El primero en reconocer aquella risa fue Carlos, puesto que una vez se vio afectado por una de sus pociones.
-Bipa –Dijo Carlos dándose la vuelta- ¿Qué quieres?
Bipa era la hija de Yzma, aquella que le hizo la vida imposible al Emperador Kusko, siempre creando pociones que transforman a los seres humanos o intentando envenenar a todos los que quisiera.
-Eso mismo me pregunto yo, ¿qué quieren aquí unos traidores como ustedes?
-Ya calla Bipa –Dijo Uma- ¿qué no tienes nada que hacer en tu laboratorio? Tal vez domesticar caimanes o algo.
-O simplemente ir a molestar a tu madre Yzma, creo que está algo mal de la cabeza –Dijo Mal-.
-Los que están mal de la cabeza son ustedes que luego de traicionar lo que son se atreven a venir aquí, donde serán destrozados. –Bipa se lanzó por una tubería quedando a la altura de todos los demás, su vestido era violeta con terminaciones en púas-.
-¿Y quién nos va a destrozar a nosotros? –Preguntó Harry- ¿tú? Nunca has podido tener ni la mitad de maldad que nosotros.
-Muy gracioso Harry –Sonrió de lado-.
Y se inmediato sacando una aguja de su vestido pinchó a Harry en el cuello, haciendo que este retrocediera y callera al piso sentado y con la mano agarrándose donde lo había alcanzado.
-No es por nada pero el veneno te aniquilará en unos minutos.
-¡Harry! –Uma corrió a ver al chico que estaba ahora temblando y palideciendo rápidamente, comenzaba a temblar-.
-Me duele todo el cuerpo –Fue lo que pudo decir apenas en un hilo de voz Harry-.
Mal de inmediato sacó su libro.
-Tú Bipa debiste mantenerte lejos de nosotros –Comenzó a recitar un conjuro, pero lo dejó para esquivar un frasquito de vidrio que la otra le lanzaba-.
Como consecuencia de haberlo esquivado, el mismo le dio a Carlos quien en dos segundos se vo rodeado de humo rosa y luego lo que estaba en su lugar no era Carlos, sino un dálmata. Las risas de Bipa se escucharon en todo el lugar.
-No me subestimen, he mejorado mucho.
Jay cargó a Harry y todos se dispusieron a correr, incluyendo a Carlos en su forma de dálmata, puesto que la otra chica comenzó a lanzar varios de sus frascos con sus pociones de transformación.
Se escondieron en una tienda abandonada y destruida, de hecho quemada. Y Uma se quedó en todo momento con Harry quien estaba peor, estaba tan pálido que sus venas se le notaban, los labios estaban resecos y los ojos entrecerrados, pero lo que alarmó a Uma fue ver como un pequeño hilo de sangre salía de su naríz.
-Dijo que solo tendría unos minutos, ya van tres, ¿cuánto crees que quede? –Preguntó Gil nervioso-.
Carlos ladró intentando decir algo, pero no podía.
-Harry resiste por favor –Uma lo abrazó y su collar brilló unos segundos- no te mueras.
-Estoy buscando un conjuro de sanación –Informó Mal buscando rápidamente entre las páginas de su libro-.
-Espejo mágico muéstrame la cura para Harry –Le pidió Evie a su espejo-.
Y lo que ahí se reflejó fue la propia Bipa, y la imagen se acercó hasta la manga de su vestido donde tenía un frasco diminuto en forma de esfera con un líquido blanco.
-Ella tiene la cura –Dijo Evie- mira.
Uma se quedó viendo el frasco.
-Harry no va a morir hoy –Afirmó molesta- si Bipa quiere saber que es un villano lo sabrá. Pero Harry no va a morir.
Se puso de pie y tomó su espada.
-¿Qué vas a hacer Uma? –Preguntó Jay-.
-Conseguir ese antídoto.
Salió corriendo y gritó el nombre de Bipa, y logró esquivar a tiempo uno de sus frascos que iba directo a su cara. A este le siguieron otros que ella esquivó y partió en el aire con su espada. Hasta que vio a Bipa sobre un muro y notó que se había quedado sin pociones, Fue en ese momento cuando corrió tras ella y era la otra la que huía. Se subió en el muro y tomando una cuerda que había ahí se balanceó y le dio una patada a la chica que la pegó contra la pared.
-Ahora si Bipa, dame ese antídoto para Harry o te juro que te cortaré ambas manos. –La pegó más contra la pared y puso su espada en su cuello amenazantemente-.
-No tengo ningún antídoto, porque no lo hay. Además solo le quedan dos minutos de vida.
Al escuchar esto último Uma le agarró la mano derecha y le quitó el frasco con el antídoto, sorprendiendo a Bipa por ello.
-¿Cómo sabes qué ese es el antídoto?
-No importa –Uma iba a cortarle la mano cuando el grito de Mal la detuvo-.
-¡No lo hagas Uma! –Esta estaba aún sobre el muro-.
Uma se detuvo, sí, pero no dejó de hacer algo, se dio cuenta de que aun le quedaba una posión a la chica y se la arrancó y se la rompió encima, convirtiéndola en un gato pequeño. Luego la agarró y la lanzó contra un bote de basura y le puso la tapa.
-¡Harry! –Gritó y le lanzó el antídoto a Mal- llévaselo rápido, le queda muy poco.
Mal lo agarró y corrió con toda la velocidad que podía. Luego al ver que Jay estaba fuera del escondite se lo lanzó para que este lo acercara más rápido al chico. Finalmente Jay se lo lanzó a Evie y esta lo destapó y se lo vertió en la boca a Harry quien ya estaba inconsciente y algo morado.
Unos segundos después llegó Uma, de última. Y vio el rostro de Gil y de Dizzy, y de Evie y Mal, incluso el de Jay y Carlos tenía las orejas gachas. Se acercó y tomó la mano de Harry, estaba frío, y al posar su oído sobre su pecho para escuchar su corazón, este ya no tenía latidos.
-Ya no está –Dijo Gil con tristeza-.
-Se ha ido –Dijo Jay-.
-Lo siento tanto Uma –Dijo Mal intentando poner la mano sobre su hombro, pero ella no se dejó y se puso de pie con unas lágrimas corriendo en su mejilla-.
-Descuida, todo se va. Nada se queda. –Dijo Uma sin dejar de ver a Harry tirado en el piso, había perdido el color morado que había tenido, pero aún estaba algo pálido- Y Harry ya decidió irse.
Y en ese instante Harry se alzó de golpe intentando respirar, tomando fuertes bocanadas de aire mientras se presionaba el pecho. El antídoto había hecho efecto, lentamente, pero había hecho efecto. Y Uma se lanzó para abrazarlo.
-No sabía que te preocupara tanto Uma –Se sorprendió Harry de ver la reacción de su compañera-.
-Fue solo un momento de bondad –Dijo Uma- un efecto de vivir un tiempo en Auradon. Ya pasó. –Se puso de pie-.
Jay estaba asomado con cautela hacia la calle, al parecer no había nadie por esa zona, al menos por ahora.
-Está vacío este sitio, pero ya nos encontraremos a los habitantes –Dijo él bajando una cortina de tela vieja- al menos a los que no han intentado salir ya.
-Necesitamos a alguien que sepa cómo está esto desde que la barrera cayó. –Sugirió Evie- ¿Sugerencias?
-Yo opino que vayamos por Emma –Comentó Gil recibiendo una mirada de advertencia de Uma- es la prima de Uma.
-¿Hablas de la hija de Morgana? –Preguntó Jay- Es incluso más traicionera que Uma... sin ofender Uma, al menos eso en el pasado.
-No me llevo muy bien con ella, pero tampoco nos odiamos. Es solo que nunca tuvo lo que se necesita para ser una de nosotros. Creo que sé dónde debe estar. –Dijo ella- Gracias por la sugerencia Gil –Su sonrisa no era nada amistosa, de hecho le dio un disimulado golpe a Gil- ahora vamos a ver a mi prima querida.
Salieron y caminaron hasta estar cerca del muelle, donde Uma empujó una pared que resultó ser un pasadizo, y luego bajaron unas escaleras hacia la oscuridad, hacía mucho frío ahí y Uma encendió unas velas que a su vez fueron encendiendo otras como un mecanismo.
-Emma –Llamó- ¿Estás aquí?
Un asiento parecido a un trono marino se volteó lentamente y una chica delgada vestida totalmente de negro habló.
-¿Uma? –Se escuchó la voz de la chica- ¿realmente eres tú? ¡Qué bueno verte! –Se abalanzó para abrazar a Uma-.
-Compórtate que esto es serio.
-Ya veo por qué dice que no tiene lo que se necesita para ser uno de nosotros –Comentó Dizzy- no es mala, no tiene pinta de ser una villana malvada.
-No te creas, es así la mayor parte de las veces, pero a veces es traicionera –Le dijo Jay- no estoy seguro de que sea buena idea confiar en ella.
-¿Qué hacen aquí? –Preguntó Emma sin prestarle atención a los susurros de Dizzy y Jay- pensé que estarían en Auradon haciendo cosas de príncipes y princesas.
-Al grano Emma –Dijo Uma- no hagas como si no supieras nada, sabes perfectamente que la barrera ya no existe. Necesitamos saber...
-Oh pero claro que lo sé, lo que no entiendo es por qué ustedes están aquí. Pensé por un momento que ustedes habían sido los responsables de esto. Pero ya veo que no es así.
-Pero claro que no es así –Intervino Mal- nosotros nunca hubiésemos liberado a nuestros padres del castigo que ellos mismo quisieron merecerse. A ver Emma, ¿Qué sabes acerca de esto, dónde está Morgana?.
-Ella fue a destruir el puente mágico que activaron una vez más los muñecos de plástico de Auradon –Dijo burlonamente, y entonces Uma y Mal supieron que fue ella la que lo hizo, no Úrsula como pensaron en el momento- pero no quiere que yo me meta en esta guerra. Ella solo quiere venganza, aunque me dijo algo de esperar el momento exacto para ello.
-¿No quiere que participes en esta guerra? –Preguntó Harry-.
-Entonces lo que están planeando es una guerra –Comentó Evie sacando su espejo- espejo en mis dedos muéstrame Auradon en este momento.
El reflejo mostró toda Auradon rodeada por la barrera, pero no dejaba ver peligro por los momentos, ni tampoco rastro de Morgana o Úrsula en el mar
-No tenemos tiempo, debemos encontrar a Maléfica antes de que se preparen para atacar a la indefensa Auradon.
-¿Maléfica está aquí? –La sorpresa en Emma fue genuina- ¿Qué no era solo una lagartija en Auradon? Claro que entonces fue ella la que ocasionó esto, tiene sentido.
-¿Y dicen que Auradon está indefensa? –Una voz masculina se escuchó a sus espaldas, alguien había entrado al escondite de Emma y había bajado las escaleras- Que interesante.
Aquel era Nathan, el hijo de Rasputín.
-Esto le va a encantar a mi padre, por fin irá a terminar de una vez por todas con Anastasia.
-Te dije que tocaras antes de entrar Nathan –Le dijo Emma- no te sorprendas cuando te haga daño por pensar que eres un intruso.
-Lo siento, pero ya me voy, tengo que...
Nathan se vio rodeado por Jay, Carlos y Harry además de Gil quien estaba en el primer escalón.
-Tú no vas a ir a ningún lado –Le dijo Harry- porque lo que ocurre aquí se queda simplemente entre nosotros. –Su garfio acariciaba su cara-.
-Vaya Harry veo que no cambias –Le respondió Nathan- ¿cómo están Carlos, Jay? Si saben que si quisiera podría terminar con ustedes en un segundo ahora que tengo de vuelta mis poderes.
-Pero es algo que no harás –Mal tenía su libro en mano- por tu bien no vas a utilizar tus poderes en contra de ellos o me harás verme obligada a hacer lo mismo contigo.
-Se me había olvidado que eras tan hechicera como tu madre –Dijo este-. ¿Qué quieres?
-Lo que quiero es que no le digas a nadie lo que acabas de escuchar, porque de lo contrario lo vas a pasar muy mal. –Le advirtió Mal abriendo su libro-.
-Ya ustedes no tienen ningún poder aquí en la Isla, no desde que nos dieron la espalda y se fueron a su soñado palacio. –Dijo él- Se encontraron a los equivocados.
Dicho esto Emma dejó que uno de sus tentáculos, los cuales ninguno notó en qué momento los había dejado salir, barriera el piso y los hizo caer a todos menos a Nathan quien saltó en el momento justo y usando sus poderes logró que todos quedaran en el medio y pronto hizo un campo de fuerza rodeándolos.
-¡Emma! –Uma estaba molesta- ¿Cómo eres capaz de hacer esto?
-Pues tú decías que no tenía lo que se necesitaba para ser una villana, pues ya ves que te equivocabas. –Le dijo su prima- Ahora mismo todos sabrán que Auradon está indefensa y que es el momento perfecto para atacar. Y si Maléfica realmente está aquí otra vez, sé que será una de las primeras en aprovechar la ocasión, igual que mi madre y tú madre Uma. Y déjame decirte que no está nada contenta de que te hayas ido y puesto de parte del bien.
-Encierro sin cadenas deshagan la condena. –Mal hizo un conjuro pero el campo de fuerza solo parpadeó un poco y siguió ahí-.
-No te servirá de nada tu libro Mal –Nathan se acercó- tus hechizos tal vez hubiesen servido desde aquí afuera, pero mientras estés encerrada en mi prisión no tienes ningún poder. Así que bienvenidos de regreso, ahora están en la Isla.
-Emma –Mal no le respondió a él sino que se dirigió a la prima de Uma- si tu prima te decía eso de que no servías para ser una villana es porque realmente no es así, tú tienes un buen corazón y eso es bueno, de hecho Ben... él te tenía en la lista de los próximos jóvenes de la Isla en ser invitados a Auradon. Aún estás a tiempo de ir y comenzar de nuevo, de ser felíz.
-¿Felicidad? No gracias. Eso es algo que no existe, es solo un cuento de hadas dicho por esas princesitas rosas de allá, pero aquí sabemos que no es cierto.
-Pero si es cierto –Evie intervino- aquí nosotros no sabemos qué es la felicidad, pero una vez estás allá y te conoces y das a conocer, y permites que te quieran, todo es diferente...
-Emma yo misma no pensaba que fuera posible –Le comenzó a hablar con paciencia Uma, pues sabía que era lo mejor- de hecho recuerda que llegué a secuestrar al príncipe Ben para destruirles su felicidad, y antes que yo Mal, Evie, Jay y Carlos fueron para robar la varita y destruir Auradon, pero una vez llegamos allá, nos dimos cuenta de que estamos equivocados, de que nuestros padres nos dijeron solo su parte de la historia, pero omitieron muchas cosas. Si ellos hubiesen actuado diferente, las cosas serían muy diferentes.
-Créeme, Auradon es maravilloso –Comentó Dizzy-.
-Tal vez aquí te sientas sola e infelíz –Fue Carlos quien intervino ahora- pero permítenos mostrarte que hay cosas mejores, que todo puede ser de otra forma, no todo tiene por qué ser oscuridad.
-Puedes ser uno de nosotros ahora, solo debes escuchar tu corazón –Dijo Jay-.
-Y aunque al principio puede ser difícil y tardes un poco en adaptarte, una vez escuchas a tu corazón te das cuenta de qué es vivir realmente –Estas palabras salidas de Harry sorprendieron a todos-.
-Yo soy de la Isla –Dijo Emma-.
-Pero no tiene por qué seguir siendo así –Dijo Mal- te mereces algo mejor, todos se merecen algo mejor. –Vio ahora a Nathan- Los errores de nuestros padres no tenemos por qué cometerlos nosotros también, no permitan ser vistos como enemigos también cuando al tener amigos de echo es mucho mejor. Tú también puedes formar parte de nosotros Nathan, solo escucha tu corazón y permítele que te deje hacer lo correcto-.
-Y después de todo somos familia –Le dijo Uma a Emma- No tenemos que ser enemigas.
Ambos se vieron, tanto Emma como Nathan.
Todos los que estaban encerrados los veían expectantes. Si cometían un error sería lo peor. Pero pronto el campo de fuerza se desvaneció.
-Son libres –Dijo Emma-.
-Pero no vamos a estar con ustedes –Dijo Nathan- no vamos a enfrentar a nuestros padres, nos ganarían.
-Ustedes intentan suicidarse en esta misión, nosotros no somos tan tontos para ello –Dijo Emma- pero si ustedes así lo quieren vayan. No haremos nada para ayudar, pero tampoco haremos nada para perjudicar.
-Muchas gracias Emma –Dijeron a la vez Mal, Evie y Uma-.
-No me den las gracias.
-Ahora están en la Isla, y saben lo que eso significa –Les dijo Nathan- luego de lo que hicieron, muchos querrán terminar con ustedes, incluyendo sus padres tal vez, quienes están sumamente molestos y decepcionados. Mi padre es uno que no dudaría en aniquilarlos por su traición si se le cruzan en su camino.
-Lo sabemos. Tendremos todo el cuidado que podamos –Dijo Jay-.
-¿Seguros que no quieren ayudarnos? –Preguntó Carlos con esperanza-.
-No vamos a hacer nada, están solos en esto –Les dijo Emma- Y es mejor que se vayan antes de que mi madre venga, si es que regresa y no se queda en el mar.
-Vamos chicos, la Isla nos espera. –Dijo Mal-.
-Estamos de regreso –Dijo Evie en un suspiro y se apartó un poco junto a Mal una vez salieron del escondite de Emma y llegaron al muelle-. Y tengo un mal presentimiento.
-No digas eso –Mal le apretó la mano para calmarla- todo saldrá bien. No hay fuerza del mal que pueda ganar cuando ocho corazones unidos están dispuestos a luchar.
-Pero son muchos los que querrán atacar Auradon, no estoy segura de que logremos vencerlos a todos. –Le dijo-.
-Pero si hay una posibilidad de que los encerremos a todos en esta Isla, tal vez sin luchar siquiera. –Le dijo Mal-.
-Eso espero Mal, créeme que eso espero.
Y así siguieron su camino en la Isla. Tenían que encontrar a Maléfica antes de que fuera demasiado tarde. Antes de que comenzara el ataque.