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ｙｏｏｎｋｏｏｋ
Miró de nueva cuenta su cajón, contando mentalmente todas la prendas ordenadas con esmero y distribución, Jungkook había estado viendo a Marie Kondo en sus tardes libres porque le pareció divertido ver a una señora que te enseña a ordenar en Netflix. Y eso sí que le funcionó, tenía un poco más de control sobre sus prendas. No como antes que las doblaba como podía y las metía a lo loco, incluso algunas de ellas ni llegaban a ser guardadas, simplemente quedaban abandonadas en la silla que estaba por ahí.
Pero lo curioso de esto fue que después de un par de días notó que le faltaba su ropa interior negra, a decir verdad todas lo eran, de los treinta pares que tenía guardados ahí solo se encontraban veinticinco, de los cuales tres ya había usado contando el que tenía puesto.
Sintió un dejavu, pero no recordaba de dónde.
Caminó rápidamente a la sala común donde estaban algunos de los miembros, entre ellos Hobi, Jin y Yoongi. Cada quien por su parte como leyendo o estando en el celular, se acercó a Jin poniendo una cara de confusión la cual fue notada al instante.
— Jin hyung, de casualidad habrás visto mis bixers negros.
— ¿Por qué debería de haberlos visto? —el mayor de todos le miró con confusión dejando de lado el libro que estaba leyendo, prestandole toda su atención.
— No están, desde que los lavé me he dado cuenta que se van perdiendo. —se quejó mientras se tiraba en el sillón, casi aplastando al mayor— Han desaparecido.
— Jungkook, nada puede desaparecer en esta casa sólo que no has buscado bien. —Jin comenzó a sermonear— no le van a salir pies como para que desaparezcan.
Hoseok comenzó a reír.
— Eso es lo que decía mi mamá.
— Tú no tienes mamá —replicó Yoongi por fin, levantándose para evitar los golpes del chico esperanza. Antes de que se den cuenta ya había abandonado la sala a toda velocidad como si su vida dependiera de ello.
— ¡Eso es niñita! ¡Huye!
El castaño bufo ante la escena, Jin ya le había dejado de prestar atención volviendo a su lectura y Hoseok seguía murmurando maldiciones contra el rapero.
— Hobi, ¿tú lo viste?
— ¿El qué? —el pelirrojo le miró rápidamente mientras alzaba las manos en forma de inocencia y reía— juro que no le vi el trasero a Yoongi y mucho menos que su ropa interior es negra.
Rodó los ojos con fastidio ante la desvergonzada declaración del mayor, no quería saber ese tipo de cosas y más si estaban relacionadas con Yoongi. No es que estuviese celoso o algo pero debían... ¿respetar? sí, eso, debían respetar al rapero y no andar viéndole el trasero o siquiera su ropa interior negra con aquel detalle gris que se le hacia familiar.
Un momento...
Ignoró al chico que volvió a parlotear más cosas, intentó unir cabos de la situación.
Ropa interior negra desaparecida + dejavu + Yoongi usando ropa interior negra con esa cosa que le era familiar = sospechoso...
No dijo nada y se quedó en duda porque no queria desconfiar de su hyung tan abiertamente, no es como que sólo el usará ropa interior negra en toda la casa. Debio haber sido una coincidencia inesperada y desafortunada, así se mantuvo todo lo que restaba de la mañana hasta que llegó el almuerzo. En medio de la comida le llegó una revelación a su mente, siendo todo mucho más claro para él.
Se levantó bruscamente de la mesa botando su tazón de arroz encima de Taehyung, quien gritó en protesta, para luego señalar con su dedo acusador a Yoongi. Este se mantenía tranquilo como si nada pasara, comiendo gustosamente e ignorando lo que pasaba a su alrededor.
— ¡Min Yoongi, bájate los pantalones ahora mismo!
Un absoluto silencio se hizo presente, Jin había dejado de reír escandalosamente gracias a su conversación con Jimin, Namjoon dejó caer el arroz, que había estado sacando de la ropa del menor, de nueva cuenta sobre Tae recibiendo una ronda de quejidos. Hoseok miró interesado la reacción de Yoongi, literal este había dejado caer el trozo de pescado que estaba a punto de comer adoptando una posición defensiva, agarrándose de la mesa casi preparado para salir corriendo. Jeon solo pudo mirarlo acusatoriamente con más intensidad, su dedo no bajaba y ya había retrocedido un par de pasos casi listo para ir a por el mayor. Se sentía como si estuvieran viendo National Geographic, de esos documentales de vida salvaje.
Presentando a sus dos especímenes: estupidus inocentus kucus y min raterus asttutus yoongo
— No sé de qué me hablas mocoso, vuelve a comer y no hagas escándalos. —respondió sin dejar su pose defensiva aparentando serenidad, pero su cara de fastidio demostraba que sus planes habían sido desvelados.
— Usted lo sabe muy bien hyung, lo he estado preguntando toda la mañana y me ha evadido. —rodeó la mesa cautelosamente al mismo tiempo que Yoongi se levantó para hacer lo mismo— Es un mentiroso.
— No dije nada, no me puedes llamar así.
— Si no tiene culpa de nada déjeme ver su ropa interior ahora mismo.
Jin se atragantó y Namjoon se puso rojo al dejar volar su imaginación.
— ¿Tan desesperado por verme Jeon? —intentó burlar al menor pero falló miserablemente, cuando él se proponía algo era demasiado terco e insistente por lo que no había mucha salida para Yoongi.
— Sí ahora bájese los pantalones rápido.
— ¡Muy bien! —el mayor golpeó la mesa intentando poner orden en vista de que el líder seguía perdido en su ensoñación puerca— Ustedes par de marranos sin pudor me van a explicar que pasa aquí.
— ¿Problemas en el paraíso?
— Hoseok no ayudas.
Jungkook pataleó enojado mientras miraba al worldwide handsome.
— Yoongi hyung me ha robado y me ha mentido en mi carA.
— ¿Cómo sabes eso? —se cruzó de brazos mirando al acusado en busca de una respuesta coherente, tampoco se fiaba mucho de lo que decía Jungkook, pues, Yoongi era el que menos daba problemas por estar durmiendo. Aunque si se trataba de ellos dos, todo era posible.
— Está usando mis boxers negros.
— Jungkook, todos tenemos boxers negros en esta casa. —defendió Jimin ganándose una mirada orgullosa del segundo mayor.
— Muy bien, tienes razón Jimin-ssi —asintió con misterio— pero hoy toca lavar la ropa de hyung, y él lava todo lo que puede de una sola vez incluyendo la ropa que usa por lo que su ropa interior aún debe estar en la lavadora así que porqué está usando ropa interior negra.
— Demasiada ropa interior e información por hoy. —declaró Taehyung mientras dejaba de comer para poner atención.
— Tae, ¿qué harías si tuvieras que lavar toda tu ropa incluida la ropa interior negra
— No lo sé Kookie, yo me conformo con un pantalón y una camisa.
Volvió a quedarse todo en silencio, Namjoon miró la entrepierna del vocalista recibiendo un golpe por parte de este.
— No mires hyung.
— Lo siento, me dio curiosidad.
— Que gran ejemplo Namjoon. —suspiró decepcionado Jin— Jungkook fue una gran investigación pero sigue sin demostrar nada, ¿algo que decir Yoongi?
Nadie respondió porque él ya se estaba yendo con sigilo de ahí, cosa que no le sirvió de mucho ya que se dieron cuenta. Tuvo que comenzar a correr por toda la casa debido a que Jungkook le estaba persiguiendo con mucha insistencia, después de dar tres vueltas por toda la casa incluyendo el esfuerzo de esquivar y tirar cosas fue atrapado finalmente. Estaba demasiado cansado así que terminó en el piso esperando a su verdugo —que aún parecía tener energía para seguír corriendo—, hubiera dicho que añoraba su juventud pero incluso de joven era un asco para los deportes. Fue alzado como una costal de papas sobre los hombros del menor, dejándose llevar como si fuera un muerto. Terminó siendo acostado en el sillón con Jungkook sobre sus piernas para impedir su escape.
— Dime que no lo mataste —murmuró preocupado el líder, viendo como su amigo estaba inerte en el sofá.
— Esto parece el inicio de una porno.
— ¡Jimin!
— Sigo vivo, estúpidos. —se quejó el mayor al ver desde su posición a los demás integrantes como seguían en la mesa comiendo tranquilamente para después fijar su mirada a Hobi y señalarlo con dificultad, pues gracias a él Jungkook supo lo que pasaba.— Está traición no la olvidaré, puto.
— A tu esperanza la respetas, estúpido. —contraataco el pelirrojo haciendo gestos de pelea.
Yoongi iba a protestar pero sintió como las manos del menor levantaban su camisa dejando ver su abdomen pálido, se tensó cuando las manos del menor rozaron este. Sentía que estaba a punto de ser violado, por lo que en defensa propia intento golpearlo fallando míserablemente. Se removió inquieto cuando escucho el botón de su pantalón desabrocharse y la cremallera ser bajada, enrojeció de la vergüenza.
— Abstente de hacer cosas indebidas mocoso.
— No haré nada de lo que pueda arrepentirse, hyung.
— Dios, consiganse una habitación. -se quejó Jimin— hasta aquí se nota la tensión-
Rodó los ojos exasperado al escuchar las risas de aprobación de los demás, decían: 'cría cuervos y te sacaran los ojos', no creía del todo eso pero viendo la situación ahora no vería a bangtan de la misma forma. Suspiró cansado y aceleró el proceso bajando sus pantalones lo suficiente como para que el menor notará que en efecto estaba ocupando sus boxers.
— Lo sabía.
— Quería dominarte pendejo.
— Esa ya no me la creo.
— Dios, acaso están en escasez de ropa interior o qué. —Namjoon interrumpió incrédulo— chicos, tenemos el dinero de sobra como para comprar toda la ropa interior que quieran pero aún así se pelean por ella.
— Déjalos ser, hyung. —Taehyung negó silenciosamente.
Las risas desesperadas de Yoongi interrumpieron su charla, ahora el mayor se encontraba siendo cruelmente torturado por el menor. Este le estaba haciendo cosquillas a forma de venganza ignorando los golpes que recibía como protesta desesperada. Probablemente termine con los brazos razguñados y sin cabello de tanto que Yoongi luchaba por separarse pero valía la pena, nadie dijo más dejando que ellos se pierdan en su mundo porque ahí tenían para una hora más.
— Solo Yoongi roba ropa interior en esta casa. —rió Jimin viendo como Jungkook parecía estar haciendo técnicas de karate contra el mayor, recibiendo en respuestas risas ahogadas.
— Corrección, solo Yoongi roba la ropa interior de Jungkook. —la esperanza sonrió satisfecho mientras los grababa, de algo le serviría.
— Pero... dinero... podemos comprarles más....
— Ya, hyung, ya. —Tae animó mientras le daba palmadas en la espalda en forma de ánimo— superelo.
— ¿Por qué me tocó una casa con estos revoltosos? —se lamentó Jin mientras seguía comiendo.