Scum Villain Self-Saving System y las demás novelas son obra de Moxiang Tongxiu, solo escribo por diversión. Desfiguré un poco los hechos originales...un poquito. Esta historia no sigue el hilo de la trama y contiene casi nada de spoilers, o eso creo.
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Su mano temblaba sutil pero insistentemente; no hubiese notado aquel hecho si no fuese porque el temblor se debía a la presión que estaba ejerciendo en torno al abanico. Miró su mano disimuladamente; sus nudillos estaban blancos, pero pese a que su cerebro enviaba tenazmente la orden a su extremidad de que dejara aquella ridiculez, no surtía efecto.
—¡A-Luo! ¡De verdad que...has crecido!
Ahora le había surgido una especie de tic nervioso en un párpado. Inspiró profundo intentando calmar aquella reacción sin sentido, aquella ansiedad irrisoria y aquel sentimiento profundo, ardiente y malsonante en sus oídos. Ni siquiera quería darle un nombre porque la sola idea le resultaba asqueante al punto de lo irreal.
Estaban en los jardines de la Cumbre Qing Jing en la Montaña Cang Qiong; el día, pese a que estaba llegando a su fin, tenía buen clima; la luz rojiza del atardecer se filtraba desde el bosque y teñía el césped y las construcciones de la secta, y una leve brisa cálida acariciaba sus rostros, el ambiente tranquilo.
Se irguió en su sitio sintiendo la presencia de Liu Qingge removerse a su lado. Rodó los ojos imperceptiblemente porque sabía que aquel hombre estaba igualmente nervioso, pero por motivos diferentes. Liu siempre había sido un caballero al son de la justicia, y ver a Luo Binghe de regreso cuando todo el mundo pensaba que estaba muerto - culpa de él mismo que había esparcido esa noticia falsa por doquier para salvar su propio trasero - y con aquellos "extraños" poderes que, si bien Liu no había descubierto aún muy bien de dónde provenían, ya los había calificado de "oscuros" y "siniestros".
Por su parte, Shen Qingqiu se atrevió a elevar el mentón levemente y observar con cierto aire de desprecio la escena que se desarrollaba ante sus ojos: Luo Binghe, el nuevo héroe - en realidad, Shen Yuan sabía bien que era el protagonista de aquella infame novela que se veía obligado a vivir en carne propia - había vuelto increíblemente de entre los muertos, sano y salvo, más alto, más robusto, más poderoso, y aparentemente más apuesto que nunca. Ning YingYing, aquella mocosa no tan mocosa ya, encabezaba la horda de admiradores de Luo Binghe; estaba demasiado aferrada a su brazo, y a Shen Qingqiu no le pasó desapercibido que estaba refregando la parte delantera de su torso contra él en forma descarada.
De un momento para el otro, al parecer, todo lo que había sucedido - desde la campaña de desprestigio que había surgido en su contra, hasta su presunta no tan presunta muerte culpa de Luo Binghe - había quedado completamente en el olvido, como si todo aquel rencor que habían cosechado a lo largo de esos 5 años se hubiese disipado con un golpe de su abanico.
Lo que, por supuesto, elevaba aún más su indignación. Volvió a observar le escena, impertérrito.
Shizun sabía bien que aquella jovenzuela iba a ser parte del enorme harem de Luo Binghe en un futuro y no debería molestarle aquella actitud provocativa; de hecho, ya había sucedido con anterioridad pero con él mismo y no sabía ahora si lo que le molestaba era que lo hiciese con cualquiera sin percatarse, o de que lo estuviese haciendo adrede.
—¿Tú crees, Yingying? Me noto igual.- Luo sonrió efusiva, sinceramente hacia Ning YingYing. Shen Qingqiu bufó con hastío, oyendo el mismo sonido procediendo de la boca de Liu, a su lado.
No sabía si había sido su bufido tonto o la combinación de ruidos que habían hecho ambos, pero la mirada oscura de Lou se habían desviado en su dirección. Sus ojos se encontraron y Shen Qingqiu se sintió atrapado en medio de una travesura, como si el niño allí revoltoso allí fuese él, y no Luo Binghe.
Ridículo.
Abrió su abanico y cubrió su rostro, desviando finalmente la mirada. No quería admitirlo, pero la intensidad con la que Luo lo observaba llegaba incluso a incomodarlo de una manera que no podía explicar con palabras.
—¿Señor Shen, está todo en orden?.
La voz de Gongyi Xiao venía suave desde su otro costado. Aquel pobre muchacho -quien había sufrido un destierro temporal de su secta por su culpa, siempre su maldita culpa -, adivinando las intenciones de Luo Binghe de seguirlo hasta el fin del mundo y temiendo por su seguridad, pese a que Shen Qingqiu le había dicho más de una vez que podía arreglárselas solo, había decidido acompañarlos hasta la Montaña Cang Qiong. Claramente era el único discípulo de la secta Huan Hua que no estaba en buenos términos con Luo Binghe por la forma en la que éste lo miraba; parecía que los roles estaban invertidos durante el viaje, y era Shen Qingqiu quien temía y cuidaba la vida de Gongyi Xiao, puesto que temía que en un descuido lo asesinara durante la noche o en un momento de distracción. Por su parte, Gongyi Xiao no había perdido sus excelentes modales y su sincera modestia, pero trataba a Luo Binghe con fría distancia. La travesía a la cumbre había sido realmente agotadora, de hecho, soportándolos.
—No. Quiero decir, si. Estoy cansado por el viaje.
—Lo escolto a sus aposentos.
—No es necesario.
—Insisto. No tienes buena cara.
Claro que no tenía buena cara, maldita sea. Acababa de morir y volver a la vida por segunda vez, la primera vez dentro de aquella endemoniada novela, toda una florecita surgiendo del barro asqueroso en aquella montaña. Cuando pudiese encontrarse con Avión disparador hacia el Cielo, ¡iba a arrepentirse de su propia historia!. Y para colmo, para el total desconcierto de su nueva amada secta, Luo Binghe había decidido cambiar de actitud - otra vez - y lo había prácticamente seguido a la fuerza hasta la Cumbre. Igualmente creía que no hubiese podido evitarlo, de todos modos. Lo que más le incomodaba era que volvía a mostrarse otra vez igual de servicial que antes y no había intentado denigrarlo ni atacarlo, ni siquiera en sueños. Obviamente Shen Qingqiu estaba esperando el momento en el que Luo Binghe le clavara el puñal por la espalda, porque estaba más que seguro que algo estaba tramando, obviamente contra él. Si algo había aprendido en aquel tiempo era a desconfiar hasta de su propia sombra.
—¿Has tomado ya tus medicinas?.- el tono hosco de Liu hizo que se volteara hacia él, el rostro aún oculto, sus cejas elevadas en una expresión de falsa sorpresa.
—Ya no las necesito.
Shen Qingqiu se ahorró todas las explicaciones rebuscadas; le bastaba con que supieran que estaba vivo y ya. Después de todo, si bien Liu había tenido sus dudas al respecto, nunca había visto en primera persona a su cuerpo original, por lo que tampoco había podido afirmar que había "revivido" y todo había quedado en una extraña confusión de lugares y tiempos que Shen Qingqiu se esforzaba con todo su empeño en no explicar. A raíz de eso, tampoco podía explicarle a los conocedores de su antiguo problema de salud que aquello había sido pulverizado al cambiar de recipiente. Suspiró, sintiendo la indignación del otro fluir en el aire. Liu Qingge era realmente un hombre en quien ahora podía confiar, pero que podía ser realmente un dolor de huevos si lo dejaba estar.
—Pero qué...con razón tienes esa cara. Ve a recostarte, tenemos que revisarte.
—He dicho que no.
Sintió la mano gentil y suave de Gongyi Xiao tomando el dorso de su brazo, como queriendo evitar una posible pelea. Shen Qingqiu lo miró de reojo, viéndolo agachar la cabeza, como si sintiese que había hecho algo malo. Apoyó una mano sobre la de Gongyi Xiao sutilmente e intentó sonreírle. El muchacho abrió grandes los ojos y sus mejillas se tiñeron de un leve rubor; rápidamente, lo vio sacudir la cabeza y se recompuso, guiandolo hacia un camino que no conocía, pues era la primera vez que pisaba la Cumbre.
Escuchó alguna réplica de Liu mientras comenzaban a adentrarse en las edificaciones, guiando él al niño.
Aceleró el paso cuando sintió el frío asesino sobre sus espaldas, sobre su nuca. Sabía bien de dónde procedía, o mejor dicho, de quién provenía aquella energía negativa intensa fluyendo hacia él.
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Despertó sobresaltado en medio de la oscuridad. Shen Qingqiu se sintió desorientado, confuso y temeroso. Se incorporó bruscamente en la cama de sábanas suaves y mullidas. Las recorrió con la yema de sus dedos, reconociéndolas como propias. Era su cama, el aroma del sitio le indicaba claramente que era su recámara personal. Llevó una mano a su rostro, refregándolo un poco y haciéndose hacia atrás el cabello suelto que le caía encima, molestándolo. No podía recordar el momento en el que se había quedado dormido luego de que le había prácticamente jurado a Gongyi Xiao que lo haría llamar si necesitaba algo, y después de que había puesto todas las llaves y seguros posibles a las puertas para que Liu Qingge no ingresara con sus ínfulas de curandero. Era verdad que había dejado de tomar sus medicinas, pero también era verdad que había muerto y resucitado...el veneno sin cura tendría que haberse ido con su anterior vida, ¿no es así?
Una alarma de advertencia sonó en su cerebro de repente,volviendo a sobresaltarlo. Aquel ya conocido sonido jamás anunciaba nada bueno.
[Advertencia: Nivel de ira del personaje principal, +3000, pulse Sí, si desea opciones para reducir el peligro de vida]
¡¿Pero qué?!
A la mierda el sueño y el cansancio. Su cerebro estalló en terror al oír ese desopilante número. Jamás, nunca había estado tan elevado. ¿Qué había provocado semejante violencia? No le importaba saberlo tampoco. Iba a tener que utilizar su súper arma secreta supresora de +5000 puntos de ira de Luo Binghe, le gustase o no.
Presionó el si en su mente.
[Opción A: Explicarle que es un malentendido. Reducción de puntos - 1000 dependiendo del tono y las palabras. Opción B: Gritar por ayuda, Liu Qingge y Gongyi Xiao se encuentran en las inmediaciones y serán capaces de frenar cualquier tipo de peligro, pero los puntos de ira subirán a +6000. Opción C: Escuchar y comprender a Luo Binghe, entender sus motivos. Aplacarlo de la manera más intensa que se pueda. Reducción de ira -3000]
Aguardó una cuarta opción, la opción D. Nunca llegó.
[¿Y el jade falso? Aún no lo he usado]
[Sistema: En ésta situación específica reduciría sólo 500 puntos.Con suerte]
[¡Antes habías dicho 3000! Maldito sistema de auto salvación, ¡no sirves!]
[Sistema: Por favor, elija una opción. Piense sabiamente]
Ninguna opción le servía, maldito fuera. La opción A suponía explicar un malentendido que no sabía en realidad en qué mierda consistía, por lo que no sabía si podía inventar una excusa lo suficientemente rápida que convenciera a Luo Binghe al punto de reducir solo 1000 miserables puntos. La opción B estaba fuera de discusión, iba a elevar el nivel de ira del protagonista más allá de los puntos que podría quitarle la joya falsa en un futuro, si es que aún servía esa maldita cosa. La opción C dejaba sus dudas, sobre todo porque no sabía que significaba "aplacar intensamente"...pero era la única que le descendía los puntos que necesitaba.
[Opción C, maldito perdedor]
[Sistema: Opción C activada, por favor, céntrese en su papel. Muchas gracias.]
—Éste discípulo tiene dudas, Shizun.
La voz profunda de Luo Binghe provenía de la oscuridad absoluta de su recámara. Sólo se filtraba un poco de luz lunar por una ventana entreabierta, pero la voz estaba del lado contrario, muy cerca de la cama. Si no hubiese ejercitado a fondo su autocontrol, probablemente Shen Qingqiu habría chillado cual niña asustada y habría mandado a la mierda la opción C, gritando por ayuda. Pero se contuvo, controlando su respiración.
—¿Cómo has entrado aquí?Muéstrate donde pueda verte.
—Shizun es muy estricto, su voz suena fría. No suena igual que años atrás, ni como hoy por la tarde.
—¿Hoy por la tarde? ¿De qué hablas?
De repente, la imagen de Luo Binghe tapó la poca luz que entraba a la recámara. Tenía deseos de gritarle que no fuese idiota y no tapase la luz, le había ordenado que se dejara ver, no que se lo impidiese. Igualmente, Shen Qingqiu podía ver el brillo asesino en sus ojos como si una luz roja mortecina se filtrara a través de ellos. No necesitaba ninguna luz para saber que iba a morir por tercera vez sin retorno si no actuaba rápido.
—Shizun se muestra íntimamente cariñoso con sus compañeros de la Montaña. Discutió animadamente con Liu shishu, saludó a todos cortésmente, y sonrió calurosamente al discípulo de la secta del Palacio Huan Hua. Pero éste discípulo nada recibe de todo aquello. Sólo distancia. Fría y calculada.
—Luo Binghe...
—¿Qué relación tiene Shizun con Gongyi Xiao, de la secta del Palacio Huan Hua? Éste discípulo oirá con toda su atención.
—¿Gongyi Xiao, dices? Es un pobre muchacho, no sé por qué lo metes en esto. Me recuerda a ti, un poco.
Destruyéndole el cerebro, la alarma del sistema sonó con toda su potencia.
[Advertencia del sistema: Puntos de ira del personaje Luo Binghe ascendiendo, actualmente +4000. Traslado de intenciones asesinas en forma temporal, objetivo: Gongyi Xiao. Por favor, utilizar opción C correctamente]
¡Maldición! ¡La estaba cagando!
—Aunque no puede compararse contigo, por supuesto.
—¿Cómo?
Sintió en esa pregunta la ira y ansiedad contenidas, a punto de estallar. La mente de Shen Qingqiu trabajaba a toda potencia.
—Está a la vista. El pobre muchacho sólo puede soñar con alcanzar tu nivel de cultivación, Luo Binghe. Creo que ya me has superado ampliamente.
—No seas modesto, Shizun, claro que no. Pero...¿sólo eso?
¡¿Sólo eso?! ¡¿Qué más quería?! Acababa de confesarle que, efectivamente, ya era más fuerte que él, ¡y quería más!. Pensó rápidamente en todo lo que había sucedido aquella tarde y en las palabras dichas anteriormente. Si tuviese que adivinar y por alguna razón su cuerpo hubiese sido transportado a otro plano, si estuviese en una dimensión paralela, podría afirmar, quizás, tal vez, que Luo Binghe estaba celoso de Gongyi Xiao. Eso era extender demasiado sus conjeturas, porque él se estaba creyendo la gran cosa en la vida de Luo Binghe. Bueno, lo había traumado de pequeño para luego acercarlo a él para ganarse todo su cariño y confianza y, finalmente, lanzarlo después al Abismo sin Fin. Sí, podía decirse que tenía un papel relevante en su vida, pero claramente nefasto.
—Eres mucho mejor que él, en muchos aspectos. Eres más inteligente y diligente, tienes más experiencia. Eres mayor que él, más maduro. Siempre lo fuiste.
Mientras hablaba, giró su rostro hacia la mesa de noche en busca de su abanico. Se sentía desprotegido sin él. Otra vez, su cabello cayó sobre el costado del rostro que daba hacia donde estaba Luo Binghe, tapándole la visual. Un movimiento rápido del otro lo alertó en grado sumo. Sorprendido, acomodó el cabello largo detrás de su oreja izquierda para comprobar que Luo se hallaba arrodillado junto a él, en el suelo. Sostenía algo en sus manos, alcanzándoselo.
—Su abanico, Shizun.
—Y a ti nunca tuve que explicarte nada, Luo Binghe.- tomó su abanico delicadamente, abriéndolo y haciéndose un poco de aire, repentinamente acalorado.- Siempre supiste leerme bien la mente.
[Aviso del Sistema: Nivel de ira de Luo Binghe, + 1700. Deseos homicidas suprimidos]
¡Excelente!
—Me encantaría tener esa habilidad, Shizun. No la poseo. Aún así, éste aprendiz sigue un poco confuso.
Maldición.
—¿Qué dudas tienes de éste maestro?
—¿Por que Gongyi Xiao parece tan feliz a su lado? Lo mira tierna, cariñosamente. Muy afectuosamente.
[Nueva advertencia del sistema: De su siguiente respuesta depende el nivel final de ira. Actualmente en +2000]
¡Había vuelto a subir! Maldito sistema, medía arbitrariamente el nivel de ira de Luo Binghe, si no había hecho nada malo, mierda.
—Seguramente me ve como un hermano mayor al cual respeta. O como a un padre. Nada más.
—¿Seguro, Shizun?
—Por supuesto que si, Luo Binghe. ¿Qué piensas, que ando seduciendo jovencitos de otras sectas así como así?
Lo dijo en tono indignado, medio en broma, medio en serio. Luo Binghe aún seguía arrodillado, pero Shen Qingqiu notó que su expresión se suavizaba, finalmente.
[Sistema: Nivel de ira de Luo Binghe, + 1000]
Suspiró, aliviado. Vaya mierda de frase lo había calmado.
De repente, vio los ojos de Luo Binghe abrirse de par en par, su expresión conmocionada pintando todo su rostro. Shen Qingqiu no podía comprender el cambio. Frunciendo el ceño, cubrió su rostro con el abanico.
—¿Qué sucede?
—Shizun...me sonrió. Hacía demasiado tiempo que éste discípulo no veía la sonrisa cálida y amable de Shizun.
¿Eh?
El silencio se extendió entre ellos. Shen Qingqiu se percató que había sonreído por el alivio del descenso de puntos y no realmente al Luo Binghe que estaba frente a él; aún así, se sintió un poco incómodo por la emoción que tan pequeña acción había despertado en el otro. Sólo una sonrisa y ya...
Sin pensar realmente lo que estaba haciendo, extendió su mano libre hacia Luo Binghe en un intento por tocarle el rostro. Su mano quedó a medio camino sostenida por las de Luo en un agarre tan suave e íntimo que logró teñir las mejillas de Shen Qingqiu detrás de su abanico. Las manos llevaron la suya al rostro de Luo Binghe, a sus labios. Besó sus nudillos con ternura y devoción. Una sensación electrificante recorrió la mano y el brazo de Shen Qingqiu, relajandolo transitoriamente.
—Este maestro también tiene dudas.
¿Qué acababa de decir?