[Queen Of Hearts] [Lucas] [Nc...

By yeooneaesthetic

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" Jugando con la Reina de Corazones, sabiendo que no es realmente inteligente. ... More

Prologue
Chapter 1
Chapter 2
Chapter 3
Chapter 4
Chapter 5
Chapter 6
Chapter 7
Chapter 8
Chapter 9
Chapter 10
Chapter 11
Chapter 12
Chapter 13
Chapter 14
Chapter 16
Chapter 17
Chapter 18
Chapter 19
Chapter 20
Chapter 21
Chapter 22
Chapter 23
Chapter 24
Chapter 25

Chapter 15

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By yeooneaesthetic

Chapter 15

|Outside the day is up and calling but I don't have to be so, please go back to sleep.|

La manera en que el sol es bloqueado por las nubes, éstas reflejadas en el mar; el mar reflejando el cielo, es precioso. Un digno acto de alabar a su creador. Los rayos de sol reflejados en las olas del mar siempre ha sido una de mis cosas favoritas de la playa.

El olor a mar, lo apacible del sonido de las olas rompiendo contra las rocas, el sonido de las palmeras al ser movidas por el viento. Todo es la combinación perfecta.

Incluso la triste figura que deja su delicado cabello volar en el viento hace de la escena algo maravilloso.
La melódica tonada de un triste piano se añade solo para completar la perfecta escena que de pronto a cambiado con un ligero viento helado.

-¿Por qué no le hablas? -pregunta Taeil, metiendo sus manos en los bolsillos de manera despreocupada. Es curioso, luce más joven.

-Oh, estás aquí. -respondo sin apartar la vista.

Los rayos del sol se mezclan como si atravesasen en medio de mil diamantes, y toda la visión se me nubla, desconcertándome y haciendo que pierda el equilibrio; pero aun así soy capaz de distinguir el largo vestido rosa ondeando en dirección al viento.

-¿Por qué no le hablas? -pregunta nuevamente.

Una vez más, soy capaz de ver solo su delicado perfil. Una figura esbelta, de cabellos finos, sin zapatos y con todo el tiempo del mundo a su favor.

-Por que ella no habla. -suelto con pesadez observando la figura. 

El viento sopla con más fuerza, al piano se le suma un violín y todo luce más sombrío, excepto ella.

Es tanto triste como hermoso.

A lo largo de los años aprendí que para poder obtener aunque sea la visión de ella, no debo tocarla o hablarle. 

Camina por el borde la playa, a paso lento y tranquilo, como retando al mar a tocarla; a ella quien no puede ser alcanzada.

Y se da la vuelta, pero su cabello cubre un costado de su cara y el viento no hace posible que ella lo aparte, pero aun así puedo ver su sonrisa. Una sonrisa cálida y tibia; más tibia esta vívida ilusión de este día nublado en cerca del mar. 

Sus largos cabellos negros bailan en el viento, y luego ella lo hace; levanta sus manos y da vueltas mientras camina, riendo como una pequeña niña que va gozando de la vida. Como si supiera que me deleito del acto, sonriendo en mi dirección e invitándome a ser parte de su mundo.

Y eso es quizás lo más triste de todo, porque siempre se presenta como alguién jóven que ríe y goza, es triste; porque ella no es una niña, porque su tiempo se acabó cuando el mío estaba comenzando. Porque no puedo ser parte de su mundo, al menos no por ahora; yo no puedo ser parte de su mundo, ni ella del mío.

Es ahí cuando las cosas cambian, el cielo nubla completamente el paso al sol. Ya no hay luz de diamantes, ya no hay sonrisa y ya no hay viento. La música se ha detenido y un escalofrío recorre mi cuerpo.

Un dolor se acuna en mi pecho, agitando mi respiración. Mis palmas comienzan a intentar sujetarse de algo, pero no hay nada. Taeil tampoco está a mi lado.

La figura desaparece y de pronto ya no estoy en el mar.

Es temprano, aún es temprano. Mi sueño aún no debe terminar. Aún es temprano para dejar de ver a mamá.

Hay una puerta; a lo largo de un pasillo, puedo ver una puerta.

Escucho mi nombre siendo llamado, pero no sé a quién pertenece la voz. Así que corro, corro como si supiera que la respuesta está tras de esa puerta; como si pudiera regresar a la playa y ver a la linda bailarina.

Mi pecho sube y baja, la puerta luce más lejana. Estiro mi mano, pero no puedo tocarla. Mis piernas duelen, mi respiración se hace más pesada y hago hasta lo imposible por abrir la puerta.

No recuerdo tocarla, pero ya estoy del otro lado.

Todo está oscuro y frío. Me hace sentir pequeña y agitada.

Siempre odié la oscuridad, por eso busqué un lugar con buena iluminación. La oscuridad siempre me provocó ansiedad.

Tengo que despertar.

Cuando despierte
voy a estar sola.

Tengo que despertar.

Siento algo rozar mi pie y me muevo al instante. Mis sentidos se ponen aun más alertas. Puedo escuchar el sonido de algo ser arrastrado.

Tengo que despertar. Mi cuerpo pide a gritos salir de acá con cada una de mis fibras, pero soy incapaz de moverme.

Quiero despertar.

La imágen de una serpiente aparece frente a mi. Pierdo mi balance, pero aun así no caigo. Siento mi cuerpo helarse. Mi pulso se dispara y comienzo a sudar.

Necesito despertar.

Quiero despertar.

Los ojos de la serpiente son negros, no hay ni un atisbo de luz en ellos.

Quiero retroceder, pero no puedo. Solo puedo verla acercarse a mi. Quiero correr, pero mis piernas no reaccionan.

Quiero alejarme, pero ya es tarde, está demasiado cerca de mi cuello.

Grito con todas mis fuerzas, pero no emito ningún sonido. Intento moverme, pero solo me siento más presionada. Cierro mis ojos, esperando que pase lo que tenga que pasar, deseando que lo peor sea solo esto.

Y todo apunta a que sí, porque la serpiente comienza a recorrer mi cuerpo, causandome escalofríos a su paso. El sonido de roedores me hacen sentir aun más temerosa del entorno, sumándose a mi pesar.

Tengo que despertar.

No quiero estar sola.

Quiero despertar.

No quiero despertar sola.

Grito nuevamente,

nuevamente no hay sonido.

Una mano en mi espalda. Hay alguien tocando mi espalda, ¿eres tú, bailarina?

Despierto.


Poco a poco mis sentidos van regresando, calmando mi pecho y normalizando mi respiración.

El sonido de las aves,

la luz colándose por un costado,

la comodidad de mi almohada.

¿Cuándo se hizo mi almohada
tan cómoda?

Estiro mi brazo y me abrazo más a la almohada. Siento mi respiración chocar contra una superficie, pero no sé que es; solo sé que mi corazón también golpea fuerte sobre ésta.

Mi cuerpo aún tiene esa horrible sensación de desesperación y mis palmas se sienten heladas.

¿Cómo es que mi sueño favorito se convirtió en una pesadilla?

Nunca antes había pasado, siempre que sueño con mamá despierto agitada y un dolor en el pecho, pero suele ser por la tristeza. El sueño nunca se había tornado en pesadilla, menos en una con serpiertes y ratas; en verdad quisiera ignorar el significado de éstos.

Escondo mi cara para evitar que la luz golpee mis ojos.

-Mmmm... -escucho cuando me acomodo nuevamente.

¿Mmmm?

Levanto mi cabeza del hueco donde la he metido e intento abrir mis ojos, topándome con la visión todo menos de mi almohada.

-Lucas... -susurro.

¡Oh, dios, me había olvidado de que estaba durmiendo conmigo!

Mi corazón replaza un sentimiento por otro y ahora ya no siento las nauseas por mi pesadilla, siento un cosquilleo por la imágen de Lucas con los ojos cerrados y respirando tranquilamente. Su pecho sube y baja tranquilamente.

No estoy sola.

Su mano se mueve en mi espalda y me acerca más a él, dejando poco espacio entre su rostro y el mío.

Fue él.

Fue su mano la que me despertó de tan terrible sueño. Es él a quién me he estado aferrando pensando que era mi almohada.

Uno de sus brazos está en mi cintura con su mano en mi espalda, pegando mi pecho al suyo, mientras que en su otro brazo descansa su cabeza, su cabeza ligeramente inclinada en mi dirección. Apenas soy consiente de que nuestras respiraciones se mezclan en parsimonia y en realidad lo que menos quiero es moverme.

Los recuerdos del día anterior comienzan a llegar de poco a poco a mi agitada cabeza.
Había olvidado que ayer tuvimos una pequeña reunión en casa, aprovechando que era mi día libre y podía tener la tarde libre, vinieron todos a casa y vimos un par de películas acompañadas de pizza y palomitas; además de un par de noticias de vital importancia para todos. Sí, me refiero a la dosis diaria de rumores que solo Jungwoo sabe. Ayer fue un día lindo.

-Mm. -vuelve a decir y suspira, una débil sonrisa se forma en su rostro.

Se acerca más y es inevitable, nuestros labios se rozan. Pero en lugar de ponerme nerviosa, es como si la calma del mundo se transmitiera a mi.

Cierro los ojos y, sin en verdad quererlo, muevo mis labios; pero es que la tentación es tan grande que debería no ser humana para resistirme. 

Sé que sus ojos se están por abrir porque siento como su cuerpo se sobresalta al ser consiente de lo que pasa, por lo cual cierro los ojos y pretendo estar dormida. Casi escucho su asombro al comprender lo que ha pasado, pero no dura mucho; su mano recorre mi espalda y sus labios regresan a mi. 

Y no puedo más, dejo que la sonrisa se escape de mis labios y toque la suya.

-¿No estás cansada? 

Casi podría decir que no solo fueron mis ojos los que se mojaron al escuchar su voz ronca mañanera.

-Un poco. -no veo sus ojos.
Que vergüenza que sepa que había estado consiente todo este tiempo, o que descubra que fui yo la que quiso seguirle el beso y fingir estar dormida; no me arrepiento, pero que vergüenza. Aunque sé que lo sabe.

-Tuviste pesadillas toda la noche, ¿no? 

Oh, dios. Oh, no. 

¿Lo sabe? 

-¿Cómo lo...-

-No dejaste de moverte por la madrugada, y hasta hace un par de horas lograste dormir, justo después de que te abracé. -mis ojos se quedan en los suyos, tan lindos.- ¿Tienes problemas para dormir?

Siempre.

-Algunas veces... -recargo mi cabeza en la almohada.- ¿Hablé mientras dormía?

-Sí.

Mierda. Abro mis ojos al máximo.

-¡¿En serio?!  Agh, no. Dios. ¿Qué dije? -cierro los ojos con fuerza.

Se inclina sobre mi, apoyándose de su mano libre a mi costado y se acerca a mi oreja.

-Que no querías ir a clase. -sus palabras hacen cosquillas en mi oreja y sonrío. Abro los ojos y lo examino.- En serio, fue eso. -sonríe sabiendo que no le creo.- ¿No me crees? -acerca su rostro al mío.

Niego viéndolo a los ojos.

Me encanta. Lucas me encanta.

-¿Por qué? -ladea su cabeza.- ¿Por qué no deberías de creerme? -se apoya de su otro brazo y sus manos suben a dar pequeñas caricias mis mejillas.

-No sé. -tomo su mejilla y la presiono entre mis dedos, se siente como plastilina.

-Ouch. -mueve su cabeza de un lado a otro.- Duele.

-No me importa. -tomo la otra. Se queja pero no se aparta solo mueve su cabeza.- Pero... -aflojo el agarre en sus mejillas-, igual no quiero ir a clases.

-No tenemos qué. -se encoge de hombros. Sonrió.

-¿Te quedarías?

-Claro. -y sin más pega su nariz a la mía por un segundo y luego regresa a su distancia normal.

Quiero besarlo, en serio que quiero.

Quiero besarlo sin tener que pretender que estoy dormida.

Quiero que me bese sin temer lo que pueda pasar después.

¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué no intentarlo?

Suelto sus mejillas y dejo que sus dedos marquen el contorno de mis labios, perdida en la linda profundidad de sus ojos.
Cierro los ojos y elevo mi mentón, invitándolo a terminar con la espera.

Y lo hace.

Me besa y por fin mi cuerpo reconoce estar completamente despierta y fuera de peligro.

Me besa y su toque es suave, pero sus labios son demandantes, como invitándome a investigar que tanto puedo obtener de ellos.

Me besa y el mundo parece un lugar más seguro.

Me besa y me siento tan agradecida de no estar sola después de ver a mi sueño favorito convertirse en una pesadilla.

-¡Hyeri!

Nos separamos rápidamente, apenas consientes del sonido.

-¿Esperabas visitas? -pregunta pasando su lengua por su labio inferior.

Oh, podría hacer exactamente lo mismo de no tener a alguien tocando la puerta.

-No... -dejo ir mi cabeza hacia atrás hasta quedar en la almohada nuevamente.

-¡Hyeeri! -se escucha acompañado de los golpes en la puerta.

-Creo que es-

-¡Hyeri, dejé mi billetera! -grita Changgu. 

╮╰

-Oh... -la boca de Changgu forma un perfecto círculo y sus ojos alternan entre Yukhei y yo.

Si, Yukhei no siempre tiene buenas ideas, en especial esta. Salir a dejar la billetera de Changgu en sus pantalones de pijama, con la camisa mal colocada y el cabello revuelto no da la mejor impresión.

-¿Es ésta? -pregunta el más alto.

La mirada cómplice de Changgu se encuentra con mi rostro ruborizado, ¿por qué siento tanto calor? 

-Sí. -dice ocultando una sonrisa.- Gracias. -la toma.

-De nada. -responde con tono fresco.

-¿Planean ir a clases? -intenta no soltar una carcajada. Eleva su ceja esperando que le d emi respuesta.

-De hecho, Hyeri se siente cansada. -contesta Yukhei rascando su cuello.

-¡Tuve pesadillas! -me adelanto a decir. Conozco muy bien esos ojos exaltados que Gu hace.- Apenas pude dormir, creo que me quedaré en casa.

-Ya veo. -dice apenas convencido y ruedo los ojos.

Joder, Changgu, estoy haciendo mi mejor esfuerzo por no ponerme nerviosa ante tan extraña situación y solo logra hacérmelo más difícil con sus expresiones incrédulas.

-Si. -me esfuerzo por sonreír.- ¿Tu si irás? 

-De hecho ya voy tarde. Pero no podía irme sin esto. -mueve su billetera en el aire. Da un vistazo a su reloj y camina a la puerta.- Los veo al rato o quizás no... -se detiene en el marco y se gira a nosotros.- Pero -pone su mano en el borde de su boca como si fuera a decir un secreto-, sean cuidadosos. -susurra acompañando su comentario de un guiño.

-¡Changgu! -golpe mi frente con mi mano y Lucas le tira una almohada, la cual logra esquivar mientras suelta una carcajada.

La risa de Changgu se escucha por todo el pasillo y mi cara se calienta. Estúpido Changgu.

-¿En serio no iremos a clases? -pregunta tirándose en el sofá, ya sin sonrisa en el rostro. Su rostro luce tan serio que es hasta entonces que recuerdo que el también odia saltarse las clases 

Asiento.- ¿O tienes ganas de recibir cuatro horas de una sola materia para la cual vas a terminar memorizando todo el libro de texto por tu cuenta?

Mira al techo y luego de pensarlo pone mala cara y niega con la cabeza.- Ni loco.

-Entonces eso. -me encojo de hombros.- ¿Tiene- 

Mi celular suena con al menos la alerta de diez mensajes entrado, interrumpiendo lo que fuera que estuviera por decir. ¿Quién demonios envía tantos mensajes antes de las diez de la mañana? 

Me dirijo a la habitación y tomo el ruidoso aparato. 

-¿Quién está muriendo? -pregunta Lucas. 

Levanto la mirada de la pantalla y lo veo recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

-Aparentemente, Jungwoo. -abro los mensajes.

[ Jungwoo💌]

¿Vendrás a clase?
Tengo algo que contarte.

Es urgente, Hye...

¿Vendrás?

¿Sabes dónde está Lucas?
No lo he visto...

Mark está molestando
demasiado.

¿Tienes las fotos de ayer?
Envíamelas, porfi.

Hyeri, en realidad es
urgente lo que tengo
que contarte.

¿Si vendrás?

¿Estás con Lucas? 

¿Puedes venir? Pero que Lucas
no lo sepa, si en caso estás con él... Sino estás con él,
igual no le digas que me
vas a ver hoy.
09:38 am

-¿Qué quiere? -pregunta tomando el celular de mis manos.

-¡Nada! -lo termino por arrebatar de sus manos antes de que pueda leer algo.- Solo quería saber si iría a clases, o si te había visto. -bloque la pantalla y lo pongo en la mesa, luciendo más sospechosa de lo que debería.

¿Qué quiere decirme Jungwoo? ¿Tiene algo que ver con Lucas?

Eleva una ceja.- Okay. -dirige su mirada a la mesa.- ¿Vas a ir? ¿Es algo urgente?

-Eh, no. -aclaro mi garganta.- No creo que sea algo serio. -digo con honestidad tomando nuevamente el aparato.- Además quiere las fotos de ayer, imagino que solo quiere saber cual subir. -me siento al borde de la cama y selecciono todas las fotos de ayer. Presiono enviar y le escribo que no podré ir hoy antes de bloquear la pantalla por ultima vez. 

-Entonces, regresemos a dormir. 

Apenas soy consiente de que está de nuevo tendido en la cama, detrás de mi, y on los brazos extendidos.

-¿Estás cómodo? -me apoyo en una mano y lo observo divertida.

¿Cómo es que se nos hizo normal el hecho de compartir la misma cama? ¿Cuándo dejamos ir los nervios y nos aferramos la honestidad de lo que aun no hemos dicho?

-Bastante. -sacude sus brazos al aire y no me resisto, me coloco entre ellos, con mi cabeza en su pecho, aferrándome a él en un abrazo.- Pero me parece que tu estás mejor. -coloca una mano en mi cabeza y comienza a dar pequeñas caricias a lo largo de mi cabello.

Contigo, siempre.

-Si. -sonrío acomodándome para alcanzar el hueco entre su hombro y su cuello para apoyarme ahí.- Y con sueño.

Su mano libre toma mi barbilla y hace que lo mire al momento de dejar un beso en mi frente. Mi corazón da un vuelco en el mismo instante.

-Entonces durmamos. -dice pegando mi cabeza a su pecho, y casi podría jurar que cerrando sus ojos.

Es hermosa la manera en la que soy capaz de escuchar los descontrolados latidos de su corazón, sin importarle disimular un poco la alegría que contienen. Es hermosa la manera en la que sus brazos son lo más cercano a un hogar aun estando a kilómetros de éste.  Es hermosa la manera en la que encajamos perfectamente. 

A medida mis ojos se cierran conservo la sonrisa en el rostro. 

No le importó que Changgu hiciera un chiste de mal gusto sobre nosotros, aun si él no le agrada, no dijo nada. No le importa perderse las ultimas clases del ciclo por solo quedarnos juntos durmiendo; como tampoco le importa ponerme como su prioridad cada vez que estamos juntos.

Sonrío porque son los recuerdos de no haber dormido nada por estar escuchando sus historias lo que mantienen pintada una sonrisa en mi. Me pone de buen humor pensar en todas las cosas que Yukhei hace para mantener una sonrisa en mi, incluso lo más mínimo logra tener un gran efecto si proviene de él.

Lo único que me hace despertar de mi sueño, es el recuerdo de la pesadilla pasada.

La imagen de la serpiente y los roedores regresan a mi mente haciéndome sobresaltar. 

Mi abuela siempre decía que los sueños son claves de lo que pueda suceder. Nunca le creí, hasta que comprobé con mis propios ojos que a veces los sueños son pequeñas alertas de nuestro subconsciente quizás, o quizás como decía mi abuela, nuestro cuerpo puede percibir que va a pasar y trata de alertarnos. 

Es por eso que el hecho de haber soñado una serpiente que traía consigo roedores me inquieta; porque ella decía que las serpientes son un mal augurio sobre rumores que se esparcen con el propósito de dañar y que los roedores eran la envidia misma en forma animal. 

Entonces, si los rumores y la envidia vienen de la mano, ¿por qué la serpiente estaba tan cerca mío?
¿Por qué se enredaba en mi cuerpo y no me permitía siquiera defenderme? ¿Y, por qué la misma serpiente era la que traía consigo a la envidia? 

-Tranquila. -la voz de Lucas me saca de mis pensamientos. Su voz sale profunda, dándome a entender de que lo he despertado de su sueño. 

Intento controlar mis latidos, pero solo logro aferrarme más a a tela de su camisa.

-Estoy aquí. -toca mi cabello y comienza a tararear una vieja canción que he escuchado en alguna parte.

El calor de su cuerpo me hace recordar que no estoy sola. Mis latidos bajan su ritmo y suspiro con los ojos cerrados. Lucas está acá.

-Duerme, que los montruos no pueden traspasar las barreras del castillo, my lady.

◇●◇●◇

¡Holaaaaa!

Ando feliz, las cosas me van saliendo bien últimamente y eso es raro jajaj.

En finnnn, lo siento por la tardanza, pero ya avancé mucho en las demás partes de este ff, yyyyy estoy con ganas de ponerlas ya, pero si lo hago se hace kk, así que vamos a mi ritmo como siempre (leeeeento).

Les dejo esta foto de Changgu porque es precioso shhskdk.

Graaaaacias por el apoyo♡

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