Para Siempre - (Camren FanFic)

By INSIDEOFMYSOUL

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Lauren Jauregui es la dueña de una importante empresa del país , una multimillonaria . Tiene a todas las muje... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capitulo 11

Capítulo 2

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By INSIDEOFMYSOUL

Salí a la brillante luz del sol y miré al cielo. Sonreí mientras esperaba a que llegara el taxi. Seguí pensando en Lauren, su tonta regla sobre las mujeres quedándose por la noche y el modo en que lucía. Había algo en ella que hacía que mi estómago aleteara. No podía dejar de pensar en su tono y en lo enojada que estaba cuando me vio por primera vez. Supongo que no puedo culparla; probablemente yo actuaría del mismo modo si hubiera una mujer extraña en mi apartamento cuando despertara.

Caminé hacia la puerta de mi apartamento, lancé el bolso y tomé un baño caliente. Estaba exhausta, y necesitaba desesperadamente dormir. Ansiaba el confort de mis pijamas y mi cama. Le envié un mensaje de texto a Dinah para dejarle saber que tomaría una siesta y que la llamaría al despertar. Si no le enviaba un mensaje, probablemente llamaría o vendría, y sólo quería estar sola esta noche. Miré al reloj, eran las tres de la tarde. Planeaba dormir hasta las cinco, hacer una cena rápida y algo de pintura.

Los golpes en la puerta me sorprendieron. Miré al reloj y eran las cinco y treinta. Mierda, dormí más de lo que quería. Me levanté y fui a abrir.

-Dinah, dije que llamaría cuando... -Abrí la puerta y para mi sorpresa no era Dinah, sino un hombre joven sosteniendo un sobre blanco pequeño.

-¿Es usted Camila Cabello? -preguntó. De pronto me puse nerviosa, sonaba serio.

-Sí, soy Camila Cabello.

Me entregó el sobre. -Esto es para usted.

Lo tomé de su mano. Me sonrió y se alejó. El estómago se me enredó en nudos. No sabía qué esperaba encontrar en el sobre, y de todos modos ¿quién me lo enviaba?

Deslicé los dedos por la parte superior y saqué el pedazo de papel doblado eficientemente, decía:

"Señorita Cabello, voy a agradecerle adecuadamente por sus servicios de anoche, la estaré esperando en Le Sur Restaurant. Mi chofer la recogerá a las 7:00 pm"

Lauren Jauregui.

Ante todo, ¿cómo sabía mi dirección? y segundo, ¿por qué era tan mandona? Debía haber sentido ese sentimiento de repelús, pero por alguna razón, no lo hice. Lo saqué de mi mente cuando vi que quería cenar conmigo en Le Sur.

Desde que Emily y yo nos mudamos aquí, nunca habíamos logrado entrar a ese restaurante. La gente reservaba con meses de antelación.

Llamé a Dinah de inmediato.

-Hola amiga. ¿Qué hay?

-¿Recuerdas a la mujer a la que ayudé a llegar a casa anoche?

-Sí...

-Quiere agradecerme por ayudarla, así que enviará a su chofer a que me recoja para encontrarnos en Le Sur a las siete.

-¿Qué? -gritó al teléfono-. Mila, ¿quién es esta mujer?

-Su nombre es Lauren Jauregui.

Escuché su respingo. -¿Estás jodiendo, Mila? Lauren Jauregui es la Funcionaria Ejecutiva de Jauregui Enterprises. Es la mega millonaria que se hizo cargo de la compañía de su padre cuando tenía veinticuatro. OMG Mila, es tan sexy, y es rica, ¿y te quiere llevar a cenar? -Podía escuchar la excitación en su voz.

-Dinah, primero que todo, no estoy interesada en ninguna mujer. Estoy en la zona libre de mujeres, especialmente después de lo que Emily me hizo. Esta mujer, Lauren Jauregui, es ruda, mandona y no tiene una onza de respeto. -No quería contarle lo que ella me había dicho sobre sus reglas más temprano ese día.

-Puede ser, Mila, pero es rica y sexy.

Rodé los ojos ante su comentario final y me despedí de ella. No sentía deseos de salir esta noche y quería pintar algo, pero era Le Sur y me moría por ir allí, así que hice una excepción.

Hurgué en mi closet intentando encontrar algo que usar. Saqué un vestido negro que vestí en la boda de una amiga unos años atrás. Era sencillo, con tirantes delgados y un cuello en v. Me puse algo de maquillaje y el cabello dejando escapar algunos rizos. Me puse brillo de labios y miré el reloj, eran las 6:58. Me miré al espejo una última vez y me dirigí hacia la puerta.

Estacionado en el contén había una limosina negra con un hombre recostado contra ella. -Señorita Cabello, presumo.

-Sí, soy Camila Cabello. -Sonreí y él abrió la puerta, ayudándome a subir. Acepté el confort y la suavidad del interior. Me sentía como una princesa en camino a su baile. Miré hacia el frente donde se encontraba el chofer-. Perdone, ¿cuál es su nombre?

Me miró a través del espejo retrovisor. -Denny, madam.

-Gusto en conocerte Denny; ¿la señorita Jauregui siempre es tan mandona? -pregunté cortésmente.

Él sonrió y sacudió la cabeza. -La señorita Jauregui está acostumbrada a obtener todo lo que quiere. -Rodé los ojos y miré hacia afuera, por supuesto que lo hace.

Entré al restaurante y me dirigí hacia el mostrador donde una pelirroja alta preguntó si podía ayudarme.

-Me estoy reuniendo con la señorita Jauregui -respondí. Sus ojos lucieron como dagas al instante.

-Sígame. -La pelirroja con ojos afilados me guió hacia el final del restaurante hacia la mesa en que Lauren estaba sentada. Ella nos vio venir y se levantó. Caminó hacia adelante y movió una silla para mí. De acuerdo, hasta ahora tiene modales.

-Buenas noches señorita Cabello, me alegro que decidiera venir.

Quería decirle que sólo estaba ahí por la experiencia del restaurante, y que de haber escogido cualquier otro sitio, no habría ido. Me senté en la silla mientras ella caminaba hacia la suya.

-Buenas noches señorita Jauregui, gracias por invitarme, pero realmente no era necesario, y por favor, llámeme Mila.

Me miró fijamente. -¿No es su nombre Camila?

Tomé un sorbo de agua. -Sí, pero mis amigos me llaman Mila.

Tomó el menú y lo abrió, me sorprendieron las siguientes palabras que salieron de su boca.

-Pero no somos amigas Camila.

De acuerdo, retiro lo de que la mujer tiene modales, es simplemente grosera.

Abrí mi menú. -De acuerdo señorita Jauregui, ¿por qué no nos atenemos a señorita Cabello? -La vi sonreír ligeramente detrás del menú.

-Ordene cualquier cosa que desee, parece que no hubiera comido en semanas. -La miré con dureza.

-Como todos los días señorita Jauregui, no que le importe. -De pronto lucía intrigada y dejó su menú sobre la mesa.

-Es que es muy delgada.

¿Qué mierda le pasa a esta mujer? Primero, dice que no somos amigas; ahora me llama anoréxica.

-Es el modo en que nací; siempre he sido delgada.

Presionó sus labios cuando llegó el camarero con una botella de Pinot Grigio. Vertió el vino en cada copa y procedió a tomar nuestra orden. Miré a Lauren mientras ella me observaba a mí; me estaba poniendo tremendamente incómoda, pero al mismo tiempo me excitaba. El corazón comenzó a latirme con prisa y un dolor familiar se alzó desde abajo. Dos pueden jugar este juego.

-¿Cuál es su historia señorita Jauregui? -Se llevó la copa de vino a los labios y tomó un sorbo, nunca apartó sus ojos de mí.

-¿Mi historia? -preguntó simplemente.

Una sonrisa pequeña se escapó de mis labios. -Sí, su historia.

-Qué hay para contar, soy una Funcionaria Ejecutiva veinteañera, tengo más dinero del que alguna vez necesitaré; no tengo relaciones; usualmente obtengo lo que quiero y hago lo que me da la gana. -Me senté allí mirándola todo el tiempo mientras alardeaba de sí misma.

-Con eso fuera del camino, ¿cuál es su historia, señorita Cabello?

-No tengo historia señorita Jauregui; tengo veintitrés años; me mudé aquí con mi novia hace poco más de un año; trabajo a tiempo parcial en una compañía de discos; pinto y soy voluntaria.

Se sentó, sopesando si hacerme o no la siguiente pregunta.
-¿Qué piensa su novia sobre usted cenando conmigo?

-No piensa nada, ya no estamos juntas. Se mudó hace tres semanas. -Miré hacia la mesa.

Podía sentir un poquito de simpatía en su voz. -Oh, ¿puedo preguntar cuánto tiempo estuvieron juntas? -Encontré particularmente extraño el que quisiera ponerse tan personal.

-Estuvimos juntas cuatro años; nos conocimos en la universidad y nos mudamos desde Michigan.

Alzó las cejas. -Cuatro años es una cantidad de tiempo seria. -Decidí exponérselo todo ya que parecía tan interesada; de todos modos era muy poco probable que nos volviéramos a ver después de esta noche.

-Sip, una noche llegó a casa del trabajo y dijo que necesitaba espacio, empacó sus cosas y se fue. -Sabía la razón, pero eso no se lo iba a decir a Lauren.

Ella luchó con sus siguientes palabras y eso me atrapó por sorpresa.

-Siento que le haya hecho eso.

Moví la mano frente a mi rostro. -No lo sienta, nada dura para siempre.

Estaba sorprendida por mi elección de palabras, pero era la verdad y yo no temía decirlo.

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