Apagaron.
Apagaron aquella llama de fuego ardiente que hacia que mi corazón amara.
Me quitaron la mejor parte de amar.
No puedo amarme a mi misma.
Aventaron mi cuerpo en llamas a un pozo de químicos y apagaron mi alma como si un fósforo encendido cayera en un vaso de agua.
Aquel vaso de agua helada.
Sus manos cubrieron mi boca y ahogaron mis gritos, drogaron mi dolor y cubrieron mis ojos con el suave olor de una rosa pero con el dolor de clavarse sus espinas.
El cáncer come mi cuerpo como si una jauría de lobos se tratará y nadie se da cuenta.
El cáncer y los de Blanco encerraron mi vida en una pequeña jaula.
Colocaron mi corona de espinas y aquel vestido blanco de encaje se tinto se rojo.
Un rojo agresivo y potente.
Me crecieron colmillos y mi lengua se afiló, un filo que corta mis lágrimas y gritos.
No puedo ver, pero el cáncer ve por mi.
Personalidad múltiple, nuestros cuerpos son los mismos pero nuestros ven más allá de los suyos.
Agresividad, tengo cadenas en los pies pero mis manos están manchadas de sangre.
Mis colmillos se clavaron en las pieles de los lobos y mis dedos se clavaron en sus ojos.
La jaula se lleno de sangre y las rosas tiraron sus pétalos, veo, puedo ver cómo alrededor de mi las jaulas se multiplican.
Las espinas de mi corona se clavan en mi conciencia como recuerdos dolorosos.
Mi jaula se lleno de sangre y mi vestido también.
Después de todo el cáncer se come mi cuerpo y el de otros también.