El camino hacia la laguna fue relativamente corto, al llegar quedé maravillada; el agua era cristalina me puse de cuclillas para poder tocarla, estaba fría pero no estaría nada mal nadar en este lugar.
—Vaya, que hermosura— habló Lau asombrada como yo, por este paraíso.
—Aun no sé, porque nunca hemos venido— mencioné, está muy cerca de la ciudad.
—Quizás, porque a ti no te gusta la naturaleza— insinuó. La mire de mal modo.
—La naturaleza me gusta, lo que no me gusta son los mosquitos y los bichos.
—Todo hace parte de la naturaleza, no puedes discriminarlos — rodé mis ojos, no soporto su lado ambientalista.
Se alejó de mí, para tomar fotos con su celular, yo me senté en una piedra que encontré cerca de la laguna.
Por ahora había perdido de vista a las tortolitas.
Tome ese tiempo a solas para reflexionar lo que está pasando en mi vida. La desconfianza hacia Valería crece cada día más, pero me niego a aceptar que podría volver a ser engañada. Por otra parte está Sarita, mis sentimientos por ella se acrecientan, vaya ironía. Pensando en que Valería me engaña cuando yo hago lo mismo, aunque solo sea con el pensamiento.
Empecé a lanzar piedras, me gustaba como salpicaban al contacto con el agua, era como volver a la niñez, cuando salía con mis padres y hacíamos concursos de quien lanzaba más lejos las piedras. Recuerdos que nunca volverán.
—¿Por qué tan solita?— escuche una voz, al mirar me cegó el flash de una cámara.
—Lo siento, no me di cuenta que tenía el flash encendido— se disculpaba Sara. Con el sol sus ojos se asemejaban al color de la laguna, era imposible no perderme en el brillo de ellos. Como quisiera sumergirme en sus aguas y nadar hasta lo más profundo de su ser.
Pestañee varias veces para salir de mi trance, no podía dejar que vea como babeo por su presencia.
—No te preocupes. ¿Y Alexa?— pregunté, se me hacía raro que no esté pegada como garrapata.
—Se quedó conversando con Lau
Asentí. Antes de hablar
—Una pena que no viniera Nat— comenté. Al estar ella de seguro esto fuera una completa locura.
—Tenía muchos trabajos y creo que estaba huyendo de su amiga.
Entrecerré mis ojos, por qué huiría
—Se siente poca cosa y que no está a la altura de Laura— volvió a hablar
—Es una estupidez, a Lau no le importa si tiene dinero o no, me he dado cuenta que le gusta enserio, nunca la he visto dar un detalle a una chica ni preocuparse porque sea del agrado de ella.
—Nat no lo entiende. Solo piensa en divertirse y conformarse con tenerla en la cama
—Habrá que juntarlas, para que hablen y aclaren su situación.
—Si. Cuando regresemos, debemos lograr que se reúnan.
Una pelirroja y una pelinegra, serán la mejor combinación.
—Me puedo tomar una foto con usted— pidió
—Qué te dije, tutéame— no me gustaba que me hablara formalmente.
—Perdón— susurro
Tome la cámara y capturamos muchas fotos, haciendo caras divertidas, en diferentes poses, me sentía una niña a lado suyo.
—Oigan, yo también quiero— escuchamos rezongar a Lau que venía junto a la doctorcita.
Se unió y volvimos a hacer gestos, y cuanta locura se nos ocurriera.
—Yo quiero una, pero solo con Sara— pidió Alexa, sonriendo.
Mi amiga se dio a la labor de tomarles fotos, abrazadas. Cerré mi puño con fuerza, es una aprovechada, no tiene por que besarla en la mejilla.
—Hacen una hermosa pareja, la cámara las adora— aduló la idiota de mi amiga.
—Si quieres te tomo una a ti — ofrecí — Para que le envíes a Nat— insinúe. Abrió sus ojos exageradamente.
Asintió
—Ubícate al frente de la laguna— hablé
Lo hizo, y vi que se deshizo de su blusa. La miré sin entender
—Debo mostrar el producto— rodé mis ojos. Genio y figura, hasta la sepultura.
—Un poco más atrás— pedí, quería enfocar toda la laguna. — Más... Un poquito más. — si de fotos se trata me gusta que salgan a la perfección.
Pedí un poco más, pero Lau no cálculo la distancia y yo menos, y cayó al agua.
Mierda
Corrí a verla, y lo primero que hice, fue dar clic a la cámara.
—Preciosa — mire a la pantalla y había quedado muy bien.
—¡Idiota!— gritó, antes de salpicarme agua
—Fue sin intensión, no me fije que estabas al borde de la laguna
—Sin intinsiin. Mejor ayúdame a salir— Dejé la cámara a un costado. Y me incliné para darle la mano, lo que no espere fue que me tomara con fuerza y me aventara a la laguna también.
Mi cuerpo se tensó por el frío que sentí al contacto con el agua.
—¡Imbécil!— vocifere, abrazándome.
—Dios, pero que les pasó —Preguntaba Sara angustiada. Mientras Alexa se tapaba la boca con la mano para disimular su risa.
Idiota
—Un pequeño accidente— mentí
Salí pronto del agua, lo que menos quería era pescar una gripe.
Sara estaba viendo a un punto en particular, seguí su mirada y recayeron en mis pechos.
Mi brasier negro se transparentaba en la blusa blanca además que mis pezones estaban erectos por el frío, cuando se dio cuenta miró a un costado. Es tan linda.
Laura también salió del agua. Ella tenía su blusa seca, en cambio yo, andaba totalmente empapada.
No tuve más remedio, que desprenderme de la blusa para exprimirla y que con los rayos del sol que no eran muchos lograran secarla un poco.
—Tu táctica de mostrar tu cuerpo está funcionando. Sara no para de verte—bromeo, Lau
—No tengo ninguna táctica, no inventes— respondí, aunque miré a Sara y note como disimulaba la mirada.
¿Será que le gusta verme así? No, claro que no. Son solo absurdas ideas de Lau.
Sara Pov
Estaba en la puerta de casa con mi pequeña mochila esperando a que pasara Ale por mí. Hoy iríamos de camping.
Desde que llegué a la ciudad nunca lo había hecho, siempre estaba enfocada a los estudios, no me había tomado el tiempo de recorrer atractivos interesantes.
Aunque sentía pena por Lau, había invitado a mi amiga pero la rechazó, no entiendo porque es tan boba. La abogada se muere por ella y no hace más que rechazarla, llegará el día que Lau se canse de sus desplantes.
A la distancia observé que venía un auto pero no era el de Alexa, lo raro fue que se estacionó al frente de mi edificio. Bajó el vidrio de la ventana y pude observar que era Alexa, me sorprendió.
Creo que es de las pocas que se puede dar el lujo de cambiar de auto, ahora iba en un Land Rover negro. El dinero es lo que menos le falta. Abrió la puerta del carro para que entrara, nunca olvida hacerlo.
Prendió la radio y por los parlantes retumbó la voz de Mercury.
I want to break free...
Con mis dedos empecé a seguir el ritmo de la batería, amaba a esta banda, meneaba mi cabeza siguiendo el compás. Cuanto hubiera dado por estar en un concierto de ellos.
Siguieron un par de canciones más, hasta observar que llegábamos a la montaña Venus.
Colgué mi cámara al cuello y mi mochila en la espalda.
Estaba fascinada. Que frondosos se veían los árboles, podía respirar aire puro; seguimos el sendero, en cada oportunidad capturaba fotos, quería tener muchos recuerdos. También aprovechaba para tomarle fotos a Alexa, ni distraída podría salir mal. Es hermosa.
— Sabes cómo armar la carpa — pregunté. Yo no tenía ni idea.
—No te preocupes, sé cómo hacerlo, en mi niñez y adolescencia, la pase en campamentos — comentó, mostrándome una linda sonrisa.
Me dispuse a seguir tomando fotos, hasta que escuché la voz de Laura.
Qué demonios hacia aquí y con... ¡Mi jefa!
Fue incómodo, pero no podía hacer nada, sólo disimular lo nerviosa que me ponía.
Se despidieron y fueron a armar su tienda.
—Te quedó muy bien — felicité a Ale.
—Gracias, bonita. Pero a las que no les está yendo bien, son a ese par— señaló y volteé para ver.
La tienda de ellas estaba inclinada y sin forma.
—Creo que deberías ayudarla— insinúe. Asintió y caminamos hasta ellas.
Alexa ofreció su ayuda, yo no podía evitar reírme por su intento fallido.
***
Después de todos esos imprevistos, decidimos ir a la laguna que mencionó Alexa, me nació invitar a Rebe y no dudó en venir con Lau.
Nunca había visto una laguna así de cerca, me parecía un sueño, volví a tomar fotos, vi a Rebe, fue inevitable no capturar su imagen pero había olvidado quitar el flash.
¡Qué vergüenza!
Con un poco de pena pedí tomarme unas con ella, después de que hayamos acordado juntar a ese par de amigas locas que tenemos.
Quedaron espectaculares, aunque morí de vergüenza cuando Ale pidió tomarse fotos conmigo, veía en el rostro de mi jefa que no le gustaba para nada, aunque no entiendo el porqué.
El show del momento fue ver a las dos en la laguna, ya sabía que Lau estaba loca, lo comprobé cuando nos hizo ver como trabajaban las hormigas y ahora lo ratificaba.
Mi sonrisa se borró cuando vi el cuerpo de mi jefa, por más que intente disimular no pude evitar ver sus pechos, se estremeció algo dentro de mí.
Nunca había admirado el cuerpo de nadie, pero el de ella era digno de admiración, intentaba concentrarme en el paisaje pero no había paisaje más hermoso que el de su cuerpo.
Agradecí al cielo, cuando se volvió a poner su blusa, suficiente había sufrido. Regresamos a donde estaban las tiendas, tenía hambre y comenzaba a caer la noche.
Con toda la euforia de venir a la montaña nunca caí en cuenta, que esta noche dormiría con Alexa, solo tenemos una tienda.
Demonios...
Hola, queridas y querido 🙋
Un nuevo capítulo, espero les guste y me apoyen.
Felices los 365 días mujeres de mi ❤
Nos vemos pronto.
P.D. : ¿Quién quiere algo intenso entre Alexa y Sara? 😏