“Siento que me quitaron un pedazo de mi alma, si te vas no queda nada, queda un corazón sin vida que a raíz de tu partida se quedo solo gritando pero a media voz.
Siento que la vida se me va por que no estoy contigo. Siento que mi luna ya no esta si no esta tu cariño.
Ni toda la vida ni toda la agua del mar podrá apagar todo el amor que me enseñaste tu a sentir, sin ti yo me voy a morir solo si vuelves quiero despertar. Porque lejos no sirve mi mano para caminar, porque solo espero que algun dia puedas escapar...”
«Parte de la canción: Yo te esperaré - Cali y el Dandee»
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—Lloyd Garmadon, siempre será recordado como un héroe para la ciudad de Ninjago, un buen maestro, un gran amigo pero sobre todo un hermano que siempre estuvo para proteger a los suyos. El día de hoy, todo Ninjago se reune para velar su partida y pedir que pueda descansar en paz —eran las palabras que dió el Sensei Wu que aunque no lo mostrara, al igual que todos estaba muy angustiado por dentro.
Casi toda la ciudad reunida en el parque central, vistiendo de negro característico de luto. Unos solo daban sus mayores condolencias entristecidos por la muerte del Ninja Verde, algunos lloraban en silencio y a otros no les importaba ser escuchados, un ejemplo era Misako que no podía evitar derramar lágrimas ante el ataud... ¿vacío? Pues sí, nunca se halló el cuerpo o rastro que ayudase a localizarlo.
Y como si el cielo acompañara su tristeza, las nubes oscuras cubrían el resplendor del sol mientras que pequeñas gotas comenzaban a caer del cielo.
Ya la gente se iba retirando a sus hogares para seguir con el tiempo de luto de uno de los más grandes héroes de Ninjago. Los amigos de el chico también se estaban empezando a ir para poder regresar al Bounty, pero cuando ya todo estaba vacío, solo quedaba el Ninja Rojo en frente de ese ataud donde encima tenía su nombre escrito.
No pudo evitar que las lágrimas comenzaran a caer por sus mejillas mientras que con sus manos se empezaba a cubrir la cara. Sintió una mano en su hombro acompañada de una suave voz.
—Kai, tenemos que irnos —era Nya que seguía con el mismo dolor que su hermano, al saber que era ella se dió la vuelta y la abrazó apoyando su rostro con lágrimas sobre su hombro. La joven le correspondió el abrazo sobando lentamente su espalda —Todos lo extrañaremos, Kai.
—Fue mi culpa Nya, si no le hubiese... si yo no... si nunca hubiese ido con ella, jamás hubiéramos peleado, jamás le hubiese golpeado, jamás se hubiera ido y nadie le hubiera hecho daño... todo esto es mi culpa, maldita sea —esas palabras le dolían hasta a él porque todo era verdad, seguía derramando lágrimas y Nya hacía lo posible para no hacerlo también.
—No te culpes tanto... ya las cosas están hechas y no hay marcha atrás, debemos ser fuertes —dijo cerrando sus ojos mientras una pequeña gota de agua salía por su angustia.
—¿No lo entiendes? Yo era fuerte por él... todo fue por él —la joven ya no sabía que decirle solo siguió con el abrazo. A los pocos segundos llegó el resto del equipo, Cole colocó su mano sobre la espalda de Kai que ya lo reconocía.
—Chicos, ya vámonos —habló con la voz apagada, los hermanos se separaron y el mayor de los dos se tapaba el rostro secándose el mismo. Los cinco volvieron con el resto.
~Un año después~
Ya había pasado tiempo desde la perdida de su amigo, lograron superarlo yendo a las misiones que surgían pero ya no era lo mismo, ya no estaba ese chico de traje verde que los animase a seguir adelante y no rendirse, les empezaba a hacer falta esa frase típica de él.
"Un ninja nunca se rinde"
Un ninja nunca se rinde... pero si no están completos ¿qué caso tiene? Habrán podido volver a revivir esos momentos en familia en donde incluso reían pero no podian evitar no sentir un vacío al hacerlo. Misako sufrió mucho tratándose de su hijo, primero había sido su esposo y eso le dolía más aún, pero al final se convenció de que ahora estaba en un lugar mejor.
Pero había alguien que ya no era el mismo... ya sabrán quien.
Kai se volvió distante con el equipo mostrándose rara vez su sonrisa en el hogar, tal vez cuando contaban un chiste o Jay hacía una que otra estupidez, pero duraba muy poco así como el tiempo que salía a las misiones, sabían que era momento de que él dejara ese dolor y aceptarlo tal como todos ya lo habían hecho pero simplemente no podía.
Se culpaba día y noche, llegando a su cabeza ese recuerdo exacto en el que arruinó todo completamente, ese momento en que lo lastimó físicamente por primera vez. Aunque hubiese pasado todo eso, aunque lo hubiese engañado y aunque hubieran terminado... si él nunca le hubiera golpeado, él no habría decidido irse y que le pasara lo que le pasó. Esos pensamientos le llegaban en los peores momentos, imaginándose como sería si el siguiera con ellos, incluso tal vez un día lo hubiera llegado a perdonar y todo seguiría de lo más normal prometiendose no volver a cometer ese error. Pero era tarde, las cosas estaban hechas.
¿Qué pasó con Skaylor? Ella ni se inmutó en ir al funeral, una vez Kai le marcó por motivo ya olvidado y ahí fue cuando la pelirroja le dijo que sabía sobre todo su romance y que solo quería alejarlo de él, cuando el castaño le empezó a reclamar se hizo la víctima diciendo que no tenía nada que ver en su muerte y que la estaba incriminando, cuando terminó la llamada, fue la última vez que habló con ella, Jay le comentó que una vez que salió, vió a Skaylor que al parecer había conseguido un novio.
Ahora, el Ninja de Fuego estaba en su habitación al lado de la ventana viendo como pequeñas gotas de agua iban deslizándose suavemente por el otro lado del cristal, teniendo en sus manos esa bufanda de color verde como su único recuerdo de él.
—Ni siquiera me dejaste disculparme —habló viendo al exterior de la ventana, el barco estaba "estacionado" en medio del bosque pero en una área que estaba despejada por lo que también notaba como las hojas de los árboles se desprendían por al parecer un fuerte viento.
Escuchó el rechinido de la puerta y al voltearse notó al instante que se trataba de Nya, ella siempre estaba en los momentos justos, por algo son hermanos.
—Hola Nya —saludó con la voz melancólica notandose como soltaba el aire.
—Hola hermano —sonrió de lado adentrándose en la habitación —La cena estará servida dentro de poco, solo quería avisarte.
—Si... ya voy... —habló de la misma manera. La azabache soltó un suspiro al percatarse de la bufanda que Kai tenía en mano, se sentó en su cama.
—No me gusta verte así, Kai —posó su mano encima de la de su hermano, llamando la atención del mismo.
—Lo intento Nya, pero simplemente ya es algo que se me quedó en la mente y en la consciencia, creo que nunca estaré tranquilo por esto —tomó la prenda en ambas manos —es lo único que me queda de él.
—Eso ya es pasado, solo nos queda mirar para el futuro.
—¿Lo ves? quiero olvidarlo pero ahora al decir esa sencilla frase parecías él precisamente, es lo que él diría... siempre hay algo que me lo recordará no importa lo que haga.
—No digo que lo olvides, solo digo que lo aceptes.
—Solo vayamos a cenar de una vez —se levantó de su silla dejando a la azabache con la palabra en la boca pero ya no le dijo nada. Se quedó viendo como se alejaba y luego de unos segundos lo siguió.
Los dos llegaron y se sentaron alrededor de la mesa en donde solo faltaban ellos.
—Al fin llegan, me moría de hambre —mencionó Cole para quitar el ambiente pesado.
—Tú siempre tienes hambre ¿cuál es la diferencia? —habló divertido Jay con su mirada puesta en el azabache.
—De que... no, no tengo excusa.
—Muy bien, ya basta, empezemos a comer si les parece —dijo Misako con una pequeña sonrisa, asintieron y empezaron a deborar la comida.
Siguieron así hablando y cuando se quedaron sin nada de que charlar a Jay se le ocurrió tomar el control de la televisión y encenderla.
—Vamos a buscar algo interesante —empezó a cambiar canales llegando a uno de noticias.
—Espera, déjalo ahí —indicó Zane y el pelirrojo hizo caso bajando la mano, todos prestaron atención al reporte al ser mencionado por el nindroide.
—Pues como parece, al lado norte de Ninjago, exactamente la tienda de objetos usados fue asaltada recientemente hace un par de horas, el lugar terminó hecho un desastre por completo, aquí el dueño de la tienda...
—Solo llegó con... con... todo oculto y enmasacarado de color oscuro y como era de noche no pude distinguir nada de su cara, pero estoy seguro de que es él, eso lo puedo asegurar ante ustedes.
—¿Qué fue lo que se llevo?
—No tengo idea, vino a hacer un desastre y también un hueco en el suelo de mi tienda, pero hasta donde yo sé no se llevó nada, ese tipo es un lunático.
—Así como escucharon señores, al parecer esta persona volvió a hacer su aparición siendo esta la octava en estos últimos seis meses. ¿qué es lo que tiene en mente? Nadie lo sabe, ahora volvemos con más noticias luego de un corte.
—No puede ser que hasta ahora no lo hayamos apresado —mencionó Nya devolviendo su vista a sus amigos que tenían la misma actitud —Tal como dijo, es la octava vez en la que llega a un lugar a solo hacer desastre y luego se va sin llevarse nada, tampoco le hace daño a nadie.
—¿Así sigue contando como amenaza? —siguió Cole con algo de duda —Es decir, hace destrozo pero no lastima a nadie ni roba nada.
—Pero tampoco es que lo pueda hacer cuando se le plazca ¿creen que trame algo grande o simplemente sea un loco? —dijo Jay terminando de comer.
—Ni idea, pero los lugares a los que fue no tienen mucha conección que digamos, la primera vez fue en el museo, luego la escuela, el internado, la torre Borg, una casa cualquiera, el muelle, un restaurante y ahora una tienda de objetos usados, esto no tiene lógica en ningún aspecto —ennumero Zane siendo él quien recuerda todo eso —Y siempre lo hace rápido y de imprevisto como para ir y detenerlo.
—Sea lo que sea, ustedes están encargados de averiguarlo, traten de armar el rompecabezas tal vez y halla alguna conección que ninguno está viendo —comentó el sensei Wu y sus alumnos asintieron a excepción de uno que no prestó atención a nada —Kai ¿escuchaste, verdad?
—¿Hm? Si, si claro —sabemos que eso era mentira.
El sensei no dijo nada, ya entendía la situación de Kai por lo que no le insistiría en nada, además que Nya hacía mejor ese trabajo.
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XXX's POV.
Caminaba por entre todos esos árboles de gran tamaño, que tenían la madera mojada por la lluvia que aunque no fuese tan fuerte, con el viento no lo daba como un muy buen escenario que digamos. Sostenía la parte superior de mi capa para cubrirme la cara y que no me mojara tanto, mientras que el resto volaba libremente, eso no me importaba mucho.
Me detuve un segundo y dirigí mi vista hacia mi muñeca en donde tenía puesta ese brazalete de oro, y en donde me indicaba que ya estaba cerca, al menos porque ya no sé cuanto tiempo más podré aguantar aquí. Sostuve mejor mi capa mirando de reojo para no chocarme contra algo y seguí caminando mientras trataba de recordar por última vez.
A la distancia pude presenciar una luz y mientras me iba acercando noté que había algo de forma, finalmente supe que era el barco al cual tenía que llegar, tomé las fuerzas que me quedaban y seguí acercándome, ya faltaba poco. Corrí como pude hasta que pude subir a la cubierta con cuidado de no hacer mucho ruido, aunque el sonido de las gotas chocando con la madera también opacaban el mismo. Seguí mis pasos hasta quedar frente a frente con esa puerta de la que yo reconocía, era la principal.
Alcé mi mano formando un ligero puño y tomé aire.
—Ahí vamos —toqué.
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Un pequeño ruido hizo que todos quedasen en absoluto silencio por haber estado hablando, esperaron unos segundos y lo volvieron a escuchar, el azabache se dió vuelta a la silla y fue el primero en percatarse que se trataba de la puerta principal.
—¿Invitamos a alguien?
—No que yo sepa —respondió el pelirrojo algo dudoso —de seguro es alguna persona que se perdió en el bosque o quien sabe.
—Si es así no lo podemos dejar afuera a que se moje —mencionó el nindroide —es muy fácil pescar un resfriado con el clima de afuera.
—Bueno, Kai está más cerca —Jay se acomodó en su silla y el mencionado alzo ligeramente su cabeza.
—Abran ustedes.
—No seas amargado y vé de una vez —le ordenó su hermana y al castaño no le quedó más remedio que pararse de la silla pero llevandose consigo una taza de café.
Salió del comedor y se dirigió a la puerta con pesar, se detuvo un par de segundos y resigando giró la perilla jalandola a su misma vez para adelante. Se encontró con un sujeto que venía con una capa de color negro que le cubría casi todo el rostro y parte de los brazos, se tenía sujeto al cuello por un pequeño dije dorado.
—¿Quién es usted? —preguntó Kai viéndole afuera.
—Pensé que tú me reconocerías más fácilmente —esa voz...
—¿Q-qué... Q-q-quién eres tú? —preguntó acercándose un poco, el sujeto se quitó la tela negra dejando ver su rostro.
La mano del castaño comenzó a temblar y dejó caer la taza al suelo que al instante se quebró con el café derramándose ahí, simplemente había quedado en un estado de shock por completo. No se lo creería, esto no era real... ¿o sí?
—Hola... Kai —