José Miguel estaba muy concentrado en su baño personal, su cabello tenía mucha espuma, Valentina apareció detrás de él y lo abrazó, él dio la vuelta y al verla no pudo contener las ganas de besarla, se abrazaron muy fuerte mientras sus labios se succionaban el uno al otro.
José Miguel la levantó con mucha fuerza y la subió sobre sus caderas penetrándola profundamente, ella lo agarró por la espalda y al sentirse segura se inclinó un poco quedando su cabeza en el aire.
José Miguel la llevo hasta una de las esquinas para apoyarse con más seguridad y juntos empezaron movimientos muy sincronizados, él entraba y salía rápidamente, Valentina estaba excitadísima, lo besaba con tanto y pasión como si aquella noche fuera la última de sus vidas.
Cuando se cansaron un poco ambos se pusieron de pie y bajo el chorro de agua, cerraron los ojos imaginando quizás el sonido de una cascada, José Miguel abrazaba a Valentina por la espalda mientras mordía suavemente una de sus orejas y la sostenía con sus enormes brazos sobre su vientre y de ahí bajó un poco más y tocó su punto más vulnerable masajeándolo suavemente y logrando una gran satisfacción.
Valentina se dio la vuelta quedando frente a frente a su esposo, en sus miradas solo había un desenfreno de pasión, José Miguel beso su cuello y luego sus bubis, pasando muy lentamente por sus pezones ya duros, su conexión en la intimidad era tan perfecta que simultáneamente decidieron arrodillarse, al ver que José Miguel estaba duro Valentina no dudo en sentarse encima, se abrazaron y se dejaron envolver en un apasionado beso.
José Miguel la levantó, seguía dentro de ella, con una mano cerro el agua y en brazos la llevó hasta la cama, allí continuaron amándose por horas y aunque hubo una pequeña tormenta todo fue un ambiente perfecto para su noche.
Al día siguiente Valentina despertó más temprano de lo usual, Ver a José Miguel dormido le causaba mucha ternura, observó su cuerpo desnudo y lo arropo, le dio un beso en los labios y bajo a pedirle a Iluminada que se encargara del desayuno mientras despertaba a sus niños.
Cuando José Miguel despertó no pudo evitar sonreír al recordar la noche que habían pasado, se dio un baño y bajo a desayunar en la mesa estaba Valentina con los niños.
José Miguel: Buenos días!
Cecilia Benita: papi!!
José Miguel levanto a su hija y le dio un besito en la mejilla.
José Miguel: como dormiste?
Cecilia Benita: bien, hasta que mami me despertó.
José Federico: si, yo todavía tengo sueño.
José Miguel: bueno, pero tienes clases, venga esa mano campeón.
José Federico: chocala pa!
José Miguel se acercó a Valentina y la besó, los niños se vieron uno al otro sonriendo.
Valentina: dormiste bien?
José Miguel: como un bebé, y tú?
Valentina: igual.
José Miguel: ho estas hermosa!
Valentina: ay Gracias mi cielo, tu como siempre guapísimo.
Después de desayunar Valentina se fue con los niños al kínder y José Miguel a encargarse de los pendientes de la hacienda.
Los niños entraron a su clase y Gabriela se llevó a Valentina a su oficina.
Gabriela: quiero que veas esto.
Valentina recibió el sobre y de allí sacó unos documentos que tenían una fotografía que parecía ser de identificación.
Valentina: esta mujer... siento que la he visto antes.
Gabriela: estas segura? Sabes de quien se trata?
Valentina: no! Dime.
Gabriela: es Martina, la descarada que anda detrás de tu esposo y la maestra de tus hijos.
Valentina: y que sabes sobre ella?,
Gabriela: no mucho, estuvo años trabajando en la capital y allí conoció a José Miguel pero ya solicite todo a detalle y cuando lo tenga te lo haré saber, esta vez amiga debes estar a cuatro ojos para que no pasé lo que pasó con tu prima.
Valentina: lo sé, y te lo gradezco.
Los niños estaban en su clase con Martina, pero esa mañana especialmente andaban en algo especial, Martina no estaba de muy buen humor.
Cecilia Benita: viste esto? Está padrísimo a nuestro papitos les va a encantar.
José Federico: si, pero te falta agregar nuestros caballos y queda súper.
Cecilia Benita fue a mostrarle a su miss su dibujo.
Martina: y ellos quiénes son?
Cecilia Benita: mi papá, mi mamá, mi hermano y yo ahh estos son nuestro caballos.
Martina: muy mal Cecilia, no tiene nada mejor que dibujar? Un perro o algo.
Cecilia Benita: No! Usted dijo que pintaramos algo que quisiéramos mucho y esta es mi familia.
Martina tomó el dibujo de la pequeña y lo rompió.
Cecilia Benita: porque lo hace?
Martina: no hiciste lo que te dije.
Cecilia Benita empezó a llorar, su hermano la escuchó y corrió hacia ella.
José Federico: porque lloras?
Cecilia Benita: la miss rompió mi dibujo.
José Federico: pero miss, ese dibujo es de mi hermana porque lo hizo?
Martina: A caso Quieres un cero como tu hermana?
José Federico: No y no es justo vieja bruja.
Martina: como me dijiste?
Cecilia Benita: Bruja
Martina se puso furiosa y todo empeoró cuando todos los niños empezaron a gritarle.
Bruja, bruja, bruja, Bruja.
Martina: suficiente, ustedes dos se vienen conmigo.
Martina se llevó a los gemelos a rastras con el psicólogo alegando que eran unos revoltosos, este llamó de inmediato a Valentina que ya iba de regreso a la hacienda.
Todos los niños del kínder estaban molestos.
Cuando Valentina regresó se cruzó con Gabriela.
Gabriela: que haces aquí? Pensé que ya estabas en la hacienda.
Valentina: estaba por llegar cuando recibí una llamada.
Gabriela: de aquí?
Valentina: si, al parecer mis hijos se metieron en problemas.
Gabriela: qué? Pero no me notificaron nada, dónde están?
Valentina: con el psicólogo.
Gabriela: entonces vamos.
Cuando Valentina y Gabriela entraron a la oficina del psicólogo de la escuela, los pequeños se veían asustados y corrieron a los brazos de su mamá.
Valentina: mis amores que pasó? Porque están aquí?
Psicólogo: por revoltosos, sus hijos le faltaron al respeto a su maestra y por eso serán castigados?
Gabriela: porque usted lo dice? La directora soy yo y esto debieron notificármelo, además mírelos, estos niños son muy tranquilos y jamás le faltarían al respeto a una persona.
Los niños lloraban en los brazos de Valentina.
José Federico: La miss rompió el dibujo de mi hermana mamita.
Valentina: eso es cierto?
Cecilia Benita: si! Se enojó y no entendí porque?
Psicólogo: niños mentirosos, la miss dijo claramente que ustedes la desafiaron y pusieron a sus compañeros en su contra, señora tiene que controlar a sus hijos si no quiere que se le descarrilen.
Valentina: conozco muy bien a mis hijos y sé perfectamente que están diciendo la verdad.
Psicólogo: yo no estaría tan seguro, los niños mienten señora, siempre lo hacen para llamar la atención .
Valentina : pues los míos no, llame a su maestra quiero ella misma me diga delante de mis hijos lo que verdaderamente paso.
Gabriela: quien es la maestra que los acusa?
psicólogo: Martina Arias.
Gabriela: claro debí de suponerlo.
Psicólogo: iré por ella.
Gabriela: Valentina esa es la mujer que está enamorada de tu esposo.
Valentina: estas segura?
Gabriela: si, ahora está usando a tus hijos sabrá Dios con que intensiones.
Valentina estaba furiosa, sus hijos aún estaban aferrados a ella llorando.
Psicólogo: sigue Martina Por favor, ella es la madre de los gemelos.
Martina: Buenos días.
Gabriela: que tienen de buenos?
Valentina daba la espalda y al escuchar que ya estaba dentro la mujer que había agredido a sus hijos se dio la vuelta.
Ambas mujeres intercambiaron miradas, En los ojos de Valentina sólo podía observarse rabia y en los de Martina odio.