Los padres de YoungJae se encontraban hablando con Mark, BamBam y YuGyeom sobre todo lo sucedido. A pesar de que JB ya se los habían explicado cuando los mayores recién llegaron, los Choi pidieron más detalles.
JinYoung y Jackson estaban sentados junto a JB en el otro lado de la sala; el mayor podía sentir la tensión en sus amigos, ya que él estaba igual. No sólo por Hyuna, sino también por HyoJong.
Sí, era el hermano mayor de YoungJae, pero lo había lastimado y mucho. No importaba de quién se tratara, cualquiera que dañara a su Sol se convertiría en enemigo de JaeBum.
— JaeBum-ssi, llevaré a los chicos a casa. — dijo YoungSoo, llevando de la mano a BamBam y a YuGyeom. — Ve a casa, debes descansar. Son casi las cinco de la mañana.
— Estoy bien, noona. Me quedaré aquí. — respondió JaeBum, acomodándose más cómodamente en la silla.
YoungSoo estaba por replicar, pero JaeHyun intervino en su lugar.
— JaeBum-ah, tú mismo nos lo dijiste, YoungJae está bien ahora y no hay nada de qué preocuparnos. — dijo JaeHyun, levantando a JaeBum de su lugar. — No quiero que YoungJae vea a su "Bumie" demacrado y llore, así que ve a dormir un buen rato y a tomar una ducha. Yo estaré aquí, cualquier cosa te la haré saber de inmediato.
JaeBum sonrió suavemente. Los Choi en verdad lo apreciaban, podía sentirlo.
— Está bien, pero volveré temprano. — dijo JaeBum, ganándose una suave caricia de YoungSoo en su mano. — ¿Vienen conmigo? — miró a Jackson y JinYoung.
Sus amigos asintieron, ya que no querían dejarlo solo y lo siguieron hacia donde Mark había dejado estacionado su auto.
Los tres se subieron al auto, pero ninguno habló. Y tampoco se movió.
— El año apenas lleva cuatro días y ya me vomitó encima. — dijo Jackson, rompiendo el silencio. — Lo reconfortante es que al menos no nos podrá ir peor que hoy. ¡Fue un maldito infierno! Estuve a nada de gritar allá adentro.
JaeBum y JinYoung rieron un poco.
— Joder, sí. — murmuró JB, encendiendo el auto. — No logro sacarme de la cabeza el trayecto de mi casa al hospital. Todo esto lo siento como una experiencia traumática.
JinYoung abrazó a JaeBum, con mucha fuerza. Con algo de dificultad , Jackson se unió al abrazo (ya que él se encontraba en el asiento trasero).
— Ya no se preocupen, chicos. Todo está bien. YoungJae está bien. — Jackson les sobó la cabeza. — Todos seguimos algo shockeados por este incidente, pero hay que dejar de pensar en ello y recuperarnos de esto junto a YoungJae. De seguro nos necesitará, sobre todo a ti, Jota Be.
— Tienes razón. — JaeBum asintió, inhalando y exhalando profundo. — Mi bebé me necesita, así que debo estar fuerte para él.
— ¡Así es! ¿Qué tal si le compramos algo? Unas flores y algunos dulces.
— ¡Me gusta la idea! — dijo JinYoung. — Deberíamos traerle a Coco cuando lo den de alta.
— ¡Sí, Coco lo hará muy feliz!
JaeBum sonrió al ver el entusiasmo de sus amigos para ver a YoungJae feliz, ya que él quería exactamente lo mismo.
Se encargaría de hacer que YoungJae olvidara aquel horrible episodio.
☀️
Las paredes verde claro le hicieron creer que se encontraba en casa. Pero no, esa cama no era la suya. Y él no tenía esos extraños aparatos en su habitación.
Miró su brazo, de no haberlo hecho no habría notado que tenía una diminuta aguja inyectada en su mano. Siguió con la mirada el conducto que estaba conectada a ésta, hasta toparse con una bolsita de un líquido transparente; curioso, quiso tocarla, pero no la alcanzó.
Inhaló profundamente, tosiendo en el acto. Se sentó bruscamente en la cama al no poder recuperar el aire, tosiendo sin control.
Una enfermera entró con prisa al cuarto y lo ayudó a recostarse de nuevo.
— Tranquilo, tranquilo. — le puso una mano en el pecho. — Sé que estás asustado, pero tranquilo. Respira con calma, aún no te será posible recoger la misma cantidad de oxígeno que siempre, hasta que la inflamación pase por completo lo harás.
YoungJae asintió, cerrando sus ojos.
— M- me due ... le.
— ¿Aquí? — la enfermera le tocó el cuello, sobre su garganta. El menor asintió. — Sí, tu garganta está irritada. Procura no hablar mucho.
YoungJae miró hacia todos lados, comenzaba a sentirse desesperado.
¿Estoy solo?
La enfermera notó los ojos inquietos del paciente, buscando angustiado algo en la habitación.
— El horario de visitas apenas comenzó, pero como estabas dormido tu familia no quiso molestarte.
La enfermera se sorprendió al ver que el pequeño lloraba, sus labios temblaban y dejaba salir sus lágrimas como cascadas.
— No llores, les diré que pasen. ¿Está bien?
La enfermera se compadeció del menor. En sus casi 30 años de servicio, había aprendido a entender el dolor de sus pacientes. El que tenía frente a ella, seguro sentía miedo.
¿Y cómo no? Si ella había presenciado como el menor luchó arduamente por su vida hace unas horas atrás.
— Familiares de Choi YoungJae. — dijo la enfermera, parándose en el centro de la sala de espera.
Dos mujeres y dos hombres se pusieron de pie.
— Nosotros somos sus padres. — dijo una de las mujeres, tomando de la mano a su esposo. — Él es su hermano.
— ¿Qué tal si vienen conmigo? YoungJae ha despertado y no quiere estar solo.
YoungSoo sonrió ampliamente, mirando con emoción a su esposo, quien le devolvió la sonrisa.
HyoJong tomó la mano de Hyuna para seguir a sus padres, pero la chica lo detuvo.
— Ve tú, cariño. YoungJae-ssi debe querer ver primero a su familia. — dijo Hyuna. Después de que HyoJong le sonriera levemente, le dio un beso en la sien junto a un leve empujoncito.
Los Choi siguieron a la enfermera hasta la habitación de YoungJae, en cuanto entraron, YoungSoo se lanzó a llenar de besos el rostro de su hijo.
— Mi amor, oh, mi niño. — YoungSoo le secaba las lágrimas a su hijo, quien lloraba desconsolado. — Todo está bien, cielo. Mamá está aquí y va a cuidarte, no dejará que nada te pase.
— Ma- mami ... tengo mi- miedo.
YoungSoo tenía su corazón partido, al igual que JaeHyun. Su hijo menor lucía realmente afectado, temblaba entre gimoteos y se aferraba casi con desesperación a su madre.
— No tienes que tenerlo, hijo. Como tu madre dijo, estamos aquí y te vamos a cuidar.
YoungJae asintió, acurrucándose en el pecho de su papá. Se sobresaltó al sentir una mano en su cabeza, acariciándolo. Levantó la mirada, encontrándose con el empapado rostro de su hermano mayor.
— Hyung ...
La voz de YoungJae rasgó el corazón de HyoJong, quien no pudo contener más sus lagrimas.
— Eres mi ... mi hermanito y te quiero, te quiero mucho, YoungJae.
YoungJae dejó que su hermano lo abrazara, él también lo abrazó. No pudo evitar sentirse feliz de ser sostenido entre los brazos de su hermano mayor después de tanto tiempo, pudiendo sentir cariño y protección en ellos.
Algo se sucumbió en su interior ante las manos de su hermano aferrándose a su bata, desesperado. Lloraba fuerte, murmurando cada cuanto lo mucho que lo quería, seguido de múltiples "lo siento".
Le acarició el cabello a HyoJong, atreviéndose a besarle la sien. Su hermano mayor lo miró, sonrió casi en automático.
— Yo también te quiero mucho, Jongie hyung. — respondió YoungJae, abrazando de nuevo a HyoJong. Después de todo, era su hermano mayor y lo adoraba. Era su familia y lo sería siempre, pasara lo que pasara.
YoungSoo miró a su esposo, ambos sonrieron con alegría.
Ambos habían sido los principales testigos del como la relación de hermandad de sus hijos se fue agrietando con el tiempo, hasta que la huida de HyoJong terminó por romperla.
Pero todo estaba bien ahora. Los Choi miraban la escena con la esperanza de que fuese un nuevo inicio, una nueva oportunidad de ser la familia que habían dejado de ser.
☀️
Casi una hora después, YoungJae estaba listo para tomar otra siesta. Aún se sentía cansado y los analgésicos no le ayudaban mucho a mantenerse despierto. Además, la buena porción de comida que acababa de ingerir había aumentado su sueño.
Pero aún no podía dormirse, aún se sentía inquieto. Con tan sólo cerrar sus ojos, los recuerdos de la noche anterior y parte de la madrugado le invadían la mente.
No quería pensar en ello. Ni tener aquella escalofriante sensación de que su cuerpo se volvía inerte al cerrar los ojos.
Seguía aterrado.
— Cielo, ¿te pasa algo? — le preguntó su madre al notar que el semblante de su hijo se había vuelto sombrío mientras miraba la puerta.
YoungJae asintió.
— ¿Bu- Bumie ... no está aquí?
— Oh, no lo sé. Lo mandamos a casa hace unas horas, quizá ya volvió. ¿Quieres que papá vaya a buscarlo? — respondió YoungSoo, peinándole el cabello a su hijo.
— Sí. — su madre rió un poco ante la prisa de su respuesta.
JaeHyun salió de la habitación para cumplir el deseo de su hijo, quien sentía su corazón acelerado mientras esperaba.
Estaba desesperado por ver a JaeBum, escuchar su voz, tocarlo, abrazarlo, besarlo.
Quería arrancarse ese dolor que se había quedado incrustado en su interior al soltar la mano exasperada de JaeBum, quien luchó con todas sus fuerzas por mantenerlo con vida.
Nunca imaginó que JB podía llorar de esa forma, llamándolo entre lastimeros gimoteos de angustia, suplicándole quedarse.
Cuando perdió control de su cuerpo, la poca fuerza de su consciencia reprodujo una y otra vez la imagen de JaeBum y el sonido de su voz, creando vagos recuerdos que mantenían a su corazón latiendo.
"Sé quién eres." "¿Lindo? ¡No!" "YoungJae, eres muy lindo." "Wow, ¿tú hiciste eso, YoungJae-ssi?" "Me encanta. ¿Debería contratarte como mi chef personal?" "Si es hecho por tus manos, sea lo que sea estará bien." "¿Te gustaría ir a comer ramen conmigo?" "Hyung te acompañará, Jae. No estaré tranquilo sabiendo que irás solo." "Si quieres compensarme con algo ... ¿qué tal si aceptas ir a una cita conmigo?" "Yo también te extrañé, Jae." "¿Qué tal si vamos al río Han?" "Te daré todo lo que me pidas." "Toma mi mano, Jae." "Dale un besito a Bumie hyung ¿quieres?" "Si me anuncian capitán serás el primero en saberlo." "Dejaré de estar molesto si dejas de llamarme hyung. Sólo Bumie." "Tienes prohibidísimo llorar ¿sabes por qué? Porque eres el niño más bonito del planeta." "Choi YoungJae, apuesto a que no sabes que te amo como nunca pensé llegar a amar." "Es tan dulce que siempre me haces feliz." "Entonces, Jae. ¿Aceptarías ser mi novio?" "Soy tuyo, Jae." "Eres el niño de mis ojos, solo tú." "Volveré, bebé." "Confía en mí, YoungJae." "¿Perdonas a Bumie, bebé? ¿Me perdonas?" "No temas de amarme con la intensidad que lo haces, bebé. Porque jamás voy a dejarte." "Tu sonrisa ha sido mi bendita perdición desde el primer instante." "Te ves tan ... tan precioso que no sé que voy a hacer para sobrellevarlo." "¿Quieres contarle a Bumie qué sucede? ¿Hay alguien que Bumie deba golpear? ¿Algo que Bumie pueda hacer por el niño más bonito del mundo?" "Siempre te protegeré. Lo sabes ¿cierto?" "Cierra tus ojos e imagina que sólo estoy yo ahí." "Jae ... Dios, no sé que más decir a parte de que te amo, porque te amo demasiado, joder." "Me hace muy feliz que quieras llevarme a tu hogar." "¿No habrá un sólo día en que no me llenes de alegría, YoungJae?" "Eres el niño que me abrió la misma puerta, al cual he amado por trecientos sesenta y cinco días consecutivos." "Yo ... también quiero que seas mío, bebé." "No te cubras, mi cielo. Déjame verte." "Eres lo más hermoso de este mundo, Choi YoungJae. Y joder, eres mío. Todo tú ... eres mío." "Me regalaste la mejor noche de mi vida, jamás voy a olvidar este momento." "Ya que soy el primero en tu vida, y aunque no lo fuera, daré todo de mí por ser también el último." "Feliz Navidad, mi Sol." "Estamos juntos, independientemente de las circunstancias estamos juntos. Y por lo menos a mí, eso es lo que me importa." "Mañana será otro día, otro año. Y yo voy a ayudarte a sanar todas esas heridas que este año ha dejado en ti." "Te amo a ti, bebé. Con la intensidad del mismo rayo de Sol."
JaeBum se había convertido en el motor de su vida, siendo su infinito amor el combustible.
La puerta se abrió. JaeHyun fue el primero en entrar a la habitación, seguido de JB.
YoungJae sonrió levemente, viendo borrosa la silueta de JaeBum acercándose a él debido a sus lágrimas. JaeBum sentía sus piernas como gelatinas con cada paso que daba, desesperado por acurrucar a YoungJae entre sus brazos.
Lucía tan adorable, tan suave e indefenso. Tan ... él. Tan diferente a como él lo había visto en la madrugada, ahora tenía sus mejillas rosadas y su boquita colorada. Su cabello revuelto y sus ojos chiquitos al no haber despertado del todo.
Estaba ahí, su bebé estaba ahí. Como si nada hubiese pasado, como cualquier otra mañana.
Y JaeBum no podría estar más agradecido con la vida por ello.
— Hola, mi cielo. — JaeBum se estaba esforzando por no llorar. — ¿Cómo te sientes?
YoungJae puchereó, sin poder aguantarse el llanto al ver los ojitos cristalinos de su Bumie. Esas preciosas medias lunas que YoungJae ansiaba ver.
— No, no llores, bebé. O si no yo también voy a llorar y ... — JB lloró.
JaeBum estrechó a YoungJae entre sus brazos, dejando que el pequeño le llenara de besos el cuello. Él hizo lo mismo en su frente.
— Bumie ...
— Aquí estoy, bebé. — murmuró JaeBum, tomando el rostro de YoungJae entre sus manos.
El brillo en los ojos de YoungJae calmó por fin el angustiado corazón de JB. Le confirmó que todo estaba bien, que su bebé estaría a su lado por mucho, mucho, mucho tiempo más.
JaeBum sonrió al ver que YoungJae cerraba sus ojos y alzaba sus labios ligeramente. Se acercó a él y besó su nariz.
— Oye ...
— No te enojes, cielo. — rió JB, al ver como YoungJae fruncía el ceño. — Tus papás no deben ver cómo me gusta besarte. — susurró en su oreja.
YoungJae dejó salir una leve risa.
— Gracias por quedarte conmigo, bebé. No sé qué habría sido de mí sin ti. — dijo JaeBum, abrazando de nuevo a YoungJae.
YoungSoo y JaeHyun compartieron miradas, ambos sonriendo al ver que la angustia con la que YoungJae los había recibido ya no estaba.
Los Choi decidieron salir de la habitación, para que el menor pudiera recargar fuerzas con su Bumie con mayor libertad.
— Bumie, aquí.
JaeBum acató la petición de YoungJae, recostándose junto a él en la cama. El menor no tardó mucho en acurrucarse en él, abrazándolo con fuerza.
— Mi cielo, tranquilo. Todo está bien. — murmuró JB, luego de que YoungJae comenzara a llorar. — ¿Qué sucede? ¿Te duele algo?
— Tenía ... miedo. Mucho miedo.
El pelinegro decidió acostarse por completo en la cama para poder abrazar bien a YoungJae, quien lloraba desconsolado entre sus brazos.
— Creí que ... creí que iba a mo-
— Shh, basta. — lo interrumpió JaeBum, acariciándole el rostro. No quería escuchar lo que YoungJae estaba por decir. — No te tortures así, bebé. No pienses en eso.
— No puedo evitarlo. — dijo Jae en un susurro. — Estoy asustado.
El pequeño temblaba entre sus brazos, gimoteando.
JB no podía siquiera imaginar lo que YoungJae vivió la noche anterior, la desesperación y el terror de no tener control sobre su vida. La incertidumbre de no saber si lo lograría o no.
YoungJae había visto su vida pasar con lentitud frente a sus ojos. Cada que recibía un choque eléctrico en su pecho, un recuerdo llegaba a su mente. Un sonido, un aroma, un lugar.
Las voces de los presentes en aquella sala se volvían lejanas cada cuanto, mezclándose con sus pensamientos. Sus párpados no le respondían, manteniendo oscura su lucha. Sus sentidos se agudizaban ante la repetida exclamación de un varón recordándole a su familia, sus amigos, lo joven que era y la larga vida que tenía por delante.
Él lo sabía, sabía que tenía unos padres esperando por él en casa, junto a un hermano y hermana mayor. Sabía que tenía a seis chicos que compartían sus ilusiones de una vida compartida, una vida donde jamás estaría solo, pues siempre habría más de una mano que pudiera tomar. También sabía que tenía un amor, uno como ningún otro y que ni en otra vida volvería a encontrar.
Tenía más de una razón para quedarse y el estar consciente de eso, le había salvado la vida.
JaeBum le besó la frente, continuó por sus mejillas hasta su barbilla, no dudó ni un poco en bajar a su cuello. Sonrió al escuchar un suave suspiro abandonar la garganta del menor.
— Bumie.
— ¿Sí?
— Mimos.
El mayor sonrió, tomándolo de ambas mejillas.
— Mimos y todo lo que me pidas, mi cielo. — dijo antes de besar los labios de YoungJae, bajando una de sus manos a la espalda del menor, ya que sabía lo mucho que a éste le gustaba que paseara sus dedos ahí. De arriba a abajo.
YoungJae cerró sus ojos, dejándose llevar por los besos que JB había comenzado a repartir por su rostro, enfocándose especialmente en sus labios.
Cuando era pequeño, debido a sus padres YoungJae creía que el cielo era aquel lugar de paz donde las almas de los que se iban descansaban tranquilamente. YoungJae siempre se había preguntado cómo se sentiría estar en ese lugar.
Pero ¿qué si el cielo puede no ser un lugar, sino una persona?
Una persona que disminuya su dolor o lo haga más sencillo de llevar, que lo haga pensar en todo menos en sus preocupaciones o ideas agobiantes. Una persona que llene de felicidad de vida, a tal grado de hacerlo sentir una paz total.
— Bumie.
JaeBum lo miró.
— Eres mi cielo.
YoungJae le acarició las mejillas a JB, las cuales se habían coloreado de un tierno rosado. Sonrió al mismo tiempo que él, perdido en los ojos de JaeBum, que a pesar de lucir tan pequeños podían transmitirle una inmensa cantidad de sentimientos.
Sí, definitivamente así debía sentirse el cielo.
☀️
Hola, bellezas. 💖 ¿Cómo han estado?
No lloraba escribiendo desde "Lo siento ... y gracias", omg. Sentí muchos sentimientos mientras recopilaba las frases (a mi parecer) más emblemáticas de JB a YoungJae, hasta me sorprendí que de mi cabeza pudieron salir esas líneas. 😂
Espero que la historia aún les guste, veo que la cantidad de comentarios ha ido disminuyendo así que supongo que la calidad de la historia también y lo siento, no he podido estar al 100 debido a mis estudios. Prometo organizar de mejor manera mi tiempo para traerles cosas mejores.
L@s amo muchísimo, ustedes se han convertido en mi cielo. 💜 Gracias por seguir aquí.
☀️ Gracias por leer ☀️