón y salgo del coche, el aire fresco golpea mi rostro y agradezco porque la calefacción del auto me hizo sudar un poco, debido a los nervios. Mi mejor amiga juega con sus pies, mientras Williams la intimida con su mirada.

—Bien, Renesme —obtengo la atención de la rubia y ella no duda en acercarse a mí.

—Sácame de aquí —sisea.

—Nos alejaremos un momento, pueden avanzar —le regalo una sonrisita tensa a Hades. Él rueda sus ojos y con muy mala cara, se adentra al local.

—No tarde, chef —Williams se aleja con una sonrisita amplia, refleja maldad en sus palabras.

Un suspiro pesado sale de los labios de mi amiga, luego con mucha calma me observa y contiene sus insultos, hasta esperar que yo hable

—Bien, este es el plan: —suspiro y hablo —. Tú te sentarás con Williams en una mesa a parte, yo me siento en otra mesa con Hades. Si algo va mal, me llamas y si algo va mal en nuestra mesa, te llamo. Luego está Mackie y Aaron, si algo va mal con ellos, intervenimos, ¿va?

Me observa y ladea su cabeza, luego explota: —¡Estás loca! Nada de esto saldrá bien, es que en realidad enloqueciste. Se supone que yo iba a ver a mi jefe para hablar de negocios, y tú —me apunta con su dedo índice —, tú ibas a ver a tu jefe por no sé qué, porque ni siquiera nos has contado las razones. A parte está Mackenzie y tú hermano. ¡Enloqueciste, de verdad! —Comienza a ventilarse.

—Mejor entremos y sigamos el plan, estamos pasando vergüenza gritando, mira nos observan —apunto hacia el ventanal de vidrio en donde se encuentra Hades y su amigo, este último contiene la risa.

—¡Demonios! Lo odio —ella camina furiosa, junto a mí. Sé que es una locura, pero tenemos que seguir el plan.

Cuando entramos, Mackie se coloca de pie, pero al vernos, vuelve a su sitio. Aaron por su lado, frunce el entrecejo, claramente confundido.

—Nosotros iremos a esa mesa —con cuidado guío a Hades. Mi mejor amiga capta la indirecta y ella se encarga de su jefe.

Cuando estamos lejos, con mucho cuidado le advierto a mi hermano que siga en lo suyo con Mackenzie.

—Sabe que lanzándole miradas no se conectará con su mente —su tono irónico me hace quedar en ridículo.

—Tiene razón —con un asentimiento, me alejo y llego hasta la mesa de mi hermano y mi mejor amiga —. Ustedes, tienen una noche para dejar de tontear, no nos interrumpan y sigan con lo suyo —advierto.

—¿El trabajo te está enloqueciendo? —Aaron cruza sus brazos.

—Me la vas a pagar, ahora, largo —Mackenzie me echa.

Suspiro y vuelvo a mi mesa, todavía de pie, me posiciono en frente de Hades y este no quita su cara de culo adolorido.

—No voy a comer aquí —vuelve a mencionarlo por segunda vez en la noche.

—Mejor, más para mí hambriento estómago —sonrío, mientras voy hacia el mostrador, a ordenar lo que me apetezca. Al parecer mis objetivos ya han pedido sus órdenes, todo marcha bien.

—Buenas noches. ¿En qué orden le podemos ayudar? —una chica muy alegre y con una sonrisa amistosa me sonríe desde el mostrador.

—Buenas noches, me da una caja de pollo crujiente y unas patatas, ya sabe la gaseosa light, esta figura seca se debe mantener —observo como ella ríe en corto.

—Bien, le llevaré su orden pronto —se gira, mientras le da indicaciones a los pocos trabajadores que se encargan de la comida.

Camino de vuelta a mi mesa y encuentro a Hades con la misma expresión que antes.

— ¿A qué se debe esta sorpresiva reunión? —opta una postura erguida.

¡Muy buena pregunta, Walker! Tal vez un quería embriagarlo de comida y que me responda ciertas preguntas, o tal vez quería verlo...

—Bueno ya que estamos aquí... —muerdo mi labio, ¡joder! Este tipo me pone nerviosa con tan solo mirarlo a los ojos.

—No voy a responder a sus preguntas, más bien debemos encargarnos de no escarbar en el pasado, estoy enfocándome en el presente, déjeme trabajar en aquello, señorita —vuelve a regalarme una sonrisa incómoda de labios cerrados.

—¿Usted cree que esto será una historia en donde la protagonista se entera al final de un pasado asqueroso y luego lucha contra toda su dignidad para perdonar los daños?

Un silencio incómodo aparece y la chica amable que tomó mi orden, viene con el pedido, me lo sirve y luego se marcha en completo silencio, ella debió notar la seriedad en el ambiente.

—¿Va a comerse todo eso? —él observa mi pollo frito y luego a mí.

—sí.

—Pues comparta, usted no llegará a los ochenta si sigue llenándose de comida grasienta —toma mis patatas sin permiso.

—Creí que su paladar exquisito no se lo permitía comer —tomo mi caja de pollo y doy un mordisco a la presa que escojo.

—Estar furioso me hace querer comerme el mundo —bebe de mi gaseosa.

—Cuando yo debería ser la furiosa —resoplo.

Comemos en silencio, hasta que mi celular decide sonar. Limpio mis manos y contesto bajo la atenta mirada de Hades.

—¿Aló? —espero con paciencia a que respondan.

Debería aplaudir que tratas de fraternizar con el rico —su maldita voz hace que quiera vomitar hasta mis intestinos.

Sin pensarlo me coloco de pie y salgo del local con el teléfono pegado a mi oreja.

¿Me espías? —visualizo toda el área, pero no hay sospechas.

—¿Debería?

—¿Qué quieres, Darren?

—Te haré una visita el fin de semana, no te metas en problemas hasta ese entonces —cuelga.

Un suspiro de alivio y terror a la vez, se me escapa. Giro para volver a entrar, pero Renesme sale dando pisadas furiosas y con el rostro rojo.

—¡Oye! —la detengo.

—Voy a mi apartamento, las llamaré mañana —tan pronto como pronuncia las palabras, sale corriendo, ¿qué demonios?

Luego entiendo todo, ya que Will sale con su camiseta blanca, bañada en gaseosa y su cabeza llena de patatas fritas.

—¿En dónde está? —habla furioso.

—No lo sé, con todo respeto le diré que usted la acaba de cagar —lanzo una mirada asesina.

—Te advierto soy el vicepresidente en el lugar que trabajas —sacude su cabello, las patatas que lleva en este, caen a la grava.

—Yo soy el presidente —Hades aparece a un costado mío —. ¿Qué fue eso? —le pregunta a su amigo.

—¡Está loca! —apunta hacia dónde se fue Renesme.

—Ella no enloquece de la nada —suspiro —, medite señor —me giro hacia Hades —. Iré a pagar la cuenta y me marcharé a casa —estoy a punto de irme, pero me detiene.

—Ya pagué yo, vamos la llevaré —propone.

Observo a mi hermano y a Mackenzie salir del local y luego se me quedan observando, sé a lo que se refieren esas miradas.

—Iré con ellos —señalo hacia el otro lado del parqueadero—. Nos vemos mañana en el trabajo, lamento lo sucedido —me giro hacia Will y luego camino hacia Aaron y mi mejor amiga.

—¡Secretaria Miranda! —Hades me detiene con su voz.

—¿Sí? —me giro a observarlo.

—Usted luce increíble hoy —luego él se gira y desbloquea su coche, acto seguido se marcha.

—Ese bastardo —sisea Williams, él imita el acto de su amigo y se marcha por el mismo lugar.

—¿Me vas a contar lo que fue esto? —la voz de Mackie me hace dar un respingo.

—O Balton se quedará sin cuidados —Aaron me amenaza.

Suspiro, mientras caminamos les cuento todo lo que se planeó esta noche, que por cierto fue un fracaso. Claro está que omito que el propósito de que acordé encontrarme con mi jefe, fue porque quería verlo, solo que no lo admití esta noche.










***
Holaaaaa, bien les dejo un nuevo capítulo que es algo suave, pero ya saben que se vendrán sorpresas y mucho riesgo, lo particular de mí. Espero que les guste el capítulo y dejen su voto, por cierto les debo una disculpas por no actualizar, pero hoy habrá otro capítulo y se los recompenso.

PD: Disculpen la tardanza.

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