Capítulo 6. Precio.
Los domingos en casa de los padres se habían extraviado de la rutina.
A pesar de su aprecio, culpa y vergüenza le evitaban ir. Sin notarlo, Roni se iba aislando del menudo contacto que poseía con el mundo.
Ya ni siquiera reclamaba por nada a Alejandro. Cosa que este notaba con desprecio.
Todas sus fuerzas estaban volcadas en su niña y en su libro, sin título aún.
Se veía ahora mucho mas delgada. Incluso se la notaba ojerosa a veces. Pero en contraposición una vitalidad ostentosa la impulsaba siempre a cumplir con sus tareas.
Muchas cosas pasaban en el mundo: un terremoto en un país vecino, guerras desperdigadas por todas partes, y hasta linchamientos a ladrones a unas pocas cuadras de su casa. Roni era ajena a todo esto, inerte, hundida en su propio universo invisible.
Las noches se llenaban de insectos y formas extrañas dibujadas por tinieblas.
Sobre la lámpara se cernía la pretenciosa mirada del ente, que prestaba atención a Roni mientras escribía y jugaba con uno de sus rizos.
Alejandro volvería a llegar tarde.
Últimamente incluso no dormía en casa. Alentado por la indiferencia de Roni, cada vez se atrevía mas descaradamente a frecuentar otros brazos y otras bocas ; sospechando quizá , con encono, que al fin su esposa estaba haciendo lo mismo.
También la imagen ya borrosa de su padre la abandonaba en sus sueños. Cada vez era mas lejana la silueta, apenas divisible.
Cada vez mas vaga su voz pidiéndole "vuelve". Hacía tiempo Roni había dejado ese seguro páramo. La oscuridad en ella la había devorado.
La puerta de entrada se golpeó esa noche. Alejandro entró como un rayo lanzado hasta el baño.
Roni que miraba la televisión junto a Victoria en el cuarto , corrió a verlo.
-¿Qué pasa?-preguntó esperando tras la puerta corrediza.
-¡Nada!-dijo este nervioso.
El agua corría pero aun podía oírse la desesperada respiración de él. Hasta que se ahogó de angustia y prorrumpió en llanto.
Roni abrió la puerta. Alejandro estaba apoyado sobre la bañadera , en cuclillas. Se había quitado la camisa , y restregaba duramente unos dedos con otros.
Ella se agachó a su lado. En un rapto de conmoción , abrazó su cabeza y se la depositó sobre el pecho. El se aferró a ella y allí se quedó, sollozando, sin explicar.
Algo muy malo estaba pasando. Roni lo sabia. Y cómo una confirmación, una negra mariposa llegó ululando en el aire.
Otra vez el silencio sería cómplice. No preguntaría nada aún.
Alejandro junto con sus manos el agua y se lavó el rostro varias veces. Luego simplemente se levantó y se fue de allí como si nada hubiera ocurrido.
Roni cerró el grifo y se quedó viendo el agua que se iba, girando como un remolino.
La cena esa noche fue en voz baja. Solo Victoria monologaba sobre lo que había hecho durante el día, y jugaba a la batalla campal con las arvejas del plato.
Alejandro terminó de comer y besó a la niña en la frente. Se acercó para saludar a Roni pero a medio camino algo lo detuvo y solo apoyo la mano en su hombro replicando:
-Estoy cansado, iré a dormir.
Roni asintió y se puso a despejar la mesa. Luego llevó a Victoria a la cama, para quedarse dando vueltas un rato hasta que todos se durmieran.
Como una suerte de ritual , llevo su cuaderno a la mesa, encendió un cigarro que había escondido en un abrigo , y se sentó a esperar a Demian.
A los pocos minutos una ventisca movió la lámpara y la ceniza del cigarrillo voló. Demian se presentó a la cita, tal como Roni sabía que lo haría.
-Hola mi amor-le dijo este, todo risueño, tratando de asestarle un beso.
Pero Roni corrió el rostro y con cara de fastidio apagó lo que fumaba.
-¿Qué es lo que pasará?
-¿De golpe tienes interés en conocer el futuro?
-Sabes de lo que hablo ¡De Alejandro!
Demian corrió su claro pelo del rostro y apoyó el mismo sobre lis brazos en la mesa. Mirándola de reojo, pronunció :
-Ah! Es por él. Bueno tu bien sabes que quien mal anda mal acaba. En algún momento este hombre iba a cometer alguna idiotez.
-¿Y en que nos beneficia? ¿O es otra de las cosas por las que deberé pagar para que quieras solucionarla?
-No lo es. Es solo una consecuencia de su propia estupidez. Pero no te alteres , esto será bueno para ti. Sin él serás libre otra vez. Y puedo asegurarte que lo que el futuro tiene para ti , junto a mí, es grande Roni. Muy grande.
-Ya solo quiero paz.
-¡Mentira!-interrumpió este cambiando la voz violentamente-¡Qué hipócrita! Te regodeas en tu triste vida creyéndote una heroica mártir, y por dentro tienes tantas ansias ¡Qué no te caben en el cuerpo! Deja de compadecerte de ti sin motivo, y toma todo lo que esté a mi alcance darte.
Roni acabó por contristarse.
-Quiero saber-dijo.
-¿En verdad? -Demian sonrió. Sus ojos cobraron la vivacidad de una hoguera.-Muy bien, te mostraré.
La luz de la cocina se ennegrecio. Demian se posó frente a Roni. Su camisa se embolsaba con el viento que irrumpia. Alzó sus manos y las puso sobre la cara de ella.
Automáticamente su pulso explotó. Su cabeza se llenó de un agudo zumbido , y el dolor la emboto tanto, que creyó que se iba a ir de frente al suelo.
Un calor intenso comenzó a elevarse del piso, las paredes enrojecieron. Toda la cocina parecía temblar. Hasta el reloj de pared terminó por caer.
Sobre la mesa, un vaso con agua comenzó a burbujear . Las esferas transparentes eran cada vez mas grandes, hasta ser borbotones a punto de ebullición.
Roni lo vio. Al fin. Con los ojos apretados pudo avisorar claramente cual sería el destino dispuesto para todos.
Vio hileras interminables de personas, aguardando por comprar el libro. Hablando en la tv sobre la existencia de los pactos satánicos, pequeñas sectas congregadas para llevar a cabo el ritual. Vio controversia, y muchedumbres apasionadas, cuasi obsesionadas con el tema por largo tiempo.
Vio jóvenes influenciados y nuevos modismos. Camisetas con la vulgar inscripción : i ♡ Demian. Y hasta tubo la desgracia de ver anticipadamente a una madre en lis diarios, por ofrendar a cambio del retorno de un viejo amor, a sus dos pequeños hijos.
Pero no era todo. Ella también estaba allí, rodeada de un ejercito de lacayos aduladores y luces. También estaba Victoria, lejos, muy lejos de ella . Algo mas grande ya. En una escuela hogar costosa, de algún punto del mapa.
Lucía tan triste. Tan diferente a como era. Sobre la mesita de luz un retrato de su padre, y una carta.
Y vio el mensaje. El que era la señal de partida. Un mensaje que sentenciaba el comienzo de aquel Armagedón personal, y tras éste, vio a Alejandro , convertido en un ser feroz , condenándose a un encierro de por vida.
Así es como Roni ganaría su libertad. Así se llenaría de gloria después. De la mano siempre de su leal Demian. Quien jamás la dejaría ir. Quien estaría tras bastidores para verla triunfar. Le entendería la lumbre de los cigarros, y le daría largas sesiones de placer para aliviar el estrés que el éxito traería aparejado.
Así, hasta el final de sus días.
Ya no quiso saber mas. Una roca áspera le imposibilitaba tragar. El sonido en su cabeza era cada vez mas fuerte y el mareo la hizo derrumbarse sobre Demian, que la atrapó, amoroso, entre sus brazos. La luz, el aire, el agua del vaso y todo volvía a la normalidad.
Sus intestinos tardaron en dejar de retorcerse y producirle asco. Cuando al fin pudo abrir los ojos, se aferraba de los hombros de Demian. La camisa de el estaba manchada y supo que, como aquella vez, sangraba.
Entonces lo miró, sin fuerzas.
-¿Lo gozaste tanto como yo? -preguntó Demian visiblemente excitado-¿sentiste la respiración en tu oído? ¿Los aplausos? ¿Sentiste la vibración en tu cuerpo al verte tan majestuosa...sobre tanta gente? Yo estaba allí. ¿Me viste? Yo nunca, jamás, te dejaré ceder. Eres mi pequeño monstruo Roni. Tu y yo haremos que una generación tras otra nos adore...y tú, podrás retribuirme todo ese amor a mí.
Demian la besó, lamiendo la escurridiza gota de sangre que bajaba por el mentón, saboreándola.
-Eso es todo-prosiguió-Ahora me retiro. Termina la obra. Cobra ánimo. Veras que pronto llega el día y todo cambia para ti.
Entonces se fue.
Demasiado por asimilar. Caos generalizado, idolatría a Demian, el futuro espantoso de Alejandro.
¿Quién cuidaría a Victoria? ¿Por qué no podría mantenerla junto a ella?¿Cómo sería capaz de alejarla de su vida? No era posible. No podía concebirlo.
Finalmente ella sería la única , en su oscura perspectiva, enteramente feliz. Se vio a si misma como un animal, despojada de todos sus instintos y emociones, completamente perdida.
Sabía que Demian tenía razón. Ella anhelaba ese libertinaje. Era una mala persona en realidad, con una doble moral. La externa; que se había esmerado por mantener prolijamente ordenada, y la interna; que le costaba contener.
Comprendió que era esclava de su dualidad y de su reprimida verdadera esencia.
Al fin había hecho algo bueno con su vida. Victoria era ese logro. Pero no era el tipo de logro que pudiera gratificarle, porque nunca había querido ser madre, o esposa. No quería hacer limpieza, o ir de visita donde su suegra. Ni ser amable, y vivir en una casita diminuta. Mucho menos pasar desapercibida para un mundo capaz de doblegarse frente a cualquiera con suficiente habilidad mental.
Si. Quería ser grande.
Este sería el costo.
Y sin embargo pesaba tanto, que no podía moverse de su lugar.
-Mejor acuéstate-oyó, en un soplo. Creyó que era Demian, pero al fijar la vista al umbral de la habitación, Alejandro la esperaba, , ofreciéndole la mano, para llevarla a la cama.
-"Hija, vuelve". Dentro de una burbuja fucsia se veía oscilando la silueta. El dibujo comenzó a moverse presuroso como en una pasarela, hasta que la pequeña Roni pudo reconocerlo , para treparse a su cuello.
-Papi...
-Lo sé.
-Es que. ..
De nuevo adulta, sujeta a su padre y llena de angustia trató de confesar.
-No soy buena. No lo soy. Muchas veces pienso cosas malas. Tengo malos deseos, y aunque traté mucho de guardarlos...
-Mi pequeña, nadie es enteramente bueno. Todos somos imperfectos. Pero sí está en nosotros el luchar en contra de esa imperfección para no terminar fundidos en ella. Eso es lo que debes hacer.
-Es tarde.
-Nunca es tarde para tomar la decisión correcta.
La imagen comenzó a girar y a diluirse. Roni despertó con Victoria recostada en su pecho y una increíble jaqueca.
Era casi la una pm. Alejandro ya se había ido al trabajo. La casa yacía en desorden, alborotada.
Roni se preparó. Con sentido de urgencia, fue a casa de su padre. Era domingo. El día ideal para verlo.
Esperaba al hacerlo encontrar alguna respuesta. Como si fuera la pieza faltante de un enigma, una parte del rompe cabezas que trataba de armar.
Se alejó rápido de la casa, ansiosa como nunca por llegar donde los suyos. Desde arriba, sobre las tejas de su techo, la observaba Demian.
-Hola-exclamaron todos a coro para recibirla. Hacía bastante Roni no visitaba la casa y estaban felices de verla.
Su hermano enseguida sentó a Victoria sobre sus piernas mientras jugaba en la pc. Bárbara se apresuró a aprontar el mate.
Roni miró a su papá, que refunfuñaba con un partido de fútbol.
-Pa...
-Dime...
-¿Puede cambiarse el curso de las cosas?¿O el destino?
-El destino no existe. Lo hace uno. Pasa que lo usan de excusa cuando las cosas resultan mal.
-Mmmm...es verdad- razono ella.
Tal vez el azar si es una excusa. Es uno el que puede, y debe, forjarse su propia senda.
-Pa...te quiero.
-Yo también te quiero mucho hija- la miró a través de sus lentes y le tomó la mano. Supo en sus entrañas que algo andaba mal, y le sonrió a Roni. -Confío en usted- concluyó.
Roni sostuvo su mano, y tratando de no llorar forzó una risa.
Victoria estaría a salvo si podía mantenerse con sus seres queridos. Roni debería pensar rápido una manera de que así fuera. "Lo único irremediable es la muerte " pensó. Así que mientras le quedara vida buscaría la forma de reparar lo que sucedería.
Siempre hay una solución. Iba a encontrarla. Roni recobró algo de ánimo y una vez mas, almorzó con aquellos que la aceptaban, buena y mala, dándole consuelo.
Luego de la sobremesa salió al patio. Era un parque hermoso el de sus padres, aunque a sus ojos era mas bello su jardín.
Había una higuera, un naranjo y algunos rosales. En el fondo, una frondosa mora sostenía el columpio.
Prendió un cigarro. Todos allí ya sabían que había vuelto a fumar, pero nadie le recriminaba nada. Ella tampoco escondería nada.
-Pareces entretenida- le dijo Demian sentado en la puerta del galpón.
-¿Qué haces aquí?
-Me preocupas...
-¿Cuando serán estas cosas? Quiero estar preparada, para cuando llegue todo esto, tan malo.
-¿Y qué importa lo que suceda con los demás Roni? -Demian se deslizó como una boa arrastrándose hasta ella.-Aun faltan unos cuantos días. Y si bien hay cosas que pueden estar sujetas a cambios, y por un precio adicional, debes tener muy claro que nuestro contrato no puede romperse. No hay manera. Se que algunos hechos, por tu flojo corazón te parecerán duros . Pero no temas . Sabes que puedo borrar el pesar de tu pecho si lo pides.
-Era toda la respuesta que necesitaba.
-¡Que bien! Un breve discurso motivador y enseguida te convences. Ahora...¿quieres que juguemos un poco? Estar en casa de tus padres me genera un poco de lujuria. ..
-No, dejémoslo para la noche.
-Muy bien, luego te veo.
Roni terminó su cigarrillo y volvió a entrar, para despedirse de su padre , que dormiría la siesta.
-Adiós abulito! - saludó también Victoria, lanzándole un beso con la palma de la mano.
El hombre rió, dijo adiós, y se retiró a descansar.
-¿Recuerdas cuando eras niña? - dijo Bárbara , llevándole un café a la mesa.
-¡Si! ¡Era muy fea! -acotó uno de los hermanos.
-¡Cállate! Tú ni habías nacido.
Los tres rieron.
-Recuerdo. ..que tenias el cabello tan largo y rizado, tan negro. Unos cuantos kilitos de mas...¡Y esas mejillitas!
-¿Y cual es el punto? -interrumpió Roni.
-Que no se donde a quedado todo eso, mírate ¡Eres un cadáver!
Las carcajadas sonaron y desde la habitación se oyó un "mas bajo, che".
Roni volvió a casa cantando y jugando con Victoria. Dejó caer la tarde tranquilamente, tirada en la cama.
De nuevo, la paz antes de la tormenta.
Alejandro avisó que llegaría algo mas tarde. Así que finalmente solo ella y su hija cenaron. Luego la llevó a la cama, para leerle un cuento, hasta que se durmió.
Aprovechó la calma para tomar sus cuadernos. Escribiría el gran final de la obra. Contaba aún con tiempo y finalizando antes el trabajo tendría la oportunidad de discutir con Demian los detalles. Debería ser un gran final, para ser también meritorio de alguna modificación en el pacto. Con salvar a Alejandro bastaría. Y el anonimato. ..tal vez. ..aunque pareciera increíble ya no quería ningún galardón mas que su vida anterior.
Ahora todo sería a cambio de que la dejaran en paz.
Demian, que siempre la rondaba, aunque ella no lo viera , se encolerizo al percatarse de sus esquivas intenciones. No se presentaría esa noche. Pero buscaría la manera de precipitar las cosas. Todo debía cumplirse como estaba acordado, o el no podría de ningún modo, complacerse con la compañía de Roni.
Debía acorralarla...cuanto antes.
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