Al ser el único tipo que llega a la fiesta de aniversario sin pareja, me arrepiento de no haberle pedido a Ruby Clover venir conmigo, así tuviera que soportar su boca parlanchina, lo hubiera soportado antes de recibir esta humillación, además cuando llegáramos a mi departamento me hubiera dado el sexo que necesito.
—No puedo creer lo que mis ojos ven. — Dice Kevin al verme, Dallas esta con él. — El soltero más codiciado, Vincent Hart ha venido sin pareja.. ¿Puedes creerlo, Dallas?
Dallas se ríe y me llevo una mano al pecho fingiendo sentirme ofendido.
—Eso es porque me rechazaste para venir con Dafne.
Kevin extiende las manos. —No podía decirle que no, lo lamento, amor.
Me rio para luego llevar el vaso de licor a mis labios.
—No lo fastidies. —Dallas coloca su mano en mi hombro. —Además es Vincent, seguramente conseguirá pareja antes de que pasen 10 minutos.
Paso el trago amargo. —Solo cinco.
Dallas alza ambas cejas.
—Solo necesito cinco minutos.
—Tranquilo, hermano.—Palmea mi hombro y lo suelta. —Esta noche podrías no tener suerte.
Mi sonrisa crece al escuchar lo absurdo que ha sonado eso, me llevo el vaso a los labios nuevamente, pero no alcanzo a beber porque reconozco la silueta ingresar al local y sé que no hay duda cuando tengo su imagen de cerca.
Hanna Ross..
—¿Esa es Hanna?
Sí, es Hanna, es imposible que no reconozca a la bruja con la que trabajo.
Aunque ahora mismo se ve de todo menos como una bruja.
Esta preciosa.. ¿Por qué no admitirlo?
Es la verdad.
El vestido verde que se adapta muy bien a su cuerpo, las tiras se unen en la parte de atrás y en el centro de sus tetas tiene una V interesantemente abierta, cualquiera que ponga los ojos en ella, sin dudarlo los podría en esa parte del vestido, el maquillaje que lleva y su cabello alborotado le hace justicia a lo que trae puesto.
Esto es lo que me agrada de los aniversarios anuales, Hanna Ross siempre me deja maravillado y tal vea suene exagerado que cada año espero esta fecha solo para descubrir con que me sorprenderá es anoche, pero es la verdad.
Hoy no es la excepción.
Esta tan jodidamente caliente que tengo que luchar por controlarme para que la erección no se me note lo suficiente y por encima del pantalón.
Sin darme cuenta estoy caminando a la mesa de bocaditos, donde se encuentra ella y donde la dejo el idiota de Marcus.
Dejar a tu pareja en un baile.. A ese tipo no le enseñaron modales.
Regresando a Hanna, está dándome la espalda probando bocaditos de la mesa o mejor dicho robando, ella sabe muy bien que los mozos reparten cada dulce, pero ha preferido venir por ellos mismo mientras que el resto de chicas de la oficina y que conozco se mantienen esperando, por más que no pueden dejar de mirar la mesa de bocaditos, según ellas para no "Quedar mal".
Como si comer un puto dulce te hace quedar mal frente a nosotros, vaya prejuicio.
En cambio Hanna..
Es atrevida, caliente como ahora y le importa una mierda lo que los hombres, incluso ellas piensen sobre ella.
Hanna no tiene mascaras detrás de su rostro, es solo ella y nadie más.
Eso es lo que me agrada de Hanna Ross, aunque la mayor parte del tiempo quiera ahorcarla como ella a mí.
—No creí que te gustara verte vulgar, Bruja.
Parece que la única manera de dirigirme a ella es de este modo, no puedo venir y solo decirle que se ve bien, nosotros hemos compartido una clase de conversación durante todos estos años que trabajamos juntos.
Se gira hacia mí con el dulce aun masticándolo, lo pasa mientras me recorre el cuerpo con la mirada y habla.
—No me veo diferente a las chicas que llevas a casa.
Alzo mis cejas.—¿Entonces te vestiste así para mí? Que amable.
Si, definitivamente es la única forma de hablarnos.
—Me vestí para mí, egocéntrico, no todo gira alrededor de tu mundo, Vincent.
La miro de pies a cabeza, suspiro observando a Marcus Daniels y regreso mi mirada a ella.
—No necesitas vestir así para él.
—¿Qué?
Tomo un dulce de la mesa y lo devoro mientras los ojos de Hanna buscan información en los míos. —No te esfuerces en negarlo.
—Ya te dije que..
—Traes loco a Marcus, no necesitas vestirte de ese modo para provocarlo, de lejos se nota que lo que quiere es meterte en su cama.
Ella intenta insultarme, pero se detiene.—No sé si golpearte o..
—Fue un halago. —Le interrumpo.
La sorpresa llena sus ojos y mi sonrisa crece, nos quedamos así, un minuto hasta que "Total Eclipse of the heart" comienza a sonar.
"-Date la vuelta-
Cada cierto tiempo, me siento un poco sola,
y tú nunca estás por aquí.
-Date la vuelta-
Cada cierto tiempo, me siento un poco cansada
de escuchar el sonido de mis lágrimas.
-Date la vuelta-
Cada cierto tiempo me pongo un poco nerviosa,
porque los mejores años de mi vida han pasado.
-Date la vuelta-
Cada cierto tiempo me aterrorizo un poco,
y entonces veo la mirada en tus ojos"
Las parejas comienzan acercarse al centro y las luces del local se oscurecen, todos van, incluso Dallas con su novia, Peggy y Kevin y Dafne, Hanna luce incomoda, sobándose el brazo derecho con la mano, buscando con la mirada a Marcus Daniel.
Siento rabia.
¿Qué clase de hombre la deja sola?
Suspiro y le tomo la mano.
— ¿Qué haces?. —Pregunta sorprendida.
—Vamos a bailar..
"-Date la vuelta-
Cada cierto tiempo me pongo un poco inquieta (o impaciente),
y sueño con algo salvaje.
-Date la vuelta-
Cada cierto tiempo, me siento un poco indefensa,
y reposo como un niño en tus brazos.
-Date la vuelta-
Cada cierto tiempo, me enfado un poco,
y sé que tengo que salir y gritar.
-Date la vuelta-
Every now and then I get a little bit terrified
And then I see the look in your eyes
-Date la vuelta, ojos brillantes-
Cada cierto tiempo, me derrumbo.
-Date la vuelta, ojos brillantes-
Cada cierto tiempo, me derrumbo"
— ¿Qué?
— Vamos, sé que amas esta canción.
Aprieto su mano y ella traga saliva.
—No hagas esto porque sientes lastima por mí.
—¿Podemos solo dejar de pelear por una noche, bruja?
Junta ambas cejas con fastidio.—Pedir dejar de pelear y llamarme bruja a los segundos dice todo lo contrario.
—De acuerdo, lo siento, Hanna.. ¿Así está mejor?
Luce sorprendida porque me he disculpado, peor enseguida se relaja.
—Vamos. — Insisto apretando su mano. — Antes de llegar al coro.
Ella me observa sin saber que hacer y cuando se muerde el labio lo tomo como un sí, la conduzco hasta el centro junto a los demás y pongo una de mis manos alrededor de su cadera, Hanna se tensa, pero lo acepta y coloca su mano en mi hombro, nos miramos a los ojos y comenzamos a movernos justo a tiempo para el coro.
—Justo a tiempo para el coro. —Pronuncio con una sonrisa.
"Y ahora, esta noche te necesito,
y te necesito más que nunca,
y si simplemente me abrazas fuerte,
estaremos abrazados para siempre,
y solo lo haremos bien,
porque nunca estaremos equivocados.
Juntos podemos llevarlo hasta la última parada,
tu amor es como una sombra sobre mí todo el tiempo
-todo el tiempo-.
Y no sé qué hacer, y siempre estoy en la oscuridad,
vivimos en un barril de pólvora y soltamos chispas,
de verdad que esta noche te necesito,
el "para siempre" va a empezar esta noche,
el "para siempre" va a empezar esta noche"
—Relájate, bruja. —Pido al sentir sus manos tensas de nuevo.
—Deja de llamarme bruja.
—Te he llamado bruja estos últimos dos años.. ¿Qué ha cambiado?
Parpadea nerviosa.—Solo.. no lo hagas más.
—Solo esta noche, Hanna.
"Érase una vez en la que me enamoraba (cayendo en el amor),
Pero ahora, simplemente me derrumbo (caigo en pedazos),
nada que pueda hacer, un eclipse total del corazón.
Érase una vez en la que había luz en mi vida,
pero ahora solo hay amor en la oscuridad,
nada que pueda decir, un eclipse total del corazón"
Las siguientes letras siguen sonando y mi mirada se encuentra con la suya, algo sucede porque noto los latidos muy rápidos y quiero sonreír al saber que lo he conseguido, pero no son sus latidos.
Son los míos.
Mirando sus ojos pronuncio.—Hanna, hay algo..
—¿Me dejas bailar con ella?
La felicidad crece en sus ojos y me deja de lado solo para girarse al idiota de Marcus Daniel, siento una mezcla extraña expandirse por mis venas y mis manos se cierran en puños.
Marcus Daniels busca mi repuesta y Hanna se aleja de mí, sus ojos solo me ven para exigirme que me vaya y bien.
Si ya eligió ¡Estoy más que jodidamente contento!
—Sí, adelante.
Me alejo de ellos y solo los observo para comprobar que no ha significado nada lo que acaba de pasar.
Bien, para mí tampoco significo nada.
¿Entonces por qué carajos estoy yendo por un trago?
Durante toda la noche observo a Marcus y Hanna bailar, ella sonreírle como idiota y emborracharse de la misma manera.
—Creo que debí hacer una apuesta contigo. — Menciona Kevin. —No has conseguido ninguna chica en toda la noche.
— ¿Siempre hay una primera vez, no?
El ríe.
—Estoy cansado, me iré.
—Apenas son las tres de la mañana.
—Y el lunes temprano tengo una reunión con mi cliente.
—Tú lo dijiste, el lunes.
—Voy a trabajar en su caso este fin de semana, me tengo que ir.
— ¿Es eso?. — Frunce el ceño. — ¿O vas a buscarte una chica? Puedes decírmelo, cariño, no voy a sentir ofendido si estás siéndome infiel.
Me rio. — No, es en serio, Kevin.
—Aburrido.. De acuerdo, te veré el lunes.
—Igualmente.
Salgo del local y cuando estoy por subirme al coche, la veo.
Hanna Ross totalmente alcoholizada mientras Marcus Daniel intenta subirla a un taxi.
¿Un Taxi?
¿No va a llevarla?
Sin perder el tiempo me acerco a ellos.
—¿Necesitas ayuda?
Diablos, tendré que lavarme la boca después de esto.
—En realidad si, Hanna necesita ir a casa.
— ¿No puedes llevarla?
— No..
—¿No puedes o sí?
— No, no puedo.
Eso es todo.
—Hazte a un lado, Daniels.
Cargo a la moribunda porque tiene la impresión de estar así, me disculpo con el chofer del taxi y la llevo a mi coche.
—¿Estás seguro que puedes llevarla?
— Preferible a que vaya conmigo a que la deje sola con un desconocido en el taxi.
Mis palabras lo ofenden y me importa una mierda.
—Buenas noches, Marcus.
Arranco el coche y me voy de ese lugar, por el espejo retrovisor observo a Hanna, esta tan perdida que no sabe que ese idiota la dejo abandonada.
—¿Ese es el tipo de chicos que buscas, Hanna?
Está dormida y yo maldigo en mi interior, la veo por ocasiones y continuo manejando hasta llegar al departamento, cuando llegamos le pido la llave, pero por más que busco no la encuentro entre sus cosas, así que opto por meterla a mi departamento.
La llevo a la cama y aprieto sus mejillas con mis manos riendo.
—¡Hey, bruja!
—Déjame dormir.
—Necesitas cambiarte, levántate.
Sus ojos se abren despacio y se sienta sobre la cama, voy en busca de algo en mi armario y cojo una camiseta larga y por el tamaño intuyo que le quedara debajo de los muslos, dándome una perfecta imagen de su trasero, cuando me giro la encuentro de pie, le extiendo la camiseta doblada y ella lo toma en sus manos.
—¿Estas bien?
— Si ..Solo..
Antes de que su débil cuerpo caiga al suelo , la sostengo, suelta la camiseta dejándola caer al suelo y ella se ríe cubriéndose la mano con la palma izquierda.
—Dios, lo siento.. solo.. —Aprieta los ojos. —Creo que debí evitar la bebida como lo hice el año anterior.
—Una primera vez no hace daño, pero apoyo eso.
Nuestros ojos se encuentran y ella sonríe, su sonrisa poco a poco se desvanece, más no aparta los ojos de mí, entonces siento ambos brazos rodearme el cuello.
¿Qué estas tramando, Bruja?
Cierra los ojos cansada y mi ilusión se pierde, ella cierra nuestro espacio solo para descansar su frente sobre la mía.
Está cansada, es todo.
Basta de ilusionarse, Vincent.
—Hora de dormir, Hanna.
Sus ojos vuelven a abrirse y niega, esta vez tengo su rostro demasiado cerca, sus labios rozando mis mejillas y en un movimiento explota mi corazón cuando presiona su boca sobre la mía.
Es solo un pequeño roce de labios y se separa dándome una sonrisa.
Ella está jugando.
—Hanna. — Advierto.
Su sonrisa se pierde y vuelve a besarme, esta vez dura más segundos presionando mi boca, pero no va más allá, se retira nuevamente y cuando intenta besarme otra vez, la paro.
—Hanna, no quieres hacer esto..
Me observa y por un momento creo que adquirió cordura, pero me sorprenden sus palabras.
—Si quiero.
—No, no quieres... En cambio yo..
Intenta descifrar mis palabras y yo solo lo suelto todo.
—Yo.. yo.. Siempre he deseado hacer esto.
Mis estúpidos laten al mismo ritmo y como lo hicieron mientras bailaba esa pieza con ella esta noche, entonces solo maldigo en voz alta.
—¡Mierda!
Estampo mis labios sobre los suyos y no hay forma que me detenga, no lo haré.