Dulce Criatura | Harry Styles...

بواسطة Margo_Mdz

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La historia de una chica perdidamente enamorada de un hombre inalcanzable. المزيد

S i n o p s i s
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capítulo 54
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capital Final

Capítulo 55

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بواسطة Margo_Mdz


NARRA HARRY

El perfume de esa chica me acompañaba hasta entre sueños. La buscaba entre la obscuridad, ansioso por seguir sintiendola de cerca, me encantaba su calor, su perfume, su voz.
Creí escucharla hablarme en algún momento y fui consciente de que no podía despertar por completo, así que tan solo dije su nombre aturdido por el agotamiento y aferré mis brazos alrededor de ella.
Respiré hondo contra su piel y luego de un rato su cuerpo ya se sentía más suave, blando, diferente.
Unos segundos antes de abrir los ojos supe que no era ella, presentí que se trataba de una almohada y así era. Así que me quejé, solté la almohada que había estado abrazando y me estiré en la cama, abriendo los brazos a los lados y moviendolos arriba y abajo como quien intenta hacer un ángel en la nieve.
-Megan— llamé a su nombre y tan solo esperé un poco hasta escuchar su voz proviniendo del baño.
-Aquí estoy— me dijo.

Tenía los ojos cerrados por la pereza y no podía verla, pero necesitaba sentirla.
-Ven aquí conmigo— rogué.
-Un momento— dijo y esperé unos minutos, mientras ocasionalmente volvía a mover los brazos arriba y abajo contra las sábanas, ansioso.
-Ven aquí muñeca, hermosa, mi amor— improvisé una canción a susurros y la escuchaba reír adorablemente a lo lejos— quiero sentirte, abrazarte y besarte, amor.

Continué con mis payasadas y finalmente, después de un momento, la sentí llegar a la cama.
El movimiento del colchón me advirtió que se acercaba por debajo de mí y yo suspiré complacido.
-Oh si— suspiré, aguardando tenerla cerca para rodearla con mis brazos que continuaban bien abiertos esperándola.
Pero al hacerlo un escalofrío me recorrió entero.
-Ay, estás fría— vibre por la impresión y abrí un poco los ojos para encontrarme con ella.
Su cara bonita y su cabello húmedo.
-Tomé un baño— me dijo y sacudió su cabello para salpicarme las gotitas de agua.
-No— me quejé.
Jalé una almohada y la coloqué entre su cabeza y la mía.
La chica carcajeó.
-Vamos perezoso, desayuna conmigo antes de que me vaya.
-¿Te vayas? ¿A dónde? No, nena, tú no te vas— repliqué y giré contra ella para recostarla y tenerla segura por debajo de mí— Quédate, vayamos a desayunar a algún lugar bonito y vamos al cine después, pasemos el día juntos— le sugerí mientras dejaba un suave beso en su boca y luego probaba su cuello.
El perfume natural de su piel me encantaba.
Permanecía ahí aunque esa mañana se hubiera duchado con el jabón de baño que yo utilizaba.

Nos besamos por un rato sin que ella se opusiera y yo planeaba algunas cosas que podríamos hacer juntos ese día, pero luego ella negó.
-No puedo— se quejó— Le dije a mis padres que volvería temprano para salir con ellos.
-Pero puedes romper tu promesa— propuse sin miedo a portarnos mal de vez en cuando.
Aunque técnicamente nos portabamos mal cada vez que nos veíamos.
En ese momento por ejemplo, estábamos incluso rompiendo una ley que dice que un hombre de mi edad no podría estar desnudo sobre una chica de su edad.
Ella, que tan sólo llevaba unas bragas y una de mis playeras más antiguas que había tomado por ahí, se dejaba seducir por mi cuerpo.
Ponía sus piernas en mi cadera y de esa forma, era presa fácil.
Ronroneé contra sus labios cuando ella gimió y dijo:
-Quisiera escaparme contigo.
Quería que lo hiciera, pero suponía que no era necesario... o tal vez solo ese día lo sería.
En pocos segundos le había quitado las bragas y desarrollé un nuevo fetiche ahí mismo al comenzar a hacerle el amor sin haberle quitado la playera.
La chica mordió sus labios y yo la miraba completamente enamorado de ella.
Deslicé la parte baja de la playera hasta subirla a su pecho y tan solo miraba una parte de sus senos tan hermosos que deseaba devorar a besos.
Los descubrí por completo para poder hacerlo, mientras me sentía en el cielo al ir y venir dentro de ella, con una mano la tomaba por la espalda baja y encorvaba su figura para poder besar su torso.
La chica tiró la cabeza atrás mientras ahogaba deliciosos gemidos entre los que se escapaba mi nombre ocasionalmente y con una mano apretaba mi trasero mientras la otra se apoyaba más suavemente en mi espalda.
-Oh— gemí también y lamí su mejilla.
¡Mierda! Jamás había deseado tanto a una mujer.
La amaba con locura y pasión, deseaba tenerlo todo con ella, quería gritarle al mundo que estaba perdidamente enamorado.
Deslicé mi lengua también en su cuello y ella vibró bajo mi cuerpo, viniendose tan solo un poco antes de que yo lo hiciera.
Tembleé contra su cuerpo y ronroneé:
-Quedate conmigo hoy.
La chica rió.
-¿Esta ha sido tu forma de convencerme?
Suspiré y también reí mientras dejaba otro mar de besos en diferentes rincones de su cuerpo.
-Tal vez, ¿Funcionó?
-Definitivamente funcionó— dijo ella convencida de estar lista para escaparse conmigo todo el día, importandole poco cualquier otra cosa.

NARRA MEGAN

Imaginé que a mis padres no les importaría si llegaba algunas horas más tarde. Aún podríamos hacer algo juntos por la noche, al fin y al cabo ellos quizá pensarían que me entretuve en casa de Elena.
Así que sin importarme mucho, apagué mi celular para no recibir llamada alguna.
No quería ser molestada y pensé que podría decir después que lo hice porque se me estaba agotando la batería.
Todo sonaba convincente.
Así que me vestí mientras Harry se daba una ducha y le escuchaba cantar "Stacy's mom" de Fountains of Wayne.

Su voz era sensual. Me gustaba bastante, podría imaginarlo viviendo de eso.
-Qué hombre tan talentoso eres— lo halagué cuando salió de la ducha con una toalla alrededor de la cintura y además de talentoso, resultaba ser indudablemente atractivo con el cabello húmedo cayendo por su rostro.
-Se nota tu sarcasmo, amor— resopló.
-Por supuesto que no, hablo enserio, no estoy siendo sarcástica— le aseguré y él no dijo más, tan solo mantuvo una pequeña sonrisa y se acercó para dejar un beso en mis labios.
Esa fue su forma de decir «gracias».
Me agradaba.

Luego me senté en la cama y lo admiré.
Sabía que entre él y yo ya no existía pudor alguno así que supe que se desharía pronto de la toalla en su cintura para sustituirla por unos boxers.
Yo disfrutaba del espectáculo. Su cuerpo era lo mejor que le había sucedido a la tierra. Me encantaba su trasero, su espalda ancha, sus piernas torneadas. No comprendía cómo podía ser tan perfecto y tampoco sabía que habría hecho bien para merecerlo.

El chico se colocó los boxers, los pantalones y se detuvo un momento al frente de su armario, mirando sus camisas mientras con una mano frotaba la toalla en su cabello.
Lo contemplaba mientras tanto, cada uno de sus movimientos, cada detalle de él me parecía tan fantástico.
Era adorable verlo indeciso al elegir la camisa que usaría.
Se probó una azul marino de lunares rojos, pero al verse al espejo se la quitó de inmediato y al final eligió una negra con un estampado floral de tonos azules, naranjas y verdes y como siempre lucía encantador con ese estilo.

Aún así, él me miró y buscó mi aprobación.
-¿Me veo bien?— preguntó.
-Tu con cualquier cosa te verías bien, cariño— le aseguré.
Al decirle ese tipo de cosas siempre parecía que lo cautivaba y la expresión en su rostro era adorable.

Salimos de su casa unos minutos después.
Como siempre me hundía un poco en mi asiento al pasar por delante de mí casa.
En esta ocasión, el problema era que sabía que debía llegar pronto para encontrarme con mis padres, pero me tomaría algunas horas más despedirme de Harry.
Ahora que nos costaba un poco más ocultar lo nuestro, comenzábamos a sentir que queríamos estar juntos todo el tiempo.
En momentos como esos, no podía evitar pensar cuánto deseaba dejar de ocultar nuestra relación.

-¿Cómo podría decirles a mis padres sobre lo nuestro?— le pregunté al llegar junto con él a una cafetería, donde tomamos una mesa cerca a un ventanal.
-¿Cómo quieres decirselos?— Harry me devolvió la pregunta.
-No lo sé, porque temo la forma en que lo puedan tomar— le dije y él meditó por un momento mientras movía la cuchara lentamente en el interior de su taza humeante de café.
-Sinceramente nena, independientemente de la diferencia de edad, tú ya eres bastante mayor, no eres una niña de trece años a quien he estado pervirtiendo, tú puedes tomar tus decisiones y algunas veces tendrás que hacerlo a pesar de lo que tus padres piensen— explicó.
Al verlo de esa forma, parecía más sencillo, como si no tuviera que pedir su consentimiento sino tan sólo decirles lo que planeaba hacer a partir de ese momento.
Sin embargo, dudaba que mis padres se quedarían callados en caso de no estar de acuerdo con mi relación.
¿A quien engañaba?
Necesitaba su aprobación, en especial si quería irme con Harry a otra ciudad.
-Pero si mis padres no están de acuerdo, ¿Cómo iré contigo a Manchester?
-Eso solo tú puedes decidirlo linda, cuando ese momento llegué, tú serás mayor de edad, podrás tomar una decisión por ti misma y el tiempo hará a tus padres acoplarse a la idea. Yo lo he hecho a veces con mis padres.
-No es tan fácil— repliqué— yo aún necesito el apoyo de mis padres para costear cosas como la universidad.

Esa era una problemática en nuestro plan.
Si mis padres se negaban a costear la universidad en Manchester, no podría irme.
A no ser que consiguiera un trabajo que me dejara lo suficiente, pero en tal caso tendría que esperar un tiempo para encontrar el trabajo y ahorrar antes de inscribirme a un colegio y probablemente me demoraría un año.
Pensaba en eso mientras le daba un par de mordiscos a una rosquilla, cuando Harry bebió un sorbo de su café y hablo de nuevo:
-No te preocupes por eso, estarás conmigo, yo podría ayudarte a pagar la universidad— me ofreció sin dudarlo ni un segundo y yo lo miré incrédula, algo sorprendida por su oferta.
-No, no, eso no es necesario— murmuré.
La idea me avergonzaba un poco, no me gustaría pedirle tanto dinero a Harry.
-Pues quizá no, eso dependerá de cómo surjan las cosas, mi vida— insistió con voz suave y dulce— Meg, yo en verdad quiero ir contigo a Manchester, ¿Tú piensas que sea sumamente necesario que tus padres lo aprueben?

¡Cielos!
No me había preguntado eso a mí misma y me daba un poco de miedo pensarlo, pero yo también quería irme con Harry. Tener un departamento juntos mientras estudiaba la universidad. Él también parecía enamorado con la idea y por primera vez le escuchaba insinuar que en realidad no importaba lo que mis padres dijeran, pues él estaba dispuesto a hacerlo todo para irse conmigo.
-No, en realidad yo igual quiero ir contigo, tan solo no lo había pensado de esa forma— le dije. Apoyé mi codo en la mesa y mi mejilla en la palma de mi mano y lo miré meditabunda.
Harry sonrió un poco, comió un panecillo después de haberle puesto una gran porción de mantequilla y después volvió a decir:
-Yo tendría suficiente para costear tu universidad, por si te interesa saber.

Con un aire bromista pero a la vez muy serio, me dejó claro que él no tendría problema alguno con ayudarme de esa forma, pero a mí me incomodaba imaginarlo.
-No quiero que me mantengas Harry, yo podría encontrar un empleo de medio tiempo.
-Oh claro, puedes hacer eso igual, pero me imagino que necesitarás el dinero en cuanto lleguemos ahí y quizá nos tomará algún tiempo instalarnos y encontrarte un empleo, así que yo podría ayudarte al comenzar— explicó.
Arquee una ceja y resoplé porque parecía muy despreocupado con el tema, como si no le importará invertir sus ganancias en mi y eso me causaba un poco de ternura.
-Pero yo quiero la universidad más costosa— bromee, aunque él asintió sin dudar.
-Por supuesto, lo mejor para ti, mi vida— aseguró y yo reí divertida, algo sonrojada por su dulzura.
-No seas tonto, aún no sabemos si eso será necesario, yo estoy segura de que puedo lograr convencer a mis padres, supongo que sí les digo que ya he decidido irme ellos se verían forzados a apoyarme porque no me dejarían partir sin dinero.
-Bueno, eso es bueno, pero quiero que sepas que de cualquier forma, estarás conmigo y yo voy a cuidarte en todas las formas que pueda.

Al decir esto último, cruzó una mano sobre la mesa para tomar la mía y se lo agradecí con un beso en sus nudillos.
Era lindo estar con él de esa forma, me imaginaba que cada día fuera igual. Así sería estar juntos en Manchester.
Justo como ese día, que después de despertar en la misma cama después de una noche enamorados, desayunamos y fuimos al cine.
Vimos una película de terror y luego caminamos por la plaza y patinamos en la pista de hielo.
Las horas a su lado pasaban volando y como dije antes, habría deseado quedarme mucho más, al menos hasta el anochecer, pero debía llegar a casa antes de que mis padres se preocuparan.
-Puedes dejarme en la esquina— sugerí.
-No quiero que camines tanto— objetó el castaño y entró a su garage.
Ahí, en privado, nos despedimos con un beso.
Uno profundo y comprometedor.
-Te amo— susurró contra mis labios y yo correspondi hechizada.
-Yo igual.

Después, prácticamente flotaba.
Mis pasos eran ligeros hacia la casa de la abuela.
El viento era fresco y el cielo anaranjado porque ya había llegado el atardecer.

Crucé el pórtico, la puerta, el recibidor, la sala. Me deje caer en un sofá y aún podía saborear los labios dulces de Harry.
Suspiré.
-Llegué— dije con voz alta, esperando que alguien en esa casa me escuchara, pero tal vez todos estaban ocupados en sus propios asuntos porque nadie respondió.
Me consideré afortunada, ya que hasta ahora no había aparecido nadie para reclamarme la demora.

Cerré los ojos y abracé una almohada imaginando que se trataba de Harry y también soñaba con nuestra vida en Manchester.
Las imágenes que se cruzaban por mi mente eran simplemente lo mejor que podía pasar mi tiempo pensando, pero después de un rato, mi tranquilidad fue interrumpida por el ruido de un auto aparcando en la entrada de la casa.
Me incorporé sorprendida porque no había notado que el auto de la abuela no estaba cuando llegué ahí y que apenas aparecía.
A través del ventanal de la sala vi a mi familia salir de él.
La abuela, junto con mis padres y mi primo.
¿Acaso habían salido sin esperarme?
Me sentí un poco ofendida por ello y me puse en pie para caminar hacia la puerta.
Abrí esta antes de que ellos pudieran hacerlo.
-¿Salieron sin mí?— pregunté con aires de indignación.
En realidad no me molestaba, porque yo había tenido el mejor día de mi vida y no lo habría cambiado por nada, sin embargo quería lucir natural, como si tan solo hubiera pasado las últimas horas perdiendo el tiempo con Elena.

Sin embargo, al verme mis padres soltaron una exclamación al mismo tiempo.
-¿Donde estabas?— preguntaron con un tono que dejaba ver qué en realidad no estaban nada contentos.
Mi sonrisa se borró y al ver la cara de mi primo, él hizo un gesto extraño, que me daba la sensación de que trataba de advertirme algo malo.
-Les dije que estaría en casa de Elena— musité algo temerosa.
Papá se acercó a mí y pese a que parecía enfadado, también parecía preocupado y tras dar un pequeño suspiro, me dio un abrazo.

-¡Dijiste que volverías temprano, estuvimos llamando a tu celular pero estaba apagado, tu abuela llamó a casa de tu amiga y ella nos dijo que te habías marchado temprano en la mañana, ¿Puedes imaginar el susto que nos diste? Estuvimos buscándote como locos por las calles, recorrimos todo el vecindario preguntando a la gente, pensamos que algo terrible te había sucedido, yo ya estaba lista para llamar a la policía y reportarte como desaparecida!— mamá levantaba la voz a medida que narraba su día y yo tragué con dureza.
Bien. Elena me había cubierto la espalda en gran parte al decir que dormí con ella y que había salido de su casa al amanecer, pero aún debía tener una explicación de donde había estado durante el resto del día.

¿Era factible decir que había sido abducida por alienígenas?

-Dinos dónde estuviste, ¿Por qué no nos enviaste al menos un mensaje? ¿Por qué tienes el celular apagado?— reclamó mamá cuando cruzamos la estancia y yo volvía a la sala para tomar mi celular de mi bolso.
-Lo lamento, perdí la noción del tiempo, apagué el celular porque tenía poca batería— mentí mientras lo encendía de nuevo y en solo cuestión de segundos ese aparato me actualizaba todos los mensajes y llamadas perdidas que había recibido.
Entre ellos habían varios de Elena, advirtiendome que mis padres andaban buscandome.
-¿Cómo se pierde la noción del tiempo todo el día Megan? ¿Dónde estuviste?— preguntó papá y yo me veía acorralada y al mismo tiempo estaba suceptible porque últimamente sentía la necesidad de decirles la verdad y era todo en lo que pensaba, pero no sabía cómo hacerlo.
¿Por dónde debía empezar? ¿Cómo podría decirles que estuve saliendo durante meses con un hombre diez años mayor que yo?
¿Cómo podría evitar que perdieran la cabeza al descubrirlo?
-Lo lamento, enserio, es que salí con un chico— musité, experimentando un pequeño ardor en los ojos y un nudo en la garganta.
No era tiempo de llorar, debía ser firme, debía ser convincente y no lucir como una adolescente inmadura que no sabe lo que hace.
-¿Y por qué no nos lo dijiste?— volvió a preguntar mamá pero papá iba al punto crítico.
-¿Que chico? No nos dijiste que estuvieras saliendo con alguien.

Miré a la abuela, como si esperara que ella pudiera adivinarlo, pero esa mujer parecía tan intrigada como mis padres.
-A mí tampoco me dijiste— encogió ligeramente los ojos, como si sospechara algo más, pero no podría asegurarlo.
-Solo un chico... me invitó a salir— me acobardé, pero mis padres no eran tan ingenuos.
-Enseñame tu celular— pidió mi madre y yo negué, llevando el aparato rápidamente a mi espalda.
-¿Qué? ¿Para qué?— pregunté.
-No te creo que no tienes batería, ¿Por qué apagaste el celular y desapareciste todo el día sin avisarnos y por qué mentirte diciendo que estabas con Elena? ¿Por que ni siquiera ella sabía donde estabas? Parece que saliste con alguien a escondidas— me acusó— ¿Con que clase de chico sales a escondidas? ¿A dónde fuiste?

Acorralada emocionalmente como un criminal, desee gritarlo y no podía. La voz no salía y a unos metros por detrás de mí, mi primo, que ya lo sabía todo, me animó con un murmullo.
-Dilo Megan, no pasa nada— dijo.
-Ay solo salí con un chico, no tengo que pasarles la nota de todo lo que hago en la vida, ya estoy muy grande, ya ni siquiera vivo con ustedes.
-Pero vives conmigo y yo también quiero saber que amistades tienes— reclamó la abuela.
-A mí me dijo con quién iba a salir— intervino de nuevo mi primo.
Al parecer su intención era ayudarme pero yo no quería que lo hiciera.
-Tu cállate— reclamé frustrada y mis padres miraban a mi primo y luego me miraban a mí.
Las lágrimas ya habían llegado a mis ojos, ya me defraudaban al rodar por mis mejillas.
Y eso me delataba, hacía saber a mis padres que aquel tema era serio.
-¿Que sucede Megan?— preguntó mi papá con un poco más de preocupación que mi madre, quien solo quería obstinadamente llegar al fondo de todo eso.
-Es obvio lo que sucede, ustedes deberían saberlo, la abuela debería saberlo, ¿Por qué son tan tontos?— reclamé frustrada.
-¿Yo?— exclamó la anciana— no cariño, si tú no me cuentas las cosas no puedo saberlo.
-¡No necesito contarte nada!— elevé la voz y azote un pie contra el suelo como una niña en medio de una rabieta— ¡Tú misma me das permiso para salir con este tipo una y otra y otra vez y yo siempre espero que digas algo y no lo haces!— me delate finalmente.
Al menos a ojos de mi abuela, como un chasquido de dedos, las cosas quedaron bastante claras.
-Ay Megan— frunció el seño al instante, rodó los ojos y llevó una mano a su frente— ¿Están saliendo? ¿Saliendo realmente?— me interrogó.
-¡Es mi novio, abuela!— las palabras salían de mi boca sin control entre exclamaciones y sollozos y la mujer volvió a rezongar.
-Ay Megan, por Dios ¿Cómo haces esas cosas?
-¿Qué está pasando? ¿Quien es?— preguntó mi papá intrigado.
-El muchacho que vive a lado— dijo la abuela, intentando mantener la calma, pero ahora era turno de mis padres de perder el control.
-¿Quién? ¿El que conocimos al llegar aquí? No entiendo. ¿Qué edad tiene?— preguntó mamá.
Ella sabía bien que era mayor.
-Cumplirá veintiocho pronto— respondí yo misma, limpiando mis lágrimas y papá llevó las manos a la cintura y se dio media vuelta como si de esa forma pudiera escapar repentinamente del tema.
Mamá en cambio, parecía lista para debatir.
-Megan, es demasiado grande, ¿Por qué no se lo habías dicho a tu abuela? Te arriesgas a que ese hombre se aproveche de ti.
-Él jamás haría eso— negué— Harry me respeta y yo lo quiero, enserio lo quiero mucho.
-Es un joven muy educado— me apoyó la abuela al sentarse en un sofá— ha salido con Megan durante varios meses.
-¡Meses!— exclamó mamá— ¿Y mantienen relaciones?
-Cielos mamá, ¿Eso que te importa?
-Por supuesto que me importa, que un hombre de treinta años embarace a mi hija de preparatoria, por supuesto que me importa.
-Bueno, yo creo que ella sabe cuidarse, creo que la hemos educado bien en ese aspecto— interrumpió papá pero mamá negó.
-No, no estoy de acuerdo, no lo hagas Megan, enserio, yo no quiero ser la clase de madre que te diga con quién debes andar, pero esto no está bien, eres muy joven aún para estar con un sujeto tan grande, no tienen nada en común tú y él— me advirtió y yo sabía que esa era una reacción natural, pero estaba decidida a defender mi relación.
Me había preparado mentalmente para ese momento durante meses y finalmente había llegado la oportunidad de hacerlo.
-Pues lamento que no te guste mamá, en verdad desearía que estuvieras feliz por mí, pero no estoy pidiendo permiso a nadie, no lo hice en ningún momento y no lo haré ahora. Harry es mi novio y yo tengo planes con él. Al terminar la preparatoria iré a Manchester a estudiar la universidad porque a él le han ofrecido un trabajo ahí.

-No harás eso— dijo mamá con tranquilidad, sin exsaltarse, parecía muy segura de su poder sobre mí, pero yo estaba más segura que ella ahora.
-Si lo haré, mamá.
-No, no lo harás, no tienes mi permiso, ni el de tu padre y yo no pagaré ninguna universidad en Manchester. La universidad la estudiaras en esta ciudad, lo decidimos tu padre y yo y es lo mejor para ti. Aquí puedes estar con la abuela y eso es seguro.

Me crucé de brazos y arquee una ceja en señal de arrogancia.
No necesitaba su permiso, su dinero, ni su bendición.
-Me iré con Harry.
-No Megan, basta— dijo papá y yo volví a azotar el pie contra el suelo como una niña berrinchuda.
-Si lo haré— me di vuelta y caminé hacia las escaleras y una vez ahí, amenace— no necesito su estúpido dinero porque Harry me ofreció costearme la universidad.

Al decir esto, comencé a subir las escaleras pero casi de inmediato escuché los pasos furiosos de mi madre siguiendome.
-¿Estás loca? ¿Vas a permitir que un hombre mayor te mantenga para que luego él se sienta con el poder de hacer contigo lo que quiera?
-¡Harry no es así!— le grité también mientras huía a mí habitación y al cerrar la puerta, ella me hacía un escándalo al otro lado.
-¿Qué clase de hombre de su edad le ofrece a una niña de la tuya pagarle la universidad para sobornarla con vivir en Manchester?— me pregunto enfurecida.
-No está sobornandome, él se irá ahí por trabajo y yo no quiero perderlo, quiero ir con él y él quiere que vaya.
-¡No irás!— gritó de nuevo la mujer y yo gritaba más fuerte mientras me colocaba los auriculares para dejar de escucharla.
-¡Si iré, no me importa lo que digas, si iré, me iré con él por qué lo amo, si iré, si iré!— decía y decía sin parar mientras aventaba las cosas en mi habitación y ya no podía escuchar la voz de mi madre a causa de la fuerte música en mis oídos, pero sabía que ella lo haría todo por intentar detenerme.

SE PUSO FUERTE LA COSA CHAMAAAS!!!!
Raya es la reina del drama adolescente 😂❤️

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