Los Descendientes | Fanfic Ra...

By AkaneSayumi

36.1K 1.7K 508

Ranma ha sufrido por Akane durante los últimos tres años, dándose cuenta de que no valoro lo que tenia hasta... More

Capitulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Intermedio Parte 1
Intermedio Parte 2
Intermedio Parte 3
Intermedio Parte 4
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 41.5
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capitulo 47
Capítulo 48
Capitulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capitulo 69
Capitulo 70
Capitulo 71
Capitulo 72
Capitulo 73
Capitulo 74
Capitulo 75
Capitulo 76
Capitulo 77
Capitulo 78
Capitulo 79
Capitulo 80
Capitulo 81
Capitulo 82
Capitulo 83
Capitulo 84
Capitulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Capítulo 92
Capitulo 93
Capitulo 94
Capítulo 95
Capítulo 96
Capítulo 97
Capitulo 98
Capitulo 99
Capítulo 101
Capitulo 102

Capítulo 100

188 10 4
By AkaneSayumi

Los personajes de Ranma ½ pertenecen a la mangaka Rumiko Takahashi y solo escribo para los fans por diversión que aman esta genial serie de Anime y manga sin obtener algún ingreso económico. 

Raiko quitó una caja grande que estaba arriba de otra y la dejó en la esquina derecha de la habitación que usaban para guardar cosas. Tenía que utilizar la lámpara de su celular para ver, ya que el lugar era muy oscuro a pesar de que, afuera era de día. El lugar era un tanto inquietante, pero no tenía miedo de que apareciera un fantasma u otra cosa sobrenatural, era más probable los insectos como una araña o una cucaracha.

Cuando quiso mover otra caja encontró algo que no veía hace años. Era un maletín negro muy pequeño. Sonrió porque vino recuerdos de aquella época, era el final de su niñez e inicio de la adolescencia, era algo que lo hacía sentir bien en ese entonces, algo que hacía olvidar sus problemas.

Salió de la habitación y bajó las escaleras. Su mamá le había hablado para que viniera a casa a ayudar con la limpieza de la casa. Al ser una casa muy grande necesito ayuda de todos y por eso Izanami y él vinieron a ayudarla.

Llegó al salón principal donde había un desastre, ya que Izanami y Akane estaban pintando. Había baldes de pinturas y periódicos en el piso para no ensuciar la suela de la habitación.

Akane se dio la vuelta y miró a su hijo con el estuche.

—Eso no es...

—Si... —Raiko abrió el estuche y saco un violín—, es el violín que me regaló la abuela Nodoka en navidad de hace unos años.

Izanami dejó de pintar y solo miró de reojo a su hermano un momento. Aunque no se veía, si le causaba sorpresa que él hubiera tocado el violín alguna vez en su vida, jamás se lo había dicho. Puso la brocha en la pintura y siguió pintando la pared.

—Recuerdo que te encantaba tocarlo de niño—comentó Akane mientras veía a su hijo afinando el instrumento.

—Si, pero a ti no te gustaba porque le daba más importancia al violín que a entrenar en el dojo con el maestro Happosai.

—Era otra época—sonrió levemente Akane.

El chico se acomodó el instrumento y comenzó a tocarlo.

Izanami pestañeó varias veces y alzó las cejas mientras escuchaba a su hermano. Cuando terminó dejó de pintar y lo miró.

—Está un poco desafinado el violín, ¿no? —habló la chica.

—No, lo acabo de afinar—respondió Raiko viendo el violín.

—Entonces tú eres el desafinado—concluyó la chica y siguió pintando.

Raiko sonrió nerviosamente. Tal vez tenga razón.

—Hay muchas cosas en el sótano que era de ustedes cuando eran niños—comentó Akane.

—Si, me di cuenta de eso mientras limpiaba. Hay juguetes de ambos, inclusos encontré un set de carritos por los que Izanami y yo peleábamos a los cinco años—contó el chico.

Izanami dejó de hacer lo que hacía cuando escuchó eso.

—Que bien que recuerdes eso con alegría... ojalá yo lo recordara.

La chica salió de la habitación para alejarse un poco de ellos y nadie notará que eso le afectaba de algún modo. Pero Akane y Raiko si lo notaron. Ambos suspiraron cuando ya no la vieron y escuchaba los pasos de la chica en las escaleras. Solo había pasado seis meses desde que Ranma despertó gracias a que la diosa Izanami le dio su energía, pero también en ese lapso de tiempo Izanami había pasado por un mal momento. Estaba decaída, no tanto como años atrás, pero si se notaba la tristeza en ella.

Sabía que era difícil para ella, pero lo peor de todo, principalmente para Akane era que ahora no podía hacer nada por ayudarla. Ella también salió del salón y camino hasta llegar al jardín.

Al poco tiempo llegó al dojo y ahí lo vio como todos los días. No sabía si enojarse porque era día de limpieza y no les estaba ayudando, ya que la razón por la que Ranma estaba tirado en la suela del dojo se debía a Izanami.

Entró y caminó hasta llegar al chico y este no se movió ni porque Akane había llegado. Ranma abrió los ojos y la vio.

—No tienes porque molestarte, ahorita ayudare a Raiko—dijo Ranma.

—No me molesta que estés tirado aquí... Lo que me molesta es que sigas con tu asombrosa idea—comentó Akane sentándose al lado de él.

—Funcionara porque piensas que es asombrosa—sonrió Ranma sentándose en la suela y recargando su cuerpo con sus manos en la madera.

—Digo que es asombrosa porque es muy lindo de tu parte darle ese deseo a Izanami, pero otra cosa es que puedas lograrlo, Ranma—comentó la chica mostrando un tono de voz que Ranma lo interpretó de no una buena manera, parecía estar molesta.

Ranma desvió su vista de Akane. Era cierto, pero no podía rendirse. No soportaba ver a Izanami de esa manera, era peor que antes. Ni siquiera estaba presente su mal humor, era dolor y tristeza en su rostro en su máxima expresión.

—No entiendo muy bien que es lo que obtienes al tener el alma de la diosa Izanami. Izanagi no me lo quiso decir, lo único que me dijo era que tuvieras cuidado—Akane lo miró con seriedad—. La espada desapareció, pero el poder sigue presente en este mundo. ¿Y quieres que te diga una cosa? No me gusto ese comentario de Izanagi.

—Pero aún así, tú no quieres que aprenda a usarlos, ¿por qué? ¿Por celos por la otra Akane?

—No es por eso, Ranma—respondió Akane sin parpadear ni un solo momento, demostrando que hablaba en serio—. ¿No te has dado cuenta? Ahora todos tienen que tenerte en la mira. Si aprendes a usar ese poder, puedes ser más poderoso que el propio Izanagi y esto es otro problema aún más serio. ¿Por qué crees que Izanagi no quiere a Nanami?

Ranma se quedó serio un momento.

—Supe que ella logró hacer seis esferas en menos de un minuto.

Akane asintió.

—Si te digo esto es porque quiero protegerte. Olvida esa idea de querer abrir ambos mundos solo para que Izanami pueda verlos. Tú también eres importante para Izanami y estoy segura de que eres su prioridad.

Akane se levantó y salió del dojo, dejando a Ranma pensativo. Siempre lo ha sabido y eso le molestaba de Akane. Miró de reojo como ella se alejaba.

—No importa los años, Akane... nunca me quieres decir que es lo qué haces y lo peor es que me quieres mantener alejado de todos ellos—dijo.

-----

Ranma fue al sótano y se sorprendió de ver a Izanami sentada en una esquina separando unos juguetes que estaba en un baúl.

—Pensé que pintarías—habló Ranma.

Izanami no volteó a ver a su padre, ni dejó de hacer lo que hacía.

—Vine a ver si había juguetes para Nanami—contestó Izanami.

Ranma notó una voz muy apagada, a pesar de que no lo veía a los ojos sabía que estaba aquí para que nadie notara su tristeza.

—Izanami... ¿Tú estarías de acuerdo en que aprenda a usar...?

—Ni lo pienses—respondió la chica antes de que terminara su pregunta.

Ranma no respondió absolutamente nada en el momento, pero eso quería decir que ella sabía lo que pasaba.

—Entonces dímelo—habló Ranma—. Tú estás metida en ese mundo, dime la verdad que tú madre no me quiere decir.

Izanami dejó de escarbar en el baúl. Se quedó quieta, intentaba encontrar las palabras necesarias para explicarle la situación en la que se encontraba ahora.

—Está situación siempre fue el motivo de nuestras peleas, refiriéndome hace años—comentó Ranma—. Akane no me decía nada, ni siquiera se tomaba el tiempo de estar conmigo por estar con ellos y eso provocó lo qué pasó.

Izanami sabía eso. A pesar de los años, él aún tenía presente aquellos días.

—Hace un par de meses tuvimos una reunión—comenzó a hablar Izanami—. El motivo fue esta situación. En cierta manera se podría decir que con lo que hizo la diosa Izanami salvamos a todos de una posible catástrofe, ya que la energía oscura que estaba en tu cuerpo iba cobrar vida propia y eso se convertiría en un dolor de cabeza para todos nosotros, por lo que, se tomó la mejor decisión.

—Pero...

—Está reunión la hicimos a escondidas de Izanagi. Toda esta historia hizo que nos diéramos cuenta de que Izanagi quiere el poder absoluto y tú eres un impedimento para ello. Si lo tomamos de otra manera, podría decirse que eres un enemigo natural para nosotros.

Ranma se sorprendió.

—Lo serias si aprendes a usar tus poderes, pero... todos llegamos a la misma conclusión de que tú no eres el enemigo—Izanami se dio la vuelta para mirar a Ranma—. Por lo que, si llega a pasar tenemos la obligación de protegerte.

No sabía que responder a ello.

—Por eso mi mamá no quiere que ni al menos lo intentes—siguió—. Así serán menos los problemas.

—¿Creen que soy una persona mala o al menos lo dudan?

Izanami negó con la cabeza.

—No eres una mala persona, papá. Sé que tú, bueno, todos sabemos que, si necesitamos de tu ayuda, vendrías en nuestro auxilio—sonrió la chica mientras se levantaba.

—Entonces...

—Si hubiera una elección para elegir al amo y señor de este universo votaríamos por ti—comentó Izanami escuchándose un poco más animada.

Izanami se detuvo enfrente de su padre y le dio una sonrisa diferente.

—Me alegra no haberte perdido, papá.

Izanami no espero que le respondiera y lo abrazó. Ranma correspondió al abrazo, sin embargo, el afecto que le demostraba Izanami hizo que se sintiera con la obligación de seguir intentándolo a pesar de que Akane no quiera y no era que quisiera preocupar a Akane, sabía que estaba haciendo lo correcto y les demostraría a todos que no le interesaba tener el poder, eso nunca. Lo único que le importaba era la felicidad de su hija.

-----  

—Bienvenidos—sonrió Maximiliam mientras recibía a Ranma y Akane en su casa.

Por otra parte, en el sexto mundo, Akane recibió una llamada de Maximiliam mientras se encontraba trabajando. Le pidió a ella y su equipo venir a su mundo por un asunto en el que requería su ayuda.

La casa era grande, era una gran mansión con muebles que se veían elegantes y caros, un gran escalón en la entrada y el techo era bastante alto. Los chicos estaban asombrados, pero no querían opinar al respecto sobre ello, ya que no era lo importante.

Atrás de ellos aparecieron Shun y Miki, que venía acompañado a Akane como su asistente.

—¡Wow! —exclamaron ambos.

Ranma y Akane pusieron su mano en la frente.

Maximiliam rio discretamente.

—Si, es asombrosa y eso que aún no ven mi colección—comentó Maximiliam.

—Bueno, eso puede quedar para otro día—comentó Akane—. Pero queremos saber que es lo que sucede.

Maximiliam comenzó a darles un recorrido por la casa mientras les explicaba lo que pasaba.

—Desde hace un par de semanas han ocurrido cosas raras en esta casa—comenzó a relatar el chico.

—¿Cosas raras? —preguntó Akane.

—Por eso mencione mi colección, Akane. En mi habitación han desaparecido objetos personales, sobre todo en ese cuarto adjunto.

—¿Ha habido robos en esta casa? —preguntó Shun.

—Lo curioso es que solamente en mi habitación. Las otras habitaciones u otros objetos de la casa siguen ahí, solamente a mi me están robando.

—¿Y son cosas de valor? —preguntó Ranma.

—No necesariamente—respondió el chico.

—Ve apuntando—le susurró Akane a Miki.

Miki asintió mientras comenzaba a anotar en su libreta.

—Lo que es dentro de mi habitación... —siguió mientras abría la puerta de su cuarto—, han desaparecido ropa como bufandas, chamarras, uniformes, entre otras prendas, libros, etc. Yo nunca traigo algo de valor en mi persona.

La habitación era muy grande, no era la gran cosa a diferencia de la mansión, pero eso no dejó de sorprender a los demás por lo grande que era.

—¡Wow! —volvieron a exclamar Shun y Miki.

Ranma y Akane volvieron a poner sus manos en la frente.

—Eso si, lo que más me ha dolido es que han desaparecido figuras coleccionables muy valiosas para mí—siguió el chico mientras seguía hacia la siguiente puerta.

Maximiliam abrió la puerta y encendió la luz. Les hizo seña para que entraran. Al entrar Los cuatro chicos estaban asombrados al ver toda su colección que hasta hace unos momentos no sabían exactamente qué coleccionaba.

Sin embargo, Ranma tenía una reacción totalmente diferente a los demás. Porque cuando vio todo, vino a su memoria cierta persona, estaba con los ojos en blanco y la comisura de sus labios temblaban, pero eso no evitó poder realizar la siguiente pregunta.

—¿Maximiliam, eres fan de One Piece? —preguntó Ranma con un tono de voz un poco ahogado.

La habitación estaba repleta de todo objeto relacionado con la serie, estanterías donde había figuras de muchos de los personajes del manga, al igual que pósters, mangas, artbooks, cajas con CDs, etc.

—Si, desde hace mucho tiempo—contestó el chico con una sonrisa.

Ranma no podía creerlo. Maximiliam era el chico que le interesaba Nanami, su propia nieta. Al menos ya sabía de antemano antes de que ella naciera para alejarla de él. Aunque, si él estaba con esa postura no imaginaba a Izanami y Maru ante esto.

Atragantó. El asombroso que tenía hace unos instantes desapareció por recordar a Izanami. Evitaba no recordarla y más enfrente de Akane porque no quería que lo viera afectado por ello. A ella también le afectó y peor que antes, pero al menos estaba consiente y feliz de que tuviera a su padre. Ambos merecían ser felices.

—Muchos volúmenes del manga han desaparecido y figuras de Luffy, Nami, y Frankly, que esa última me duele más—dijo Maximiliam con lágrimas en los ojos.

Miki miró la estantería de CDs musicales y vio el orden en el que estaba.

—También desapareció el single de "We go" —mencionó Miki.

—¡¿Qué?! —exclamó Maximiliam y se acercó y era verdad.

Akane miró a Miki y ella encogió de hombros.

—Me gustaba verla en mis ratos libres—comentó la chica.

-----  

Los chicos salieron de la habitación. Sin embargo, Maximiliam recibió una llamada y se disculpó un momento y se alejó de ellos.

—La casa es gigantesca—comentó Shun.

—No tanto como la de Yasmina—mencionó Ranma.

—Ósea que todos los Dirigentes tienen casas grandes, ¿por qué tú no Akane? —le cuestionó Shun a Akane.

Akane miró a Shun con una mirada de pocos amigos.

—Mi casa seguirá siendo mi casa, aunque gane millones, que tampoco es tanto para comprar algo así—respondió Akane—. Además, la Generala tampoco tenía una casa grande.

—Pero tenía un jardín inmenso—sonrió Shun recordando.

—También tengo un terreno igual de grande—le recordó Akane.

—¿Por qué discuten eso? No tiene sentido estar peleando que Dirigente tiene más—comentó Miki mientras seguía apuntando.

—Eso nunca fue importante.

Escucharon una voz y voltearon a ver a la persona que se acercaba.

—Me sorprende verlos aquí—dijo Leah.

—En el caso de Leah, es la que ha estado más años siendo Dirigente que todos y sabes bien que no necesariamente todos deben de tener una gran casa—comentó Ranma.

—De hecho, quien ha estado más tiempo es el segundo—sonrió Leah refiriéndose a Eros.

Ranma seguía sonriendo, pero por dentro se moría de la vergüenza por la imprudencia que había cometido.

—Olvidemos eso, ¿sí? —Akane quiso cambiar de tema—. Leah, ¿tú tienes alguna idea de quién pueda estar haciendo esto?

—¿Te refieres a las cosas desaparecidas de la habitación de Max? —preguntó la mujer.

—Tal vez sepas algo que pueda ayudarnos para empezar—dijo Shun.

Miki se preparó para escribir.

Leah se quedó en silencio unos segundos.

—Si... Yo soy quien ha estado entrando a su habitación—confesó Leah con normalidad.

Los chicos se quedaron serios. ¿Así de fácil?

—¿Eh? —dijeron los cuatro.

Leah vio a los alrededores para percatarse de que no estuviera cerca el chico. Les hizo una seña con sus dedos a los chicos para que la acompañaran a su oficina que estaba a dos habitaciones.

Cuando entraron ella cerró y dio un gran suspiro.

—¿Entonces? —preguntó Akane.

Leah se dio la vuelta para verlos y explicar la situación. Pero antes de empezar a hablar señaló a Ranma con su dedo índice, lo cual, los demás no entendían la razón.

—Después de la decisión de él de cerrar los dos mundos a cambio de que el papá de la niña despertara... —comenzó a relatar y bajó la mano para encaminarse a su escritorio—, sucedieron cambios radicales y creo que algunos lo presenciaron.

—Si, de hecho, yo estaba con Anissa y... su mamá—comentó Akane.

Ranma se sorprendió al escuchar eso.

—No sabía que estabas con esa Izanami en ese momento, ¿Por qué no me lo dijiste?

Akane desvió la mirada y puso una sonrisa nerviosa. Mientras que Shun no aguantaba las ganas de reírse. Miki solo sonreía porque había escuchado la anécdota.

-----  

Meses atrás...

—¿Quién es ella? —preguntaron Raku y Akane.

Esa pregunta molestó a Izanami, aunque no le demostraba con la sonrisa forzada que daba.

—Mamá, te lo dije. Ellos no saben nada. ¿Por qué mejor no le decimos a mi tío que no lleve de regreso a casa? —habló Anissa con una pequeña risa.

Izanami solo reaccionó jalándole la oreja derecha a Anissa y esta reaccionó con una queja de dolor. La encaminó para acercarse más a Akane y Raku.

—¡Oye tampoco la trates así! ¡¿Qué clase de madre eres?! ¡Por más enojada que este no trate así a mi hija! —se quejó Akane.

—¿En serio? —preguntó Raku asombrado—. Pero hay que tomar en cuenta que ella es de la tía Akane que conozco y es más malvada que usted.

—¡¿No que no sabías quién era, Anissa?! ¡Yo la trató como se me de la gana! ¡Es mi hija y aún tengo control de ella! ¡¿Ahora si dime dónde está mi otra hija?!

—¡No lo sé y aunque lo supiera no te lo diría! —contestó Akane cruzando los brazos y con una mirada que mostraba molestia.

Raku miraba a Izanami. Era extraño para él ver como ella estaba reaccionando a las palabras de Akane. Podía ver que se estaba molestando y en cualquier momento explotaría y eso le daba miedo.

Izanami soltó a Anissa y después de unos segundos le sonrió a Akane, lo cual los chicos no comprendieron que pasaba por la cabeza de Izanami. Hasta qué pasó algo que no esperaban, se acercó a Akane y la agarró del cuello de su camisa y la pegó a la pared.

—¡Ya me hartaste! —explotó Izanami—. ¡Si no me dices dónde está te obligaré a que escupas todo lo que sabes!

Akane estaba asustada. No estaba acostumbrada a que la amenazaran, mucho menos Izanami.

—¡Mamá cálmate! —le pidió Anissa estando más aterrada que nunca—. ¡Tampoco es para tanto! ¡No debes de desquitarte con mi otra abuela!

—¡¿Por qué?! —exclamó Izanami—. ¡¿Sabes cuanto he acumulado mi enojo contra ella durante todos estos años?!

—¡Wow! ¡Hablamos de muchos años! —contestó Anissa—. ¡Ni siquiera yo nacía!

—¡Yo no tengo nada que ver con lo que te hizo la otra! ¡Desquítate con ella! —respondió Akane intentando quitarse a Izanami de encima.

—¡Luego lo haré! ¡Pero dime dónde está mi hija! —la volvió a empujar a la pared.

Pero en esta ocasión Akane la empujó, pero Izanami no la soltó y ella comenzaron forcejear y no dejaban de responderse cosas sin sentidos.

—¿Tú padre también lo sabe? —le preguntó Raku a Anissa

—¡Si y lo peor de todo es que dijo que dejaría que mi mamá hiciera lo que sea con tan solo castigar a Nanami! —contestó Anissa con lágrimas en los ojos.

—Lo que me sorprende es el acúmulo de Izanami durante todos estos años. Creo que no debo de permitir que pase esto—comentó Raku con un escalofrío.

Sin embargo, Raku se dio cuenta que los demás seguían trabajando. Es más, hasta los veía animados que antes mientras lo hacían.

—¡¿En serio no piensan detener esto?! —exclamó Raku a los demás.

Shun recogía unas carpetas y tenía una gran sonrisa en su rostro.

—¡Es como volver a los viejos tiempos! —dijo el chico.

—Hace tiempo que no se sentía un ambiente agradable en la oficina—dijo un empleado que estaba cerca de ahí.

Emi miró que Usui se dirigía a su escritorio y al abrir un cajón sacó un frasco de pastillas. La chica no evitó sonreír.

—Ya lo extrañaba, ¿no? —le preguntó Emi con una gran sonrisa.

—Ha pasado el mismo lapso de tiempo en el que tardó Rose en contar su historia en Titanic, que no tomó pastillas para el dolor de cabeza—comentó Usui abriendo el frasco.

Anissa y Raku se vieron y no les quedó de otra de detenerlas por su cuenta.

-----  

—La pelea terminó cuando ellas desaparecieron—terminó de relatar Shun.

Akane solo hizo una mueca.

—No entiendo porque te enojas, ¿no querías volver a pelear con Izanami? —preguntó Miki.

—¡Pero ella no era la mía! —contestó Akane.

—Si, puedo comprender ese sentimiento—dijo Ranma en un suspiro.

—Posiblemente yo también y es de lo quiero hablarles—volvió a hablar Leah para tener la atención de ellos.

Akane y los demás se miraron, ¿Qué sucedía?

—¿Qué sucede? —preguntó Akane—. ¿Por qué estás queriendo llamar la atención de Maximiliam?

—Que bueno que lo vistes así, ¿es tan obvio? —preguntó Leah con una sonrisa nerviosa.

—No son cosas de valor... Bueno, para él si por referirme a que es fan de One Piece—comentó Ranma no evitando recordar a Nanami.

—La situación es la siguiente... Tanto Akane, Ranma y algunos fueron testigos de lo qué pasó al cerrarse los dos mundos, entonces supongamos que todos volvieron a sus respectivos mundos—continuó Leah.

—Así pasó— dijo Akane—, pero, ¿eso que tiene que ver?

—Cuando la otra Leah y yo cambiamos de mundos, pude notar un cambio en Max, pero después de estos meses algo no concordaba. Se supone que los otros son casi veinte años mayores que nosotros, entonces el otro Max no debía ser un niño y fue por eso mi confusión. Otra cosa que llamo mi atención es que la otra Akane atrapo a la otra Yasmina y según tengo entendido, Max estaba a su lado, ¿por qué no apareció?

Todos se quedaron serios.

—Además, Max se supone que salió un momento cuando sucedió el cierre de las puertas y cuando regresó, no hizo lo que se supone debía hacer.

—¿Qué debía hacer? —preguntó Akane consternada.

—Hablar con Aitana y decirle que ella era su hermana.

Los demás se sorprendieron.

—Tal vez él se arrepintió—comentó Miki.

—Aunque así hubiera sido, Max no es de las personas que le es indiferente las cosas y menos una situación así—respondió Leah

—Déjame si entiendo... —intervino Ranma—, ¿Tiene sospechar que él no es con el que nosotros hemos estado conviviendo, sino el otro?

Leah asintió con la cabeza.

—Hubo dos razones por las que hice desaparecer sus cosas; la primera, es que él, por referirme al otro era muy obsesivo con sus cosas de One Piece y la segunda, fue porque sabía que los llamaría y así podría hablar con ustedes sin que tuviera sospecha de que algo pasaba—sacó una figura de Luffy que había desaparecido hace dos días.

—Sin embargo, hay algo que no concuerda—siguió Akane—. Maximiliam había comentado que te recordaba, tenía un recuerdo de una Leah tratándolo bien y es algo que la otra no hizo, no tendría sentido que además de ti, Leah haya cambiado a Maximiliam por el otro por muchos años. Si ese es el caso.

Los chicos se quedaron en silencio analizando la situación y pensaba en una teoría que fuera más consistente.

—Ahora que lo recuerdo...

Todos prestaron atención a Miki.

—Satsuki comentó hace un tiempo que Lacus puede hacer cualquier tipo de magia, y una de ellas es la manera de intercambiar cuerpos.

—Pero eso sería absurdo, ¿no? —cuestionó Shun—. Cambiar un cuerpo similar al suyo, ¿Cuál seria la diferencia?

—La diferencia vendría en la edad—contestó Ranma—, si tomamos en cuenta que el otro Maximiliam tiene más años que el de aquí y pienso que ahí no tendría algún efecto.

—El intercambio de cuerpos es una técnica que está prohibida—comentó Leah—. Normalmente eso no llega a explicarse en las escuelas de aquí, solo está escrito en libros que se encuentran en esta casa.

—Bien pensado, Miki—le sonrió Akane—. Solo por eso tendrás un dinero extra en tu siguiente paga.

Miki sonrió.

—¿Entonces cuento con ustedes para investigar esto? —preguntó Leah.

—¿Lacus puede hacerlo con cualquier persona? ¿Tienen que estar cerca de la otra para ello? —preguntó Ranma.

Akane miró de reojo al chico. Después a Leah y supo que ambas pensaron lo mismo.

—Primero averigüemos si esta teoría es correcta—respondió Leah viendo a Ranma—. ¿Akane podemos hablar un momento? —le pidió a la chica.

Akane y Leah se alejaron solo un poco de ellos, pero si lo suficiente para que no escucharan lo demás.

—No le has dicho nada, ¿verdad? —preguntó Leah.

—Por supuesto que no—respondió Akane con una sonrisa nerviosa—. Él lo dice por curiosidad, no porque quiera robar un Lacus e intentar cambiar de cuerpo con el otro para ver a Izanami—pensó en voz alta.

Leah solo negó con la cabeza. Esperaba que no lo hiciera. Había escuchado cosas de él y era muy problemático.

-----  

Horas después, Ranma y Akane caminaban de regreso a casa. Hace tiempo que no lo hacían, pero tampoco habían tenido tiempo de estar a solas y aunque Akane pensara que él no sospechaba nada, sabía que ella le ocultaba algo.

Pero, Akane aún tenía sus dudas sobre lo que en verdad pasó aquel día. Extrañamente, no le dijo absolutamente nada de lo que sucedió o cómo fue la unión de la diosa Izanami y el otro Ranma, pero había algo que no tenía sentido.

—¿Por qué él nada más? —pensó Akane en voz alta.

Ranma que estaba muy dentro de sus pensamientos escuchó la voz de ella y la miró. Se detuvo cuando ella también lo hizo y la mirada que le daba era inexplicable.

—¿Qué sucede? —preguntó Ranma consternado.

—El alma, la energía, esencia y poder de la diosa Izanami se dividió en dos y también está dentro de ti—Akane llegó a la conclusión.

Ranma se quedó serio. No sabía que responderle.

—No sabes Ranma en lo que te acabas de meter—siguió la chica, pero su voz se escuchó ahogada.

—Sé perfectamente eso, Akane. No por algo he estado en esto contigo todos estos años, yo solo quería una sola cosa... la felicidad de Izanami. Y si eso significa ser una amenaza para un Dios, lo haría. Aunque no sea la nuestra sigue siendo mi sangre, sigue siendo mi hija y también la tuya y eso la hace más sagrada para mi.

Ranma no espero una respuesta de Akane y siguió su camino.

Akane se quedó ahí unos momentos más, pensando en la respuesta de Ranma.

Después de un rato, Ranma llegó y se dirigió al dojo para poder estar solo y pensar, aunque no sabía en qué debía pensar.

Al mismo tiempo, el otro también estaba en el dojo y se sentó en la suela y se concentró. Quería seguir intentándolo, estaba seguro de que lo lograría.

Ranma se sentó en la suela y suspiró. Se quedó en silencio y después unos segundos cerró los ojos.

—No quiero ser una amenaza para los demás—pensaron los dos al mismo tiempo.

Después de pensarlo sintieron algo diferente, ambos pusieron su mano en el pecho, ya que sentían que sus corazones latían muy rápido.

—¡Papá! ¡La cena esta lista!

Ranma se puso de pie al escuchar la voz de su hija.

Izanami se quedó en la entrada del dojo esperando la respuesta de su padre. Nuevamente lo veía serio y aunque no le demostraba si se preocupaba por él.

—Si, en un momento voy—contestó Ranma.

Ranma se dirigía a la salida, pero se detuvo al escuchar su nombre. Sin embargo, parecía que había escuchado su propia voz. Miró a los alrededores y solo estaba él y su hija.

—¿Sucede algo papá? —preguntó Izanami.

—¿Eh? No, nada—contestó queriendo olvidar eso y siguió.

Pero nuevamente se detuvo al escuchar nuevamente su voz, solo que ahora diciéndole; "¿Puedes escucharme? ¡Yo te estoy escuchando!"

—¿Será posible que...?

—¡Papá!

La voz de Izanami evitó que formulara su pregunta. La chica se acercó a él y se puso de puntas para poner su mano en la frente de él.

—¿Te sientes bien? —seguía insistiendo.

—¡Si! —respondió Ranma con rapidez—. Adelántate, en un momento iré.

Izanami no estaba del todo convencida, sabía que le sucedía algo a su padre, pero aún así lo obedeció y salió del dojo.

Cuando Ranma vio que su hija estaba alejada, habló.

—¿Hola? —dijo no estando seguro de que le respondieran. Posiblemente lo estaba imaginando y estaba casi convencido de que así era.

Si, te escucho—le respondió.

—¿Cómo es posible esto? —siguió Ranma cuestionando lo que estaba pasando.

A diferencia de Ranma, el otro siguió sentado en la suela y se mostraba calmado ante la situación.

—No lo sé—respondió Ranma—. Después de todo lo sucedido, aún es un misterio para mí lo que soy ahora. Akane me ha querido mantener alejado de los demás... Bueno, siempre lo ha hecho. Me siento de la misma manera que hace años y ese sentimiento fue el que provocó aquella desgracia.

—La razón es que ahora nosotros somos un peligro para Izanagi y ellos están preocupados por lo que pueda pasar, así que la mejor manera era que nosotros no supiéramos cómo usar el poder de un Dios—le respondió Ranma, aunque ahora lo dijo en su mente, esperando que de todas formas escuchara lo que dijo.

Eso lo sé, Izanami me lo comentó—dijo Ranma.

Cuando mencionó a Izanami no evito preguntar por ella.

—¿Cómo está Izanami? —preguntó Ranma.

—Ha estado un poco decaída después de lo sucedido—respondió Ranma—. Me siento mal por ella y es la razón por la que he querido saber cómo puedo usar el poder que tenía la espada y así poder abrir nuevamente el paso de ambos mundos.

Ranma no había pensado en ello, aunque posiblemente entienda porque no ha podido.

—Presta atención. Tal vez se deba a que el poder de la diosa Izanami se dividió en dos y está en nuestro cuerpo, tal vez esa sea la razón por la que podemos comunicarnos.

—¿Al tener el mismo poder estamos unidos o así se podría decir?

—Si. Esto nadie lo sabía a excepción de Izanagi, ahora la situación podría ser un poco más delicada porque piénsalo, si nuestro propósito es ir en contra de Izanagi, él tiene la ventaja de perder—opinó Ranma.

—¡Pero yo no quiero eso! ¡No me interesa el poder! ¡Solo quiero que Izanami sea feliz y si es así conviviendo con todos ustedes como antes lo haré por ella!

—Eso lo sé y es lo que quiero yo también, por eso tomé esta decisión para que ella no te perdiera—sonrió Ranma—. Si tenemos el poder de abrir ambos mundos, creo que debemos de trabajar en equipo para lograrlo.

Ranma asintió con una sonrisa.

-----  

Raku puso una de las cajas que había traído Izanami en una mesa que estaba en la sala y la abrió.

—¿Son juguetes? —preguntó Raku.

Emi se acercó a la caja y sonrió.

—¡Que recuerdos! —exclamó la chica mientras sacaba una muñeca.

Izanami regresó a su casa y no esperaba que estuvieran Raku y Emi en su casa. Maru puso la otra caja al lado y la abrió.

—Aunque no recuerdo algunos—comentó Izanami—. Uno de los que tengo más recuerdo es la horno para hacer pasteles, lo obtuve con un chantaje de mi mamá.

Raku se rio.

—La tía Akane se deja chantajear por niños desde tiempos memorables—comentó Raku mientras miraba el pequeño cuadrado.

—Había muchos en buen estado y los quise traer para Nanami, por eso traje más peluches, aunque si se quieren llevar algo, adelante—dijo la chica.

—Nos va bien en la venta de objetos por internet—comentó Emi sacando una muñeca.

Izanami comenzó a sacar los peluches que encontraba y las lanzaba al suelo.

—No sé ve muchos peluches así hoy en día, pero no recuerdo haber jugado algún día con todos ellos, pero en fin no me importa. Tampoco son muy significativos.

Izanami sacó un peluche blanco en forma de conejito y lo lanzó al montón. Sin embargo, Maru se dio cuenta de eso y vio como ese juguete caía con los demás lentamente, ¿en serio ninguno era significativo para ella?

Él se levantó y salió de la habitación. Los chicos se fijaron en ello y quedaron con un interrogante porque notaron que se veía molesto.

-----  

Al día siguiente, Ranma nuevamente estaba en el dojo. No había tenido comunicación con el otro desde ayer, intentaba hacerlo, aunque no comprendía como pudo lograrlo, pero si lo hizo sin complicarse podía hacerlo otra vez.

Se sentó en la suela y cerró los ojos para concentrarse. Se quedó así unos minutos, pero abrió los ojos cuando sintió una mano en su hombro. Era una pequeña por el peso que tenía en esa zona de su cuerpo. Podía saber quién era.

—¿Tú tampoco estas de acuerdo en abrir la puerta? —preguntó Ranma sin moverse de su sitio.

—Si no sabes en lo que te metes te diría que no—respondió Nanami mientras se sentaba a su lado—. Pero, si yo supiera hacerlo lo haría.

—Sabes las consecuencias.

—Si, pero no tengo miedo y yo sé que tú tampoco porque eres más valiente que yo—sonrió Nanami.

Ranma sonrió.

—Ayer descubrí algo—comentó el chico.

—¿Qué cosa? —preguntó Nanami y puso su mano en la muñeca derecha de Ranma.

—Pude hablar con mi otro yo.

Nanami se sorprendió, pero imaginaba que pudiera haber alguna conexión entre ellos después de que el alma de la diosa Izanami se dividiera en dos y entrará al cuerpo de ambos.

—Entre los dos intentaremos abrir la puerta, no puedo permitirme que Izanami siga sufriendo por culpa de mis actos.

—¿Por qué piensas que mamá sufre por ellos? —cuestionó Nanami—. Yo no lo veo de esa manera. Los humanos cometemos errores y aprendemos de ellos, claro, en algunos casos lo ven como aprendizaje y prometen no hacerlo y eso los hacen buenas personas y yo sé que ese fue tu caso. Si en verdad mi mamá sufre por culpa de tus actos, ¿no piensas que ella te lo reprochara? De hecho, agradece eso porque si tú no hubieras abierto esas puertas hace años ella no sería lo que es. Ella y mi tío hubieran crecido en mentiras, al igual que los otros. Toma en cuenta que, por tus actos, los otros tuvieron una vida feliz.

Ranma captó lo que ella mencionó.

—¿Espera? ¿Dijiste que yo abrí esas puertas hace años? ¿Quiere decir que antes de eso no lo estaban? —preguntó.

Nanami no lo había considerado de esa manera, pero ahora que lo pone así era cierto.

—Eso me da más confianza—siguió el chico—. Puedo lograrlo, si lo hice una vez, lo puedo volver hacer.

—¿Qué era lo que pensabas en aquel entonces? Solo ten cuidado de no tener pensamientos negativos.

Ranma recordaba aquel día, sus sentimientos no eran los mejores y un ejemplo a seguir, pero algo que podía servir era el verdadero motivo. Era lo que más deseaba en ese momento.

—La situación lo tiene que ameritar, o eso pienso—dijo Ranma—. Pero, esa no es la clave para hacerlo. Independientemente de la situación puede no suceder, en verdad lo tengo que desear, tengo que convencerme de que es lo que quiero ahora.

Ranma se levantó y ayudó a Nanami para que lo hiciera.

—¿Viniste sola?

—No. Mi hermana vino conmigo, pero ella fue a ver a mi papá... aunque, me preocupa—puso una sonrisa nerviosa.

—¿Qué cosa?

—Luego te lo explicó. Pero, hace un momento me aviso que mamá fue a comprar algunas cosas, por lo que si quieres buscarla no está en casa.

—De acuerdo, hay que ir a buscar a Izanami—decidió Ranma.

Nanami asintió y siguió a su abuelo que salía del dojo.

—Por cierto, ¿qué es lo que te preocupa de Anissa?

-----  

Izanami se encontraba en un centro comercial mirando algunas cosas, aunque lo que en verdad quería era caminar un poco. Prestaba atención a ciertas cosas, pero en sí, no estaba ahí para buscar algo en específico.

Llegó a una sección en donde vendían artículos exclusivos de una editorial de manga exitoso. Recordó a Raiko y sabía que le encantaría entrar ahí. Se quedó observando la entrada unos segundos, pero durante ese corto lapso de tiempo, la puerta se abrió y salió una persona que Izanami conocía, pero había algo que no lo hacía agradable a la vista ni su presencia.

Ella tenía entendido que también participó al lado de Yasmina para derrotar a Izanagi, por lo que es un enemigo. Prefirió desviar la vista después de que ambos se encontraron y se observaron un rato. Se alejo, ya que prefería no tener problemas con él.

Sin embargo, una mano la detuvo en su brazo. Ella se alejó bruscamente de él para que no la tocara.

—¿Algún problema? —preguntó Izanami con un tono agresivo—. De una vez aclaro que no me gusta que me toquen y menos personas con las que no suelo convivir o sean de mi agrado.

Maximiliam seguía teniendo un rostro serio, ya que no le sorprendía esa actitud de ella.

—Eso lo sé, Izanami—respondió el chico—. No por algo le advertí a Akane que no te abrazara aquella vez que llegaste siendo tú y no haciéndote pasar por su hija.

Izanami se sorprendió, ¿espera? ¿era el otro? ¿Cómo era posible eso?

—Pero si te hablaba por tu nombre no me harías caso y por eso me arriesgue a algo totalmente peligroso.

—Si no es porque estamos enfrente de mucha gente te daría una golpiza por ese comentario—agregó Izanami—. ¿Cómo sabes todo eso? Eso no lo viví contigo.

Maximiliam tardó en responder y pudo sentir un aura deprimente ante lo que dijo.

—Sé que sucedió algo extraño cuando estaba con el otro, pero, aunque posiblemente no lo creas... soy el que conoces, pero en el cuerpo del otro—confesó el chico.

Izanami no respondió y seguía un poco a la defensiva.

—Demuéstramelo—dijo la chica.

El joven pensaba en una manera de demostrárselo, algo que solo ellos supieran. Solo que, ellos no eran tan cercanos para tener algo que solamente fuera de ellos. Después de lo sucedido hace años no quiso tener algún acercamiento con ella para no tener problemas con Maru, aunque pudo notar que eso quedó atrás. Aun así, no podía usar eso porque era un tema que aun era delicado para ella.

—Por ejemplo, cuando estuvimos en la habitación mientras tu mamá decía que quería que fueras al cuarto mundo porque estaba molesta por tu boda secreta, además en ese momento te dije que tendrías una niña. Toma en cuenta de que en estos meses nadie ha tenido contacto con los otros, por lo que, nadie me pudo haber dicho.

Izanami se quedó pensando. Miró los ojos del chico, no podía haber diferencia con el otro porque eran idénticos, solamente podía diferenciar su edad, pero eso era algo insignificante entre ellos, ya que, nadie envejecería.

—¿Qué fue lo que paso para que estuvieras aquí?

—Sabes que Lacus tiene mucho poder, además de hay muchos ataques o cosas que puedes hacer con tu magia. Una de ellas esta prohibida y es la que uso el otro cuando vio que estaba desapareciendo de mi vista.

—Fue el momento en el que la diosa Izanami se unió con mi papá—mencionó Izanami—. ¿Pero por qué lo hizo?

—La verdad es que, no lo sé, pero... cuando nos encontramos le dije que ya no tenía a nadie a su lado para derrotar a Izanagi. Yasmina había sido atrapada, pero el no se defendió o contrataco, más bien, se quedó serio. Entonces fue cuando comenzó a desaparecer y él rápidamente sacó su Lacus e intercambió de cuerpo conmigo. Lamentablemente no me dio tiempo de deshacer el hechizo.

Con eso, Izanami creyó que se trataba del que conocía. Pero ahora con eso, ¿Qué se podría hacer?

Más atrás habían llegado Nanami y Ranma y buscaban a Izanami. Observaban las tiendas y veían los alrededores.

¿Ranma, puedes escucharme?

Ranma escuchó la voz de su otro yo y se detuvo.

—Me esta hablando mi otro yo—le anunció a Nanami.

—¿En serio?

—Si, te escuchó—respondió Ranma.

El otro Ranma se encontraba saliendo del mismo centro comercial, ya que fue con Raiko a comprar algunas cosas. Ambos caminaban al lado del otro y quiso intentarlo nuevamente para saber si podía dominarlo.

Raiko comía un pan de melón y él ya estaba enterado del nuevo poder de su padre, aunque claro, no le diría nada a su madre porque él se lo pidió.

Nanami seguía buscando y fue cuando la vio, sin embargo, al ver a Maximiliam puso una gran sonrisa y gritó de felicidad.

—¡Ahí esta mamá y está con Max! —dijo la chica alegremente y corrió hacía ellos.

—¡Oye espera, Nanami! —exclamó Ranma—. ¡¿Por qué te emociona tanto que este con el protector del sexto mundo?!

El otro Ranma escuchó eso y puso los ojos en blanco.

¡Ranma detén a Nanami! ¡No dejes que se acerque a Maximiliam! —gritó el chico.

—¿Por qué? —preguntó el chico.

—¡Luego te lo digo, pero sé que no es bueno que se relacione con él! ¡Detenla!

Ranma no lo pensó y corrió a detenerla.

Nanami seguía corriendo sin borra su sonrisa de felicidad.

—Si le explicó al joven puedo convencerlo para que no me rechace en un futuro—se dijo la chica.

Eso lo escuchó Ranma y se quedó en blanco.

—¡Ya entendí porque quieres que los separé! —dijo Ranma—. ¡¿Espera?! ¿No sé supone que él es malo? ¡Izanami!

Ranma corrió aún más rápido y alcanzó a tomar de la mano a Nanami y después de tres segundos la de Izanami y miró a Maximiliam.

—¡Aléjate de ellas dos! —exclamó Ranma.

Al decir eso, la presión que tenía en ambas manos desapareció.

Maximiliam agrandó los ojos porque hace unos instantes miraba a Izanami y a Nanami, pero desaparecieron de su vista.

Ranma se dio la vuelta y no estaban Izanami y Nanami. Miraba sus manos y no comprendía que paso.

—Me imaginó que usted aun no sabe usar sus poderes, ¿no? —preguntó Maximiliam—. Solo esperó que llegué a un lugar seguro o que al menos puedan regresar con facilidad.

Ranma se quedó pensativo, pero con lo que sucedió pudo darse cuenta de algo y sonrió.

—Llegaron a un lugar seguro, pero creo que ya sé como abrir nuevamente la puerta de ambos mundos—dijo el chico sintiéndose confiado en que lo logro.

-----  

Ranma ya no escuchó a su otro yo y dio un largo suspiró.

Por otro lado, Raiko terminaba su dulce mientras seguía caminando al lado de su padre. Lo miró y lo noto un poco triste.

—¿Sucede algo? —preguntó el chico.

—Nada, pero ya no pude escuchar a mi otro yo, había encontrado un momento en el que estaba con Izanami—respondió Ranma.

—¿Y te conformas así, aunque no puedas escuchar la voz de mi tía? —siguió interrogando Raiko.

Ranma se detuvo y miró extrañado a Raiko.

—¿Tu tía? —preguntó Ranma un poco confundido.

Raiko también se detuvo y miró a su padre.

—Si, aunque tenga el mismo rostro de mi hermana la veo como tía solo por ser mayor que yo. Incluso ella sabe que así la llamó—buscó otro pan de melón en la bolsa que traía y al encontrarlo le dio una mordida.

—¿No le importó?

—No—contestó Raiko—. Dijo que después de todo ustedes así comenzaron su relación. Ustedes dos siendo hermanos, aunque haya sido una mentira piadosa de parte de ella.

—Al decir mentira piadosa, si te creo que lo haya dicho—comentó Ranma pensando que eso para nada fue una mentira piadosa—. Hermanos...

Ranma no se había fijado en ello. Hace tiempo se había preguntado, ¿de que manera miraba a Izanami? La otra era su hija, pero siempre supo diferenciarlas. Ahora lo comprendía, esa era la respuesta que debió darle a la otra Akane y que no supo en ese instante. Aquella Izanami era su hermana pequeña. Sonrió al pensarlo de esa manera.

Miró a Raiko para darle las gracias, pero cuando sucedió eso, apareció arriba de Raiko, muy cerca de él, Nanami y cayó encima de él.

—¡Raiko! —exclamó Ranma.

Raiko sintió dolor en la cabeza por el impacto que recibió. Nanami levantó la cabeza para ver que era lo que la había protegido del suelo.

—¡Tío Raiko! —habló Nanami—. ¿Espera? Si yo caí... —miró a su abuelo y sabía que era el otro Ranma, miró al cielo y agrandó los ojos—. ¡Abuelo atrapa a mamá!

Ranma miró hacia arriba y justo en ese instante estiró los brazos y la agarró por la cintura. El chico perdió el equilibrio por el peso de la chica y ambos cayeron al suelo, estando él pegado al piso e Izanami encima de él.

Nanami se levantó al igual que Raiko y ella quiso ayudarlos, pero Raiko la detuvo y le pidió que observara. Ella entendió y le sonrió.

Izanami levantó la cabeza para ver a Ranma y cuando ambos se miraron a los ojos sonrieron.

—Hola, fenómeno.

—Hola, hermana.

-----  

Lo iba a publicar ayer, pero, aunque esté de vacaciones no me da tiempo de estar sentada en la computadora T-T El siguiente si es el último capítulo y sí, tengo sentimientos encontrados, pero es normal. Lo que si no quisiera dejar de hacer son extras de ves en cuando, me desestresa un poco. Además de publicar historias cortas, pero con personajes creados completamente por mí. Aún estoy organizándome para hacerlos.

No es seguro, pero si terminó el lunes publicó el último capítulo.

Feliz fin de semana. Saludos! 

Continue Reading

You'll Also Like

949 111 2
Sipnosis -Si llegamos a ver tan solo una lagrima tocar su mejilla traeremos mil infiernos en sus vidas-exclamaron molestos los príncipes-¿Entendido...
146K 8.7K 16
El maldito NTR pocas veces hace justifica por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suc...
2.4M 249K 134
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
312K 21.2K 93
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.