—Oh Bo Min, ¡mira! — Bo Seung chilló, señalando algo con emoción.
Bo Min corrió hacia él, encontrándose con una estrella de mar —¡Mi amiga! — dejó su bolso lleno de conchas de mar en el suelo y la levantó con cuidado —¡Estrella!
Bo Seung balanceó su propio bolso con entusiasmo, haciendo que algunas de las conchas cayeran —tan bonita, ¿es tu amiga?
—¡Sí! — el alfa sonrió, sosteniendo la estrella cerca del omega.
Bo Seung dio un paso hacia atrás —da un poco de miedo— negó, haciendo que su largo cabello negro se moviera también —no, gracias.
—¡Estrella es muy buena, Seung! — la acercó un poco más al niño —tócala.
—No— Bo Seung se quejó —da miedo.
Bo Min frunció el ceño, sosteniendo la estrella más cerca de su cuerpo —lo siento, no llores.
El omega jugó con sus pies en la arena —está bien, solo no me gusta... Es bonita, pero me da un poquito de miedo.
—Está bien...— Bo Min asintió rápidamente —¡te protegeré!
En el rostro de Bo Seung apareció una gran sonrisa —¿En serio?
—¡Sí, como baba! Él nos protege a mami y a mí.
Bo Seung se sonrojó —bueno...— respiró profundamente, tocando a la estrella de mar rápido antes de alejar su mano.
Bo Min rió —¡lo hiciste!
Bo Seung mordisqueó su labio, tomando con fuerza su bolsa —lo hice.
Bo Min dejó la estrella de mar en el suelo, tomando también su bolsa —vamos por más conchas de mar— murmuró antes de marcar el camino hacia una pequeña pila de conchas de mar que habían quedado en la arena gracias a la corriente de agua. Tomó entre sus pequeños dedos una, sonriendo —para mami.
—Quiero una para mi mami— Bo Seung miró a su alrededor, eligiendo una de un color rosado— Oh, y una para Faðir
Bo Min observó fijamente al omega durante unos segundos y cuando bajó la mirada, vio una concha de mar de un blanco brilloso. Atrapó su labio entre los dientes, levantándola —para baba.
—¡Bo Min! — Sung Yeol le llamó —¡ven aquí, bebé!
El pequeño alfa se dio la vuelta, saludando con su mano —ya voy, mami.
—¡Tú también, Bo Seung! — Sung Kyu gritó.
Bo Min juntó su mano con la de Bo Seung —ven, tomaré tu mano.
Bo Seung rió, moviendo su bolsa llena de conchas de mar para arriba y para abajo —¿tienes frío?
—Baba y mami ven que esté calientito siempre— dijo después de negar.
El omega asintió —pero... estás usando un suéter y un gorro.
Bo Min hizo un puchero —porque hace frío afuera.
—Yo no estoy usando suéter— Bo Min soltó la mano del omega, alejándose. Bo Seung detuvo sus pasos —¿por qué me soltaste?
—¡Malo! — gritó, corriendo lejos de Bo Seung y hacia las piernas de su madre —¡Arriba mami, arriba!
Sung Yeol lo cargó, besando su mejilla —¿Te divertiste con...?
—¡Mamá! — Bo Seung lloró desde donde estaba, dejando caer su bolsa para cubrir sus ojos con sus pequeñas manos —¡Mamá!
Sung Kyu llegó rápidamente a su lado, cargándolo y llenando de besos sus húmedas mejillas —Hvað er rangt, hvolpur? (¿Qué sucede mi cachorro?)
Bo Seung señaló a Bo Min —¡malo, mamá!
Sung Yeol se acercó a ellos dos, sin soltar a su hijo —¿Bo Min hizo algo malo, bebé? —acarició el cuello de Bo Seung —¿qué sucedió?
El omega más pequeño miró al alfa que lloraba en silencio. Cerró sus manos en puños —Hann líkar ekki við mig. (No le agrado)
—Oh, bebé— Sung Yeol sonrió —por supuesto que le agradas a Bo Min.
Sung Kyu asintió —estaban jugando tan bien— giró su cuerpo para poder ver al hijo de Sung Yeol —Bo Min, ¿pasó algo?
Bo Min se quejó, estirando una de sus manos hacia el otro niño. Secó sus lágrimas, siendo cuidadoso y manteniendo su ceño fruncido —no llores.
Bo Seung se frotó la nariz —¡toma mi mano!
—No grites, cachorro— Sung Kyu lo meció suavemente —si Bo Min no desea tomar tu mano, no tiene por qué hacerlo.
—¡Quiero que lo haga! — sollozó el pequeño.
—¿Quieres sostener la mano de Bo Seung, bebé? Creo que se sentirá mucho mejor si lo haces.
—Tomar mano de Seung— murmuró para que su madre lo bajara.
Sung Kyu lamió las mejillas de su hijo antes de hacer lo mismo —toma— Bo Min estiró su mano hacia el omega que ahora sollozaba más bajo.
Bo Seung juntó sus manos con cuidado —calientito.
Bo Min asintió —calientito...
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—¡Baba, baba! — Bo Min corrió alrededor de las piernas de Myung Soo.
—Sí, Bo Min— Myung Soo se arrodilló —¿qué pasa?
—¡Quiero mi rompecabezas!
—Tu rompecabezas está en tu casa. Puedes venir a jugar con Bo Seung de nuevo y lo traeremos.
Bo Min frunció el ceño pero le dio un beso al alfa —está bien, baba— jugó con la manga de Myung Soo —quiero mami.
—Mamá está tomando una siesta— tomó el rostro del niño con una de sus manos —pero lo despertaré para la cena.
Bo Min sonrió, acercándose más para abrazarlo —sí, ¡despierto a mami también!
—No, ve a jugar con Bo Seung. Yo despertaré a mamá.
El alfa de ojos cafés asintió —sí, baba.
Luego de un último beso, el niño se alejó corriendo
—Está muy apegado a ti— Woo Hyun dijo, sacando platos de un mueble —y tú estás muy apegado a él.
—Lo estoy— Myung Soo lavó sus manos, secándolas después con una toalla —es un niño muy dulce.
—Bo Seung también está muy apegado a él— el alfa de cabello negro se giró para confrontarlo, mirándolo con seriedad —Sung Yeol tiene línea de sangre directa.
—La tiene— Myung Soo cruzó sus brazos —no lo sabía.
Woo Hyun sonrió con suficiencia —¿te gusta?
—No le permites a tu hijo preguntar, ¿pero tú lo haces?
Una suave risa escapó de los labios del contrario —deseo saberlo... Estás dispuesto a construirle una casa— arqueó una de sus cejas —eso es demasiado.
Myung Soo bajó la mirada, negando —tengo muchas emociones diferentes hacia Sung Yeol, hacia ambos— mordisqueó la parte interna de su mejilla —no me da otra elección. Sung Yeol es un muy buen omega, su papel como madre es muy bueno y es muy dulce.
—¿Te mudarás con ellos... a Alaska?
—¿Es esa la pregunta que querías hacer originalmente?
Woo Hyun apartó la mirada —mis disculpas.
—Hmm... Me mudaré, solo si él necesita que lo haga. No lo sé, no soy su pareja.
—Y si te enamoras de él, ¿no irás?
La mandíbula de Myung Soo se tensó —no lo sé, ni es de tu interés.
—Si tienes un hijo con él...— Woo Hyun se recargó en la encimera —no te llamarán para que vuelvas.
Myung Soo le gruñó al alfa, forzándolo a bajar la cabeza respetuosamente —no lo usaré para librarme de mi pasado. No quiero ninguna palabra más al respecto— se dio la vuelta, dejando a Woo Hyun en esa posición.
Caminó por la sala de estar, donde Sung Kyu estaba sentado y los niños jugaban.
Avanzó hasta llegar a su habitación y abrió la puerta con cuidado, cerrándola detrás de él. Se dejó caer de rodillas cuando llegó al centro, donde estaba su nido.
Myung Soo soltó una suave risa, buscando a Sung Yeol entre la gran cantidad de cobijas y almohadas. Eventualmente encontró al omega, acurrucado justo en el centro.
Acarició su mejilla con las yemas de sus dedos, agachándose para depositar un beso en su sien —Dulce Camelia...— murmuró —es hora de la cena.
Sung Yeol se removió y soltó un suspiro. Myung Soo no despegó la mirada de él ni por un segundo; era la primera vez que lo veía dormir.
El omega era pequeño, tenía pestañas largas y sus labios eran de un color rosa claro, del mismo tono que su pequeña nariz de botón por el frío. Su cabello estaba alborotado, señal de que se movía mucho entre sueños.
El ex–militar tocó el lóbulo de su oreja, acariciándolo con el pulgar —ven, omega— con cuidado acomodó a Sung Yeol en su regazo, besando la parte posterior de su cuello mientras lo sentía despertar —soy yo Camelia, soy Myung Soo.
—Mmm...— Sung Yeol gimió quedamente, despertando poco a poco. Se removió hasta quedar con el rostro enterrado en el cuello de Myung Soo. Respiró profundo, sujetando la gran playera de Myung Soo —Bo... Bo Min...
—Está jugando con Bo Seung— el alfa tomó un mechón de su desordenado cabello y lo llevó detrás de su oreja, besando la comisura del ojo de Sung Yeol —es hora de la cena, quería que durmieras más— acarició su rostro, frotando su mejilla contra la del omega —pero deseaba comer contigo.
Los ojos de Sung Yeol permanecían cerrados, pero apretó el agarre que tenía en la playera del alfa —cansado...
—Sí, dulce omega, lo sé— rozó la mejilla de Sung Yeol con la punta de su nariz —por favor despierta, ¿por mí? — colocó una mano en la piel expuesta del omega, acariciándola con sus dedos.
Lentamente abrió los ojos, parpadeando varias veces. Estiró su cuerpo, tronando su espalda —estoy...despierto.
Myung Soo introdujo su mano debajo de la playera de Sung Yeol, sintiendo como su piel se erizaba a los pocos segundos. Frotó desde su pequeña pancita hasta su espalda baja —estoy actuando como un niño.
Sung Yeol rió, enterrando el rostro en la fuente de aroma de Myung Soo. Soltó un suspiro cuando el lobo lo marcó con este y se mantuvo pegado a su piel, bostezando —lo estás haciendo, justo como Bo Min.
El alfa asintió —solo quiero verte despierto— mantuvo la mano sobre el estómago de Sung Yeol —preparé mazorca de maíz.
Sung Yeol rió ante eso —¿es todo?
—¿Y si así lo fuera?
Alejó su rostro, tallando sus ojos con el dorso de su mano —entonces Bo Min estará muy feliz.
Myung Soo sonrió, ayudándole a sentarse bien —preparé carne, arroz y mazorca de maíz.
—Mmm...— la espalda de Sung Yeol ahora estaba pegada a su pecho —suena delicioso.
El alfa puso sus labios en la parte posterior de su cuello y el omega se paralizó. Myung Soo solo dejó un beso en la pequeña cicatriz —me estás haciendo sentir muchas cosas, omega— Sung Yeol estaba completamente sonrojado, con los ojos cerrados. Se estremeció entre los brazos de Myung Soo, mordisqueando su labio. Inmediatamente el alfa presionó sus costados —tú no... tú no quieres una pareja.
Eso sacó a Sung Yeol del trance en el que estaba, haciendo que se diera cuenta de la cantidad de feromonas que liberaba. Myung Soo gruñó cerca de su oído —hay otro alfa en esta casa, detente.
El omega volvió a cerrar los ojos por un momento, concentrándose en respirar. Colocó sus pequeñas manos sobre las del alfa, las cuales cubrían su torso y se hizo para atrás —yo...no quiero una pareja— repitió.
—Eso está bien.
Sung Yeol rodó los ojos y se arqueó ligeramente cuando Myung Soo besó el costado de su cuello —por favor...
Myung Soo empujó al omega hacia la comodidad del nido, dejándolo sobre sus rodillas y lo tomó por la cadera, presionando la pelvis peligrosamente cerca de su trasero; volviendo a gruñir. Los labios del alfa estaban posados en la parte posterior del cuello de Sung Yeol y su visión se había vuelto borrosa.
Sung Yeol soltó un gemido que fue amortiguado por las almohadas, pero pronto levantó la cabeza para hacerse escuchar —tómame alfa, toma... alfa, tómame.
El ex–militar casi arrancó la playera de Sung Yeol pero en lugar de eso se alejó, yendo al muro más apartado de la habitación.
El omega giró, dejándose caer sobre su espalda, levantando su cadera y arqueándose provocativamente. De sus finos labios salió un quejido —te quiero.
—Détente— Myung Soo cerró los ojos —no es el momento, detente.
Sung Yeol también cerró los ojos, sintiendo una opresión en el pecho por el olor de la habitación, el olor de un alfa de verdad.
—Bo Min— Myung Soo volvió a hablar —piensa en tu hijo.
Sung Yeol se sentó rápidamente, sudando. Negó varias veces —lo siento tanto, yo... ¿qué...? — se levantó, sintiendo que las piernas le fallaban.
Dio dos pasos antes de caer al suelo. El alfa corrió hacia él, levantándolo.
—Sh, está bien.
El omega lloraba, tirando su cabeza hacia atrás —¿qué estoy haciendo?
Myung Soo besó sus clavículas —no hiciste nada, mírame. Mírame, Camelia.
Sung Yeol obedeció, quejándose —yo... lo siento tanto.
—Solo hay atracción mutua, no te disculpes a menos de que no sea así— Myung Soo acarició el rostro lleno de lágrimas de Sung Yeol —Ninguno de los dos ha tenido sexo en un largo tiempo, es normal. Simplemente somos compatibles, no hay razón para disculparse.
Sung Yeol frunció el ceño —no quiero tener sexo con cualquiera— parpadeo, intentando de esa manera detener las lágrimas —pero tú... la manera en que me sostienes, como me tocas y me das amor. Nunca antes me sentí así, es extraño y no quiero confundirlo con algo más— explicó, sollozando contra su pecho.
Myung Soo juntó sus frentes —me aseguraré de que no lo hagas— lamió sus lágrimas hasta que Sung Yeol estuvo completamente relajado —por favor, quiero que sepas que te respeto y que estoy igual de confundido— sus ojos obscuros se oscurecieron —pero también quiero que sepas, que tengo una gran atracción física hacia ti y esto no ayudó... si algo así ocurre de nuevo y tú me ruegas... te tomaré.
El omega lo miro mientras sus labios temblaban suavemente —si... si me tomas, entonces no podrás dejarme ir.
Myung Soo cerró los ojos ante sus palabras, porque no podía prometer eso.
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—Lo siento bebé, pero mamá tiene que trabajar mañana.
Bo Min frunció el ceño, volteando a ver a Bo Seung, a quien le estaban dando de comer en la boca —pero... pero mami, Seung...
—Sé que quieres seguir jugando con Seung, precioso— Sung Yeol acarició su mejilla suavemente —si quieres, puedes quedarte aquí.
El niño sonrió ampliamente —¿sí?
Sung Yeol le devolvió la sonrisa —sí, si baba dice que está bien entonces puedes quedarte y pasaré por ti mañana que salga de trabajar.
La sonrisa de Bo Min decayó —¡No! No mami, no— corrió hacia los brazos de su madre —¡quiero ir con mami!
El omega suspiró, girando cuando Bo Seung se levantó y se puso detrás de él. El niño ladeó la cabeza, con un puchero —¡Bo Min!
Bo Min no dejó de llorar, quejándose y pataleando. Sung Yeol sonrió con tristeza, cargándolo —está bien Bo Seung, ya es tarde y Bo Min solo está cansado.
—¿Qué sucede? — Myung Soo entró a la habitación con Woo Hyun. Pasó con cuidado a un lado de Sung Kyu y Bo Seung para llegar al pequeño alfa que lloraba —¿qué pasó?
Sung Yeol acomodó al niño en sus brazos —probablemente solo está cansado, lo llevaré a casa.
Myung Soo ladeó su cabeza, mirándolo con atención —ven a mi habitación, su cobija está ahí.
Los tres caminaron a la habitación de Myung Soo. Sung Yeol intentaba tranquilizar a su hijo —Bo Min, bebé, me estás pateando... por favor relájate.
Bo Min solo gritó, pegado a su hombro.
Myung Soo tomó la cobija del niño de una almohada y la puso alrededor de su espalda —Bo Min— habló firme, sujetando sus pies —no patees a tu madre de nuevo, lo estás lastimando.
Detuvo sus movimientos y el sonido de sus sollozos inundó la habitación.
—Dime qué pasó.
Sung Yeol se sentó en el suelo, meciendo a su hijo —quiere quedarse con Bo Seung pero tengo que trabajar mañana— explicó, besando la frente de Bo Min —le pregunté si quería quedarse aquí y que viniera mañana por él.
—¡No! — Bo Min se removió, volviendo a llorar con fuerza.
Myung Soo se puso de cuclillas, volviendo a sostener sus piernas —si pateas a mamá estaré muy enojado contigo.
Bo Min soltó un quejido —no quiero lastimar a mami.
—Entonces no lo hagas. Yo tampoco quiero que lo lastimes.
El niño sujetó la mano de Myung Soo, visiblemente frustrado.
El exmilitar apartó el cabello de su rostro y Sung Yeol talló sus ojos con el dorso de su mano —lo llevaré a casa.
Myung Soo asintió —iré con ustedes para asegurarme de que estén bien.
Sung Yeol sonrió —es innecesario.
—No lo es— observó como los ojos del niño se cerraban —preferiría que se quedaran.
—Tengo trabajo mañana y el día siguiente también.
—Sé eso, y estaré ahí para cuidar de Bo Min— Myung Soo llevó una de sus manos al cuello de Sung Yeol —no ignores lo que pasó hoy.
El omega se sonrojó —lo intentaré.
—Eso no será suficiente. Cuanto más lo intentes, más me dolerá... y te dolerá.
Sung Yeol se encogió de hombros —está bien, Myung Soo— gruñó un poco bajo —tan embarazoso.
Myung Soo rió, forzándolo a verlo —no lo fue para mí, solo no quiero apresurar las cosas.
—Myung Soo— Sung Yeol suspiró —esto es ridículo, me prometí a mi... a mi hijo, que no encontraría otra pareja.
—Porque algo malo te sucedió no significa que debas permanecer infeliz.
El omega podía sentir el cansancio en cada parte de su cuerpo. Miró a Myung Soo, irritado —sí, bueno, cuando alguien golpea a tu hijo y es tu culpa hace que cambies tu forma de pensar.
Myung Soo removió su mano —Bo Min está dormido y estás gritándome de nuevo.
Sung Yeol inclinó su cabeza —lo siento, Myung Soo.
—Se bueno conmigo, omega— tomó su rostro por el mentón y lo elevó un poco —Yo siempre soy bueno contigo, ¿no es así?
El omega se inclinó hacia su roce —siempre...
—Entonces no dudes de tu felicidad conmigo.
—Y tú...— Sung Yeol bajó la mirada a su hijo que dormía tranquilamente —tú tampoco quieres tener una pareja.
—No quiero... porque a las personas les cuesta trabajo entenderme, entender lo que he hecho— el alfa suspiró —nunca me has pedido cosas que no puedo controlar y me has aceptado por lo que soy— una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Myung Soo —tú... no eres alguien con quien yo hubiera considerado estar.
Sung Yeol mantuvo los ojos fijos en su sonrisa, sin importar lo pequeña que era.
—Eres un mitad-lobo... pelee contra ellos por un largo tiempo— presionó sus labios en una línea firme —pero cuando me pediste que me fuera de tu casa, dolió tanto. No era algo normal y no quería irme porque no quería estar lejos de ti... de Bo Min. Supe entonces que eso debía significar algo— Myung Soo asintió para sí mismo, encontrándose con los ojos cafés del contrario —me siento bien cuando estoy contigo, cuando estoy con Bo Min. Me haces sentir como si lo que he hecho no importara.
Sung Yeol pasó saliva con dificultad, sintiendo como si hace horas no hubiera ingerido ningún líquido —¿qué...? ¿qué has hecho?
Myung Soo lamió sus labios —cosas horribles, y si me preguntas qué, te responderé. Te lo diré.
El omega sorbió su nariz —gracias...— levantó a Bo Min, acomodando la cabeza del niño en su hombro —eres el único alfa en el que he aprendido a confiar, el único al que le he permitido entrar en mi hogar, tocarme, acercarse a mi hijo y cuidar de él a solas. Así que, lo que sea que hayas hecho...— Sung Yeol negó, mirando fijamente sus ojos negros llenos de tristeza —no cambiará que eres el único alfa al que le confiaré a mi hijo. Bo Min es mi vida, lo que significa...— tomó la gran mano de Myung Soo —que confío en ti con todo mi ser.
❀•°•═════ஓ๑♡๑ஓ═════•°•❀
Sung Yeol corrió a un lado de Bo Min —tarde, tarde, tarde.
Había sido una noche horrible. Llegó muy tarde a su casa porque Bo Min había despertado y le había rogado porque se quedarán un poco más de tiempo. Sung Yeol no había podido negarse cuando apenas un mes atrás su hijo jamás le hubiera pedido nada. Tan solo el progreso que había tenido el día anterior hacía que su corazón se acelerara. Antes rezaba porque su hijo hiciera un amigo, rezaba porque llegara el día en que riera y fuera feliz.
Perdió la noción del tiempo hablando con Woo Hyun y Sung Kyu, estando tan cerca de Myung Soo.
Si Myung Soo le decía mimoso, no había palabra para describir al alfa. Lo tocaba en cualquier oportunidad que tenía, era como si no pudiera mantener sus manos quietas pero tampoco era algo que le importara a Sung Yeol.
Lo que había sucedido en la habitación era casi aterrador. La manera en que se sometió ante Myung Soo le parecía increíble. Sung Yeol lo había querido... lo quería.
El sexo está en su naturaleza, se trate de un mitad-lobo o un lobo (y sobre todo en los últimos)
Sung Yeol anhelaba la atención que nunca había recibido, como el tipo que Myung Soo le brindaba. El alfa le daba justo lo necesario, le hacía sentir que nunca estaba solo.
Había despertado varías veces durante la noche para asegurarse de que la alarma estuviera puesta. No estaba seguro por qué, pero había algo que lo había mantenido inquieto toda la noche.
No podía dormir y había terminado en el sofá porque eventualmente, sus constantes movimientos habrían despertado a Bo Min.
El sofá era incómodo y Sung Yeol moría por llamarle a Myung Soo, pero Myung Soo no era su pareja. Que sintieran atracción no significaba que Sung Yeol pudiera hacer lo que quisiera y él definitivamente no había querido llamarlo a las dos, tres y cuatro de la madrugada.
Sung Yeol trabajaba mucho y sufría de insomnio. Se aseguraba de que la ropa estuviera bien doblada, intentaba limpiar e incluso cocinar. Myung Soo le había quitado un gran peso de encima pero eso no cambiaba lo poco que dormía.
Tomaba varias siestas a lo largo del día pero en las noches estaba limpiando, leyendo o llorando... a veces hacía varias de esas cosas a la vez.
Los omegas tenían muchas necesidades básicas y una de ellas era el sueño. Era muy raro ver a un omega con dos empleos (Sung Yeol, por ejemplo, no había mencionado en su búsqueda de un segundo empleo que ya tenía uno)
Sung Yeol no era un omega común, estaba soltero, con un hijo y necesitaba dos jodidos trabajos.
No quería depender de un alfa de nuevo, ya había hecho eso una vez y las cosas no habían terminado muy bien. No necesitó un empleo estando con Moon Bi, él se ocupaba de todos los gastos. Sung Yeol era un omega y Moon Bi pagaba todo porque era un alfa con dinero. Moon Bi—se hacía cargo— de su hijo porque tenía dinero.
¿Dónde estaba Moon Bi?
Toda esa cuestión era difícil con Myung Soo porque él simplemente lo hacía sin pedir nada a cambio. Se aseguraba de que Sung Yeol tuviera comida para el almuerzo y que Bo Min tuviera snacks. Le compraba rompecabezas y fruta a su hijo, cosas saludables y que ayudaban con su educación, todo para ayudar al niño. No había nada maligno detrás de todo lo que Myung Soo intentaba darle y le resultaba difícil resistirse a sus cuidados, sobre todo porque venían de un alfa que lo respetan demasiado (y que era muy tierno cuando sonreía.)
Bo Min metió la cuchara en su plato de cereal, tocando con su otra mano las piezas de rompecabezas que estaban en la caja del producto. Myung Soo le había dicho que cuando lo comiera todo, podría recortar las piezas para resolverlo.
—Tarde, tarde, tarde— Sung Yeol corrió hacia otra habitación del pequeño departamento.
—Tarde, tarde, tarde— Bo Min repitió en voz baja, dejando su cuchara de lado. Tomó el plato con ambas manos y bebió el resto de leche.
—Tarde, tarde, tarde— repetía el omega ahora más alto, llevando puesto solo un calcetín. Ya era tarde y Myung Soo todavía no llegaba.
Bo Min miró el celular que vibraba por tercera vez sobre la mesa y apuntó hacia el —¡mami, teléfono!
—No puedo responder ahora bebé, seguramente es Myung Soo— respondió mientras se ponía un poco de crema en la cicatriz de su cuello —¿puedes contestar, por favor?
—¡Sí puedo, mami! — el niño se levantó en su silla y se estiró para alcanzar el teléfono. Frunció el ceño ante la pantalla negra —se fue...— tocó la pantalla —¿hola? — Lo llevó a su oreja —¿baba?
—¡El almuerzo! — Gritó Sung Yeol, volviendo a la cocina.
Bo Min dio un salto cuando el teléfono comenzó a vibrar de nuevo —mami, mami, es baba— sonrió, oprimiendo el botón verde antes de colocar el aparato contra su oreja —Hola, ¿baba?
—Bo Min— Myung Soo suspiró —¿dónde está tu madre?
—Buen día— respondió, frunciendo el ceño por su tono de voz —mami está tarde, tarde, tarde.
—Pon a mamá al teléfono.
El niño rápidamente bajó de su silla y persiguió a su madre que seguía moviéndose de un lado a otro —¡Mami! Baba está en teléfono.
Sung Yeol giró, tomando el celular —gracias precioso, ve a comer ahora.
El omega puso el teléfono contra su oreja, yendo del baño hacia la cocina para guardar el sándwich que había preparado antes —hola.
—Sung Yeol— Myung Soo habló, haciendo que el omega se detuviera —te llame tres veces.
—Voy tarde— Sung Yeol frunció el ceño.
—Yo también, por eso te llamé. Estaba preocupado, es importante que si te llamo, respondas. ¿Y si algo malo te sucedió a ti o a Bo Min? ¿Y si no puedo contactarte?
Sung Yeol se recargó en la encimera —Myung Soo, voy retrasado. Es mi nuevo empleo y ya me está causando estrés, por favor, no causes aún más.
—No estoy tratando de hacerlo.
—¡Pero lo haces! Volví a casa tarde, estoy cansado— su voz se quebró —yo... estoy cansado todo el tiempo, tengo hambre y solo... necesito ir a trabajar, me van a regañar por llegar tarde. Bo Min está comiendo cereal, por el amor de Dios, no puedo hacerle un desayuno decente a mi propio hijo y ahora te tengo a ti, regañándome por no responder el celular, ¡no necesito esto! — Sung Yeol arrojó su celular, haciendo que la pantalla se estrellara. Tiró su sándwich al suelo y salió de la cocina, yendo hacia su habitación para tomar algo de ropa para Bo Min.
—¡Bo Min, ven aquí!
El niño se acercó corriendo, con las manos en su espalda —¿Sí, mami?
—Te voy a vestir, acércate— rápidamente le fue poniendo la ropa, parpadeando para intentar detener las lágrimas que obstruían su visión. Tomó un suéter y lo pasó por uno de los brazos de su hijo —ve a ponerte los zapatos.
—Sí, mami.
Sung Yeol tomó la manta del niño y fue a la cocina para preparar dos bolsas con un poco de comida. Soltó un sollozo por la frustración que sentía y caminó de vuelta a la recámara para ver a su hijo —vendrás conmigo al trabajo.
—¿Y baba?
—Bo Min — se arrodilló para atar los zapatos de Bo Min, siendo un poco agresivo —¿qué acabo de decir?
—Ir con mami a trabajo.
—Exactamente— se levantó y lo cargó, girándose y chocando contra el cuerpo de Myung Soo. Sung Yeol gritó, sosteniendo a su hijo más cerca.
Myung Soo lo miraba con calma y se acercó más —Sung Yeol...
—¿Q-qué...? — Su corazón latía desenfrenadamente y sus manos temblaban —¡me asustaste! — Myung Soo intentó tomar a Bo Min pero Sung Yeol se alejó —¿qué estás haciendo? — gritó.
—Dámelo.
—¡No!
—Sung Yeol— la voz del alfa sonaba tranquila —lo estás asustando, dámelo.
El omega frunció el ceño y se lo pasó con cuidado. Myung Soo besó la frente de Bo Min con delicadeza —todo está bien, nadie saldrá hoy.
—Te-tengo trabajo.
—Nadie...— repitió —saldrá hoy, estaremos todos juntos— dejó al niño en el suelo —Bo Min, voy a reconfortar a tu madre. Espera en el comedor.
Bo Min asintió, corriendo fuera de la habitación. Myung Soo cerró la puerta detrás de él.
—No puedes tener dos trabajos.
Sung Yeol lo miró fijamente —¿por qué no?
—Porque no es bueno para ti, sea el trabajo o el estrés...— el exmilitar se deshizo de su abrigo —no lo permitiré.
El omega de ojos cafés se alejó de Myung Soo —no importa lo que permitas o no. Yo no trabajo para ti.
—Entonces...— Myung Soo lo tomó por el brazo, haciendo que girara a verlo —ya no cuidaré a Bo Min.
Los ojos de Sung Yeol se agrandaron y lágrimas descendieron por sus mejillas —¿Qué?
—Me duele verte así— lamió las lágrimas aunque estas no se detuvieran —desde que te conocí, siempre estás cansado. No es normal para un omega estar así de exhausto.
—Oh, ¿así que esto es porque soy un omega? — bramó.
—Sí, no hay nada de malo en ser un omega, pero no niegues lo que eres. Los omegas necesitan descanso, atraviesan más cambios mentales e internos en un mes de los que atravesamos los alfas en un año. No se supone que debas trabajar tanto y no te estoy pidiendo que dejes de hacerlo, pero por favor...— Myung Soo acarició su rostro que se encontraba rojo por el llanto —prometí construir una casa en Sitka para ti, prometí ayudarte a cuidar a Bo Min, así que déjame hacerlo. Deja que me haga cargo de las cosas, por favor.
Sung Yeol se habría caído si no fuera porque Myung Soo lo sostenía. El alfa acortó la distancia, presionando sus labios con los del omega.
Sujetó a Sung Yeol contra la pared y este tardó unos segundos en responder el tan esperado beso.
Myung Soo cambió el ángulo de su rostro, introduciendo su lengua en la pequeña boca del omega, haciéndolo gemir cuando sus lenguas se encontraron. Envolvió el cuello de Sung Yeol con una de sus grandes manos, masajeando su piel. El alfa gruñó contra sus labios.
Sung Yeol tuvo que pararse de puntitas, respirando en medio de cada beso —Mmm, estaba tan preocupado, omega— Sung Yeol gimoteo, acercándose más al cuerpo de Myung Soo, que presionó sus dedos en la fuente de aroma de Sung Yeol, arrancándole un suave gemido —mi pobre Camelia, mi dulce flor— lamió los labios ligeramente hinchados del contrario —estabas tan enojado conmigo.
El omega soltó un lamento —lo siento...
—No tienes que disculparte, es mi culpa— besó la comisura de sus labios y después dejó un beso en cada párpado. Llevó el pulgar al labio inferior de Sung Yeol e hizo que entreabriera su boca —tan hermoso, Camelia— mordisqueó suavemente sus labios —sé que esto es demasiado para ti, no es justo de mi parte pedirte algo más.
Sung Yeol estaba medio dormido, demasiado tranquilo contra la pared. Cabeceó un poco —Quiero... quiero dormir.
—Lo sé— lo cargó con facilidad, acariciando su espalda mientras caminaba a la cama, donde lo dejó con delicadeza. Quitó el único calcetín que llevaba y besó su tobillo —me encargaré de todo, tú descansa.
Se acomodó de lado, abrazando una almohada.
Myung Soo besó su mejilla dulcemente —¿podré darte más besos cuando despiertes? ¿Hablarás conmigo cuando deje de besarte?
Sung Yeol rió suavemente —podrás hacerlo— besó los labios de Myung Soo con gentileza —¿traerías a Bo Min?
—Claro que sí— Myung Soo le dio un último beso antes de levantarse para abrir la puerta, encontrándose con el niño que estaba sentado en el suelo —dije que esperaras en la mesa.
Bo Min se levantó, sujetándose de la pierna de Myung Soo —proteger mami.
—Ya veo— lo cargó entre sus brazos —mamá te quiere, creo que desea tomar una siesta contigo.
—Mami...— Bo Min susurró mientras lo dejaba en la cama —siesta con mami— el alfa mayor le ayudó a quitarse los zapatos y el suéter, levantando la cobija que cubría a Sung Yeol para que se acurrucara a su lado.
—Estaré aquí cuando despiertes.
—Gracias— Sung Yeol murmuró, acercando más a su hijo —gracias.
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¡Hola a todos! Primero que nada quiero aclarar que ayer había publicado un mensaje (?) mencionando sí querían un nuevo capítulo de lo cual algunas personitas me respondieron que sí pero por una extraña razón Wattpad no me notifico ni me mostro los comentarios hasta hoy. Así que quiero pedir unas disculpa por sí esperaron por actualización ;;;;
En segunda solo por hoy les daré doble capítulo, así que disfruten de la doble actualización.
Y en tercera... solo les diré que voy a comenzar con una nueva historiaasí que esperenlo 7u7r
De nuevo muchas gracias por sus comentarios y votos que le están dando a la historia.
Los quiero~
Hasta la próxima actualización.