Diego Alexander West
Por más que no quería separarme de Alice y de nuestros bebes, no tuve más opción de hacerlo y aunque solo era por tres días la angustia no me dejaba concentrarme en lo que debería.
-. Diego Alexander West – me grita Alejandro y pongo mi atención en el nuevamente
-. Te escuchas igual a mama cuando se molestaba
-. Y es justo como me siento ¿puedo saber qué demonios te pasa? – pregunta
-. Siéntate – le pido y me asesina con la mirada – por favor – insisto y lo hace – es por Alice
-. Oh no lo había notado – ironiza molesto y lo ignoro
-. Veras ella no puede viajar por ahora y me necesita a su lado
-. Ah no Diego yo no puedo seguir solo con el hotel nuevo más los de la cadena, entiende que también tengo una vida
-. Lo sé y solo te pido me ayudes con las cosas que yo no pueda hacer mientras estamos fuera, entre Regina, tú y yo podemos llevar todo
-. ¿Por cuánto tiempo? – pregunta
-. Solo hasta que Alice y los gemelos estén fuera de peligro
-. Espera, espera ¿Cómo que los gemelos?
-. Si, los gemelos Alejandro – reafirmo y se levanta de un salto
-. ¿Seré tío? – Inquiere y asiento feliz - ¿de dos? – Vuelvo asentir y me levanta de un tirón de mano – enhorabuena hermano
-. Gracias – respondo - ¿Ahora entiendes por qué necesito tu ayuda? – inquiero serio y nos sentamos nuevamente más tranquilos
-. Explícame bien, ¿Cómo esta ella? ¿Cómo te enteraste?
-. La historia es larga, pero lo que sí importa es que su embarazo es de riesgo, tanto para ella como para los gemelos, el medico dio orden de absoluto reposo por lo que debes entender que mi lugar es junto a ella – asiente – Además tengo que mantenerla lejos de la prensa y ya viste como se pusieron al saber la verdad sobre nosotros, no quiero ese estrés para ella
-. Está bien, tú cuida de ella y de mis sobrinos
-. Gracias, ahora necesito me expliques ¿Qué paso para que Amanda no quiera trabajar contigo? – Pregunto y niega – creí haberte pedido que no te acostaros con las amigas de mi esposa
-. Y no lo hice – lo miro dudoso y levanta su mano derecha – lo juro
-. ¿Entonces?
-. Esa mujer es imposible, Diego me he reunido tanto con ella como con Victoria para el diseño de interiores de los hoteles y se impone en todo, tiene un carácter de mierda...
Escucho cada una de sus quejas y comienzo a entender todo, a él le gusta y seguramente ella lo ignora, lo conozco con demasía como para saber que si no le gustara ya fuera cambiado de diseñadores y le diera la importancia que le está dando
-. Definitivamente ella sería la última mujer con la que pensaría en acostarme – claudica y sonrió
-. Quizás eso es precisamente lo que pasa Alejandro que por fin conseguiste quien se resiste a tu encanto – digo con burla y me acuchilla con la mirada
-. Estás loco, se ve que desde lejos que esa mujer es una santurrona y yo no soy de ese estilo y lo sabes
-. Si pero ¿Quién sabe? El mundo da muchas vueltas – comento divertido al verlo en ese estado por una mujer
-. ¿Se puede saber cuál es el chiste?
-. Tu – respondo pero decido dejarlo tranquilo – bueno tu veras, ahora dame los pendientes que necesito volver cuanto antes