Ya que no tengo nada mejor que hacer decido llamar a mis padres, como me ha indicado Steve, pero no sirve de nada ya que no contestan, como de costumbre.
Me doy una vuelta admirando el lugar, es enorme, y eso que aún no he salido de la residencia de las chicas.
Los pasillos están llenos de vida y eso me hace sentir sola y fuera de lugar, ya que parece que la mayoría de gente ya se conoce de antes y me temo que no soy muy buena socializando.
De repente un silencio sepulcral se adueña del pasillo y todas las chicas se ponen firmes a un lado de la pared, no sé qué pasa, así que decido hacer exactamente lo mismo.
-Buenas tardes señoritas.
Un hombre de mediana edad y de aspecto serio y apacible , avanza por el pasillo seguido de una mujer un tanto más joven.
-Como muchas de vosotras ya sabréis soy el señor Steinfield, el director y propietario del centro.
Se coloca la corbata con una sonrisa con aires de poder y procede a continuar.
-Esta es la señorita Collins, su supervisora, orientadora y una de sus profesoras- señalando a la mujer que se encuentra de pie junto a él.- Espero que no le causen molestias, y sobre todo espero que no se repitan errores del pasado. Señorita Collins le dejo con ellas.- tras este minúsculo discurso, si es que se le puede llamar así, el hombre se marcha, parece que tiene prisa.
-Bueno chicas...- la mujer se asoma por el pasillo y cuando se asegura de que el director se ha marchado prosigue.- Ahora que el director ha dado la charla de cada año, me toca a mí.
De repente una horda de chicas se abalanzan sobre la profesora y la abrazan.
-Chicas, chicas calmaos, yo también os he echado de menos...-su sonrisa parece sincera y dulce.
Cuando logra que todas las chicas se separen vuelve a comenzar.
-Bien, sabéis que vais a pasar mucho tiempo juntas, vais no solo a ir al mismo lugar de aprendizaje sino que viviréis en el mismo edificio, por lo tanto no puedo esperar menos de vosotras que el respeto mutuo, tanto con las demás como con el material y las instalaciones.- coge una bocanada de aire y prosigue.- ¿Veis esa placa de ahí?- señala a una placa en la pared.
- Ahí pone ''Residencia Femenina'', NO PONE MIXTA, así que como siempre, os repito que quedan terminantemente prohibidas las visitas nocturnas. A partir de las 12 todos los chicos que estén aquí deberán abandonar el edificio e irse al que les corresponde. A aquellos que os estáis escondiendo espero que os haya quedado claro.- todas comienzan a reír y unos cuantos chicos salen de algunas de las habitaciones.
-SÍ SEÑORA.- un chico le guiña el ojo a la profesora, esta le sonríe con dulzura.
-No se por qué me esfuerzo, sé que haréis lo que queráis, pero al menos que no os pillen.
Las chicas aplauden y gritan eufóricas.
-La biblioteca queda abierta hasta las 12, al igual que la sala de ocio, los horarios se flexibilizarán los fines de semana sólo si prometéis no hacer ruido ni molestar. Vuestros horarios se os entregarán mañana en la presentación, como siempre, y tanto vosotras como los chicos cuya estancia sea primeriza aquí seréis asignados un guía de otro curso que os ayudará en lo que necesitéis cuando yo no pueda hacerlo.- hace una pausa y parece pensar en algo- Creo que eso es todo, ahora dejo que os preparéis y os vayáis conociendo, en un par de horas dará comienzo la ''fiesta'' del inicio del curso.
Se despide y se marcha.
El ruido vuelve y yo miro la hora, daré una vuelta antes de ir a cambiarme, todavía tengo tiempo suficiente.
Salgo por la puerta y aún más gente corre de un lado a otro.
Me llama la atención un chico, es muy guapo, avanza por el pasillo de forma indiferente, lleva los auriculares puestos y aunque va con un grupo de chicos parece estar pensando en otra cosa.
Veo como sale del edificio.
Sujeta una bolsa de deporte con una etiqueta colgando, trato de leer el nombre pero de repente una chica choca conmigo y hace que vuelva a la realidad.
Este sitio no es como creía que sería, la gente no parece tan arrogante y estirada como esperaba y todos parecen estar deseando que llegue la famosa fiesta, allá donde voy oigo comentarios sobre ella.
Cruzo un par de pasillos y salgo afuera para entrar en otro edificio que se encuentra justo enfrente, supongo que esta es la residencia de los chicos, al principio dudo en si debo entrar o no pero, como los pasillos están prácticamente llenos de chicas supongo que pasaré desapercibida si entro a mirar.
Los pasillos y las habitaciones están distribuidos de forma exactamente igual que en la residencia de las chicas. Avanzo entre la multitud, nadie parece darse cuenta de mi existencia...
-¡EH TÚ!- una voz suena detrás de mí, decido ignorarla ya que no estoy segura de que vaya dirigida a mí.
-Eh, no me ignores.- definitivamente soy yo.
Me giro.
-¿Estás hablando conmigo?
-Sí, ¿cómo te llamas?
-Soy Jade.
-Un placer Jade, yo soy Arthur.- de repente me rodea con el brazo.- Te preguntarás por qué te he hablado, bien, te he hablado porque mi amigo y yo necesitamos ayuda para tomar una decisión.
Miro al chico al que señala Arthur, es el chico guapo que me ha llamado la atención antes.
-Arthur, eres idiota.- una pequeña sonrisa domina su cara.
-Cállate Ethan, no le hagas caso, es que es un aguafiestas.- Ethan se vuelve a poner uno de los auriculares y mira el móvil.- Acompáñame.
Me indica que pase a su habitación, en una de las camas yace la bolsa de deporte que llevaba Ethan en el pasillo, deduzco que esta es su habitación también.
-Bien, aquí viene el dilema.- continúa Arthur.
Le observo con curiosidad.
De repente Ethan pasa y se sienta en la cama frente a nosotros, me mira con complicidad y se ríe.
-La cuestión es que es mi primera fiesta aquí y necesito una opinión racional sobre qué ponerme hoy.
-Es tu primera fiesta, directamente.- Ethan le mira con una sonrisa maliciosa.
Le observo, tiene unas facciones preciosas, su tono de piel, un tanto moreno caramelizado, hace contraste con unos ojos verdes y profundos que se hallan bajo un pelo negro como el carbón.
-Jade, ¿tú que opinas? -vuelvo a la realidad- vaqueros normales o negros.
-Normales.
-Está bien.
Arthur en cambio es un chico un tanto más delgado, rubio con bastantes pecas y una nariz respingona que hace que su sonrisa sea adorable, no aparenta la edad que debe tener, parece un niño aún.
-¿Camiseta o camisa?
-Camiseta, y la negra.
-Gracias, ves Ethan, alguien razonable.- a Ethan parece divertirle la situación.- ¿Vas a la fiesta Jade?
-Sí, supongo, ahora que lo dices, debería irme, quiero explorar un poco el lugar y después tendré que ir a cambiarme.
-Sí, claro, nos vemos ahí entonces. -la sonrisa de Arthur es enternecedora.
-Claro.
Me despido y me voy, el lugar es enorme, .y sí que es cierto que quiero explorarlo, pero he de admitir que me daba algo de vergüenza quedarme.
Tras bastantes vueltas sin rumbo aparente, decido que lo mejor es ir a mi cuarto a comenzar a prepararme.
Entro a mi habitación, no hay ni rastro de la chica, sin embargo sus cosas están ahí, miro la etiqueta de la maleta, ''Emily'', supongo que ese debe ser su nombre.
Abro mi maleta y decido cambiarme de nuevo, no sé qué se pondrá la gente para estas cosas.
Decido ponerme unos shorts vaqueros de tiro alto que me compré hace poco y un top negro de encaje que me encanta, me cambio de deportivas y me retoco la máscara de ojos a la vez que me añado algo de pintalabios, un tono suave color marrón claro, y listo.
Me miro en el espejo,
Salgo por la puerta y cierro bien, me guardo mi llave y me dispongo a seguir a la multitud en busca de la tan ansiada fiesta.
De repente alguien me coge del brazo y me gira de forma brusca.
-¿Me has echado de menos?
Este me acerca a él , y se me corta la respiración una vez más.