Martina: Así que usted es la madre de estos niños?
Valentina: si! Soy Valentina Villalba.
Martina: claro, debí imaginar que sus hijos solo podían tener como madre a una altanera como usted.
Valentina: que está diciendo? Usted a mí no me conoce.
Martina: nos cruzamos un día no lo recuerda?
Valentina: no suelo guardar en mi memoria encuentros sin importancia.
Martina: se cree mucha cosa por tener dinero.
Valentina: No sabe lo que dice.
Martina: No comprendo como José Miguel siendo un hombre tan intachable y noble pudo fijarse en usted, pero seguro le llamó la atención su dinero.
Valentina se estaba alterando hasta el punto que Gabriela tuvo que agarrarla para que no se le fuera encima a Martina.
Gabriela: Ya basta Martina, respeta a la señora.
Martina: es su mejor amiga, que puedo esperar, por supuesto que la va a defender, mire Doctor, esos niños van por muy mal camino con esa madre, ojala y José Miguel sepa enderezarlos.
Valentina: estúpida!!
Valentina cacheteo a Martina como su rabia se lo permitió.
Valentina: a mi puede decirme lo que quiera pero con mis hijos no se meta.
Psicólogo: señora Villalba Cálmese, usted no puede venir a agredir al personal de esta institución.
Valentina: ella agredió a mis hijos, es usted un inepto en donde obtuvo su título? En una rifa? Porque ni psicólogo parece, véalos, están asustados, de verdad cree que fueron los que generaron un caos en ese salón? Por Dios! Sólo tienen 5 años.
Martina: voy a acusarla de agresión física con las autoridades.
Valentina: hágalo! Porque yo podré hacerlo de hostigamiento contra mis niños, a quien le creerán? A una recién llegada o a mí que llevo años en este pueblo?
Martina: me está amenazando?
Valentina: es una advertencia, no voy a permitir que nadie lastime a mis hijos, mis amores, vayan por sus mochilas, ahora mismo nos vamos para la hacienda.
Los niños hicieron caso a su madre y corrieron por sus cosas.
Psicólogo: señora Villalba no puede llevárselos, están castigados! además debo hacerles un análisis minucioso a lo mejor sufren de algún trastorno.
Valentina: mis hijos están totalmente sano, deje de decir estupideces.
Gabriela: puedes llevártelos,y ustedes dos se van directo a mi oficina, porque esto no va a volver a pasar.
Martina: me va a regañar? Le recuerdo que llegué recomendada de la anterior directora y tengo todo su apoyo.
Gabriela: las recomendaciones no me asustan, además su trabajo con los niños deja mucho que desear.
Valentina estaba tratando de calmarse, cuando se metían con sus pequeños los defendía como una fiera.
Valentina: voy a esperarlos afuera del salón.
Gabriela: está bien, después hablamos y por sus trabajos de clase no te preocupes, me encargaré de que no se atrasen.
Valentina fulminó con su mirada al dicho psicólogo y a Martina.
Gabriela: Dr usted será el primero en entrar a mi oficina y tu Martina, saca tus cosas del aula de Kinder porque enviaré a la maestra de artes a ocupar tu horario.
Martina: usted no puede hacer eso.
Gabriela: claro que puedo, soy la directora de esta institución.
Martina: voy a denunciar que aquí hay conflicto de intereses y eso no va a ser nada bueno para usted.
Gabriela: estas en libertad de hacerlo, adelante, no me asusta.
Los niños salieron de su salón y agarraron la mano de Valentina, Isabella se quedó muy triste pues sus amiguitos eran su gran compañía.
Cuando Valentina se subía a la camioneta con los niños pudo ver que Martina la observaba llena de furia.
Gabriela: es poco profesional lo que usted acaba de hacer.
Psicólogo: sólo cumplo con mi trabajo, mi deber es orientar a los pequeños y descubrir sus problemas y ayudarlos y esos dos son unos revoltosos.
Gabriela: No! Un Psicólogo con moral primero habla con los niños y busca la razón de su comportamiento, usted los acusó sin cruzar palabra con ellos, le dio la razón a una maestra que dijo las cosas a su conveniencia.
Psicólogo: una maestra maltratada.
Gabriela: por unos pequeños de 5 años? Por Dios, es imposible que pueda haber maldad en dos seres tan pequeños, además los conozco desde que nacieron y sus padres les han enseñado modales, han sido muy bien educados.
Psicólogo: lo dice porque la madre es su amiga.
Gabriela: si es verdad, pero también tengo conocimiento en psicología y puedo asegurarle que si los niños de alguna manera se alteraron fue por defenderse.
Psicólogo: está colocando en tela de juicio mis conocimientos?
Gabriela: por supuesto que si! Por eso voy a solicitar que reevaluen su contrato, necesitamos una persona profesional en su área no un verdugo que acuse a los niños.
Psicólogo: No creo que sea necesario, olvidemos el incidente.
Gabriela: olvidar? No!!! si usted hubiera sabido manejar las cosas el cuento sería otro, pero no, si ahora se arrepiente de su actitud es tarde, debió pensarlo muy bien antes.
Los niños iban muy aburridos en el auto, Valentina intentaba levantarles el ánimo.
Al llegar a la hacienda, les pidió que se quitaran sus uniformes y prometió hacerles un pastel de chocolate como postre para la comida.
Cuando Valentina estaba en la cocina empezando a prepararlo sus hijos corrieron a abrazarla muy fuerte.
Cecilia Benita: te quiero mami.
José Federico: yo también te quiero mami.
Valentina: y yo los amo con todas las fuerzas de mi corazón, porqué no me ayudan con el pastel? A su papá lo hará muy feliz comer un paste hecho por ustedes.
Los gemelos asintieron y corrieron a ponerse sus pequeños delantales que su abuela Isabel les había regalado meses antes.
Martina necesitaba aire y decidió caminar un rato, para su suerte pudo ver a José Miguel que se encontraba en San Pedro con algunos de los trabajadores de la hacienda, así que sin dudarlo se acercó.
Martina: Hola José Miguel!
José Miguel: Martina, como estas?
Martina: bien, bueno la verdad.
Martina empezó a llorar desconsoladamente, él trataba de calmarla tocándole el hombre pero ella aprovechó y se apoyó en él.
José Miguel: que tienes Martina? Porque estas así?
Martina: si supieras, es que me siento tan mal.
José Miguel: cuéntame, a lo mejor puedo ayudarte en algo.
Martina encontró la mejor oportunidad para echarle tierra a Valentina y hacerse la víctima.
Martina: es que hoy, tuve que regañar a tus hijos porque son muy inquietos e hicieron una travesura y bueno como sólo soy su maestra me dijeron que sólo le hacían caso a su madre, les dije que me debían respeto y ellos alegaron que ella les había dicho que sólo debían obedecerla, entonces los lleve con el psicólogo porque me preocupé, quería saber que pasaba y este pues llamó a tu esposa y ella llegó muy alterada, me insultó José Miguel, sólo porque le llamé la atención a tus hijos, hasta me dijo que podía despedirme de mi trabajo si ella tronaba sus dedos, porque era dueña y señora de todo el pueblo.
José Miguel: Ella no pudo haberte dicho todo eso, a lo mejor entendiste mal; Valentina es una mujer integra y jamás usaría su dinero para amedrentar a la gente.
Martina: estas seguro? En algún momento de tu vida no te hizo sentir menos?
Por un segundo José Miguel recordó aquel incidente con el ganado años atrás cuando valentina pagó para quitárselas sólo para hacerlo sentir menos y que se fuera del pueblo.
Martina: Mira yo me gano la vida honradamente, no nado en dinero, pero no podía permitir que me amenazara, cuando le dije que era injusto que usara su dinero para lastimarme, me abofeteo muy fuerte, el psicólogo del kinder es testigo de eso, tu esposa José Miguel cree que por tener dinero puede manejar la vida de todos, por eso te casaste con ella, por su dinero?
José Miguel: no! Me casé por amor, y acepto que tiene un carácter muy fuerte; mira, no te preocupes, hablaré con ella para que este incidente no afecte tu trabajo.
Martina sonrió descaradamente estaba segura que esto generaría un conflicto entre José Miguel y Valentina, era apenas su primer paso para luchar por el hombre que tanto amaba.
Gabriela reportó el incidente con la directora anterior, quien acordó ir a verla un par de días después.
Valentina y sus hijos terminaron el pastel de chocolate, mientras iluminada se encargaba de la comida, cuando José Miguel llegó sus hijos corrieron a abrazarlo.
Valentina salió a recibirlo muy sonriente y se frenó en seco cuando vio que su expresión era de enojo.