• d u l c e s o n a r •

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El cáncer.

Es la clara representación de más de cien lobos con hambre.
No importa cuanto corras, ellos llegarán y arrancarán tu débil piel entre dientes.

Son como un panal de abejas.
Clavándose en tu cuerpo mientras el fuego y dolor comienzan a arder en tus venas.

Pusieron una cruz en mi frente y me pusieron el nombre "prueba de Dios".

No es una prueba de Dios... Es tu prueba.

Dejé de creer en Dios cuando a gritos me pedías que dejara de llorar no importara que sentía mis venas explotar.

Dios tiene lindos ojos sonrientes y llenos de paz... Pero...

¿Por qué ve así cuando el dolor me está consumiendo?.

¿Por qué Dios sonríe cuando mis ojos lloran sin parar?.

¿Acaso Dios me está ignorando?.

¿Acaso Dios quiere verme morir?.

Me pediste que te entregará cada rincón de mi ser.

Me odias, me amas.

Tengo una corona de espinas en mi cabeza con tu nombre.

Tengo Miles de cuchillos en mi espalda y cada uno con tu sangre.

Tengo Miles de cicatrices con las iniciales de tu nombre.

Tengo flores adornando y quemando mis pies.

Mi médula sangra y las gotas que caen pintan las rosas blancas.

Y desde luego... Tengo una enorme bata blanca cubriendo todas y cada una de mi heridas.

Me estás hiriendo, sal de mi, estoy siendo cruel con quién me ama, estoy acuchillando los corazones de los humanos que sienten compasión por mi.

Detente.

Detente querido cáncer.

Quiero salir sin que las abejas inserten más veneno en mi sangre de la que tengo.

Quiero correr sin que los lobos coman mi carné.

Quiero vestir vestidos de encaje y mostrar mis cicatrices al mundo.

Quiero abrir mis ojos sin que comiencen a llorar.

Quiero una corona de flores en mi frente con tu sangre colgando de ella como si de hermosos diamantes se tratarán.

Quiero tomar los cuchillos de mi espalda y con ellos sacar la pureza de mi sangre que cargas en tu cuerpo.

Tomaré las flores con fuego entre mis manos y las pondré en tu ataúd cuando mueras.

Quiero pintar las flores de un nuevo color.

Sin embargo cuando grito en tus oídos, haces como no escucharme.

Siempre te paras de tu asiento y acaricias mis ojos con dulzura.

Afilas las espinas de mi cabeza, clavas un cuchillo más a mi columna, vuelves a grabar tu nombre en mis venas, acaricias mis pies y los besas con la suavidad de tus labios para después hacer que el fuego llegue a mis rodillas, Tomás mis caderas y clavas tus dedos en mi médula para sacar más de mi sangre.

Al final siempre bebés mi sangre en una copa de cristal.

Descubres mi cuerpo y miras con orgullo cada una de las cicatrices que tengo por ti.

Tomás la campana y la posas frente a mis ojos llorosos mientras tú cara siempre muestra una sonrisa pícara.

Quería levantarme del suelo para acariciar el suave metal de ella.

Más sin embargo el fuego ardió más cuando las raíces de tu ser ataban con fuerza mis muñecas...

Sé que no puedo acariciar el metal ya que aún si tú tenías los dientes en mi cuello grabaste en mi memoria lo que pasaría si tenías el placer tocar metal.

Me lo susurraste con agonía en mis oídos mientras veía morir al amor frente a mis ojos.

Me lo dijiste a gritos con cada niño que veía correr hacia la libertad.

Pequeño Aldo...
Juramos con nuestras pieles juntas que viviríamos los dos o ambos moriamos.

¿Por qué me mentiste de esta forma?.

Quisiste correr cuando yo apenas podía ponerme de pie.

Me mentiste.

Llevo el pecado de verte morir frente mis ojos.
Mi mente busca los latidos de tu corazón y el mío busca tus ojos que como dos perlas brillaban por las noches mientras acariciábamos nuestras pieles y reíamos.



Al menos podrías hacerla sonar un poco para mi?.

Dejaré marchito mi corazón con la condición de escuchar las piedras golpear el metal.

• Leucemia •حيث تعيش القصص. اكتشف الآن