Aaron & Alyssa. |COMPLETA|

By heronmomo

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(COMPLETA) Tras sufrir una lesión deportiva, el mundo de Aaron Meyer parece haberse caído a pedazos. Ha perd... More

Notita
1. Aaron
2. Alyssa
3. Aaron
4. Alyssa
5. Aaron
6. Alyssa
7. Aaron
8. Alyssa
10. Alyssa
11. Aaron
12. Alyssa
13. Alyssa
14. Alyssa
15. Alyssa
16. Alyssa
17. Alyssa
18. Aaron
19. Aaron
20. Alyssa
21. Alyssa.
22. Alyssa
23. Aaron
24. Alyssa
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26. Alyssa
27. Aaron
28. Alyssa
29. Aaron
30. Alyssa.
31. Aaron
32. Alyssa
33. Aaron
34. Alyssa
35. Aaron
36. Alyssa
37. Aaron
38. Alyssa
39. Aaron
40. Alyssa
41. Aaron
42. Alyssa
43. Aaron
EPÍLOGO: AARON Y ALYSSA
NOTA
¡ANUNCIO!

9. Aaron

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By heronmomo

Alyssa está callada mientras damos la vuelta en el estacionamiento del centro comercial. Ha estado así desde el lunes.

¿Resumen? Bien, el lunes fue un día extraño para nosotros, recién nos recuperábamos del desacuerdo del sábado anterior, fuimos a mi casa, nos besamos un poco...bastante, y luego trató de interrogar a mi madre porque quería saber que causaba el dolor que no estoy dispuesto a admitir.

Después de aquella situación tan tensa lo lógico habría sido distanciarnos un poco, pero es notable que ninguno de los dos pudo. Ayer, martes, hablamos en la escuela como si nada y hoy salimos a comprar ropa para la maldita fiesta.

—No entiendo porque ella tenía que venir—digo molesto, fulminando a su amiga sentada en la parte trasera por medio del retrovisor.

Esta se encoge asustada, parece una chica agradable, sin duda afín a Alyssa, a mamá le habría encantado verme con ella, por eso estoy especialmente cruel...

Bueno, eso y que quería estar a sola con Alyssa, para ver si llegábamos aún más lejos que el lunes.

Esta última me dio un golpe en el brazo.

—¡No seas malo con Kim! —me riñó—está aquí porque es mi amiga, y tiene que comprar ropa también.

La miró a través del retrovisor y compartieron una sonrisa cómplice. Alyssa parecía realmente satisfecha.

De hecho, tenía razón, el plan era de ellas, yo me había colado porque estaba aburrido y no quería volver sólo a casa, y además necesitaba ropa si quería llevar a cabo mi plan de protegerla del imbécil de Ian.

Al final, luego de cinco minutos, encontramos un estacionamiento. Dejo que Alyssa me ayude a bajar y me empuje por el centro comercial, hoy no estoy de humor para pelear.

La escucho hablar sin parar con Kim, y mierda, debo admitirlo, siento celos, yo quiero de su atención también, ojalá supiera alguna verga sobre vestidos de chicas.

—¿Qué tal si vamos aquí? —nos propuso Kim, señalando una tienda.

Creo que Alyssa y yo pusimos la misma cara de terror, era una tienda "gótica" (¡Como no!) muy al estilo de Kim, que parecía más una tienda de disfraces.

—¿Por qué no? —dije, ahora emocionado.

Kim casi salto de alegría, miré a Alyssa para dedicarle una sonrisa angelical, ella solo me miraba confundida por mi reciente buen humor.

Ay, sería tan divertido tomarle fotos.

•••

No les mentiré, estoy decepcionado.

Aún tengo el celular en la mano, supuestamente preparado para tomarle una foto y burlarme de ella por el resto de su vida, pero no puedo hacerlo, ¡Cada puñetero vestido le queda bien!

O bueno, al menos eso me parece a mí, porque Kim ha rechazado varios.

—¿Qué tal este? —nos dice ahora, girando sobre sí misma.

El vestido es precioso, es de un azul marino encantador y se le ciñe al cuerpo en los lugares precisos. Se me corta la respiración, no ayuda que esté sonriendo de aquella manera.

—Te ves hermosa—se me sale sin poder evitarlo, carraspeo para ocultar el tono de baboso de mi voz—digo, hermosa como una princesa de cuentos para niños.

Ella frunce el ceño.

—Entonces debo buscar otro—dice con determinación —no quiero verme como una princesa, sino como una reina increíblemente mala que tiene sometido a su pueblo, y cuenta con un harén enorme.

Casi me atraganto con la risa.

—Muy digno de ti.

Ella suspira.

—Seguiré buscando, ya vuelvo.

La sigo con la mirada, olvidándome del mundo entero. Ok, lo admito, me estoy volviendo patético, algo loco y quizás si exista la posibilidad (mínima, claramente) de que me guste Alyssa y ya no sea solo para fastidiar.

Estoy tan absorto en ella que se me había olvidado de que Kim seguía aquí, por eso me asusta su cara de pervertida.

—Se te está cayendo la baba, Aaron—dice con malicia.

Debería seguir con lo que he hecho todo el año pasado, no sucumbir a provocaciones y simplemente ignorarla como la molestia que es, pero no puedo evitarlo.

Me pongo rojo como un tomate idiota.

—¿De qué estás hablando? —digo ofendido —¡Ella ni siquiera me gusta!

Kim me mira con intención.

—¡Deja de hacer eso! —protesto.

—¿Hacer qué o qué? —me pregunta, haciéndose la inocente.

—¡Eso! ¡Insinuar locuras con tu cara! yo...

—¡Chicos! —nos llama Alyssa entonces —¿Qué les parece este?

Esta vez, tanto Kim como yo nos quedamos con la boca abierta.

El vestido era increíble, consistía en una minifalda con vuelos dorada y un top negro con un escote en V muy sugerente.

Maldición, lo admito, ahora si se me estaba saliendo la baba y con toda razón. ¡Estaba increíble!

Kim y yo aplaudimos a la vez, haciendo que ella sonriera.

—¿Ahora si parezco una reina despiadada? —nos preguntó emocionada.

—¡La más mala de todas! —digo con emoción.

Kim me mira otra vez con esa cara de "Oh, ya sé que te gusta" así que me escabullo, diciéndoles que voy a comprarnos unas malteadas.

Estoy haciendo lo que dije, cuando veo al séquito de monos estúpidos pasar, están del otro lado, viendo algo en una tienda deportiva. Están todos, incluso él...

He soñado con ese rostro tantas veces en el último año que jamás podría confundirlo. Sentí el odio arder en mi interior, su vida no había cambiado, no se había detenido en lo más mínimo, pero la mía...

Me temblaban las manos, sé que soy una mierda de persona por pensar esto, pero no me importa, ojalá muriera, ojalá pudiera hacerle sentir como él me lo hizo a mí: impotente, estúpido, inútil.

He soñado con meterle una bala en el cerebro más veces de las que puedo contar.

—Oye—la voz suave de Alyssa y su mano sobre mi hombro me devuelven al mundo real—¿Estás bien? La joven está hablándote...

La miro y le ofrezco mi mejor sonrisa mientras me disculpo con la encargada, pero he visto sus ojos, se ha dado cuenta de que los estoy mirando y seguro no lo dejará pasar.

Nos tomamos las malteadas y aprovechamos el tiempo para bromear y visitar muchas tiendas, es en una de estas cuando aprovecho para agarrar ropa, una sencilla camisa negra y un pantalón del mismo color, con la excusa de que es para ir a la casa de una tía.

Ambas me creen.

Estuvimos hasta eso de las siete de la noche, hasta que por fin nos despedimos de Kim y nos encaminamos a casa.

—No me gusta que estés tan callada—le digo, la luz del salpicadero la baña de una forma curiosa, haciéndola parecer más seria, hasta enojada.

Quizás lo estaba.

—Estaba pensando—me dijo en voz baja—sé que tú no sabes de eso, porque pensar no es propio de ti.

Pongo los ojos en blanco, pero sonrío, al menos no está enojada como suponía.

Cuando llegamos a casa me encuentro decepcionado como un estúpido, el camino ha sido demasiado corto para mi gusto, y debo admitir que me encuentro queriendo pasar más tiempo con Alyssa.

¿Me he vuelto todo un perdedor, no es así?

Ella se baja del auto y se da la vuelta por el frente, para ayudarme a bajar a mí.

Pone mi silla en el suelo y yo acomodo mis piernas como si fuera a bajar, pero cuando viene a darme una mano aprovecho para atraerla cerca de mí.

Ella me mira sorprendida y se sorprende aún más cuando inclino la cabeza y la beso, sin importarme que mis padres estén mirando por la ventana, sin importarme nada más.

Ella me devuelve el beso, primero calmada y tierna, pero luego parece tan hambrienta como yo. Ella enreda las manos en mi cabello y yo hago lo propio, con una mano en sus rizos y la otra en la parte baja de su espalda, disfrutando de ella todo lo que puedo.

La beso y me quedo sin aire, pero me encanta, ¡Puedo vivir sin respirar si eso significa morir besándola!

La he besado tantas veces desde que la conocí y por tantos motivos, pero jamás porque la necesitara, como la necesito ahora.

Fue ella quien rompió la conexión. Quiero protestar, pero no lo hago, aun así, la mantengo entre mis brazos.

—Alyssa, no preguntes—ruego, leyendo perfectamente esos ojos oscuros.

Ella pone los ojos en blanco y me pone la mano en el pecho para crear distancia entre los dos, debo admitir que es algo que no me gusta.

—Me ocultas muchas cosas, Aaron—dijo, su voz era baja, pero podía sentir la furia.

Respiré hondo.

—Admito que sí, pero hay cosas que quiero guardar para mí mismo, ¿Entiendes? —le explico—hay cosas que no debes saber, estamos bien así.

Ella se aparta ahora del todo y se cruza de brazos.

—Ya basta de hacernos los tontos—dice con emoción —tú y yo sabemos que está pasando aquí, tenemos esta cosa...esta ...atracción, y cada día crece más, sé que por ahora es un juego, pero dejará de serlo, ¿Me dejarás conocerte?

Aparto la mirada de ella. No soy estúpido, ¿Bien? Quiero negarlo, pero Alyssa y yo hicimos clic desde el inicio, nos gustamos, y eso solo ha avanzado, ¡y por supuesto que quisiera que siguiera así! pero...

No puedo arrastrarla a lo que soy, no puedo darle algo tan mísero y simple.

Maniobro con cuidado para subirme la silla y avanzo hasta la casa.

—¡Nos vemos, Aaron! —me grita con furia antes de subirse a su auto.

Espero a que el motor suene y su auto se pierda calle abajo antes de entrar.

Como era de esperarse, mis padres me miran impresionados.

—¿Qué hay de cenar? —es lo que digo, porque explicarles lo que acaba de pasar sería un enredo total.

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